domingo, 9 de octubre de 2016

LA FIRMA DE DIOS (HOY HAITÍ, SIRIA, LAS PATERAS,...)



(Escrito hace años, por desgracia sigue siendo actual. Hoy son los huracanes en Haití, la eterna guerra de Siria, los centenares de muertos a diario en el Mediterráneo, los terremotos.---)

Cuando yo era estudiante, algunos de mis profesores rizaban el rizo para mostrar tanto la Inmaculada Concepción de María como la maternidad y virginidad de la misma, al mismo tiempo.
Empleaban el siguiente argumento:

“Si Dios Pudo (hacerlo) y no Quiso, no es Dios, porque no sería Infinitamente Bueno.

Si Quiso y no Pudo, tampoco es Dios, porque no sería Omnipotente.

Es así que en la esencia divina está el ser Infinitamente Bueno y Omnipotente
Por lo tanto Pudo y Quiso. Luego María fue….”.

Claro que aplicando ese mismo argumento podríamos preguntarnos y preguntarles qué ocurre hoy mismo, que cuando no es una guerra es un terremoto y cuando no es una sequía es un tsunami.
“Si Pudo y no Quiso evitarlo…… Si Quiso y no Pudo evitarlo….Es así que en la esencia de Dios…..Luego….”

Luego ¿qué?.

¿Dónde está la firma de Dios?.
¿Será verdad que “Dios escribe con los renglones torcidos” como decía un libro que leí de adolescente, y que por eso no nos enteramos de sus mensajes?.

Un día sí y otro también tenemos una guerra, civil, racial, internacional,… (Da igual, pero las tenemos). Y también muertos por aquí y muertos por allí, directos, más los de los efectos colaterales.

Y cuando no es una guerra es un terremoto o un maremoto,…Yo ya no sé si es que Dios no Quiere o no Puede graduar la escala Richter o ésta se le ha ido de la mano, pero lo cierto es que, casi siempre, las consecuencias, donde más se hacen notar es lejos de los países ricos y siempre les toca a los países pobres, como dejados de la mano de Dios, cuando precisamente ellos …

Otro de las cuestiones típicas de aquella filosofía escolástica que me enseñaban en la Facultad era cómo era posible compaginar la Omnipotencia divina y su infinita Bondad con presencia del mal en el mundo.

Es lo que se preguntaron aquellos intelectuales liberales ilustrados del siglo XVIII cuando a las 9,20 horas del día de Todos los Santos de 1.755, estando oyendo misa muchas personas, Lisboa casi desapareció del mapa.
Lisboa tenía, entonces, 275.000 habitantes, Se calcula que murieron 90.000. El seísmo que debía haber sido, con las mediciones modernas, de 9 en la escala Richter, fue seguido de tres maremotos más, por si fuera poco o faltara algo, un incendio, causando la destrucción casi total de Lisboa, capital de un país devotamente católico, con muchas inversiones en asuntos religiosos y una amplia e intensa actividad evangelizadora.

Y los ilustrados se preguntaban el porqué.

Voltaire, siempre a la vanguardia de la filosofía crítica arremetía contra Leibniz y Alexander Pope si éste era “el mejor de los mundos posibles”.

Recuerdo, igualmente, las colectas públicas en las iglesias, en mi juventud, para recaudar fondos para los peruanos que, en 1.970, sufrió un terremoto de intensidad 7,8 en la escala de Richter, a consecuencia del cual murieron 80.000 personas, más 20.000 desaparecidos, más 3 millones de afectados.

Por si fuera poco, Perú ha sufrido otro muy reciente, en el 2.007, de 8,1 de intensidad, en el que, entre otras consecuencias, más de 76.000 viviendas fueron destruidas.

Cuando la gente preguntaba el porqué, los de siempre respondía lo de siempre, la culpa del terremoto es de los hombres y sus pecados. La misma respuesta que se dio en el siglo XIV al porqué de la “peste negra” que diezmó Europa.

Pero son muchos siglos de distancia.

¿Es que son más pecadores los pobres que los ricos?, ¿No son ellos los “bienaventurados?. Pues “vaya buenaventura”, como si los peruanos o turcos o negros africanos fueran más pecadores que europeos y japoneses. Porque se calcula que el terremoto de Perú habría causado en Japón no más de 15 muertos.

No es de extrañar, pues, que apareciera, entonces, una viñeta en la que aparece Dios tumbado en el diván de un psiquiatra, al que le pregunta: “Doctor, ¿yo existo?”.

