domingo, 31 de mayo de 2015

¿JESÚS DE NAZARET (3 C) EXISTIÓ REALMENTE? ¿CUÁNDO, DÓNDE NACIÓ?



4.- Tácito, historiador romano, en sus “Anales” (año 115 d.C.), que narra cómo Nerón le echó la culpa a los cristianos del incendio de Roma.
“Este nombre (“cristianos”) viene de “Cristo”, que había sufrido la pena de muerte bajo el reinado de Tiberio, tras haber sido condenado por el procurador Poncio Pilato….(los cristianos) fueron cubiertos con pieles de animales y despedazados por perros, o atados a cadáveres e incendiados, como lámparas nocturnas….”
Pero los expertos dan poca credibilidad a este texto.
De Jesús dice lo que, en su tiempo, se decía de Él.
Si escribe sobre las primeras comunidades cristianas, pero de Jesús…

5.- Las fuentes rabínicas, de no antes del siglo II, se refieren a Jesús de Nazaret de forma despectiva, pero que había existido y no era sólo un mito creado por alguna secta disidente judía.
Incluso se habla mal de Él, considerándolo “bastardo”, a su madre como “adúltera” y a su padre como un legionario romano llamado Pantera.
Considerado como un farsante peligroso, cuyos milagros eran sólo hechicerías y que se tenía merecida la ejecución.
Del hecho de hablar mal de Él, puede suponer que afirmaban su existencia.

Aunque no haya fuentes históricas, sino religioso-cristianas, hoy casi nadie pone en duda su existencia, su muerte crucificado (algo muy normal) y que dio lugar a un movimiento religioso que aún sigue.

De un simple mito no podía haber surgido todo lo que surgió.

Tengamos en cuenta que los criterios históricos varían según la época y no podamos aplicar a esto hecho los criterios históricos modernos.
Por eso, en la antigüedad, no sería raro manipular y fantasear la realidad, coloreándola.
De hecho, todos sabemos que la historia la cuentan los vencedores y nunca los vencidos, los varones y nunca las mujeres.

Ya mismo, y en el futuro, la historia se nutrirá de fuentes como la prensa, la radio, la televisión, revistas, Internet,..Pero ¿qué prensa, qué radio, qué televisión? Porque en poco o en nada se parecen las futuras fuentes.
¿Y qué decir de Internet, de entradas libres?

La verdad es que a la Iglesia y a los creyentes, más que el Jesús histórico, del que apenas sabemos algo cierto (que nació en Nazaret, que fue crucificado bajo el imperio de Tiberio, por ser un revoltoso, y poco más), les importa el Jesús de la fe, el Cristo, el Mesías.

¿Qué sabemos de Él? Muy poco, pues, casi nada.

Día.

Sabemos que no nació el día de Nochebuena-Navidad, el 24-25 de Diciembre. Es imposible que, con el fría que hace en Belén en invierno estuvieran los pastores, al raso, en al campo, cuidando de las ovejas.
La fecha del 25 de Diciembre no es anterior al siglo IV y, en no pocos países, y hasta la Edad Media se celebraba la Navidad el 6 de Enero, el día de Reyes.
Posteriormente, y aprovechando que las fiesta pagana del Solsticio de Invierno (noche más larga y día más corto) se celebraba con mucho boato se colocó ahí el día de Navidad y así, mientras unos celebraban la fiesta pagana, otro celebraban la cristiana.
Hoy se apuesta por colocar el día del nacimiento en la primavera, en el mes de Abril (según los que afinan más, el 24 de Abril)

Año.

Aunque parezca una “contraditio in terminis”  “Cristo nació antes de Cristo”.
Si, según Mateo (2.1 y ss), el nacimiento se produjo cuando aún vivía Herodes el Grande y éste murió (documentado históricamente) el año 4 a.C. Jesús tuvo que nacer, al menos el año 4 a.C.)
Pero, además, tenemos la referencia de la estrella de Belén y un astrónomo, Kepler, la relacionó con una conjunción astral que resultara visible en la Palestina del siglo I y eso ocurrió el año 7 a.C.
Por lo tanto no pudo ser el año 0, sino 5 ó 6 ó 7 años antes.

Lugar.
Lo normal es que a un varón se le añadiese al nombre el lugar de nacimiento. Y todos sabemos que a Jesús, se le llamaba el Nazareno (nacido en Nazaret). Lo que es seguro es que allí vivió casi toda su vida.
¿Y lo de Belén?
Pues en es motivos religiosos. Puesto que allí había nacido David, el Mesías tenía que ser de la estirpe de David, el que salvaría a Israel y redimiría a la Humanidad.

En el primer libro de la Biblia, el Génesis (49.10), aparece la profecía de que el Mesías llegaría cuando sobre Israel reinara un personaje que no perteneciera al pueblo judío. Y eso sólo se dio con Herodes el Grande.

También en el libro de Daniel (9.20 y ss)

La profecía de Miqueas (5) (siglo VIII a.C) decía que el Mesías debía nacer en Belén, la población en que había nacido el Rey David.

En Lucas (2. 1) se afirma que la familia de Jesús se vio obligada a desplazarse a Belén obedeciendo una orden del censo relacionada con el romano Quirino.
Según leo, el empadronamiento sólo se hacía para cobrar tributos por motivos laborales, y no tendría que haber ido el matrimonio.
Para otros no hubo tal orden.

Y para otros, en ese año, 7 a.C. sí hubo esa orden y en el trayecto, al llegar a Belén, María se pondría de parto, cumpliéndose así la Profecía: “Y tú, Belén tierra de Judá,….”

viernes, 29 de mayo de 2015

¿JESÚS DE NAZARET (3 B) EXISTIÓ REALMENTE O SÓLO FUE UN MITO?


         El segundo texto de Flavio Josefo se refiere ya, expresamente, a Jesús.

“Por esa época (durante el gobierno de Poncio Pilato, (en el año 26-36 d.C.) vivió Jesús, un hombre sabio, si es que se le puede llamar hombre, porque realizó hechos portentosos. Maestro de hombres que aceptan con gusto la verdad, atrajo a muchos judíos y a muchos de origen griego.
Era el Mesías. Cuando Pilato, tras escuchar la acusación que contra él formularon los principales de entre nosotros, lo condenó a ser crucificado, aquellos que lo habían amado al principio no dejaron de hacerlo. Porque al tercer día se les manifestó vivo, de nuevo, habiendo profetizado los  divinos profetas éstas y otras maravillas acerca de Él. Y hasta el día de hoy no ha desaparecido la secta de los cristianos”

¿Puede ser original y auténtico este texto en su totalidad?

Y es que el historiador Flavio Josefo era un judío convencido, aunque voluble, pero es difícil e incomprensible que hubiera hecho tales elogios de aquel profeta que había luchado, precisamente, contra la ortodoxia judía y al que habían acabado crucificando.
Y menos verosímil (o más inverosímil) que pudiera creer que había resucitado.

El gran teólogo español, Juan José Tamayo, en su obra “Por eso lo mataron” dice que “parece tratarse de un texto muy manipulado, sobre cuya autenticidad se cierne una larga sombra de dudas”

Hay quien afirma que, no en parte, sino en su totalidad el texto es falso pues, más bien parece reflejar la predicación cristiana sobre Jesús, en clave apologética, como en los evangelios.

Existe una versión árabe del mismo texto, no exactamente igual, pero sí muy parecida, y del que tampoco hay certeza de su autenticidad, pero en el que aparecen los discípulos y no el historiador judío quien afirma que Jesús había resucitado.

El texto original de Flavio Josefo sería:

“POR AQUELLA ÉPOCA APARECIÓ JESÚS. ATRAJO A SÍ MUCHOS JUDÍOS Y TAMBIÉN MUCHOS GENTILES. HABIENDO SIDO DENUNCIADO POR LOS PRIMADOS DEL PUEBLO, PILATO LO CONDENÓ AL SUPLICIO DE LA CRUZ; PERO LOS QUE ANTES LE HABÍAN AMADO LE PERMANECIERON FIELES EN EL AMOR. DE ÉL TOMARON SU NOMBRE LOS CRISTIANOS, CUYA TRIBU PERDURA HASTA EL DÍA DE HOY".

