viernes, 28 de abril de 2017

EROTISMO (2)

….  ¿y esta ola de EROTISMO que nos invade?....
                                      

Cuando aún era yo un muchacho y aquel cura me hablaba de la "concupiscencia de la carne" o de los "placeres concupiscibles", o de la "templanza"...la verdad, nunca llegué a enterarme, del todo, lo que ello significaba.

Lo "erótico" siempre me sonó a picardía, mientras lo "porno­gráfico"  me resultaba pecado.

Luego leí a Platón, un primer trimestre, en aquel PREU, como luego lo hizo cualquier estudiante de COU y, hasta ayer mismo, lo hacían los de Segundo Curso de Bachillerato.

Pero todo empezó a aclararse sólo cuando tuve que ser yo quien se lo explicara a mis alumnos.

         LO EROTICO.

EROS es esa fuerza, esa energía, ese deseo, esa ansia de ser más, de existir siempre, de llegar más lejos, de superarte en cada instante, de no decir jamás la palabra "basta".

Eros es un empujón que llevamos dentro, un deseo de desafiar a la muerte, un ansia de inmortalidad.

Todos somos eróticos. Todos queremos más. No nos conformamos con lo que somos y tenemos. El después no sólo nos llama, nos atrae.

Platón nos dice que ese Eros debe ser justo, que esa energía debe estar correctamente distribuida entre las tres almas (o partes del alma, o funciones del alma).

El EROS en el alma Concupiscible (del estómago hasta los genitales) se manifiesta en el ansia de PLACER, en los placeres corporales (comer, beber, follar...) pero sobre todo en el SEXO (máximo placer).

El EROS en el alma Irascible es el deseo de sobresalir, de vencer, de superar obstáculos. Es el VALOR, LA FUERZA, EL EMPEÑO, LA PORFÍA.

El EROS en el alma Racional, es el impulso a conocer, a pensar, a descubrir, a inventar. Es el SABER.

El EROTISMO del SEXO ansía la inmortalidad en la raza, en la especie. Unido a él va el placer intenso, el gozo sublime, el orgasmo, el disfrute extático, el clímax  y, también, la posible descenden­cia, que no es sino mi mismo yo, pero ahora prolon­gado genéti­camen­te.

Ser padre es querer ser inmortal en sus HIJOS, es no conten­tarse con desapare­cer del todo de este mundo. Ahí está mi ADN, en mis hijos, nietos, bisnietos,… en una cadena ilimitada.

El EROTISMO  del PODER (político, militar, laboral, económi­co, familiar,... o de cualquier tipo) ansía honores, reconocimien­to, fama,...
Ansía ser inmortal en la MEMORIA de los hombres, estar presente en sus mentes, que se hable de él, dejar recuer­dos, ser reconoci­do merecedor de homenajes.
Se expresa y mani­fiesta en el placer por mandar, orde­nar, imponer, dictar, legis­lar.

Su razón es "Porque lo digo yo".

Se disfru­ta viéndose por encima, contemplando obedien­cias.
Que todos recuer­den su buen hacer.
Que sea conside­rado guía, ejemplo.
Que la HISTORIA no lo olvide.
Que los libros lo recuerden.

El EROTISMO del SABER (científicos, filósofos, investigado­res, artistas, músicos, poetas... ) se manifiesta descubriendo algo, inventando algo, desentrañando y encontrando una hipótesis explicativa de un fenómeno que lo haga comprensible, intuyendo, plasmando en esa materia esa idea que pugna por salir, llegando más allá de la última pisada de la humanidad.

Se mani­fiesta en el placer de darse de bruces con la verdad, con la belleza.
Sentirse anegado.
Es el sabor del saber. Saborear el saber. El placer de saber.

Pero cuando el sabio da lo que tiene, no sólo no lo pierde (¡Dios, qué milagro!) sino que acrecienta el placer de los demás.
El sabio es padre de almas, de mentes.
Llamarse platónico es considerarse hijo de las ideas de Platón, pero hay que ir más allá, ser más, superarlo, no repetirlo.
El filósofo más platónico fue Aristóteles.

Igualmente llamarse cristiano es....

Elige, amigo lector de estas líneas, Tu Erotismo.

1.- Puedes ansiar ser cebón de engorde, semental de cuadra, berraco de zahúrda y cuerpo aparcado en abrevadero alcohólico.
Serás inmortal en la especie al esparcir semen a voleo y tu cuerpo reflejará tu masticar y tu beber.
Sé un sibarita empedernido, epicúreo grosero, hedonista total, el que más aguante bebiendo, el que se las lleva de calle, a la huerta, a ellas (o a ellos), el que ya ha perdido la cuenta de cuántas....

2.- O puedes optar por ser el primero, siempre, en todo, pero no por el placer de estar allí, sino por el gozo de mirar como inferio­res a todos los demás, bajo ti.
Sé apóstol del miedo y predicador de la amenaza. Lo importante es sobresalir para que todos vean que estás ahí, siempre arriba, por encima.
Ser prota­gonista, triunfador, líder.

Eres el más machote condu­ciendo.
Todos, a tu lado, somos unos domingueros.
Sólo tú dominas la máquina.
Sé insolente. Avasalla y haz que te obedez­can.
Disfruta ordenando y compro­bando cómo se cumplen tus órdenes y, al mismo tiempo, di sincera­mente que "lo haces por su bien", que "¿qué sabremos noso­tros de esas cosas?", que "algún día me lo agradece­réis", que "ahí queda eso, marca de la casa"....
Sé paternalista y compren­sivo de la inferioridad ajena.
Es lo suyo.
Es lo tuyo.
Eres la envidia de la pandilla.

3.- O puedes, ansiar ser "SABIO".
Gozar en la búsqueda-encuen­tro de ese pequeño descubrimiento que permite abrir esa rendija por donde evacuar esa enfermedad; o haber dado con la tecla de la quinta sinfonía donde el destino llame al banquete del placer extático; o estar radiografiando al hombre unidimensional  tras haber descubierto la cuarta dimensión del espacio y ahora que los cosmólogos nos hablan de espacios pluri­dimensionales; o haber fotografiado con palabras justas la estatua ecuestre "permanece el trote aquí, entre su arranque y mi mano"; o haber hecho posible que semanalmente oiga la, cada vez más avejentada, voz de mi madre a cientos de kilómetros.

Elige, amigo/a, si eres hombre/mujer.
        
Los placeres del CUERPO.
Los placeres del ALMA.
Los placeres del ESPÍRITU.

Erotismo del estómago y del sexo.
Erotismo del agredir, de la fuerza, del tirón, del romper papeleras, de destrozar jardines, de arrancar bancos, de insul­tar, de empujar, de colarte en la cola, de gritar, de transgredir la norma, de molestar al otro con la intensidad de la música, de destripar todo los destripable.
Erotismo del saber. ¿Habéis gozado alguna vez los "chupitos estéticos" de una exposición o un concierto?, ¿Habéis saboreado, aunque sólo sea por casualidad, los "cubatas poéticos"?, ¿Por qué no te pides cualquier otro "combinado artístico"?. ¿Has ido alguna vez de marcha por el "paseo histórico" de la mano de un buscador de la verdad o de un luchador contra la intolerancia? ¿Nunca has dado un paseo con Galileo en el XVII ni te has encon­trado con Hume en el XVIII? ¿No has dialogado con Marx en el XIX ni le has preguntado a Habermas en el XX? ¿Qué sabes tú de "marcha"?.
Tu no "vas", tú estás "clavado", "aparcado", amarrado al pesebre del instante.

