domingo, 27 de abril de 2014

8.- 17. LA MUERTE Y LA RELIGIÓN.


 
Sin el hecho de morir no habría habido religión.

Las personas mueren. Lo vemos todos los días. Muertes variadas. Pero si hubiéramos sido inmortales no hubiéramos necesitado a los dioses. Nos hubiéramos creído dioses, porque el no va más del ser es “ser inmortal”.

La experiencia de ver morir y la conciencia de la propia mortalidad ha contribuido a hacer religiosos a los hombres y éstos han sabido imaginar algún género de vida inmortal en algunos personajes superiores, sobrehumanos, los dioses.

El “muero porque no muero” de la Santa de Ávila es un “querer vivir la otra vida, la eterna”.

Sólo los desesperados pueden desear morir e intentar quitarse la vida.

Incluso el hombre, consciente de la muerte, pero que maldita la gracia que le hace tener que morir, “cree en la inmortalidad porque la inventa”.

Se cree lo que se crea.

Ante el hecho cierto del morir la esperanza de la incierta inmortalidad deseada.

Creemos que existe lo que queremos que exista, hasta, incluso, la “resurrección de los cuerpos” porque, sin mi cuerpo ¿yo, resucitado, sería mi yo vivo como el de ahora?

Incluso las religiones que creen en otro tipo de inmortalidad, como la “transmigración y su ley distributiva del “karma”, cree que, tras la muerte, en una vida posterior, cada cual recibirá según sus méritos en la vida recién perdida, por lo que interesa ser y haber sido “bueno”.

Pero no en todas las religiones sus dioses son como el que nosotros hemos “mamado”. Sus dioses, a pesar de ser muy potentes, no gozan de la “omnipotencia”.

Incluso, en Roma, existían los dioses regionales, incluso familiares y hogareños, vinculados al clan y a la casa, como los “lares”, “manes” y “penates”.

Tampoco esa forma de inmortalidad popular que se expresa en la sentencia o mandato “planta un árbol, escribe un libro, ten un hijo”.

Aunque sean tres maneras de no desaparecer del todo. Permanecer en la tierra a través del árbol, en la mente de los hombres a través de las ideas y en las personas vivas a través de los genes.

Cuesta aceptar la muerte de un ser querido.

Y por las noches resucita en el sueño y uno habla con él, y juega, y camina, y se besa,… pero cuando se despierta…

¿No habrá otra dimensión existencial, además de la consciente?

¿Y si siguiera durmiendo seguiría yo con él y él conmigo?

¿Qué es el dormir sino un amago de muerte, una semi-muerte temporal y pasajera?

¿Y si “conciencia” y “otra vida tras la muerte” se repeliesen, como el agua y el aceite, existiendo ambas, aunque no puedan existir mezcladas?

Aunque ya no esté conmigo, al despertar, ¿seguirá estando en alguna otra parte y entra en contacto conmigo y yo con él en los sueños?

¿No sería bonito, bueno, que más allá de la muerte, en esta vida, hubiera otra vida, y además eterna?

Por desear que no quede.

Tampoco se puede demostrar que no.

¿Por qué no creerlo? ¿Qué cuesta creerlo?

Los rituales religiosos no han sido/no son sino intentos simbólicos de mantener en la existencia al ya muerto, aunque se encuentre en otra dimensión.

Son como el pago de un rescate, como un aval para que les vaya bien, aunque se mantengan sólo en la memoria.

¿Habrá algo, realmente, más absurdo que visitar el cementerio y poner ramos de flores sobre la tumba? Sin embargo, psicológicamente, se descarga tensión.

El culto funerario, las misas de aniversario, con el recuerdo del muerto, es como pedirle perdón por si acaso en algo le fallamos, en vida, y por nosotros que no quede.

Es como una reparación de repuesto.

“Yo sé que no sirven para nada, pero me consuela” – dice mi madre, todos los años, en el aniversario de mi padre y de mi abuela.


“Que descanse en paz” y si no puede volver, en persona, que no venga como espectro resucitado, no siendo que quiera vengarse de haber tenido un comportamiento incorrecto con él, en algún momento y de lo que no haya sido consciente.

Se paga el peaje para que llegue al lugar en el que creemos y no sabemos, para que esté bien, pero que no vuelva en el estado calamitoso en que se encontraba cuando se fue.

Nuestros muchos monumentos megalíticos (dólmenes, menhires, navetas, talayots, túmulos, sepulturas…Todos ellos de carácter funerario.

Todos conocemos la civilización egipcia, con sus pirámides, hipogeos, mastabas, la trepanación y la conservación de los cadáveres (momias), con objetos necesarios (comida, instrumentos de caza, utensilios domésticos,….).

O las monedas en la boca de los muertos griegos para pagarle a Caronte, el barquero del infierno, para que los pase a la otra orilla.

Recordemos “Las danzas de la muerte”, medievales, cantadas y bailadas, en las que se reflejan dos cosas:

1.- Que la muerte es universal, que de ella nadie se libra, que todos moriremos,… por lo que hay que estar preparados, por aquello de “mors certa sed hora incerta”

2.- Que ella nos iguala a todos desde el Papa al último hombre, todos seremos igualmente segados por la guadaña, sin respetar categoría social ni religiosa alguna.

En Andalucía, la asistencia a los funerales es mayoritaria y, quizá inconscientemente, sea una manera de celebrar la suerte que uno tiene de que a él, por el momento, le ha resbalado, le ha pasado de largo, dándole, así, gracias a Dios.

