sábado, 31 de enero de 2015

EL MITO DEL PECADO ORIGINAL Y EL LIMBO.



La Srª.  Alfonsa  se puso de parto una fría noche de Febrero. El niño “venía de culo” y la Srª. Julia, la partera, no fue capaz o no supo “darle la vuelta” a la criatura. El parto fue “un parto de burra” y el niño nació sin señales de vida.
Llamaron, corriendo, al cura y el cura me avisó a mí, monaguillo, que vivíamos pared con pared. Con el caldero dorado del agua bendita y el hisopo, corrimos, pero, cuando llegamos el niño estaba muerto. No pudo ser bautizado.

         -“Un niño “morito” Y, ahora, ¿dónde irá: al cielo o al infierno? – le dije al cura. 
         - Al limbo, Sito, al limbo.

Si el pecado original sólo se quita/se borra con el bautismo, ¿qué pasa con el niño recién nacido, el “neonato”, que muere sin el bautismo?
O, peor todavía ¿Y si el niño no nace, el “nonato”, por lo tanto sin posibilidad de ser bautizado?.
¿Al cielo, al infierno, al purgatorio?. ¿Qué méritos o deméritos graves o que pecados menos graves o veniales puede haber cometido una criatura sin haber, todavía, nacido?.
Pero es que nadie puede ir al cielo sin estar bautizado (lavado, limpio, del pecado original).

La Iglesia no tuvo más remedio que inventarse y añadir al “cielo, infierno y  purgatorio” (“años de cuarentena” que pueden ser reducidos  por las “indulgencias” parciales, acumulándolas uno en vida o sus familiares. Porque si son “indulgencias plenarias”, entonces, “borrón y cuenta nueva” y derechitos al cielo) un cuarto lugar al que van a parar estas almas: “el limbo”, un extraño lugar, periférico al infierno, o “el segundo infierno”. Un lugar “sin pena ni gloria” (y nunca mejor dicho), sin tormentos, pero sin gozo, sin felicidad, eternamente separados de Dios, de amigos, de familiares,….

Fue en la Edad Media, a partir del siglo XIII, cuando los teólogos se plantearon el problema de dónde están/han ido/irán los muertos que no han cometido pecado mortal pero que no han sido bautizados (como los “no natos” o todos los anteriores a Cristo).

Pero el problema había sido planteado antes, en el Concilio de Cartago, año 418 d.C., que les “negó a los niños sin bautizar poder alcanzar la felicidad eterna”.

En mi pueblo, a estos niños (como he escrito antes) se los llamaba “moritos” (“ha muerto morito”) (etnofobia popular).

Pero nunca ha sido una doctrina de la Iglesia, sino una hipótesis de los teólogos, para dar una respuesta a la pregunta de qué les pasa a los no bautizados, después de morir.
No ha sido, pues, una verdad de fe, sino una hipótesis.

A mí, (¿yo qué quiere que les diga?) el limbo siempre me pareció como una cámara de descompresión hasta que…y también una especie de Babia, y para toda la eternidad.
“Estás en Babia”, “estás en el limbo” –solemos decir.

Pero el catecismo de Ripalda decía que había dos limbos:

a.- El limbo de los justos o “seno de Abrahán”, en el que están  - según Dante- “los paganos virtuosos y los filósofos clásicos griegos” (que no podían estar en el cielo porque, al ser anteriores a Cristo y a la institución del Bautismo, estaban sin bautizar); los que habían sido buenos y limpios de corazón, a la espera de que Cristo bajara, de una vez, a la tierra, encarnándose para redimirlos. También están allí las personas que han sido justas pero que, como nunca oyeron hablar de Jesús…..
Me imagino “el limbo de los justos” como una especie de desguace o parking de retención, o de almacén de coches antiguos, esperando a que llegase el “mecánico divino” y los pusiera en circulación, camino del cielo, porque éstos, al ser también descendientes de Adán y de Eva, nacieron “empecatados”, aunque no lo supieran, por eso no serían responsables,(pero, estar, lo estaban), pero como, además, aún no existía el instrumento de lavado (el “bautismo”) ……y

b.- El limbo de los niños, en el que están todos los niños no bautizados.
Éste me lo imaginaba yo, por una parte, como una “guardería eterna de niños”, como un “almacén de almas pequeñitas” pero, por otra parte, un lugar siniestro, una especie de laboratorio lleno de fetos, de distinto tamaño, o de óvulos recién fecundados, pero ya con alma “empecatada, de fábrica” (venían en el mismo kit: el pecado original y la fecundación del óvulo, aunque la existencia del óvulo no se descubriera hasta el siglo XIX) que, voluntaria o involuntariamente, fueron abortados.

Como, según San Agustín, el pecado original es eterno, al no haber sido borrado por/con el bautismo, el lugar de estancia de los sin bautizar (el limbo) también debía ser eterno.

Por eso el Concilio de Trento recomendaba o exigía bautizarlos rápidamente, no fuera que…
Conozco, incluso, padres que, a escondidas de sus hijos, ateos o agnósticos, los han bautizado ellos mismos (como el capitán de un barco casa a dos personas y el matrimonio es válido).

Recuerdo, todavía, en la mesa de la sala de profesores de mi Instituto, en primera página, con letras resaltadas: “El Papa cierra las puertas del limbo”. “El Papa ha decretado la desaparición del limbo”.Y así aparece, ya, en el nuevo Catecismo de 1992.

Es curioso. El Papa “dice” que no hay limbo ¿y, ya, “no hay limbo?”. ¿Su “palabra” causa la “no existencia de algo”?.  Igual que en la “consagración”, al “decir” las palabras sagradas, se produce el milagro de la “transubstanciación” (las substancias “pan y vino” se convierten en el “cuerpo y sangre de Cristo”). Esto sí que es magia, a esto es a lo que se le llama milagro.

En otros fechas, en este mismo blog, he escrito sobre “el tabú de la palabra” (Marzo del 2011 y 30 de Enero del 2012 (“un cáncer es un cáncer”).

Y es que el Papa polaco, Juan Pablo II, tenía clavada una espina en su corazón, porque su madre había muerto de parto al dar a luz a una niña muerta (por lo tanto, sin bautizar).

-¿Dónde estará mi hermana?. – se preguntaba el Papa.
-Pues, lógicamente, estaría en el limbo.

Se creó una comisión de estudio, de treinta y cinco sabios teólogos, presidida por el entonces cardenal Ratzinger y hoy Papa, Benedicto XVI, derribaron el muro del limbo, llegando a la conclusión de que “van directamente al paraíso por la infinita misericordia de Dios”.

Ya había dicho Juan Pablo II que “cielo, infierno y purgatorio” no son lugares físicos, sino “estados de ánimo” por estar unidos o separados de Dios.
¿Son, sólo, eso “fenómenos psíquicos”?.
Pero, cuando uno muere ya no hay “Psijé”, porque ya no hay vida. Al no haber vida, no hay “fenómeno psíquico”, “estado de ánimo” (porque ya no hay “ánima”, alma). Luego, en conclusión: si “cielo, infierno y purgatorio” son “fenómenos psíquicos”, cuando uno muere, para él dejan de existir. Luego su existencia no era real.


¿Son algo así como las “energías positivas” de los dicharacheros chantajistas sacacuartos actuales?.

viernes, 30 de enero de 2015

EL MITO DEL “DIÁLOGO”.



En bálsamo de Fierabrás, curalotodo, multifunción, se ha convertido el “diálogo”.

“Estamos dialogando” – dicen. Y todos lo consideran como solución a los problemas.

Pero aquí hay un malentendido, porque una cosa es el “diálogo” y otra muy distinta es la “negociación”,

Pero, además, ocurre que, en general, se “dialoga” con los amigos, pero con lo enemigos o con los adversarios se “negocia”.

