domingo, 30 de junio de 2019

SÓCRATES: EL JUICIO Y LA CONDENA A MUERTE ( y 2 )



Al ponerse el sol, el carcelero le llevó la cicuta.
Sócrates la bebió con calma, no sin antes preguntarle al carcelero cuál era la mejor manera para que la cicuta hiciera el efecto lo antes posible.
Todos los asistentes, sus discípulos, lloraban (hasta el carcelero lloró).

Pronto sintió Sócrates que las piernas se le ponían tiesas.

Dijo entonces, sonriendo, a uno de sus discípulos; "Debemos sacrificar un gallo a Asclepios (Esculapio, el dios de la medicina), no olvides satisfacer esta deuda".

Murió un momento después (399 a.C.)

P.D.

¿Podríamos afirmar que fue a la cárcel por cabezón?

O, dicho de una manera más respetuosa, fue a la cárcel por defender con su vida la dignidad filosófica.

Se dejó matar, pues, para defender sus convicciones de siempre, una actitud que le honra.

La heroicidad socrática consiste en aceptar la pena a cambio de no aceptar la culpabilidad y autoexiliarse, rechazando, incluso la oferta de Critón de ayudarle a evadirse de la cárcel e irse al exilio.

Una de las razones por las que Sócrates rechaza la oferta de Critón es que no se debe temer a la opinión pública ni temer por la propia reputación, sino actuar de acuerdo con la justicia.

Si huir hubiera sido justo, Sócrates lo habría hecho, pero no lo hizo porque el verdadero mal, peor que la muerte, sería cometer una injusticia.

Entonces razona que transgredir una sola de las leyes de la ciudad equivaldría a transgredirlas todas. Y como, como ciudadano, está obligado a respetarlas, concluye que, si huyera de la prisión, ningún país civilizado querría acogerlo, además de que sería admitir su culpabilidad.

¿A dónde iría Sócrates a sus setenta años para retomar la vida filosófica que hasta entonces ha llevado en Atenas?

Dicho de otro modo, Sócrates considera que, a pesar de condenarlo a muerte, la democracia ateniense no deja de ser el mejor sistema de gobierno, y que en el exilio no podría seguir haciendo de tábano molesto de los personajes insignes de Atenas...

Sócrates no rechazó la libertad por responsabilidad para con sus conciudadanos. Lo hizo porque para él, con una espectacular radicalidad desconocida por los pragmáticos, la libertad consistía en obedecer íntegramente las leyes de Atenas. Por eso su decisión se podría considerar un suicidio por fidelidad a unos valores inseparables de su misma condena.

Quien sí se fue al exilio después de la ejecución de Sócrates fue Platón, el cual, como miembro de la oligarquía, como lo eran también otros amigos de Sócrates, se exilió a Megara para evitar represalias del populismo triunfante.

Platón, quien por origen de clase iba destinado a la política, eligió la filosofía, y fue el primer -o, al menos, el más importante- expositor de la diferencia, entre el filósofo y el político.

El orador que hace política en el ágora, el sofista, es para Platón lo contrario del filósofo.

Y en los ‘Diálogos’ el sofista y el político son objeto de escarnio de Sócrates, quien es, no lo olvidemos, en buena medida una construcción intelectual de Platón, el exiliado. Sin el exilio del filósofo que ‘pensó’ políticamente y exportó su pensamiento a Megara y Sicilia, hoy no tendríamos noticia de aquel bello gesto de Sócrates, que, si bien quedó estéril para la democracia de Atenas, en cambio dio fruto en una de las grandes corrientes filosóficas occidentales.

Precisamente en aquella que obliga a juzgar las acciones reales, imperfectas, en relación con unos ideales que no son de este mundo, pero que lo generan.

(En otro post incidiremos en La Condena)

sábado, 29 de junio de 2019

SÓCRATES: EL JUICIO Y LA CONDENA A MUERTE ( 1 )



Fue en la primavera del 399 a.C. cuando tres ciudadanos se pusieron de acuerdo para entablar un proceso contra Sócrates por delitos graves: contra la “religiosidad” y contra la “moralidad”

Esos tres eran:

1.- Anytos, un rico cardador (el que carda una materia textil para el hilado), uno de los jefes del partido democrático, que quería mal a Sócrates por haber convencido al hijo de aquél de que no siguiera la profesión de su padre.

2.- Melitos, un mal poeta y un retórico.

3.-  Lycon.

Acusaron a Sócrates de: a.-no creer en los dioses de la ciudad, b.- de adorar dioses nuevos y c.- de corromper a los jóvenes, cosas, todas ellas, que en Atenas eran crímenes capitales.

Textualmente, y según Jenofonte, en “Recuerdos de Sócrates”:

“Meleto, hijo de Meleto, del demos de Pithos, contra Sócrates, hijo de Sofronisco de Alópece (nada dice de Fenaretes, la madre); Sócrates comete delito por no reconocer (o bien, no creer en) los dioses que reconoce (o bien, en los cuales cree) la ciudad y por introducir nuevas divinidades (démones), También comete delito por corromper a los jóvenes.
Se solicita la pena de muerte”

Juzgó la causa el tribunal de los heliastas (antiguos magistrados de Atenas que constituían la Heliea, un tribunal inmediatamente inferior al Areópago (el Tribunal superior
).

 Asistieron 559 jueces.

Lyeias, el célebre orador, ofreció a Sócrates escribirle la defensa, pero Sócrates no lo aceptó, la rehusó, no quería salvar la vida y habló sin temor, exponiendo francamente sus ideas.

Digamos que Sócrates se defendió mal, de lo contrario habría sido absuelto no sé si por unanimidad, pero sí por una mayoría aplastante.

El tribunal, en esta primera votación, estuvo muy dividido: 278 jueces votaron la absolución y 281 la pena.

Restaba resolver cuál había de ser la pena a imponer.

 Los acusadores propusieron la pena capital.

Pero el condenado tenía también derecho a proponer unA pena de su preferencia.
Sócrates, que podría haberse impuesto el autoexiliarse o, más fácil todavía, pagar una multa (lo que le aconsejaban sus discípulos, dispuestos a pagarla ellos), sin embargo, se vino arriba y  dijo casi en modo insolente):

"Por haberme consagrado al servicio de mi patria trabajando para hacer a mis conciudadanos virtuosos, propongo que me condenen (fíjense qué condena) a ser alimentado hasta el fin de mis días en el Pritaneo, a expensas del Estado".

Esta respuesta, lógicamente, irritó a los jueces (y menos mal que no comenzó a preguntarles (según su método) qué sabían ellos de “justicia”, porque si no sabían qué era la “justicia” cómo y por qué se atrevían a aplicar lo que no sabían).

Entonces, en una segunda votación, 361 votaron por la sentencia de muerte y Sócrates fue condenado a beber la cicuta.

En aquel momento no había regresado todavía la procesión que Atenea enviaba a la fiesta de Délos, y la religión prohibía ejecutar a ningún condenado hasta que hubiera vuelto.

Sócrates permaneció treinta días en la prisión (en el corredor de la muerte) esperando.

Pasó dicho tiempo conversando con sus amigos acerca de temas filosóficos, según su costumbre, sin mostrar la menor turbación.

Le propusieron la fuga, (habían sobornado al carcelero y una nave estaba esperando en el puerto) pero se negó, diciendo que no quería desobedecer las leyes de su patria.

Al fin volvió la procesión de Delos.

viernes, 28 de junio de 2019

¿ERA SÓCRATES HOMOSEXUAL? ( y 2 )




Sócrates se casó con Jantipa, cuando tenía casi 50 años, quizá más por tener un hijo que por tener una esposa.
Hasta entonces siempre se había mantenido apartado del matrimonio y cuando alguien le pedía consejo sobre si debía casarse o no, siempre respondía de la misma manera: “haz como te plazca; de todos modos, en ambos casos, elijas lo que elijas, te arrepentirás”.

Jantipa debió ser una esposa pelma y posesiva y, conociendo a Sócrates, no le faltarían motivos para ello.