Si creer en la otra vida, eterna, conllevase renunciar a los placeres y alegrías de esta vida ¿merecería la pena?

 

sábado, 26 de abril de 2014

8.- 16. ¿LIBROS REVELADOS?


Primero fue la palabra y mucho, muchísimo, después la escritura.

Un pueblo sin escritura, aunque sea muy religioso, no puede tener libros revelados porque, entre otras cosas, no puede tener libros.

Sin embargo, es raro que un pueblo con escritura no tenga libros revelados.

En el primer caso sólo puede haber transmisión oral, de generación a generación, con la deformación de contenido que ello supone

¿Recuerdan el gag del cuartel en el que el General ordena que la tropa salga al patio porque va a ocurrir un eclipse de sol y cómo la orden, según va pasando por el coronel, el comandante…(por toda la cadena de mando) hasta llegar al soldado la orden última nada tiene que ver con la orden original?.

Por lo general, los libros revelados están vinculados a los iniciadores de las religiones y/o a sus discípulos inmediatos.

El Avesta y Zoroastro.

El Tao (“libro del camino”) y Lao-tsé.

El Corán y Mahoma.

El Pentateuco y Moisés.

Sin embargo, Buda y Jesús de Nazaret no escribieron línea alguna y sus enseñanzas nos son conocidas por escritos de sus discípulos inmediatos que, muchas veces, no coinciden.

La fijación definitiva del conjunto de libros como sagrados/revelados, lo que se denomina “el canon” o “canónicos”, sólo suele conseguirse tras duras luchas ideológicas.

Por ejemplo, en el Cristianismo.

¿Cuántos Evangelios se escribieron? ¿Por qué se consideran canónicos sólo los cuatro, por todos conocidos, de Mateo, Marcos, Lucas y Juan?

¿Por qué a los demás (casi 100) no se los reconoce como canónicos y se los denomina “apócrifos”?.

He escrito bastante sobre ello y me produce no sé si pena o si risa los distintos argumentos, cada cual más estrambótico, de la tradición para dictaminar que son cuatro, y esos cuatro.

Fue en el tercer Concilio de Cartago, en el año 397, cuando se declaró, solemnemente, cuáles eran, entre un centenar de evangelios y miles de epístolas,  los “inspirados”. En total 27  textos (los 4 evangelios canónicos, más los Hechos de los Apóstoles, más el Apocalipsis, más 21 Cartas o Epístolas (14 de San Pablo, 3 de San Juan, 2 de San Pedro, 1 de Judas y 1 de San Yago (Santiago o Jacobo), que forman el Nuevo Testamento, que, sumados a los 46 del Antiguo Testamento, forman La Biblia.
     

         Hoy nadie pone en duda que el evangelio de Marco es el más antiguo, y no el de Mateo (como siempre dijo la Iglesia y que, además, estaba escrito en arameo. Así estaría más cercano a la existencia de Jesús. Y no es verdad).

De hecho el Evangelio de Mateo (que es el más largo) copia el 90 % del de Marco (que es el más corto). Lucas sólo copia de Marco el 57 %. Luego, ambos, añaden más información, tomada de la llamada fuentes Q, M y L.

         A estos tres Evangelios se les denomina “sinópticos”, “con la misma visión”.

El de Juan, el 4º Evangelio, es totalmente distinto, influencia gnóstica.

         Todos los demás textos son considerados “apócrifos”.

         ¿Qué por qué son sólo CUATRO los canónicos?

         Los argumentos son…. (vamos a llamarlos curiosos,  pero no son serios).

         Por ejemplo, San Ireneo de Lyon (130-202) dice que “los Evangelios no pueden ser ni más ni menos de los que son porque: 1) Hay Cuatro zonas del mundo en que vivimos. 2) Cuatro caras tienen los querubines, 3) Cuadriforme es la forma de las criaturas vivas. 4) Cuatro eran las Alianzas: a) El arco iris (con Noé, cuando el diluvio), b) La circuncisión (con Abrahán), c) La Ley (con Moisés, en el Monte Sinaí), y d) El Evangelio (cuando Jesús).

         Para San Cipriano porque “Cuatro eran los ríos que regaban el Paraíso).

         Para San Jerónimo porque: “los animales tienen cuatro patas y, además, cuatro son los aros de las varas con que se cargaba el Arca de la Alianza.

         Para otros “porque Lázaro estuvo sólo Cuatro días muerto).

         (En otro artículo expongo otras razones “peregrinas” de por qué sólo son cuatro y nada más que cuatro).

         Pero “todos” están escritos en griego (idioma indoeuropeo) y no en arameo (idioma semítico), en el que, se supone, hablaba Jesús.

         Es verdad que se conservan unas cuantas palabras en arameo, pero nada más, “Eloi, Eloi. Lamma Sabactani”.

         Además, ninguna copia de los textos del Nuevo Testamento, es anterior al año 200.

El canon coránico fue fijado por el tercer Califa, Otmán.

El canon bíblico fue fijado a finales del siglo IV, por el Papa Dámaso.

De los textos búdicos hay varios repertorios, que corresponden a tradiciones diferentes.