Peor aún, se puede dialogar con los adversarios y negociar con ellos cuando todos salen beneficiados por la negociación.

Por ejemplo, nuestros parlamentarios, que han dialogado (había poco que dialogar) y han negociado y aprobado, al momento, no sólo sus sueldos y dietas, sino también sus altas pensiones de jubilación en tan bajos años de cotización.

Como es bueno para “todos” ellos, rápidamente han firmado el acuerdo, y a los demás, a los no parlamentarios, que coticen 35 años para cobrar el 100% de su pensión, (porque si sólo llevan 15 años cotizados cobrarán la pensión más baja, 587 euros (o 725 si tiene cónyuge sin renta)) y cuya pensión de jubilación será acorde a su cotización.  No como ellos que con sólo 11 años de estar, muchos de ellos, calentando un cómodo sillón cobrarán el 100 %.

Nuestros parlamentarios, en un diálogo cordial y una negociación amistosa (como debe ser) han blindado sus pensiones.

¿Que sólo llevan 7 años de parlamentarios?, pues el 80%.
¿Que sólo llevan 9?, pues el 90%.
Y si llegan a 11, el 100 %.

El sueldo mínimo de cualquier congresista “raso” español  es de 2.918, 64 Euros/mes.
A lo que hay que añadir un “extra mensual neto” por gastos de mantenimiento y manutención, que oscila entre 1.702,59 euros para los que viven fuera de Madrid y los 812,68 euros para los elegidos por Madrid.

No quiero añadir lo que cobran secretarios, portavoces, adjuntos, presidentes de comisiones, comisionados…

Hay un clamor popular contra esta desfachatez, contra la inútil cámara del Senado, contra los parlamentos autonómicos, contra los sueldos de cualquier alcalde de pueblo…. Y todo eso “con la que está cayendo”.

Me llegan, a diario, e-mails de indignación.

Dialogar por dialogar es un ejercicio grato para los dialogantes, como hago yo todos los días con mis amigos.
Pero ¿Negociar?

Se sobreentiende que “negociar” es un pulso entre partes enfrentadas, donde cada parte quiere sacar tajada. No es un intercambio de argumentos, es querer llevarse el trozo mayor de la tarta.

No se negocia para determinar quién pone más bombillas para que se beneficie más gente, sino quien elimina menos bombillas para que ilumine a los suyos más que a los otros.

El caso de nuestros parlamentarios es original, se dialoga como “amigos” y se negocia a la alta porque “todos ellos” van a salir beneficiados de la negociación.

¿Puede dialogarse con los terroristas, con los corruptos, con los defraudadores, con los criminales, con los violadores, con los maltratadores, con los “chorizos”…?
         -NO.
         -¿Por qué No?
         - Porque dialogar supone aceptar una base común de valores, algo que no ocurre con todo este tipo de gente.

Si yo parto de que el valor de una mujer es igual al valor de un varón, que son iguales como personas, y no desiguales, aunque sean distintos y no idénticos y tú partes de que la mujer es inferior al varón, o una propiedad del varón y por tanto “la maté porque era mía”. ¿Qué “diálogo” puede haber entre nosotros? Cuanto menos “negociación”.

Cuando leía en la prensa las declaraciones de “un tal Blázquez”, sobre la “generosidad” que tendrá la democracia para los terroristas si prometen ser buenos…
¿También para los maltratadores, los violadores,… si prometen que….?
¿Pero qué estaba diciendo este señor, aunque sea obispo?

Que le perdone él sus pecados, si se arrepienten, pero ¿los delitos? Los delitos son una deuda que, siempre, todo delincuente debe saldar con la sociedad.

Kant decía que si un condenado cumplía su condena, impuesta por un juez, podía salir con la cabeza muy alta y presentarse en sociedad y poder decirles a todos: “soy igual que vosotros. Yo fui condenado a pagar y he pagado. Vosotros no teníais que pagar nada porque nada ilegal habíais hecho. Estamos iguales. Estamos a 0.

Pero ¿y los casi 1.000 asesinados, y los desfalcos, y los robos, y las comisiones ilegales, y…. sea Marbella, Valencia, Sevilla, Castellón,…?.


Sólo, después de saldar sus deudas, pueden presentarse en sociedad y decir, con la cabeza muy alta, lo que decía Kant, pero no antes.

jueves, 29 de enero de 2015

EL NEUTRAL O EL FIFTY-FIFTY



¿Podemos quedarnos bloqueados y no decantarnos por el que padece y sufre (sea una víctima del terrorismo o un desahuciado de su piso) ante el que agrede y atropella (sea un terrorista o un banquero) con la excusa de que  “todos tenemos alguna parte de verdad”?

¿Se puede ser neutral y no tomar partido ante el injusto agresor y el injustamente agredido?
¿No podrá la víctima, agredida, considerar al “declarado neutral” como un cómplice del agresor?
¿No será el silencio una palabra de conformidad, (aunque sólo sea por aquello de que “el que calla, otorga”?

El que se declara neutral, se considera, equivocadamente, estar en el centro, en el fiel de la balanza, por lo que agresor y agredido están en los extremos.
El susodicho neutral ¿no debería inclinarse, y acercarse más, a uno de los dos extremos?

La equidistancia, en estos casos, es un acercamiento a la injusticia, es un hipócrita subterfugio, una cobardía manifiesta.

Como si no fuera una injusticia tratar igual a los desiguales (Aristóteles dixit).
Eso era, para el Estagirita, la “justicia”: “tratar igual a los iguales y desigualmente a los desiguales” (que siempre me recordaba el - x - = +, y el + x + = +), mientras que la injusticia sería….

¿No es impúdica esa pretendida equidistancia? ¿No hay que tomar partido por el injustamente agredido? ¿Cómo va a tolerarse una equidistancia entre los que ponen los “muertos matados” y los que, vivos, recogen los frutos de esa matanza?

Pero ahí están los datos.

“Todos tienen un parte de verdad”, ¿la misma parte de verdad?, ¿no debe haber una muy distinta proporción, si no unanimidad, en el reparto de esa verdad? ¿Cómo va a ser igual una “vida perversa” que una “muerte sin causa”?

Si la verdad al 100% y la falsedad al 100% sólo les corresponde a las ideas (tautologías y contradicciones), en los hechos la verdad varía desde 0,0001 hasta 9,999.
Es difícil, si no imposible, la proporción del 50% de verdad y de responsabilidad.

Si no la apropiación total de la verdad de los hechos (por aquello de que siempre hay que dejar abierta la puerta a una posibilidad) sí la mayor aproximación a ella la de las víctimas, cuyo error (¿) o pecado (¿) fue pasar por allí en ese maldito momento cuando, quizá acudía a ayudar a un enfermo o a entregar unas horas de su vida al Banco del Tiempo, que no reporta interés pecuniario pero sí felicidad a chorros.

No hay evasiva más hipócrita, para negarse a pensar, que ese fifty-fifty, que le reporta una injusta intranquilidad.
No se trata de ser juez (que también) como de juzgar humanamente.

Todos nos consideramos aptos para juzgar sobre cuestiones teóricas y damos nuestra opinión, apoyada en unos razonamientos, pero mostramos nuestra mojigatería al juzgar sobre hechos concretos morales o políticos.

El maldito igualitarismo pueblerino que me recuerda al lecho de Procusto, que había cortar o alargar las piernas para que encajara con la media.

Es verdad que Aristóteles define la virtud como “el término medio entre dos extremos igualmente viciosos, uno vicioso por exceso (la “temeridad”, un vicio) y otro por defecto (la “cobardía”, otro vicio) y, en medio, la virtud de la “valentía”, pero entre el mal y el bien no debería existir ni la duda.

Es verdad que hasta en el peor mal puede haber una migaja de bien y una migaja de mal en el mejor bien, pero ¿apostar por la “migaja” contra el “pan”?.