El texto manipulado INTERPOLADO es:

"Por aquella época apareció Jesús, {" hombre sabio, si es que se le puede llamar hombre, fue autor de obras maravillosas, maestro para quienes reciben con gusto la verdad."}. Atrajo a sí muchos judíos y también muchos gentiles. {"Éste era el Cristo (el Mesías)".} Habiendo sido denunciado por los primados del pueblo, Pilato lo condenó al suplicio de la cruz; pero los que antes le habían amado le permanecieron fieles en el amor. {"Se les apareció resucitado al tercer día, como lo habían anunciado los divinos profetas que habían predicho de El ésta y otras mil cosas maravillosas".} De él tomaron su nombre los cristianos, cuya tribu perdura hasta el día de hoy".


Quienes niegan la autenticidad del texto de Flavio Josefo aseguran que se trata de “interpolaciones” de los primeros cristianos, porque el historiador no podía haber dicho lo que el texto dice, con tantos elogios.
Quienes afirman la autenticidad del mismo admiten que, seguramente, ha habido una manipulación del escrito de Flavio Josefo (que se habría convertido al cristianismo. Lo que no parece creíble, que afirmara la Mesianidad y menos aún la Resurrección)
Además, un cristiano de aquel tiempo nunca hubiera escrito la palabra “secta”

César Vidal defiende un substrato de autenticidad en el texto.

La obra de Flavio Josefo, que comprende todo el período de la vida de Jesús y los primeros treinta años después de su muerte, sólo lo cita esas dos veces y hoy hay unanimidad en que el segundo texto tiene interpolaciones señaladas.

Flavio Josefo, el único que ha dado una pista sobre la existencia de Jesús, llamado Cristo (“Mesías” en griego), escribió mucho, incluso de sí mismo, datos biográficos.
Formaba parte de una familia sacerdotal y era de la secta de los fariseos, a la que, en un principio, pudo haber pertenecido Jesús.
Cuando estalló la guerra contra Roma (66 d.C) fue general de las tropas judías, fue hecho prisionero, pero fue liberado por Vespasiano al haberle profetizado que sería entronizado emperador, y como así fue, Flavio Josefo acabó viviendo en Roma, en una preciosa villa, como regalo, y una pensión vitalicia.

Escribió “La guerra de los judíos”, en la que le achaca a unos bandoleros los que le declararon la guerra a Roma, y no a los judíos, y “Las antigüedades”, en 20 volúmenes, en la que aparecen las dos citas sobre Jesús. Expone la historia de Israel, pero con pocos criterios de historicidad.
Pero la obra  iba dirigida no a los judíos, sino a griegos y romanos.

“Empezó siendo defensor de los romanos ante los judíos y acabó como defensor de los judíos frente a los romanos”
Así que, al leer su obra, habrá que estar atento a su contenido.

“Capaz de inventarse cosas, exagerarlas, distorsionarlas y. al mismo tiempo, de cuando en cuando, decir cosas verdaderas”.


jueves, 28 de mayo de 2015

JESÚS DE NAZARET (3 A) ¿EXISTIÓ REALMENTE O ES SÓLO UN MITO?



Como los 4 evangelios fueron considerados como biografías históricas de Jesús de Nazaret durante 18 siglos, nadie se cuestionó su existencia.
Fue a finales del XVIII cuando dos historiadores franceses (Voney y Dupuis) pusieron en duda su existencia, pero fue, sobre todo, con la Ilustración y su crítica histórica, al no haber, prácticamente, documentos de aquel tiempo, ni romanos ni judíos que la acreditasen, lo que supuso un fuerte revés a la Iglesia, que fundaba toda la credibilidad en el carácter histórico de los 4 Evangelios y otros escritos del Nuevo Testamento.

Por lo tanto, si no son históricos sino literarios, y lo que relatan no es la figura histórica sino la visión que de Él tenían las primeras comunidades cristianas, la Iglesia se quedaba sin argumentos científicos para probar que había existido, predicado, crucificado, resucitado,…

De ahí algunos dieron un salto y consideraron a Jesús de Nazaret un mito, creado por una secta disidente del judaísmo ortodoxo.
Igualmente Pablo, San Pablo, el verdadero fundador de la Iglesia cristiana, también sería fruto de una creación literaria de unos grupos, que hicieron un cóctel de otros mitos religiosos (judaicos, griegos, egipcios,…)

Se le daba la razón a Voltaire, que ya había alertado de que no se podía dar valor histórico a los Evangelios.

La Iglesia, a la que se le caía toda su doctrina, se lanzó a buscar documentos históricos de la época, fueran romanos o fueran judíos.

1.- Filón de Alejandría, filósofo, que sobrevivió a la muerte de Jesús, del que se conservan unos 50 escritos, interesado por la actividad de sectas y movimientos dentro del judaísmo de aquel tiempo, y ni una sola mención del Nazareno, y eso que conocía bien a Pilatos, de quien habla en sus obras.

2.- Justo de Tiberiades, historiador contemporáneo de Jesús, casi paisano, que escribe la Historia de Palestina desde Moisés hasta 70 años después del nacimiento de Jesús. Y tampoco lo cita.

3.- Flavio Josefo, historiador judío, de finales del siglo I, es el primero que nombra a Jesús y a su secta (alegría enorme para la Iglesia. Por fin un documento histórico) y, además, en dos pasajes.

         En el primero sólo lo cita indirectamente, hablando de la muerte por lapidación de Santiago, uno de los hermanos de Jesús.

“Anás convocó a las jueces del Sanedrín y trajo ante ellos al hermano de Jesús, llamado el Cristo  -su nombre era Santiago- y a algunos otros. Los acusó de haber violado la ley y los entregó para que lo lapidaran”

Este texto aparece en el libro “Antigüedades”, publicado unos setenta años después de la muerte de Jesús.

Y como Santiago, el hermano de Jesús, había tenido mucho influjo en la creación de la primera comunidad judeo-cristiana, al estar muy bien relacionado por las autoridades, da por sabido que había existido un tal Jesús, a quien sus seguidores llaman Cristo o Mesías.


         El segundo texto se refiere expresamente a Jesús.

miércoles, 27 de mayo de 2015

JESÚS DE NAZARET (2 B)



Queramos o no queramos, nos guste o no, debemos admitir que, todavía hoy, estamos permeados por el cristianismo (desde el Bautismo, al Entierro, pasando por la Primera Comunión y la Boda en la Iglesia o Catedral, con el cura como oficiante en una gran parte de la población, aunque no se sea practicante habitual).

El concepto de pecado y el sentimiento de culpa, la tranquilidad y los remordimientos de conciencia, los roles del varón y de la mujer, el valor del sacrificio, la visión de la sexualidad, el valor del dinero, la educación y enseñanza religiosa en Colegios y Universidades, de donde salen desde Políticos Gobernantes y Dictadores hasta Guerrilleros revolucionarios, desde Teólogos Oficiales a Teólogos de la Liberación, desde la Clausura y recogimiento de algunos a las Misiones y la exterioridad de otros.

¿Qué decir de la influencia de la Religión Oficial, a través de la Jerarquía Eclesíástica, en leyes como la de Enseñanza, el Divorcio, el Aborto, la Pena de Muerte, en las Costumbres (el bikini o el nudismo o el velo obligatorio para entrar en la iglesia, los sermones catilinarios en la misa de 12 de los domingos, los niños nacidos fuera del matrimonio, los matrimonios civiles y religiosos, los Preservativos y la Píldora anticonceptiva o la del día después, la demonización del comunismo, del materialismo, del ateísmo,…?

Todavía queda mucho vigente.

Los Papas, que además de Jefes de la Iglesia son Jefes de Estado y recibidos como tales por creyentes y por gobernantes, incluso en países islámicos e hindúes, incluso animistas africanos, en su doble papel de Jefe.