En entradas anteriores ya he expuesto las cuatro tradiciones, tan distintas, del Pentateuco, que se juntan en un mismo texto y por qué, al final, se impone una de ellas sobre las otras tres,

En algunas religiones la idea de “textos sagrados” se ha fusionado con la de “oráculo” (como el de Delfos), “revelación”, “palabra de Dios”,… en la creencia de una inspiración divina.

¿De verdad que el único y verdadero autor de la Biblia es el Espíritu Santo, que se habría servido de redactores humanos, como meros escribientes instrumentales de lo que Él les dictaba?

La inspiración divina llega a su cénit en El Corán con Alá y Mahoma que sólo sería el que lo escribió, mecánicamente, en árabe.

En mis críticas a El Corán un lector me reprochaba que, si yo no sabía árabe, no estaba capacitado para criticarlo, porque El Corán es intraducible a otra lengua.

La Torá, la Biblia, el Corán son algo más escritos venerables, son “palabra del Dios único, Yahvé o Dios o Alá”.

Cuando el texto sagrado se admite como revelado por Dios y no como obra humana se convierte en creencia religiosa e infunde en el creyente un sentimiento de respeto, de miedo, de dependencia respecto a un poder superior.

La vida queda totalmente mediatizada por la creencia, sea la idea de “creación”, de “origen y destino del alma”, de su “inmortalidad”, de la “reencarnación”, de la “transmigración”, de “eternidad”, de “resurrección”, de “juicio final”, “enfermedad como consecuencia del pecado” (“¿Quién pecó, éste o su padre?”, “Dios lo ha castigado por….” y todas sus consecuencias vitales.

“Mitos, ritos y creencias”, los libros sagrados, son interiorizados y vividos.

El creyente toma como “verdades” sus “creencias”, aunque éstas se opongan a las “verdades científicas”

Una “verdadera creencia”, intensamente vivida, es distinta a una “creencia verdadera” (verdad de lo creído).

Una cosa es “creer” y otra cosa es “que sea verdad lo creído”.

La vivencia de creer no implica, nunca, la verdad de la creencia.

Y esto, esta dicotomía, es la que no existe para el creyente convencido y acérrimo.

Hay “creencias humanas” (yo, por ejemplo, creo que existe Alaska y Nueva Zelanda y no lo he comprobado (los mapas podían ser falsos) pero sé que existen medios, a mi alcance, para verificarlo y/o falsarlo.

Las creencias religiosas son otra cosa.

No hay manera de verificar ni de falsar lo creído, lo que implica que “eso no es científico”, que no entra en el campo de la ciencia, no que sean falsos, sólo se puede afirmar que no son científicos los contenidos de la creencia.

Lo absurdo es creer que sea verdadero algo contradictorio (que el triángulo tenga cuatro ángulos).

¿Entre la Teoría científica del Big Bang y la creencia en la creación?, ¿Entre la muerte y la inmortalidad?

La creencia religiosa nunca puede ofrecer objetividad, aunque sí tranquilidad psicológica.

“Creer en algo es exponerte a que aquello en lo que crees no exista” – decía el canónigo malagueño D. José María González Ruiz.

Creemos porque, junto a la comida que la madre nos da para comer y llenar nuestro estómago, ella, la familia, la cultura, el cura,…nos han ido alimentando y llenando la conciencia de creencias.

Pero no es igual. Hemos comido, comemos y comeremos, porque en ello nos va la vida, pero se puede no creer, creer menos, creer en otras cosas,… y no por eso ser peor persona.

Estoy refiriéndome a las “creencias religiosas”, las no científicas, ni verificables ni falsables, no estoy refiriéndome a las “creencias humanas”, tipo Ortega.

Yo creo que mañana me tocará el despertador a la hora que lo he programado, creo que, si bajo de la acera y echo el pie a tierra, la calle no va a hundirse, creo que hoy es viernes por lo que mañana será sábado, creo que mañana saldrá el sol al amanecer y se pondrá al atardecer, creo que mis hijas y mis nietos me aman,….

Pero éstas son “creencias humanas”, verificables o falsables, no creencias religiosas.

Hemos creído porque todos a nuestro alrededor han creído, y hemos creído lo mismo porque, ante la ausencia de libertad religiosa, no era conveniente desmarcarse del todo social por las posibles consecuencias adversas, no sólo sociales, también hasta civiles.

Hoy, “gracias a Dios”, ya no son así las cosas.

Y que a nadie se le pase por la mente ponerme como ejemplo de creencia la asistencia a la Semana Santa malagueña.

Es como si el cura hiciese estadísticas de creyentes contando a las personas que visitan las iglesias, las catedrales,…

¡Que lean el soneto de ALBERTI¡

jueves, 24 de abril de 2014

8.- 15. LOS LUGARES SAGRADOS.


 
El “cuándo” (la Fiesta) y el “dónde” (el Templo).

¿Quién no ha visitado el dórico Partenón de Atenas, erigido en honor de la diosa Atenea?

Roma, como iba acogiendo a todos los dioses de todos los territorios que iba ocupando durante la época de expansión, para que ninguno se sintiera, religiosamente, discriminado, llegó un momento en que surgió el dicho: “En Roma es más fácil encontrar a un dios que a un hombre”, sí que dieron con la solución perfecta: un templo dedicado a TODOS los dioses, el Panteón.

¿Quién, que haya ido a Roma, no ha entrado en él?

Los judíos ya tenían su Templo de Salomón, que les servía, además, como un puesto de mercadeo en la compra-venta de animales para el sacrificio y en el cambio de moneda (como si Yahvé desconociera el valor de las divisas y necesitase únicamente la judía).

