martes, 30 de diciembre de 2014

RESUMEN DE LA CONFERENCIA: "SECULARIZACIÓN Y ATEÍSMO".

SECULARIZACIÓN Y ATEÍSMO. SUS RAÍCES EN EL SIGLO XIX.

                                                       
         La historia del pensamiento es la historia de las respuestas que el hombre, desde sus orígenes, ha ido dando a las preguntas consideradas fundamentales.

         Los  tipos característicos de respuestas podían clasificarse en dos: Las respuestas mítico-religiosas y las respuestas científico-tecnológicas.

         Durante muchos siglos, en el mundo occidental, las respuestas han venido sobre todo del cristianismo y han sido, en mayor o menor medida, unas respuestas fijas.

         ¿QUIÉN?.  LA AUTORIDAD. La autoridad divina (la revelación) y la autoridad humana (la jerarquía eclesiástica en sus múltiples variedades (concilios, encíclicas, la tradición, ex catedra…). La verdad, directa o indirectamente, viene de Dios, a quien hay que obedecer y cuyas verdades hay que aceptar, según el libro revelado o según las enseñanzas de La Santa Madre Iglesia.

         ¿QUÉ?. LAS CREENCIAS. Los dogmas

         ¿CÓMO?. CONDUCTA. Cómo obrar y comportarse en esta vida. Los ritos, la moral, los sacramentos, los mandamientos de la Ley de Dios y los de la Santa Madre Iglesia.

         ¿CUÁNDO?. Seis DÍAS son para trabajar, como castigo por el pecado en el paraíso, pero “el 7º descansarás”. “Santificarás las fiestas”. El Domingo (“dominus”) es el día del Señor. Más las “fiestas de guardar”, dedicados a la oración,…..

         ¿DÓNDE?.  LOS LUGARES SAGRADOS. Las iglesias, catedrales, ermitas, santuarios….

         ¿POR QUÉ?. Para la SALVACIÓN ETERNA. Porque hay que salvarse. El fin de esta vida es conseguir/conquistar la otra. Esta vida es “la mala noche en la mala posada”, es “muero porque no muero”, es la prueba, el examen único que hay que aprobar. Esta vida no es un fin en sí misma, sino “un medio para”. Hay que desvivirse en esta vida para conseguir la otra. “Quien la pierda, en mi nombre, la ganará para siempre”…

         Estas mismas preguntas, respondidas en la segunda mitad del siglo XX y en el XXI, varían totalmente.

         QUIÉNES son los líderes a seguir, los modelos a imitar, los ideales a los que llegar. Y son líderes de la Política (Zapatero….), de la Economía (Botín…..), del deporte (Gasol, Fernando Alonso, Nadal….), de la Tecnología (W.Gates…), de la Ciencia (los Nobels….)…Los niños y jóvenes de hoy NO quieren ya ser “curas o militares”: los dos poderes clásicos: el poder de las armas y el poder sobre las conciencias, el poder sobre el cuerpo y sobre el alma.

         QUÉ?. Las verdades vigentes son las de la ciencia. La cultura laica, secularizada.. Interesa el desarrollo tecnológico. La prensa, Radio, Televisión, Internet, Blogs,….La novela, la poesía, las ciencias humanas y sociales y las ciencias empíricas.
        
         CÓMO?. Las conductas, lo que es bueno o malo, la moral y la Ética, la solidaridad, la Justicia (más que la caridad), la honradez, la sinceridad, la ayuda social, el humanitarismo,….. y pasárselo bien, disfrutar, el hedonismo,…..

         CUÁNDO?. Todos los días con sus noches. Ya no se descansa el Domingo y las Fiestas de guardar. Cualquier día es bueno o malo para trabajar o para descansar. “Cerrado los martes por descanso del personal”, lo que quiere decir que los demás días se trabaja (que es cuando más clientela acude). Las vacaciones, los fines de semana, los puentes,….buscando el ocio y el descanso…son deseados y bien llegados.

         DÓNDE?.  En los Centros Comerciales, en los Centros de Ocio, en los cines y teatros, en los campos de fútbol y en las canchas de baloncesto, en la playa o en la montaña, en el Caribe o en Praga,….

         POR QUÉ?. Para pasárselo bien, para vivir a tope. “Oveja que bala, bocado que pierde”, “carpe diem”. La vida es para vivirla, para gastarla, para consumirla, para agotarla. Ha dejado de ser “un valle de lágrimas”  y queremos “reírnos mucho en un paraíso mundano”. El mundo y la carne han dejado de ser enemigos del alma y se han convertido en los más amigos del hombre. ¡Maldita la hora que tengamos que morir¡.

         Podríamos seguir….y seguir……y seguir….

         Vivimos en un mundo secularizado. Las personas acuden al hospital en vez de a la capilla para encontrar remedio a sus males. Las embarazadas acuden a revisiones periódicas, en su centro de salud, en vez de acudir a pedirle a Dios que su niño salga bien. Los cojos, los ciegos o los sordos no se conforman con su discapacidad, no se consideran “bienaventurados” y buscan soluciones humanas. El dolor es absurdo. El placer es una meta. La comodidad, incluso el lujo, es perseguido y envidiado. El sexo ha dejado de ser pecado y, aunque por desgracia, se haya convertido en gimnasia fisiológica, se practica por placer y no sólo, ni fundamentalmente, para traer niños. El sexo con seso.


         Podríamos seguir….y seguir…..y seguir…..

         Las funciones que hasta hace muy poco eran exclusivas de Dios las hemos puesto en manos de los hombres.
         La religión ya no explica nada, ni apenas socializa. La moral que se impone es la moral social. La conciencia está siendo moldeada por otros agentes distintos a la iglesia…. ¿seguimos?....

         Vivimos en un mundo secularizado,

         El siglo XVIII ya había prescindido del dios de la religión y en la peana vacía colocó a la diosa Razón. ( No sé qué tienen los pedestales que exigen estar ocupados ). Se creía en la Razón. Prometía mucho. Sus avances, tanto en lo científico como en lo tecnológico, ilusionaron a los ilustrados. El siglo XVIII era el siglo de la esperanza. Se impone una teoría optimista sobre la historia. Se experimenta la velocidad y no se divisa la meta; el futuro es siempre superable. Como conocemos más y podemos más, seremos mejores. La razón teórica y la razón moral serán compañeras de viaje. Pero el siglo XIX, mucho más avanzado, no dio frutos morales. Apoyándose en la libertad, nunca hubo tantos hombres no libres. La explotación laboral asentó su tienda y habitó entre nosotros. Nunca hubo tan pocos ricos y tan ricos y tantos pobres cada vez más pobres. La libertad, entendida de manera interesada, asesinó a su hermana. la justicia.

         TRES grandes pensadores del XIX, los denominados “filósofos de la sospecha”, Marx, Nietzsche y Freud, “sospecharon” que todo los que nos habían “contado” era un “cuento”. Que la realidad real era muy distinta a la realidad superficial. Se can cayendo todos los grandes mitos de la modernidad: La Razón, la Ciencia, el Progreso, la Democracia. No sólo no han contribuido a la mejora de los hombres, sino que los han envilecido, al adulterarse.

         La Religión había dejado de ser solución a los problemas humanos. Marx dirá que es “el opio del pueblo”, que  adormece al hombre, que lo consuela, pero que no soluciona nada. Freud  proclamará que es “una neurosis obsesiva”, una ilusión, deseos insatisfechos. Nietzsche anunciará, oficialmente, “Dios ha muerto”. No sólo no nos hace falta, sino que nos hemos quitado un peso de encima. Tenemos que acostumbrarnos a vivir sin Él. Seamos dignos de su muerte, hagamos nacer, en cada uno de nosotros, al superhombre. Ya hemos pasado por la fase de “camello”. Hemos abandonado la metamorfosis de “león”, atrevámonos, de una vez, a ser “niños”, juguemos, vivamos, disfrutemos.
         También Comte nos había dicho que la humanidad había dejado atrás el estado mítico-religioso y, tras pasar por el estado abstracto-filosófico, habíamos aterrizado en el estado definitivo, el estado científico. Los científicos, guiados por la razón, son los nuevos líderes. La nueva religión tiene una diosa llamada Humanidad.