¿Nunca has sentido el placer de la obra bien hecha, del deber cumplido, la satisfacción de haber trabajado, de haber comprendido ese dichoso  problema que se resistía, el placer de viajar a lomos de la verdad y de la mano de la belleza, sabiendo que cada vez sé menos porque cada vez se sabe más, pero que el horizonte que se divisa es cada vez más maravilloso porque al ascender por el árbol de la ciencia la copa se va agrandando y la satisfacción de divisar aquellos noventa y nueve pájaros volando me sacia infini­tamente más que la asustada mirada del pájaro preso en la mano...

Tú, ¿qué sabes de placeres?
Tú, ¿qué sabes de sabores?
El saber es sabroso, el soso lo serás tú.
Saborea el saber.

Hay, sin embargo un cuarto EROS. Es el amor a los demás, por ser ellos, no por ser hijos de...nadie.
Se manifiesta en la bene-volencia, en la bene-dicencia, en la filantropía, en el altruis­mo.

Los que lo practican dicen que sólo se sienten llenos cuando se vacían, que sólo tienen cuando dan y se dan, que se hacen a sí mismos deshaciéndose por los otros, que están ganándose a sí mismos porque están perdidos en los demás.

Son los cuidadores de lo humano; los jardineros de la humanidad; los vigilantes peren­nes, siempre dispuestos a dispensar cuidados; son los amigos del sembrar; los que están de guardia las veinticuatro horas del día en esa UVI de no sé cuantos millones de kilómetros cuadrados; esos ilusos del 0,7%; esos que gritan que ya no hay fronteras porque el amor humano, finalmente, ha oxidado y roto las alambra­das; los que han renunciado a un hogar y a unos hijos porque dicen que su casa es el mundo y su familia los hombres; los que nunca piden documentación.

Son los dialécti­cos que, al final, han comprendido que ser señor ("Dominus", "dominar") es ser servidor (“servus", "servir").

Este AMOR a los otros lo llaman AGAPE.

Es lo más parecido a Dios.

Dicen que son los Matrículas de honor en la Universidad de la vida, aunque suspendan muchas asignaturas en la academia de la comodidad.

Dicen los creyentes que Dios es amor. Que Dios es sabiduría. Que Dios es felicidad.

Intenta ser "dios" amigo mío.

Ama. ¿No hay drogas por doquier?

Ama.

No hay droga más dura que el amor.

Hazme el favor de ser feliz.

                                                                 
                            

jueves, 27 de abril de 2017

EROTISMO

EROTISMO

Inicias un artículo con el vocablo “erotismo” y mientras a unos se les alegran los higadillos o las criadillas, oliendo ya el placer, a otros se le retuerce la conciencia moral, oliendo a pecado.

A mí, desde mi filosofía, “amor, ansia, deseo, anhelo de saber”, se me alegra el alma.

Pero hay varios y variados “erotismos: desde el “erotismo literario” del Marqués de Sade, al “erotismo escultórico” de El éxtasis de Santa Teresa, de Bernini; desde el “erotismo sublimado” dirigido a Dios, de los escritos de San Juan de la Cruz y Las Moradas de Santa Teresa, al “erotismo bíblico” de El Cantar de los cantares; desde el “erotismo pictórico”, al “erotismo cinematográfico”,….

Pero yo quería escribir sobre el “erotismo filosófico”.

Cuenta Platón, en uno de sus mitos, que Eros es el fruto engendrado por la Diosa de la Pobreza (Penia) y por el Dios de la Riqueza (Poros). Y, como hijo de ambos, heredará los atributos paternos: el ser más pobre (como la madre), el más desvalido, el más inútil,… de la creación, de hecho, al nacer, pero, a la vez, ser el ser más rico (como el padre), más valioso, más capaz, en potencia, que desarrollará y actuará a los largo de la vida.

Eros es la metáfora del hombre.

Desde niño, inútil total, al que todo hay que hacérselo hecho porque él es incapaz de hacer nada, hasta que llega a la madurez, habiendo desarrollado todas las potencialidades y capacidades y que hacen de él el ser más perfecto de la creación.

Si pasa de “no ser nada y poder serlo todo” a “serlo todo, de hecho” es por el “eros”, el impulso, el amor, el deseo, el afán, el anhelo, que hacen de fuerza, en él, para serlo.

Pero en otro mito nos cuenta Platón que en el hombre existen tres partes diferenciadas, en su cuerpo (cabeza, pecho-tórax y abdomen-barriga-vientre), siendo el cuello y la cintura los que separan a una de otra, y a las que les corresponde ser sede de tres almas (alma racional, alma irascible y alma concupiscible) y a las que les corresponden las tres virtudes morales (prudencia, fortaleza-valor-esfuerzo y templanza-moderación), que, a su vez, tienen relación con las tres clases sociales de la polis (los filósofos-gobernantes, los guerreros-militares y los trabajadores-artesano), que, a su vez, también, tiene relación con el mito de las razas (hombres de oro, hombres de plata y hombres de barro) y relación con el mito del carro alado (el auriga, el caballo dócil-obediente y el caballo salvaje-desobediente).

(Que espero que todo esto les suene a mis antiguos alumnos)

División tripartita del hombre en su: fisiología-psicología-ética-sociedad-mitos.

Luego, en la vida, habrá personas cuyo máximo placer es dedicarse a la barriga (como decía mi camiseta asturiana: “come, fuma, folla y bebe, que la vida es breve), es el “EROTISMO DEL PLACER”, es el tipo Sancho Panza. Son los encargados de proveer a la sociedad de alimentos, son la clase social de los trabajadores, que ni deben comer demasiado (estarían muy gordos, y no podrían trabajar mucho) ni deben comer demasiado poco (estarían muy endebles, muy débiles y no tendrían fuerzas para trabajar), de ahí la virtud de la templanza (templado, ni demasiado calor, ni demasiado frío), de la moderación, ni pasarse de la raya ni no llegar a la raya.

Pero también hay personas que se dedican a alimentar el pecho, el tórax, el lugar en que reside el valor, la valentía (¿qué es, si no, sacar pecho?). Se sacrifican por y para desarrollar esta parte del cuerpo, y disfrutan mandando, ordenando, obligando,… es “EROTISMO DEL PODER” (el placer que se siente al obligar a los otros a obedecer). Son valientes, pueden física y moralmente y son la clase social encargada de defender a la sociedad de enemigos externos y de poner orden dentro de la sociedad (militares, policías, guardias civiles,…).

Pero también son amantes del poder los jefes, los directores, los presidentes,… los que detentan poder que obligue a los demás.

Y, finalmente, hay personas que se dedican a saber cómo dirigir, como gobernar, a la sociedad para que ésta sea feliz. Su dedicación es al alma racional, a buscar y descubrir la verdad, a legislar las mejores leyes, a prever los imprevistos, a juzgar los incumplimientos,… Es la clase social de los filósofos-gobernantes.

“Hasta que los gobernantes no sean filósofos y/o los filósofos no sean los gobernantes, esta sociedad no tendrá remedio, no tendrá solución” Platón dixit.

Que gobierne, pues, el que más sepa de gobernar; que legisle quien más y mejor sepa de leyes; que juzgue quien más y mejor sepa de justicia; que eduque quien más y mejor sepa de educación,… y así sucesivamente.