La escena de Jesús, entrando como elefante por cacharrería, al grito de: “Escrito está: mi casa es casa de oración y vosotros la habéis convertido en cueva de ladrones”.

Este insulto a los sacerdotes, unido a que les “jodía” (estropeaba) el negocio sería una de las causas de la inquina contra Él y que, a la larga, lo llevaría al Gólgota.

También construirían sus sinagogas, como lugares de reunión y de oración.

Los cristianos comenzarían con sus escondidas y subterráneas catacumbas hasta que, ya en el siglo IV, tras Constantino, comenzaría la construcción de templos como lugares sagrados donde reunirse la comunidad además de los conventos, abadías, monasterios, cenobios,… del clero regular.

Se pasaría a las Catedrales Románicas, macizas, austeras, oscuras, de anchas paredes,… y que invitaban al recogimiento, a la interioridad, al diálogo íntimo con Dios, al rezo silencioso y de rodillas, como signo de humildad.

Un paso más y aparecerían las Catedrales Góticas. Todo lo contrario a las Románicas. Altas, majestuosas, queriendo tocar el cielo, necesitadas de arbotantes que las sujeten, ventanales y vidrieras por todas partes en su planta de cruz latina, que invitan a cantar, a rezar en coro, a mirar hacia arriba, “gloria a Dios en las alturas”, el repique de campanas volteándose para ser oídas por todos y el reloj en lo alto, para ser visto y oído.

La residencia debe estar acorde con el Residente en ella.

Ni mendigo en palacio ni señor en chavola, así que Dios, nuestro Dios, el Todopoderoso, el superior a Yahvé y a Alá, se merece lo mejor y lo mayor.

Dado el analfabetismo (ni leer ni escribir) general, incluso en el clero, el pueblo llano necesita oír (y entender) al predicador de turno en lo alto del púlpito, y necesita mirar (y ver entendiendo) las escenas de la Biblia en las vidrieras, en las estatuas, en las pinturas, en los altares,…

También el Islamismo y sus Mezquitas, aunque desnudas de estatuas y pinturas (“Alá no puede ser representado”), sería idolatría.

Unos mirando al celebrante y al sagrario, otros orando en dirección a la Meca

No sólo el Tiempo es sagrado y profano, también lo es el Espacio, y los Objetos, y los Libros, y las Lecturas, y las Canciones,…

Y las Ciudades Santas: Jerusalén, Roma, La Meca (también el Tíbet, por supuesto)

Y no sólo son sagrados estos espacios artificiales, también espacios-santuarios naturales (ríos, grutas, árboles, manantiales, montañas,… en los que se manifiestan los dioses o los santos.

Los templos griegos, sin embargo, eran la casa de los dioses pero no lugares de reunión de los fieles.

En los templos cristianos, por el contrario, la presencia real de Dios en el Sagrario, ocupando el lugar central del altar mayor, se complementa con la reunión de los fieles en su interior.

La parafernalia de vestiduras y demás, de los “hombres de Dios”, de los “con-sagrados”, de los “sacer-dotes”, en la Iglesia Católica no es sino los vestigios de los emperadores romanos.

¿Quién, que haya visitado la Catedral de León, no se ha sentado en los bancos, sin prisas, disfrutando del espectáculo de las vidrieras, sobre todo cuando son traspasadas por el sol?

Suelo visitar la Estupa de la Iluminación, budista, de Benalmádena (y no es por motivos religiosos sino psicológicos). En ella me siento bien, oyendo música relajante, respirando paz, contemplando sus hermosos mandalas.

Hoy los dioses están democratizándose y están disponibles y abiertos a cualquier persona, en cualquier lugar, a cualquier hora.

Pero también, en la democracia, los dioses están relegando funciones a los hombres, lo que está llevando a la secularización, y los lugares de oración, los templos, están siendo reconvertidos.

Y le doy la palabra a Alberti, en su soneto:


«Entro, Señor, en tus iglesias... Dime,

 Si tienes voz, ¿por qué siempre vacías?

Te lo pregunto, por si no sabías

Que ya a muy pocos tu pasión redime.

Respóndeme, Señor, si te deprime

Decirme lo que a nadie le dirías:

Si entre las sombras de esas naves frías

Tu corazón anonadado gime.

Confiésalo, Señor. Sólo tus fieles

Hoy son esos anónimos tropeles

Que en todo ven una lección de arte.


Miran acá, miran allá, asombrados,

Ángeles, puertas, cúpulas, dorados...

Y no te encuentran por ninguna parte».

Así está siendo. Así es.

8.- 14. LA FIESTA: TIEMPO Y ESPACIOS SAGRADOS.


Es verdad que uno puede dirigirse a su dios en cualquier momento del día y en cualquier lugar de la tierra.

Y dios, todos los dioses, están, igualmente, dispuestos a escuchar a quienes se dirigen a ellos para pedirles “cosas” o para darles gracias por favores recibidos.

Ya dijo Jesús de Nazaret que llegaría el día en que no hiciera falta ir al templo a rezar, porque debe hacerse en/con el corazón.

Sien embargo todas las religiones, a lo largo de la historia han señalado ciertas fechas y ciertos lugares como los ideales, incluso obligatorios, para hacerlo.