         Los nuevos dioses, deicidas y sustitutos del dios cristiano y de los otros dioses, los nuevos dioses del siglo XX, sobre todo el Dios Estado y la Diosa Raza, más sedientos de sangre que el dios del Nuevo Testamento, provocarán dos guerras mundiales, tan cercanas todavía y en nuestra memoria.

         Hoy vivimos en una Sociedad Laica, Secularizada, Post-religiosa (no necesariamente antitea).
         Para ser una persona digna, honrada, justa,….no hace falta Dios (aunque no sobre Dios).

         Para ser un buen ciudadano no hace falta ser un (buen) cristiano.


                                      ¡Dios¡…..¡Dios¡……¡Dios¡…..

lunes, 29 de diciembre de 2014

¿RESUCITÓ JESÚS?



Ni Marcos ni Mateo, ninguno de los dos, siendo los evangelios más antiguos, nada dicen de la Resurrección física de Jesús de Nazaret.
Sí está escrito en Lucas y Juan pero…

Todo proviene de Pablo, (Saulo), que, camino de Damasco, persiguiendo a los cristianos, se cayó del caballo y… ¿alguien ha leído, en los evangelios, que fuera montado en un caballo?
Dicen que “cayó”, pero nada hay de caballo alguno.

Las 13 ó 14 Cartas/Epístolas de San Pablo, cronológicamente, aparecen: entre el año 51 la más antigua, la de los Tesalonicenses (a los habitantes de Tesalónica) y la última, la “2ª Carta a Timoteo”, el año 67, inmediatamente antes de ser decapitado.

Pero… ¿Cuándo había sido crucificado Jesús? ¿Año 27 ó 28?

“Si Cristo no ha resucitado vana es nuestra fe…” (1ª Carta a los Corintios, año entre el 54 y 57)

(Yo: San Pablo se refiere a “Cristo”, “el hijo de Dios” (que es el “Jesús de la fe”) no al “Jesús histórico”, el “hijo del hombre”)

¿Y desde ese año (27 ó 28), en que, según la tradición, se le apareció, en primer lugar a María Magdalena, no a su madre, no a Pedro, no a su hermano Santiago, sino a La Magdalena (¿por qué sería?, ¿sería su esposa?) hasta que aparece escrito en los Evangelios 3º y 4º, cronológicamente, …?

El Evangelio de Marcos, el más antiguo, que nada dice de Resurrección alguna, fue escrito entre los años 50-60 y el de Mateo, el 2º cronológicamente, que tampoco dice nada sobre la resurrección, es de los años 60-70.

En los que si aparece es en los de Lucas y Juan, pero el de Lucas apareció entre los años 70-80 y el de Juan después del año 95.
Estos dos son posteriores a las Epístolas de San Pablo, que es el que tajantemente afirma que resucitó: “Si no resucitó, vana es nuestra fe”.

Pero él ni fue compañero de viaje, ni estaba entre sus seguidores, ni, siquiera, lo conoció.

Pero, ¡claro!, una cosa es la “Resurrección de Jesús” y otra cosa es “la no muerte o pervivencia de sus ideas”.

Aunque, como hoy se sabe, de todo lo que “dicen los Evangelios que dijo” Jesús, sólo se mantienen 4 ó 5 frases.

Pero el neoconverso se metió tanto en la piel del defendido que fue el “primer padre del Cristianismo” y el mayor difusor de sus ideas, pues, al no ser él judío (y Jesús y sus apóstoles sí) se empeñó en que no era conveniente ni necesario que los nuevos cristianos tuvieran que practicar el rito judío de la circuncisión o fimosis.
De ahí el defensor de los cristianos gentiles o no judíos tras la dura batalla con Pedro, empeñado en que para ser cristiano era necesaria la circuncisión, como Jesús también estuvo circuncidado.


¿Que “no muriera su mensaje y siguiera vivo” lleva a afirmar la “resurrección física y su ascensión a los cielos?

ESTOY DE ENHORABUENA

MÁS DE 100.000 PÁGINAS VISTAS EN 5 AÑOS Y  CASI 77.777 VISITAS EN MI BLOG.
 ES PARA ESTAR SATISFECHO.

sábado, 27 de diciembre de 2014

EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA.


                                                       
         Lo que hizo el Tribunal Supremo hace algunos años fue algo de sentido común, algo así  como decirles a los padres:
        
         “No nos creemos que Uds. padres, no quieran lo mejor para sus hijos, que no quieran que sus hijos aprendan y practiquen un comportamiento cívico, que sean ciudadanos, que sepan cuáles son sus derechos y sus deberes y que los pongan en práctica.
No nos creemos que Uds. padres, no quieran que la ciudad, ese claustro social en que sus hijos viven y tienen que vivir, no sea mejor, más rica, que ofrezca más oportunidades, que esté moralmente sana.
No nos creemos que Uds. padres, quieran privar a sus hijos de la “ciudadanía”, porque ese es el campo, el terreno en el que sus hijos van a vivir. Sus hijos tienen que conocerla para detectar sus defectos y no caer en ellos y para comprobar sus virtudes e incrementarlas”.

         Esta materia no se la inventó Zapatero y el gobierno socialista para comerles el coco a los muchachos metiéndoles en sus mentes ideología, ideología, ideología.

No.

         Lo que hizo el gobierno fue obedecer y cumplir una orden expresa de la Unión Europea del año 2001.

         Según el Ministerio los contenidos de esta nueva materia debían girar alrededor de cuatro ejes:
         1.- Estructura ética de la sociedad.
         2.- El régimen democrático.
         3.- Los Derechos Humanos.
         4.- Los principios de la Constitución Española.

         ¿Alguien sensato puede ver peligrosos estos contenidos y oponerse a que sus hijos los estudien y objetar de conciencia, como lo hicieron varias asociaciones de padres?

         El problema surgió al especificar esos cuatro ejes, al plasmar esos principios en cuestiones concretas, el modo de tratarlas, el tiempo y espacio a dedicarle, en cuáles incidir más, en cuáles pasar como por encima, con menos profundidad…
         Pero, entonces, la disputa fue ya no la materia sino los libros de texto.

         Si yo, entonces, hubiera sido padre, con hijos en edad escolar (esta materia iba a impartirse sólo una hora a la semana, en 5º ò 6º de primaria y en 1º ó 2º ó 3º de E.S.O.) me hubiera pasado por el centro escolar, en el mes de Junio, para mirar el tablón de anuncios y ver qué libro de texto (qué editorial) había sido el aprobado por el seminario/departamento correspondiente y, si hubiera podido ser, informarme qué profesor iba a impartirla.
         Porque,  al final, más que la materia, más que el libro de texto, lo más definitivo y determinante (y todos lo sabemos) iba  a ser el profesor y su metodología.
En esta materia, más que en ninguna otra, el “quién” y el “cómo” priman sobre el “qué” enseñar.

         De hecho el tratamiento de ciertos ítems según los trataban  las editoriales (los autores) se parecían unos a otros como una silla a una castaña.

         Uno abría y ojeaba, en  su mano derecha, (y nunca mejor dicho) el libro de la Editorial Casals, y a muchos (a mí, entre ellos) les daban ganas de correr; pero si otro abría y ojeaba, en su mano izquierda (y nunca mejor dicho) los textos de la Editorial Octaedro o de Akal, a otros tantos les daban ganas de echar a correr y no parar. Claro que si abrías y ojeabas, con los ojos y la mente abierta, el de la Editorial S.M., cuyo autor es J.A. Marina, a muchos nos daban ganas de pararse, cogerlo y saborearlo, incluso el de la Editorial Editex, más en el centro o más equidistantes de los extremos.

         He sido, soy y seré un defensor acérrimo de una materia, como ésta, que implique a los muchachos en la sociedad.
         Incluso voy más allá.

         Igual que hay materias que tienen una parte teórica y otra práctica, como la Química (clase + laboratorio) o las Ciencias Naturales (clase + campo) o Historia (clase + archivos y bibliotecas) o la Geología (clase + montañas, ríos,…), también la Educación para la Ciudadanía debería tener una parte teórica y otra práctica visitando asilos de ancianos, hospitales infantiles, organismos de tráfico, bomberos, cárceles, centros de parapléjicos por accidentes de circulación,… visitas a centros u organismos sociales aún a costa de algo menos de conocimiento (para el que siempre habrá tiempo de adquirirlo).