De los numerosos mesías, profetas, visionarios,… ¿sólo Jesús dejó huella? ¿Por qué si Él,  seguro-segurísimo, no pasó por su mente fundar una nueva religión ni una nueva Iglesia, sino sólo proponer una forma distinta de vivir las relaciones de los hombres entre sí, no basadas en el poder, sino en la fraternidad?

Y todo ese influjo en Occidente tuvo lugar en nombre de una persona de la que apenas se sabe si existió o fue algo creado por una secta de judíos  disidentes que necesitaban creer en la llegada del Mesías o es un mito forjado por las primeras comunidades fundadas por los Apóstoles que necesitaban perpetuar la presencia de la historia de Jesús después de la derrota de su muerte en la cruz.

Un personaje paradójico, contradictorio, enigmático, y en cuyo nombre se ha perseguido y asesinado, al tiempo que se ha evangelizado caritativamente, siendo, incluso, asesinados, martirizados.

Incluso dudamos que Jesús de Nazaret hubiera, hoy, ratificado las doctrinas que, en su nombre, predica e impone la Iglesia que se denomina Cristiana.

Incluso hay que reconocer el influjo que el Vaticano ejerce en la política internacional, a través de la figura de Jesús, el Cristo, sin apenas saber de Él, de cómo fue, de qué predicó realmente, qué pretendía con el anuncio de un nuevo Reino para la humanidad,…

Una Iglesia que comenzó a andar siendo pobre, poniendo en común sus bienes, siendo perseguida y martirizada y que, en poco tiempo, pasó a ser la Religión Oficial del Imperio Romano y de perseguida se trocó en perseguidora.

Una Iglesia que se decía de los pobres y que se enriquecía, que demonizaba el lujo y el derroche y pronto se apuntó al mayor boato deslumbrante, que copió la vestimenta de los Emperadores Romanos, que se sirve en copa de oro, que predica las bienaventuranzas pero que no las practica (pobres, hambrientos, sedientos, perseguidos, desnudos,…)


Sin saber hasta si existió, qué fue lo que dijo, lo que hizo, realmente, en su vida, que no dejó escrita una línea y que todo lo que sabemos de Él es lo que nos dicen que dijo, como Platón de Sócrates.

martes, 26 de mayo de 2015

JESÚS DE NAZARET.(2 A)

 JESÚS DE NAZARET.

Personaje del que apenas sabemos algo con certeza pero que, debido al cristianismo posterior, condicionó la historia de Occidente, dividiendo el tiempo en dos: a.C. y d.C. aunque, ahora, se hable de la E.C. (Era Común).
Que vive poco más de 30 años, ignorado por historiadores judíos y romanos, y la extraordinaria huella que ha dejado en los últimos 20 siglos, en todos los estamentos de la vida, desde la religiosa a la política, desde la cultural a la artística, y el gran influjo en la moral y en las costumbres.

Nadie duda, hoy día, que la historia de Occidente habría sido otra, en lo positivo y en lo negativo, sin Jesús de Nazaret, al que siguen adorando como Dios muchos millones de creyentes.
¿Qué visión habríamos tenido, sin Él y sin su doctrina, del sexo, del pecado, de la mujer, del poder, de las costumbres, del arte, de la cultura, de la política, del matrimonio…?

Les propongo hagamos un ejercicio de imaginación:

Recorramos sólo España, sólo el Camino de Santiago y, (con la imaginación), borremos, hagamos desaparecer, Iglesias, Monasterios y sus Scriptoria, las Catedrales, Albergues,….entremos en ellos y en los museos (El Prado, por ejemplo) y borremos todo el arte religioso (pintura y escultura), borremos los libros religiosos de las bibliotecas,…. borremos todas las monarquías históricas absolutistas apoyadas en el poder divino….borremos todas las guerras de religión,…..borremos (con la imaginación) todo el barroco cultural y artístico, en general, … borremos nuestro Siglo de Oro…Borremos la Inquisición Religiosa…. ¿Qué nos queda de historia?. ¿Cuánto nos queda de material que tratar? ¿Y cómo habría sido, hoy, América, si en vez de ir el Cristianismo hubiera misionado el islamismo, el budismo o el hinduismo o ninguna religión?

Un ejercicio de imaginación casero: recorre el centro de Málaga y ve comprobándolo tú.

¿Sería todo ello comprensible desconociendo la historia de Jesús y del Cristianismo?

Donde apenas hizo pie el cristianismo, en las culturas orientales (China, India, Japón,…) siguieron derroteros distintos, para bien y/o para mal, a las tierras en las que el cristianismo se asentó.

¿Cómo sería la historia si Jesús no hubiera existido? ¿Habría existido el comunismo?, ¿habría existido el capitalismo sin la ética cristiano-calvinista? ¿Habría existido la Inquisición y la persecución de los judíos? Hasta el holocausto.

¿Habría existido el Holocausto sin la presencia del cristianismo?

Toda la historia occidental está tintada por el Cristianismo.

Sin él, occidente sería irreconocible.

lunes, 25 de mayo de 2015

JESÚS DE NAZARET. (1)



(Comienzo una serie de reflexiones/artículos sobre Jesús de Nazaret, para quien pueda interesarle)

Si el hombre Jesús de Nazaret no hubiera sido considerado “Cristo” (“Mesías”, “Ungido de Dios”) y no hubiera surgido “El Cristianismo” (como doctrina y como moral) ¿cómo hubiera sido el Arte, la Cultura, la Música, la Educación, la Sociedad, la Política, la moral, el modo de pensar…?

Pero ¿de qué estamos hablando cuando pronunciamos la palabra “Jesús”?

1.- ¿Del judío de Nazaret, rodeado de los marginados de su tiempo (como, en vida, nuestro Vicente Ferrer o Teresa de Calcuta?.
2.- ¿Del judío que se atrevió a desafiar nada menos que al Sábado, al Templo, a la Familia, al Sanedrín,…?
3.- ¿Del que se atrevió a rehacer al Yahvé judío y convertirlo en Dios Padre?
4.- ¿Del que no tenía miedo de ser humano, de expresar sus sentimientos, de tocar y ser tocado, de hablar y escuchar a las mujeres?
5.- ¿Del judío inconformista que rompía con los tabúes de su época?
6.- ¿Del judío contundente agitador religioso y sólo leve y sutilmente agitador político y que sería condenado a muerte de cruz (como otros tantos miles y miles) por el simple pecado de haber provocado, en los de abajo, llamándolos “bienaventurados”, con sus utopías libertarias?
7.- ¿Del Jesús judío, hombre, o del Cristo, hijo de Dios?

Porque no hay “un” Jesús, sino “varios”.

Y surgen muchas preguntas:

¿Quiso, alguna vez, estuvo en su mente, fundar una nueva religión (El Cristianismo) o fue un auténtico creyente judío que sólo intentó purificar el judaísmo de escorias conservadoras y elitistas?
¿Quiso que su nueva renovación judía, ese “nuevo judaísmo”, siguiera encerrado entre sus seguidores o intentó abrir las murallas, traspasar las fronteras y hacerlo cosmopolita?
¿Habría habido campos de exterminio, habría existido el “holocausto” si no se les hubiera hecho a los judíos los responsables y asesinos de Jesús, el Cristo?

¿Coincide en algo el “Jesús real” con el “mito de Cristo”?

viernes, 22 de mayo de 2015

LA MEDICINA (Y 4)



A medida que fue desapareciendo la creencia en los milagros en el curso de la naturaleza, también fue desapareciendo la fe en la brujería, que no es que fuera refutada, con pruebas, simplemente dejó de parecer digna de examen.

En el estudio de las enfermedades del cuerpo humano nada era posible, científicamente, sin la Anatomía y la Fisiología, y éstas no eran posibles sin la disección, a la que se oponía la Iglesia.

