domingo, 30 de octubre de 2016

MI VISIÓN/VERSIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA (8)

Tras recuperar, después, Teruel Franco llegó al Mediterráneo, a la altura de Vinaroz, estrangulado la zona republicana, dejando incomunicados los centros de Valencia (la nueva capital de la sede republicana) y Barcelona.

El 25 de Julio de 1.938 los republicanos cruzaron el Ebro y abrieron una brecha en las confiadas líneas nacionales, por la que introdujeron seis divisiones completas.
Sólo tres meses y tres semanas después los republicanos tuvieron que retroceder y volver a cruzar el Ebro.

Una batalla, la del Ebro, tan encarnizada, que ella sola costó 100.000 bajas.

Conquistar, después, Cataluña fue ya un paseo militar, enzarzados los republicanos si en rendirse para evitar más sufrimientos inútiles o si seguir, con la esperanza de que la guerra civil española empalmara, en el tiempo, con la segunda guerra mundial, que ya se veía venir y que habría aliviado a la República, ya que Hitler y Mussolini tendrían otro objetivo más importante, “su” guerra.

El 7 de Marzo de 1.939 Franco está ya en Madrid, en una paseo triunfal y, unos por miedo y otros por ideología, lo saludaban con el brazo en alto y ondeando las banderas rojas y gualdas.

En los campos de España quedaban esparcidos 300.000 muertos y más de 400.000 en el exilio (europeo, hispanoamericano y norteafricano).

El 1 de Abril se proclamaría el bando del vencedor: “……….  de los últimos objetivos. La guerra ha terminado”.

A partir de ese momento el único grito que se oía, unánimemente, era el de “Franco, Franco, Franco”
Los republicanos, vencidos y perseguidos, los que no pudieron huir a países extranjeros de acogida, vivieron escondidos en la doble pared de sus casas o se echaron al monte, los “maquis”.

Ya sólo había “Paz” (o “Paz-ciencia”, como 25 años después publicaría La Codorniz, el semanario satírico).
Sería una Paz sin reconciliación durante la vida del Dictador.

Los vencedores ajustaron cuentas con los vencidos, y los que permanecieron en España, como “traidores a la Patria”, unos irían a la cárcel y otros al paredón.

jueves, 27 de octubre de 2016

MI VISIÓN/VERSIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA (7)


Pero, para mantener la guerra, hacían falta armas, munición y carburante. Sin ello nada se podría hacer.

Y, ante la demanda de ambos mandos, surgieron los proveedores, pero fue por afinidad ideológica o contra ideología para ellos peligrosa.
Las naciones totalitarias, Italia y Alemania acudieron en auxilio y ayuda a su futuro imitador, al bando rebelde, a Franco,

Las democracias occidentales, teóricamente, deberían auxiliar y ayudar a los demócratas republicanos pero pronto llegaron a un acuerdo (Francia e Inglaterra) de no intervención, ante la perspectiva de una España Republicana en manos de los comunistas del Frente Popular.

Estas democracias occidentales, con el temor de no querer molestar la aventura de Hitler en España, no siendo que, en un ataque más de locura, los considerara blancos a atacar por entrometerse y ante el futuro de esta España en lontananza, republicana y comunista, si triunfaban las izquierdas, hicieron llegar a Franco la gasolina necesaria para los aviones alemanes y las tanquetas italianas.

Sólo la Unión Soviética apoyó a los republicanos aunque, como es de sobra sabido, no de manera gratuita sino con depósitos de oro del Banco de España.

¡Qué bien le venía a Moscú tener un satélite comunista que, por su localización estratégica, abriera y cerrara las puertas del Mediterráneo¡
Sólo así puede explicarse el auge y la subida espectacular del Partido Comunista.

Y lo mismo por el otro bando, con el Partido Falangista, a imagen y semejanza del Partido Fascista Italiano.

Franco ya estaba a las puertas de Madrid y la guerra habría terminado si no hubiera sido por el general Miaja, reforzado por las Brigadas Internacionales (de inspiración comunista) y por los tanques y aviones rusos, que consiguió aplazar la derrota y prolongar la guerra dos años más.

Las derrotas en el Jarama y en Guadalajara hicieron que Franco aplazara el asalto a Madrid poniendo rumbo al Norte, al Cantábrico, atraído por la mayor concentración industrial en manos de la República.

Hitler y la Legión Cóndor, ensayando para la que ya se veía venir, la segunda guerra mundial, machacó, arrasó, a Guernica.

En manos de Franco, ya, y en no mucho tiempo, el acero vasco y el carbón asturiano.

Ya se sabía “quién” iba a ganar la guerra, lo que aún no se sabía era el “cuándo” sería.

miércoles, 26 de octubre de 2016

MI VISIÓN/VERSIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA (6)


Además, estaba la Iglesia.

¿De qué lado iba a estar si en el primer trimestre de la guerra los republicanos asesinaron a 8.000 religiosos (entre ellos a 13 obispos) y religiosas más los saqueos e incendios de templos?

El Papa Pío XII bendijo al bando nacional y los obispos predicaban la cruzada.

Ya se sabe que, tras la guerra, fueron derogadas todas las leyes laicas, se implantó la pena de muerte, se suprimió el matrimonio civil y el divorcio, se terminó con la coeducación y con la libertad de cultos.

El bando nacional hacía piña mientras en las Izquierdas la autoridad quedaba difuminada en organizaciones obreras, comités, sindicatos, milicias, cantones,..
No hubo un frente único, sólido, fuerte, coordinado.
Cada uno iba por su cuenta y a lo suyo que, para él, era lo más importante.
¿Es que era tan absurdo esperar hasta la victoria contra los rebeldes para poder poner en marcha la deseada y perseguida revolución social?
¿No era más lógico, primero la victoria y luego la reforma?
Pues no.
Los anarquistas comenzaron a colectivizar y a gestionar democráticamente industrias y explotaciones cuyo funcionamiento técnico, administrativo y comercial desconocían.

Por si esto fuera poco, faltaban oficiales en el frente, sobre todo los mandos intermedios y, en la retaguardia, faltaban cuadros técnicos.
En empresas como ésta la ilusión y el entusiasmo, necesarios, no son deficientes.

Mucha bandera al viento, mucha publicidad cartelaria, mucho grito callejero, mucho entusiasmo, pero poca efectividad.

Incluso los ideales de los primeros días dio paso, enseguida, a la codicia sobre el botín cobrado a la clase perseguida.

Cada grupo, cada organización, a lo suyo y a su manera, mientras el bando rebelde, con Franco como Jefe organizador avanzaba y avanzaba.

Comunistas por un lado, la CNT por otro y el PAUM, en Barcelona, a lo suyo.

Se cargaron a Largo Caballero, como si él fuera el culpable de todo.

Sólo después, Juan Negrín, formaría gobierno con una coalición de socialistas, comunistas y republicanos.