Si los primeros disfrutan comiendo… (“erotismo del placer”) y los segundos disfrutan mandando (“erotismo del poder”), los terceros disfrutan sabiendo (“EROTISMO DEL SABER”).

Y aquí estamos nosotros, los filósofos.

¿Cómo se os ha quedado el cuerpo?

Porque “sabor”, “saber”, “sabiduría”, “saborear”, “sabroso”,…. tienen la misma raíz, porque “el saber sabe bien”, “el saber es sabroso”, el filo-sofo “saborea el saber”, porque “filo-sofía” es amor, deseo, afán,…. de sabiduría, tanto de las metas alcanzadas (los “filosofemas”) como del caminar, el recorrido, la actividad, (el “filosofar”).

“Amar” es “desear”, por lo tanto es “no tener”, de ahí el “filo-sofar”, pero “amar” también es “recrearse en lo conseguido”, “disfrutar de la posesión”, de ahí los “filosofemas” o “verdades filosóficas”.

“Disfrutar de lo sabido”, “disfrutar de la búsqueda del saber”, disfrutar de la parada y disfrutar del caminar.

El filósofo es “un erótico del saber”, la filosofía es “erotismo del saber”, “saber por el placer de saber”, sin otra finalidad bastarda.

Pero hoy quien parte el bacalao es el “poder”, el “EROTISMO DEL PODER” y no del “SABER”, y el peligro del “erotismo del poder” es que tiene un hermano gemelo o siamés, que se llama “dinero”, “erotismo del TENER”.

Nunca un filósofo ansiará el dinero, TENER, como siempre un poderoso estará inclinado a aprovechar su poder y, con él, atesorar riqueza, TENER.

¡He ahí el peligro¡ ¡He ahí la tentación¡ ¡He ahí la corrupción¡.


NUEVA INCURSIÓN

Podría seguir escribiendo sobre "la mujer" (de hecho tengo escritos sobre "la mujer en: El Génesis,
 Grecia, Aristóteles, Edad Media, Ilustración, Fascismo, Nazismo, Franquismo) pero lo dejaré para otro 
momento.

Si es verdad que "los ricos también lloran", también es verdad que "los filósofos también aman".

Así que trataré el tema: "El amor en los filósofos".

Porque recordemos:

"El amor es como el embarazo. O se está embarazada o no se está, pero no se está “un poquito embarazada”.
Igual ocurre con el amor. No existe el “te amo un poquito” o el “te amo demasiado”, sólo existen el “te amo” o el “no te amo”.

No hay amores mejores o peores, lo que sí hay son distintos tipos de amor"

LA MUJER EN EL CRISTIANISMO PRIMITIVO ( Y 11) LA CUESTIÓN FEMENINA (2)


                       
                2.- PERVIVENCIA Y LEGITIMIDAD DE LAS TRADICIONES EMANCIPATORIAS.

Sólo conociendo el Pasado se puede reclamar en el Presente.

Quienes reclaman, hoy, una mayor participación de la mujer en la Iglesia, tiene en el pasado, en los orígenes, más que suficientes argumentos.

Si incluso entonces, con los condicionamientos culturales y políticos tan asfixiantes, ya tenía la mujer un protagonismo, lo de hoy en la Iglesia, cuando en la sociedad cada vez más está imponiéndose la no discriminación sexual ni de género, es de juzgado de guardia.

La Iglesia debería considerar esas antiguas herejías (¿) como una opción que se perdió, una oportunidad que iba bien encaminada, pero que se sofocó.

Reconocer que fueron los prejuicios los que taponaron esta salida, sería de inteligentes.

Y al igual que se han reconocido, públicamente, y pedido perdón, por los errores contra la ciencia, lo mejor sería reconocer el error respecto al papel de la mujer en la historia de la Iglesia.

Es curioso que la misma Iglesia que escribe la Carta a los Colosenses (que no es de Pablo) se acomoda a la sociedad patriarcal y pide la sumisión de los hijos, de los esclavos y de las mujeres, y sea, esa misma iglesia, la que escriba el evangelio de Marcos y allí se recuperen las tradiciones radicales de Jesús.

Es en este Evangelio, en el primero, reconocido como  canónico, que se escribe, donde  se hace un esfuerzo por hacer comprender a unos discípulos, que tienen los pensamientos de varones, la inversión de los valores del poder y del prestigio que proclama Jesús.

Los niños son los preferidos, “le presentaron unos niños para que los tocase, pero los discípulos los reprendían (como hemos visto tantas veces, normal). Viéndolo Jesús se cabreó (se enojó) y les dijo: dejad que los niños vengan hasta mí y no los estorbéis (no los molestéis), porque de ellos es el reino de Dios. En verdad os digo: quien no reciba el reino de Dios como un niño no entrará en él. (Marcos 10, 13-16).

Es decir, si no os hacéis niños, si no sois como niños, entonces no entraréis en el reino de los cielos.

¿Dónde queda aquello de sumisión de los hijos a los padres o sujeción de los padres para con sus hijos?.

O cuando en Marcos (10, 41-45) Jesús se hace como un esclavo: “si alguno de vosotros quiere ser grande, sea vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, sea siervo de todos, pues tampoco el Hijo del Hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida”.

Y el que sirve, digo yo, es un siervo de aquel al que sirve.

¿Dónde queda aquello de “esclavos, obedeced en todo a vuestros amos?

¿Y qué decir de las mujeres?.

Cuando todos los discípulos abandonan a Jesús, “y abandonándole huyeron todos” (Marcos 14, 50), son unas mujeres las que lo siguen hasta el final y “miraban dónde lo ponían (el cadáver)”.

El hecho de que se canonizasen, humanamente, se le diera tanta importancia, tanto las Cartas Pastorales como el Evangelio de Marcos, tan contradictorios entre sí, pone de manifiesto la complejidad de la vida de la Iglesia primitiva.

No es posible admitir ambas tradiciones, y menos su unidad, sin reconocer la tensión que se da entre ellas.

Pero el hecho de que la Iglesia haya puesto en primer lugar los Evangelios y los haya rodeado de una estima particular indica que reconoce los principios de Jesús como norma fundamental.

Por lo tanto, la Iglesia oficial debería dar marcha atrás y tomar el relevo desde donde Jesús lo dejó, no desde las iglesias posteriores.

No es el papel que le corresponde a la mujer el papel que le ha dado y le está dando la jerarquía eclesiástica actual.

Si hasta el ejército ha dejado de ser androcéntrico, ¿cómo es posible que la Iglesias ……puntos suspensivos.


                                                                                                                                                            FIN.


LA MUJER EN EL CRISTIANISMO PRIMITIVO (10) LA CUESTIÓN FEMENINA (1)


                                
              1.- DE LA MARGINACIÓN A LA DISIDENCIA.

El conflicto suscitado por las mujeres en la vida interna de la Iglesia y en sus relaciones con la sociedad no amainó a lo largo de siglos I-III.

La patriarcalización de la vida eclesial no se realizó sin oposición y tuvo que imponerse a una que reconocía el protagonismo y liderazgo de las mujeres.

Alguna de las acusaciones que se le hacía al cristianismo es, precisamente, que corrompía a las mujeres.

El conflicto es especialmente virulento no tanto en Roma como en Asia Menor, donde el papel de la mujer es muy activo.