Aristotélicamente hablando, la virtud está más cerca de un extremo (cuando es un vicio aparente y no real) y más alejado del otro (un vicio real).

Darle a cada uno “lo suyo”, lo “iustum”, lo “justo” no es darles a todos por igual.

Ésta sí que sería una injusticia (el fifty-fifty), el “aprobado general”, porque es injusto que al que merezca más se le dé menos y al que merezca menos se le dé más.

Una vez más, los cobardes son presos de la falacia del término medio, que anida en sus mentes como un prejuicio enquistado.

Hasta Dios mismo lo proclama en la Biblia: “porque no eres ni frío ni caliente, porque eres TIBIO (término medio) te vomitaré de mi boca con asco.


Vomitona es la impúdica postura neutral ante conductas tan flagrantemente incomparables.

miércoles, 28 de enero de 2015

CIENTIFISMO Y RELIGIÓN


                           
         ¿Los científicos naturalistas, sólo y totalmente naturalistas, son/tienen que ser necesariamente ateos?

         Alma = “anima” = “vida”. Alma como principio vital. Cuando llega la muerte ya no hay vida, ya no hay alma. Pero ¿y el espíritu? ¿Puede existir el espíritu separado del cuerpo o es algo ridículo ya no sólo serlo sino, incluso, pensarlo?

         Tom Wolfe, al que todos alguna vez hemos leído, al menos algo, haciéndose eco de los investigadores científicos, hace afirmaciones tan tajantes como “los genes determinan el temperamento”; “las substancias químicas del cerebro determinan el comportamiento”; “las agrupaciones de neuronas crean la conciencia”, “el libre albedrío es una ilusión”, “la religión es un accidente”… Sentencias, todas ellas, en consonancia con un materialismo total.

         Sin embargo hay gente, mucha gente, que sigue percibiendo la existencia de Dios. Pero no es porque Dios exista y las creencias religiosas en Él tengan algo que ver con la realidad de su existencia, es que los cerebros han evolucionado hasta tal punto que se inventan sistemas de creencias.

         Una epilepsia en el lóbulo temporal y esa persona que la sufra se mostrará hiper-religioso.
         ¿Tiene algo que ver esta religiosidad con otra realidad distinta que no sea la del propio cerebro epiléptico? ¿Remite la epilepsia a algo objetivo ajeno y distinto a ella misma?

         ¿“Creer” en Dios no pasa por “crearlo” primero, en el interior del cerebro y considerarlo, después, como existiendo realmente y extra-cerebralmente?
         Pero esto sería un salto ilegítimo.

         De lo que no es lógicamente contradictorio, de lo que, por lo tanto, “puede existir” realmente, no puede inferirse que “existe de hecho”.

         Desde muy antiguo se decía que “de “posse” ad “esse” non valet ilatio”, pero que “de “esse” ad “posse” sic valet illatio”.

         Si algo “es”, “existe” es porque “puede existir”, porque no es contradictoria su existencia. Pero del simple “poder ser”, “poder existir”, por no ser lógicamente contradictorio, no puede concluirse que “sea realmente”, “que realmente exista”.

         ¿Será Dios un invento del cerebro y nada tenga que ver con la realidad de su existencia extracerebral, o será que su real y verdadera existencia ha dirigido la evolución hasta hacer que el cerebro pueda inventar hasta la creencia misma en Él?

         ¡Joer¡ con la preguntita.

         Lo cierto y verdad es que no es contradictorio que yo “pueda ser” millonario, pero afirmar que “lo soy” porque no es contradictorio el “poder serlo”, es un paso en falso.

         Os juro que “no soy millonario” y no es porque no “pueda serlo”.

         ¿Entendido?.

         

martes, 27 de enero de 2015

CIENCIA Y RELIGIÓN: en busca de la irrealidad.

             
        
         La persona que desea, que ansía, que necesita irse de un sitio es por aventura, por curiosidad, por no conformarse, o porque no está a gusto en ese lugar y quiere irse a otro mejor (a no ser que sean masoquistas).

         Si alguien no está contento o de acuerdo con la realidad que tiene ante él, con la que le rodea y en la que vive, porque…. (Por lo que sea) busca otra, bien investigándola, bien creyéndola.

         Ambos métodos de búsqueda son totalmente distintos, pero ambos apuntan a algo más allá de lo que hay aquí.

         Ambos, el que razona y el que cree, buscan lo desconocido. Uno subiendo, paso a paso por la escalera, corrigiendo la trayectoria, cambiando de escalera, avanzando poco a poco, errando, corrigiendo, rectificando,…. pero avanzando. El otro sube de golpe, en ascensor, pulsando el botón de la fe (muchísimas veces el de la credulidad), pero en un “santiamén” se encuentra instalado en su “irrealidad”.

         En el fondo-en el fondo, el deseo más profundo del hombre mortal, sea creyente o no lo sea, es no morirse (porque morirse es una putada, ¡oiga¡).

         Como decía en otro artículo, recogiendo un viejo adagio, y con cita de Unamuno y su deseo de eternidad, hay tres maneras de no morir del todo:
         1.- Con los genes (teniendo descendencia).
         2.- Con las ideas (escribiendo el Quijote o San Manuel Bueno, mártir, o Veinte poemas de amor y una canción desesperada, por ejemplo).
         3.- Con las cosas físicas (creándolas, por ejemplo plantando un pino o haciendo que exista el motor de explosión, el telescopio o el microscopio).

         Es aquello de “tener un hijo, escribir un libro, plantar un árbol”, como las tres obligaciones de todo mortal, para dejar de serlo del todo.

         Nosotros seremos finitos, limitados en el tiempo y en el espacio, pero la especie continúa. Nosotros, a la especie, le importamos un pimiento.
        
Nosotros moriremos pero nuestros hijos, nuestras ideas, nuestras creaciones, ahí seguirán. Tanto a la vida, como a la cultura, como a la naturaleza, que seamos nosotros o sean otros, les da igual.
        
“Nuestros hijos no son nuestros, es la vida, que se manifiesta a nuestro través, somos instrumentos de la vida” –dice el poeta. (A la vida nosotros no le importamos, a ella “le da igual Juana que su hermana”).
        
Mientras haya una sola persona que lea tus ideas, que reflexione sobre ellas, oponiéndose, asumiéndolas, rectificándolas, ampliándolas, mutilándolas, retocándolas…
        
Mientras haya alguien sentado a la sombra del pino, o recogiendo piñones, o admirándolo, o….
        
Mientras haya alguien que te recuerde como una buena persona, como un antepasado, como un ascendente….
        
Aún no estás muerto del todo, sigues viviendo, en cierta manera en el cuerpo y en alma de otras personas.

         Si, además de esta vida temporal alargada, elástica, en la que ya sin estar todavía estás, si no te conformas con ella, y quieres más, quieres vivir eternamente, no tienes más que creerlo. ¿Qué vas a perder con ello?.
        
No lo hagas si ello va a hacer de ti una persona agria, resentida, fanática, desgraciada. Pero hazlo si con ello eres feliz, pero no a costa de ti y menos aún de los demás.
        
¿Que cómo se conseguiría esa inmortalidad eterna (suponiendo (que ya es mucho suponer) que exista)? De la manera más fácil, siendo, en esta vida, honrado, contigo mismo y con los demás, siendo solidario, siendo honesto, cumpliendo con tu ser persona, siendo persona, siendo feliz (sólo así puedes contagiar a los que te rodean). No le hagas caso a San Agustín, que afirma que “el cielo tiene un aforo limitado y que como no llegues a tiempo…”, ni a los hombres vestidos de negro que han estrechado tanto la puerta de entrada que parece la grieta de una gruta.

          El cielo, si existiera, se te daría por añadidura.
        