         Enfrentar al alumno con problemas reales del momento: el derecho a viajar en avión y el derecho a la huelga de los pilotos; el derecho a bajarte artículos de Internet y el derecho de autor de quien lo ha trabajado y lo ha escrito…

         El gran problema que subyace, no sólo en esta nueva materia, sino en la enseñanza en general, es un error en el punto de partida.
         Hay cuestiones que deberían ser de Estado y no de Gobierno. Las relaciones internacionales, las fuerzas armadas, la enseñanza, la sanidad,… pero cuando un partido gana las elecciones, y gobierna, lo primero que hace es cambiar la enseñanza, la sanidad,… pero envuelta en ropajes vistosos: “optimizar recursos”.

         ¿Qué tipo de ciudadanos queremos? ¿Es una cuestión de Estado, gobierne quien gobierne, o es una cuestión del gobierno correspondiente?

         Nos haría falta un Gran Pacto entre todos los partidos.

         Volvamos a los libros de texto.

         Por lo general, casi todos, dividían aquellos cuatro ejes, en ocho temas.

         Por ejemplo, el 1º, “Las relaciones interpersonales”.

         Mientras Octaedro lo dividía en ítems como: sexualidad y afectividad, distintos tipos de familia, la prevención del embarazo no deseado, los métodos anticonceptivos, y Akal, otro tanto de lo mismo…. Editex trataba del cuidado de las personas dependientes, de la situación de la infancia, del acoso en las aulas, del “bulling”, de los Derechos Humanos.

         En el tema segundo, Octaedro y Akal incidían en el tema de la homosexualidad, la represión que han sufrido los gays a lo largo de los años… mientras Editex y S.M. hablaban de la participación y colaboración, del voluntariado como forma de solidaridad, sobre la seguridad vial….

         En el tema tercero Octaedro hablaba sobre los discapacitados y su integración en la sociedad…. mientras que Editex hablaba de los Derechos y Deberes del ciudadano, de la Declaración de los Derechos del hombre, de la mujer y cómo ha llegado a conquistar derechos antes exclusivos del varón…

         En el caso del texto de S.M. de J.A. Marina es curioso que fuera recomendado hasta por la Iglesia para sus centros privados o concertados

         Uno de los ítems más polémicos era el de “la familia y sus distintos tipos”.
         Otro era el tema de “la sexualidad”.
         Marina le dedicaba 2 páginas: sexualidad humana orientada además de a la procreación a las relaciones afectivas y sentimientos profundos como el amor. Santillana incidía en la no discriminación por razones de sexo. Octaedro le dedicaba 20 páginas (de 150) y hablaba de la prevención de las enfermedades de transmisión sexual, de los diversos métodos anticonceptivos, de la homosexualidad y la represión tanto civil como religiosa a lo largo de los siglos, de las distintas formas de expresión de los sentimientos.
         Cuestión espinosa para los sectores más tradicionales éste de la dimensión humana de la sexualidad, como también lo es el pluralismo moral.

         OCTAEDRO se quejaba de “las acusaciones aparecidas en algunos medios de comunicación donde hacen referencia a unas notas de la Conferencia Episcopal y de la C0NCAPA sobre el tratamiento que damos a algunos temas”.
         Se declara “escrupulosa en el cumplimiento legal y acorde con la Constitución Española y la Declaración Universal de los Derechos Humanos”.
         Luego analizaba puntos que habían originado la controversia, y lo hacía en un doble plano: 1.- Lo que dicen que dice el texto. 2.- lo que realmente dice el texto; siendo, por lo tanto, dichas acusaciones fruto del error de los intérpretes, no de los autores.
         Apostaba por “el respeto, el diálogo, la tolerancia y el pacto” como valores morales.

         AKAL, por su parte, exponía una declaración de los autores sobre “la campaña mediática desatada en su contra”. Una “falaz campaña orquestada por los medios de la derecha española contra nuestro libro que se basa en una sarta de mentiras sin escrúpulos, mentiras absurdas, tanto respecto a su contenido como respecto a nuestra posición”.
         Iba analizando los reproches y las críticas que le hacían y se defendía de varios medios de comunicación, de prensa, radio y televisión.
         Se quejaba de que llamaran a su libro “el libro de Zapatero” porque consideraban que su libro era un anti-manual, anticapitalista,….

         Es decir, y para terminar, que en esta materia, objetada por algunos padres, había de todo, como en botica.

         Pienso que más que objetar sobre la materia la objeción era sobre el tratamiento que se le daba a algunos temas, en algunos libros de texto, por lo que, me temía que, tras la sentencia del Tribunal Supremo, volverían a la carga sobre los libros de texto.

         Y eso fue lo que vimos.

¿Y hoy?

Pues, a pesar de que el Consejo de Estado pedía que se mantuviera la Educación para la Ciudadanía ya que, y según el Consejo de Europa y de la Unión Europea, desde el año 1.997, propugnan como “objetivo educativo de la Unión velar por el aprendizaje de los valores democráticos y de la participación democrática con el fin de preparar a las personas para una ciudadanía activa”, el Ministro WERT y su LOMCE no la incluía ni siquiera en el borrador del 2.012 y en su lugar pone “Valores culturales y sociales” y “Educación cívica y constitucional” como “Alternativas a la Religión”, que será evaluable y cuya nota será tenida en cuenta, incluso para la nota final.

O sea, que un alumno que opte por Religión no estudiará sus alternativas y el que opte por las alternativas no podrá estudiar Religión.

Sólo Andalucía, en las Materias de Libre Configuración, rescata la EpC.

En Canarias aparece “Educación emocional y para la creatividad”.
En Valencia “Cultura del pueblo valenciano”.
En Murcia “Conocimiento aplicado y lengua de Signos”.
En….
En…

¡TÓCATE LOS HUEVOS, PEDRÍN¡”.



viernes, 26 de diciembre de 2014

LA CONQUISTA DE AMÉRICA (1).



A Colón le costó Dios y ayuda para enrolar la tripulación necesaria para su primer viaje. Al final, consiguió 87 hombres (o algunos más) entre los que había cuatro condenados a muerte, a los que se les había prometido la libertad, y un intérprete judío converso, que sabía hebreo, caldeo, incluso árabe, pero que, como es natural, ni se estrenó.

Pero, en los viajes siguientes ya no tuvo problemas para enrolar voluntarios, antes bien, se produjeron colas y empujones, la gente se daba de bofetadas por ser elegida y enrolarse.

¿Qué había despertado aquel repentino entusiasmo?
¿El patriotismo? NO
¿El anhelo de evangelizar a los pueblos de la hispanidad y convertirlos a la fe católica? NO

El estímulo fue menos noble y desinteresado.

Las nuevas tierras descubiertas no eran tan ricas como se pensaba pero había circulado el rumor de que las mujeres indias “son de muy buen acatamiento, y son las mayores bellacas y más deshonestas y libidinosas que se hayan visto en sitio alguno”

(Yo: así que, imaginaos una sociedad, hambrienta y sexualmente reprimida, como la española, y deduciréis qué tipo de gente fue la que se embarcó)

Unos años más tarde, cuando el rebelde Roldán desertó de la primera colonia americana y se echó al monte, el programa electoral que pergeña para atraer a la gente a su bando abunda en la misma idea: “En lugar de azadones manejaréis tetas, en vez de trabajo, cansancio y vigilias, tendréis placeres, abundancia y reposo”.

Es dudoso, por lo tanto, que los primeros conquistadores fueran a América impulsados por el noble ideal de ganar almas para la verdadera fe y tierras para el Rey de España, como la historia de nuestra niñez y adolescencia nos hizo creer, repitiéndonoslo machaconamente.

(Yo: O sea, que otra vez Aristóteles tenía razón: “…..cosa es verdadera // el hombre por dos cosas trabaja: la primera // por haber mantenencia; la otra cosa era// por haber juntamiento con fembra placentera”)


(Extracto de “Historia de España contada para escépticos”, de Juan Eslava Galán)

LA CONQUISTA DE AMÉRICA (2)



En vez de rivalizar las dos potencias descubridoras, España y Portugal, y para no darle oportunidad a las demás naciones europeas, firmaron el Tratado de Tordesillas (7 de Junio de 1.494) con el reparto de las tierras descubiertas y por descubrir (el meridiano 46).

Uno de los que más se cabreó fue el Rey de Francia, que comentó: “antes de aceptar ese reparto quiero que se me muestre en qué cláusula del testamento de Adán se dispone que el mundo pertenezca a los españoles y portugueses”.