Si en entradas anteriores hemos expuesto que “mito y rito” (creer y obrar) han formado una indisociable unidad estructural mínima de que están dotadas todas las religiones, ahora hacemos lo mismo con  las fiestas o tiempos sagrados y los templos como lugares sagrados (cuándo y dónde) también en indisociable unidad.

La religión, antes de ser una actitud interior del espíritu o del alma, fue una práctica exterior del cuerpo.

El rito tiene un tiempo oportuno, que es la fiesta, que es “tiempo sagrado”, distinto y opuesto a “tiempo profano”.

Aquel, todo él, dedicado sólo a dios, éste dedicado a todas las actividades vitales, sobre todo el trabajo, para poder comer uno y los suyos.

Recuerdo, incluso, cuando te multaba la autoridad civil si te pillaban trabajando un día de “fiesta de guardar”.

En mi pueblo, un adelantado respecto a los de alrededor, en pleno verano, se trabajaba en las labores del campo hasta las 12 horas de la mañana, en que había que ir a misa.

La gente, incluso, pasaba lista de quiénes no asistían a misa, considerándolos ateos o comunitas (que, en mi pueblo, era casi lo mismo)


La cultura religiosa nos enseña que el día de la fiesta para el Judaísmo era el “sábado” (en el que ni sacar un burro si se cae al pozo puede hacerse, por el esfuerzo o trabajo que ello supone. Ni coger espigas en domingo (que le echaban en cara a Jesús porque sus discípulos así lo hacían). Incluso en máximo número de pasos que podía darse “el sábado”.

En el cristianismo todos sabemos que ha sido y es el “domingo” (de “dominus”, “Señor”), “el día del Señor”, más algunas fiestas (Navidad, Semana Santa, “hay tres Jueves en el año, que relucen más que el sol,….”, más días dedicados a la Virgen.

Mientras, en el Islamismo, es el “viernes”.

En nuestra cultura cristiana, además, períodos más largos, de varios días, incluso semanas, incluso años (“años jubilares”) o, en el Islamismo, el mes de Ramadán.

Y estos días de fiesta, dedicados a dios, son, al mismo tiempo, días lúdicos, ya no sólo de ocio o no trabajo, también de juegos y danzas, de música y bailes, incluso de no respetar las jerarquías sociales (“todos somos iguales a los ojos de Dios, por ser todos hijos de Dios”).

El tiempo festivo resulta/puede resultar subversivo y orgiástico, como las saturnales romanas, a finales de Diciembre (que, como todos sabemos, fue aprovechadas por el Cristianismo para, quedando el tiempo, cambiar el concepto y, en vez de Saturno, colocar la Navidad o Natividad, cuando (también sabemos) es imposible mantener estas fechas cuando naciera Jesús de Nazaret)

O la Fiesta de los Locos, en la Edad Media, y tan bien representadas en el cuadro de El Bosco, y que no eran sino el recordatorio de las Saturnales Romanas y denominada de “los locos” por las exageraciones a las que llegaron las parodias y burlas de lo religioso y que, pese a ser prohibidas en el siglo VIII, persistieron hasta el XVI, en que fueron anatomizadas.

Era una especie de liturgia al revés y tenía lugar en el interior del templo, en el que se celebraban misas burlescas y se elegían personajes-caricaturas, como papas, obispos,…pero inaccesible a toda posibilidad de represión.

Todos somos testigos y participantes de los excesos de comida, bebida y cánticos de villancicos en Navidades.

Y qué decir de la magnificencia, exageración, majestuosidad de la Semana Santa malagueña.

Pero en la fiesta debe estar alegre no sólo el alma, también el cuerpo.

No sólo rezar, también comer, beber, cantar, bailar,…

Analicemos qué es el carnaval y días anteriores al Miércoles de Ceniza y comienzo de la Cuaresma, en la que “carnes tollendas”: “la carne debe ser suprimida, eliminada, apartada de la dieta alimentaria.

Desde el Neolítico y la domesticación de animales el hombre ya no tenía que cazar (Paleolítico) para poder comer.

Ahora tenía la carne a su disposición, en el corral, en el cercado, en la cochinera, en el gallinero,…que sería algo rutinario en su dieta, así como los productos de la agricultura.

¿Pescado? Sólo los pescadores y pueblos costeros, no tanto para mercadeo como para autoalimentación familiar.

Pero con el Miércoles de Ceniza y la cruz con que el cura te signa en la frente, recordándote que “polvo eres y en polvo te convertirás”, llegan los 40 días de la Cuaresma en la que se pide/se exige/se obliga al sacrificio, a la abstinencia de comer carne y caldo de carne, así como de actividad sexual, de ayuno, de limosna, de confesión y comunión por Pascua Florida o Pascua de Resurrección.

Y todo ello como preparación a la Semana Santa, en la que se conmemora el Prendimiento, la Pasión, Muerte y Resurrección.

La Semana Santa comienza con la Vida de Jesús entrando a lomos de un burro en Jerusalén, el Domingo de Ramos y termina el Domingo de Resurrección, de nuevo la vida, y entre vida y vida un paréntesis de dolor y tristeza, porque para resucitar hay que morir, pero no es la muerte el motivo principal de la Semana Santa.

Corre una teoría que afirma que contra el “gremio de los carniceros” se levantó el gremio de los pescadores”, al que apoyaría la Iglesia para “promocionar y asentar la cuaresma”.

El grito de guerra alimentaria era el antedicho “carnes tollendas”.