“Todos saben que Jantipa // loca iba por las tripas. // Tripa almuerzo, tripa cena // ¡Dios!, a Sócrates, ¡qué pena! –cuentan las malas lenguas que lo cantaban los niños de Atenas.

Él, tan dicharachero con los de fuera, en la calle y en el ágora, y taciturno y que apenas le dirigía la palabra a su esposa e hijo (o hijos), pero es que, además no ganaba un duro y la pequeña renta que le dejara su madre, Fenaretes, la comadrona, iba acabándose.

Quizá es verdad que, cierto día, Jantipa perdió los estribos y le arrojó un cubo lleno de agua, ante lo cual Sócrates no respondió abandonándola sino que por todo comentario dijo: “sabía que el trueno de Jantipa se transformaría, antes o después, en lluvia”

Quizá tuvo, también una segunda mujer, Mirto (según cuenta Aristóteles), pero se habría casado con ella, “por pena”, “por piedad”, porque estaba en la miseria.
Aunque otros dicen que era una concubina  que se la había llevado a casa una noche en que había bebido más de la cuenta. Y con Mirto tuvo dos hijos, más uno que tuvo con Jantipa, su primogénito, en total, 3 hijos.

No sólo no estaba mal visto sino que el gobierno de Atenas, para aumentar el número de los verdaderos atenienses, animaba a los ciudadanos  a tener más hijos con mujeres distintas.

Nada que objetar al triángulo  Sócrates-Jantipa-Mirto.

No voy a incidir en su valentía en las guerras en que, como ciudadano, participa.
Nada voy a decir sobre su “desbelleza” corporal (por no decir la palabra “fealdad”) ni sobre su buen corazón (“belleza anímica”), incapaz de matar una mosca.
Nada voy a decir sobre su filosofía (ésta no es objeto de este artículo) aunque sobre su austeridad se ha hecho célebre la sentencia que pronuncia cuando paseando por la calle de Atenas y al contemplar los numerosos artículos a la venta, exclama: “¡Hay que ver la cantidad de cosas que no necesito) o cuando Jantipa lo denuncia por abandono del hogar (por estar siempre en el calle, con los amigos, en banquetes y se pasan días sin volver al hogar) y cuando el juez le pregunta qué tiene que decir para defenderse, responde que “Jantipa tiene toda la razón”.

Pero, sobre la “homosexualidad en Grecia” les remito a otro artículo posterior.

jueves, 27 de junio de 2019

¿ERA SÓCRATES HOMOSEXUAL? ( 1 )


Cuenta Diógenes Laercio en sus “Vidas de los filósofos” que uno de sus maestros fue Arquelao, del que también fue amante o, para ser más exactos, su “erómenos”.
En el mundo griego, cuando había una relación amorosa entre dos varones, se llamaba “erastés” al amante de más edad (en este caso Arquelao, el maestro) y “erómenos” al más joven (en este caso, Sócrates, el discípulo).

Pero sobre este asunto de los amores homosexuales de los griegos, en general, y de los filósofos, en particular, antes de ir más allá y considerar a Sócrates un “gay”, abramos un paréntesis  y aclaremos nuestras ideas de una vez por todas.

La homosexualidad, en aquellos tiempos, entre los griegos, era una cosa normalísima y, no por casualidad, ha pasado a la historia como “amor griego”.
Incluso Plutarco la ha definido como “pederastia pedagógica”.

Quizá no debería entenderse el concepto “homosexualidad” como hoy lo entendemos.
La admiración, la sintonía, el caerse bien, el estar a gusto juntos,…profesor-alumno (maestro-discípulo) o maestra-discípula, no conlleva connotación carnal-sexual, sino psíquica-anímica,

Sólo entendida así la homosexualidad entre varones (o mujeres) no era motivo de escándalo, “es natural que me guste lo que es bello”, resultara un muchachito o una jovencita era un detalle de poca importancia.

Los verdaderos problemas para la homosexualidad y los homosexuales comenzaron con el Cristianismo, porque su moral, la moral cristiana, consideraba el sexo sólo como medio de reproducción o procreación y consideró “pecado” todo otro tipo de relación sexual.

Se sabe, después, su relación con Alcibiades, su discípulo, pero, en este caso, no fue el maestro quien se enamoró del discípulo, sino al revés, la obsesión, no sé si enfermiza, del discípulo con el maestro tal como aparece en El Banquete, cuando el joven Alcibiades, ya algo achispado por el vino, confiesa su desesperado amor por Sócrates: “cuando lo escucho, el corazón me late mucho más que a los coribantes”.

Y, en otro lugar: “Me encontraba, amigos, a solas con él y pensaba que pronto me haría uno de esos discursos que, por lo general, hace un amante al objeto de su amor cuando se encuentran solos, y por este motivo me sentía lleno de júbilo. Pero, sin embargo, el tiempo pasaba y no ocurría nunca nada: conversaba conmigo como siempre y, habiendo pasado el día juntos, me dejaba plantado y se iba. Entonces, lo invité a hacer gimnasia esperando que, al menos allí, podría conseguir que ocurriera algo. Y bien, hacía todos los ejercicios conmigo y, a menudo, también la lucha, sin que hubiese nadie presente, pero, ¿qué debo decir? No sucedía nada.

Viendo que de este modo no lo conseguía, me pareció necesario insistir e insistir y no desistir hasta no aclarar el asunto.
Y, así, una noche lo invité a cenar, exactamente como hacen los amantes que tienden una trampa al amado.
Pero tampoco, de esta forma, obtuve nada.
Sin embargo, con el tiempo, paulatinamente, se dejó persuadir.
Cuando, por fin, vino a casa, quiso irse inmediatamente después de haber cenado y yo, sintiéndome un poco avergonzado, lo dejé partir.
Pero la noche siguiente preparé otra trampa y, después de haber cenado, me quedé hablando con él hasta entrada la noche.
Cuando hizo ademán de marcharse, lo convencí para que se quedara, con el pretexto de que era demasiado tarde.
Descansaba en un lecho junto al mío. En la habitación no dormía nadie, estábamos solos…” (Platón, El Banquete).

Y no pasó nada.

miércoles, 26 de junio de 2019

SÓCRATES ( 3 )


Porque Sócrates, (contra los sofistas que afirmaban poder enseñar la verdad, y por lo que cobraban) afirma que la verdad es innata, está en cada uno de nosotros, pero está tapada, cubierta, enterrada,…y sólo hay que “destaparla”, “descubrirla”, “desenterrarla”,…y eso es lo que hace con la “mayéutica”, como la comadrona, ayudar a que la criatura salga del vientre de la madre, a que la verdad salga de la mente del interlocutor.

Igual que la madre de Sócrates no ha metido dentro, y previamente, al niño para luego ayudar a que salga, porque el niño ya estaba allí, igualmente Sócrates hace de partero o comadrón de la verdad en el interlocutor, ascendiendo, paso a paso, inductivamente, hasta llegar a la verdad a la que se quería llegar.

Imaginaos a Sócrates preguntándole a un padre qué es el “amor”, a un  general preguntándole qué es el “valor”, preguntándole a un juez qué es la “justicia”…

Pero fue víctima de acusaciones absurdas y finalmente resultó condenado a suicidarse mediante envenenamiento, con la cicuta, era el año 399 a.C.

Pero el proceso de Sócrates se desencadenó por razones políticas, molestaba a la gente bien a base de preguntas llevándolos a la contradicción por lo que se ganó la enemistad.
Solía decir que era un “tábano” (una mosca cojonera) pero no por el placer de hacer daño picándoles, sino para que despertaran al convencerlos de que no sabían lo que creían saber (lo que hemos afirmado más arriba de que sólo el que es consciente de su ignorancia, de no saber, está en condiciones, es el principio del querer saberlo, de filosofar, de reflexionar.

Pero imaginaos a un alto jefe militar al que, con su método de la dialéctica, es conducido a la ignorancia de que él, precisamente él, no sabe lo que es el valor.
La frustración sentida (no buscada por Sócrates, porque luego viene la búsqueda conjunta de saberlo, por la mayéutica) tendría consecuencias.