Las nuevas tierras se dividieron en encomiendas o haciendas y a cada una de ellas se les asignó un número de indios para trabajar la tierra y explotar las minas, quedando el encomendero obligado a alimentarlos, cuidarlos y evangelizarlos. Pero, en realidad, lo que hicieron fue explotarlos como esclavos.

Los pobres indios, no acostumbrados a trabajos tan fatigosos, morían de agotamiento.

Aunque los Reyes Católicos y el Consejo de Indias legislaron a favor de los indios y promulgaron leyes humanitarias, como la distancia entre los legisladores y los encargados de cumplirlas era de más de 6.000 kilómetros, océano por medio, no había manera de velar por su cumplimiento. O sea que “se acatan, pero no se cumplen” –como vulgarmente se dice y se hace.

Como todos sabemos, en España surgieron dos bandos: los que apoyaban la conquista americana y los que pensaban que había que respetar la soberanía de los indios, protoobjetores que se preguntaban con qué títulos podía España imponer su dominación sobre otras naciones.

Al final, la coartada fue religiosa, la de convertir a los indios a la fe de Jesucristo.

Moralmente la conquista se justificaba por la obligación que tenía la católica España de extender el cristianismo y la cultura cristiana entre los pueblos paganos.

La conversión se les encomendó a una muchedumbre de misioneros dominicos y franciscanos.

El impacto de Europa en el Nuevo Mundo fue devastador.

La población indígena del Caribe, los indios taínos y caribe, que allí vivían desapareció en menos de veinticinco años.
La causa principal de la extinción de muchos pueblos y culturas indígenas fue “biológica”: los europeos llevaban consigo una serie de enfermedades desconocidas en América frente a las cuales los indios se encontraban genéticamente inermes, por carecer de anticuerpos.

La epidemia de “viruela” y el “sarampión” mataron a tres de cada cuatro indígenas.
El “tifus”, la “gripe”, la “neumonía” y la “rubéola”, unidos al hambre y a la explotación hicieron el resto.

No existió, pues, realmente un “genocidio” en el sentido literal, como, alegremente, afirman muchos políticos indocumentados.
No se los mató directamente, se murieron, aunque fueron nuestras enfermedades exportadas las que lo llevaron a cabo.

Abatidos por lo que veían que estaba ocurriendo, muchos indios dejaron de cultivar la tierra y se condenaron a morir de hambre, otros, directamente, se suicidaban, otros se abstenían de practicar sexo para no dejar a sus hijos en sus mismas aflicciones, muchas indias abortaban.

Aunque tampoco los españoles resultaron biológicamente inmunes a los agentes patógenos de muchas enfermedades americanas desconocidas en Europa, especialmente de la sífilis (alguien puede ver en esto el cumplimiento del karma, otros como una justificación, yo no lo valoro, sólo lo constato).

La mortalidad de los colonos, pues, fue también alta.
A los cinco años el 30% de la población padecía sífilis, que también se extendió rápidamente por Europa.
Al principio la llamaron “morbo gálico”, endilgando a los franceses la responsabilidad de la propagación.

Exterminada la población india de las Antillas la substituyeron por esclavos negros importados de África, que eran mucho más resistentes y ya se sentían explotados en Europa, al menos desde hacía un siglo.

Durante los cuatro siglos siguientes no se interrumpió el tráfico de esclavos desde África a América.

Cuando las minas de las Antillas dieron muestra de agotamiento y la población india desaparecida, los conquistadores fueron en busca de nuevas fuentes de riqueza a tierra firme, al continente americano y, ya de camino (¿y como excusa?) en busca de nuevos paganos a ganar para la verdadera iglesia y la única religión verdadera.

Desconocedores de dónde estaban y de la geografía del lugar, comenzaron por lo más cercano, América Central.
Luego se extendieron por el sur y por el norte.

De todos es conocida la conquista de Méjico, el Imperio azteca, por Hernán Cortés, con tan sólo 500 hombres pero con caballos (considerados una sola pieza caballo y caballero), perros (“animales raros que corrían, aullaban y mordían”) y armas de fuego. Desconocidos por los indígenas y que le causaban auténtico pavor.

Al propio tiempo, Pizarro y Almagro conquistaron el imperio inca, en Perú, fascinados por la fiebre del oro y la mítica ciudad de El Dorado, convencidos de que el oro abundaba como los cantos en los pedregales de Castilla.

Sí se descubrieron dos buenos filones de plata: uno en Zacatecas (Méjico) y el otro en Potosí (Perú).

Se calcula que durante el siglo y medio siguiente los españoles extrajeron de las minas americanas unas 200 toneladas de oro y unas 18.000 toneladas de plata.

¿Supuso, ello, riqueza para España?

Pues NO, porque la abundancia de metales preciosos provocó una monstruosa inflación con la consiguiente alza de precios y sucesivas bancarrotas de la Hacienda Real.

Nunca fue España tan pobre como cuando entraba tanto metal precioso porque, entre otras cosas, lo gastaba en el mantenimiento de los ejércitos  y en las continuas guerras para mantener los intereses de la Casa de Austria y para lo que tenían que solicitar préstamos a los banqueros alemanes y genoveses, prestando a intereses usuarios con el aval de las siguientes flotas que llegarían cargadas de plata.
A lo que habría que sumar los continuos ataques de piratas y corsarios, franceses, ingleses y holandeses.

Al final, los beneficiarios de tanto esfuerzo español fueron Inglaterra, Holanda y los banqueros alemanes y genoveses.

Un tesoro vino para nada y el otro tesoro, el de la lengua y la cultura grecorromana, allí se quedó y allí sigue.

Los angloamericanos sí que fueron racistas, ante los indios norteamericanos. Los españoles, sin embargo, fueron y actuaron con una mentalidad
mercantilista.


(Extracto de la Historia de España contada para escépticos. De Juan Eslava Galán)

jueves, 25 de diciembre de 2014

RESUMEN DE LA CONFERENCIA: "DIOS HA MUERTO"

EL DIOS CRISTIANO Y LA DIOSA RAZÓN.

“DIOS HA MUERTO” – GRITABA NIETZSCHE.
“LA DIOSA RAZÓN NOS ESTÁ MATANDO” – digo yo

                                
         “Dios ha muerto, vivan los dioses. La verdad ha muerto, vivan las perspectivas. La felicidad no existe, busca, encuentra, aprovecha, disfruta los momentos felices. Lo absoluto ha muerto, viva lo relativo. El hombre no existe, vivan los individuos……”.

          Éste podía ser el grito del siglo XIX.

         ¿Qué ha sido de la Diosa Razón y de sus revolucionarios y múltiples logros en los diversos campos?.

         Dicen que al día siguiente de enterrar a Nietzsche, cuando fueron, por la mañana, a visitar su tumba apareció escrita, en letras muy visibles, una inscripción que decía:

         “DIOS HA MUERTO.  Firmado NIETZSCHE.

         Y cuentan, igualmente, que cuando al día siguiente mucha gente, sabedora de la inscripción fue, curiosa, a leerla, alguien la había tachado con grandes trazos y en su lugar ponía:

         “NIETZSCHE HA MUERTO. Firmado DIOS.

         Dios ha dejado de ser imprescindible para entender y explicar los fenómenos que rodean al hombre.
         Ya se lo dijo Laplace a Napoleón: “Majestad, no necesito la hipótesis Dios para explicar el funcionamiento del universo. Me basta con Newton”.

         No se despotrica contra Dios. No hay cruzadas contra Dios. No es obligatorio, ni siquiera es mayoritario, el ateísmo (cuanto menos el anti-teísmo). Incluso los grandes ilustrados se confiesan y proclaman su Deísmo.

         Sencillamente hemos puesto a las Sagradas Escrituras en su sitio. El Cristianismo es una religión. Su misión es soteriológica, de salvación. El Cristianismo no es una explicación ni del mundo, ni del hombre, ni de la vida.

         Cristo no vino a enseñarnos verdades para que entendiéramos, sino caminos, por los que transitar, para salvarnos.

         El Cristianismo no es una Filosofía, es una Religión. Sólo una religión. Pero nada menos que una religión.
         Y las religiones no son verdaderas ni falsas. Ninguna religión es verdadera, ninguna religión es falsa. Los calificativos “verdadero” y “falso”, las categorías de “verdad” y de “falsedad” son ajenos a las religiones.