Precisamente de Asia Menor proceden las Pastorales que combaten reiteradamente las “doctrinas extrañas” (“dando oídos al espíritu del error y a las enseñanzas de los demonios, embaucadores, hipócritas,…que prohíben las bodas y se abstienen de alimentos creados por Dios….), que tienen gran aceptación entre las mujeres y que, quizá, son propagadas por ellas mismas.

El no casarse era visto como la liberación de la sumisión patriarcal. También se las llama a esta “doctrinas extrañas”, “fábulas profanas y cuentos de viejas” (4, 7), lo que quiere decir  que esas doctrinas habían calado y estaban calando entre las mujeres.

Además, si las Pastorales prohíben con tanta fuerza a las mujeres enseñar es porque lo hacían, y esto molestaba.

Las Pastorales reivindican la autoridad de Pablo para combatir estas doctrinas, pero también estas “doctrinas extrañas” reclaman el nombre de Pablo.

Como ya hemos visto, y hemos insistido bastante, el pensamiento de Pablo es ambiguo, e interpretaciones opuestas reivindicaron su nombre y su autoridad.
Lo que ha sucedido es que la tradición deuteropaulina es la más androcéntrica y acomodaticia al sistema político vigente y al sistema familiar tanto judío como romano del paterfamilias.

Prevaleció y fue canonizada.

El patriarcado, pues se impuso y esto es lo que, definitivamente, ha determinado la comprensión posterior de Pablo, que ha sido leído según las Pastorales.

El falso Pablo se impone como el auténtico Pablo.

Probablemente es en el mismo círculo en que se escriben las Pastorales en el que se introducen los versículos de I Corint 15, 33-35 en que, al hablar todo el capítulo sobre los muertos y la resurrección, se dice: “no os engañéis. Las conversaciones malas estragan las buenas costumbres. Desembriagaos, como es justo, y no pequéis, porque algunos viven en la ignorancia de Dios. Para vuestra confusión os lo digo”, que coincide con I Timoteo 2, 15-17 “no ocuparte de disputas vanas, que para nada sirven, si no es para perdición de los oyentes,……debes distribuir rectamente la palabra de la verdad. Evita las profanas y vanas parlerías que conducen a una mayor impiedad, y su palabra cunde como gangrena”, pero que son opuestos al pensamiento paulino auténtico) para llevar al Apóstol a su campo e impedir que sus adversarios puedan recurrir a él.

Hay un escrito muy interesante, Los Hechos de Pablo y Tecla, un apócrifo del II, y procedente del Asia Menor, que es un exponente de la tradición paulina emancipadora de la mujer.

Pues bien, las doctrinas combatidas en las Pastorales son las defendidas en estos Hechos apócrifos, que también pretenden basarse en la autoridad de Pablo.

Una mujer, Tecla, después de escuchar a Pablo, decide no casarse, lo que es considerado un delito, y por dos veces la condenan a muerte; los hombres gritan contra Pablo: “Ha corrompido a todas nuestras mujeres”.

Tecla, que es enviada a predicar por Pablo, suscita un enorme entusiasmo entre las mujeres, y muchas se convierten.

Y es significativo que esta obra fuese tenida en mucha consideración, e incluso reconocida como canónica, en varias iglesias.
El influjo de esta obra es tal que hace decir a ese “enorme, descomunal creyente o crédulo” Tertuliano cuando cuenta que hay quienes reivindican la autoridad de Tecla para reconocer a las mujeres el poder de enseñar y de bautizar.

Pero iban a ser, sobre todo, grupos considerados heréticos los que seguirían utilizando los Hechos de Pablo y Tecla.

Y es que, a medida que la mujer fue quedando marginada en la Gran Iglesia, su papel y protagonismo aparece en grupos cristianos disidentes.
Así, por ejemplo, Marción permitía a las mujeres administrar el bautismo y realizar funciones oficiales.

O Montano, que promueve un movimiento espiritual y profético, acompañado de dos mujeres, Maximila y Priscila, en el que también otras mujeres desempeñaron un papel eminente.

Y, tanto unos como los otros, tanto las marcionistas como los montanistas pretenden basarse en la Teología de Pablo.

El autor del Apocalipsis, se enfrenta con una profetisa de Tiatira, a la que, en plan despectivo o denigratorio, llama “Jezabel” y cuyo influjo es superior al suyo y no puede contrarrestar.
Y también es significativo que, más tarde, esta ciudad de Tiatira se convirtiese, precisamente, al montanismo.

También entre los gnósticos tuvieron un gran papel las mujeres.

Marcos, de la escuela de Valentín, tiene sobre todo mujeres entre sus seguidores y les permitía celebrar la eucaristía.

O Frimiliano, obispo de Cesarea, en Capadocia (siglo III), que escribe sobre una mujer que bautizaba y celebraba la eucaristía.

O Epifanio, que dice que una profetisa llamada Quintila fundó una secta en Pepuza (Frigia) en la que había mujeres que eran obispos (-as) y presbíteros (-as), “como si no hubiera diferencia de naturaleza”.

Pero es que, al mismo tiempo, en la Gran Iglesia, en la Iglesia Oficial, la polémica  despectiva y denigratoria sobre la mujer se acentúa.

Juan Crisóstomo reconocía que al principio había mujeres misioneras itinerantes, pero –explica- esto era posible por “la condición angélica” del momento.

No es raro que se acuse a la mujer de la tentación del hombre, e, incluso, que se vea en ella el principio de todas las herejías.

Sin embargo, también el cristianismo ortodoxo siguió manteniendo durante estos primeros siglos una atracción especial para las mujeres.

Son mujeres los (las) primeros (as) miembros del orden senatorial que ingresaron en el Iglesia, y son también matronas romanas, ricas, las donantes de las primeras “iglesias titulares”.

Hay quien ha llegado a decir que “vista desde fuera, la iglesia de la época patrística se parecía, sospechosamente, a un grupo dominado y regulado por mujeres”.


La realidad es que, muy pronto, se le cerraron todas las puertas en lo Institucional y su protagonismo quedaría centrado o reducido a la esfera ascética; y aún en esto, no tardaron en surgir los sistemas patriarcales de control.

miércoles, 26 de abril de 2017

LA MUJER EN EL CRISTIANISMO PRIMITIVO (9)

                LA TRADICIÓN DEUTEROPALINA.

Se trata de las cartas pastorales, escritas en nombre de Pablo, pero que reflejan una situación eclesial posterior.
No están dirigidas, como las cartas paulinas auténticas a comunidades, sino a líderes individuales.

Ya está bastante avanzado el proceso de institucionalización, y, lógicamente, también el de patriarcalizacción.

Ya la mujer no sólo no puede enseñar, sino que debe oír la instrucción en silencio.      

(I a Timoteo 2, 11-12), es lo más opuesto a Pablo y a lo que fue su praxis ordinaria.

“Que las mujeres se presenten en hábito honesto, con recato y modestia, sin rizado de cabellos, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos…. (Eso externamente) pero, además, “que la mujer aprenda en silencio, con plena sumisión.
No consiento que la mujer enseñe ni domine al marido, sino que se mantenga en silencio, pues Adán fue formado primero, y después Eva.
Y no fue Adán el seducido, sino Eva, que, seducida, incurrió en la transgresión….”´ (argumento bíblico, palabra de Dios,…).

¡Qué distinto al Pablo auténtico¡ que no veía a la mujer, ni como tentación para el hombre, ni como responsable del primer pecado “así, pues, como por un hombre entró el pecado en el mundo….pero la muerte reinó desde Adán hasta Moisés….a semejanza de la transgresión de Adán…….si por la transgresión de uno mueren muchos….por la desobediencia de un solo hombre….(Romanos, 5, 19).