Pero previo a la Cuaresma, y sus sacrificios, está el Carnaval, período en el que, tras la máscara y el disfraz, la prostituta se presenta como monja virgen, el menesteroso como un ricachón, el pecador como obispo,…y el cuerpo se da al exceso, la inhibición se adormece, la represión de la conciencia desaparece, la lengua se desata, el atrevimiento triunfa,…

Y, después de esta licencia, la confesión general de todos los pecados y preparados para las penurias cuaresmales.

Es como decirle al hombre: “aprovecha estos días, disfruta a tope, “come, folla y bebe”, porque desde el Miércoles de Ceniza… “carnes tollendas”.

Y no sólo la “carne alimentaria”, también la “carne como sexo”.

lunes, 21 de abril de 2014

8.- 13. EL HOMBRE: ANIMAL RELIGIOSO. LOS RITOS.


Ritos y Mitos, Mitos y Ritos son inseparables.

El mito se recita y se realiza en el ritual, en el acto de ejecutar el rito, al tiempo que el mito justifica el rito.

El rito es una acción gestual, corporal, pero no una cualquiera, a gusto del que lo ejecuta, sino que ya viene regulado y sometido a normas, por una tradición.

El rito es un gesto estereotipado en una época concreta, aunque pueda cambiar y seguir siendo, durante otra época, otra vez estereotipado.

Recordar, hasta el Concilio Vaticano II, la misa en latín y de espaldas al pueblo.

Los ritos son gestos eficaces.

¿Qué porcentaje de eficacia corresponde a la divinidad en nombre del cual se ejecuta y qué parte corresponde al sujeto que lo ejecuta?

Las curaciones de Lourdes ¿son efectos de la Virgen o de la intensa fe que el sujeto pone en el rito?

Bien sea por la magia que poseen los ritos bien sea por la confianza que uno pone en el rito, lo cierto es que, a veces, funcionan y se obtiene la gracia pedida, el milagro solicitado.

Por ejemplo:

Recuerdo, de monaguillo, las Misas Gregorianas que, tras ser ofrecidas por “la intención” de un difunto, durante 30 días consecutivos (no podía saltarse ningún día) se prometía que el alma del difunto pasaría del Purgatorio a la Gloria.

Una tradición que arranca en el siglo VI, cuando el Papa San Gregorio Magno decía haber tenido una revelación por la que constató que un religioso, llamado Justo, había pasado del Purgatorio a la Gloria gracias a la celebración de la Santa Misa durante 30 días consecutivos.

Las misas, naturalmente, se pagaban.

Y se convirtió en una práctica corriente por lo que cómo no iban a encargar dichas misas los familiares en recuerdo del familiar difunto, para sacarlo del Purgatorio.

Es el dogma de la Comunión de los Santos, una especie de Banco Espiritual en el que van ingresándose buenas acciones y éstas repercuten en el bien de todos.

La Comunión de los Santos es el llamado Cuerpo Místico de Cristo, siendo Éste la cabeza y el cuerpo formado por la Iglesia.

La Iglesia está compuesta de:

.- La Iglesia Triunfante, formada por todos los Santos, ya disfrutando eternamente en el cielo.

.- La Iglesia Purgante, formada por las almas del Purgatorio que, al no estar purificadas totalmente, tienen que “purgar”, temporalmente sus pecados, pero que ellos no pueden ya ayudarse a acortar ese tiempo de espera para pasar a la Gloria.

.- La Iglesia Militante, formada por los vivos, los que con oraciones, limosnas, sacrificios,…. y encargando Misas Gregorianas podemos ayudarlos con las indulgencias que vayamos ganando.

Suponiendo que nuestro difunto ya esté en el Cielo, al haber ese Banco Espiritual, los beneficios de las misas repercuten en otras almas.

La Iglesia Triunfante ya intercede por todos.

La Iglesia Purgante no puede sino “pagar/purgar” por los pecados cometidos y purificarse.

La Iglesia Militante, nosotros, sí que podemos “hacer ingresos espirituales” para bien de todos.

Esa es la Comunión de los Santos, la Comunión de los Bienes de la Iglesia.

Todo lo bueno que uno, de cualquiera de las Iglesias, hace repercute en los demás miembros, en el Cuerpo Místico o Iglesia.

Igual que todo lo bien que funciona un órgano (el estómago, los pulmones, el riñón,…) repercute en el bien de todo el cuerpo.

Y NOS LO CREÍAMOS, Y LAS OFRECÍAMOS TAL COMO LO ORDENABA LA IGLESIA.

Aunque el rito fundamental siempre ha sido el “sacrificio”

“Sacri” (“sagrado”) “-ficio” (“facere”, “hacer”).

Es convertir, hacer, una cosa no sagrada en sagrada.

Casi todas las religiones han practicado el “sacrificio”, no sólo con animales, inmolándolos a Dios/dioses/divinidades, también sacrificios humanos, muchas jóvenes, vírgenes, vestidas de blanco, para que le fuera grato a los dioses y que eran inmoladas  para pedir que lloviera, que dejara de llover, para ganar la batalla, para curarse de una enfermedad, para no morir, para alejar la peste, para que la cosecha fuera abundante y buena…

(Aún recuerdo, cada año, por primavera, la “bendición de los campos”, en procesión, a las afueras del pueblo, por los cuatro puntos cardinales). 