Pero, para mantener la guerra, hacían falta armas, munición y carburante. Sin ello nada se podría hacer.

EL MITO DE JESÚS: LAS CREENCIAS

EL MITO DE JESÚS (6).
LAS CREENCIAS HOY.
En nuestro mundo occidental rigen, en líneas generales, dos principios básicos sobre las creencias:
1.- El Derecho indiscutible de cada persona a tener y practicar las creencias que considere más oportunas, o a no tener ninguna. Es libre ante ellas.
2.- Nadie, bajo ningún motivo, puede imponerlas ni imponérselas a nadie.
Pero esto sólo ocurre/debe ocurrir en nuestro pequeño mundo occidental, porque si se sale de él, en los demás no existe/no suele existir esa libertad de creencias, no rigen dichos principios.
Quiero todo ello decir que el Estado no puede/no debe favorecer a ninguna creencia concreta, ni con fondos públicos, ni con apoyos directos ni indirectos, ya que si eso hiciera estaría, realmente, robando a los contribuyentes que tengan otras creencias, o sea ateo, o sea agnóstico,…
El Estado, ante cualquier creencia, debe practicar la filosofía del “como si”. Como si no existieran.
El Estado debe ser y estar ajeno a cualquier creencia, sin ayudar ni obstaculizar a ninguna. Allá las creencias y sus seguidores.
El Estado sólo debe mirar por los ciudadanos en cuanto ciudadanos, no en cuanto creyentes.
Para el Estado no existen los pecados. Sólo existen los delitos. Y si alguien, creyente o no, delinque, debe ser llevado ante la justicia y pagar por ello.
Sólo debe importarle la conducta externa de los individuos, no lo que piensan, no su conducta interna, no su conciencia.
Si tiene o no tiene remordimientos de conciencia, ése es su problema y, si quiere, puede consultarlo con su Iglesia y sus sacerdotes, no con el Estado.
Si alguien piensa que no debe pagar a Hacienda o abonar una multa, pero paga, al Estado debe darle igual.
Los pecados no tienen por qué ser delitos (desear la muerte del Ministro de Hacienda).
El Estado no debe decantarse por NINGUNA creencia, aunque en el pasado alguna haya sido mayoritaria.
Iglesia y Estado juegan a juegos distintos y en campos distintos. Allá cada uno con su juego y sus jugadores.
Todos, absolutamente todos, somos ciudadanos de ese Estado. Sólo algunos, los que así lo deseen y opten serán creyentes, fieles, de una u otra creencia.
Italia, sin embargo, sí tiene una razón para ayudar a la Iglesia Católica, cuya sede principal está en el Vaticano, con su cabeza principal.
(No me refiero al Estado del Vaticano)
Me refiero al Vaticano como cabeza de la Iglesia Católica, pues al estar enclavado en el corazón de Roma, todo creyente que acuda a él es, para el Estado Italiano un turista que deja divisas, al tener que consumir.
El que va a recibir la bendición papal, para el Estado Italiano no es un creyente, sino un turista.
Pero ¿Y EN ESPAÑA? ¿POR QUÉ esos privilegios a la Religión Católica?
¿Porque “desde siempre España ha sido católica” y “porque lo hayamos sido (¿lo somos?), ¿La reserva espiritual de Occidente”?
Ese argumento, la tradición, no es un argumento.
El hecho de que hasta ahora haya sido así (obvio el porqué) no implica que deba seguir siendo así.
Los hechos nunca engendran derechos. Si lo ha sido, no tiene por qué seguir siéndolo.
Hagamos un poco de Historia.
En 1.953, en pleno franquismo duro, tras la guerra civil, el Régimen se apoya en la Iglesia y la Iglesia se ve beneficiada por el Régimen, firmando el Concordato con el Vaticano.
La República, con su política laica, había dejado en suspenso el anterior Concordato de 1.851, durante el reinado de Isabel II.
En 1.951, en el centenario del anterior concordato, fue Franco, en persona, quien solicitó a Pío XII un nuevo Concordato (“seguro de su comprensión y benevolencia, postrado ante Su Santidad, besa, humildemente, vuestra sandalia el más sumiso de vuestros hijos”).
Ya el Papa había firmado un Concordato con Mussolini y otro con Hitler. Así que Pío XII se mostró reticente y habría que esperar 2 años, hasta el 1.953.
Franco consiguió del Papa participar en el nombramiento de Obispos, eligiendo el Papa entre un trío propuesto por Franco (“Elija Su Santidad al que quiera de estos tres por mí propuestos”). De esta manera se aseguraba el control del nombramiento de Obispos y el apoyo ideológico de la Iglesia Católica.
La Iglesia, en cambio, consiguió muchos privilegios (legales, políticos, económicos y fiscales)
.- Matrimonios canónicos obligatorios para todos los católicos.
.- Exenciones fiscales para los bienes y actividades eclesiásticas.
.- Subvenciones para la construcción de nuevos edificios y mantenimiento de su patrimonio.
.- Censura de los materiales bibliográficos, musicales, cinematográficos, por parte de la Iglesia (las famosas “r” de peligrosidad de las películas, los cortes de escenas…).
.- El derecho a constituir Universidades (yo estudié Filosofía en la Universidad Pontificia de Salamanca, para después hacerlo en la Complutense).
.- Exención de impuestos municipales de las iglesias, de los edificios de las Iglesia, de las Residencia de los obispos, de oficinas, de Seminarios, Conventos,…
.- Exención total de Impuestos de Renta y Patrimonio, así como de sucesiones y donaciones.
.- Exención de las aportaciones a la Iglesia por parte de particulares, empegas,…
.- EL derecho a tener emisoras de radio y publicación de periódicos y revistas.
.- Protección contra la intrusión policial sobre propiedades de la Iglesia.
.- Exención del clero de hacer el servicio militar (librase de la mili).
.- Monopolio católico sobre la Enseñanza Religiosa en las instituciones públicas educativas (los niños de otras religiones podían estar exentos, pero no se reconocía a los ateos, agnósticos y apóstatas).
.- Monopolio católico en el culto público (excepto en Marruecos, donde se toleran otras religiones).
La Iglesia Católica consiguió la Confesionalidad del Estado. España era, oficialmente, católica.
El Régimen consiguió el reconocimiento internacional de algún Estado (Estados Unidos), en 1.953. (Todavía recuerdo, yo, la leche en polvo que nos daban en la escuela, para desayunar, durante el recreo; el queso de bola o los colchones).
Pero cuando Franco muere y la democracia llega, el Concordato de 1.953 (que aún no ha sido derogado) no tiene sentido mantenerlo en tales condiciones, por lo que, tanto en el 76 como en el 79 (tras la Constitución democrática) el contenido queda, en parte, modificado.
En esta nueva Constitución se recogerán dos nuevos principios:
1.- Principio de libertad religiosa.
2.- Principio de “aconfesionalidad” del Estado (“neutralidad religiosa del Estado”).
SIN EMBARGO, TODAVÍA HOY:
.- La Iglesia no rinde cuentas. Actúa como un Estado dentro de otro Estado.
.- El Estado se compromete a aportar a la Iglesia un sostenimiento económico, basado en la Recaudación de la Renta (IRPF). (La casilla de La Iglesia en la Declaración de la Iglesia Católica (pero no para otras religiones), hasta que disponga de sus propios recursos (¿cuándo?)
.- Se mantienen, si no todos, casi todos los privilegios franquistas.
Las creencias religiosas son/deben ser asunto privado de cada ciudadano y todas tienen los mismos derechos, sin más limitación que no predicar o inducir a daños a terceros.
No debe, pues, ni favorecer ni entorpecer a ninguna.
Sin embargo todos sabemos del múltiple poder del Opus Dei, sobre todo en Madrid.
¿Podemos decir que España, hoy, forme parte del mundo occidental, como Francia, Alemania, Holanda,…?
Si un Estado financia con dinero del contribuyente una creencia particular está justificando la evasión fiscal ya que está robando, literalmente, a los contribuyentes de otras creencias.
Ya salieron los crucifijos de las escuelas, sin embargo, en Estados Unidos sigue utilizándose el “In God we trust” hasta para nombrar barrenderos, PERO la religión se da en las escuelas dominicales de cada creencia y no en los centros de enseñanza patrocinados por el Estado.
La Iglesia española sigue reclamando no sólo los privilegios anteriores, sino aún más.
Yo, personalmente, y como profesor de Filosofía durante 36 años, asistir al bochornoso espectáculo de la Ley WERT, la LOMNCE, donde la Religión es, podemos decir que, obligatoria, en detrimento de la Filosofía (el “creer” y el “saber crítico”) y ver y oír al Obispo Martínez Camino o a Rouco Varela, me lleva a los demonios.
Espero y deseo que pronto España sea un país civilizado, occidental, racional y crítico y defensor de la libertad religiosa, de todas las creencias, dejando la opción de una, otra o de ninguna a los ciudadanos.