¡Ni siquiera aparece el nombre de Eva, y Pablo conocía la historia de la seducción de Eva por Satán, disfrazado de Lucifer, “príncipe de la luz”.

Pero ¡ni mentar a Eva! ¡Qué distinto de A Timoteo¡

Ahora ya la función de la mujer queda restringida a la maternidad, “se salvará por la crianza de los hijos, si permaneciere en la fe, en la caridad y en la castidad, acompañadas de la modestia”(Timot 2, 15)…
Cosa que jamás dijo Pablo en I de Corintios, todo el famoso capítulo 7, dedicado al matrimonio.

La legitimación del orden patriarcal va acompañada de la aceptación sin reservas del orden político del Imperio. “…que se hagan oraciones, peticiones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todos los constituidos en dignidad (es decir  por las autoridades…. esto es bueno y grato ante Dios…(I Timoteo 2, 1-2).

“Recuérdales que vivan sumisos a los príncipes y a las autoridades, que les obedezcan… que a nadie infamen….pues nosotros fuimos también alguna vez necios, desobedientes, extraviados….”(Tito 3, 1-3).

Es decir, que si en la tradición postpaulina se justificaba la casa patriarcal, ahora, en la deuteropaulina se va más allá: el modelo de la casa patriarcal sirve para configurar la vida y las relaciones internas de la comunidad cristiana.
Ahora, más aún, se patriarcaliza la Iglesia, que es como una casa, “La Casa de Dios” (Timoteo 3, 15).

Por eso, ahora, para elegir a un obispo y ponerlo a la cabeza de la comunidad, éste tendrá que ser un paterfamilias probado y de buena casa, “tiene que ser irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, cortés, hospitalario, capaz de enseñar, no dado al vino ni pendenciero, sino ecuánime; no camorrista ni amigo del dinero; que sepa gobernar bien su propia casa, que tenga los hijos bien sujetos…pues, quien no sabe gobernar su casa, ¿cómo va a poder cuidar de la casa de Dios?. (Timot. 3, 1-5).

Más claro agua.

Por lo tanto la mujer, ni paterfamilias, ni obispa, relegada, no sólo en la casa de su marido, sino también en la Casa de Dios.

En Timot, 5, 1-16, se plantea un problema que trajo por la calle de la amargura a las primeras comunidades cristianas: el problema de las viudas.

Hay que entender por viudas al grupo formado por mujeres cristianas no vinculadas a varón y que contaban con un reconocimiento eclesial.

A medida que la patriarcalización progresaba, el grupo de viudas crecía, porque muchas mujeres lo veían como el único medio para mantener una forma de vida relativamente emancipada.

Pero este grupo de mujeres incordiaba y creaba problemas.

Por eso el autor de esta carta (el que sea) quiere que se reduzca su número.

Para ello, “quiero que todas las jóvenes se casen, críen hijos, (lo opuesto a Corintios 7: donde se recomienda la virginidad y se separa el sexo de la reproducción), gobiernen su casa y no den al enemigo ningún pretexto de maledicencia, porque algunas ya se han extraviado en pos de Satanás”…

Más aún. Sólo podrán admitirse como inscritas a “viudas de más de 60 años (para respetar la ley de Augusto), mujer de un solo marido, recomendada por sus buenas obras en la crianza de los hijos, …” es decir que haya aceptado y practicado los valores de la sociedad patriarcal.

Las mujeres no pueden enseñar en la Iglesia, sin embargo, las ancianas, que “no deben ser calumniadoras, ni esclavas del vino, sino buenas maestras “pueden instruir a las jóvenes, ¿en qué?, en los valores domésticos tradicionales. ¿Para qué?. Para que sean “amantes de sus maridos y sus hijos….hacendosas, bondadosas, ….sumisas a sus maridos,…para que no sea injuriada la palabra de Dios” (Tito 2, 3-5).


martes, 25 de abril de 2017

LA MUJER EN EL CRISTIANISMO PRIMITIVO (8) (SAN PABLO 2)



LA TRADICIÓN POSTPAULINA.

Desde la ambigüedad de Pablo, ¿Por donde va a tirar la tradición canónica y oficial que reclama su nombre?.

Por la línea totalmente patriarcal (que era una de las dos salidas posibles).

La otra línea incluso va a ser combatida por la Iglesia oficial.

Por eso da la impresión de que el único Pablo fuera el Pablo oficial. Y no es verdad.

Además del post-paulinismo (el oficial) está el deutero-paulinismo (el otro Pablo).

La tradición post-paulina está compuesta por escritos cercanos al Apóstol, pero que no proceden de él, aunque sí de su círculo.

Me acuerdo, ahora, de D..José María González Ruiz, ya fallecido y uno de los más grandes, sino el mayor, de los exégetas de S. Pablo.

Hoy es doctrina común que son auténticas las epístolas o cartas: Romanos, Gálatas, I y II de Corintios, I Tesalonicenses, Filipenses, y a Filemón. 
Sin embargo a las que se les suele llamar “Cartas de la cautividad”, no proceden de Pablo, sino de su círculo, pero a las que se las firma con el nombre de Pablo para acreditar su valor. (Las Cartas a los Colosenses, las de los Efesios y la 2º a los Tesalonicenses, más la I de Pedro)
Son las del Post-paulinismo.
Aquí aparecen los llamados “Códigos domésticos”, que legitiman la estructura patriarcal de la casa y el puesto del paterfamilias como señor, padre y amo.

Yo los desafío a Uds., los reto, o mejor, los invito a que lean estas cartas post-paulinas y las comparen con las paulinas auténticas.
Por ejemplo: “Las mujeres están sometidas a los maridos como conviene en el Señor. Mujeres, sed sumisas a vuestros maridos….Hijos, obedeced en todo a vuestros padres…que esto es grato en el Señor….esclavos, obedeced en todo a vuestros amos según la carne, no sirviendo al ojo, como quien busca agradar a los hombres, sino con sencillez de corazón, por temor del Señor… Todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como obedeciendo al Señor y no a los hombres. (Colos 3-18 4-1).
“Las casadas estén sujetas a sus maridos como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer…y como la iglesia está sujeta a Cristo, así las mujeres a sus maridos….ame cada uno a su mujer, y ámela como a sí mismo, y la mujer reverencie a su marido”( Efesios 5, 22 y ss) .
“Vosotras mujeres, estad sujetas a vuestros maridos…”(I de Pedro 3,1)
“Los siervos estén sujetos con todo temor a sus amos” (I de Pedro 2,18).
“Igualmente vosotros, maridos, tratadlas con discreción, como a vaso más débil….” (I de Pedro 3,7).
“Vosotros, los jóvenes, vivid sumisos a los presbíteros… (I de Pedro 5,5).

Todos estos códigos, que tratan de inculcar la docilidad de la parte sometida (mujeres, hijos, esclavos, jóvenes) no son ni más ni menos que la tradición griega, muy antigua, sobre el orden de la casa, que inculcaba la moral patriarcal.

Porque las relaciones del paterfamilias con la mujer, los hijos, los esclavos era el núcleo de la casa, que a su vez constituía la piedra angular de la sociedad.

La polis, la ciudad-estado no era sino la extensión de la casa (ejemplo de Sócrates, al que quiere dedicarse a la política y le pregunta cómo lleva su casa=polis en pequeño).