Algunos de sus discípulos estuvieron vinculados a la tiranía oligárquica y las autoridades democráticas creyeron oportuno alejarlos de las polis.

Se le acusó de pervertir a los jóvenes (cuando lo que hacía era motivarlos a saber), defender el ateísmo (cuando existían unos dioses oficiales  en las polis a los que se les rendía culto y en su honor se celebraban fiestas) y se le acusaba, paradójicamente, de introducir nuevos dioses (y es verdad que Sócrates solía decir: “me ha dicho me demonio (mi daimon, mi intuición, una corazonada,…nada que ver con la connotación religiosa del ángel malo o diablo)

Se le pidió la pena de muerte pero, según el derecho ateniense, el acusado y condenado podía optar por un castigo alternativo, como el exilio, o pagando una multa, que sus discípulos ya le habían prometido pagarla ellos.

“¿Dónde voy a exiliarme?, ¿qué dirán los habitantes de esa ciudad?....”

Pero él les decía a sus discípulos que, o bien era culpable, si las acusaciones eran ciertas, y entonces merecía la muerte o bien no lo era y entonces debían ser reconocidos y pagados sus servicios a la sociedad (esto fue lo que más molestó al tribunal que, en una segunda votación, hubo más votos apoyando la pena de muerte.

Incluso ironizó sobre la idoneidad de sus jueces (¿sabrían ellos qué es la “justicia” para poder aplicarla?)

Su muerte, en la celda, rodeado de sus discípulos empeñados en que salvara su vida, y la petición al verdugo de cómo debía tomar el vaso de cicuta para que hiciera más efecto…”y no os olvidéis de ofrecer un gallo a Esculapio (el dios de la medicina o de la salud, precisamente cuando iba a morir y pasar a mejor vida… esa entereza…esa dignidad….ese respetar la leyes aunque fueran en su contra….ese aconsejar a sus discípulos… esa despedida…

Platón estaba escandalizado por el proceso y las consecuencias a su maestro y preocupado por lo que consideraba una crisis moral y política ateniense pondría toda su energía en enmendar el entuerto para que no volviera a repetirse y murieran personas justas sin haber cometido delito alguno merecedor de tal pena.

martes, 25 de junio de 2019

SÓCRATES ( 2 )



Nadando en esa duda lo que el filósofo intenta (lo consiga o no) es crear un marco en el que ir pudiendo ubicar todas las dudas con las que va encontrándose.

Vivimos en un momento en que hay tanta “información” al alcance que, al no poder digerirla toda, porque no hay tiempo para ello y hay que poner filtros que. al ponerlos y por ponerlos, ya acota información, alejando posibles islas de verdad.

Esa a diario creciente “información”, de la que no sabemos si es verdadera o falsa, si es relevante o irrelevante, si tiene fundamento o no lo tiene, …perturba la mente y frena la posibilidad de que haya “conocimiento” y, como consecuencia, haciendo imposible la “sabiduría”.

Si, en otro tiempo, la norma era la falta de información y de fuentes informativas, más o menos fiables, hoy es tanta la información que nos exponemos a morir asfixiados por ella si no somos capaces de aplicar un “criterio correcto”, el “tamiz adecuado”, la “criba”, el “cedazo que sea capaz de separar y dejar pasar por sus agujeros sólo  la dudosa o falaz paja, recogiendo sólo el “grano verdadero”.

Pero ¿quién es el “guapo” que se atreve a afirmar que él sí lo practica objetiva y verazmente?

Aristóteles afirmaba que la causa del filosofar era la “curiosidad”, el ansia de saber.

Pero ese querer saber, e intentar saberlo, es cuando en nuestro camino de la vida se nos cruza (o nos cruzamos con) un fracaso personal, como puede ser la muerte de una persona querida o la frustración por no haber conseguido ese objetivo al que le habíamos dedicado tanto tiempo y al que nos habíamos entregado en cuerpo y alma.

Al que, de repente, acostumbrado a que todo le haya ido y le vaya bien en la vida, se le tuerza y en vez de ir todo sobre ruedas, se le rompa una rueda y el carro se pare, se desvíe o se deslice, está en las mejores condiciones para filosofar, para preguntase “por qué” ha pasado lo que ha pasado y lo que lo incita a buscar respuestas a ese “porqué”.

SÓCRATES lo practicaba a diario, en la calle, con quienes, sin rehuirle, se paraban a hablar con él, a base de “preguntas y respuestas” hasta llevar al interlocutor a una contradicción, cayendo éste en la cuenta de que “no sabía lo que él creía que sabía”.

Sólo siendo conscientes de ser ignorantes pueden los interlocutores querer e intentar salir de esa ignorancia.

Yo les preguntaba todos los años a mis alumnos cuál era la condición imprescindible para encender una vela.
Unos me respondían que hubiera una vela, otros que hubiera una cerilla, otros que estuviera en la oscuridad,…
Tras las varias y variadas respuestas les preguntaba si no sería que esa persona “fuera consciente, viera, que la vela estaba apagada”
Sólo así, viéndola y siendo consciente de que estaba apagada,  querría o intentaría encenderla, si la viera apagada y fuera  consciente de ello.

Era la técnica socrática de filosofar y de que su interlocutor filosofara: “sólo haciéndole ver al otro que la vela estaba apagada, que no lo sabía, que era ignorante. Sólo entonces estaría en condiciones de querer e intentar saberlo”.

Cuando uno cree que sabe algo no va a ser tan tonto como para querer saber lo que ya sabe.

Claro que, luego, Sócrates no lo abandona ahí abajo, frustrado, con la picha hecha un lío, sino que, a continuación, ponía en práctica la segunda parte de su método.

Si la primera parte era la “dialéctica”, una pelea o lucha de palabras o enunciados para ver quien vencía, y cuando el interlocutor caía en la contradicción de decir ahora lo contrario de lo que antes había dicho (y nunca pueden ser verdadero A y –A, al mismo tiempo y bajo el mismo respecto) ponía en práctica la segunda parte, la “mayéutica” (el arte de dar a luz, “heredado del oficio de su madre”, partera o comadrona, la que ayuda a parir a la parturienta).

lunes, 24 de junio de 2019

SÓCRATES ( 1 ) INTRODUCCIÓN

INTRODUCCIÓN



No se trata tanto de filosofar como de divulgar cuestiones y/o problemas de algunos de los distintos filósofos que, a lo largo de la historia, ha habido.

Cuestiones y/o problemas que no sólo son de tipo intelectual o teórico sino también de su implicación en cuestiones políticas y sociales.

Ser filósofo es un concepto móvil, no estático, que va evolucionando a lo largo de los tiempos.

Un filósofo griego es mus distinto a un filósofo romano, o a uno medieval, y qué decir de un filósofo renacentista, moderno, ilustrado o del siglo XX.

Filósofos son/fueron Patón y Aristóteles, Epicuro y Séneca, San Agustín y Santo Tomás, Guillermo de Occam y Descartes, Hume y Kant, Marx y Nietzsche, Unamuno y Russell, Ortega y Gasset y Heidegger, Sartre y Foucault,….

Todos filósofos pero filósofos distintos.

Como hombre es el hombre griego y el romano, el medieval y el renacentista, el moderno y el ilustrado, el romántico y el tradicionalista, el creyente, el agnóstico y el ateo, el asentado en una cultura y el revolucionario,…

Todos hombres pero hombres distintos (de las mujeres prefiero no escribir en estas “cosas de filósofos” porque sería empezar, no acabar o acabar cabreado).

Algunos han sido calificados de filósofos por su forma de pensar, como otros lo han sido por su forma de vivir o por su influjo en la historia de los hombres.

Igual que una cosa es “investigar sobre  astrofísica” y otra muy distinta es “enseñar conocimientos o verdades astrofísicas”, lo mismo ocurre con “ser filósofo” o “ser profesor de filosofía” aunque, también, ser “profesor de filosofía” puede ser/debe ser motivar a los alumnos a ser filósofos poniendo en práctica el “sapere aude” kantiano.