         El agua no es ni cuadrada ni redonda; no porque no exista el agua, no porque no existan las formas redondas y cuadradas; sencillamente, es que el agua, al ser líquida, es informe, no tiene forma alguna.

         Las Religiones no son verdaderas ni falsas. Son buenas o malas, mejores o peores, ayudan o perjudican, te hacen feliz o desgraciado, son liberadoras o esclavizantes, te ponen alas o te aprisionan con grilletes, son egoístas o altruistas, son exclusivas o inclusivas, te ayudan a madurar como persona o te despersonalizan….

         Pero el hecho de que todas valgan, no quiere decir que todas valgan igual. Dinero es un euro y dinero son veinte euros. Ambos valen. Pero veinte vale siempre más que uno.

         Existen los colores y existen los sentimientos. Existen el amor y el odio; y existen el rojo, el amarillo, el verde y el azul. Pero el amor y el odio son incoloros.
         Decir que el amor es rojo o que el odio es de color amarillo, ni es verdadero ni es falso.
         Decir que el odio pesa más que el amor, que la esperanza es azul mientras la pena es negra. Decir que te quiero tres metros o que te odio cuatro kilos. No es ni verdadero ni falso.
          Decimos los filósofos que esas frases son “sin sentidos”. ¿Por qué?.
         Sencillamente, porque  a los fenómenos psíquicos, a los sentimientos, al amor y al odio, a la esperanza y a la envidia….. No se les puede aplicar cualidades físicas (ni colores, ni formas, ni medidas, ni pesos…)

         No que no exista Dios, y el más allá, y la inmortalidad del alma, y la vida eterna…Sencillamente, no sabemos nada de eso. ¿Por qué?. Porque esas realidades metafísicas no pueden ser ni verificadas ni falsadas por procedimientos físicos o científicos.

         No que no exista Dios, sencillamente no lo sé, ni puedo saberlo y, además no me hace falta Dios para poder explicar este terremoto, las órbitas elípticas que recorren los planetas en su traslación, el nacimiento de un niño, el origen del poder…

         La Razón, como instrumento de las hipótesis explicativas, ha sustituido a Dios. Y funciona.
         La Diosa Razón ha ocupado el lugar que durante tanto tiempo ha estado ocupado por el Dios Cristiano en Occidente.
         La piedra no cae porque Dios quiera, sino por la gravedad.
         La Razón ha descubierto las razones de por qué se mueven los astros, de por qué una manzana cae verticalmente al suelo cuando se desgaja de su rama, por qué una piedra al ser lanzada hacia arriba o hacia delante, caerá, antes o después, pero caerá.

         La naturaleza estaba ahí, al alcance. Estaba pidiéndonos a gritos que la descubriéramos, que averiguáramos cómo funcionaba, cuáles eran sus comportamientos, por qué leyes se regían…Y el hombre, pertrechado con su Razón, de la mano de la Diosa Razón, dejando en casa, y quizá en su corazón, a su Dios cristiano, ha empezado a saber para prever, para proveer, para poder.

         Si  el saber antiguo era sabroso, se saboreaba, tenía buen sabor, sabía bien. Si era un placer saber por el hecho de saber, si el saber era un fin en sí mismo, si el sabio, al saberlo y por saberlo, ya era feliz. Ahora ya no. Ahora perseguimos el conocimiento y conocer es utilidad. Me interesa conocer no para saborear lo conocido sino para sacar provecho de su conocimiento. El conocer ya no es un fin sino un medio.
         El que más conoce y el que mejor conoce, más prevé, más provee. Más puede.
         Ahora se saborea el poder ya no el saber (incluso a lo mejor sabe mal, pero se puede más, por ejemplo la bomba atómica).

         El conocer vale si es fructífero.
         El científico ha sustituido al sabio.
         El técnico y el tecnólogo son hijos del científico y no tienen parentesco alguno con el filósofo.

         La RAZÓN nos es útil en esta vida. Muy útil.

         Si tuviéramos que enumerar las consecuencias positivas, los logros de la razón, no terminaríamos en varios días. Las 7 maravillas del mundo son nada con las maravillas de la Razón de nuestra época. Empezando por la Seguridad Social (un producto de la Razón) y las hipotecas, hasta las tarjetas de crédito, la cirugía estética o Internet. Sería interminable la simple enumeración de los logros de la Razón. (Y no se me olvida El Corte Inglés, como un día me recordaba una oyente)

         Pero yo quería exponer a los Filósofos de la Sospecha. Los que critican a la Razón y sus consecuencias negativas.

         Como hemos comprobado, la razón avanza, corre, más que correr, vuela. La hemos acelerado tanto tanto que estamos entrando a saco en todo lo que se pone por delante. Con la Razón, a diestro y siniestro, andamos como elefante en  cacharrería.

         1.- En primer lugar entramos con la Razón en EL OTRO, en Dios, y ya lo hemos declarado prescindible en múltiples funciones en las que antes detentaba el monopolio. Hay quien, en el paroxismo, insulta y harta de “ignorantes”, de  “retrasados”, de “anticuados” a todos aquellos que aún están con Él en amigable compañía. Como si hubiera que despeñar a un coche por un barranco porque el coche no puede volar.

         2.- Hemos dirigido la Razón hacia LO OTRO, hacia la naturaleza y de su invitación a ser conocida hemos llegado a su violación. No es que la hayamos conocido mejor y nos hayamos aprovechado más de ella, que la hayamos usado (que es lo que ella nos pedía) es que hemos abusado tanto de ella que se está retorciendo, revolviendo y volviéndose contra nosotros. La hemos exprimido, la hemos estrujado, la hemos estirado tanto que hemos contaminado/seguimos contaminando el aire, el agua y la tierra. Hemos echado/estamos echando tanta “mierda” al aire que lo hemos rasgado, le hemos hecho un agujero en la ozonosfera. Hemos deforestado/estamos deforestando tanto y tan de prisa que estamos desertizando el planeta, no digo nada de nuestra querida Andalucía. El recalentamiento de la atmósfera, el CAMBIO CLIMÁTICO,  (tan de moda la semana anterior, con Al Gore de santón predicador, los cánceres de piel, las sequías y la escasez de agua….¡LA MADRE QUE PARIÓ  A TANTA RAZÓN¡

         3º.- Hemos dirigido la Razón a LOS OTROS, a los que son igual que yo, y en vez de verlos como iguales, como hermanos, como compañeros, los vemos como unos entrometidos, inferiores, rivales, competidores, adversarios, casi enemigos, porque vienen a ocupar mi sitio, a quitarme mi trabajo, a molestar, a crear inseguridad. Y nos sale por los poros  el RACISMO y LA XENOFOBIA.

         Como ellos eran unos ignorantes fuimos con nuestra RAZÓN y colonizamos sus tierras y, bajo el pretexto de ayudarles y enseñarles, le hemos esquilmado sus riquezas, hemos explotado su mano de obra, y cuando nos hemos ido de allí porque ya no había nada aprovechable, ahora vienen ellos, en persona, (en cayucos, pero en persona) a reclamar, a pedir cuentas para poder seguir vivos y surge en nosotros la desconfianza, el temor….

         Nunca nos molestó ni su raza, ni su cultura, ni su religión, cuando nos interesaba, cuando teníamos intereses.
         ¿Qué nos está pasando?. ¿Padecemos un empacho de Razón?.

         ¿Habrá ido demasiado revolucionado el motor RAZÓN?. ¿Lo habremos quemado y lo seguiremos quemando?.
         Seguiremos produciendo más cosas, mejores cosas, más rápidamente, pero ¿lo estamos pasando por el colador de la Ética?.
         ¿Todo lo que puede ser hecho debe ser hecho?.
         ¿Habrá que parar todo este desbarajuste para que no siga ocurriendo que  cada vez menos personas vivamos mejor a costa de que cada vez más personas vivan peor o no vivan?.
         ¿Por qué no ha habido y no hay un desarrollo moral paralelo, parejo, simultáneo a este desarrollo científico técnico, tecnológico?.
         Tenemos más pero ¿somos mejores?.
         Nuestro abuso histórico sobre los otros y nuestro desarrollo tecnológico está dando lugar al acceso fácil a armas sofisticadas por parte de masas resentidas, fanáticas (religiosas, nacionalistas, racistas) y esto, lo estamos tristemente comprobando, es grave, muy grave.
         Cuando estos dioses, divinos o laicos, piden, exigen sangre, no sólo piden mártires propios también piden sangre ajena, de infieles, para purificar la tierra..
         ¿Se puede razonar con un fanático irracional?.
         ¿Cuál sería, cuál podría ser, el campo neutral para un diálogo?.
         ¿Acaso no es universal La Razón?. ¿No razonamos todos?. ¿No son 5x5=25 para todos los hombres?. Si las verdades científicas son universales, ¿por qué no los valores éticos, basados en la razón?. No sólo las verdades racionales, también los bienes racionales. No hablo de morales, hablo de ética.
         ¿Podríamos sentarnos a dialogar sobre valores éticos, racionales?.