         Cuando alguien me habla de una “sociedad del amor”,  del “amor a la humanidad”, de que “todos seamos hermanos” …yo, en el otro lado de las cosas, sencillamente, no estoy de acuerdo. El amor no es obligatorio.

         Cuando, casi a diario, viajo en el autobús, yo no quiero que el conductor me ame, lo que quiero es que cumpla perfectamente su quehacer, que sea honrado, que sea honesto, amable, servicial,… en una palabra “que sea un buen conductor”. El amor que se lo muestre a su pareja, a sus hijos, a sus padres,…

         (Como, casi siempre, me he ido por los Cerros de Úbeda)

         Tanto los científicos (razón y mucha imaginación) como los crédulos (pura imaginación) lo que buscan es algo irreal, algo más allá de esta realidad que los envuelve. Nos hablan de “supercuerdas” o de “antimateria” o, también, de “milagros” y de un “cielo perfecto y eterno”.

¿Realidad?.

         Galileo, el padre de la ciencia moderna, estudiaba la realidad que tenía ante él, la misma que negaban y rechazaban los teólogos, los astrólogos, los magos…

         Esa naturaleza era/es bella, y puede ser estudiada y comprendida sin recurrir a seres sobrenaturales, ni a milagros, ni a piedras filosofales.

         Pero… la ciencia de hoy ¿qué es lo que estudia?: el Big-Bang, la materia oscura, la antimateria, los agujeros negros, las 11 dimensiones, las supercuerdas,… ¿Todo esto es real?.

         La micro-ciencia, la macro-ciencia, la pseudo-ciencia, el caldo de las religiones y religiosidades… ¿qué buscan?, ¿la realidad? ¿O lo que se supone que hay/tiene que haber más allá de esta realidad con las que nos damos en las narices?.

         Los científicos y los crédulos parecen seres huidizos de la realidad, buscan otro mundo en este mundo, otra realidad en esta realidad.

         Yo le cuento a mi vecino que al disparar  electrones, en la doble rendija, cuando quieres observar una de ellas, poniendo un detector, el electrón detecta el detector y se va por la otra… ¡y es que alucina!.

         Y si le cuento lo de que “el gato está vivo y, a la vez, el gato está muerto”… tengo que echar a correr, porque seguro, seguro, que llama a los loqueros.


         “Esto hay que creérselo, ¿no?” – le pregunta, o le responde, mi amigo Ángel al profesor de Historia y Filosofía de la Ciencia.

lunes, 26 de enero de 2015

LA RELIGIÓN ¿TIENE FUTURO O SÓLO PASADO?


“Con la iglesia hemos topado” – es la frase que Cervantes pone en boca de D. Quijotes y que no significa lo que, generalmente se cree y se interpreta: “cuídate de meterte con la Iglesia o con temas religiosos porque, de lo contrario, tendrás que atenerte a las consecuencias”.
La cosa es mucho más sencilla.
Don Quijote, acompañado de su fiel escudero, caminaban de noche, en plena oscuridad, buscando el alcázar donde, supuestamente, reside su dama, Dulcinea, y “dan” con una iglesia donde, con seguridad, ella no se encontraba allí.

La interpretación de esa frase, en sentido figurado, supondría un privilegio injustificado según el cual nadie puede/debe “meterse” con ella si no quiere que….

Aunque, además, debe siempre distinguirse entre “Iglesia” como “institución” (blanco de todas las críticas por el poder que ostentaba y que, por cualquier razón, real, imaginaria o inventada, podía llevarte a la tortura, incluso llegar hasta la muerte en la hoguera) e “Iglesia militante”, a pie de calle, como “comunidad de personas concretas, creyentes”.
Esta iglesia militante desarrolla una labor humanitaria como la puede desarrollar muchas O.N.G.S., aunque sean por motivos diferentes.

Las críticas a la Iglesia, como Institución, le vienen por todos los frentes.
Ya hasta el Ejército ha dejado de discriminar a la mujer, en el acceso a la cadena de mandos, sin embargo la Iglesia sigue discriminándola, cerrándole el paso hasta el nivel inferior, el sacerdocio.
Con una estructura jerárquica de poder anquilosada, bloqueada, enquistada y medieval.
Con un lenguaje ampuloso y grandilocuente, pero vacío.
Con una parafernalia litúrgica fuera del tiempo, como si el tiempo se hubiera paralizado y un culto desorbitado a la personalidad.
Nada atractivo para las nuevas generaciones que, tras “hacer la primera comunión”, ya no hubo segunda.

Si a esto se añade su prepotencia, su complejo de superioridad, su proclamada infalibilidad, su obediencia ciega al superior en la cadena jerárquica, sus privilegios en el pago de impuestos, la imposición de la asignatura de Religión (con la catequesis de compañía) en la enseñanza (aunque sea en un estado laico o aconfesional).

Hoy día la Iglesia cada vez está menos presente en el ámbito político, público (no sé si decir que “gracias a Dios”) y, poco a poco, ante el vacío de creyentes asistentes, las iglesias serán sólo museos y galerías de arte, a visitar por turistas y estudiosos, ajenos a la religión.

Ya no es lo que era, una invasión total, una inundación, anegando tanto la vida pública como la vida privada. Presente “desde la plaza hasta en la cama”.
Yo recuerdo los “certificados de buena conducta”, expedidos por el cura del pueblo, exigidos por la Administración Civil del Estado como requisitos para acceder a cualquier puesto del Estado.
Hoy la Iglesia está ahí, pero sólo para quien quiera beber de esa agua.

Las referencias religiosas en la vida de los hombres ya no son tales, ni social ni individualmente.
La vida, y sus problemas, son enfocados, planteados y se buscan soluciones a los mismos desde una perspectiva no religiosa.

(Pero estamos moviéndonos en nuestro mundo occidental cristiano, porque la religión musulmana, y un poco menos la judía, están presentes hasta en la cama).

Si el culto religioso católico está, hoy, bajo mínimos y en horas bajas, mientras la judía se mantiene, la musulmana sigue avanzando a pasos agigantados.

Pero sigamos con la religión cristiana.

Como el poder, la autoridad, ya no procede de Dios, sino de los ciudadanos, las leyes civiles han perdido completamente su carácter sagrado y son sólo, y totalmente, humanas. Su incumplimiento se queda en delito y ha dejado de ser pecado, su castigo (si el delito se descubre) es sólo temporal y en esta vida, ya no eterno y en la vida de ultratumba.

La conciencia moderna rechaza toda autoridad y las leyes deben pasar por el filtro de la conciencia para poder ser asumidas.

La razón autónoma y crítica es el cedazo de las obligaciones que provengan del exterior..

Dios y la religión ya no son previos a la conciencia del hombre, sino que vienen después de la ética humanista, para darle sentido.

Como muchas personas necesitan de Dios y de la religión para darle sentido a su vida habrá que no obstaculizarlos, pero tampoco prohibirlos ni obligarlos.
Pero ellos deben ubicarse en el ámbito privado y estar excluidos del ámbito público, lugar común de todos, creyentes y no creyentes.

La religión ha perdido el papel de protagonista que detentó en otros tiempos, tanto en la cohesión social como en la legitimación del orden político, en las “sociedades sin Estado”, pues en las “sociedades con Estado” ha perdido toda su vigencia.
La aparición del Estado ha desplazado a la religión. Ésta ya no aparece necesaria ni para legitimar el orden social ni el orden político, sino que los seres humanos van a darse a sí mismos ambos órdenes, sin tener que recurrir a Dios como fundamento.
El antropocentrismo, como origen, ha sustituido al teocentrismo, como origen.
La religión ha dejado de ser relevante y el mundo está inmerso en un proceso de secularización.

La religión siempre anduvo en compañía de la superstición y de la ignorancia, y de estas cadenas el hombre ha quedado libre, gracias a la razón ilustrada como instrumento.