martes, 25 de octubre de 2016

MI VISIÓN/VERSIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA (5)

El 17 de Julio de 1.936 el alzamiento triunfa en Marruecos y al día siguiente alcanzó la Península.

Fracasaron los golpistas en su intento de ocupar los dos centros de poder más importantes, Madrid y Barcelona.
Por eso se alargaría tanto la guerra.
La República armó a las masas milicianas, que cometieron todo tipo de tropelías, hasta horrorizar a las democracias burguesas europeas.

Imagínense 72.000 fusiles en manos del pueblo, sin control del gobierno, por las calles de Madrid y si a eso le añadimos que muchos de esos fusiles cayeron en manos de delincuentes y marginados sociales que actuaban no por un ideal de una sociedad mejor sino por venganza y por codicia contra los ricos.

Milicias indisciplinadas, sin formación militar alguna y con fusiles en la mano y a discreción.
Ninguna democracia movió un dedo para ayudar a la República, a esa República, sino que todas estarían con Franco, no por afinidad sino por miedo al comunismo, desde el primer momento, aunque fingiendo apoyo al gobierno legítimo.

La única excepción fue la Unión Soviética, que auxilió a la República con material y técnicos.

Stalin sabía de la situación estratégica de España en el mapa para poder controlar la puerta de entrada y salida del Mediterráneo.
Así que toda Europa hizo lo imposible para que Stalin no se instalara en España.

Militarmente, en mandos, la ventaja era de los golpistas era manifiesta, con veteranos disciplinados (legionarios, regulares y mercenarios moros)

Todo lo contrario en el bando republicano, con soldados de reemplazo y apenas instrucción, a los que se unieron las Brigadas Internacionales, muy entusiasta, pero nada más.

Es verdad que los carros de combate rusos eran muy superiores a los que Alemania e Italia entregaron a Franco.
Pero ¿y si cada carro de combate ruso capturado era recompensado con 500 pesetas?
Al final había más carros de combate rusos en las filas nacionales que en las republicanas.

España dividida en dos: la nacional y la republicana, la fascista y la roja, la agraria tradicional y conservadora y la urbana industrial y revolucionaria, las lentejas y el acero, así que si unos tenían que buscar el acero que no tenían los otros tenían que buscar las lentejas que necesitaban, con todas las sangrientas consecuencias.

¡Pobres los republicanos que quedaron en territorio nacional y pobres nacionales que quedaron en territorio republicano¡

Por si no fuera bastante, las milicias arrebataron al gobierno legítimo la dirección de las operaciones.
Pero, un novato, sin experiencia aunque con mucho entusiasmo, con más voluntad y buena intención que efectividad ¿qué y cómo puede organizar adecuadamente a unas tropas?

Además, estaba la Iglesia.




lunes, 24 de octubre de 2016

MI VISIÓN / VERSIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA (4)



Los socialistas abandonarían la coalición gubernamental y dejaron a Azaña a los pies de los caballos de una Derecha robustecida que ganaría las elecciones en 1.933.

También en Europa triunfaba la Derecha, con Hitler y Mussolini, que eran apoyados por la burguesía como antídoto eficaz contra el comunismo.

Con tal de que aquí en España no ocurra lo mismo que en Rusia….

El gobierno de Lerroux, del Partido Radical, apoyado por la CEDA y los monárquicos, demolieron lo que la República había construido, indultando, incluso, a los golpistas de la Sanjurjada, a lo que, inmediatamente, la Izquierda respondió con huelgas y movilizaciones a cargo de la CNT y de la UGT  llegando a la revolución de Asturias, en Octubre de 1.934 y que sería aplastada por el ejército africanista, y con Franco como jefe.

Aprovechando el caos existente, Companys, como buen catalán-catalanista-independentista declaró “la independencia de Cataluña”.

Caería el gobierno de Lerroux, tocado, además, por el estraperlo o mercado negro y por sobornos.

En Febrero de 1.936 el Frente Popular, la amplia coalición de Izquierdas ganó las elecciones por un estrecho margen.

Seguían enfrentados e irreconciliables los dos bandos.

La Izquierda, en cuyas mentes iba calando la Revolución de Octubre Soviética, creciendo como la espuma el Partido Comunista, da un salto  y ya exige, directamente, la Dictadura del Proletariado.

Por el otro lado, en Europa, triunfaba la Derecha con el Fascismo de Mussolini, en Italia, y el partido Nazi, de Hitler, en Alemania, pero, al mismo tiempo también crecían los partidos marxistas.

En las calles se peleaban los jóvenes falangistas con las Juventudes socialista y comunista.

La Derecha, apiñada en el Frente Nacional, les hacía guiños a los militares para que se pronunciasen.
También los obispos, en su batalla particular, luchaban con los sermones en los púlpitos contra el Estado Laico.

Los militares comenzaron a moverse, sigilosamente, bajo la coordinación del general Mola, “El Director”.

El orden público se deteriora a pasos agigantados.