“Atrévete, alumno, por tu cuenta, a demostrarle a tu profesor que está/estaba equivocado” (¡bienaventurado tú¡ y yo como profesor te lo agradezco).

Muchos de los filósofos han sido “auctoritates” y el simple decir “magíster dixit”, de cualquier filósofo era considerado “verdad verdadera” lo que ese “papa filosófico” ha dicho.

Y han sido muchos los “papas filosóficos” que ha habido, con muchos creyentes/seguidores de los mismos, y sin discusión, aunque tras Bertrand Russell y Sartre podríamos decir que se han desinflados siendo cada uno de ellos uno más, con sus seguidores correspondientes, pero que no concitan unanimidad.

De hecho, los medios de comunicación de masas han contribuido a que muchos aprendices de filósofos entren en contacto con distintos y diversos maestros, recogiendo y descartando sentencias de unos y de otros y siendo autores de “filosofías pupurris” y que, muchas veces, son tan atractivas que concitan a grupos de seguidores.

Claro que, cuando hablamos de “filósofos” estamos reduciendo el campo a Occidente, porque en Oriente lo que suelen existir son “sabios”, que se las arreglan ellos solos, que son capaces de aislarse en una cueva en lo alto de un monte y que practican, en su vida, sus propios pensamientos, transformándose en soledad y a los que, a veces, les estorba tener discípulos seguidores.

Yo siempre he afirmado que los pensadores orientales practican la “Ética” y son “Éticos” más que lo que entendemos los occidentales por “filósofos”.

El auténtico filósofo no se considera el héroe que ha descubierto un campo nuevo y está obsesionado por predicarlo y darlo a conocer a todo el mundo.
Él juega con el conocimiento y pone en cuestión, removiendo los cimientos de lo que el común de los mortales considera verdades sólidas en las que apoyarse y sobre ellas construir su vida,  su pensamiento y su esquema de valores.

El filósofo nunca puede ser “un dogmático” y su obsesión por salir de la duda que lo aguijonea lo mete en más y más profundas dudas.

El filósofo está condenado a vivir en el océano de la duda, pero sin rendirse a ella sino peleando con ella.

"MALASANGRE": LA SANGRE NO OBLIGA.


LA SANGRE NO OBLIGA.

La "familia de sangre" que siempre es, por necesidad, el "primer tipo de familia" no es, de manera necesaria "el mejor tipo de familia".
Aunque tenga, hasta marcadas, las mejores cartas para serlo, muchas veces, por no saber jugarlas, pierden la partida.

LA SANGRE NO OBLIGA.

Hay niños deseados, buscados y encontrados así que, cuando llaman a la puerta y se presentan, se les recibe con alegría y el instinto (maternal sobre todo, porque ese niño siempre será de “madre conocida” pero de padre… (seguramente también), se le besa, se le acaricia, …

El siempre será su hijo y ella siempre será su madre porque, en primer lugar, es su madre biológica (y cogenética).
Es, sobre todo, ella (también él) la que le ha dado la vida, la sangre y compartido los genes,

Pero no es raro que luego, a ella, no le guste la forma de ser de su hijo y a su hijo la forma de ser de su madre.
Y, a veces, el maltrato hace acto de presencia.
En un comienzo, del más fuerte, (los padres) contra el más débil (el hijo), después todo puede darse la vuelta.
Y, a veces, judicialmente, se les puede retirar a los padres la crianza y custodia de su hijo de sangre.

Es, entonces, cuando pueden aparecer otros padres  (otra familia), paralela, de adopción, que sea un colchón de paz para el hijo.

No es una familia de sangre, pero la sangre NO OBLIGA.

Es EL CARIÑO, EL AMOR,  EL ROCE, EL RESPETO, EL CUIDADO,…que no van, necesariamente, en el mismo kit de la sangre.

“NACER EN” Y “NACER DE”  son hechos que no se eligen, y menos los hijos, son accidentes.
Tu podías haber nacido en otra “nación” (“nación” viene de “nacer”) y haber nacido de otros “padres” (aunque tú ya no serías el mismo “tú” que ahora eres), porque en algún “lugar” hay que nacer y de unos “padres” tiene que ser.

Después uno puede renunciar a ambos.
Puedes “nacionalizarte” en otra “nación” o puedes adquirir la “doble nacionalidad” y si te gusta la “nación” en que has caído puedes amarla y convertirla en “patria”.
O declararte “apátrida” y/o “cosmopolita”, ciudadano del mundo y no de una ciudad o nación concreta.

Igualmente con los padres-hijos.
Puedes renunciar a “esos padres” biológicos que, no por ser los “primeros” son ni tienen que ser los mejores o ellos pueden renunciar a su paternidad, desvinculándose del hijo, no abandonándolo durante su minoría de edad, sino entregándolo a una “institución estatal” o con una nueva familia, ya no consanguínea sino paralela o de adopción.

LA SANGRE NO OBLIGA.

Son varios y variados los tipos de sangre de los humanos pero cualquiera de ellos puede convertir a una persona en un “malasangre” (persona perversa, malintencionada, vengativa, atravesada, mala, malvada, nociva, indigna, despreciable,…)

Y “malasangres” pueden ser tanto los hijos, ya adolescentes, como los padres biológicos o de adopción.

El alcoholismo, la droga, la delincuencia, y cosas parecidas pueden ser los causantes de llegar a ser “malasangres”

El niño tiene derecho a vivir (la comida) y a crecer y madurar como persona (alimento cultural, de valores) y si la familia biológica no puede/no quiere/no sabe, es obligación de las instituciones sociales procurárselo.

El requisito imprescindible para que un niño nazca (los padres) no otorga título alguno de propiedad sobre el hijo durante la minoría de edad.

LA SANGRE NO OBLIGA.

domingo, 23 de junio de 2019

OCIÓFÓBICOS Y OCIOFÍLICOS.




Yo estoy entre los segundos.

En otros lugares he razonado el “derecho a la pereza” y he afirmado que “el que trabaja es porque no puede dejar de trabajar” ya que su trabajo no es placentero (excluyo a la mayoría de los maestros de infantil y primaria así como a los de Instituto, en los que el trabajo, además de estar remunerado es vocacional, y entre los que me he incluido)

Sé que hay personas que tienen no “horror vacui” (“vacío”) sino “horror domus” (“casa”) y son capaces de alargar su jornada de trabajo, aún sin cobrar, para no tener que llegar ton pronto a casa.
O que renuncian a las vacaciones, no tanto por amor al dinero como por no tener que sufrir el estrés de no saber qué hacer si no están trabajando.
Son los “ociofóbicos”, los que están deseando que se acaben las vacaciones para engancharse a la cadena del trabajo.

El “ocio” no es la “vagancia”, es el poder disponer del tiempo para dedicarlo a hacer eso que más te gusta, desde leer a pasear, desde visitar iglesias o museos a acudir a escuchar una conferencia, desde acudir a un teatro (sea a la hora que sea) como sentarte a la orilla del mar a contemplar la salida de la luna que estaba zambullida en el agua (sea la hora que sea), es el poder levantarte sin despertador y cuando te apetezca a poder acostarte cuando te venza el sueño y tus ojos te digan “hasta luego, Lucas” que nosotros echamos la persiana.

Yo soy un “ociofílico empedernido”.

viernes, 21 de junio de 2019

ELFILÓSOFO Y EL ROBOT DE LIMPIEZA


EL FILÓSOFO Y EL ROBOT DE LIMPIEZA.

Era lo que, desde pequeño, le gustó estudiar y fue lo que estudió: FILOSOFÍA.

Nada más terminar comenzó la peregrinación didáctica buscando una plaza de profesor de Filosofía.

No la encontró.

Pero tenía que comer y en el INEM, tras muchas visitas, le ofertaron un trabajo: “representante de robots de limpieza”. Y la aceptó.

Estudió los prospectos, las guías, los documentos,…todo lo que tenía que ver con las ventajas de adquirir uno de “sus” robots.

Salió a hacer la calle. Llamó a un portero automático. Le abrieron la puerta. Subió al ático del bloque. Le abrieron la puerta. Se presentó con su mercancía supervalorando las ventajas de comprarlo.

