sábado, 31 de marzo de 2018

HISTORIA SAGRADA (14)




Herodoto cuenta que, entre los babilonios, toda mujer natural del país se prostituía una vez en la vida con un forastero estando sentada en el templo de Venus y con la cabeza cubierta de cintas y cordoncillos (aunque las mujeres principales, para no mezclarse con las del pueblo, iban en un carruaje cubierto quedándose cerca del templo).

Entre las filas de estas mujeres pasaba el forastero, que elegía a una de ellas, echándole dinero, como una ofrenda sagrada, en el regazo.
Ninguna mujer podía rechazar al que la escogía pero, después de cumplir, se retiraba a su casa y, desde entonces, ya no era posible conquistarla otra vez con regalos.

Las menos hermosas (o sea, las feas) podían esperar hasta tres o cuatro años.

Parece ser que Herodoto no lo entendió bien, porque sólo eran las hieródulas las que hacían ese servicio a los visitantes de los templos.

Los filisteos querían utilizar a Sansón para engendrar hijos fuertes y, para ello, le reventaron los ojos para aumentar su deseo sexual.

El libro de Rut, que es una moabita pero, ya en Belén, se casó con Booz, engendraron a Obed, éste a Isaí e Isaí engendró a David.
De esta manera una mujer moabita, una extranjera, fue antecesora de David y, por este último, de Jesús.

Los dos libros de Samuel tratan de los dos primeros reyes, Saúl y David (desde 1.050 al 970 a.C. ), aproximadamente.

El primero habla de Samuel, hijo de Ana, una mujer a la que “Yahvé había cerrado su seno” pero que se lo pidió intensamente prometiéndole que, si la hacia madre, el fruto de su vientre se lo ofrecería (a Yahvé) durante todos los días de su vida.

Samuel fue el último juez de Israel y el primero de los profetas, quien ungió a Saúl, y a David como su sucesor, en vida del propio Saúl

El segundo libro de Samuel trata del reinado de David, en primer lugar de los siete años como rey de Judá, durante el cual reinado le nacieron 6 hijos y en segundo lugar, durante los 33 años como rey de Judá y de todo Israel y, durante este período, tomó concubinas y mujeres en Jerusalén (llegó a tener 18 mujeres, cumpliendo con todas ellas, “pero copulaba durante el día, para estar sin deseos durante la noche) y le nacieron hijos e hijas, entre ellos, el más famoso, Salomón, que lo engendró David de Betsabé, la bella mujer que cuando David, desde su ventana, la vio bañarse se prendó de ella y mandó mensajeros para saber quién era.
Le dijeron que era Betsabé, la mujer de Urías, el hitita.
Pero se la trajeron a su casa y se acostó con ella (que estaba purificándose de la “regla”).

Varones y mujeres, según la ley de Moisés, debían lavarse después de cada orgasmo y Betsabé concibió, lo que comunicó a David: “estoy encinta”.
Mandó llamar a Urías, lo invitó a comer y beber, lo emborrachó y ordenó a sus servidores que, puesto que estaban en guerra, lo pusieran en primera fila para que fuera herido y muriera.
Urías murió.

Fue, entonces, cuando Betsabé, tras finalizar el tiempo de duelo por la muerte de su marido, David la mandó llamar a su casa y la hizo su esposa.
Tuvo un primer hijo, Samúa, que murió en la infancia, pero “David la consoló entrando en ella y dándole un segundo hijo, Salomón, y Yahvé lo amó”.

No era rara la exageración, pues se consideraba a los héroes provistos de una gran potencia sexual.
Y si a David se le atribuían 18 mujeres, ¿Qué decir de Salomón que tenía (Libro de los Reyes) 700 esposas de rangos principesco y 300 concubinas?

viernes, 30 de marzo de 2018

HISTORIA SAGRADA (13)



LA SEXUALIDAD EN LOS LIBROS HISTÓRICOS.

Son 16 los libros históricos (Josué, Jueces, Rut, Samuel I y II, Reyes I y II, Crónicas I y II, Esdras, Nehemías, Tobit, Judit, Ester, Macabeos I y II) y abarcan el período comprendido entre la muerte de Moisés (hacia el 1.220 a. C) y el fin de la resistencia de los Macabeos (del 174 al 135 a.C.), por lo tanto, un período de unos 1.000 años, pero el texto escrito data en su mayor parte de después del exilio babilónico (538 a. C.) hasta el año 100 a. C.) en que fueron escritos los libros de los Macabeos.

En esos 1.000 años ocurrieron las invasiones de los dorios en Grecia, la conquista de Palestina por los hebreos, la caída del imperio Hitita, el lento descenso del poderío egipcio hasta la conquista por Cambises, rey de Persia (525 a. C.), el apogeo de Asiria bajo Asurbanipal (siglo VII), la fundación de Cartago (814 a. C.), la grandeza del imperio Caldeo bajo Nabucodonosor el Grande (605-562 a. C.), la caída de éste bajo el ataque de Ciro, rey de los Medos y de los Persas (539 a. C.), el crecimiento del poderío y de la cultura helénica, conducentes a la helenización de Egipto y de gran parte del Próximo Oriente, incluso antes de las conquistas de Alejandro Magno que, en tan sólo 13 años (desde el 336 al 323) sometió al Oriente antiguo hasta la orilla del río Indo; el inicio de la grandeza de Roma.

La pequeña Palestina se hallaba inmersa en todos estos acontecimientos y el año 587 Nabucodonosor destruyó el reino de Judá y su capital, Jerusalén  y con el posterior cautiverio de Babilonia durante 50 años, lo que supuso un enorme trastorno para la sociedad judía y del que jamás pudo restablecerse totalmente y marcaba la lenta degeneración de la nación construida por Moisés, Josué y los Jueces, después del apogeo bajo los reyes David y Salomón, desde el año 1.100 al 930 y que tras la muerte de éste, en el 931 a. C. se dividió el reino de Palestina en dos reinos: Israel, al Norte, y Judá al Sur.

El libro de Josué (en griego “Jesús”) es la historia de la conquista de la tierra prometida y nada se dice en él del tema de la sexualidad.

El Libro de los Jueces (un período de 200 años, aproximadamente) es donde aparece la historia de Sansón y Dalila (filisteos, cortarle los cabellos mientras dormía sobre su seno, le sacaron los ojos, le hicieron bajar a Gaza, le ataron con doble cadena de bronce y condenado a dar vueltas a la muela, en la cárcel).
Yahvé lo había dotado de una gran potencia viril, “como un río rápido” = “durante su actividad sexual el flujo de su semen no cesó nunca”

(“Dar vueltas a la muela en la cárcel y potencia viril quiere decir que se acostaba con mujeres (¿hasta 3.000?). Los filisteos llevaban a sus mujeres a la cárcel para que se acostaran con él y, así, engendrar en ellas niños que serían tan fuertes como él. Lo habían raptado cuando estaba jugando con Dalila y en estado de erección)

“Jugar con una mujer” = comercio carnal.
Ese era, pues, el juego que se le hacía hacer a Sansón ante el templo del dios Dagón de los filisteos, un dios fálico con cola de pez y que tenía templos en varias ciudades.
En el interior de los templos, a la entrada, en los alrededores en los que se adoraban a los dioses y diosas de la fertilidad había comercio carnal con las hieródulas o esclavas del templo o promiscuidad entre los fieles.

jueves, 29 de marzo de 2018

HISTORIA SAGRADA (12)




La Ley de Santidad de los hebreos era una excepción en este mundo del Próximo Oriente, con una existencia más humana y que culmina en las palabras del Levítico 19,18: “No te vengarás ni guardarás rencor contra los hijos de tu pueblo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo” y que ocho siglos después las pronunciará Jesús: “Oísteis que se dijo: “amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo, mas yo os digo: “amad a vuestros enemigos y rogad por vuestros perseguidores. De este modo seréis hijos de vuestro Padre, que está en los cielos, el cual hace salir el sol sobre los malos y los buenos, y hace llover sobre los justos y los malvados, porque si amáis a quienes os aman ¿qué recompensa tendréis?”