Es asesinado el teniente Castillo, de izquierdas, e, inmediatamente, sería asesinado el líder de la derecha parlamentaria, Calvo Sotelo.

La España y la Anti-España a garrotazo limpio, goyesco.

Acción y reacción.

Pero cada bando se consideraba “el bueno”, España, considerando al otro “el malo”, la Anti-España.

domingo, 23 de octubre de 2016

MI VISIÓN/VERSIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA. (3)


Los ánimos fueron cada vez caldeándose más y un primer intento de restablecer el orden fue el pronunciamiento de Sanjurjo, la “Sanjurjada”, el fallido golpe de Estado contra la República, en la madrugada del 10 de Agosto de 1.932, desde Sevilla, al ser considerada sectaria la Constitución, no laica, sino anticatólica.

Igualmente, la matanza de Casas Viejas, en 1.933 y el aplastamiento de la Revolución de Asturias, en 1.934.

La sociedad española estaba ya, y así se manifestaba, totalmente politizada y escindida en dos bandos cada vez más intransigentes.
Por una parte Las Derechas (los burgueses y los curas) y por otra parte Las Izquierdas (los parias de la tierra y los desheredados, en general).
Y, religiosamente, los católicos de toda la vida y los agnósticos, ateos y antiteos.
Socialmente, el casino versus la taberna, el sombrero versus la gorra, los zapatos versus las alpargatas.

Enemigos, ya no adversarios, cada día más irreconciliables.

Las dos Españas, cada una de las cuales “ha de helarte el corazón” machadiano.
Cada una queriendo catequizar a la otra, para convertirla o exterminarla.

La Iglesia “se casó” con la Derecha, descontenta, y aglutinándola en una fuerza única contra la Izquierda.
La burguesía, el capital y el funcionariado, que temían por sus propiedades o por sus privilegios de clase, constituyeron la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónoma”) cuyo miembro más representativo era Acción Popular, el partido de Gil Robles.

Desde sus primeros momentos, al gobierno de Azaña le dieron menos problemas y quebraderos de cabeza los partidos de la oposición (Partidos Católicos, Carlistas Navarros y Radicales de Lerroux) que los nacionalistas catalanes dispuestos a independizarse, aunque fuera en una Confederación.
Al final, todo quedó en una Generalitat semi-independiente y administrada por Esquerra Republicana de Catalunya, con Lluis Companys.

Y es verdad que desde principios de siglo (y aún antes) existía un vivo debate sobre la disgregación de España en distintas nacionalidades.

Y sobre este problema de la disgregación de España escribía UNAMUNO, a tres meses de la proclamación de la República y ante las urgentes prisas de ciertas regiones (y que podría leerse (y así lo leerán muchos) en nuestra situación actual de ciertas Autonomías):

“Es, pues, por individualismo, es por liberalismo por lo que cuando se dice “Vasconia libre” (“Euskadi askatuta” en esperanto eusquérico) o “Catalunya lliure” o “Andalucía libre”, me pregunto: “Libre ¿de qué?, libre ¿para qué?”. ¿Libre para someter al individuo español que en ella viva y la haga vivir, sea vasco, catalán o andaluz, o no lo sea, a modos de convivencia que rechace la integridad de su conciencia? Eso no. Y sé que ese individuo español, indígena de la región en que viva o advenedizo a ella, tendrá que buscar su garantía en lo que llamamos Estado español. Sé que los ingenuos españoles que voten por plebiscito un Estatuto regional cualquiera tendrán que arrepentirse, los que tengan individualidad consciente, de su voto, de su voto cuando la región los oprima, y tendrán que acudir a España, a la España integral, a la España más unida e indivisible, para que proteja su individualidad. Sé que en Vasconia, por ejemplo, se le estorbará y empecerá ser vasco universal a quien sienta la santa libertad de la universalidad vasca, a quien no quiera ahogar su alma adulta en pañales de niñez espiritual, a quien no quiera hacer de Edipo”
(Miguel de Unamuno, “Individuo y Estado”, en El Sol, 21 de Julio de 1.931)


Y estoy acordándome de los andaluces en Cataluña o los castellanos y extremeños en Vasconia, que quieran seguir siendo españoles y no sólo catalanes o vascos.

viernes, 21 de octubre de 2016

MI VISIÓN/VERSIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA (2)


Recordemos la crisis del 29 y sus secuelas.

Y lo racional, lo prudente hubiera sido, en esos momentos, arrimar el hombro para paliar el paro y dejar para otro momento cobrar viejas deudas y resucitar viejos agravios de la derrotada facción conservadora.

Estaba en la mente de todo republicano liberar a la sociedad de la influencia de la Iglesia y, de la mano de ese anticlericalismo, iba el revanchismo.

Hubo un comportamiento civil como el de los novatos, y malos, conductores que forzaron tánto el motor que lo quemaron.

Lo primero que se hizo, sin esperar, fue la declaración de que la República era aconfesional y dieron prioridad a la disolución de la Órdenes Religiosas, permitieron el matrimonio civil y el divorcio, y planearon arrebatar a la Iglesia la Educación de la Juventud, impulsando la Educación Laica, multiplicando el número de escuelas.

Desde el siglo XIX la Iglesia era la dueña y señora única, controlando la educación, sobre todo la de la infancia y primera juventud, cuando las conciencias, aún inmaduras, son maleables y moldeables, pudiendo acatar, sin cuestionarlo, todos los dogmas de fe.
Como hoy casi todos los niños, que quieren hacer la primera comunión (aunque ya no lleguen a hacer la tercera) y tienen que asistir, durante tres años, a catequesis.
¿Es que van a entender/comprender el misterio de la consagración con la presencia real de Dios bajo las especies de pan y de vino?
(Y también los padres tienen que hacer tres años de catequesis para que sus hijos…).
Así sigue siendo, hoy la Iglesia.

Y no sólo era el objetivo arrebatarles esa parcela, la de la enseñanza, es que, además, toleraron y no persiguieron, desde el primer momento, la quema de templos y conventos por elementos incontrolados, yéndose a la mierda archivos, estatuas, retablos, pinturas,…

¡Fue una barbaridad¡ ya no por lo religioso, sino por la pérdida de patrimonio histórico.

(Léase “La quema de conventos en Málaga. Mayo de 1.931” de mi compañero y amigo, profesor del Instituto Salvador Rueda, José Jiménez Guerrero. Fue la noche del 11 al 12 de Mayo, antes de cumplirse un mes de la proclamación de la República. En esa sola noche desaparecieron la mayor parte de las obras de arte que atesoraban los templos y conventos.

Y esta quema de conventos en Málaga estuvo precedida por un intento de incendio del Palacio del Obispo, ya en 1.930 y varios sucesos el mismo día de la proclamación de la República, con el asalto a la sede del diario “La Unión Mercantil” y un intento de asaltar la residencia de los Jesuitas y el Seminario, al día siguiente.