         Kant, el gran filósofo ilustrado, el filósofo de la Razón, proclamaba:
                   - La meta de la Ilustración es “Una humanidad más libre”.
                   - El camino para ello es “La Razón”.
                   - El lema es “atrévete a pensar por ti mismo”, “sé valiente”, “Decídete”.

         ¡Vaya un programa tan completo¡.

         Suele decirse que la “guinda”, el culmen de la Ilustración, el fruto maduro final de la modernidad fue LA REVOLUCIÓN FRANCESA y su LIBERTÉ, AEQUALITÉ Y FRATERNITÉ.

         Más y mejores fuerzas, más y mejores productos, más y más productivas ventas, más y mayores ganancias, más y más progreso científico y tecnológico, pero ¿SOMOS MEJORES AHORA QUE ANTES?. ¿SOMOS MÁS FELICES?.

         Estamos equivocados si creemos que la meta de la razón es descubrir la verdad. El fin de la inteligencia es la felicidad. Si pensamos no es tanto para saber como para ser felices.

         Nada nuevo bajo el sol desde aquel Aristóteles: “Todo lo que el hombre hace lo hace para ser feliz”.

         ¿SOMOS MÁS FELICES AL CONOCER MÁS Y DISPONER DE  MÁS COSAS?. ¿SOMOS MÁS LIBRES, MÁS JUSTOS, MÁS SOLIDARIOS, MÁS FRATERNOS?.

         ¿El consumismo es la felicidad?. ¿La felicidad es el consumismo?. Eso parece. La tiranía del tener

         ¿Qué ha pasado con la LIBERTÉ, LA AEQUALITÉ Y LA FRATERNITE?

         Si el siglo XVIII fue el siglo de la euforia porque habíamos encontrado la novia ideal y ésta nos había dicho que sí y nos habíamos casado con La Razón. ¿ Cuál ha sido la prole de ese matrimonio?. ¿Cómo crecieron y se desarrollaron esas tres hijas de nombres tan preciosos, LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD O JUSTICIA?.

         El siglo XIX, como sabemos, es en parte el siglo del Romanticismo.

         El Romanticismo toma como punto de partida “El Fracaso del Proyecto Ilustrado”. Los ilustrados habían vaticinado el triunfo definitivo de la Razón sobre todas las fuerzas políticas (el Antiguo Régimen) e ideológicas (tradición, superstición,…) que se le oponían.

         Sostenían que el progreso técnico llevaría de la mano el progreso moral, porque es la misma Razón la que está trabajando. Por eso miraban el futuro con esperanza e ilusión, convencidos de que algo mejor aguarda a la humanidad, de que las luces de la Ilustración orientarían a los hombres hacia una sociedad más justa, más libre, más igualitaria y fraternal.

         Si en algo están de acuerdo los “intelectuales” del siglo XIX (escritores, artistas, filósofos, científicos,…..) es que nada de eso se ha producido y que, por tanto, el proyecto ilustrado había fracasado.

         Comencemos por la LIBERTAD.

         Las grandes masas de población han tenido que trasladarse del campo a las incipientes ciudades industriales, en busca de una vida mejor, o simplemente para vivir. Y como ya no eran siervos, sino hombres “libres”, pudieron firmar “libremente” sus contratos de trabajo en virtud de los cuales trabajarían setenta o más horas  en una fábrica en condiciones pésimas para sustentar a su familia, a su prole (así nacieron los “proletarios”). La verdad era que un esclavo de la antigua Roma vivía bastante mejor que un proletario (“libre”, eso sí), europeo de mediados del siglo XIX.

         La Libertad Política se había convertido en una trampa.
         En el Antiguo Régimen el noble era responsable del bienestar de sus siervos, ahora el proletariado podía morirse de hambre y nadie era responsable de su situación.
         El proletario era libre para firmar o no ese contrato leonino de trabajo, pero ¿qué otra alternativa tenía?. Si no firma, no trabaja, no cobra salario, se muere. Si firma, trabaja, cobra un salario de miseria y se mata trabajando.

         El proletario podía recitar la copla: “Ni contigo ni sin ti, tienen mis males remedio. Contigo porque me matas, sin ti porque yo me muero”.

         LIBRE para morir, de hambre o trabajando.

         Las trampas de la libertad: Libertad Política (para elegir y ser elegido) y Libertad Económica.
         La burguesía quiere hacer creer a los demás, y quizá también se lo crea ella misma, que la Ley de la Oferta y de la Demanda, que es la ley del mercado, tiene el mismo alcance que la Ley de la Gravedad de Newton.

         La Burguesía quiere hacer ver que la Ley del Mercado es una Ley Natural y no una ley histórica, humana,…

         El “Laissez faire, laissez passer” es el lema del liberalismo económico. Que el estado mire para otro lado cuando hablamos de economía. Que el Estado “Deje Hacer” a los burgueses lo que crean más conveniente y que “Deje Pasar” el dinero y los productos por las aduanas. LIBERTAD ECONÓMICA. Oferta y demanda de: materias primas, de salarios, de productos, de mercado,….

         Recordemos las condiciones de trabajo que “libremente” firmaban los trabajadores (Informe de 1.840 del Doctor Villermé):

         1.- La jornada laboral, en general, es de 14 horas, y, en algunos casos, más. Si le restamos 14 horas a 24 quedan sólo 10 para descansar, vivir, convivir y dormir.
         2.- Las mujeres y los niños cobran salarios todavía más miserables por sus 12 horas de trabajo.
         3.- De fin de semana nada. Se trabajan también los domingos.
         4.- Nada de vacaciones, ni pagadas ni no pagadas. El que faltaba al trabajo podía perder el empleo.
         5.- No había seguridad social, es decir, que si alguien caía enfermo, mientras la enfermedad no percibía salario. ¡Sería una injusticia¡. Lo justo es: en un platillo de la balanza tú pones el trabajo y en el otro platillo yo pongo el salario. Si estuviera uno y no otro, sería “injusto”. La balanza no estaría equilibrada. No podría pararse, quieta, en el “fiel” de la misma. ¿Y de qué comía la familia esos días si el padre, enfermo, no puede ir a trabajar?. ¡Ah¡.
         6.- No hay legislación de accidentes de trabajo. Si alguien, por un accidente, quedaba inválido, se quedaba sin percibir ni dinero ni pensión. ¿Y si la mujer estaba dando a luz y ese día no podía ir a trabajar?. ¡Ah¡.
         7.- No existe la jubilación. El que, por su edad, ya no puede trabajar…..¡Ah¡.
         8.- El despido era totalmente libre. El patrono te puede despedir por…. Porque le da la gana. Para eso es suya la fábrica.

         Pero quizás lo más aterrador era la disposición existente en Inglaterra según la cual un padre podía, por anticipado, vender el trabajo de sus hijos.
         Esta monstruosidad significa que, cuando un padre de familia, que trabaja todo lo máximo que puede y, debido a la miseria de los salarios, no le llega para hacer frente a las más imperiosas necesidades familiares, va al patrono y le pide dinero. Y el patrono le da el dinero como pago adelantado del trabajo que, en el futuro, haga el hijo del obrero. De forma que este hijo, cuando llega a la edad de trabajar se encuentra con que, por ejemplo,  los tres o cuatro o los que sean primeros años de su trabajo, ya no los cobra, porque ya los había cobrado su padre.
         ¿Y eso? Eso es porque los salarios se regían por lo que Lasalle llamaba “La ley de bronce de los salarios”. Por ejemplo. Si tú, trabajando para mí, en mi fábrica, has gastado 3250 calorías, si eso es lo que tú “me has dado a mí”, lo que tú has puesto en tu platillo de la “justa” balanza, yo, en el otro platillo de esa “justa”balanza pondré el dinero “justo”, equivalente al pan, la leche, la carne,…. que debes comprar para “reponer” las 3250 calorías que tú me has dado. Lo que me das =  lo que te doy.
         Pero ¿y los niños pequeños que aún no…..pero y la mujer que acaba de dar a luz y no…..pero y el abuelo, ya viejo, que ya no……? ¡Ah¡
         Los salarios son individuales, no familiares ni sociales.
         Sería injusto que yo te pagara menos de lo que tú…..pero sería, igualmente injusto, que yo te pagara más de lo que tú… En ambos casos la balanza se desequilibraría, no estaría, justamente, en el “fiel”.

