martes, 11 de abril de 2017

JESÚS DE NAZARET Y LAS MUJERES (3)


¿Y LOS FILÓSOFOS?

Pues tampoco son para tirar cohetes.

PLATÓN afirma que no hay lugar para la mujer e, incluso sexualmente, son mejores los jóvenes que las mujeres.

SÓCRATES ignoraba a las mujeres, en primer lugar a su esposa, que lo denunció por abandono, pero que se jactaba de haberse acostado, gratis, con la prostituta más cara de Atenas.

EURÍPIDES: La mujer es “el peor de los males”.

ARISTÓTELES, el inspirador filosófico de SANTO TOMÁS: la mujer posee una naturaleza defectuosa, un ser incompleto, llega a dudar de que la mujer tenga alma.

CICERÓN: “si no existieran las mujeres los hombres serían capaces de hablar con Dios”.

GIORDANO BRUNO: la mujer “está vacía de todo mérito”….”En ella sólo existe soberbia, arrogancia, orgullo, ira, falsedad y lujuria”

NIETZSCHE  en su Zaratustra: “¿vas a mujeres? No te olvides el látigo” y lo dice el que en los suburbios barriobajeros se agarró la sífilis, enfermedad que acabaría volviéndolo loco.

DOSTOYEVSKI: “la mujer sólo el diablo sabe lo que es; yo no entiendo nada de ella”.

Incluso en el XVIII, con la Ilustración y la Razón, se sostenía que la mujer era inferior al varón porque su cerebro pesaba sólo 1.200 gramos, frente a los 1.320 del varón.

Aún hoy no existe una sola logia masónica donde sean admitidas las mujeres.

En las principales religiones no hay rabinas, sacerdotisas, obispas, papisas, imanas (¿palabro?)

Políticamente ¿cuándo tuvo la mujer acceso al voto? ¿Y a ser votada? ¿Cuándo en igualdad con el varón?

Jesús de Nazaret nunca la consideró inferior, sino igual, pero la Iglesia posterior que lleva su nombre, pronto lo corrigió.

Todo comenzó con el segundo PABLO (no el primero) que fue capaz de callar el papel que tuvieron las mujeres en la muerte y resurrección de Jesús y luego aconseja que, en la sinagoga, se calle, que no abra la boca, que no participe en las asambleas, que si quiere saber algo que se lo pregunte a su marido, que esté “sometida” a él (y que todavía sigue repitiéndolo la Iglesia en las bodas religiosas: “Sé casta como Susana….y no salgas de casa sin permiso del varón”

¿Y qué decir de SAN AGUSTÍN, el mayor sinvergüenza, el mayor crápula del imperio romano en su edad juvenil y que, tras haber disfrutado de los placeres del sexo con mujeres, con una vida libertina, cuando se convierte, da un giro de 180º y, entre otras perlas, dirá que “la mujer es un animal que se complace sólo en mirarse al espejo”?


Las Iglesias, en general, siguen con la puerta cerrada a las mujeres en sus estructuras jerárquicas.

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