Ritos de “bienvenida o de iniciación o entrada en la iglesia” como el Bautismo, apenas recién nacido (“para que no muriese “moro” y tener que ir al Limbo”) la Primera Comunión a una edad cuando apenas comienza la actividad racional y que vaya instalándose la creencia, la boda con la amenaza (¿) de la indisolubilidad (“lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”), el rito del entierro (“tierra a la tierra, ceniza a la ceniza, polvo al polvo”), o el Miércoles de Ceniza (“recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás”).

Hoy mismo, las procesiones de Semana Santa en mi Málaga, con esa majestuosidad de los tronos recorriendo sus calles y, de cuando en cuando, la saeta lastimera.

Los dioses, todos, parecen tener sed de sangre y gusto por el olor a quemado.

¿La Crucifixión y muerte en la cruz, de Jesús de Nazaret, fue un sacrificio o, simplemente, un homicidio/asesinato más, por parte del poder civil y religioso?

En su tiempo, un negocio y una fuente de ingresos de la religión judía era el mercado (compra-venta) de animales a la entrada del Templo de Jerusalén, para ser ofrecidos en sacrificio a Yahvé, así como el cambio de moneda (como si su dios no conociera el valor de otra moneda que no fuera la que ordenaban los sacerdotes).

Es natural su cabreo (del Sanedrín) cuando Jesús entró como elefante en cacharrería y les fastidió el negocio.

Lo de Yahvé con Abrahán, no tiene gracia.

Un hombre al que su dios le manifiesta que, aunque está en su vejez y no tiene hijos, su descendencia será mayor que las estrellas del cielo.

Tiene un hijo y, al ser “primogénito” le ordena que se lo sacrifique.

Inexplicable.

Parece una broma de mal gusto.

La misma María, cuando nació Jesús, primogénito (¿unigénito?) tuvo que ofrecérselo a Yahvé (según la ley mosaica), la “Presentación en el Templo”, pero sería rescatado ofreciendo un par de tórtolas o palomas

La misa, se dice, es un “sacrificio incruento” (sin sangre).

Pan y vino son los típicos alimentos mediterráneos.

Si el pueblo elegido hubiera sido esquimal el sacrificio de la misa habría sido de otra manera.

Ya hemos dicho que “sacrificar” es pasar un objeto o animal o persona, del ámbito profano al ámbito sagrado, retirándolo del uso común y se materializa destruyéndolo.

El pan ácimo, sin levadura (algo profano) tras las palabras mágicas/sagradas del sacerdote, deja de ser pan y pasa a ser “cuerpo de Cristo” (algo sagrado)

Igualmente el vino (algo profano) pasa a ser “sangre de Cristo” (algo sagrado).

El sacrificio-ofrenda es para ganar la benevolencia de Dios, para expiar los pecados, para interceder por otro, vivo o muerto.

Con el sacrifico-comunión el hombre se nutre, se alimenta, de la víctima sacrificada, en un banquete ritual, con la finalidad de asimilar la substancia y potencia propias de lo sagrado.

El rito antiguo de comulgar en ayunas y tras haber confesado y cumplido la penitencia era para eso, para no mezclar en el estómago lo sagrado con el alimento profano.

Al tiempo que el cuerpo necesita alimento, también el alma.

Si allí procura la salud material o corporal, aquí procura la gracia o salud espiritual.

La postura o posición del cuerpo, respecto a Dios, es la postración (de rodillas, en genuflexión, con inclinación de cabeza, sin gorro los varones y con velo las mujeres, con las manos juntas,…) mostrando, así, el reconocimiento de la superioridad divina, con la humillación humana.

Los que ya peinamos canas recordamos el 5º Mandamiento de la Santa Madre Iglesia: “pagar diezmos y primicias a la Iglesia de Dios”.

Diezmos: la décima parte

Primicias: los primeros.

La tradición de los diezmos y primicias arranca de la Edad Media y llegará hasta el 1.836-37

Tres tipos de Diezmos:

.- Mayores  (trigo, cebada, centeno, lino,…)

.- Menudos o menores (corderos, lechones, crías mulares, caballares, lanares,…) y también de vinos, miel, verduras, hortalizas, garbanzos, patatas,..

.- Personales (fruto del trabajo).

Tanto el Estado (sociedad civil) como la Iglesia (sociedad espiritual) necesitaban recursos para su funcionamiento.

La Iglesia, de esta manera, fue acumulando mucha riqueza, formando un enorme patrimonio, aunque también, es cierto, ejerciera la beneficencia, quedando liberado/eximido el Estado.

Hablamos de orfanatos, hospitales, escuelas asilos, cementerios,…

Igualmente sufragaban los gastos de las misiones y misioneros, que necesitaban recursos para abrir caminos, excavar pozos, crear dispensarios, enseñar a cultivar la tierra,…

Por lo general, los diezmos de los ganados, eran traducidos y cobrados en dinero.

Sólo así puede explicarse el enorme patrimonio, tanto mobiliario como inmobiliario, tanto cultural como artístico, que fue amasando a lo largo de los siglos.

Actualmente es el Estado el encargado de cuidar  de la educación, sanidad, dependencia,…. con los diversos impuestos, incluido el I.R.P.F.

sábado, 19 de abril de 2014

8.- 12. EL HOMBRE: ANIMAL RELIGIOSO. LOS MITOS.