“No profanes a tu hija prostituyéndola, no sea que se prostituya la tierra y se llene de libertinaje”

“Todo el que dé a Moloc a algunos de sus descendientes, morirá, la gente del país lo lapidará”

“El hombre que comete adulterio con una mujer casada, el hombre que cometa adulterio con la mujer de su prójimo, morirá: el adúltero y la adúltera; el hombre que se acuesta con la mujer de su padre…los dos morirán….si con su nuera, los dos morirán…el que se acueste con un  hombre  y con una mujer, morirá…si con una bestia, mataréis a los dos…igualmente una mujer con una bestia…si un hombre se acuesta con una mujer durante su flujo menstrual y descubre su desnudez…ambos serán borrados de en medio de su pueblo. No descubrirás la desnudez de…ni de…ni de…”

Acostarse con ellas es descubrir la desnudez de ellos y no tendrán hijos.

La carencia de hijos es propia del propio Dios, que hace estériles a los culpables.

Los hebreos podrán tener esclavos pero que no sean hebreos sino de los pueblos de alrededor, comprándolos, y podrán dejarlos en herencia a suss hijos, para que los posean en propiedad para hacerles ejecutar un trabajo de esclavos para siempre, pero en vuestros hermanos, los hijos de Israel…

En Números, en su capítulo 5 aparece la “ordalía” o juicio de Dios, que se practicó en toda la antigüedad y en la Edad Media, a falta de pruebas ordinarias...

“Si un hombre ha derramado semen sobre una mujer que no es la suya y el marido sospecha y se ha contaminado, o siente celos, habiendo quedado oculto el pecado, conducirá a su mujer al sacerdote y presentará por ella su ofrenda: un décimo de medida  de harina de cebada…el sacerdote hará que se acerque y la pondrá de pie ante Yahvé, tomará agua santa en un vaso de arcilla, tomará también polvo del suelo del Tabernáculo y lo echará en el agua y dirá a la mujer: “si ningún hombre se ha acostado contigo y si no te has desviado para contaminarte con otro, fuera de tu marido, sé inmune al agua de las amarguras, portadora de maldición, pero si te has desviado y….y…”que Yahvé haga de ti objeto de maldición, … marchitando tus caderas e hinchando tu vientre, al beber esta agua” y la mujer dirá: “Amén”. El sacerdote escribirá estas maldiciones en una hoja que desleirá (el papel era lavable, se desleía, se borraba en el agua y podía ser reusado) en el agua de las amarguras…después hará beber el agua a la mujer y, si ha sido contaminada, su vientre se hinchará… pero si no ha sido contaminada, es pura y quedará inmune”.

En Deuteronomio (el último de los cinco libros del Pentateuco), escrito en Judá, tras el cautiverio de Babilonia, respecto a la sexualidad poco añade a lo hasta ahora escrito.
Algún mandato referente al adulterio y a la fornicación.

Pero en el capítulo 23 se dan algunos casos de exclusión del culto: “el que tiene los testículos quebrantados o el órgano genital mutilado no entrará en la asamblea de Yahvé. El fruto de la unión ilícita no entrará en la asamblea de Yahvé, ni siquiera en la décima generación”

El hecho de estar mutilado bastaba, sin preguntar por qué.

“Cuando dos hombres riñan, si una mujer se acerca para librar a su marido de las manos del que lo golpea y ella alarga su mano y lo coge por las partes vergonzosas, cortarás su mano, sin que tu ojo se apiade”.

Para estimular la procreación: “si un hombre está recién casado, no saldrá a la guerra y no se le impondrá cosa alguna. Estará libre durante un año en su casa y regocijará a la mujer que ha tomado”

“Si un hombre toma a una mujer y consuma su matrimonio, pero luego no encuentra gracia a sus ojos porque ha descubierto en ella algo repugnante, le escribirá el libelo de repudio, se lo pondrá en la mano y la despedirá de su casa… luego ella podrá ser de otro hombre, pero si a éste le ocurre lo mismo que al anterior y la despide pero si él muere, el primer marido no podrá volver a tomarla para que sea su mujer…”

El estado de la mujer hebrea, pues, no dista mucho del de las otras mujeres de las sociedades del Próximo Oriente aunque el matrimonio fuese, para ellos, un mandamiento divino.
Habrá que esperar al cristianismo para que cambie radicalmente el sentido del matrimonio.

miércoles, 28 de marzo de 2018

HISTORIA SAGRADA (11)




Durante la menstruación, nada de pintarse las pestañas, ni ponerse carmín en los labios, ni adornarse con vestidos de color lo que significaba un peligro ya que la fealdad visible podría contribuir a separar demasiado al marido.

Y como debían pasar siete días tras la menstruación, para saber si ya había terminado del todo, usaban tampones de lana pura o tiras blancas para que el menor signo de sangre fuera visible para terminar su estado de impureza.
Igualmente los días previos a la menstruación no siendo que, durante el acto sexual, el pene del marido o del señor se manchase de sangre impura.
O meter un tubo de plomo, con los bordes doblados hacia adentro para evitar daños en la vagina y una vez dentro introducir un palito en cuyo extremo llevaba enrollado un tampón, para comprobar si sí o si no.

La relación entre menstruación y pecado no existía en los demás pueblos, sólo existía en el mundo hebreo, de ahí el rito de expiación.
Pero nada tenía que ver la menstruación con el pecado original, la impureza era la consecuencia de un pecado.

La falta de higiene íntima, tan normal entonces, hacía que fuera considerada una impureza, pues se corrompía con los días dando lugar a malos olores.
Aunque también influía la ignorancia del porqué de ese sangrado mensual sin causa justificada, lo que se les presentaba como un misterio.
Pero lo más probable es que nunca, a lo largo de los tres primeros milenios de la historia, se descubriera la relación entre menstruación y fecundidad.

Hipócrates, siglo V a.C. el mayor y mejor médico de la antigüedad, sí observó el hecho de la menstruación en dos obras: “La naturaleza de las mujeres” y “Enfermedades de las mujeres”, en las que observaba la sangre del menstruo, su coagulación, su color, su cantidad, su duración,…

“El roce del pene, los movimientos de la matriz, y el placer que experimenta hacen que, durante el coito, segrega un humor que a veces permanece en el útero, humedeciéndolo y otras veces se derrama fuera, pues el útero está más abierto de lo necesario.
La mujer siente placer desde el inicio del acto y durante todo el tiempo que dura, hasta que el semen ha salido del hombre.
Si los deseos de la mujer son ardientes segrega su humor antes que el hombre, por lo que, después, su placer ya no es el mismo, pero si sus deseos no son tan ardientes, su placer acaba con el del hombre.
Sucede como cuando se echa agua fría en agua hirviendo, inmediatamente cesa de hervir.
El placer y el calor finalizan con la efusión del semen en la matriz…”

También Aristóteles en su “Tratado de la generación de los animales” da una explicación de la causa de las reglas en la mujer parecida a la de Hipócrates y establece un nexo de unión entre la menstruación y la influencia de la luna.

La nocividad de la sangre menstrual ha estado siempre presente a lo largo de la historia, desde los tiempos antiguos hasta ayer mismo, y es un antiguo, Plinio el Viejo, célebre naturalista romano, en el siglo I, autor de una “Historia Natural”, en 37 libros, y que puede ser considerada como la enciclopedia de la ciencia de la antigüedad:

“Nada hay más monstruoso que la sangre menstrual, puesto que a causa de su vapor o de su mero contacto, los vinos nuevos se agrían, las simientes se vuelven estériles, los injertos de los árboles mueren y los frutos caen completamente secos, las plantas tiernas se abrasan, el vidrio de los espejos se empañan con su sola presencia, la punta de hierro se hace roma, la belleza del marfil se eclipsa, las abejas mueren, el cobre y el hierro al momento se enmohecen, el aire se infecta, los perros que la prueban se vuelven rabiosos, la lana ennegrece y puede ser causa de que la yegua aborte”

Y la lista puede ser más larga.

Pero todo esto funciona como una superstición y que será uno de los factores que influyan en la consideración de la inferioridad de la mujer.
Lo incomprensible, lo inexplicable, lo misterioso,… puede causar un sentimiento de hostilidad hacia dicho fenómeno y hacia la persona que lo tiene.
Echarle en cara a la mujer “debes estar con la regla” es la desaprobación de una conducta.

Sabemos que es falsa esa pretendida y anunciada nocividad y la pregunta o el problema es cómo tales supersticiones están vinculadas a mandamientos divinos, que se suponen revelados por Dios como verdades incontrovertibles y que hoy sabemos que son auténticas falsedades.