A la mujer se le había despedido su Kelly (“la k limpia) particular y escuchó atentamente al filósofo-representante o al representante-filósofo. No era caro. Se interesó por el aparato.

.- F.R. (Filósofo-Representante). Este robot, de manera autónoma, le hará la mitad de la limpieza de su casa.
.- S.R. (Señora Rica). Pues póngame 2 y así no tendré que hacer yo nada de limpieza.

.- F.R. Creo que no me ha entendido bien. El robot le hará “la mitad” de la limpieza.
.- S.R. Lo he entendido perfectamente. Si Uno me hace la mitad, Dos me hacen la limpieza completa.

.- F.R. No. No me ha entendido bien.
.- S.R. Explíquese, entonces.

.- F.R. Voy a tener que darle una clase de Filosofía.
.- S.R. Pero sin cobrar.

.-F.R. Sin cobrar. Va incluido en el lote.
.- S.R. Pues adelante.

F.R. Como estoy seguro de que Ud. no ha oído hablar de Zenón de Elea, que vivió en el siglo V antes de Cristo y al que se le llama “el filósofo de las paradojas”.
S.R. ¿Para…qué?

F.R. Paradojas. Una paradoja es un dicho o un hecho que parece contrario a la Lógica. Por ejemplo: Si Aquiles (el hombre más rápido) se apuesta con una tortuga (el animal más lento) a ver quien llega antes a la meta que está a 10 metros y le da una ventaja de un metro, Aquiles NUNCA podrá alcanzar a la tortuga porque mientras Aquiles recorre ese metro de ventaja, la tortuga habrá recorrido algo y cuando Aquiles llegue a ese algo la tortuga habrá recorrido otro algo, y cuando Aquiles llegue a ese otro algo, la tortuga….y así hasta el infinito, y para recorrer el infinito será necesario un tiempo infinito, luego Aquiles nunca la alcanzará.
Ud. dice que si 1 robot hace la mitad 2 robots lo harán todo.
Cuando el primer robot haga la mitad (el 50%) todavía queda la otra mitad (el otro 50%).
El siguiente robot hará la mitad de ese 50% luego quedará por hacer el 25 %.
El siguiente robot hará la mitad de ese 25%, luego quedará por hacer el 12,5%.
El siguiente robot hará la mitad del 12,5%, luego quedará el 6,25%.
El siguiente robot hará la mitad del 6,25%, luego quedará el 3,125.
El siguiente robot hará la mitad del 3,125%, luego quedará 1,50625.
El siguiente robot hará la mitad del 1,50625, luego quedará …
Y así hasta el Infinito.

S.R. Entonces ¿cuántos robots tengo que comprar para no tener yo que hacer nada?
F.R. Un infinito número de robots, PERO debe Ud. saber que siempre tendrá que hacer algo de limpieza. Nunca los robots, por infinitos que sean, podrán hacerle TODA la limpieza.

S.R. ¿Y cuándo dice Ud., que nació ese filósofo?
F.R. En el sigo V a.C.

S.R. ¿Y ya había robots, entonces?
F.R. No, Robots no había. Lo que sí había eran razonamientos paradójicos.


LAS CUATRO MANZANAS ( y 4 ) LA MÍA


LA CUARTA MANZANA.

Es la mía.

La manzana Granny Smith, gorda y de color verde luminoso, la de la “abuelita Smith”, creada artificialmente en Australia, por la hibridación de la “doméstica” y la “silvestre”, de sabor intenso y desafiante, crujiente, jugosa y ácida, la que, una vez abierta, no se oxida tan rápidamente como las de otras especies, la más empleada en las tartas de manzana, y que es  la que casi a diario y de postre, en la cena, suelo comérmela, partida a trocitos y untada/remozada en un yogurt blanco, con edulcorante, de mi Mercadona del alma.

Una Manzana, para mí, muy importante pues es una de mis “santas rutinas nocturnas” que me desestabiliza emocionalmente cuando acudo al frigorífico y está ausente, por mi imprevisión.

No es causa de pecado (como la de Eva), ni es causa de libertad (como la de Guillermo Tell), ni es científica (como la de Newton), pero es una manzana que me produce orgasmos de sabor en mi paladar y papilas gustativas (aunque sea problemática para personas con dentadura postiza).

Una manzana productora de placer, al tiempo que mantenedora de vida.


jueves, 20 de junio de 2019

LAS CUATRO MANZANAS ( 3 ) LA MANZANA DE NEWTON.



Es la manzana que simboliza el triunfo de la ciencia como explicación del universo, sin tener que recurrir a la Teología.

Es la manzana del triunfo definitivo de la razón.

Se cuenta (aunque parece que tampoco la historia de esta manzana sea un hecho real) que,  estando Newton sentado a la sombra de un manzano, y apoyado sobre él, vio caer una manzana delante de sus propias narices por lo que se preguntó por qué caían, esa y todas las demás manzanas, al suelo y, además, verticalmente.

La respuesta a tal pregunta, y después de muchas observaciones y experimentos, sería el descubrimiento de la ley de caída de los graves, la ley de la gravitación, considerando a los cuerpos como imanes que se atraen mutuamente.

“Los cuerpos se atraen con una fuerza directamente proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de sus distancias.
(m x m) / dd (es que no sé poner el exponente 2 a la “d”).

La manzana es un cuerpo/masa (imán).
La tierra otro cuerpo/masa (imán) y se atraen mutuamente.
Naturalmente, el mayor atrae al menor, de ahí que sea la manzana la que cae a tierra y no la tierra la que suba hasta la manzana.

Además cae/tiene que caer perpendicularmente ya que el centro de la tierra es el centro de gravedad y/o de atracción.

Aristóteles (teleológico él) habría dicho que si caía de esa manera era PARA ir a su lugar natural (Teoría de los lugares naturales: el arriba (del humo y del fuego) y el abajo (de la tierra y del agua).

Newton, en cambio, (mecanicista él) dirá que si cae de esa manera es PORQUE el cuerpo mayor atrae al cuerpo menor, y hacia su centro de gravedad que, en este caso, es el centro de la tierra.

miércoles, 19 de junio de 2019

LAS CUATRO MANZANAS ( 2 ). LA MANZANA DE GUILLERMO TELL



  MANZANA, LA DE GUILLERMO TELL.

Es la manzana símbolo de la libertad, de la resistencia y de la independencia, tanto individual como nacional

Seguramente que, como la anterior, es una leyenda, un mito, una “falsa realidad”, pero que se ha convertido en el símbolo de y para Suiza.

Corría el siglo XIV.
Los cantones suizos querían independizarse de Alemania, donde reinaba la familia-dinastía de los Habsburgos.

El gobernador alemán en Suiza, representante del rey alemán, había colocado en la mitad de la plaza, a la entrada del puente y colgado de un palo, su sombrero (representando al rey alemán) ante el que tenía que descubrirse, inclinarse y hacerle una reverencia todo aquel suizo que por allí pasase reconociendo, así, la autoridad de su rey.

Ocurrió que pasó por el puente, con su hijo de la mano, Guillermo Tell, un buen cazador, un buen padre y una persona muy bien considerada entre sus paisanos, pero, al pasar junto al sombrero, ni tan siquiera se descubrió, hecho que fue comunicado inmediatamente por los soldados al gobernador, el cual decidió requisarle la ballesta, los dardos y detenerlo, apartándole de su hijo.

Ante la protesta de Guillermo Tell el gobernador le hizo una apuesta:
“Te devolveré a tu hijo y quedarás en libertad si, como tienes fama de buen tirador, atraviesas una manzana colocada sobre su cabeza”.

Guillermo Tell aceptó el reto y pidió que le devolviesen la ballesta y dos dardos.

El gobernador, entonces, solicitó que le trajeran una manzana.

Los soldados colocaron al niño apoyado sobre un árbol, con la manzana sobre su cabeza.

Los suizos que habían presenciado todo el espectáculo, se mostraron expectantes y temerosos por el peligro que suponía para el niño.