La secularización pues, sin Dios y sólo con la razón, suponía el indiscutible progreso de la humanidad, al hacerse cargo de él el propio hombre.

Pero nunca avanzó tanto la ciencia y la tecnología como en nuestro siglo, ¿por qué, pues, el auge y la buena salud de las religiones varias, sobre todo del islamismo, del budismo, del hinduismo y de un sinfín de sectas religiosas?

La vitalidad del cristianismo, tan potente en otros tiempos de monopolio, está desinflándose, mientras se vivifican otras religiosidades.

¿Por qué con la difusión y propagación del espíritu ilustrado, sin embargo surgen nuevas religiosidades?

Hoy, sin embargo se hace ciencia al margen de la religión y se vive al margen de la iglesia.
El laboratorio, como ensayo de soluciones, ha sustituido a la iglesia.
Ante la enfermedad se acude al hospital (institución laica) y al médico (científico) en vez de a la iglesia (morada de Dios) y al cura (su representante).
En nuestro mundo occidental cristiano, cada vez más la cirugía ha sustituido a los milagros, las farmacias a los confesonarios y las medicinas a las oraciones.

Entonces, ¿por qué esa religiosidad variada, no cristiana, (y sobre todo el islamismo) siguen presentes, y en auge, en detrimento de las dos religiones clásicas (judaísmo y cristianismo)?



domingo, 25 de enero de 2015

LAS RELIGIONES EN ESPAÑA.


Si no estoy en un error, fue el año 1.980, cuando se aprobó la Ley de Libertad Religiosa.
Desde ese mismo momento se inauguró el mercado, un mercado pletórico de religiones.
Ya podías declararte practicante de vudú, ser mahometano (no sé por qué la profesora de la Universidad de Málaga suspende al que no la llame “Islámica”, como si no la hubiera fundado Mahoma, como el cristianismo viene de Cristo), adventista del 7º día, budista,…

La democracia también nos ha traído este nuevo mercado, con estos nuevos productos, aunque el producto mayoritario (ya no monopolístico) sea el Catolicismo.
Así que habrá que meterse con él y atacarle (además “sale gratis”), que se lo pregunten a procesionarios ateos folklóricos o a las despechugadas universitarias del colectivo RQTR (rosa que te quiero rosa), que agrupa a lesbianas, gays, transexuales, bisexuales… en la Universidad Complutense) y a CONTRAPODER (colectivo de ideología izquierdista radical), de la Facultad de Ciencias Políticas.
Incluso no está mal visto, fue “gracioso” lo que hicieron.
¿A alguien, no musulmán, se le ocurre querer acceder a una mezquita con zapatos?. ¿Por no molestar?. NO. Por consideración a las creencias de otros.

En esta nuestra España, maniquea, de derechas o de izquierdas, (en disyuntiva exclusiva), como el Catolicismo ha estado, tradicionalmente, unido a las derechas, los de la izquierda tienen que apostar por las no católicas.

Si la Religión Católica afirmaba que “fuera de ella no había salvación”, los anticlericalistas afirman que “dentro de ella es imposible la salvación”, así que habrá que intentar “salvar” a los ignorantes que se encuentren dentro.
Se repite el mismo esquema.

¿Procesiones de Semana Santa? – pues Procesiones Ateas.
¿Por qué no un “ramadán ateo” o “un despechugarse en la Mequita de la M-30?. Por respeto a los musulmanes. ¿Y a los católicos no se les debe respetar?.
Como el Catolicismo ha sido una fuerza retrógrada ¿a ver si ahora resulta que el Islamismo es una fuerza progresista y renovadora?

Tú puedes, en Televisión, en vivo y en directo “merendarte, en un simulacro, con cuchillo y tenedor, un crucifijo” (católico) y es considerado un “acto gracioso y original”, pero si tú haces unas caricaturas de Mahoma, o escribes “Versos satánicos” y es una provocación y se te condena a muerte y puesto en busca y captura, porque eso es “una provocación a una religión”.
Y la provocación lleva aneja la muerte de caricaturistas de una revista o clientes de un supermercado judío.

¿No tuvo que cambiarle el nombre a una discoteca un ciudadano de Águilas, que no encontró apoyo social alguno, mientras nosotros tenemos discotecas llamadas “catedral”, restaurantes y bares “del obispo”, “del cura”, “del convento”….?
Tu puedes quemar, en público, una biblia, como la constitución o la bandera “y no pasa nada”, pero que no se te ocurra quemar un Corán.

Lo dicho, atacar al catolicismo sale gratis. Se ha convertido, casi, en un deporte nacional. Quien no critique a la Iglesia no es progresista.
Pero la verdad es que ciertos “ritos de paso” han sido, fundamentalmente religiosos. Bautismo (religión), Primera comunión (uso de la razón), Confirmación (adolescencia), Boda (matrimonio), Entierro (defunción).
Las parroquias, ¿cuántas veces han servido como mecanismo paralelo al Registro Civil?.
El domingo, como día descanso, es/fue totalmente religioso (hoy, sobre todo en el sector servicios de autobuses, bares, restaurantes…) el día de descanso laboral ha sido ubicado según el convenio o la conveniencia de patrón y trabajador.
La vida estaba organizada desde y según la religión católica, tanto diariamente, como semanalmente, mensualmente, anualmente (véanse las fechas festivas), aunque la gente esté en retirada en lo referente al contenido religioso.
Ir o no ir a misa, en los pueblos pequeños, era un acto cívico, y podían darte un certificado de buena o mala conducta según que…
Hoy, los domingos, se acude más a Carrefour que a la Parroquia.

Los fines de la Iglesia y los del Estado caminaban en ayuda mutua.
Hoy, incluso, hay colegios concertados, con ideario religioso, y subvencionados, total o parcialmente, por el Estado.
En otro lugar he expuesto de lo que tendría que hacerse cargo el Estado si se apartara, totalmente, la labor de la Iglesia.


Nuestro democratismo nos ha traído esto: un desprecio y un pasar del catolicismo y un respeto (casi siempre por miedo) al islamismo, de lo contrario, “islamofobia”.

¿Hay, ahora mismo, una religión más tolerante que el Catolicismo?

Vas, ahora mismo, a Ceuta y Melilla, y en muchos bares ya no te sirven Alcohol, y nadie protesta. En la península a nadie se le obliga a beberlo, a mi, melillense o ceutí, no se me da la opción de beberlo.
Es verdad que puedo ir a otro bar “¿católico?” en que estén presentes las dos opciones, pero en los bares islámicos no se me dan las dos. Y ese pequeño detalle, para ellos, es una conquista.

Ellos pueden solicitar permisos para construir mezquitas, en España, pero que no se te ocurra pedir permisos para levantar una iglesia en un país musulmán, “es una provocación”.
Que se lo pregunten a Putin y al recién fallecido saudí.
Ningún grupo importante critica, abiertamente, al Islam. Hay, desde miedo a enfrentarse a él, hasta loas, en nombre de la tolerancia, como si los imanes fueran como los curas, que invitan y no obligan.

Si incluso Franco reconoció a los países islámicos y no reconoció a Israel, única democracia real en el Oriente Medio.

Cuando se intentó realizar unas votaciones democráticas, en Argelia, ganó el fundamentalismo islámico, el G.I.A. y hubo que hacer malabarismo jurídico internacional para declararlas no válidas.
En la mentalidad islámica ha estado presente, hasta ahora, (¿sigue estándolo?) votar, democráticamente, no ser demócrata, al menos como Occidente entiende la democracia.
¿Y hay otro tipo de democracia que no sea la occidental? (supongo que nadie estará pensando en las “democracias populares” del otrora telón de acero)

Si a todo esto (y más) se añade que Irán es una potencia nuclear, que España le ha vendido bombas de racimo a Gadafi, y que (¡no me lo puedo creer¡) Obama piensa autorizar, si no una mezquita, sí un centro islámico, en la misma zona 0….