Málaga fue la ciudad Española más afectada durante estos trágicos sucesos y buena parte de su patrimonio religioso, artístico, cultural e histórico fue destruido para siempre.
Y, entre las obras pasto de las llamas, estuvo “El Cristo de la buena muerte” y “La Virgen de Belén”, de la Iglesia de Santo Domingo, dos obras paradigma del barroco español del sin par imaginero Pedro de Mena.
Y “La urna con el Cristo yacente”, de la Iglesia de San Agustín, así como “El Chiquito”, de la hermandad perchelera de La Misericordia, también de Pedro de Mena, que fue quemado en una hoguera en la Plaza de la Merced.

“El cielo veíase rojo, negras columnas de humo hacia él ascendían. Era el resplandor de las tremendas hogueras que desde diversos sitios de la capital elevaban hacia el infinito sus llamas intensas” –narra un periodista, subido en su coche, por la carretera de Colmenar.

Hasta en el mismo bando republicano de izquierdas surgieron voces de alarma proclamando que, atacando a la Iglesia de esa manera, lo primero que iban a conseguir era que media España se enemistara con la República.

Desde los púlpitos se clamaba para que las fuerzas armadas pusieran remedio, señalando de dónde procedía el caos.


La ignorancia y la incultura llevan a estos desatinos.

jueves, 20 de octubre de 2016

MI VISIÓN/VERSIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA. (1)



LA OCASIÓN PERDIDA: LO QUE PUDO SER Y NO FUE.

¿Cuántas veces me habré preguntado cómo fue posible que, siendo la flota, casi toda, leal a la República, no presentara batalla al convoy de buques mercantes, protegido sólo por el cañonero Dato y que éste cruzara el Estrecho de Gibraltar transportando el ejército de África a la Península, aquel 5 de Agosto, desembarcando en la cabeza de puente de Cádiz y Sevilla, donde el general Queipo de Llano…?


Comienzo una serie de reflexiones sobre mi visión/versión de lo que fue y cómo fue.

1.-

El objetivo de la criatura recién nacida, la República, era, realmente maravilloso: “establecer un estado democrático tras las Dictaduras de Primo de Rivera y una Monarquía, presente y ausente, que estaba y no estaba, una Monarquía desvaída y esposada, amordazada, y  una “Dictablanda” de Berenguer, “Dictaduras con Rey”, una España democrática, regionalista, laica y abierta a ampliar reformas sociales”.

Era darle la vuelta a la tortilla y pasar del negro al blanco o al celeste-esperanza pero, tras el júbilo del 14 de Abril con la proclamación de la República, ya empezó mal, con un gobierno de coalición, además débil, presidido por Alcalá Zamora pero integrado por facciones muy distintas.

Largo Caballero, líder de la UGT, al frente del Ministerio de Trabajo intentó organizar la masa obrera pero fueron muchos que, descontentos, se pasaron al otro Sindicato, la CNT, más radical y menos comprometida con el gobierno y cuya ideología acabó identificándose con la FAI (Federación Anarquista Ibérica), poco amiga de dialogar y más amiga de conseguir sus objetivos por las bravas.

La Izquierda en el poder, fiel a su tradición, arremetió contra la Iglesia y contra el Ejército, los enemigos tradicionales  y sostenes del viejo régimen.

miércoles, 19 de octubre de 2016

THAT IS THE QUESTION (14)


Por la “ley de probabilidades” la mayoría tiene razón, siempre que todos los ciudadanos actúen racionalmente. 

Pero de ahí no puede concluirse, como lo hace Rousseau, la Voluntad General, sino la Razón General.

martes, 18 de octubre de 2016

POR SI ALGUIEN TENÍA DUDAS DE "LA DESBANDÁ"

Foto de la desbandá de Norman Bethune.Rumbo a la verdad de La Desbandá

Andrés Fernández y Maribel Brenes presentan hoy su esperado libro sobre la masacre de la Carretera de Almería

Lucas Martín 01.04.2016 | 05:00
Foto de la desbandá de Norman Bethune.
·                                 Fotos de la noticia
El trabajo, que se fundamenta en fuentes oficiales inéditas y de ambos bandos, cifra el número de exiliados en 300.000, el doble de los que se aventuraban anteriormente – En Adra sólo quedaban 200.000


 El escándalo de La Desbandá, considerado unánimente en Europa como la mayor matanza del siglo hasta la aparición de Hitler y de Stalin, ha ido desbrozándose en estos casi ochenta años lentamente
……………………………………………………
Después de más de un lustro de trabajo, los historiadores Andrés Fernández y Maribel Brenes han logrado desentrañar muchos de los aspectos que hasta este momento parecían irresolubles. Su trabajo, que se presenta hoy oficialmente en la sede de Turismo Andaluz, la histórica fonda de la calle Compañía, 
…………………………………………………………….
Según el trabajo, fueron 300.000 los andaluces que iniciaron la huida, toda una ciudad en movimiento que paradójicamente superaba de largo la población de Málaga de la época, y que se nutría de grandes bolsas humanas llegadas desde otras localidades y provincias. Durante las horas previas a la entrada del ejército nacional, Málaga se convirtió en una plataforma tambaleante de viajeros que llegaban en busca de una vía de salida. Solamente desde el interior vinieron 80.000 personas con la intención de integrarse en la diáspora.
……………………………………………………………………………..

La única certeza es la que también sugiere por primera vez el trabajo: de los 300.000 que partieron de Málaga sólo 200.000 llegaron a Adra. 

lunes, 17 de octubre de 2016

¿CUÁNTOS DÍAS TIENE EL AÑO?


CALENDARIOS
Ha habido, a lo largo de nuestra historia, “DOS AÑOS MÁGICOS”. “Mágicos” porque no fueron normales, de 365 días. Al año 46 (a.C) le tocó la lotería, sin echarle, y le tocaron 85 días extras. Ese año, “mágico”, duró 450 Días. Al año 1.582 (d.C.), en cambio, le robaron la cartera y le sustrajeron, nada menos que, 10 días. También fue un año “mágico”, sólo duró 355 días.

Estamos hablando de “calendarios”. El Calendario Cristiano Occidental se ha convertido en el Calendario Internacional de referencia. Pero no siempre fue así. El pueblo egipcio era esencialmente agrícola (todos sabemos, desde la escuela, aquello de las inundaciones anuales del río Nilo y, como consecuencia, la necesidad, anual, de la agrimensura).

Es por ello por lo que el calendario egipcio, que fue el primer calendario solar del que se tiene noticia, fue, sin embargo, en realidad, un calendario agrícola. Para los egipcios el año tenía 365 días, divididos en 12 meses de 30 días cada uno. Y, como sobraban 5 días, éstos estaban dedicados a festejar el nacimiento de sus dioses: Osiris, Isis, Horus, Set y Neftis.