         Pero, ¡Eso sí!. El obrero es LIBRE. Libre para firmar o no el contrato, libre para tomarlo o dejarlo, no puede ser obligado…..

                   LIBERTAD. ¡Qué bonito nombre tienes!.

         Pero pasemos a la IGUALDAD.
         Las leyes liberales garantizan la igualdad jurídica de los ciudadanos (¿también de las ciudadanas?).

         ¿Es el sigo XIX más IGUALITARIO que los anteriores?. Los hechos dicen que no.

         La revolución industrial propició un aumento de la productividad y, consiguientemente, de los beneficios y de la riqueza. ¿Cómo se repartió ésta?. Aquí, ahora, tocaría hablar del “capital constante” y del “capital variable”. Tocaría hablar de la “plusvalía”.
        
         La alta burguesía aumentó muy considerablemente su nivel de vida, mientras los proletarios continuaron con una vida de mera subsistencia, en el mejor de los casos.

         IGUALDAD ante la ley. Todos somos iguales ante la ley. La ley se aplica igual para todos. Todos sometidos a la ley. ¿Pero a qué ley?. A la ley burguesa. ¿Y qué manda o prohíbe la ley burguesa?. Pues te lo puedes imaginar. ¿Te imaginas a los burgueses legislando contra ellos mismos?.

         La ley que salvaguarda los derechos de herencia. La ley que ordena el respeto a la propiedad privada. La ley que castiga fuertemente el robo….. ¿A quién le pueden interesar esas leyes?. Pues a los que tienen bienes y tienen algo que temer y algo que perder. ¿Cómo les puede afectar al proletariado la ley que protege la propiedad privada, si no es propietario de nada, excepto de sus manos para trabajar?.

         La pirámide social va cambiando su configuración. La base de la pirámide cada vez va creciendo porque a ella van no sólo los proletarios sino también los pequeños empresarios que no pueden con la competitividad y se arruinan.

         Darwin había lanzado su teoría de la evolución con el mecanismo de “la lucha por la vida”. En una lucha sólo sobreviven los más aptos, los mejor preparados, los más cualificados, los mejores.
         Ahora es la competitividad empresarial. Es el darwinismo social. Las empresas mejor preparadas, las más “competentes”, las más competitivas, son las que sobreviven. Las otras mueren, desaparecen. Los pequeños empresarios, arruinados, serán apeados de las capas altas de la pirámide y pasarán a engrosar la base, proletaria, de la misma.

         IGUALDAD ante la ley. ¿De verdad?. ¿Ante qué ley?
         El siglo XIX fue menos “igual” que los siglos anteriores.

         IGUALDAD. ¡Qué bonito nombre tienes!.

         ¿Y LA FRATERNIDAD?. ¿Qué decir de la FRATERNIDAD?.

         Es verdad que en ningún período de la historia los hombres se han comportado fraternalmente, pero el siglo XIX es, con mucho, peor que los siglos anteriores.
         El siglo XIX es el siglo del Colonialismo.
         Las potencias europeas se lanzan a la conquista de lo que hoy llamamos tercer mundo para hacerse con el control de las materias primas  y así asegurarse su prosperidad económica.

         ¿FRATERNIDAD?. ¿JUSTICIA?.  Ni dentro ni fuera. Explotados en el trabajo o desposeídos de sus riquezas. En cualquier caso, INJUSTICIA

         Lo había ya proclamado dos mil cuatrocientos años antes el sabio Confucio: “Donde hay Justicia, no hay Pobreza”. Si le aplicamos el Modus Tollens de la Lógica  Matemática “ por lo tanto “si hay Pobreza es que no hay/no ha habido Justicia”.

         Y si la Injusticia Interna, más o menos, a base de presiones, negociaciones, sindicatos, legislación laboral,….se ha ido, más o menos, edulcorando, dulcificando, las pateras son la firma de la otra Injusticia, la externa.

         Los siglos posteriores, XIX, XX y XXI son los testigos del desencanto con los ideales ilustrados. La Libertad de una pequeña parte de la población y la Desigualdad y la Injusticia por doquier, vigente en la mayoría de la humanidad.

         ¿Qué se podía hacer ante el panorama?.

         En el XIX hubo dos grandes intentos:
        
         1º.- La solución de “La huída hacia adelante”, hacia el futuro. La Causa del fracaso estaría en que no se ha profundizado lo suficiente en las ideas ilustradas. Es necesario un nuevo impulso. Ésta es la opción de Marx y el marxismo.
         El Capitalismo lleva la contradicción en su interior, padece de metástasis. Aceleremos, incrementemos los factores agravantes y que caiga, desde dentro, con la ayuda  de las masas proletarias, desde fuera.

         1º.- La otra solución fue la de Nietzsche, una “huída hacia atrás”, hacia el pasado. Los modelos genuinos de vida, los más auténticos y a seguir, son los anteriores al “maldito Sócrates” que divinizó la Razón y la convirtió en la única “piedra de toque” de nuestra civilización, matando y enterrando a la otra gran fuerza humana “la pasión”.

         Sócrates es el culpable de la entronización de Apolo, como el único dios, y el gran deicida de Dionisos o Baco.

         Los griegos pre-socráticos armonizaban el cerebro (Apolo) con el cuerpo (Dionisos). El saber y el placer. La reflexión y la diversión. La Razón y la Pasión. “No somos alma y tenemos cuerpo”, “somos almas corporeizadas o cuerpos animados”. Debemos alimentarlos a ambos.

         Por si fuera poco, el Cristianismo “bautizó” el mensaje socrático, y la Razón monopolista quedó entronizada como “el Dios monoteísta”.

         Hay que volver a los modelos antiguos presocráticos, donde podemos encontrar “hombres y valores” más humanos que los que propicia la sociedad industrial  y hay que “matar al Dios Cristiano”, que éste sí que es antivital.

         Pero, a diferencia de Marx y el marxismo, Nietzsche no tiene por objetivo cambiar la sociedad, sino que el individuo se cambie a sí mismo, el individualismo. El super-hombre es el nuevo hombre que todos llevamos dentro pero, en potencia, aún no actualizado porque, sobre todo el Cristianismo, lo ha maldecido como el gran pecado, el de soberbia, super-bios, super-vida, vida superior.

         Pero el super-hombre no es un proyecto colectivo a conseguir. La salvación no está al alcance de todo el mundo. Sólo unos pocos tienen las cualidades: sensibilidad, educación, cultura, fuerza, tesón, constancia…que les permitirán gozar del nuevo modelo de vida. No todos pueden llegar, pero cualquiera puede hacerlo. El individualismo conduce al elitismo, pero tú y yo y el vecino del quinto podemos pertenecer a esa élite.

         Eso sí, debemos olvidarnos de esta Razón científica que sólo nos proporciona una visión superficial de las cosas pero que no puede hacerse cargo de las cuestiones fundamentales de la vida.    Ella reina en el reino del “tener”, pero es nula en el reino del “ser”.

         Querer pasar la Vida por el cedazo de la Razón es como el que quiere coger Agua con una Cesta.

         Si Marx había gritado y terminaba su Manifiesto con “Proletarios de todos los países, uníos”, es porque sigue siendo un Ilustrado. Y la Ilustración es un movimiento cosmopolita. La razón humana es la misma para todos; las ideas y los ideales, también.
         Nietzsche reacciona en sentido contrario. El hombre es una abstracción, no existe. Lo que realmente existe son los hombres, los individuos. La salvación tiene que venir desde dentro y desde cada uno.