O ¿cómo pueden ser comprensibles los mandatos divinos para acabar con pueblos enteros pasados a espada?

Las impurezas sexuales del hombre y los mandatos divinos son los mismos que antes hemos visto en las mujeres.

Además, “cuando un hombre haya tenido efusión de semen bañará en agua todo su cuerpo y será impuro hasta la tarde, Y toda la ropa, la piel,…una mujer en la que un hombre derrame efusión de semen se bañará, como él, en agua, y serán impuros hasta la tarde.

La gonorrea o sífilis estaba muy extendida en la antigüedad, en el Próximo Oriente.

En la cuarta parte del Levítico, al tratar de la Ley de Santidad: “Yo soy Yahvé, vuestro Dios. Guardaréis pues mis preceptos y mis sentencias. No haréis como se hace en la tierra de Egipto, donde morasteis, ni en la tierra de Canán, donde os llevo. No caminaréis según sus costumbres,…
“Nadie de vosotros se acercará a su parienta carnal para descubrir su desnudez. Yo soy Yahvé. No descubrirás la desnudez de tu padre, ni la desnudez de tu madre…ni la de tu hermana….ni la de tu hija…ni la de tu nieta…ni las de tus tías, maternas y paternas…ni la de tus tíos, paternos y maternos…ni la de tus cuñadas… No te acercarás a una mujer durante su impureza menstrual para descubrir su desnudez. Y no darás la efusión de tu semen a la mujer de tu prójimo…”

“No te acostarás con varón como con mujer; es una abominación. No te juntarás con bestia alguna para contaminarte con ella. La mujer no se pondrá delante de una bestia para copularse con ella, es una infamia….pues con todas ellas se han contaminado los pueblos a los que voy a arrojar de delante de vosotros….guardad mis preceptos no haciendo ninguna de las prácticas abominables que se hacían antes de vosotros, y no os contaminéis con ellas. Yo soy Yahvé, vuestro Dios”.

Aparecen las costumbres y hábitos sexuales de los amonitas (a cuya divinidad, Moloc (“Rey”) como sacrificio, durante los servicios eran quemados niños vivos), de los moabitas, de los filisteos, de los fenicios, de los madianitas, de las tribus árabes, de los egipcios, de los babilonios y de los asirios, normales en las clases altas pero que para las clases bajas era el placer sexual el único placer gratuito.
En todos ellos el concepto “amor” es un concepto desconocido, y cuyas divinidades de la fecundidad traspasaban toda su vida social.

martes, 27 de marzo de 2018

HISTORIA SAGRADA (10)


En una sociedad romana, con la esclavitud normalizada, en nada podía cambiar porque una secta minoritaria, como era el cristianismo, y a la que se la dejaba de lado predicara lo que predicara.

Roma no podía prescindir de la esclavitud, porque era una sociedad esclavista.

Si el Éxodo es la historia de una peregrinación del pueblo hebreo hacia Yahvé y la tierra prometida, el Levítico (el tercer libro) expone una visión de los medios que fueron necesarios para mantener al pueblo en esta relación con Yahvé, con sacrificios y sus ritos (primera parte), con la investidura de los sacerdotes (segunda parte), con las reglas relativas a lo puro e impuro (tercera parte) y la ley de Santidad (cuarta parte).

Dijo Yahvé a Moisés: “Habla a los hijos de Israel y diles que cuando dé a luz una mujer y tenga un hijo, será impura durante siete días; será impura como en el tiempo de la menstruación.
Al octavo día será circuncidado el hijo, pero ella quedará todavía en casa durante 33 días…no tocará nada santo ni irá al santuario hasta que se cumplan los días de la purificación”

(Y me recuerda a mi madre, que no podía ir ni al bautizo de su hijo-mi hermano hasta que pasados no sé cuantos días debería “salir a la iglesia” a cuya entrada, antes de traspasar la puerta allí estábamos el cura y yo, el monaguillo, con el agua bendita y el hisopo para purificarla y, con el velo y un cirio en la mano derecha, y en la parte delantera de la iglesia, muy cercana al altar, en un reclinatorio, el cura iba desgranando oraciones para que se arrepintiera de sus pecados y poder quedar purificada.
Y yo, que no entendía nada, preguntándome cuál sería el pecado cometido por mi madre para estar impura. Y no era otro que el haber hecho el amor con mi padre para que naciera mi hermano.
Deseando incrementar el rebaño del Señor para aumentar el número de adoradores, pero que esto sólo podía conseguirse con la cama y el sexo.
No comprendía cómo podía rechazarse y denigrase el sexo, como medio, si era la única manera de conseguir adoradores de Dios.
No comprendía cómo podía desearse un fin y, al mismo tiempo, rechazar los medios necesarios para ese fin)

“Pero si da a luz una hija será impura durante dos semanas (14 días) …y se quedará en casa durante 66 días (el doble de 33)…una vez cumplidos esos días, se presentará ante el sacerdote, a la entrada del Tabernáculo…un cordero primal en holocausto y un pichón o una tórtola en sacrificio por el pecado…y será pura del flujo de su sangre….si no puede ofrecer un cordero tomará dos tórtolas o dos pichones, uno para el holocausto y otro para el sacrificio por el pecado; el sacerdote hará por ella la expiación y será pura”.

(Parecido a lo que hizo mi madre 2.000 años después, aunque mi madre entregó dinero (no recuerdo a cuánto ascendía la “donación”).

“Cuando la mujer tenga el flujo de su sangre en su cuerpo, permanecerá siete días en su impureza y cualquiera que la tocare será impuro hasta la tarde. Todo objeto sobre el que se acueste o se siente, durante su impureza, será impuro. Cualquiera que toque su lecho lavará sus vestidos, se bañará en agua y será impuro hasta la tarde. Y todo el que tocare algún objeto sobre el que se sentó lavará sus vestidos, se bañará en agua y será impuro hasta la tarde…y si un hombre se acostare con ella su impureza recaerá sobre él y será impuro durante siete días, y todo lecho sobre el que se acueste será impuro…y si el flujo de sangre durase más de lo acostumbrado, será impura durante todo el tiempo que dure…cuando se cure de su flujo contará siete días, después de los cuales será pura. Al octavo día tomará dos tortas o dos pichones y los llevará al sacerdote a las puertas del Tabernáculo, el cual…la expiará ante Yahvé de la inmundicia de su flujo”

También en los pueblos vecinos estaba presente el flujo de las mujeres.
En Babilonia, para que el varón no pudiera caer en la impureza, se enclaustraba a la mujer durante su período crítico y todo varón que infringiera esta ley y tuviera comercio carnal con ella sería castigado, seguramente que hasta con la muerte.

En el mazdeísmo el castigo era de veinte latigazos para la mujer y de doscientos para el varón.

Era normal, en el pueblo hebreo, que la mujer menstruante llevara vestidos que la hicieran fácilmente reconocible como tal.

“No te acercarás a una mujer durante el tiempo de su impureza para descubrir su desnudez” (ni esposa, ni concubina, ni esclava). El castigo consistirá en “ser borrado de en medio de su pueblo”

Realizar las tareas domésticas, con la regla, sí, pero sin contacto alguno que pudiera incitar a un acercamiento sexual, por lo que el marido no podía lavarle la cara o hacerle abluciones en las manos ni en los pies.

Por lo que, también, servía para esconder objetos cuando el marido no estaba, como Raquel con los dos ídolos que robó de la tienda de Labán y que escondió bajo la albarda del camello sentándose encima y diciendo que como estaba “con lo que comúnmente tienen las mujeres” no podía levantarse y que no se acercase.

lunes, 26 de marzo de 2018

HISTORIA SAGRADA (9)




Pero siempre creían que la fertilidad y la esterilidad dependían de Dios y como Jacob amaba intensamente a la hermana pequeña, Raquel, mientras que Lía no era amada, Yahvé abrió la matriz de Lía, mientras Raquel era estéril.
Lía sería madre de Rubén, Simeón, Leví y Judá.
Como Raquel no concebía le pidió a Jacob que “entrase” a su sierva Bala y que luego pariese sobre sus rodillas y parió a Dan, luego a Neftalí.
Lía le dio su sierva, Zelfa, a Jacob y parió a Gad, luego a Aser.
Un día, viniendo Jacob del campo, le dijo Lía: “entra en mí, pues te he comprado a Raquel a cambio de unas mandrágoras que traía mi hijo Simeón”, y nació Isacar, y luego Zabulón y, finalmente, parió una hija a la que llamó Dina.
Luego con Raquel llegaría José.