Vesalio, el primero que practicó una anatomía científica logró escapar a la censura oficial, por un tiempo, porque era médico del Emperador Carlos V, quien temía que sufriera deterioro su salud si se le privaba de su médico de cabecera.
Pero su hijo y sucesor, Felipe II, no vio razón para proteger a un sospechoso. Y Vesalio no pudo obtener y disponer de más cuerpos para la disección.
La Iglesia creía que hay en el cuerpo humano u hueso indestructible, que es el núcleo de su resurrección.
Al ser preguntado Vesalio por tal hueso contestó que nunca lo había encontrado.

Si Aristóteles (su Física teleológica) fue un obstáculo para el surgimiento de la Física Moderna Mecanicista, Galeno (su Medicina) lo fue para el progreso de la Medicina.
Los seguidores de Galeno persiguieron a Vesalio con incansable hostilidad y, al fin, encontraron una oportunidad para arruinarlo.
Mientras estaba examinando el cadáver de un Grande de España se observó que el corazón (así lo atestiguaron los perseguidores) mostraba algunos signos de vida bajo el bisturí, por lo que sería acusado de asesinato y entregado a la Inquisición.
Por influencia del Rey se le permitió hacer penitencia con una peregrinación a Tierra Santa.
Pero, a su regreso, naufragó el barco y, aunque llegó a tierra, murió de agotamiento.
Pero su influencia sobrevivió. Uno de sus discípulos fue Falopio, quien mostró que la única manera de encontrar lo que hay en el cuerpo humano es “mirando” y “viendo”.

La Fisiología se desarrolló después de la Anatomía, llegando a ser científica con Harvey (1.578-1.653), el descubridor de la circulación de la sangre, médico de la Corte, como Vesalio, pero que no sufrió persecución.
Pero eso era en los países protestantes, porque en las Universidades Españolas la circulación de la sangre era todavía negada a finales del XVIII y la disección no formaba parte de los estudios médicos.
Los viejos prejuicios teológicos se despertaban ante cualquier novedad.

La inoculación contra la viruela desató una gran cantidad de protestas de los teólogos.
Hasta la Sorbona se pronunció en contra.
Un clérigo anglicano afirmaba que las pústulas de Job se debían, sin duda, a la inoculación por el Diablo, al tiempo que varios ministros escoceses publicaron un manifiesto diciendo que “se estaba tratando de desafiar el juicio divino”.
Pero fue tan notable la disminución de muertes por viruela que los terrores teológicos no lograron contrarrestar el temor a la enfermedad.
En 1.768 hasta la Emperatriz Catalina y su hijo se dejaron inocular.

Los clérigos consideraban la vacuna como “un insolente desafío a la voluntad misma de Dios”.
Todavía en 1.885 la parte católica de Montreal, donde hubo un brote de viruela, se resistió a la vacuna con el apoyo de su clero.
Un sacerdote afirmaba: “si estamos afligidos por la viruela es porque tuvimos un carnaval, el último invierno, festejando la carne, lo que ha ofendido al Señor”.
Seguía el clero despotricando contra la vacuna, exhortando a los fieles a dedicarse a la oración y, sobre todo, a rezar el santo rosario, con una gran procesión e invocaciones a la virgen.

¿Y con el descubrimiento de los anestésicos?
Cuando se recomendaba su uso en el parto el clero esgrimía la Biblia, cuando Dios dijo a Eva: “parirás con dolor a tus hijos” (Génesis III, 16) y, con el cloroformo, al no sentir dolor, se iba contra el mandamiento divino, aunque los defensores esgrimían que Dios había sumido a Adán en un profundo sueño, cuando le extrajo su costilla.

Es enorme el daño que la Teología ha causado a la humanidad, dando un carácter sagrado a prácticas venidas de edades más ignorantes y bárbaras.

Pero es que la intromisión de la teología sigue estando presente, como en el control de natalidad, la legalización del aborto (al menos en ciertos respectos), la utilización del preservativo, no sólo como método anticonceptivo, sino como prevención de enfermedades.
Todos serían pecados intrínsecamente malos, “contra natura”

Que el embrión tiene alma es algo indudable para los teólogos.
Siempre la Teología interfiriendo en la Medicina.

¿Quién puede pensar que sea malo evitar enfermedades y epidemias mediante la sanidad y la higiene? Pues, todavía, algunos siguen pensando y predicando que las enfermedades son enviadas por Dios.
¿Solución? Confesarse, arrepentirse y rezar.


(Extracto, comentado, de parte de la obra de B. Russell “RELIGIÓN Y CIENCIA”)

jueves, 21 de mayo de 2015

LA MEDICINA (3)



¿Y la creencia en la hechicería?

De mis tiempos infantiles está en mi mente el Catecismo del P. Astete. “El que cree en agüeros o usa de hechicerías o cosas supersticiosas”, como pecado contra el primer mandamiento de la Ley de Dios.

“A la hechicera  no dejarás que viva”  -dice la Biblia (Éxodo XXII, 18), así que tomando la Biblia como guía de conducta fueron miles o millones las víctimas inocentes.
La brujería y la hechicería, en la Edad Media, si eran perversas era porque suponía una alianza con los poderes infernales.
Y es que, no sólo la Divinidad, también Satanás puede hacer milagros, pero mientras aquella ayuda a los hombres buenos, ésta lo hace a los hombres malos.
Ya durante el reinado de Ramsés III fueron juzgados ciertos funcionarios y ciertas mujeres de su harem por hacer una imagen de cera del Faraón y pronunciar hechizos mágicos sobre ella con la intención de causar su muerte.

La brujería comenzó a ser casi totalmente femenina en el siglo XV y, desde entonces, hasta finales del XVII la persecución de las brujas fue seria y se difundió ampliamente.

En 1.584, el Papa Inocencio VIII lanzó una bula contra la brujería, la tristemente célebre “Maleus Maleficarum” (“el martirio de las malhechoras”) y designó a dos inquisidores para castigarla.
Sostenía que la brujería era más natural a las mujeres que a los varones a causa de la “maldad inherente en sus corazones”.
Una de las acusaciones más comunes contra ellas era “causar mal tiempo”
Se redactó una lista de preguntas para las mujeres sospechosas de brujería, las cuales eran torturadas hasta que daban las respuestas deseadas.
Se calcula que sólo en Alemania, entre 1.450 y 1.550 fueron muertas 100.000 brujas, la mayor parte de ellas quemadas.

Ya algunos racionalistas se aventuraron a dudar que las tempestades de granizo, rayos y relámpagos fueran causadas realmente por las maquinaciones de estas mujeres.
Incluso el Rector de la Universidad de Tréveris y Juez del Tribunal del Electorado, después de condenar a innumerables brujas, comenzó a pensar que, quizá, las confesiones se debían al deseo de escapar de la tortura, por lo que no se hallaba muy dispuesto a condenarlas.
Fue, entonces, acusado de haberse vendido a Satanás y sometido a las mismas torturas que él había infligido a las mujeres. Como ellas, confesó su culpa y sería estrangulado, para ser, posteriormente, quemado.

Pero no seamos miopes.
Los protestantes eran tan adictos como los católicos a la persecución de las brujas. Y Escocia superaba a Inglaterra en la tarea.
Jacobo I descubrió la causa de las tempestades que lo habían perseguido en su viaje a Dinamarca: cientos de brujas que se habían echado a la mar. Y fue él al que se le ocurrió el tormento de levantar las uñas de los dedos para clavar alfileres enteros.

El incremento de la cultura iba paralelo al declive de la brujería, pero hasta el siglo XVIII siguieron quemándose brujas.

La creencia en la posibilidad de la magia negra no fue derrotada con/por argumentos racionales, sino por la difusión general de la creencia en el imperio de la ley natural.
La obra de Newton hizo que los hombres creyeran que Dios había creado originalmente la naturaleza y decretado sus leyes naturales de suerte que produjeran los resultados queridos por Él, sin su nueva intervención, excepto en grandes ocasiones.
Los protestantes sostenían que los milagros se produjeron durante el primero y segundo siglo de la Era Cristiana, y luego cesaron.
Y si Dios ya no intervenía milagrosamente, era poco probable que permitiera que lo hiciera Satanás.