¡Apaga y vámonos¡.


Ahora mismo, mes de mayo, los islamistas egipcios están atacando las iglesias cristianas coptas, un domingo sí y otro también.
¡Y no pasa nada¡. Ningún líder ni partido político dice “esta boca es mía”.

¡Chapeau¡ por Torrejón (¿) que, en el lugar en que iban a construir una mezquita, con permiso municipal (“por la tolerancia religiosa”) y en contra de la opinión mayoritaria de los vecinos, que preveían las consecuencias, colgaron un cartel, con la cabeza de un cerdo. Como el lugar ha sido profanado, ya no habrá, allí, mezquita.

Una periodista va a entrevistar a un musulmán, a su país, y “por deferencia”, se pone el velo. ¿Visten las mujeres islámicas, vestimentas occidentales, “por deferencia” a la mayoría católica en España?.
Se celebra un Congreso Internacional de Filosofía, en Irán y las profesoras van cubiertas.
Otra conquista, por su parte.

Se calcula que en España están islamizados/coranizados entre 500.000 y un millón de ciudadanos.

En España los homosexuales gozan, ya, de los mismos derechos que los heterosexuales. Algunos hasta tienen “orgasmos democráticos”. ¿Han protestado por el ahorcamiento de los homosexuales, en los países islámicos, colgados de una grúa, en la plaza del pueblo o arrojados al vacío desde la terraza de un bloque de pisos, que estoy, ahora mismo, viendo las imágenes?. NO. ¿“Por respeto a los musulmanes”?.

¿Se atreven, nuestras feministas, no a despechugarse, sino a ir, simplemente, en vaqueros y con la melena suelta, por las calles de los países islámicos? NO, “para no provocar”.

Pero no te metas con las mujeres islámicas que, aquí, llevan el velo, por la calle, porque eres un “racista”, “intolerante”, “islamofóbico”…
Si incluso apenas hay protestas (sólo verbales) cuando a un líder religioso se le ocurre aconsejar a los creyentes islámicos cómo se les puede pegarle a la mujer con una goma de butano, porque no se notan las marcas…

En los Institutos los escolares islámicos y sus comidas Halal, la asignatura de Dibujo, la de Filosofía, la de Biología (no siendo que la Teoría de la Evolución….), la Educación Física de las niñas…
¡Cuidado con los exámenes  de oposiciones en Viernes (día de descanso musulmán), o en Sábado (día de descanso judío), así que hagámoslo en Domingo, que los curas no protestan.
Incluso el Papa y sus diálogos con el Islamismo, cuando todos sabemos que uno, si es católico, lo es por convicción, y no por obligación, pero será islámico por imposición.


Sabemos que muchas niñas árabes, generalmente islámicas, cuando vuelven de vacaciones a sus países de origen, entre otras cosas, se les practica la ablación del clítoris, pero…. (Como no ocurre aquí….).
Sabemos que hay matrimonios concertados de un viejo de 60 años con una niña de 12 años pero…..(como su religión lo permite….).
Sabemos que para ellos la poligamia es sólo poliginia, no poliandria, pero…..
“Es que la misión del velo es para que el varón descubra el tesoro, la valía interior de la mujer y no se fije en el exterior, en las apariencias…..” ¡¡¡¡Y un cuerno!!!!!,
 ¿Por qué no se “velan” también ellos? ¿O es que no tienen interior o no es valioso?.
¿No es un signo discriminatorio para la mujer?. SI, pero…..

No ha habido tanto problema en su adaptación en el horario laboral (en general) (¿se paran las máquinas para rezar?), y menos en lo deportivo, en general, y en lo futbolístico en particular. Se juega cuando el club lo estime oportuno.
¿Se paran los ataques a la hora de rezar y los viernes?.

Merkel acaba de declarar que ni la mezcla ni la integración cultural  ha funcionado en Alemania.

En Occidente van en relación directa el ascenso del islamismo y la decadencia y falta de influencia del cristianismo.

¿Hasta cuándo?.

Porque (aunque católicos) los Kikos van a los suyo, como el Opus Dei y Legionarios de Cristo.

Y los Testigos de Jehová, tras pasear en parejas y vestidos de fiesta, ofreciendo Atalaya y propaganda e intentando convencerte que si se lo pedimos a Dios se acabará el hambre, las guerras, la crisis, y todo lo malo habido y por haber, no molestan muchos.

Los Evangélicos cantan y no se meten con nadie, atrayendo a muchos gitanos.

Y los Mormones, con sus camisas blancas de manga corta, su pantalón oscuro y su cartera en bandolera, adornan el paisaje.

Los judíos, que son pocos, apenas se dejan ver.

Pero los islámicos llevan la religión y la moral islámica en las venas. Y la familia, la infravaloración de la mujer, la autoridad indiscutible del padre, la protesta de que se monte un belén en la escuela o que se canten villancicos, la exigencia en los comedores escolares de comida “bendita”,…


¡Vaya tropa¡ - como diría aquel.

sábado, 24 de enero de 2015

RELIGIÓN Y POLÍTICA (EL ISLAMISMO)



(Aunque escrito hace años, parece escrito ayer mismo)

Tras las revelaciones, Mahoma se convirtió en un predicador aunque tuvo que huir a Medina. Allí prendió su doctrina y se instituyó, también, como un líder social y político, organizador de la nueva sociedad musulmana.

Ya nunca se separarían ambas facetas.

La expansión islámica, posterior, supuso una nueva forma de organización social y política, pero basada en el hecho religioso como fuente de legitimidad.
El nexo que unía a los integrantes de la comunidad era su pertenencia a la religión musulmana. Por ello, en este nuevo orden la legitimidad era teocrática: Alá era el soberano absoluto, Mahoma, su mensajero, y sus sucesores, los califas, gobernaban bajo la protección del soberano absoluto, Alá.
Por tanto, la división entre los poderes político y religioso no tenía sentido en la comunidad islámica, porque la legitimidad del Estado provenía del ámbito religioso. La sociedad no era, pues, una sociedad civil, regida por el poder político, sino una sociedad religiosa, una comunidad religiosa, estuviera asentada en cualquier parte.
El Estado que gobernaba a los musulmanes era el estado del Islam y la aprobación divina apoyaba su causa.

La religión no era un elemento más de la sociedad, sino la base, el fundamento de la misma.

Mientras para el Occidente moderno la unidad básica de la organización política es el Estado-nación, para la mayoría de los musulmanes es la religión el principal elemento de organización e identidad común.

Sólo después. la religión islámica se dividió en naciones, con caracteres diferenciadores y, por lo tanto, con una tensión entre una identidad religiosa y otra de tipo político (llámese nacionalismo, socialismo o comunismo).

Para los musulmanes toda la Europa cristiana, desde el siglo VIII hasta el siglo XX, sean franceses, alemanes, italianos, españoles,…. para ellos todos son/somos “infieles” y ellos no se identifican como turcos o árabes o indios,… sino como “musulmanes”.

Incluso en algunos sectores de la Umma siguen con el ideal que supondría ser gobernados por UN solo gobierno islámico que integre a toda la comunidad según su identidad religiosa.
Precisamente es la consecución de ese ideal el objetivo de lucha permanente de algunos movimientos islamistas fundamentalistas.

Esa tensión entre identidad religiosa y nacionalidad se observa, hoy, en todo el mundo musulmán, con diferencias señaladas entre unos países y otros.
Su historia los ha condicionado. No es igual Irak y Palestina, que, tras la 1ª guerra mundial, quedaron bajo mandato británico, o Siria, bajo mandato francés.
Tanto Gran Bretaña como Francia reorganizaron los límites fronterizos según sus propios intereses y estructurando las administraciones estatales según modelos occidentales.
Los franceses subdividieron Siria y crearon el Líbano, y los ingleses hicieron lo mismo en Transjordania, que luego se transformó en Jordania, atizando, así, resentimientos en la zona, o traicionando a Arabia a quien, a cambio de la lucha contra los turcos otomanos, se le había prometido una cesión territorial, luego incumplida.
El avispero estaba servido.