Es decir, alterar la casa era alterar la polis, una subversión política a escala reducida.

Por eso cuando la Iglesia acepta los códigos domésticos, de este post-paulinismo, y legitima la sumisión de la mujer, tiene, al mismo tiempo, una pretensión política latente, que bien pronto iba a aflorar y a hacerse patente.
Estaban poniéndose las condiciones para hacer del Cristianismo la ideología del imperio.

Ambos, poder civil y poder religioso, piensan lo mismo, estando en planos distintos.

Pero Dios quiere lo mismo que el Emperador, o el Emperador lo mismo que Dios.

Es decir, la patriarcalización (en la familia) y la institucionalización (en el iglesia), de hecho, eran aspectos de un mismo proceso.

En la I de Pedro se da un paso más.

El código tiene una intención apologética y pretende evitar las críticas que se dirigen contra la iglesia.

Las mujeres deben aceptar el orden patriarcal.

“Tened, en medio de los gentiles, una conducta ejemplar, a fin de que, en lo mismo que os calumnian como malhechores, a la vista de vuestras buenas obras, den gloria a Dios…” (I de Pedro 2, 12).

Pero es que, además, debe haber sumisión a las autoridades políticas: “sed  sumisos, a causa del Señor, a toda institución humana: sea al emperador, como soberano, sea a los gobernantes, como enviados por él…tal es la voluntad de Dios….temed a Dios y honrad al emperador” (I de Pedro 2, 13-17).

¿Hay quien dé más?

Ya están puestas las bases para lo que va a venir después y que va a durar tantos siglos.

Ya queda explícita, nada menos que en Pedro, la función de legitimación social y política del código patriarcal.

El poder viene de Dios, sea el poder de la autoridad paterna o sea el poder de la autoridad socio-política, por lo tanto, desobedecerla es no sólo “delito” es, además, “pecado”, porque esa es la voluntad de Dios.


Cualquier autoridad podrá ya decir que lo es “por la gracia de Dios”, y eso lo confirma, nada menos que el príncipe o principal de los Apóstoles.

lunes, 24 de abril de 2017

LA MUJER EN EL CRISTIANISMO PRIMITIVO (7) SAN PABLO

A VECES JUDÍO Y A VECES GENTIL, A VECES FEMINISTA Y A VECES MACHISTA, SÍ PERO NO, NO PERO SÍ.

TITUBEANTE.

 LA AMBIGÜEDAD.- Se responsabiliza a San Pablo del antifeminismo cristiano desde los inicios del Cristianismo, al tiempo que para otros es el gran defensor de los derechos de la mujer.
Lo que es indudable es la importancia que supuso para el desarrollo posterior del Cristianismo.

A San Pablo hay que entenderlo no desde la Reforma Protestante, sino desde su contexto real y su estrategia  en su tarea de implantación y difusión de las primeras comunidades cristianas.

Y es que San Pablo entiende de una manera ambigua la relación del cristiano con el mundo.
Se mueve entre la “secta”, que se encierra en sí misma y es hostil al mundo y la “Iglesia” que se abre y hasta se acomoda a él.

Por una parte habla en plan sectario, con un lenguaje afectivo, subrayando las relaciones internas entre los miembros de la comunidad y así crea como un muro contra “los de fuera” para no ser contaminados; pero por otra parte le preocupa lo que los de fuera puedan pensar y lo que podrían descubrir en la comunidad.

Por ejemplo, en plan “sectario”: “cuando tengáis diferencias entre vosotros…¿no hay entre vosotros ningún prudente, capaz de ser juez entre hermanos?..... ¿Pleitea el hermano contra el hermano ante (tribunales) infieles?” (I Corint. 6, 1-6), y a la vez echa un puente para que sea posible su relación con la sociedad pagana (por ejemplo, en la cuestión de los matrimonios y la participación en banquetes con carnes sacrificadas).

Esta ambigüedad, decir sí y no al mismo tiempo, es lo que facilitó que la posterior tradición paulina se bifurcase en direcciones opuestas, los que toman el camino del SÍ, y los que toman el camino del NO.

Esta ambigüedad se refleja en el tema de la mujer.

El matrimonio como reciprocidad total varón-mujer y el celibato como subversión del orden patriarcal.

En la comunidad de Corinto había dos tendencias opuestas tanto en el problema de las mujeres como en el de las relaciones entre los sexos, que iban desde tendencias ascéticas que, al parecer, negaban el matrimonio, hasta tendencias libertinas para las que toda promiscuidad sexual era lícita.

“Es ya público que entre vosotros reina la fornicación, como ni entre los gentiles, pues se da el caso de tener uno la mujer de su padre”(I Cor, 5, 1-8).

“Todo me es lícito”, pero no todo conviene….Los manjares para el vientre y el vientre para los manjares…  

Lean, atentamente, este texto del segundo Pablo.

“Yo os digo que el cuerpo no es para la fornicación…¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo?, ¿y voy yo a tomar los miembros de Cristo para hacerlos miembros de una meretriz?. ¿Y no sabéis que quien se allega a una meretriz se hace un cuerpo con ella?...(I.Cor. 6, 12-20). “Pues bien, quiero que sepáis que la cabeza de todo varón es Cristo, y la cabeza de la mujer es el varón, y la cabeza de Cristo es Dios. Todo varón que ora o profetiza con un velo por la cabeza, deshonra su cabeza. Y toda mujer que ora y profetiza descubierta su cabeza, deshonra su cabeza, es como si se rapara. Si una mujer no se cubre, que se rape. Y si es indecoroso para una mujer cortarse el pelo o raparse, que se vele.
El varón no debe cubrir la cabeza, porque es imagen y gloria de Dios, mas la mujer es gloria del varón, pues no procede el varón de la mujer, sino la mujer del varón; ni fue creado el varón para la mujer, sino la mujer para el varón. Debe, pues, llevar la mujer la señal de la sujeción por respeto a los ángeles. Pero ni la mujer sin el varón ni el varón sin la mujer, en el Señor. Porque así como la mujer procede del varón, así  también el varón viene a la existencia por la mujer. Y todo viene de Dios. Sed vosotros jueces: ¿Es decoroso que ore a Dios descubierta la mujer?. ¿Y no os enseña la misma naturaleza que el varón se afrenta si deja crecer su cabellera mientras que la mujer se honra dejándosela crecer?. Es que el cabello le ha sido dado por velo. Si a pesar de esto alguno gusta de disputar, nosotros no tenemos tal costumbre, ni tampoco las iglesias de Dios” (I.Cor. 11, 2-16)

Aquí tenemos una mezcla del Pablo judío, ateniéndose al Génesis y a la creación del varón y la mujer, y el Pablo cristiano, que promueve unos valores nuevos y alternativos. Es el ya famoso problema del velo, que para algunos, (y parece lo más lógico) es una interpolación.

Por una parte se quiere romper con las convenciones sociales,  por otra parte “os alabo de que os acordéis de mí y retengáis las tradiciones que yo os he transmitido”

Se pone de manifiesto la ambigüedad, porque hay mujeres que no llevan la cabeza tapada, incluso llevan el pelo suelto. Y esto es un problema, porque la forma de vestir y el porte en general tienen un alto valor simbólico. Pero las mujeres corintias rompían las convenciones sociales y expresaban su conciencia de libertad e igualdad, es decir ellas eran consecuentes con lo que le habían enseñado, que “en Cristo no hay varón y hembra” (Gál, 3, 28).