Poco a poco dejó de haber viejas brujas montadas en escobas y volando por el cielo como causa de las tempestades.

Pero los relámpagos y los rayos no eran algo natural, sino actos especiales de Dios.

De ahí la oposición a la instalación de pararrayos a los que se les atribuía el terremoto de 1.755, en Massachussets. “Las puntas de hierro inventadas por el sagaz Mr. Franklin”.

miércoles, 20 de mayo de 2015

LA MEDICINA (2)

  
Todos sabemos que para ser elevado a “beato” hace falta haber hecho UN milagro y para  “santo”  son necesarios DOS. Esto es lo que prescribía (no sé si seguirá vigente) la “tarifa” de la Iglesia de Roma.
Pero, por ejemplo, el mismo Papa, Urbano VIII, que consideró milagros de Francisco Javier el “don de lenguas” (desmentido por las mismas cartas que escribía, quejándose de lo difícil que era la comunicación con los japoneses) y que “encendiera lámparas con agua bendita en vez de con aceite” fue el mismo que encontró increíble lo que decía Galileo.

Yo, que en mis tiempos de seminarista, con misa diaria y con misal del P. Molina, S.J. me leía las biografías de los santos del día, no daba fe a tantos milagros como, antiguamente, realizaban los santos.

Cuando está presente la ausencia de documentos, la  imaginación se dispara y llega a afirmarse que San Francisco Javier, durante su vida, llegó a resucitar hasta a cuarenta personas.

Todos recordamos el caso de la mujer aquejada de hemorroides/almorranas, la hemorroísa del Evangelio, que estaba convencida de que se curaría de su enfermedad si llegaba a tocar aunque sólo fuera la orla del manto de Jesús de Nazaret. Lo consigue y queda curada.

Pero no creamos que son sólo los católicos los que creen en curas milagrosas, también lo creían los protestantes.
En Inglaterra el Rey curaba, mediante toque, la enfermedad conocida como “el mal del Rey” (la “escrofulosis”, una variedad de la tuberculosis) y como se creía en el origen divino de los reyes (El Rey era un “vice-Dios en la tierra”), Carlos II llegó a tocar a unas cien mil personas.
Poderes milagrosos de los Reyes que se heredaban y se transmitían en los reyes posteriores descendientes.

En la Edad Media eran frecuentes (y terribles) las plagas y las pestes y eran atribuidas unas veces a los demonios y otras a la cólera de Dios.
Si se creía que era por esta última un método muy recomendado para evitarlas o que desapareciera era por la donación de tierras a la Iglesia.

La Peste Negra, de 1.348 causó explosiones de superstición de varias clases en diversos lugares.
Uno de los métodos favoritos de apaciguar la cólera de Dios fue la persecución de los judíos.
¿Cuántos miles y miles de judíos murieron por ello?

La credulidad estaba a la orden del día.
La ciudad de Siena había decidido agrandar la Catedral y ya se había hecho una cantidad considerable de trabajo, pero, cuando llegó la Peste Negra la interpretaron como una “visita especial” para castigar a los sieneses pecadores para castigarlos por su orgullo de querer tener una catedral tan magnífica, así que detuvieron el trabajo.

Además, como los principales médicos eran judíos que, además, habían adquirido sus conocimientos de los musulmanes, eran doblemente sospechosos de magia, lo que, por una parte les beneficiaba, para elevar sus ingresos, pero por otra eran mal vistos.

La Anatomía era considerada como mala, porque podía interferir en la resurrección de los cuerpos el día del Juicio Final. ¿No iba a resucitarse con el mismo cuerpo y alma que tuvieron en vida?
La disección estaba, habitualmente, prohibida, además con bula de por medio del Papa Bonifacio VIII.
Incluso en el siglo XVI, el Papa Pío V, ordenaba a los médicos “llamar antes a los sacerdotes, porque la enfermedad corporal frecuentemente surge del pecado” así que el enfermo tenía un plazo de tres días para confesar sus pecados.

En el caso de las “enfermedades mentales” su tratamiento era totalmente supersticioso.
La locura era debida a la posesión diabólica (lo que venía reforzado con sólo leer el Evangelio), eran los “endemoniados”.
Su curación era o bien por el exorcismo (para sacar al diablo del cuerpo del enfermo) o bien tocando una reliquia.

Y como el orgullo fue el causante de la caída de Satanás, debía ser humillado, incluso torturado, y se usaban malos olores y sustancias desagradables.
La fórmula del exorcismo llegó a ser cada vez más grande y más salpicada de obscenidades. Se recurría, incluso, a mantenerlo siempre despierto.
Y cuando fallaban estos métodos mixtos el paciente era azotado y si el demonio se resistía a abandonar el cuerpo del enfermo era torturado por bárbaros carceleros crueles.

Los Jesuitas, en Viena, en 1.583, llegaron a expulsar 12. 652 diablos.

martes, 19 de mayo de 2015

LA MEDICINA (1)



Dice la R.A.E. que es “la ciencia y el arte de precaver y curar las enfermedades del cuerpo humano”

Primero fue “el arte de curar”, la manera de curar, después, y muy tarde, llegaría “la ciencia de curar”, basada en argumentos, razones, causas,…

Es la ciencia dedicada al estudio de la vida, la salud, las enfermedades y la muerte del ser humano e implica el arte de ejercer tal conocimiento técnico para el mantenimiento y recuperación de la salud, aplicándolo al diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades.

Pero (como hemos ya indicado) antes de ser “ciencia” fue “arte”.
Los “curanderos” antecedieron a los “médicos”, el “sacamuelas” fue muy anterior al “odontólogo”

En esa etapa precientífica el estudio del cuerpo humano y sus enfermedades estaban basados en una serie de supersticiones, ya en la etapa precristiana, pero que luego, con el cristianismo siguió bañada en supersticiones, por el peso de la autoridad eclesiástica.

Ya en el Evangelio aparece la pregunta de los apóstoles ante la presencia de un tullido (el que ha perdido el movimiento del cuerpo o de alguno de sus miembros): ¿“Quién pecó, él o sus padres”?. Porque se sostenía que el pecado de los padres podía afectar al pecador o a sus hijos,  o a sus nietos, a sus bisnietos o a sus tataranietos (“hasta la tercera y cuarta generación”)

Las enfermedades tenían su origen o bien en Dios, para castigar un pecado, o bien, y más a menudo, en el diablo.

Las tres terapias en la antigüedad estaban en relación al tipo de enfermedad padecida: Si el origen son los demonios, la terapia es el exorcismo o el milagro; si es producto de poderes arcanos, el remedio es la magia, y si son meros trastornos funcionales para esto está la medicina.

Podía ser curada, pues, por la oración, pidiéndoselo directamente a Dios o, más a menudo, por la intervención de los santos, de la Virgen María, o en contacto con las santas reliquias, o por peregrinación, o por donación de tierras a la Iglesia.
Y cuando la enfermedad era causada por el diablo a través, sobre todo de exorcismos.

Diablo (griego) o Satán (hebreo) “adversario” o Belcebú (cananeo) o Satanás (“el ángel caído”, uno de los ángeles de Yahvé que se hizo malvado) o Lucifer (“el portador de luz”, su nombre real) o Belial o Samael o Luzbel o “El maligno” o Mefistófeles o Leviatán o Anticristo,…. (Y, seguramente, habrá más sinónimos).

“Demonio” proviene de “daimon”, que significa “don” y no tiene, en sí mismo, connotaciones negativas. Es una cualidad que alguien tiene.
Por ejemplo, Sócrates solía decir: “me ha dicho mi daimon, mi demonio”, ese genio o cualidad que llevo dentro, esa intuición, ese don que poseo,

Brujo o Hechicero o Mago o Adivino o Encantador o Nigromante o Agorero o Vidente o Taumaturgo o Curandero o Arúspice o Sibila,… (Y, seguramente, habrá más sinónimos)

La verdad es que, cuando los primeros Padres de la Iglesia hablan del diablo están refiriéndose a los dioses paganos, que habitaban en el Olimpo y que se suponía que eran servidores de Satanás, y que estarían rabiosos de ver cómo crecía y crecía la nueva doctrina cristiana.