De todos es conocida la costumbre antigua de que cuando moría un hombre sin tener descendencia, su hermano (el cuñado) tenía la obligación de casarse son la viuda para tener hijos (sería la ley del “levirato” (“levir = cuñado”) y el primer hijo que tuvieran se llamaría como el hermano muerto.
Es el caso de Onán (el hermano del muerto Er) que como no quería concebir con su cuñada, derramaba el semen en el suelo (“onanismo” o masturbación o autosatisfacción sexual).
Aunque, en realidad, lo que Onán practicaba con Tamar, su cuñada, era el “coitus interruptus”.
Y como era malo lo que Onán hacia, Yahvé lo mató.

“Ir con una mujer” es tener comercio carnal con ella y cuando una prostituta salía de su casa debía llevar un velo.

En Egipto, José, el hijo de Raquel, fue vendido como esclavo a Putifar, eunuco del faraón y comandante de los guardias, y su mujer se enamoraría de José, que era, ya, mayordomo de Putifar, pero como se negó al comercio carnal con la mujer de Putifar, lo denunciaría y lo condenarían a la cárcel.
José se casaría con una esclava egipcia y tendría dos hijos: Manasés y Efraín, de quien saldría la tribu más fuerte entre las tribus de Israel.

Hasta aquí la sexualidad en el primer libro del Pentateuco, el Génesis pero también aparece la sexualidad en los otros cuatro.

El Éxodo es la huida del pueblo hebreo desde Egipto, donde había estado esclavizado, hacia la tierra prometida cruzando el Mar Rojo y en el Desierto del Sinaí.

Moisés, tras haber matado a un egipcio, debía volver, con su mujer, Séfora, y su hijo, por orden de Yahvé, a Egipto y por el camino Yahvé quiso matarlo.
Entonces Séfora, cogiendo enseguida un cuchillo de piedra, circuncidó a su hijo y toco el sexo de Moisés diciendo: “Esposo de sangre eres de mí” y lo dejó Yahvé al decir ella “esposo de sangre”, por la circuncisión.

Se renueva, pues, la circuncisión como signo de la alianza de Dios con el pueblo de Israel.

En el Decálogo, de las Tablas de la Ley que Yahvé da a Moisés, de los diez mandamientos, en dos de ellos se hace referencia al sexo: “No cometerás adulterio” (el sexto) y “no desearás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno: nada de cuanto le pertenece (el noveno)

No al comercio carnal con una mujer que no sea su esposa, ni su concubina, ni su esclava, ni prostituta (o sea con cuatro tipos de mujeres, sí, pero con la esposa de otro, no) o de una mujer con un varón que no es su marido, de donde se infiere que la poligamia no era adulterio.
Se podía pecar, pues, por acción, por pensamiento, por deseo, por palabra.

Igualmente es pecado el bestialismo: “quien se ayunte con una bestia será muerto” y también: “no dejarás con vida a la hechicera” o “los que ofrezcan sacrificios a dioses extraños serán exterminados” (Éxodo)

Igualmente, legislación sobre la esclavitud: “si adquieres un siervo hebreo, te servirá por seis años; al séptimo será libre, sin pagar nada”, “si entró solo, solo saldrá”, “si entró teniendo mujer, con su mujer saldrá. Pero si el amo le dio mujer, y ella le dio a él hijos e hijas, la mujer y los hijos serán del amo, y él saldrá solo. Y si el siervo dijera que quiere al amo, a la mujer y a los hijos y que no quiere quedar libre…entonces le perforará una oreja con un punzón y el siervo sería suyo de por vida”

Las sirvientas eran esclavas y, en general, pertenecían a la dote que la mujer aportaba al matrimonio.
Lo mismo que ocurría en las otras civilizaciones, los esclavos eran posesión, propiedad del señor, sin tener apenas derechos, pues podían ser apaleados, incluso hasta la muerte.
Si muere como consecuencia de la paliza el amo será castigado, pero si sobrevive a la paliza un día o dos no deberá ser castigado, porque los ha comprado con su dinero.
Y comprada no sólo para los trabajos, también como objeto sexual para satisfacer los deseos del amo.

Son muchas las coincidencias que hay entre el Código de Hammurabi y las leyes hebreas.

En general el esclavo no recibía mal trato (como tampoco el buey o el asno en la casa del agricultor, que quiere que sigan vivos para que puedan seguir trabajando).
Y las esclavas bellas ¿cómo iban a ser maltratadas?
Incluso el amo podía reconocer al hijo de una esclava como su hijo legal.

La esclavitud era una necesidad económica y así seguiría siéndolo hasta la primera fase de la Edad Media.

Y el mismo Jesús nada dijo en contra de la esclavitud.

Fue en la fase apostólica, cuando debido al hecho de la conversión masiva de esclavos al cristianismo cuando la Iglesia se vio forzada a tomar decisiones.

Ya San Pablo, en Corintios 12.13 abarcó las nociones contradictorias: “Todos nosotros…un solo cuerpo….ya judíos ya gentiles, ya siervos ya esclavos…” y en Efesios 5. 5-8: “siervos obedeced a vuestros amos según la carne…como siervos de Cristo que cumplen de corazón la voluntad de Dios, sirviendo con buena voluntad como quien sirve al Señor y no al hombre…el Señor retribuirá lo bueno que hiciere, tanto si es siervo como si es libre”

domingo, 25 de marzo de 2018

HISTORIA SAGRADA (8)




Sobre la MASTURBACIÓN femenina.
 Según comentario de los rabinos: “Tamar practica la fricción con el dedo…por lo tanto todas las mujeres de la casa de Judá que lo practiquen llevan por nombre “Tamar”.
¿Y por qué se las llama “Tamar”?
Porque Tamar practicó fricción con el dedo a causa de la falta de Onán”.

O sea, que si la mujer se masturba es porque Onán se ha masturbado.

Tanto en Sumeria como en Babilonia el matrimonio era monógamo, una sola mujer era considerada la esposa pero el varón podía tener concubinas que debían ser reconocidas como tales por la esposa, y también podía recurrir, sin vergüenza alguna a prostitutas sagradas, servidoras de los templos.
Y cuando las esclavas se multiplicaban, por las relaciones entre esclavos, si el varón-propietario no las reconocía como hijas legítimas,  su salida era como esclavas sexuales.

¿La postura sexual en la cama?

La más normal era la denominada, en occidente, la “postura del misionero” (sabemos por qué se la denomina así), pero también se describen otras posturas, como la en Occidente denominada “la postura del perro”, tanto para el coito vaginal como del coito anal.
Y, por supuesto la homosexualidad masculina, el lesbianismo, el travestismo, la sodomía, la masturbación, individual o mutua, el cunnilingus (vulva y lengua) y la felación.

Las anomalías sexuales, como la impotencia, o la eyaculación prematura, o la histeria, eran imputadas a la acción de los demonios y de otros malos espíritus.

“Si las mujeres están de acuerdo, todo irá bien en la casa”
Se refiere al acuerdo entre la esposa, las concubinas y las jóvenes esclavas, (es el caso de la Saray, la esposa de Abrahán y Agar, una esclava, que le había dado un hijo a Abrahán (Génesis 16, 4-6)

¿LA CIRCUNCISIÓN?

Ni en Sumeria, ni en Babilonia, ni en Asiria, ni en los Hititas, ni en Persia, ni en la India…la circuncisión significó algo.
Por primera vez fue practicada por Abrahán, según narra el Antiguo Testamento (Génesis17, 1-14)

“Tenía Abrahán noventa y nueve años cuando se le apareció Yahvé y le dijo….un pacto contigo…padre de muchos pueblos…y éste es el pacto que has de observar tú y tu descendencia después de ti: “circuncidad todo varón; circuncidaréis la carne de vuestro prepucio y esa será la señal del pacto entre Mí y vosotros. A los ocho días de nacido todo varón será circuncidado en vuestras generaciones…también vuestros siervos, tanto los criados en casa como los comprados…llevaréis en vuestra carne la señal de mi pacto por siempre; y el incircunciso que no circuncidare la carne de su prepucio será borrado de su pueblo; rompió mi pacto”.