         Ya hemos pasado por la etapa de “camello” (el animal que soporta todo lo que le echen y que carga con las cargas más grandes porque, en esta vida, cuanto peor, mejor, más méritos para la otra. El “camello” es la imagen del “hombre cristiano” que considera esta vida como un “valle de lágrimas”. Es el que tiene siempre en su mente, presidiendo su conducta el “YO DEBO,  YO DEBO, YO DEBO…..”).

         Ya hemos dejado, también atrás, la etapa de “león” (el animal que es el rey de la selva, el que más puede, al que ningún otro animal se le resiste, el auténticamente libre, porque no está sometido a ningún otro. Sólo él es el Libre, todos los demás deben estar sumisos a él. El “león” es la imagen del “hombre ilustrado”, el que ha descubierto el arma de La Razón y va progresando y progresando y progresando… y no le ve límite a su progreso. Es el que tiene en su mente, presidiendo su conducta el “YO PUEDO, YO PUEDO, YO PUEDO….).

         Tenemos que pasar a la tercera etapa o metamorfosis, a la de “Niño”, a la etapa de la inocencia. Y ¿qué es lo que quiere un niño? JUGAR. Eso es/debe ser la vida, un juego. Un placentero juego. La vida tiene como meta ser vivida. El sentido de la vida es agotarla viviendo gozosamente. La vida no es/no debe ser sufrimiento, sino alegría. La vida no es una escalera que “sirva para” subir a otra vida. La vida no es un instrumento, un medio para otra cosa, la vida es un fin en sí mismo. La vida es una noria placentera en la que mientras vivimos, mientras estamos subidos en ella, debemos disfrutar, cantar, reír,…Y ¡maldita sea la hora en que se pare la noria y tengamos que apearnos de ella¡
.
         El niño es el que tiene en su mente, presidiendo su conducta, el “YO QUIERO, YO QUIERO, YO QUIERO…”.

         Es curioso, este Nietzsche, el mayor “insultador” (¡perdón por esta palabra, porque quizá sea un “palabro”) del cristianismo, el autor de El Anticristo, el que le achaca al Cristianismo toda la decadencia vital del mundo occidental, el que…. Al final, me está recordando aquello de “en verdad, en verdad os digo que, si no os hacéis como niños no entraréis en el reino de los cielos”- que dijo el Nazareno..
        
         Adiós a Dios. El hombre ha tomado las riendas de la historia y de su destino. Pero si “Dios ha muerto”, como dice Nietzsche, “la Diosa Razón” nos está matando. NI LIBERTAD, NI IGUALDAD, NI JUSTICIA.

         Se acabó LA SEGURIDAD. Tenemos que acostumbrarnos a vivir a la intemperie, al día. No hay camino. Hemos arrancado los postes indicadores, las señales de la carretera, que nos llevaban al cielo o al infierno, porque ambos eran los productos de la imaginación de un hombre enfermo, infeliz, mísero, pero ansioso y deseoso de que existieran (es lo que G. Puente Ojea denomina “la falacia conativa”).

         Estamos aquí, desorientados, pero tenemos que elegir, porque la vida sigue. Y no tenemos la seguridad de acertar, ni sabemos qué camino tomar, porque, como nos recordaba el poeta: “caminante, no hay camino; se hace camino al andar. Al andar se hace camino….”
         Debemos estar alerta, preparados, para saber resguardarnos de las inclemencias. Debemos tener previstas las salidas. “Al ratón que sólo conoce un agujero, a ese pronto lo pilla el gato” – me solía recordar mi analfabeta pero sabia abuela María.

         Preparados para poder sortear los peligros de la NO LIBERTAD, de LA DESIGUALDAD y de LA INJUSTICIA. Como el egoísmo está solidificándose en la naturaleza de cada uno de nosotros, la solidaridad está ausente.

         Si La Seguridad está ausente, LA INCERTIDUMBRE  y LA DUDA son nuestras habituales compañeras de viaje.
         Si alguien os asegura estar “seguro, segurísimo”, rehuirlo o temedlo.

         No existe “la tabla de salvación”, sino aprender a nadar y mantenerse nadando. Nada hay seguro a lo que poder agarrarse. Incluso ese tronco al que te aferras va corriente abajo y ni tú ni él sabéis su destino.

         DIOS HA MUERTO
         LA SEGURIDAD HA MUERTO.

         El hombre actual, en un autoengaño cómplice, prefiere no pensar, no mirar y disolverse en la masa, ser un número más, un grano de trigo más, perdido, anónimo, en el montón, que es lo que realmente existe.

         Hay miedo a la diferencia. Pueden apuntarte y señalarte con el dedo, se teme a la originalidad, a la singularidad. Se lleva el “pret-a-porter”.

         Dio era/siempre fue:
                                  -  El dispensador del Orden.
-         El sentido del mundo.
-         El garante de la verdad.
-         El garante del bien.

         Pero “Dios ha muerto”, o, mejor “lo hemos matado”. ¿Cómo puede seguir funcionando todo, todavía?.

         Nosotros lo hemos sustituido por un dios alternativo, por nosotros mismos, por nuestra Razón, “La Diosa Razón”, que nos iba a hacer más Libres, más Iguales, más Fraternales y más Solidarios y más Justos y ¡fíjate dónde nos ha llevado¡.

         Ese ateísmo reinante en nuestro mundo, no es una campaña contra Dios, es el olvido de Dios.
         Dios ha dejado de ser necesario en nuestra vida. Está muriéndose de aburrimiento, de inanición.

         Nuestra Diosa, la excesiva confianza en nuestras fuerzas, el excesivo optimismo, nuestra última gran creencia, la “creencia en la Razón”, “la creencia en la ciencia” nos ha traído, de momento, dos guerras mundiales y, actualmente, estamos asistiendo, en directo, a la guerra real universal de la pobreza y de la muerte, pero, como lo vemos en la tele, lo tomamos como un espectáculo televisivo.
         Estamos perdiendo la guerra contra el hambre, la enfermedad y la muerte pero lo interpretamos como un reportaje, como un drama montado por un director y no como una tragedia real a la que se enfrenta, “sin armas”, una gran parte de la humanidad.

         He ahí el gran fracaso del gran proyecto humano de la Ilustración.

         Somos incapaces de acabar con esa tragedia pero estamos preparados para una guerra nuclear. ¡Qué contradicción¡.

         Basta con que un loco se sienta, de nuevo, llamado o ungido por un dios para que purifique al mundo y lo libre del diablo para que todo esto se convierta en un infierno.

         Los occidentales hemos sacado tanto pecho que, sabiéndolo o sin saberlo, estamos engordando nuestra vanidad y estamos necesitados de una cura de adelgazamiento, una cura de humildad, de renuncias, de poner entre paréntesis tanto texto que llevamos escrito.

         Nosotros, creadores de la tecnología, hemos caído “enredados” en sus “redes” y ella nos ha convertido en “drogo-tecno-dependientes”. ¿Podríamos, tu y yo, hoy, ahora, vivir sin  tele, sin coche, sin móvil, sin lavadora, sin aire acondicionado, sin frigorífico, sin microondas, sin gas, sin ordenador, sin Internet, sin…..sin……sin…..sin….?.

         El burlador burlado.
         Desvivirse trabajando para vivir sin tiempo para disfrutar de la vida.

         Vivimos en un mundo manifiestamente mejorable.

         ¿Pero es que La Razón es unidimensional?. ¿Es que sólo existe la Razón Científica, con la meta de saber y crear cosas?. ¿Es que no hay una Razón Moral cuya meta es hacernos mejores?. ¿Es que no hay una Razón Social cuyo fin es la mayor felicidad para el mayor número?. ¿Es que no hay una Razón Estética, para crear y contemplar, disfrutando, la belleza?. ¿Es que no hay una Razón Comunicativa que nos ayuda a contactar con los demás para entendernos y emprender proyectos en común?.

         ¿Cómo, siendo tan inteligentes, hemos podido ser tan torpes para dejarnos “matrimoniar” (¡perdón¡, otra vez) por la primera razón que se cruzó en nuestro camino, la razón científica?. Y ahora, encima, nos quiere negar el divorcio, (¡nos lo está poniendo tan difícil porque nos tiene cogidos por los…..¡) para que podamos convivir con las otras Razones.

         Como diría aquel agnóstico, (yo, por ejemplo): “Señor, perdónanos, que ni sabemos lo que hemos hecho ni somos conscientes de lo que estamos haciendo”.

         LA MADRE QUE LA PARIÓ    

            LA MADRE QUE NOS PARIÓ.