Sin comentarios.

Todos hemos recurrido y recurrimos (yo, el primero) a la Wikipedia.
Wikipedi
a o la Enciclopedia Libre, es “uno” de los múltiples proyectos (sin duda, el más conocido) de la Fundación Wikimedia, organismo sin ánimo de lucro, pero hay varios más (Wikiccionario, Wikilibros,… y uno al que, a mí me gusta visitar, Wikiquote, “colección de citas famosas”.

Allí aparece una frase o cita de un portugués, psiquiatra, periodista, participante en la liberación de Angola y candidato a Premio Nobel. Se llama Melo Antunes.

“El azar es el pseudónimo que utiliza Dios cuando no quiere firmar”.
Cita que también la he encontrado como “El azar es la firma de Dios cuando quiere permanecer en el anonimato”.

Yo no sé si los pobres son los bienaventurados, más bien creo lo contrario, porque ellos siempre tienen dos desgracias: una, ser pobres, y la segunda, como las desgracias nunca vienen solas, a la pobreza propia se le une el olvido ajeno y, en consecuencia, la situación de desamparo.

¿Es que los adobes peruanos están empecatados mientras las estructuras antisísmicas occidentales y japonesas están bendecidas por los dioses?

¿O es que a Dios le es más grata la ciencia y la tecnología de los ricos que los adobes manuales y artesanos de los pobres?

¿Será que Dios está con el progreso y todas estas desgracias “naturales” son mensajes a los pobres para que salgan de su atraso y progresen?

Los muertos nunca protestan ni reivindican pero hay que ver lo agradecidos que están a Dios aquellos que se salvaron de terremoto, del atentado, de la hambruna, de la epidemia,…

Me recuerda a aquel al que le tocó la lotería y exclamó, con un gesto de agradecimiento: “Dios es justo. Dios existe”. Ya tenemos a un converso o a un requeteconverso más y elevado a la enésima potencia.

Al que cree en Dios todo lo que ocurre en este mundo, sea bueno o malo, lo reafirma en su fe, sumamente agradecido, al igual que al que no cree lo reafirma en su descreimiento.

Los que creen están convencidos de que Jesús, con su muerte en la Cruz pagó todas las multas, que teníamos acumuladas, de todas las infracciones cometidas por todos los hombres a lo largo de todos los tiempos.

Los que no creen dicen que ellos nunca han tenido coche.

¿Nos convenceremos alguna vez de que la fe son creencias, sin pruebas concretas, y que las llamadas pruebas son pseudopruebas, al ser sólo emocionales, sentimentales, que nacen, crecen, viven y permanecen solo en el ámbito privado?

Porque si se prueba ya es saber y no creencia.
¿O es que hay personas interesadas en falsificar la firma de Dios?.

Guerras y terremotos.

¿Pero qué decir del reciente maremoto, que nos han pasado por la tele una y otra vez, de Samoa, de magnitud 8,3, que tuvo lugar a las 7 de la mañana, y que a los 20 minutos se produjo el tsunami que penetró 800 metros tierra adentro, con las consecuencias catastróficas que uno puede imaginarse?.

Yo me acordaba de mi Málaga si algo parecido ocurriera.

¿O qué decir de las hambrunas africanas?

En Mayo de este mismo año, 2.009, se calculaba que al menos 13 millones de africanos necesitaban desesperadamente ayuda alimenticia.

Angola, Malawi, Zimbabue, Kenia,…
10.000 niños diarios más de la cuenta mueren a diario, en el mundo, cuando no llueve (como este año) o cuando llueve a destiempo.

Por si fuera poco, la ausencia o malas condiciones de las infraestructuras viarias, por las que podría llegar la ayuda humanitaria, agravan el problema.
Y cuando no es el retraso científico-tecnológico son las guerras tribales, raciales, civiles…

¿Qué hemos hecho, Dios, para merecer todo esto?.

Ah, se me olvidaba, la solución dice tenerla Al qaeda, que, en nombre de Dios, secuestra, atenta, lucha, mata,….

¡¡¡¡¡¡Qué horror ¡¡¡¡¡¡¡¡¡

P.D. Hoy es 5 de Marzo de 2010, cuando fueron escritas estas reflexiones aún no sabíamos de lo actualmente ocurrido, Haití y Chile. También para estos pueblos mi pregunta: “¿Dónde estaba Dios?”


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