Tomó la distancia que el gobernador le obligó, se distendió, apretó sus pies contra el suelo, abrió, tensándola, la ballesta, colocó uno de los dardos, se concentró durante unos segundos, atinó y… disparó.

El dardo atravesó la manzana quedando clavada en el árbol.

La gente clamó un sonoro “bien”.

El gobernador no tuvo más remedio que devolverle a su hijo y dejarlo en libertad.

Pero, a continuación, quiso salir de una duda preguntándole que, si tan seguro estaba de acertar con el primer dardo, por qué había solicitado un segundo.
A lo que Guillermo Tell contestó que para dispararlo contra quien había ordenado que disparara el primero.

Por lo que se cuenta, por esta osadía, el gobernador mandó encarcelarlo.

Poco tiempo después Suiza conseguiría la independencia, excarcelaría a Guillermo Tell y lo consideraría el héroe y símbolo de la resistencia, de la libertad y de la independencia del pueblo suizo.

martes, 18 de junio de 2019

LAS CUATRO MANZANAS (1) LA MANZANA DE EVA Y ADÁN.


 ¿Habrá habido, hay y habrá manzanas en el mundo?


Pero de todo ese casi infinito número de manzanas del mundo mundial sólo CUATRO han pasado a la historia.

1.- La manzana de Eva y (por invitación o mandato) de Adán. La manzana del pecado de desobediencia, la causante de nuestra expulsión del Edén, la que condenó al varón a trabajar, para poder comer, y a la mujer a parir con dolor a sus hijos.

2.- La manzana de Guillermo Tell, la manzana de la resistencia y del orgullo, la manzana de la libertad y de la independencia.

3.- La manzana de Newton, la manzana causante o condicionante de la Física, tanto terrestre como celeste, la que propició el descubrimiento de la Ley de la Gravitación Universal.

4.- La manzana (?)….

1.- EVA, ADÁN Y LA MANZANA.

Es la manzana que nunca existió pero es la que simboliza el primer pecado del mundo, el pecado de desobediencia, con todas las consecuencias que un mordisco de la misma ocasionó para toda la humanidad.

Partiendo del hecho de que el Paraíso Terrenal, el Edén, ubicado entre los ríos Eufrates y Tigris, ubicado en Oriente Medio, en el actual Irak, cuna de la humanidad en las personas de nuestros primeros padres, nunca existió, porque el origen de la humanidad se encuentra en África (y no en Asia) y teniendo en cuenta que NUNCA hubo un primer hombre ni, menos aún, una primera mujer y, también, teniendo en cuenta que la existencia de manzanas en el actual Irak es un hecho histórico no muy lejano (es decir, que en tiempos de esos inexistentes Adán y Eva, en ese pretendido Paraíso Terrenal, no existían las manzanas….).

Dice el Génesis que Dios creó el mundo en 6 días y que, cuando, en el sexto creó al hombre (“varón y hembra los creó” según los primeros versículos, pero que en los versículos siguientes afirma que sólo creó a Adán pero que como se aburría como una ostra le pidió a Dios que le diera una compañera, como a todos los demás animales, macho y hembra, que no se aburrían porque copulaban a placer y parían animales de su misma especie y que, entonces, Dios, cuando Adán estaba dormido, le arrancó una de sus costillas y de ella “formó” (no creó, porque crear es sacar de la nada y, en este caso, había una costilla de la que….).

Dios –como iba diciendo- cogió a la pareja y dándoles una vuelta por el jardín fueron “poniéndole nombre a las cosas” (he ahí el origen divino del lenguaje) pero les advirtió que podrían coger y comer de todas las frutas de todos los árboles EXCEPTO de los dos que se encontraban en el centro del Paraíso: 1.- El Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal (que tendría que ser un manzano) y 2º.- El Árbol de la Vida.

Pero (machismo bíblico) el demonio, disfrazado de serpiente (un reptil, que ni nada (como los peces), ni corre (como los bípedos y cuadrúpedos) ni vuela (como las aves) tentó (y convenció a la mujer) para que probara la fruta de los dos árboles prohibidos, con el señuelo de que si probaba la fruta de esos árboles sería “como Dios”, por lo tanto Infinitamente Sabia y Eterna.

Y Eva, ingenua ella, (¿ingenua o, más bien…?) cayó en la trampa, y no sólo cogió y mordió la manzana sino que invitó/ofreció/insistió en que Adán también la probase, la mordiese.

La primera consecuencia es que “se dieron cuenta” de que estaban desnudos (cosa que ya lo habrían estado desde el primer momento, pero que “no habían sido conscientes”), “conocieron”, por primera vez tuvieron el primer conocimiento que, por lo que se ve, no debió gustarle ni gustarse mucho porque “sintieron vergüenza” y se taparon (“sus vergüenzas”) con hojas de parra o de higuera.

La historia ya la conocéis.

Dios los expulsó del Paraíso por “pecar”, por “desobedecer” (primer pecado de la historia y de toda la historia que nunca les gusta a los jefes de cualquier categoría, ni al padre con sus hijos, ni al patrón con sus obreros, ni al cura con sus feligreses, ni al rey con sus súbditos, ni al político-gobernante con sus ciudadanos).

Analicemos el pecado de Eva-Adán.

Probar el fruto del Árbol del Bien y del Mal conllevaba que, desde ese momento, ya podían ellos, por sí mismos, saber qué era lo bueno (para hacerlo, cogerlo o comerlo) y qué era lo malo (para evitarlo) SIN TENER QUE CONSULTAR CON EL JEFE, sin tener que pedir consejo, siendo autónomos, libres, sabios.

Y eso nunca lo desean ni lo permiten los jefes, que quieren y disfrutan de que sus subordinados sean menores de edad, por lo tanto, necesitados de tutores (kantianos) que los alejen del peligro y los conduzcan al bien, como el buen pastor sabe dónde están las buenas hierbas donde llevar a sus ovejas a pastar y, luego y siempre, le estarán sumamente agradecidas.

Desobedecer a Dios no es un acto de rebeldía, es querer saberlo por sí mismo, es el “sapere aude” kantiano (“atrévete a saber por ti mismo”, a ser “independiente”, a ser “libre”, a ser “autónomo” (y no heterónomo), a ser “mayor de edad” (sabiendo, optando y siendo responsable de sus acciones).

Para ser jefes tiene que haber súbditos, dependientes, como para “ser dios” debe haber adoradores, postulantes, ignorantes, menores de edad, necesitados de ayuda.

“Querer ser como Dios” es el mayor pecado para cualquier dios, porque supone su no necesidad, su estar demás, su sobrar, su prescindencia (palabro mío)
Dios ya no sería necesario en el conocer de los hombres, Y eso, ningún dios puede tolerarlo.

Es como si Dios hubiera reflexionado: “como ya se han visto desnudos, sin Yo decírselo, es que ya lo saben, han comenzado a saber y, como van a seguir así, a partir de ahora, podrán saberlo todo sin tener que consultármelo a Mí”.

Y, pensaría también: “tengo que expulsarlos del Paraíso porque como sigan aquí éstos son capaces de probar la fruta del otro árbol, del Árbol de la Vida, y ya, ¡lo que me faltaba¡ que vivieran para siempre, que fueran eternos, como Yo”.

 Así que los expulsó y colocó a la puerta del Paraíso a un ángel con espada de fuego, no siendo que, con tanta fatiga laboral y tanto dolor parturiento, tuvieran la tentación de volver y…

Así que fueron condenados: él a conocer por su cuenta, a experimentar (ensayo-error) lo correcto y lo incorrecto, lo útil y lo perjudicial,…. y tener que trabajar para poder comer y no morir de hambre, “ganándose el pan con el sudor de su frente” (y no con el “sudor del de enfrente” como creen los hijoputas) tanto para él como para ella como para la prole, por lo que tendrá que trabajar, no sólo para sí, sino para varios.

Y ella a parir y parir, además con dolores de parto, sufriendo, para mantener viva la especie.