Por lo que uno se pregunta (yo) si lo que Yahvé se proponía era facilitar el coito masculino para incrementar la población, porque si el glande no queda al descubierto mal puede llevarse a la práctica el coito.

Y uno se pregunta (yo) si no será la ablación del clítoris una “cisión” (sin “circun”) femenina, y ya no para no sentir placer en el coito (que también) sino para mejor facilitar la penetración y, también, para que el niño al nacer no roce su cabeza con ese micropene o pene atrofiado que es el clítoris de la parturienta.

La circuncisión, desde ese momento, se convirtió en un rito religioso de la mayor importancia para los hebreos como signo de reconocimiento de las tribus de Israel no era de origen israelita, y no se conoce el verdadero origen aunque, según Herodoto, el padre de la Historia, Egipto lo habría aprendido de los semitas.
Lo cierto es que en Egipto se conocía (y se practicaba) la circuncisión hacia el 2.500 a.C. según muestra un bajorrelieve datado en 2.420 en el que se representa la circuncisión de dos púberes con cuchillos de sílex groseramente tallados.
Encima del muchacho de la derecha aparece la inscripción: “te haré bien” que puede interpretarse de muchísimas formas, desde poder ejecutar el coito hasta evitar la inflamación del glande (la “balanitis”: “inflamación del glande, el prepucio y el surco balanoprepucial), oculto bajo el prepucio, que podía ser (esta fimosis) innata y hereditaria y la secreción de las glándulas del glande o esmegma se acumula y por la acción de los microbios…
(Lo que hoy cualquier madre, desde pequeñitos, en el baño, poco a poco y ayudado por pomadas va echándole hacia atrás el prepucio y despegándoselo, aunque si no se consiguiera habría que recurrir al cirujano para cortar la corona y liberar el glande)

Aunque se practique de manera ritual en partes de África, América del sur y Oceanía, sólo entre los hebreos fue prescrita de la manera que siempre es aplicada por ellos: “al octavo día después del nacimiento”
Fue lo que hizo María con Jesús

(Yo, proveniente del mundo rural y con pocas lecturas, recuerdo cuando le pregunté al Padre Espiritual, ya en el Seminario, qué era la fimosis a lo que me contestó que consistía en cortar un poco de carne del muslo, por lo que me obsesioné tanto de esa barbaridad que tuve que averiguarlo por mi cuenta).

En el Génesis, en dos lugares distintos, dice: “Era Abrahán, ya viejo, muy entrado en años…..y le dijo al más antiguo de los siervos de su casa: “Pon, te ruego, tu mano bajo mi muslo…” y cuando llamó a su hijo José y le dijo: “Si he hallado gracia a tus ojos, pon, te ruego, la mano bajo mi muslo…  y no me sepultes en Egipto”

¿Qué significa eso?
Quiere decir “tocar los testículos” porque este tocamiento era el signo que hacía el juramento infrangible, por el contacto con las partes vitales.

En castellano usamos el término “cojones” y “huevos” en muchísimas expresiones.

Y es que “testículo” viene del latín “testis = “testigo”, es decir, quien juraba por su fertilidad.

En el período de los Patriarcas todavía estaban en uso otras prácticas sumerias y babilónicas, como la poligamia, el concubinato y la procreación de los amos con sus esclavas.

“A los hijos de las concubinas (Abrahán) les hizo donaciones…”

Esaú (hijo de Isaac y nieto de Abrahán) tomó dos mujeres hititas, una hija de Ismael y varias concubinas.
Jacob (el otro hijo de Isaac y nieto de Abrahán) tenía por mujeres a las dos hijas de Labán (su tío materno) Lía y Raquel.

sábado, 24 de marzo de 2018

HISTORIA SAGRADA (7)


Sobre la MASTURBACIÓN femenina.
 Según comentario de los rabinos: “Tamar practica la fricción con el dedo…por lo tanto todas las mujeres de la casa de Judá que lo practiquen llevan por nombre “Tamar”.
¿Y por qué se las llama “Tamar”?
Porque Tamar practicó fricción con el dedo a causa de la falta de Onán”.

O sea, que si la mujer se masturba es porque Onán se ha masturbado.

Tanto en Sumeria como en Babilonia el matrimonio era monógamo, una sola mujer era considerada la esposa pero el varón podía tener concubinas que debían ser reconocidas como tales por la esposa, y también podía recurrir, sin vergüenza alguna a prostitutas sagradas, servidoras de los templos.
Y cuando las esclavas se multiplicaban, por las relaciones entre esclavos, si el varón-propietario no las reconocía como hijas legítimas,  su salida era como esclavas sexuales.

¿La postura sexual en la cama?

La más normal era la denominada, en occidente, la “postura del misionero” (sabemos por qué se la denomina así), pero también se describen otras posturas, como la en Occidente denominada “la postura del perro”, tanto para el coito vaginal como del coito anal.
Y, por supuesto la homosexualidad masculina, el lesbianismo, el travestismo, la sodomía, la masturbación, individual o mutua, el cunnilingus (vulva y lengua) y la felación.

Las anomalías sexuales, como la impotencia, o la eyaculación prematura, o la histeria, eran imputadas a la acción de los demonios y de otros malos espíritus.

“Si las mujeres están de acuerdo, todo irá bien en la casa”
Se refiere al acuerdo entre la esposa, las concubinas y las jóvenes esclavas, (es el caso de la Saray, la esposa de Abrahán y Agar, una esclava, que le había dado un hijo a Abrahán (Génesis 16, 4-6)

¿LA CIRCUNCISIÓN?

Ni en Sumeria, ni en Babilonia, ni en Asiria, ni en los Hititas, ni en Persia, ni en la India…la circuncisión significó algo.
Por primera vez fue practicada por Abrahán, según narra el Antiguo Testamento (Génesis17, 1-14)

“Tenía Abrahán noventa y nueve años cuando se le apareció Yahvé y le dijo….un pacto contigo…padre de muchos pueblos…y éste es el pacto que has de observar tú y tu descendencia después de ti: “circuncidad todo varón; circuncidaréis la carne de vuestro prepucio y esa será la señal del pacto entre Mí y vosotros. A los ocho días de nacido todo varón será circuncidado en vuestras generaciones…también vuestros siervos, tanto los criados en casa como los comprados…llevaréis en vuestra carne la señal de mi pacto por siempre; y el incircunciso que no circuncidare la carne de su prepucio será borrado de su pueblo; rompió mi pacto”.

Por lo que uno se pregunta (yo) si lo que Yahvé se proponía era facilitar el coito masculino para incrementar la población, porque si el glande no queda al descubierto mal puede llevarse a la práctica el coito.

Y uno se pregunta (yo) si no será la ablación del clítoris una “cisión” (sin “circun”) femenina, y ya no para no sentir placer en el coito (que también) sino para mejor facilitar la penetración y, también, para que el niño al nacer no roce su cabeza con ese micropene o pene atrofiado que es el clítoris de la parturienta.

La circuncisión, desde ese momento, se convirtió en un rito religioso de la mayor importancia para los hebreos como signo de reconocimiento de las tribus de Israel no era de origen israelita, y no se conoce el verdadero origen aunque, según Herodoto, el padre de la Historia, Egipto lo habría aprendido de los semitas.
Lo cierto es que en Egipto se conocía (y se practicaba) la circuncisión hacia el 2.500 a.C. según muestra un bajorrelieve datado en 2.420 en el que se representa la circuncisión de dos púberes con cuchillos de sílex groseramente tallados.
Encima del muchacho de la derecha aparece la inscripción: “te haré bien” que puede interpretarse de muchísimas formas, desde poder ejecutar el coito hasta evitar la inflamación del glande (la “balanitis”: “inflamación del glande, el prepucio y el surco balanoprepucial), oculto bajo el prepucio, que podía ser (esta fimosis) innata y hereditaria y la secreción de las glándulas del glande o esmegma se acumula y por la acción de los microbios…
(Lo que hoy cualquier madre, desde pequeñitos, en el baño, poco a poco y ayudado por pomadas va echándole hacia atrás el prepucio y despegándoselo, aunque si no se consiguiera habría que recurrir al cirujano para cortar la corona y liberar el glande)

Aunque se practique de manera ritual en partes de África, América del sur y Oceanía, sólo entre los hebreos fue prescrita de la manera que siempre es aplicada por ellos: “al octavo día después del nacimiento”
Fue lo que hizo María con Jesús

(Yo, proveniente del mundo rural y con pocas lecturas, recuerdo cuando le pregunté al Padre Espiritual, ya en el Seminario, qué era la fimosis a lo que me contestó que consistía en cortar un poco de carne del muslo, por lo que me obsesioné tanto de esa barbaridad que tuve que averiguarlo por mi cuenta).