Los 12 meses se agrupaban en 3 estaciones: 1.- La de las inundaciones; 2.- La del invierno o de la germinación, y 3.- La del verano o estación del calor. A su vez, cada mes se dividía en 3 semanas, de 10 días cada una; y el día se dividía en 24 horas. El problema era que esos 0,25 días, no contabilizado, de cada año, se iba acumulando, por lo que el error también iba creciendo. El calendario babilónico (pueblo de grandes astrónomos y matemáticos), en cambio, sí fue astronómico. Medían los años mediante calendarios lunares. Y ello creaba un problema. Y es que la duración de una lunación es variable, está entre los 29 días y 6 horas y los 29 días y 20 horas, siendo el mes lunar, medio, de 29 días, 12 horas, 44 minutos y 2 segundos, con lo cual, bastaba con ponerle a los meses lunares 29 y 30 días para que el desajuste fuera mínimo, bastaría con añadirle 1 día a un mes de 29 (y tendría 30) cada 30 meses.

Los romanos contaban los años desde la fundación de Roma (ab Urbe condita). El calendario Juliano, elaborado por Sosígenes de Alejandría fue difundido e impuesto por Julio César, a lo largo y a lo ancho, en todo el imperio romano, el año 46 a.C. “el año de la confusión”, porque hubo que añadirle, nada menos que, 85 días a ese “mágico año”, para compensar y ajustar los errores acumulados. El “año de la confusión” duró 365 + 85 = 450 días. Hubo que meter dos meses entre Noviembre y Diciembre.

También volvieron al calendario egipcio en cuanto al inicio del año, que pasó del 1 de Marzo (en memoria del Dios Marte) al 1 de Enero (“Januarius”, la puerta o entrada y también el dios Jano, de doble cara, la que mira para atrás, al año que se va, y la que mira hacia adelante, al año que entra).

Para no volver a tropezar en el mismo error se ordenó que cada 4 años se contabilizase 1 día más, ese 4º año era el “año bisiesto”. Serían “bisiestos” todos los años “divisibles por 4”, incluso los años terminados en 00, por lo que se cometía, de nuevo, un error de 1 día cada 125 años, o 7 días cada 1.000 años. Pero el año “bisiesto” no es que Febrero tuviese 29 días, seguía teniendo 28, pero el 23 de Febrero se repetía, ese día era el “23Fbis”, y como el 23 F era el sexto (“sextilis”) día antes de las calendas de Marzo, “el 23 F bis” fue el “bisiesto”.

Llamar a los días de la semana: Domingo, Lunes, Martes, etc…fue, ya, posterior, en el 321 d.C., con el emperador Constantino y el Concilio de Nicea, en 325 (d.C). El Domingo era el “día del sol” (anterior al Lunes “día de la luna”), y era el día de descanso, para adorar a Dios, en vez de serlo el Sábado (“día de Saturno”), que era el día de descanso de judíos y gentiles. Y como Jesús de Nazaret, el “Cristo”, había muerto el sexto día de la semana judía, había resucitado el “Domingo”, llamado Domingo de Resurrección. Y como “domingo” viene de “dominus” y “dominus” significa Señor, el domingo es “el día del Señor”.

Así, al mismo tiempo, se satisfacía también a otra religión muy popular, la del culto a Mitra, en que se adoraba al sol. Pero al mundo occidental, una vez cristianizado, poco le importaba la fundación de Roma y sí, y mucho, la venida de Jesucristo. Así que se acordó contar los años “ab incarnatione Domini” (desde la Encarnación del Señor).

Esta labor fue encomendada a un monje escita, de la Escitia Menor (hoy Rumania), llamado “Domingo el Exiguo”, bien porque era enano o muy bajito comparado con los demás, bien por su humildad. Corría el año 527, aunque no sería oficialmente asumida hasta el año 607, por el Papa Bonifacio VIII.

El inicio del año debía ser, pues, el 25 de Marzo, fiesta de la Anunciación del Ángel a María (9 meses (el embarazo) antes de la Natividad o Navidad), fiesta, por la tanto de la Encarnación, que se correspondía con el año 753 de la Fundación de Roma (Ya es sumamente conocido el error de Dionisio el Exiguo a la hora de calcular el nacimiento de Jesús, unos 5 años de error).

Pero ese inicio del año luego se desplazó al 25 de Diciembre, día del nacimiento, para terminar empezando el 1 de Enero (algo incongruente con el criterio cristiano, ¿por qué retrasarlo al día 1 de Enero, que nada tiene que ver ni con la Anunciación, ni con el Nacimiento? (También es sumamente conocido el interés de la Iglesia en hacer coincidir las fechas cristianas con las fiestas paganas. El solsticio de invierno viene a coincidir con la Navidad o, mejor, ésta con aquel).

El Calendario Gregoriano se impuso tras más de 1.600 años del Calendario Juliano, fue en al año 1.582 y ya, para entonces, los desajustes eran ya demasiado notorios. Uno de los acuerdos del gran Concilio de Trento (1.545 – 1.563) fue, precisamente, el nuevo calendario, a través de la bula “Inter gravísimas”.

Fue por eso que el Papa Gregorio XIII, para corregir el error acumulado desde el Concilio de Nicea, decretó que del día 5 de Octubre se saltara al día 15 (o sea, que uno se acostó el día 5 y se despertó el 15 de Octubre). Ese mes de Octubre de 1582 sólo tuvo 21 días (“31 – 10”).

Este calendario gregoriano es el hoy vigente. Los días se enumeran (desde que los visigodos introdujeron la costumbre de numerarlos, aunque esa numeración no fue oficial hasta que la adoptó Carlomagno) desde el 1 en adelante y, además, cada día, se conmemora a uno o a varios santos.

Pero, no nos engañemos, los motivos que tenía la Iglesia para el nuevo Calendario, eran motivos religiosos, era la regularidad del año litúrgico, por lo que hubo que introducir determinadas correcciones en el calendario civil, y todo para saber en qué día, exactamente, debía celebrarse la Pascua de Resurrección y demás fiestas religiosas móviles.

Yo quería celebrar mi onomástica en Diciembre, el día de Santo Tomás Apóstol, pero me dijeron que no podía, que el santo que me correspondía era el más cercano a la fecha de mi nacimiento, y como éste era Santo Tomás de Aquino, también tuve que renunciar tanto al monje trinitario Santo Tomás de Villanueva como al utópico Santo Tomás Moro como al desconfiado Santo Tomás Apóstol.

El año tenía 365 días, 5 horas, 49 minutos y 12 segundos, es decir, 365, 2425 días, basándose, entre otros, en las Tablas Alfonsíes, de nuestro Alfonso el Sabio. Los años seculares (los terminados en 00) se convertirían en bisiestos sólo si resultaban divisibles por 400, de lo contrario se irían acumulando, otra vez, desajustes. Cada 4 años, pues, el 4º era el bisiesto, menos los años múltiples de 100, pero sí los múltiples de 400.