Pero para poder parir, antes tiene que estar preñada. Y para poder estar embarazada antes tiene que copular con el varón (¿por detrás como todos los animales?

Y aquí entra la historia de Lily, la primera Eva, la creada al mismo tiempo que Adán y que le diría a Adán que nanay de la China…. por lo que Dios habría tenido que “formar”, de la costilla de Adán, a la segunda Eva, la subordinada al varón (como la costilla es una parte y está subordinada al cuerpo).

Además, para copular, hay que sentir placer (¿alguien se imagina copular no sólo sin orgasmo, sino con dolor? Se acabó la especie humana). Así que la naturaleza puso la trampa del placer entre las piernas del hombre, del varón y de la mujer, uno sintiendo el placer al “penetrar” y la otra “al ser penetrada” y así….así seguimos. Aquí y así.

Pero la mujer de hoy no quiere ser Eva sino Lily.

¿Por qué, a lo largo de la historia, sólo se nos ha contado la versión de la segunda Eva, la subordinada, “la costilla”, la inmadura, la necesitada,…?

POR INTERÉS DE LOS VARONES, sean maridos, padres, sacerdotes, gobernantes,….POR MACHISMO.

Cuando la mujer está siendo consciente de todo esto y no quiere ser  menos ni más que el varón, sino igual a él, está reivindicándolo, el VARÓN ESTÁ SINTIÉNDOSE DESCOLOCADO.

(Quizás algún día contaré la “historia de Lily”).

lunes, 17 de junio de 2019

SÓCRATES Y "MATRIA", "PATRIA" Y "FRATRÍA" ( Y 3 )


El contenido que yo le doy al término FRATRÍA, no es el que le da el diccionario.

Dice el D. de la R.A.E. que “fratría” es:
1.- Entre los antiguos griegos, subdivisión de una tribu que tenía sacrificios y ritos propios.
2.- (bio), Conjunto de hijos de una pareja.
(“Frater-is”, en latín, es “hermano”, por lo que la fratría sería el conjunto de los fratres, de los hermanos, la “hermandad”).
3.- Sociedad íntima, hermandad, cofradía.

Yo voy a entender por “FRATRÍA” a la especie humana, a la humanidad entera, sin discriminación de tipo alguno, ya que todos somos/debemos ser hermanos desde el momento en que “todos los hombres somos esencialmente iguales (no desiguales) aunque seamos distintos (no idénticos)”.

Si los Derechos Humanos son universales es porque todos pertenecemos a la especie humana, a la misma especie humana, aquello en lo que todos coincidimos. (Me opongo, pues, a los derechos fundamentados en la distinción, derechos humanos por ser distintos (por ser homosexuales, por ser negros, por ser cristianos, por ser mujer, por ser vasco…).

Con “FRATRÍA” quiere decir lo mismo que algunos filósofos griegos cuando afirmaban “ser ciudadanos del mundo”, no ciudadanos de una ciudad concreta, sino que la única ciudad fuera la tierra.

Si la MATRIA es el origen y ella nos da la vida, la PATRIA (entendida como Sociedad) es la que cuida de nuestro desarrollo, de nuestro crecimiento adecuado, mientras que la FRATRIA sería la Meta a la que llegar.

La MATRIA nos nace, la PATRIA nos hace, la FRATRIA nos ennoblece, nos perfecciona, nos eleva a una categoría superior de hombre.

Si apenas éramos un apéndice de la Matria, dependientes de ella por una cadena umbilical, nos hicimos independientes en la Patria para, finalmente, estar pendientes de todos los hombres.

Algo que suelo repetir “nos nacen hombres, nos hacen humanos, nos hacemos personas”

Desde (1) el “NO PUEDO” de la Matria, desde la dependencia total, desde el ámbito de la necesidad, desde el no ver, al (2) ámbito de la libertad, de la independencia, del “SÍ PUEDO”, del ver el presente, del atender al aquí y al ahora, para desembocar en (3) “DEBO”, el ámbito de la moral, del compromiso, del mirar al futuro y ver realizada la utopía de la unificación de la especie humana.

Desde el “yo” al “nosotros” y, desde aquí, al “todos”.

La cuarta pregunta kantiana: “¿Qué me está permitido esperar”? ha sido interpretada, por muchos filósofos, en clave religiosa, como perteneciente al ámbito de la religión y que tiene que ver con “el más allá” de esta vida.

Creo que esta pregunta podría entenderse adecuadamente si introdujésemos el término-concepto “racional” y la cuarta pregunta quedaría así: “Qué me está permitido, racionalmente, esperar” y ya no quedaría encadenada a la religión sino a la historia, al futuro, al más allá del ahora, pero aquí.

Esto conllevaría el tener que justificar las acciones, si me dirigen o me desvían de la meta a la que llegar.
Estamos hablando ya no sólo de acciones individuales (mías) sino también, y sobre todo, de acciones sociales (nuestras), para poder ser calificadas de morales o inmorales.

Desde el “agradecimiento” a la Matria y la “cooperación” con la Patria a la “solidaridad” de la Fratría.

Necesitam
os, ya, ser personas que vean más allá del momento y piensen más allá de la época en que estamos instalados.

Necesitamos borrar las separaciones que hasta ahora nos han caracterizado, las barreras de todo tipo, geográficas, políticas, ideológicas, raciales, nacionalistas, sexuales,…y reunificar a la especie humana, como una, respirando el mismo aire, el de la solidaridad, el de la Fraternidad.

Si ha existido y existe el “amor fraterno”, el amor entre hermanos, procedentes de una misma pareja, ¿por qué no el “amor fraternal” entre todos los que formamos la misma especie, la “especie humana”?.

Dice Ortega que “amar una cosa es estar empeñado en que exista”. ¿Por qué no amar esa “u-topía” para que deje de ser “u-topía” y se convierta en “tópica”, en una realidad existente?

Quizá haya llegado la hora de realizar esa gran Utopía: que GAIA sea la gran MATRIA, desde la PATRIA de las naciones, reinando la FRATRÍA.

El nuevo paraíso terrenal pero, esta vez, no donado, no dado gratuitamente, sino paso a paso, codo con codo, entre todos conquistado.
1


domingo, 16 de junio de 2019

SÓCRATES Y "MATRIA", "PATRIA" Y "FRATRÍA".( 2 )

La PATRIA, en cambio, sería el útero social. Nada más nacer la partera (actualmente bien la matrona o el ginecólogo) te recogen en la salida y te depositan en la Sociedad.

No es igual “nación” que “patria”.

La “nación” es el lugar o el país en que se ha nacido.
Todos los vivientes, quieran o no quieran, tienen una nación, porque todos tienen que haber nacido en algún lugar.
Otra cosa es que te sientas ligado a esa “nación” por vínculos fundamentalmente afectivos.

En la “nación” se nace, a la “patria” se la ama.
No tienen por qué coincidir necesariamente.

A uno lo pueden haber nacido en el lugar no deseado (un viaje al extranjero y la parturienta se pone de parto, pare y el niño “nace”).

Nadie puede renunciar a su nación, a su nacimiento, pero sí puede uno imaginarse a alguien que no ame ese lugar, o que no sienta afecto por ninguno (por ejemplo, el apátrida).

La patria también puede ser de adopción.

Yo mismo suelo decir que soy “castellano de nacimiento, andaluz de adopción y malagueño de vocación” (así consta en el inicio de mi blog)


viernes, 14 de junio de 2019

SÓCRATES Y "MATRIA", "PATRIA" Y "FRATRÍA". ( 1 )


Sócrates se sentía orgulloso de ser hijo de un escultor (Sofronisco) y de una partera o comadrona (Fenaretes).
Solía decir que él había heredado, seguido, continuado con el oficio de sus padres, con una pequeña (o grande diferencia).
Mientras su padre esculpía en piedra el cuerpo, en sus estatuas, de varones, él (Sócrates) esculpía el alma de los jóvenes, unos adolescentes con la mente aún moldeable, con la mollera todavía no muy dura, y que estaban en situación de ser así o de otra manera.