En el Génesis, en dos lugares distintos, dice: “Era Abrahán, ya viejo, muy entrado en años…..y le dijo al más antiguo de los siervos de su casa: “Pon, te ruego, tu mano bajo mi muslo…” y cuando llamó a su hijo José y le dijo: “Si he hallado gracia a tus ojos, pon, te ruego, la mano bajo mi muslo…  y no me sepultes en Egipto”

¿Qué significa eso?
Quiere decir “tocar los testículos” porque este tocamiento era el signo que hacía el juramento infrangible, por el contacto con las partes vitales.

En castellano usamos el término “cojones” y “huevos” en muchísimas expresiones.

Y es que “testículo” viene del latín “testis = “testigo”, es decir, quien juraba por su fertilidad.

En el período de los Patriarcas todavía estaban en uso otras prácticas sumerias y babilónicas, como la poligamia, el concubinato y la procreación de los amos con sus esclavas.

“A los hijos de las concubinas (Abrahán) les hizo donaciones…”

Esaú (hijo de Isaac y nieto de Abrahán) tomó dos mujeres hititas, una hija de Ismael y varias concubinas.
Jacob (el otro hijo de Isaac y nieto de Abrahán) tenía por mujeres a las dos hijas de Labán (su tío materno) Lía y Raquel.



viernes, 23 de marzo de 2018

HISTORIA SAGRADA (6)




Moisés, en Números, tras la guerra santa de los israelitas contra Madián, como Yahvé les había dicho, Vencieron, mataron a todos los varones e hicieron cautivas a las mujeres y a sus hijos, saquearon ganados, quemaron la hacienda,…y cuando llevaron el botín ante Moisés, éste dijo: “Cómo, ¿habéis dejado con vida a todas las mujeres?...ellas fueron las que sedujeron a los hijos de Israel….ahora, pues, matad a todo varón de entre los niños, matad también a toda mujer que haya conocido a un hombre en cohabitación marital”

Naturalmente los moabitas (los descendientes de Moab, el hijo incestuoso de Lot y su hija mayor ¿recordáis?) eran malos y adoraban a un falso dios, a Baal así que:

“El pueblo de Israel comenzó a prostituirse con las hijas de Moab. Ellas invitaron al pueblo a los sacrificios de sus dioses, y el pueblo comió y se prosternó ante sus dioses…y Yahvé encendiese en ira contra Israel, así que dijo a Moisés: “reúne a todos los jefes del pueblo y empálalos (empalar consiste en hundir una pica o palo por el ano del ajusticiado, cuyas entrañas atraviesa lentamente debido al peso) cara al sol…para que el ardor de la ira de Yahvé se aparte de Israel”.

Moisés dijo a los jueces de Israel: “que cada uno mate a aquellos de sus hombres que han servido a Baal”

Pero llegó un hombre con una madianita (descendiente de Madián, un hijo de Abrahán)….un nieto de Aarón tomó en su mano la lanza y fue tras el israelita, entró en la alcoba y traspasó a los dos, a la mujer por el bajo vientre. Y cesó el azote que pesaba sobre los hijos de Israel. Los muertos por aquel azote fueron veinticuatro mil”

¿Ese azote era una enfermedad venérea y por eso Moisés quería perdonar sólo a aquellas de entre las mujeres madianitas que no habían tenido cohabitación marital con un hombre, origen de esta enfermedad…eso habría sido una medida higiénica?

La gonorrea debió ser endémica en uno o varios pueblos, pero lo cierto es que no hay enfermedades venéreas que tengan la virulencia de enfermedades epidémicas, causantes de gran número de muertos en poco tiempo.
Además que tampoco son muy fiables las cifras que aparecen.
Además de que dichas enfermedades no eran consideradas contagiosas, sino que eran consideradas causadas por divinidades, como castigo, o por demonios.

Lo cierto es que las prescripciones religiosas del Antiguo Testamento parecen tener un carácter higiénico

Y es que moabitas, madianitas y amonitas estaban en el camino de los israelitas en su camino a la Tierra Prometida.
Así que un pueblo, que viene del desierto, cogería una enfermedad intestinal endémica entre los madianitas y a eso lo llamasen azote o epidemia pero Moisés lo interpretaba como un castigo al pueblo de Israel por haber sucumbido a la seducción del dios Baal y de las mujeres de los marianistas.

No es, pues, que Moisés respetase la virginidad de las madianitas sino que les respetaba la vida para que, cuando conquistasen la Tierra Prometida, los israelitas tuviesen mujeres con quienes cohabitar.

Era normal, en la Antigüedad, el botín de personas, bien para el trabajo, bien para la procreación o bien para el placer, pero no por respeto a las personas, sino por utilidad.

En el Deuteronomio (“repetición de la ley”), compilado en el siglo VI, tras el retorno del exilio de Babilonia.

Si un hombre llegara y dijera “He tomado a ésta por mujer y me he llegado a ella pero no he encontrado en ella la virginidad”  entonces el padre y la madre tomarán la prueba de la virginidad de la joven y la presentarán ante los ancianos de la ciudad y el padre dirá a los ancianos…entonces desplegará la sábana con la prueba de la virginidad ante los ancianos…entonces lo castigarán, le pondrán una multa que se la darán al padre, y ella será su mujer y no podrá repudiarla, pero si fuera mentira sacarán a la joven a la puerta de su casa y los hombres de su ciudad la lapidarán con piedras y morirá porque ha cometido una infamia en Israel al prostituirse en la casa de su padre”

“Si una joven, todavía virgen, está prometida a un hombre y otro hombre la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella, haréis salir a los dos a la puerta de la ciudad y los lapidaréis con piedras y morirán: a la joven porque no ha gritado en la ciudad y al hombre porque ha desflorado a la mujer de su prójimo”

¿No era posible que la joven gritara y gritara y no fuera oída y terminara siendo violada?

“Pero si el hombre encuentra a la joven prometida en el campo, y le hace violencia, y yace con ella, morirá sólo el hombre que haya yacido con ella. No harás nada a la joven, no hay culpa que merezca la muerte en la joven, como si un hombre se arroja sobre otro y lo mata. Así es en este caso. Como quiera que la ha encontrado en el campo, la joven ha podido gritar, pero no había quien la librara.
Si un hombre encuentra a una joven virgen, no prometida todavía, y la coge y se acuesta con ella, y se les sorprende, el hombre que ha yacido con ella pagará al padre de la joven cincuenta siclos de plata, y ella vendrá a ser su mujer, porque la ha desflorado. No podrá, jamás, repudiarla”

Se descarta, pues, la posibilidad de que sea ella la que incite al varón, la que no quiera gritar,…siempre es presuntamente inocente.

En la Misnáh y su comentario en la Gemârâ se evalúa la virginidad por parte de los hijos de Israel, de una manera aún más clara.

“Incluso si diez hombres han copulado de una manera contranatural con una virgen prometida, continúa siendo una virgen”
“Si la herida del ano debe ser considerada como poseedora de las mismas restricciones que la herida del himen, y por tanto, si se tuviese que poner en práctica la descalificación contra la cópula contra natura, no se haría mujer alguna que fuese digna de convertirse en la mujer de una gran sacerdote, porque no existe ninguna que no haya sido herida de alguna forma. Pues está dicho: “tomará como esposa a una mujer todavía virgen”, por lo tanto, a la viuda, a la mujer repudiada o profanada por la prostitución no las tomará por esposa; sino que tomará por esposa solamente a una virgen de entre los suyos; no profanará su descendencia levítica, pues soy yo, Yahvé, quien lo he sacrificado”.

Así, pues, puesto que los grandes sacerdotes se han casado, el comercio carnal contra natura no influye en la virginidad”

O sea que, según el Talmud, en la antigüedad, entre los israelitas, la cópula anal y la masturbación anal estaban muy extendidas y, ciertamente, eran utilizadas para preservar la virginidad y, probablemente, también como método anticonceptivo; y no sólo en la antigüedad, sino después, también.