La norma decía así: “La duración básica del año es de 365 días, pero serán bisiestos aquellos años cuyas dos últimas cifras sean divisibles por 4, exceptuando los años que expresen el número exacto del siglo (100, 200,….700…1.800, 1.900…), de los que, a su vez, se exceptúan aquellos años cuyo número de siglo sea divisible por 4 (400, 800,…2000…”. Pero como la orden venía de Roma, los países cristianos pero no romanos, no la aceptaron, de momento. Como era natural y de esperar, los primeros países que adoptaron el nuevo calendario fueron Italia, España y sus colonias y Portugal, el mismo día, mes y año, el 5 de Octubre de 1.582.

También en 1.582, pero ya en Diciembre, lo harían Francia y los Países Bajos. Prusia, por ejemplo, no lo adoptó hasta Agosto de 1.610. Noruega, Dinamarca y Estados alemanes protestantes lo hicieron en 1.700. Hasta 1.752 no lo adoptan Reino Unido y sus Colonias. Japón lo hará ya en siglo XIX, en 1873. Y hay que esperar al siglo XX a que lo hagan China (1.911), Bulgaria (1.917), Rumania y Yugoslavia (1,919), Rusia (1.923), igual que Grecia. La última fue Turquía, en 1.926. Ya todo el mundo, en general, por motivos pragmáticos, ha adoptado el cómputo cristiano del tiempo.


Y no sólo contar los años, lo meses y los días. Las campanas, en lo más alto de las torres de iglesias y catedrales, señalaban las horas de la oración. Los toques de campana para los oficios religiosos, el toque del ángelus, al mediodía, para el rosario vespertino… También el clero regular y secular cronometraban el día según las oraciones a rezar: maitines y laudes, vísperas y completas, prima, tercia, sexta y nona. El monopolio del sonido y el monopolio de la vista estaban en poder de la Iglesia. La torre era vista desde cualquier parte del pueblo y su campana era, igualmente, oída. Cuando aparecieron los relojes individuales, cuando el tiempo se democratizó, cada uno se programaba su vida. Siguen, no obstante, repicando las campanas que ¡maldita la gracia que le hará al que ha estado trabajando en el turno de noche.

THAT IS THE QUESTION (13) LA REAL GANA

En una Monarquía Absolutista la ley es el deseo  y la voluntad del Rey, lo que diga o quiera el Rey, por lo que, si hoy quiere esto, esto será la ley y si mañana quiere lo contrario, eso será ley.

Eso es lo se denomina y se especifica en el dicho “porque me da la REAL gana”, que es el colmo del despotismo.


domingo, 16 de octubre de 2016

THAT IS THE QUESTION (12). CUENTAN QUE...

Cuentan que en Persia, cuando moría el Emperador quedaban en suspenso, sin vigor, durante cinco días, todas las leyes por lo que, durante esos cinco días se cometían todo tipo de atrocidades.
La anarquía era absoluta.                   
Así que, cuando era nombrado el nuevo emperador y era restaurada la ley, incluso una ley más dura, era recibido como un salvador.
Era el ejemplo clásico para hacer ver al pueblo que no se puede vivir en la anarquía y que la autoridad, siempre, era necesaria.


jueves, 13 de octubre de 2016

THAT IS THE QUESTION (11) LA GUILLOTINA

LA GUILLOTINA

La GUILLOTINA fue uno de los más democráticos inventos al no hacer distingos entre cuellos masculinos y femeninos, entre cuellos de nobles y cuellos de plebeyos, de cultos o de incultos.

miércoles, 12 de octubre de 2016

REFLEXIÓN FILOSÓFICA (5) ASÍ SOMOS LOS HOMBRES

ASÍ SOMOS LOS HOMBRES.

Ni somos sólo acero ni somos sólo plastilina, por eso, a veces, somos indomables y, a veces, tan flexibles.
Somos semidivinos, cuando intentamos desentrañar los secretos de lo infinitamente grande y de lo infinitamente pequeño y, a la vez, nos comportamos con instinto criminal.

Nos compadecemos de algunos animales y masacramos a otros, sin utilidad, sin finalidad práctica alguna, por un placer macabro y sin sentido, sin que se nos remueva la conciencia.

Parecemos, a veces, respetables y dignos de respeto y, a veces, indignos de lo mismo.
A veces somos sensatos y, a veces, hacemos del sentido común el menos común de los sentidos.

Tenemos a la espalda miles de años en que hemos demostrado y puesto en práctica nuestra belicosidad sobre hombres como nosotros, sobre la flora, sobre la fauna, hasta sobre los 4 elementos clásicos, tan necesarios que, sin ellos, moriríamos al momento.

Contaminamos el aire y el agua (y lo sabemos) y, a continuación, ideamos formas de descontaminarlos.

Convertimos la tierra en paisajes inhóspitos y agujereamos, a diario, el paraguas que nos protege de los letales rayos ultravioletas.

Nos hemos convertido en una mala noticia para el resto de los seres vivos.
Matamos por deporte o por diversión, no por necesidad, por lo que estamos rebajando nuestro nivel de humanidad.

Quizá (estoy seguro de ello) seamos el mayor logro de la naturaleza evolutiva, pero, a la vez, somos la mayor pesadilla.

Así somos.

Especialistas en extinciones por lo que, cualquier día, nos extinguimos a nosotros mismos.


Hemos llegado tarde a la vida pero ¡hay que ver lo rápido que hemos aprendido a recular y volver a ser animales, de donde venimos¡

THAT IS THE QUESTION (10)

DEMOCRACIA y LIBERALISMO parecen conceptos contradictorios y no sé cómo pueden compaginarse y existir una “democracia liberal” o un “liberalismo democrático”.

Porque “Democracia” responde a la pregunta: “¿quién es el titular legítimo del Poder?”. Y responde: “El Pueblo”.

El Liberalismo, en cambio, responde a la pregunta: “¿Cuáles deben ser los límites del poder?”. Y responde: “cuanto más limitados sean, mejor”. 

Que el poder intervenga lo menos posible en la vida económica. 

Como sabemos, su principio era: “Laissez faire, laissez passer”.


lunes, 10 de octubre de 2016

12 de OCTUBRE. NO FUE UN GENOCIDIO.


Contra la opinión de muchos, sostengo que el 12 de Octubre sí hay algo que celebrar, y no es, precisamente, un genocidio.

Dice el Diccionario de la RAE que “genocidio” es: “la aniquilación o el exterminio sistemático de un grupo social, motivado por cuestiones de raza, religión, etnia, política o nacionalidad. Se trata de un asesinato de masas que busca la eliminación del grupo y que, incluso, puede incluir medidas para evitar los nacimientos”.
A
lo largo de la historia han existido casos de genocidio que han demostrado la crueldad del ser humano. Uno de los más famosos y de dimensiones más extensas fue el que tuvo lugar en Ruanda en la década de los años 90.
Concretamente en dicho rincón africano lo que se produjo fue el intento de acabar con la población tutsi por parte de quienes se encontraban en ese momento en el poder, los miembros del gobierno hutu.
El genocidio armenio (19151917), con la muerte de un millón y medio de personas, y el Holocausto ejecutado por el nazismo (con cerca de seis millones de muertos) son ejemplos históricos del genocidio.