“La medicina es inútil –decía San Gregorio Nacianceno- pero la imposición de manos sagradas es, a menudo, más eficaz”.

Había obsesión por las reliquias religiosas (hasta Franco y el brazo de Santa Teresa) tanta que llegó a ser una fuente muy apreciable de ingresos para la Iglesia,  y ello, a pesar de que los adorados huesos de Santa Rosalía, en Palermo, tras un detenido y profundo estudio, se vio que correspondían con los de un chivo.
Pero, a pesar de eso, las curaciones continuaron.

Pero ahora sabemos que ciertas clases de enfermedades pueden ser curadas por la fe, mientras que otras no y demandan un tratamiento basado en la patología.


lunes, 18 de mayo de 2015

ENCANTO DE LA VEJEZ (Y 10): EL OCIO Y EL TRABAJO

Solemos confundir las palabras. Nosotros, ahora, estamos ociosos.
Pero el ocio no es no hacer nada. Eso es la pereza, la madre de todos los vicios (como decía la enseñanza de la Iglesia).
       
El ocio es no tener que trabajar para ganar un salario (que eso sería el neg-ocio, la negación del ocio, el tener que trabajar para comer).
El ocio es lo que te permite destinar todo el tiempo a actividades saludables, placenteras, beneficiosas.

Cuando vamos de senderismo con un guía, él y nosotros hacemos lo mismo, pero él está neg-ociando, nosotros estamos ociando. Lo hacemos porque nos da la gana, porque nos gusta y porque nos apetece. A él, a lo mejor no, pero lo tiene que hacer. Él está trabajando.

        El hombre productivo, trabajador, tiene sus paréntesis de ocio: los fines de semana, las fiestas, las vacaciones,… en los que puede destinar el tiempo a actividades que le gustan (jugar al fútbol en la urbanización, cortar el césped, montar en bicicleta,….), cosa que no puede hacer en las jornadas laborales.
        Para éstos el ocio es una pausa en su trabajo, para recuperar el aliento, para reponer fuerzas, para poder seguir trabajando al menos al mismo ritmo.
       
        Nosotros no.
Nuestro ocio ya no es pasajero.
Nuestro ocio ya es un estado.
“Estamos ociosos”, no es que tengamos ocio, no, vivimos en el ocio, es decir, sin tener que trabajar en lo que, seguramente, no te apetecía pero que tenías que hacerlo.
Ahora, en el ocio, puedes hacer, porque te gusta, lo que no pudiste hacer cuando trabajabas.

¡Qué suerte, poder hacer lo que quieres y porque quieres y cuando quieres¡

        Tanto el tener que trabajar como el no poder trabajar, tanto el trabajo obligatorio como el paro obligatorio, son los dos polos opuestos de una existencia humana sin salida.
Unos porque tienen que hacerlo, otros porque no pueden hacerlo.
Nosotros somos superiores, podemos hacerlo, podemos no hacerlo, todo depende de si nos apetece o no.

        ¡Bienaventurados, nosotros¡. ¡Qué envidia les damos¡.

        Déjenme que filosofe un poco. ¿Por qué trabaja el hombre? (Dejo aparte la motivación religiosa del Génesis de que es un mandato de Dios, como contrapartida o castigo por haberlo desobedecido al comer la manzana y pecar de nuestros primeros padres. Yo no sé, ya, quién puede creerse eso).

        Filosofo.

Por tres motivos fundamentales trabaja el hombre. Tres son las motivaciones del trabajo, del trabajar:
       
        1.-Por motivos externos, motivaciones externas. Por cobrar un salario para poder comprar lo necesario para vivir, o para conseguir un premio, o para evitar un castigo.
        La fuerza que me impulsa a trabajar está fuera del trabajo (el salario, el premio o el castigo, las vacaciones, los incentivos, subir de categoría, pagar la hipoteca, la luz, el gas,….), por todas esas cosas trabajo. Por motivos externos.

        2.- Por motivos internos o intrínsecos. Trabajar por el placer que produce el trabajo, por la satisfacción que conlleva el trabajar, por el orgullo de sentirse agente o realizador, autor de esa obra.
Trabajar por el placer de trabajar en sí, no por algo externo al trabajo.
¿Uds. creen que Picasso trabajaba por o para ganar dinero?, ¿por motivaciones externas al arte?.
Picasso no podía no crear. Esa era su vida.
El placer de crear, además obras geniales.

        Le preguntaron a Nietzsche: “Y, ¿Ud. por qué escribe?”. Y decía Nietzsche: “Pero Ud. cree que yo puedo no escribir?. Escribo porque no tengo más remedio, me lo pide el cuerpo, disfruto, hay una fuerza dentro de mí que me impulsa a escribir, al tiempo que gozo escribiendo.
No, pues, por motivos externos.

        Pero también hay otro tipo de motivaciones, ya no en relación con uno mismo (porque cobro, porque me gusta), sino por los otros. Son las

        3.- Motivaciones transcendentales. Las que trascienden al sujeto trabajador, las que están más allá de él.
        Trabajar por las consecuencias de su trabajo para otras personas.

Para satisfacer no ya sus necesidades, sino las necesidades de otras personas distintas a él.
Esas otras personas pueden ser sus familiares pero también pueden ser gente no familiar, personas anónimas.

        Todos somos testigos de compañeros que trabajan con ancianos, con inválidos, con niños que padecen cáncer, con mujeres maltratadas, con personas que viven solas,…..
        Trabajan, gratis, por ellos, para ellos, no para uno. Son motivaciones transcendentes.

        Nosotros, los pensionistas, por motivaciones externas ya, gracias a Dios y a la Seguridad Social, NO. Pero ¿trabajar por motivaciones internas y transcendentales?. Más que nadie.
        Tus hobbys y tu compañía.

        Los nuevos aprendizajes, queridos, por placenteros, sin motivaciones de dinero, por una satisfacción intelectual o sentimental, para sacarte esa espinita que tenías ahí clavada y que ahora te la arrancas, por el placer que ello te produce.

        O ese trabajar prestando servicios a la comunidad, a los colectivos necesitados, sin ánimo de lucro, por solidaridad con los que sufren, y que te llena, que te plenifica.

        ¡Dios, qué grandeza la de los jubilados¡.
Esa actividad de voluntariado da un nuevo sentido, esta vez transcendente, a tu vida, orgullosos, con la autoestima al alza, viéndose mayores pero considerándose útiles socialmente.

        Dicen que una vez, una persona, se acercó a una cantera y se encontró allí a muchos hombres trabajando. Le preguntó a uno; “¿Qué está Ud. Haciendo?” a lo que el cantero le respondió: “Pues ya lo ve Ud. picando piedra”.
        Se acercó al segundo y le hizo la misma pregunta: “¿qué está Ud. haciendo?”. Pues ya lo ve Ud. ganándome el jornal para poder comer yo y mi familia.
        Preguntado, igualmente, un tercer cantero, éste respondió, orgulloso, “estoy haciendo una catedral”.

        Los tres hacían lo mismo. Los motivos, sin embargo, eran distintos.

        Esto es lo que me gusta de la tercera edad, que podemos hacer lo mismo que los trabajadores adultos, pero sin cobrar, y por motivos superiores, por ayudar, por solidaridad.

        ¡Bienaventurada edad, la nuestra¡

El Arcipreste de Hita da otra versión de por qué el hombre tiene que trabajar:
“Como dice Aristóteles, cosa es verdadera // el hombre por dos cosas trabaja // la primera por haber mantenencia. La otra cosa era, por haber juntamiento con hembra placentera”


Más prosaico. Para poder comer y para poder follar.

domingo, 17 de mayo de 2015

ENCANTO DE LA VEJEZ (9) EL "PORQUE" Y EL "PARA"



        Yo ahora soy pensionista, pero no jubilado del trabajo. Yo ahora trabajo mucho, más que antes, pero de otra manera. Un trabajo jovial y libre, no forzado ni obligatorio. Un trabajo “no trabajoso” y “no oneroso”

        Sin embargo todos Uds. saben que hay muchas personas que sufren “el síndrome de las vacaciones” y, que, precisamente en vacaciones, aparecen las grietas de la convivencia matrimonial y comienza a hervir el agua del divorcio o la separación.