Pero esto chocaba y escandalizaba a los no cristianos, a los que Pablo quiere que se le admitan a las reuniones para que conozcan a la comunidad” (Gál 14, 23).

Entonces quiere que se respeten  las convenciones sociales y que las mujeres se cubran la cabeza. Y para apoyar su argumento echa mano del Génesis, que hemos visto antes. Admitiendo una subordinación natural de la mujer al varón, y que la mujer se ponga el velo (es el Pablo judío).
Pero a continuación sale el Pablo cristiano, “ni la mujer sin el hombre, ni el hombre sin la mujer.

Reconoce, desde un punto de vista cristiano, la igualdad radical de los sexos pero les exige, a las mujeres, prudencia y que no hagan ostentación de su libertad, con un comportamiento externo que planteaba graves problemas a la comunidad, quizá no tanto en su vida interna, como en sus relaciones con la sociedad.

Les pide a las mujeres flexibilidad y sumisión a determinadas normas  patriarcales.
Por lo tanto, la ambigüedad: sí pero…..

¿Cómo va a ser desarrollada esta ambigüedad en la tradición posterior, que lleva su nombre?.

Porque es que el velo es lo que esconde, lo que protege, lo que oculta, lo que hace a uno (una) públicamente invisible, desconocida.
Uno ve una mujer con velo, pero apenas  sabe qué mujer es y menos cómo es.
El velo está asociado al anonimato, al silencio, a la modestia, que corresponden a las mujeres.

En la cultura cristiana esta tradición ha estado, simbólicamente presente hasta no hace mucho y actualmente son las monjas las que lo siguen.

Hoy “tomar el velo” es expresar la entrada en la vida religiosa.

¿Qué opinan hoy las monjas de sus hábitos?.

¿Y la jerarquía eclesiástica?

Al problema del matrimonio le dedica todo el capítulo 7, que es un prodigio de equilibrio.
Desarrolla los tres pares (ya  en Gálatas 3,28): “No hay ya judío o griego, no hay siervo o libre, no hay varón o hembra porque todos sois uno en Cristo Jesús”): judío-gentil, esclavo-libre, varón-mujer.

Pero sobre todo éste último.

Pero es curioso, dice (en I. Cor. 12,13):”Porque también todos nosotros hemos sido bautizados en un solo Espíritu, para constituir un solo cuerpo, y todos, ya judíos ya gentiles, ya siervos ya libres, hemos bebido del mismo Espíritu”.

Ya no aparece el tercer par: varón-mujer.

Y es que Pablo se está dando cuenta de que el primitivo mensaje de libertad está provocando unos movimientos muy problemáticos entre las mujeres. Y empieza a usar un lenguaje más cauto.

Fíjense en el siguiente texto (Colos 3, 9-11)… “Revestíos del hombre nuevo…donde ya no hay griego y judío, circuncisión e incircuncisión, bárbaro, escita, esclavo, libre, sino que Cristo es todo en todos”.

Tampoco aparece el tándem varón-mujer.

Es ya clásica la pugna Pablo-Pedro por lo de la fimosis (la circuncisión).

Porque en este tema se jugaba Pablo la universalidad del cristianismo y la viabilidad de su proyecto.

“¿Por qué obligas a los gentiles a judaizarse?” (Gálatas 2,14).
Y aquí no da su brazo a torcer.

“¿Ha sido uno llamado en la circuncisión?. No disimule el prepucio. ¿Ha sido llamado en el prepucio?. No se circuncide. Nada es la circuncisión, nada el prepucio, sino la guarda de los preceptos de Dios. Cada uno permanezca en el estado en que fue llamado”. (I.Cor.7, 18-20)

¿Pero en el tema de la mujer?.

Pablo proclama la ventaja de no casarse.

“Mi deseo sería que todos los hombres fuesen como yo….Yo os quisiera libres de preocupaciones…..El no casado se preocupa de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor. El casado se preocupa de las cosas del mundo….”(Capítulo 7 entero, M.B.).

A los jóvenes y a las viudas les recomienda que no se casen..

Al aconsejar que no se casen no está en juego la renuncia al sexo sino la liberación de las estructuras patriarcales.

El ser no casado es el ser autónomo, libre, es estar emancipado, no dependiente.
Y esto es una subversión del orden establecido, vigente.

El Emperador Augusto había introducido una severa legislación sobre el matrimonio para fortalecer la familia patriarcal tradicional.
Se favorecía el alto número de nacimientos y de hijos, imponía sanciones y fuertes tasas a los solteros; a las viudas sólo se les permitía que permanecieran sin volverse a casar si pasaba de los cincuenta.

El Emperador Domiciano reforzará, en el siglo I, aún más esta legislación.

Por lo tanto, el consejo de Pablo de permanecer libre de los vínculos del matrimonio era un ataque frontal  a la ley existente y a los valores culturales dominantes, sobre todo teniendo en cuenta que se dirigía a personas de los centros urbanos importantes del Imperio Romano.

¿Cómo sonaría apostar y decantarse por el celibato en esas circunstancias?.

Dice Epicteto, atacando a los epicúreos por no casarse: “!En el nombre de Dios, ¿Puedes imaginar una ciudad epicúrea?. Uno dice: “Yo no me caso”. “Ni yo tampoco”, dice otro. “La gente no debería casarse”. “No tengas hijos, no cumplas tus deberes de ciudadano”. ¿Qué te imaginas que sucedería entonces?. ¿De dónde vendrían los ciudadanos?, ¿Quién los educaría?. Trae un joven y edúcalo según tus doctrinas. Tus doctrinas son malas, subversivas de la ciudad, destructoras de la familia, malas para las mujeres. Renuncia a estas doctrinas….”

Parece una contradicción que para ser plenamente misionero uno tenga que ser célibe y al mismo tiempo alabar a ciertos matrimonios misioneros tan buenos como él.

Por una parte afirma las ventajas del celibato, pero cuando habla del matrimonio reitera y subraya la reciprocidad y la igualdad de las relaciones entre los sexos como no se ve en ninguna otra sociedad judía ni pagana de su tiempo.

Es el magnífico Capítulo 7 de I de Corin.. “el marido otorgue lo que es debido a la mujer, e igualmente la mujer al marido. La mujer no es dueña de su propio cuerpo: es el marido. E igualmente el marido no es dueño de su propio cuerpo: es la mujer. No os defraudéis uno al otro, a no ser de común acuerdo por algún tiempo, para daros a la oración, y de nuevo volved a lo mismo, al fin de que no os tiente Satanás de incontinencia. Esto os lo digo condescendiendo, comandando” (7, 3-6). “En cuanto a los casados, precepto no es mío sino del Señor, que la mujer no se separe del marido, y, de separarse, que no vuelva a casarse o se reconcilie con el marido, y que el marido no repudie a su mujer” (7, 10-11). “A los demás les digo yo, no el Señor, que si algún hermano tiene mujer infiel y ésta consiente en cohabitar con él, que no la despida. Y si una mujer tiene marido infiel, y éste consiente en cohabitar con ella, que no lo abandone. Pues se santifica el marido infiel por la mujer y se santifica la mujer infiel por el marido. De otro modo vuestros hijos serían impuros y ahora son santos. Pero si la parte infiel se separa, que se separe… ¿Qué sabes tú, mujer, si salvarás a tu marido, y tú, marido, si salvarás a tu mujer?”. (7, 12-16).