Cuando a mediados del siglo XX lograron su independencia, tras el proceso de descolonización, se creía que, por fin se separarían los ámbitos de la Religión y de la Política. Y todo salió al revés. Crecieron las organizaciones que reivindicaban la islamización de la sociedad musulmana. Y este movimiento islamizador siguió creciendo y creciendo en años posteriores. Hoy asistimos, en vivo y en directo, a ese proceso islamizador.

Todo estado organizado se asienta en unas normas jurídicas, pero para los estados islamistas será la Sharía, ley islámica, que es una serie de disposiciones éticas y legales que se estructuran a partir del Corán y la Sunna (palabras, actos y reflexiones de Mahoma, reunidas en los hádices).
Es decir sobre unas bases religiosas, éticas y políticas del siglo VII se estructuran los estados de los siglos XX y XXI.

La Sharía (ley religiosa) funcionará como una ley civil de origen divino que regirá todas las manifestaciones de la vida humana.
Cómo debe conquistarse y ejercerse el poder, la legitimidad y autoridad del gobernante, los deberes de gobernantes y súbditos, las relaciones comerciales, el derecho familiar, el rol de la mujer, la alimentación e higiene personal…. de hace siglos puestas en práctica en el siglo XXI.

¿Alguien se imagina resucitar modos de vivir y de comportarse, medievales, en el mundo occidental?

Fusión de los ámbitos religioso y político sobre la base de una ley divina, revelada a Mahoma, hace….
La Sharía es la expresión de esa función, única normativa jurídica válida en la que se conjugan religión, sociedad, política y estado. Y así sigue en algunos países islámicos (Arabia Saudí, Irán, Afganistán y ciertos países del Golfo Pérsico). Pero en otros no es la Sharía el sistema jurídico dominante y sólo se utiliza para reglamentar cuestiones de familia. En este ámbito sí que sigue vigente (la mujer, el matrimonio, los hijos, el trabajo, el vestido,…).

Muchos de esos países se han occidentalizado y han creado un “derecho positivo” acorde a los tiempos que corren. Conscientes de que el Corán y la Sunna, válidos como fuentes legislativas en la primitiva etapa de expansión, desentonaban con las circunstancias actuales y habría que reinterpretarlos.
Pero eso no obsta a que sectores vinculados al islamismo sigan reclamando la islamización de todas las leyes. El problema surgirá cuando aparezcan distintas interpretaciones según diferentes escuelas. ¿Cuál elegir? ¿A cuál adscribirse? Porque no era igual la interpretación liberal que la conservadora-rigorista, de la escuela “hanbalí”, reaccionaria, que proponía un regreso a la religión pura de los antiguos, aplicando “literalmente” tanto el Corán como la Sunna, siendo el antecedente más antiguo del islamismo radical moderno, con su defensa a ultranza de la “pureza original” del Islam, especialmente de la primera comunidad de Medina, descartando toda otra interpretación como “desviacionismos”. Así surgen tanto el Wahhabismo en Arabia Saudí, como los Hermanos Musulmanes en Egipto, como la universal Al-Qaeda de Osama Bin Laden que, hoy, compite con E.I. (Estado Islámico) con quedarse con todo el mercado de población.

Cuando mucha población musulmana emigre, por motivos laborales y económicos, al mundo occidental, manteniendo sus esquemas mentales y su doctrina, y teniendo Occidente normativas tan distintas, comenzando por la separación de poderes, ¿qué hacer?
Cuando a través de las mezquitas, legalmente erigidas, según la normativa occidental de la “libertad de religión” sigan “erre que erre” predicando ideas, creencias y comportamientos ilegales en el mundo occidental (politeísmo, pegar a las mujeres, la burka o el yihad, sacar de las escuelas a las niñas ante la primera aparición de la regla,…). ¿Qué hacer?
Cuando la palabra del Imán de turno sea palabra de Dios, a su través, y ésta sea contraria a la normativa legal del país en que se encuentran ¿Qué hacer?
Cuando se emita una fatwa contra alguien ¿qué hacer?


Quizás algunos lo tengan claro, incluso clarísimo. Yo NO.

viernes, 23 de enero de 2015

DE NUEVO, LA RELIGIÓN.



¿LA RELIGIÓN EN LOS INSTITUTOS?

Creo, sinceramente, que no.

Gracias a Dios la Religión, en España, estaba entrando donde debería no haber salido, del interior de las personas, como su lugar natural, en la intimidad donde puede hablarse en silencio y de tú a Tú con el Dios de la fe de cada uno. Pero nuestro Ministro Wert ha vuelto a sacarla a la palestra, en detrimento de la Filosofía.

La liturgia y los actos litúrgicos, en las iglesias, han sido una apoyatura, un asa, de la fe (porque las Semanas Santas son acontecimientos más sociales, morales y estéticos que religiosos).

Gracias a Dios los dioses se han retirado a sus cuarteles de invierno, porque en la calle, en la vida ordinaria de las personas, lo que rige es lo social, lo político, lo económico, lo laboral,…

Gracias a Dios las leyes y los gobiernos se han desligado del carácter sagrado que durante tantos siglos tuvieron. Las leyes son humanas y la autoridad ya no viene de Dios, sino del pueblo, y a plazos, por un tiempo determinado.

Las religiones y sus iglesias, como orientadoras de la vida de los hombres, han dejado de ser relevantes, por lo que se sienten dolidas y practican una “cultura llorona”, cada vez menos amenazante (de ¡vosotros veréis lo que hacéis!).

A los hombres lo que les preocupa es “vivir”, como fin, “vivir bien”, “vivir felices”  y no “vivir para”, vivir como medio.
La vida ha dejado de ser “tránsito”, “posada pasajera” para convertirse en “morada permanente, mientras dure”.

Leyendo el artículo “¿Tiene algún futuro la religión”, de un filósofo al que sigo y admiro, García Moriyón” le atribuye, creo que falsamente a François Mauriac la frase-sentencia: “el siglo XXI será religioso o no será en absoluto”.
Yo, siempre, se la había atribuido a André Malraux y que, aunque es verdad que no aparece escrita en texto alguno, un periodista argentino asegura que la pronunció, ante él, en una entrevista, en 1.963, cuando A. Malraux era Ministro de Cultura, en Francia.

Creo que el siglo XXI no es religioso y si “deja de serlo en absoluto” no será por el abandono de la religión sino por la inconsciente o consciente maldad humana, en una época tan tecnológica y con tantas armas de destrucción masiva.

Que nuestro Ministro de Educación, Sr. Wert, haya abdicado de su condición de Ministro de un gobierno democrático, en un Estado Aconfesional, y que, tras reunirse, medio en secreto, con la Conferencia Episcopal y Asociaciones afines, haya optado, apostado, por implantar en los Centros de Enseñanza, la Religión (Fe) en detrimento de la Filosofía (Razón) me parece un desaguisado y dice mucho y mal del Sr. Ministro.

Y cuando digo “Religión” digo “Religión Católica” en nuestra España y “Religión Cristiana” en el mundo Occidental (nada que ver con el auge, creciente, del Islamismo, que está logrando en los nuevos países, más o menos democráticos, introducir el Corán y su moral islámica en el núcleo duro de sus Constituciones).
Y lo que es cierto es que la ola migratoria de países islámicos, hacia Europa en particular, y hacia Occidente, en general, trae consigo, de acompañantes, su religión y su moral.
No creo que se refiriese a esta ola religiosa islámica la sentencia de A. Malraux.