La sexualidad, y sus manifestaciones, entre los israelitas era igual, o muy parecida, a la de los otros pueblos del Próximo Oriente.
Y es comprensible que muchos hebreos, tras la dura existencia de cuarenta años en el desierto del Sinaí, bajo un régimen rígido se convirtiesen en presa fácil de las mujeres de los madianitas y moabitas.

jueves, 22 de marzo de 2018

HISTORIA SAGRADA (5).




El Talmud está compuesto de dos partes muy distintas:

1.- La Mishnah (o enseñanza oral), escrita en hebreo y codificada a finales del siglo III a.C. por Simeón el Justo, se divide en 63 tratados y 523 capítulos, en los que son expuestos todos los temas (agricultura, derecho, fiestas, el culto, la vestimenta de los sacerdotes, la esclavitud…)

2.- La Gemârâ (vasto comentario de la Mishnah, en la que la fría razón ocupa un lugar preponderante para adaptar las antiguas concepciones y prescripciones a las nuevas condiciones de vida, tras el retorno del Exilio Babilónico).
En ésta son muchos los comentarios sobre la sexualidad (pubertad, menstruación,…)

¿Cuándo comienza la pubertad?
Aristóteles había escrito sobre el cambio de la voz y de las partes púberes en los chicos y de los pechos, cuando empiezan a levantarse, en las chicas, cuando le empiezan las menstruaciones, el pelo en las partes genitales y en las axilas,…

También los rabinos dicen cosas parecidas sobre el comienzo de la pubertad, lo que muestra que se observaba el cuerpo desnudo y estaba permitido.
Están obsesionados con el pene masculino: “el que tiene su miembro en su mano cuando orina, es como si hubiese causado una inundación sobre la tierra y, como son muy sensibles, sus manos deberían haber sido cortadas, a causa de la tentación de la masturbación (a no ser que esté casado)”

Cuando Cam entró en la tienda de su padre Noé, no es que lo viera desnudo, lo que pasaría habría sido una inducción a tocarle el pene, a una acción homosexual.
La homosexualidad, masculina y femenina, no debía ser rara en Babilonia.

Sodoma y Gomorra, en Palestina, cerca del Mar Muerto será el puro ejemplo de la sexualidad pervertida.

Cuando Lot, en Sodoma, recibió la visita de dos hombres (ángeles) y los invitó a quedarse, los hombres del pueblo (jóvenes y viejos) rodearon la casa porque querían “conocerlos” y Lot les ofrece a sus dos hijas vírgenes para que hagan con ellas lo que les apeteciese.

¿Inexplicable?

(Luego, Lot y sus hijas se van a la montaña, lo emborrachan, el incesto…)

Las sociedades antiguas eran sociedades de varones y las mujeres eran el instrumento para procrear, para las tareas del hogar, para el cuidado de los niños, para dales a ellos, los varones, placer.

Una mujer casada era algo intermedio entre el varón y el esclavo.

Su matriz era abierta o cerrada por Dios, como en Sara (90 años) con la simiente de Abrahán (100 años).

El tema de la virginidad.

Todavía no era conocido el himen y en el reino animal no lo tienen las hembras.

La pintura parietal del hombre prehistórico  pintaba “Venus” con una vulva exageradamente grande (además de la estatuilla Venus de Willendorf). He vistos muchas ilustraciones, con vulvas exageradamente grandes, pero nada del himen.

Pero sí aparece en las Leyes Asirias: “En caso de que un hombre haya violado a una virgen, el padre de la virgen tomará a la mujer del violador y la abandonará a la prostitución; no la devolverá a su marido, sino que la retendrá en su casa. El padre donará su hija desflorada al violador como esposa. Si el violador no está casado deberá pagar la dote al padre, y el padre puede forzarlo al matrimonio con su hija….Pero si una virgen se ha entregado voluntariamente, el hombre lo jurará y su mujer no será tocada. El hombre pagará al padre el precio de una virgen, “un tercio de plata”, y el padre hará con su hija lo que quiera”

La virginidad, pues, en Asiria tenía un cierto valor comercial (como también lo tendrá en Babilonia y en Sumeria.
Pero ese valor no provenía de una evaluación moral, sino porque el himen estaba considerado como una “protección contra los demonios que se valían de una violación o de una entrega voluntaria por parte de la virgen antes del matrimonio  para entrar en la matriz.

Por eso el casamiento de una virgen debía celebrarse en un templo, con un rito específico, o en casa del padre ante alguna imagen de una divinidad, por parte del novio.

El matrimonio, entre los asirios, puede ser consumado: comprando la mujer a su padre o al representante del padre, o por un contrato escrito, o por el comercio carnal.
Las mismas tres maneras que aparecen en el Talmud, en la Misnah y en la Gemârâ, pero se da un límite de edad para la desfloración.

Y lo siguiente, para mí, es inexplicable:
“Una mucha de tres años y un día puede ser prometida en matrimonio, si su padre lo aprueba, mediante comercio carnal. Si una muchacha es más joven, entonces el comercio carnal con ella es como meter un dedo en el ojo” (Misnáh).
Y también en la Gemârâ: “Venid y escuchad. Una muchacha de tres años y un día puede ser adquirida en matrimonio mediante el coito”

Y en Números: “No dejéis la vida más que a las muchachas que no hayan conocido cohabitación marital, y que sean para vosotros. Pero matadlas si han conocido cohabitación marital”

O sea, que según Números, ¿una muchacha de tres años y un día está madura para la cópula?

miércoles, 21 de marzo de 2018

HISTORIA SAGRADA: A MIS AMIGOS, LOS CREYENTES (4)



También en el Nuevo Testamento hay profetas, como Simeón, que al presentársele al niños Jesús profetiza…. Igualmente Juan el Bautista, como a Jesús de Nazaret, y otros, incluso alguna profetisa (igual que en el Antiguo Testamento)
Libros proféticos fueron el Apocalipsis (con el fin del mundo) como lo fueron los libros de Jeremías y de Ezequiel.

La creencia en que la muerte era no el final sino el comienzo de otra vida posterior ya estaba vigente en el Neolítico.

(En algún lugar he escrito sobre cómo el soñar con los muertos pero que, durante el sueño, parecen estar vivos es por lo que se cree en otra dimensión posterior en la que…).
Lo que ya creía en la cultura griega (Sócrates, Platón,..)

Las tres estancias del más allá, (del mundo de las sombras) para los griegos eran Los Campos Elíseos (para los héroes y los juzgados como dignos de estar allí, los Bienaventurados, la de las almas de los justos, lugar de la eterna primavera, donde se encontraban siempre jóvenes y con una existencia semejante a la de los dioses inmortales), el Tártaro (para los grandes pecadores) y el Erebo, donde iban tras haber sido juzgados por Minos, Radamanto (hijos de Zeus y Europa) y Eaco (hijo de Zeus y Egina)

Jesús nada dice sobre la vida de ultratumba.
Sólo posteriormente la Iglesia propondrá El Cielo, El Infierno y El Purgatorio.
¿Pero y los muertos antes de la llegada de Jesús? En la Morada de los Justos, en el Seno de Abrahán (un lugar temporal, donde las almas son guardadas en espera de la resurrección y el juicio final).

Cuenta el Génesis que cuando Noé, después de haber abandonado el arca hubo construido un altar y hubo ofrecido a Dios unos holocaustos, al aspirar Yahvé el olor (la manía de un Dios que goza, que disfruta, del olor a carne asada o quemada y que para darle gracias siempre ofrecían sus creyentes sacrificios de corderos, toros,…) dijo en su corazón (o sea, pensó, pensamiento íntimo, no expreso): “no volveré ya más a maldecir la tierra por causa del hombre, pues las inclinaciones del corazón del hombre son malas desde su juventud”
(Este texto debió ser por inspiración, al ser un pensamiento íntimo de Dios).