Moldear, darle forma al alma, hacer que fueran justos, honrados, inteligentes, solidarios,… ya que, sólo así, si querían ser gobernantes de la ciudad, podrían conducir a ésta a la prosperidad, haciendo de ella una sociedad justa.

Igualmente decía haber seguido el oficio de su madre, partera o comadrona, pero, igualmente, con una pequeña (o grande diferencia).
Mientras su madre asistía sólo a mujeres, parturientas, él, Sócrates, asistía a varones; y en vez de ayudarle a que saliera el niño del vientre materno, como hacía su madre, él ayudaba a que saliera la verdad de la mente de los varones.

Su madre no metía al niño en el vientre de la madre, ya estaba allí, sólo ayudaba a que saliera.

Igualmente yo, Sócrates, no enseño la verdad a los jóvenes, no se la meto en sus mentes (“yo no soy un sofista”).

La verdad ya está allí, “la verdad es innata”, pero está cubierta, tapada, enterrada, y yo, Sócrates sólo les ayudo a que la descubran, la destapen, la desentierren.

Si la vía de salida del niño es el canal uterino, la vía de que se muestre la verdad, es el método socrático, llamado, precisamente, “mayéutica” (el arte de dar a luz, de alumbrar).

Si su madre es “partera”, porque es la que “parte”, la que “corta” el cordón umbilical con el que estaba el niño unido a ella o “comadrona”, la que coopera para que la parturienta para bien y sea madre.
La comadrona es como una madre en segundo plano porque, aunque ella no pare, sin ella, quizá, la parturienta no pariera y no podría ser madre.

Igualmente yo, Sócrates, ayudo a que los jóvenes “paran”, alumbren, la verdad.

Si la comadrona es “el paso obligado” para que el niño salga, felizmente, “de”… e ingrese “en”… Igualmente el “filósofo” es el ayudante que pone al joven en el camino de su autonomía.

Todos nosotros deberíamos saber quién fue la partera de nuestra madre, porque ella es nuestra “matrona”.

¿Por qué todos sabemos quién fue nuestra “madrina” (versión cristiana) y no sabemos quién fue nuestra “matrona” (versión laica, biológica, vital? ¿No es más importante “vivir” que “asegurarse de que vas a vivir cristianamente”?.

Si mi madre -dice Sócrates- ayuda a que la criatura salga del “claustro materno”, le corte el lazo de unión, se independice, biológicamente, de la madre e ingrese en el “claustro social”, yo, Sócrates, ayudo a que los jóvenes salgan de la tutela paterna, se independicen de la autoridad, dejen de considerar verdad lo que los superiores han dicho que es verdad y que ellos comiencen, siendo libres, quedando liberados de la tutela de la autoridad, comiencen a pensar por sí mismos, porque la verdad está dentro de ellos, pero a las autoridades les interesa la sumisión, la obediencia, la dependencia.

Sócrates es un Kant, 2.200 años antes que Kant, que también les está gritando a los jóvenes “Sapere Aude”, “atrévete a pensar por ti mismo”, “libérate de los tutores, tanto religiosos como intelectuales”.
Muestra, saca, esa verdad que llevas dentro.

LA MATRIA, 

¡Qué nueve meses tan felices y placenteros en la matriz de la madre, en la MATRIA¡

Es más y mucho mejor que el Edén.

La madre le proporciona a su niño más que Dios a nuestros primeros padres.

Si, en el Paraíso, Adán y Eva lo tenían todo y no tenían más que cogerlo, en la “matria” no tiene ni que cogerlo, la madre se lo da incluso antes de que surja la necesidad.

La madre se lo da todo y por anticipado.

Ni hambre, ni sed, ni cansancio, ni frío, ni calor, ni esfuerzo.
Nadando en ese líquido amniótico que lo envuelve, en posición fetal, la posición a la que, ya de mayores, solemos acudir cuando nos acurrucamos en la cama y sentimos frío, como si inconsciente y freudianamente, añorásemos la “matria”.

¿Quién no ha visto la imagen del feto, nadando y con el dedo metido en la boca, “chupándose el dedo”?

Ese gesto debe ser la prueba del algodón de la felicidad.

Es lo que solemos echar en cara a quien nada hace y vive sin preocupación (“Tú no puedes seguir así, mano sobre mano, chupándote el dedo”).

Eso es lo que todos hicimos en la “matria” y eso es lo que no te dejan hacer en la patria.

Y tras la “Matria interna”, como “feto” desarrollándose, esa otra primera “Matria externa”, como “niño”.

¿Tendremos que darle la razón a Rilke cuando dice que “la verdadera patria del ser humano es la infancia”?

La “matria” será, ya el paraíso perdido por el desprendimiento, pero fue la muestra absoluta y palpable de la donación total, sin tener que ser correspondida.

La madre nada pide, sólo da, nada necesita para ser feliz, sólo su presencia.

Durante los nueve meses que van desde el depósito de la simiente hasta el nacimiento, pasando por todo el desarrollo tanto embrionario como fetal, la madre es donación absoluta sin dejar de ser ella.

Cuando, sin verlo, lo siente y cuando, ya fuera, lo ve tan indefenso, tan expuesto.

No hay mayor placer para una madre que ver a su niño en brazos, con la teta en su boca y con sus ojos abiertos mirándola, la mejor manera de darle las gracias sin decir nada y mientras mama.


jueves, 13 de junio de 2019

CELIBATO, PEDERASTIA Y "CASTRACIÓN QUÍMICA" ( y 3 )


LA CASTRACIÓN QUÍMICA.

¡Hay que ver la cantidad de tonterías que uno lee, a diario, en la prensa¡

Algunos proponen que para evitar las violaciones a mujeres, varones o niños lo mejor es aplicarle a los violadores, reincidentes, la castración química.

Pero, en verdad, “castración química” no tiene significado a no ser que con productos químicos se le mutile al varón sus genitales.

Castrar es amputar.

De pequeño asistía a la castración de los novillos, por el veterinario, cortándole los conductos seminales, rompiendo la comunicación entre testículos y verga.

Mi padre castraba (capaba) todos los años a los cerdos machos (las hembras eran más complicadas de castrar) sacándoles los testículos que, posteriormente, mi madre cocinaba (como si fueran riñones al jerez).

Como en casa siempre había gallinas, picoteando mierda por los corrales, raro era el año que no salían cluecas tres o cuatro gallinas. Se dejaban crecer a los pollitos (no se les sexaba) y cuando ya era manifiesto su sexo, macho o hembra, gallo o gallina, a éstas se las dejaba crecer para tener, siempre, huevos disponibles para la comida. Pero a los gallos los castraba (capaba) mi madre.

Una vez castrados, crecían y engordaban y se ponían como los pavos.
Raro era el domingo o día festivo que no comíamos conejo o gallo.
Eso sí, los gallos castrados se volvían sumamente agresivos. Teníamos un palo junto a la puerta, en el corral, para defendernos. En cuanto veían a una persona iban hacia ella y se le tiraban a las piernas clavándoles los espolones.
Se decía que su agresividad era la respuesta del gallo por haberlo dejado “maricón”.

(Tras el recuerdo de esta vivencia infantil, continúo con la castración química, propuesta).

He dicho anteriormente que castrar es cortar, amputar, separar.

Ésta castración química propuesta consistiría en la administración de fármacos inhibidores.
Pero ¿inhibidores de qué?
Sólo inhiben la estimulación genital (en palabras llanas: que al varón ya no se le empina, que no se le pone tiesa, que no se empalma (!perdón por lo barriobajero¡).

Pero ¿se le inhibe el deseo sexual?
NO, éste no desaparece.

Por lo tanto, si hay deseo o mucho deseo sexual y el cuerpo (fisiología) no responde, estimulándose, en la erección, puede haber/habrá una sobredosis de crueldad, por la frustración.

Violación y violencia.

La violencia no incluye la violación, pero tampoco la excluye, aunque una violación, siempre, sea violenta.

El castrado químico, frustrado en su respuesta genital, usará instrumentos rígidos (palos,…) y los introducirá en…

¿Qué se conseguiría con la “castración química” si no queda inhibido el deseo sexual?