Como vemos, defiende la estabilidad del matrimonio, sin discriminación de creencia, (aunque indirectamente, pensando en la conversión): es un objetivo misionero.

No se puede perder la esperanza de convertir a la parte no cristiana

En esto Pablo parece seguir a Jesús.
Y como vemos no pone la unión varón-mujer en función de la procreación.

Se puede ser cristiano en toda circunstancia: “que cada uno permanezca en el estado en que lo encontró el Señor”( 17, 20, 24). Esto hace del cristianismo una realidad viable, posible en diversas situaciones, con capacidad, por tanto, de extensión.

Esta es la razón del éxito histórico de la forma paulina de Cristianismo.

El apostar por la estabilidad del matrimonio es desear que los cristianos respeten la casa patriarcal tradicional, que era la estructura básica de aquella sociedad. Quiere evitar al Cristianismo las acusaciones que se le dirigían de romper las casas, de perturbar a las mujeres y, por tanto, subvertir el orden social.

Por todo lo que estamos viendo, San Pablo se mueve en la cuerda floja, en la ambigüedad, el sí pero no, el no pero sí, tanto en la relación del cristiano con el mundo, como en relación con las estructuras patriarcales, como en la consideración de la mujer.

Por lo tanto de aquí puede salir lo que queramos, ambos recorridos alternativos son igualmente viables.


domingo, 23 de abril de 2017

LA MUJER EN EL CRISTIANISMO PRIMITIVO (6)

6

                        LA TRADICIÓN PAULINA

MUCHAS MUJERES.

Primero, pues, se disimula y después se margina el papel que tuvo la mujer en el movimiento de Jesús, así se va patriarcalizando el cristianismo y van surgiendo las tensiones en la iglesia primitiva.

¿Por qué se dio el fenómeno de dicha patriarcalización?

Y así, entramos en el pensamiento de San Pablo.

Todos los textos del Nuevo Testamento (quizá menos la 1ª de Pedro) que propugnan la subordinación de la mujer dicen basarse/se basan en la autoridad de San Pablo.

Comencemos, pues, por orden.

1.- EL MOVIMIENTO MISIONERO CRISTIANO en Asia Menor, que es anterior a Pablo y en el que él también participa.

Mientras el Movimiento Palestino de Jesús era de renovación intrajudía, este movimiento cristiano no tiene fronteras étnicas. Es un movimiento social muy entusiasta, que rompe las antiguas formas de vida, y que conocemos a través de San Pablo.

“Cuantos habéis sido bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo. NO EXISTE JUDÍO NI GRIEGO, NO EXISTE SIERVO NI LIBRE, NO EXISTE VARÓN Y HEMBRA, PUES TODOS VOSOTROS SOIS UNO EN CRISTO JESÚS” (Gálatas 3, 27-28)

El texto es clarísimo, NO DISCRIMINACIÓN, NI ÉTNICA, NI POLÍTICA, NI SEXUAL

Lo cual chocaba con una corriente general del helenismo, que se resume en una frase atribuida a Platón (según otros a Tales de Mileto):

“Os doy, gracias, dioses, porque he nacido hombre y no bestia, varón y no mujer, griego y no bárbaro”, incluso en el judaísmo, es muy parecida la fórmula:”las tres bendiciones diarias que deben decirse: Bendito seas porque no me  hiciste GENTIL; bendito seas porque no me hiciste MUJER; bendito seas porque no me hiciste ESCLAVO”.

¡Qué ruptura con todo esto de este primer Movimiento Cristiano¡

Todos iguales, todos hermanos.

Las mujeres, sobre todo (también los esclavos) encontraban en estos movimientos posibilidades de participación y protagonismo, cosa que se les negaba en la sociedad en general.

Generalmente son mujeres con dinero, pero a las que se les niega la entrada en la sociedad, pero que sí encuentran posibilidades en todos estos nuevos movimientos.

Por lo que nos cuenta Pablo, las mujeres participan muy activamente, al mismo nivel que los varones, ejerciendo funciones misioneras y de enseñanza, siendo unas líderes.
Estas posibilidades de actuar era un atractivo para la mujer en el Cristianismo primitivo.

Estando Pablo predicando “se incorporaron una gran muchedumbre de prosélitos griegos y no pocas mujeres principales……”, y en otra ciudad “además mujeres griegas de distinción y no pocos hombres” (Hech. 17,4-12).

Cuenta Pablo que varias mujeres  fundaron y sostuvieron iglesias domésticas.

“Saludos a Apia y a la iglesia de su casa” (Filem, 1,2).
Saludos a Ninfas y a la iglesia de su casa” (Colosenses. 4,15)...
A Priscila o Prisca y a su marido Aquila, (se les nombra 7 veces y en 4 ocasiones se nombra en primer lugar a la mujer), que aparecen en Corinto, en Éfeso y en Roma) que son jefes de una iglesia en Éfeso (I Corintios, 16,19), que “por salvar mi vida expusieron su cabeza, a quienes estoy muy agradecido…
Saludad también a la Iglesia de su casa” (Romanos 16, 3-5).
Lidia, que lo escucha atentamente y, luego, se bautiza, y le dijo “entra en mi casa y quedaos en ella” (Hech 16,15).

Dos mujeres, que debían de ser muy importantes, Evodia y Síntique, porque le preocupa mucho a Pablo las repercusiones que puedan tener en la comunidad de Filipos la rivalidad que ha surgido entre ellas…

“Te ruego que las ayudes porque han luchado mucho por el Evangelio, conmigo…. (Filip. 4, 2-3).

De la Iglesia de Roma Pablo saluda a 4 mujeres: María, Trifena, Trifosa y Preside “que han trabajado mucho en el Señor “(Romanos 16, 6-12).

“Saludad a la madre de Rufo (Romanos. 16, 13).

Saludad a Julia y a Filólogo (posiblemente su marido),  (Romanos 16,15).

Saludad a Andrónico y a Junia, mis parientes y compañeros de cautiverio, que son muy estimados entre los Apóstoles y que “Fueron cristianos y misioneros antes que yo” (Romanos  16,7).

Saludad a Nereo y a su hermana (quizá su esposa) que fueron misioneros.

Muchas mujeres, a las que hay que añadir “los hermanos del Señor y Cefas acompañados de sus respectivas mujeres” (I Corintios. 9, 5).

“Os recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la Iglesia de Cencres…(Rom 16, 1-2).

Una aclaración: en la Iglesia POSTERIOR, el diaconado será una función subordinada o secundaria, consistente en atender a los pobres, a los enfermos, ayudar a vestir y desvestir a las mujeres en su bautismo…..Pero en tiempo se San Pablo el diácono era el responsable de toda la iglesia e implicaba el oficio de misionar y de enseñar.

Resumiendo:

En el Movimiento Cristiano Misionero primitivo encontramos muchas mujeres y muy activas.
A veces colaboran en pie de igualdad con Pablo, enseñando como misioneras itinerantes; se las designa apóstol, diaconisa, protectora o dirigente.

En Marcos 7, 24-30 es la mujer cananea la que se acerca a El, …”porque su hijita tenía un espíritu impuro…” y así Jesús entra en contacto con los no judíos.

Igualmente el encuentro con la samaritana (Jua, 4, 1-42).


Es ésta una conversación preciosa, Jesús está auténticamente ligándosela, para escándalo de los apóstoles, ya que es una no judía.