        ¡Qué despropósito¡. ¡Cuando más tiempo hay para estar juntos y convivir más intensamente, más se tambalea la convivencia¡.

        ¿Santifica el trabajo?. ¿Es el ocio una incubación de vicios?.

        ¡Qué diferentes la mentalidad religiosa cristiana y la mentalidad laica griega¡.

        “El ocio (no la vagancia), el tiempo libre, es el punto cardinal alrededor del cual gira todo” –dice Aristóteles.

        Yo soy aristotélico.

        No estoy de acuerdo  con el refrán: “el ave nace PARA volar y el hombre PARA trabajar”.
        Ese PARA me pone malo, porque adultera el sentido de las frases.
        Una silla es un mueble hecho por el hombre PARA…
        Igualmente, una cama ha sido hecha por el hombre PARA…Pero, ¿para qué es la montaña?. ¿Para qué son los ríos?. ¿Para qué es el sol?.

        El sol no ha sido hecho PARA alumbrar y calentar; sino que alumbra y calienta PORQUE es sol.
        El ave no ha sido hecha PARA volar, sino que vuela PORQUE tiene alas.
        El ojo no está hecho PARA ver, sino que vemos PORQUE tenemos ojos.

        El hombre no está hecho PARA trabajar, sino que no tiene más remedio que trabajar PORQUE, de lo contrario no tendría para comer y moriría de hambre.

        ¡Qué error de categoría¡. ¿Confundir seres naturales con seres  artificiales¡.

        Si pudiéramos vivir sin trabajar…

        Pues nosotros, ahora, los pensionistas, podemos hacerlo, podemos no trabajar en lo que no nos gusta y podemos hacerlo en lo que sí nos apetece.

        Éste es el encanto que tiene el ser mayor. Es el encanto que tiene la jubilación, con su pensión adosada.

        No el trabajar para ser feliz, sino ser felices trabajando o sin trabajar.

        Pero “la felicidad” no es sólo “mi felicidad”, ésta es la “felicidad privada”. ¿Pero puedes tú decir que eres feliz si tu pareja, si tus hijos, si tus padres, si tus seres más queridos no lo son?.

        La felicidad nunca está en el bolsillo de una persona individual. La felicidad es/tiene que ser altruista, implica a otros. La felicidad no se arruga ni encoge, la felicidad es elástica, es expansiva, difusiva, invasiva.

La felicidad da de sí, se derrama, se difunde o no es felicidad.

        Alguien, no sé quién (pero me da igual, porque las verdades siempre tienen autor, pero nunca tienen propietario, no son propiedad de nadie. El teorema de Pitágoras, no es de Pitágoras, es de todos los que nos lo hemos apropiado y lo usamos), digo que dicen que alguien dijo: “como siga cumpliendo años, llegaré a ser pensionista, pero yo, jubilado, jamás”.

        Pues aquí tienen a uno que piensa lo mismo y lo dice ante Uds.


        A fines o a primeros de mes ya no voy al banco, como todos los jubilados, miro mi cuenta por Internet para ver si me han ingresado la pensión. Porque yo soy pensionista. Pero yo no estoy jubilado. La prueba de lo que digo es que estoy aquí, ante vosotros, dando cuenta de mi trabajo.

viernes, 15 de mayo de 2015

ENCANTO DE LA VEJEZ (8). LA VIDA: ¿ESCALA O PASEO?



        Dice el genial filósofo español, José Antonio Marina que, puesto que el hombre nace siempre en un grupo social, muchos piensan que la identidad se define por la pertenencia a ese grupo.
        Pero se trata de una decisión que siempre encierra una gran arbitrariedad. Porque yo, tú y el vecino del 5º pertenecemos a muchos colectivos. Mi raza, mi lengua, mi género, mi nación, mi clase social, mi religión, mi civilización…. ¿Por qué elegir una y no otra como punto de referencia?. Entonces, yo, puedo convertirme en un racista, en un machista, en un nacionalista excluyente, en un fanático, en un….
        ¿Por qué no elegimos, como punto de referencia, la pertenencia a la especie humana, en la que cabemos todos, porque todos somos igual de personas, y. sobre ella, construir los derechos humanos, universales?.

        Nosotros ya pertenecemos a otro colectivo, el de los jubilados o, mejor, pensionistas. Pero no sólo somos eso. También somos esposos (lo digo yo, varón), hijos, padres, hermanos, abuelos, lectores, escritores, conferenciantes, españoles, hablamos castellano, somos andaluces, blancos, católicos,….
        Todos tenemos muchas identidades.

        Apostarlo todo a una identidad es una prueba manifiesta de inmadurez y de pobreza voluntaria. Toda la actividad estará volcada hacia esa identidad. Así salen los racistas, xenófobos, inquisidores, nacionalistas, mutilados afectivos,…

        Leo un artículo de un señor que fue presidente de la banca. Ya el título me pone en guardia. “La jubilación como una escalada”.

        La vida del escalador, del montañista, es así, siempre forzada y sufriendo en la escalada y mientras escala hasta llegar a la cima.
        La vida de un paseante vitalista, como yo, naturalmente que no es así.

        Escalada, escala, escalera.

        Si alguien ve la vida como una escalera, tendrá que escalar, al vivir. La escalera siempre es un lugar de paso, nunca una morada en la que residir.
        Y escalar, recorrer la escalera, siempre es sacrificio, menos para bajar, más para subir. La ley de la gravedad es la ley de la gravedad.
        El premio de la escalera es el rellano, cuando se llega.
        El premio de la escalada es la cima, cuando se llega.
        El premio del paseo es el pasear mismo, mientras se va, porque no hay llegada obligatoria.


        Considerar la vida como una escala implica un reto, llegar, implica una aventura. Y la aventura puede terminar en bienaventuranza o malaventura.

jueves, 14 de mayo de 2015

ENCANTO DE LA VEJEZ (7)




        Nosotros, ahora, somos los que más y mejores motivos tenemos para vivir felizmente.

        Tenemos la hipoteca pagada. Tenemos ya a los hijos fuera de casa (aunque, con esto del paro, últimamente. muchos hijos están sacando a sus padres de la Residencia y, con lo que pagaba, se mantienen).
Estamos jubilados y, sin tener que trabajar, cobramos para vivir. Tenemos todo el tiempo libre. Y además somos muchos los que nos encontramos en estas circunstancias.

        Incluso, a veces, nos molesta que nos llamen “los de la 3ª edad” y, como los interesados lo saben, los que quieren aprovecharse de nosotros han adoptado un anglicismo, somos los “seniors” de la sociedad.
Y todos los interesados, económicamente, están fijándose en nosotros (lo que es bueno para ellos, no tanto para nosotros).

        Como hoy, comparados con nuestros padres, tenemos: un mayor nivel cultural que ellos, mejor salud que ellos y mayor poder adquisitivo que ellos, los económicamente interesados se han caído del guindo y, a base de piropos, zalemas y alabanzas, se han propuesto que sigamos siendo, también ahora, unos grandes consumidores. Consumidores de productos y consumidores de servicios.

        Productos de cosmética (sobre todo femeninos), productos de alimentación (lo que no tiene sal, ni azúcar, ni colesterol,….), ropa de marca, productos de ocio, productos financieros, cultura, estudios, viajes, gimnasio, competiciones de petanca y &, tertulias, …Igual te cuelan unas “preferentes” que cargas con una “Enciclopedia” de 20 tomos, pagada cómodamente en no sé cuantos plazos.