La Ética y la Moral Cívica, que deben regir el comportamiento social de las personas, están desligadas de la Moral Religiosa  Cristiana (no así de la Religión y Moral Islámica).

Pero si Dios y las Religiones, en Occidente, ya no están ni en el principio ni en la base de la civilización y de la cultura  ¿estarán al final, como algunos creen?

Estuvieron en el principio y fueron la base de la sociedad cuando campaba a sus anchas la impotencia humana ante fenómenos naturales adversos y la dependencia consiguiente de dioses ligados a tales fenómenos. Se les solicitaba a los dioses, poderosos y dominadores de la naturaleza, lo que estaba lejos del poder de los hombres.

¿Volverá, otra vez, esa “impotencia” y, por lo tanto la “dependencia” para un nuevo resurgimiento de lo Religioso-Místico?

Se entiende, se comprende, la presencia religiosa en las “sociedades sin estado”, pero ¿en las “sociedades con estado”?

¿Es esta nueva sumisión a los Estados, Leviatanes,  el sucedáneo, el relevo, de la antigua sumisión a los dioses? ¿Hemos “laicizado” a Dios?

¿Corre peligro el proceso de secularización tal como está instalado en el mundo occidental, actual, y, por lo tanto, un renacer de las religiones?

Primeramente deberíamos ponernos de acuerdo si llamar “religiones” o no a tan gran supermercado de ofertas de religiosidad, a tanto humo proveniente de telepredicadores, de médiums, de santones, de magos, de brujos,… que, cuando están en trance, dicen estar en comunicación con los dioses, con los espíritus, con los muertos, con el más allá…
Porque todas estas religiosidades heterodoxas, sacacuartos de ingenuos y crédulos, están, tristemente y por desgracia, en auge creciente, metiéndosenos en nuestros hogares.

Igual,  tristemente y por desgracia, sigue en auge el islamismo, con grupos fanáticos terribles y temibles que, al grito de “Alá lo quiere” son capaces, en el más acá, de atentar contra lo que sea con la convicción de su posterior encuentro en el más allá con no sé cuantas huríes vírgenes.

La ciencia, la economía, los negocios, el trabajo,…. la vida diaria no está transida de religión.

La moral cristiana/católica apenas se practica, a no ser por reducidos grupos ultras (tipo Opus, Legionarios, Kikos,…) ¿y la practica religiosa?, no hay más que entrar en una iglesia o catedral y comprobar el motivo de su presencia en ellas ¿religión o arte?

La tolerancia, hoy tan proclamada y exigida ¿procede del ámbito religioso o del secular o laico?

A pesar de los defensores de que la secularización vino propiciada por las religiones, yo opino que surge contra ellas, para escapar de sus cadenas, para arreglárselas, en esta vida, sin ellas, autoorientándose  como Dios les dé a entender más que como el Dios de la Religión, secuestrado por las iglesias.

Un científico, como científico, debe actuar sin tener presente a Dios, debe practicar una metodología atea, como si Dios no existiera (otra cosa es en cuanto persona, en su vida privada, familiar...).

Otra cosa es el ateísmo ontológico o metafísico, que es una postura, una toma de posición, no por haber demostrado que Dios no exista (nunca puede demostrarse una proposición negativa, el que tiene que probar es el que afirma).

¿Habrá mayor impostura que la del Papa Pío IX, proclamando, en 1.864, la infalibilidad del Papa, condenando el modernismo, el liberalismo, la libertad de pensamiento, la ciencia, la separación Iglesia-Estado, además de publicar el “Syllabus errorum” (Historia de los errores…)?

“La razón autónoma y la creencia religiosa son incompatibles” – es la tesis central de Dawkins.

Cuando la autonomía de la política parecía ya definitivamente asentada, llega nuestro Ministro Wert y pospone la Razón (Filosofía) a la Fe (Religión) en el ámbito escolar.

Si, como afirman algunos, fue la iglesia cristiana la que propició la aparición de la democracia ¡qué poco ha aprendido para practicarla puertas adentro¡

Cuando ya hasta el ejército ha levantado la valla y permitido la entrada de la mujer, la iglesia ha echado el cerrojo, por dentro.

Los bienes del más acá, del aquí, del ahora,…. las nuevas categorías de la vida moderna priman sobre la oferta clásica religiosa, del más allá, del allí, y del luego (post-, trans-).



jueves, 22 de enero de 2015

RELIGIÓN Y CULTURA RELIGIOSA.


                  
         Hay mucha, muchísima gente, que confunde el “culo” con las “témporas” y, así, confunden, al identificar “Religión” con “Cultura religiosa”.

         La cultura se mueve, mora, se desarrolla, habita en el ámbito del conocimiento (podríamos decir, vulgarmente, que reside en el cerebro).
         La religión, por su parte, habita/debe habitar en el ámbito de la vida (podríamos decir, vulgarmente, que reside en el corazón).

         Una se conoce, se enseña, se aprende, son contenidos.
         La otra se vive, son vivencias.

         Se puede vivir religiosamente y no poseer cultura religiosa.
         Se puede saber mucha cultura religiosa sin ser religioso.

         Cuando, sobre todo en ciertos medios de comunicación, se sigue machacando a la audiencia sobre la necesidad de que la Religión esté en la escuela o no saben lo que dicen o sí lo saben, y entonces es peor.

         Para una mente abierta y crítica la Cultura religiosa debería ser obligatoria en la escuela. Todos los niños y adolescentes deberían “conocerla”.
         Pero la Religión, que es/debería ser una práctica vital, por supuesto que no debe estar en la escuela.

         La Cultura en la Escuela.
         La Religión en la Iglesia, en la Casa, en la Intimidad.

         El comportamiento humano, el comportamiento ciudadano, en cuanto “cives” es/debe ser ajeno (no opuesto ni a favor) a la creencia religiosa.

         El hombre, en cuanto ciudadano (y aquí estamos todos) debe conocer las leyes y cumplirlas.
         El hombre, en cuanto religioso (y aquí no están todos) debe practicar su fe, su creencia, su religión.

         Igual que el fútbol no tiene color religioso, porque es un comportamiento deportivo, el comportamiento cívico tampoco debe tener color religioso.

         No puede entenderse la Historia del mundo occidental, y más aún nuestra Historia Española, sin el conocimiento, sin la cultura religiosa.
         La arquitectura, la escultura, la pintura, la música, la literatura, la poesía, las ideas,…..durante la mayor parte de nuestra historia, no puede ser entendida sin una profunda y amplia cultura religiosa.

         Y en la enseñanza de esta Cultura Religiosa quizá no sea la jerarquía eclesiástica y sus estamentos los más aptos y adecuados para ello. Sobre todo porque, hasta ahora, la han entendido desde una única perspectiva interesada.

         Yo puedo explicar el “Noli me tangere” sin ser religioso, sin creer en la revelación de los libros sagrados, basta con tener conocimientos artísticos y religiosos, aún siendo agnóstico o ateo.
         Uno puede ser Doctor en Historia de las Religiones y no creer en ninguna, siendo un ateo convencido.

         La Ética, ésta sí que debe estar por encima de todas las morales, incluida la moral religiosa, de cualquier religión.

         Todos somos, necesariamente, sociales, ciudadanos; no necesariamente religiosos, y, menos aún, de una religión concreta.

         El argumento de que “siempre ha sido así” es el más débil de los argumentos. Nunca los “Hechos” engendran, necesariamente, “Derechos”.
         De un “es” o “ha sido” no puede concluirse que “deba” seguir siendo así.

         ¿Qué decir, entonces, de la esclavitud, de la inferioridad de la mujer, del nulo valor de los niños, del repudio a los leprosos, del parir con dolor….?

         Como siempre “ha sido” así ¿”debe seguir siéndolo?