Y no fue esto lo que se produjo en las tierras americanas descubiertas y conquistadas por los españoles.

Día del Pilar, Día de la Hispanidad, Día de la Raza (ya en desuso), Día del Descubrimiento, Día de la Fiesta Nacional.

Sé que hay gente, mucha o poca (es igual) que no quieren festejar este día por considerarlo el “día del genocidio”.

Y, contra eso, yo sostengo que no es verdad, que no hubo genocidio.

Lo que sí es verdad es que el impacto de Europa en el Nuevo Mundo, recién descubierto y conquistado, fue devastador, comenzando por los españoles.

La población indígena del Caribe, los indios taínos y caribes, que habitaban aquellas islas y archipiélagos, desapareció en menos de 25 años, pero no fue porque “los mataran”, sino porque se “murieron”.

La causa principal de la extinción de muchos pueblos y culturas indígenas fue una “causa biológica”.

Los europeos (empezando por los españoles) llevaban consigo, junto a sus intenciones y objetivos crematísticos, una serie de enfermedades desconocidas en América frente a las cuales los indios se encontraban genéticamente inermes, por carecer de anticuerpos para ellas.

Las epidemias de viruela y sarampión acabaron con el 75% de la población.

El tifus, la gripe, la neumonía, la rubéola,…unidos al hambre y a la explotación laboral hicieron el resto.

Tampoco los españoles resultaron biológicamente inmunes a los agentes patógenos de muchas enfermedades americanas desconocidas en Europa, especialmente la sífilis.

La mortalidad de los primeros colonos fue, también, muy elevada.

A los 5 años, el 30% de la población blanca padecerá la sífilis, que también se extendería rápidamente por Europa, aunque los españoles, para echarle la culpa a otros la llamaran “morbo gálica”, endilgándosela a los franceses.

Sería después, cuando desapareció la población india, cuando los colonos la sustituyeron por esclavos negros importados de África, que eran mucho más resistentes para el trabajo y que ya se venían explotando en Europa.
Los descendientes de esos negros son los que hoy pueblan las islas del Caribe.

¿Que por qué fueron allí los españoles? Naturalmente no por motivos humanitarios, filantrópicos, religiosos,…

La búsqueda de oro, plata, joyas, perfumes y, también, las especias (pimienta, clavo, jengibre, canela, cardamomo, nuez moscada,…que eran sumamente estimadas y que, hasta entonces, habían llegado a Europa a través de la ruta terrestre, la Ruta de la Seda, pero que había quedado estrangulada tanto por la conquista de Constantinopla, por los turcos, como por la islamización de los tártaros.
De aquí la ruina de los mercaderes venecianos y genoveses (incluso catalanes).
Pero como la demanda crecía y la oferta era casi nula fue lo que lanzó al mar, buscando una ruta marítima, primero los portugueses, por la ruta africana (Atlántico e Indico), hacia el Este.
España, con Colón, tomó la ruta contraria, hacia el Oeste, basándose en cálculos equivocados, por los que nunca llegó a Cipango (Japón), ni a Catay (China), ni a la India.
No encontraron palacios de jade, con tejados de oro, ni sedas, ni joyas, ni….como había descrito Marco Polo.
Con lo que se encontraron Colón y su tripulación fue con unos pocos indios, más pobres que las ratas, vestidos con taparrabos y con indias con las tetas al aire y sonriendo bobaliconamente.

Si en el primer viaje (una locura cruzar el “mare tenebrosum”) Colón se las vio y se las deseó para enrolar la tripulación necesaria (al final consiguió 87 hombres, entre los que había 4 condenados a muerte, a los que se les había prometido la libertad) en los siguientes viajes no tuvo problema para reclutar a voluntarios, pues había grandes colas para intentar enrolarse.
Pero no era por “amor a la Patria”, ni por “evangelizarlos” y convertirlos a la verdadera fe, sino porque corrió el rumor de que las mujeres indias eran….deshonestas, libidinosas, (y demás adjetivos).

El rebelde Roldán, que desertó de la primera colonia americana y se echó al monte por su cuenta, para atraer a hombres a su causa, en su “programa electoral publicitario proclamaba que “en vez de azadones manejaréis tetas, en vez de trabajo, cansancio y vigilias, tendréis reposo y placeres en abundancia,…”

“Ganancias” y “placeres”, he ahí los dos grandes objetivos de los que desembarcaron en América.

La población masculina española, muerta de hambre y reprimida por la mojigata moral sexual, por ser, el sexual, el pecado por excelencia para la omnipotente y omnipresente Iglesia, vieron una salida a sus necesidades vitales.

Otro error, muy extendido, es la creencia de que las especias eran para sibaritas, disfrutadotes de sabores y de olores.
La cosa era mucho más burda.

Como se desconocía el café, el té, el limón, el azúcar,.. los sabores de las comidas de los europeos eran tan monótonos, tan insulsos,…que sólo las especias podían crear variedad de comidas, de guisos,…hasta seis o siete platos diferentes a partir de la simplona carne, que era lo que, generalmente, comía la gente bien y para lo que demandaban las especias arriba señaladas.
Y, como no existía refrigeración que retardara la descomposición de la carne, las especias disimulaban sus olores y sabores putrefactos.

Igualmente ocurría con el vino “picado” (avinagrado) que, con una mezcla de canela y clavo, se convertía en potable.

Todo fue, pues, más vulgar: especias, oro y sexo (recordar que, cuando escaseaban el oro y la plata, la pimienta era reconocida como medio de pago de los contratos)

Desde el sexo, a la enfermedad y a la muerte.
No hubo genocidio.

Y creo que sí hay que festejar porque lo que a nosotros nos costó Dios y ayuda y varios siglos superando obstáculos como era la asimilación de la cultura griega (Razón, Filosofía, Ciencia y su hija la Tecnología) y la cultura latina (el Derecho, las Instituciones Políticas, las Leyes como marcos de convivencia) y el idioma (el español) que prendió con su acento particular.

Trasplantarlo allí y fructificar en poco tiempo no es sembrar y que, con el tiempo, prenda y madure.

Los conquistadores españoles no fueron como los colonos anglosajones, arrinconando en reservas a los indios americanos (los pieles rojas y demás tribus de las películas del oeste).

Espíritu mercantilista español no fue la mentalidad racista anglosajona.
Los fanáticos, ignorantes y valerosos españoles de los siglos XV y XVI no fueron los cultos anglosajones del XIX que habían pasado por la Ilustración.

El mestizaje hispano-portugués, con los nativos, no fue como los anglosajones que, sólo ahora, y tras muchos años, se capean con los negros, con los derechos humanos, una vez exterminados o muy mermados los indios.