“Noé, agricultor, comenzó a plantar una viña. Bebió vino, se embriagó, se desnudó en medio de su tienda. Cam, padre de Canán, vio la desnudez de su padre y salió fuera a anunciárselo a los otros dos hermanos. Entonces Sem y Jafet tomaron un manto y echándoselo los dos a su espalda caminaros hacia atrás y cubrieron la desnudez de su padre; como sus rostros estaban vueltos hacia atrás no vieron la desnudez de su padre. Cuando despertó Noé de su embriaguez y supo lo que había hecho su hijo menor dijo: “Maldito Canán, sea siervo de los siervos de sus hermanos”

Esta desnudez de Noé no es la desnudez de Adán y Eva tras comer la dichosa manzana y cuando se le abrieron los ojos, no es el cuerpo desnudo sino la desnudez del órgano sexual.
“Descubrir la desnudez de una persona” no es contemplar su cuerpo desnudo, sino tener comercio carnal con esa persona, ya en sentido heterosexual, ya homosexual.
Y como en el Arca sólo estaban 7 personas: los tres hijos, sus tres mujeres y Noé…¿con quién tendría comercio sexual, heterosexual, con sus nueras u homosexual con Cam?

Porque ver un cuerpo desnudo no era, de por sí, un pecado ya que se lavaban o se bañaban en riachuelos, ríos, estanques o en público.

El vestido, entonces, no era ropa hasta los pies, sino una especie de taparrabos y poco más, de manera que al subir una escalera, o un árbol, o escalar una colina, en esos movimientos dejaba a la vista el órgano sexual, lo que era visto por los hebreos como algo normal.

“Y no subirás por gradas a mi altar para que sobre él no se descubra tu desnudez” – le dice Dios a Moisés.

Pero para Aarón (sacerdote) Dios le dice a Moisés cómo debe ir vestido: con un pectoral, un manto, una túnica a cuadros, una tiara y un cinturón”

Después, también le dice a Moisés que para Aarón y sus hijos, sacerdotes, les haga “unos calzones de lino, para cubrir la desnudez de la carne; que lleguen desde la cintura hasta los muslos, y que deben llevarlos puestos cuando entren en la Tienda de la Reunión o al acercarse al Altar para oficiar en el Santuario, para que no incurran en falta y mueran. Es éste un precepto perpetuo para él y para su descendencia después de él”

Examinar, pues, un cuerpo desnudo, masculino o femenino, no era en absoluto pecado, a no ser que, en el fondo de este examen anidara un deseo sexual hacia el cuerpo examinado.

Además del Antiguo Testamento los judíos tenían el Talmud (o Estudio), que es un complemento al Antiguo Testamento, una adaptación de la ley de Moisés a unos tiempos nuevos.
Es una compilación de comentarios que fue elaborada gradualmente en las escuelas de Babilonia y de Jerusalén.
La redacción duró, aproximadamente, 7 siglos.
Comenzó con interpretaciones de los textos del Torá (nombre hebreo del Pentateuco) por los sanios de la gran sinagoga de Jerusalén, herederos de los profetas.
Después fueron los padres y, finalmente, los rabinos, los maestros, los jefes espirituales, quienes enseñaron el Talmud.

martes, 20 de marzo de 2018

HISTORIA SAGRADA (A MIS AMIGOS, LOS CREYENTES) (3)




¿Eran “los hijos de Dios” los descendientes de Abel y de Set y “las hijas de los hombres” las descendientes de Caín? Ésta ha sido una interpretación.
Los héroes de la mitología griega son hijos de un dios y una mujer mortal (Heracles: de Zeus y de Alcmena; Minos: de Zeus y Europa: Pólux: de Zeus y Elena; Aquiles: de Peleo y Tetis,…)

La depravación sexual debió de llegar a tal extremo que: “exterminaré al hombre que he creado sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta los animales, hasta los reptiles y las aves del cielo, pues me arrepiento de haberlos hecho”.

El Creador se arrepiente de su creación, lo que dice mucho de su “omnisciencia”

Tal es así que mandó el diluvio.
Sólo Noé halló gracia ante Dios y decidió salvarlo, a él y a sus tres hijos: Sem, Cam y Jafet.

De nuevo se recuperará la especie humana, pero ya sobre una base moral buena, la del justo Noé y sus hijos.
¿Y sin mujeres?
Porque, de los animales, entró en el Arca un ejemplar de cada especie, macho y hembra.
Pero ¿de los hombres no?.

En los sumerios y babilonios también aparece el diluvio lo que manifiesta que quizá hubo grandes inundaciones en el Oriente Próximo y se mantuvo su recuerdo a través de generaciones, pero sólo en el Antiguo Testamento tiene una explicación religiosa y moral, y no meramente natural.

Siempre hubo una estrecha unión entre el Mal y la Sexualidad.

Nosotros, ahora, atribuimos el mal a la voluntad humana, a la naturaleza humana, somos responsables del mal que hacemos, pero para los antiguos eso no podía ser así, sino que eran los malos espíritus los causantes del mal, sea la enfermedad, sea un cataclismo, sea la infertilidad de la mujer (la del varón se daba por supuesto que no), sea la sequía o sea la muerte,…

(Se me viene a la mente Leibniz y sus tres clases de males: el mal metafísico, el mal físico y el mal moral”)

Para el hombre antiguo tanto lo bueno como lo malo no procedía de él sino de unas fuerzas objetivas e incomprensibles, benévolas unas y malévolas otras, así que supliquemos para que…

¿Cómo no recordar a Ormuz y Ahrimán, del Mazdeísmo, el Principio del Bien y el Principio del Mal, en una lucha continua hasta el triunfo definitivo del Bien?
Pero que triunfe uno u otro depende, también de la opción del hombre, al apostar y practicar uno u otro, por lo que ya interviene la responsabilidad del hombre en el resultado de esa lucha.
Estamos, pues, hablando del mal moral, subjetivo.

También Yahvé, tras bendecir a Noé, dirá: “pediré cuentas a los hombres…”

Pero Satán se paseaba por la tierra tentando a los hombres (hay que recordar el diálogo entre Yahvé y Satán respecto a Job tentándolo en sus propiedades y, posteriormente en su cuerpo, en sus huesos, en su piel (con “una úlcera maligna, desde la planta del pie hasta la coronilla”…sólo respetando su vida, para ver si sólo confía en Yahvé por interés y no por ser íntegro, perfecto, temeroso de Yahvé,…)

El nombre de Satán es hebreo y significa originariamente “el adversario”, “el acusador”, ni siquiera era el tentador, el seductor y corruptor sino lo que hoy llamaríamos el “fisgón” que mete la nariz en los asuntos de los otros, que descubre los pecados de los hombres y se lo comunica a Dios.
Satán sería un “chivato”

Pero cuando Satán tienta a los hombres, como a Job, lo hace con permiso, con consentimiento de Dios, aunque no siempre, porque otras veces lo hace por su cuenta, sin permiso, como con David, en Crónicas, y ahora aparece como el enemigo declarado de Dios, la personificación del Mal, como se lo ve en la cultura cristiana, pero que como no puede atacar a Dios, se venga atacando a lo mejor de la creación, al hombre.

Como los libros de la Biblia han sido escritos durante un largo período de tiempo (1.000 años), el retrato de Dios que aparece en los distintos libros va cambiando.

“Profeta”, en un principio, sólo significaba “el que habla ante un auditorio”, un predicador, sólo después significará “persona que predice por inspiración divina”

Dios revela al hombre de diferentes maneras, bien en sueños, o en visiones, pero sobre todo en experiencias interiores, mediante una inspiración de palabras o de imágenes, o por acontecimientos triviales.

En el Antiguo Testamento el profeta aparece como una persona que tiene relación directa con Dios y, excepto Jeremías y Ezequiel, que eran escritores, los demás no lo eran y lo que parecen decir en los libros a ellos atribuidos, sólo son compilaciones que otros hicieron.

(Lo de “profetas mayores” (5) y “profetas menores” (12), no es por su importancia, por su categoría, sino porque sus escritos son más o menos amplios, voluminosos)

Los profetas estaban convencidos de que Dios los tenía al corriente de sus intenciones pero, al mismo tiempo, algunos profetas creen que Dios puede actuar discrecionalmente y sin informarles a ellos.
Habría pues, a veces, un silencio profético.

Los profetas no siempre estaban en lo cierto y muchos acontecimientos ocurrían sin que ellos los hubieran previsto.
A veces, también, cambiaron de opinión (Digo-Diego) u ocultaban intencionadamente la verdad.
Pero el pueblo los veneraba y los consideraban no sólo como hombres con un saber sobrehumano, sino con un poder sobrehumano.

Eran queridos y temidos.