        Los productores están al loro. No quieren que se escape del mercado ningún colectivo capaz de consumir.
 Primero fueron los varones y mujeres adultos. Luego (y todavía) los jóvenes. Después fue el colectivo de singles, los que viven y quieren vivir solos, a quienes se les ofertan tanto pisos pequeños, como su financiación, mobiliario, servicios,….
Y ahora somos los seniors.
Desde desfiles de modas a viajes del Inserso, desde los gimnasios y actividades acuáticas en piscinas climatizadas hasta excursiones organizadas por las asociaciones correspondientes.

        Cuenta Miguel Delibes, en “La hoja roja”, que, antiguamente, cuando los hombres se jubilaban, empezaban a apagar bombillas de las lámparas, para ahorrar. ¿Para qué tener encendida las cuatro si con una veo bien y, encima, ahorro?. El jubilado comenzaba a restringir gastos.
        Hoy no le hacemos caso a Delibes. Y estamos cayendo en la trampa que nos han puesto los productores y vendedores.

Quieren que nos veamos reflejados en las cosas.
Tanto vales cuanto tienes. Así que, frustraciones fuera. Y, algunos, bastantes, con el despido anticipado se acercan al concesionario de Mercedes.
Esa ha sido su frustración vital, no poder tener un Mercedes. Pues, a darse ese capricho.
Pero el Mercedes no sólo hay que pagarlo, hay que mantenerlo, y pagar seguros, e Impuestos de circulación. Y no lo vas a dejar en la calle. Y habrá que salir con él para que la gente lo vea y te vea y te envidie (o, al menos es lo que tú te crees). Y eso cuesta pasta. Y eso no es necesario.

        Las cosas son trampas. Es la trampa del “tener”. No se “es mejor” por “tener más”.

        Se cuenta de un filósofo austero que solía pasar todos los días por la calle donde se exhibía y se vendía todo tipo de mercancías y donde se agolpaba la gente. Y comenzaba a reírse a grandes carcajadas. Y cuando la gente le preguntaba de qué se reía, respondía: “la de cosas que no necesito. Me río de lo feliz que me encuentro comprobando qué diferente soy de todos vosotros”.
Solía decir: “Si quieres hacer feliz a alguien, no le des cosas, quítale necesidades”.


        ¿No os dais cuenta de que si uno se crea necesidades luego tiene que satisfacerlas para acallarlas?.

miércoles, 13 de mayo de 2015

ENCANTO DE LA VEJEZ (6)


Vamos a pensar con la cabeza.
        Dios nos dio 10 mandamientos para que los cumpliéramos y, así, poder entrar en el reino de los cielos.
        Como yo sólo soy un hombre, os voy a dar 10 consejos para que podáis ser reyes en la tierra.

        1.-Los números no esenciales tienes que tirarlos a la basura. Y cuando hablo de números esenciales, hablo de los números de la edad, del peso, de la altura, de la glucosa o del colesterol. Deje que sus médicos se preocupen de sus números. Para eso les paga Ud., para que se preocupen por sus números. Ud. cumple las prescripciones y se olvide de los números.

        2.-Mantenga sólo amigos alegres. Un gruñón, un criticón, un “avinagrao” nunca puede ser un amigo. Échese amigos optimistas, simpáticos, sonrientes, chistosos. Páseselo bien cuando esté con ellos y recordando los buenos momentos cuando esté solo. Unas cañas, un paseo, una excursión, una tertulia,….todo eso.

        3.- Manténgase siempre aprendiendo. Aprenda informática, jardinería, artesanía. Aprenda a hacer sudokus y crucigramas. Lea. Reflexione sobre lo que lee. Escriba sus reflexiones. Mándeselas a un amigo por correo electrónico. Entre por Internet en las revistas que le interesen, en los artículos o editoriales que desee. Pero siempre con el motor del aprendizaje encendido. Es la Gimnasia Mental que decíamos antes. Gimnasia continua, aunque no sea muy intensa. No hay que dar acelerones mentales. Recuerda siempre que un cerebro vago, un cerebro holgazán, un cerebro apagado, es el lugar ideal del diablo. Y a nuestra edad, el diablo tiene un nombre. Pero hay que declarar persona “non grata” al señor ese alemán (de cuyo nombre no quiero acordarme aunque sí que me acuerdo).

        4.- Disfruta de las cosas sencillas, de las cosas pequeñas, que, además, suelen ser gratis. Un paseo tranquilo respirando a fondo. Ese banco a la sombra viendo pasar a la gente o jugando a unos niños, oyendo a los pájaros, oliendo a pino, saboreando un helado. Todo parsimoniosamente. Sin prisas. Tranquilo. Con los cinco sentidos alerta y funcionando. Charlando con tu pareja y/o con tus amigos. Ojeando la prensa gratuita.  Cosas y situaciones que las tienes a mano. Soltando, para tus adentros, un ¡joer¡ ante esa belleza escultural que se acerca, que llega y que pasa. Los ángeles existen.

        5.- Ría. Ría mucho. Ría a menudo, sin cortarse. Ríase del mundo, poniéndoselo por montera. Ríase de los políticos y de los banqueros. Ríase de los precios de las angulas. Ríase de los sueldos escandalosos de los ejecutivos. Ríase de los que compran  sin necesidad y de los que venden por interés. Ríase del precio de un cafelito o de una caña por estar sentado en una terraza. Ríase de la televisión y de sus horteros programas. Ríanse, por favor, por lo que sea o de lo que sea, pero ríanse. Ríanse  de todo lo que yo estoy diciendo (¡ya veo que no se ríen¡). Ría hasta atragantarse. La risa es el abono, el fertilizante de la vida.

        6.- Si tienes que llorar que sea: o por necesidad (en este caso durante muy poco tiempo) o por alegría. Las lágrimas más sabrosas son cuando uno se troncha a reír. Las lágrimas mejores son las lágrimas de la emoción. Hay que huir de los lugares que produzcan melancolía o malos recuerdos. Apartarse de los que sólo recuerdan cosas amargas y situaciones tristes. La vida  ha dejado de ser un valle de lágrimas. Eso era en otros tiempos. La vida es un parque, un jardín, sembrado de optimismo y donde crece la alegría. Y tu tienes que ser el jardinero de tu propio jardín, el vividor de tu vida. Que la vida no es para que pase, sino para vivirla.

        7.- Rodéate de todo lo que amas, de los que amas y de los que te aman. De personas, de animales y de cosas con las que tengas una relación de amor. Tus seres queridos, por supuesto. Pero también tu perro o tu gato. Tus libros. Tu música preferida. Los juegos que más te gustan ver o practicar. Tus recorridos de paseo o de senderismo. Tus compañeros senderistas. Tus recuerdos. Tu hogar. Sobre todo tu hogar (espero, supongo y deseo que tu casa sea un hogar. Porque una casa se compra, sólo hace falta dinero. Un hogar se construye, sus materiales son el amor). Tu hogar es tu refugio. En ningún lugar mejor que en él.

        8.- Mantenga su salud si  ya es buena. Mejórela si es inestable. Busque ayuda si está dañada. El estómago y las piernas son los carriles de la salud. Hay que despedirse de la panceta y darle la bienvenida a la fruta. Sabemos que tenemos que olvidarnos de unos hábitos dañinos y que tenemos que practicar otros saludables. No tenemos que hacer lo que nos gusta; nos tiene que gustar lo que tenemos que hacer. Lo sabemos. Debemos hacerlo.

        9.- No vaya, ni de paseo, a ese lugar que le recuerda malas experiencias. No viaje donde pueda producirle remordimiento y culpabilidad. Hay muchos lugares que le producirán alegría y placer. Un centro de ocio donde jugar o ver jugar o mirar escaparates, donde cuchichear. Un paseo donde vea a gente feliz. Una playa. Una excursión a la sierra o a ese lugar que  tantas veces deseó visitar.
        No vaya ni que lo lleven donde asome el sufrimiento o donde more la muerte.


Y 10.- No se corte, ¡por Dios¡. Dígale a la gente que ama, que la ama. Dígaselo a menudo. No se corte. Dígaselo. A su pareja, a su hijo, a su nieto, a su perro y a su gato. La palabra “amor” siempre tiene efectos curativos.