 
Etimológicamente, del griego, mito significa “relato”, “cuento”, “narración” y se refiere a acontecimientos prodigiosos, protagonizados por seres sobrenaturales o extraordinarios, tales como dioses, semidioses, héroes, monstruos o personajes fantásticos y, todo, en un tiempo remoto, inmemorial y protohistórico.

Los mitos forman parte del sistema de creencias de una cultura o de una comunidad, la cual los consideras historias verdaderas.

El conjunto de mitos constituye la “mitología”, de entre las que conocemos mucho, los mediterráneos occidentales, son la griega y la romana.

Las mitologías sustentan la cosmovisión de un pueblo al tratar de esclarecer, interpretar y dar sentido a la condición humana sobre la tierra o el curso natural del mundo físico.

El “tiempo mítico” nada tiene que ver con el “tiempo histórico”, es anterior a la cronología, anterior a la historia.

Es el mito el que cumple la función de empalmar lo sagrado extratemporal con la historia real.

La creación, según la Biblia, enlazaría la acción divina con la historia humana.

Los mitos tienen muchas versiones y pueden ser contados de maneras diferentes, sin que ninguna de ellas pueda reclamar ser la única auténtica.

Abran Uds. lectores la Biblia, desde el principio, y en los primeros versículos del mismo verán dos versiones distintas de la aparición del hombre.

Según una “Dios creó al “hombre”, varón y hembra los creó”. Según la otra Dios creó sólo a Adán y, como éste se encontraba aburrido, le pidió a Dios que le diera una compañera, por lo que, cuando estaba dormido, de una de sus costillas sacó/formó (no creó) a Eva.

¿En qué quedamos?. ¿A Eva la creó o no la creó”.

Y es que las versiones contrarias se corresponden con los intereses de sendos grupos sociales de poder.

El Pentateuco, los cinco primeros libros de la Biblia, es una amalgama de cuatro tradiciones diversas, procedentes de ambientes y épocas muy diferentes, lo que explica la variedad de su vocabulario y estilo, la existencia  de cuatro tradiciones denominadas:

1.- “Yahvista” (por designar a Dios con el nombre de Yahveh o, mejor, YHVH o JHWH. La más antigua  y que recoge la tradición oral y escrita de su pueblo. En ella Dios aparece con rasgos antropomórficos.

2.-“Elohísta” (porque designa a Dios con el nombre de Elohim, en la que se acentúa la distancia entre Dios y los hombres. Dios permanece invisible. Y habla desde el fuego (la zarza ardiendo) o desde una nube.

3.- “Sacerdotal” (en la que aparecen las prescripciones legislativas sobre el culto, las fiestas, los rituales,….Es la época de Aarón, hermano mayor de Moisés, sacerdote levita y primer Sumo Sacerdote del pueblo de Israel y sus hijos.

4.- Y “deuteronómica”. Si las tres tradiciones se encuentran mezcladas en los cuatro primeros libros del Pentateuco, es en el 5º, en el Deuteronomio, en el que aparece esta tradición.

No hay religiones sin mitos.

En las mitologías son muchos los tipos de mitos que en ella aparecen: cosmogónicos, teogónicos, antropogénicos, etiológicos, morales, fundacionales, escatológicos,…

Los mitos desempeñan distintas funciones:

1.- Función EXPLICATIVA (explican, justifican, desarrollan el origen, la causa…. de la vida social e individual).

2.- Función PRAGMÁTICA (los mitos son la base de ciertas estructuras sociales y acciones. Ellos especifican y justifican por qué una actuación es de una manera determinada y no de otra).

3.- Función de SIGNIFICADO (además de explicar y justificar, otorgan un consuelo, un sentido y un objetivo vital, en la referencia a los muertos, al dolor,… Funcionan, pues, como asideros existenciales.

¿Son Verdaderos o son Falsos los Mitos?.

Pues, ni son Verdaderos ni son Falsos.

Los mitos son ajenos a las categorías de Verdad o Falsedad, como el agua es ajena a la forma, no cuadrada ni redonda, es informe.

Pero ocurre que, cuando no hay respuestas racionales a preguntas que el hombre se hace, ahí están los mitos para calmar la sed y necesidad de respuestas, para llenar ese vacío.

Pero, cuando aparece una teoría científica (como la de la Evolución), que explica racionalmente el origen y desarrollo de la vida y del hombre, los mitos tienen que retirarse a los cuarteles de la cultura histórica, pero sin vigencia como explicación, ni como  justificación, de la realidad.

Cuando no se sabía, ante la zozobra vital, se cree en las religiones como respuestas.

Cuando ya se sabe, se conoce, la creencia debe quedar al margen de la realidad y quedar sólo como vivencia personal.

El mito suple el roto del conocimiento pero, ante el nuevo traje, el remiendo sobra.

Los mitos a veces tienen un valor ejemplar, de modelo, para que los hombres hagan lo mismo que los héroes y los dioses.

Otras veces, por el contrario, el hecho mítico es un hecho reprobable, que conduciría al dolor, a la enfermedad, al sufrimiento, a la muerte.

¿Cuál es el origen del mal en el cristianismo?. Eva, por desobedecer y querer ser como Dios.

Igualmente en la mitología griega Proteo, Prometeo y Pandora.

Serían mitos “etiológicos”, explicativos de las causas de los males.

En realidad, el mito, más que razones o argumentos (que pertenecen al campo de la ciencia) da interpretaciones.

Será la Razón Crítica la que descubra al mito como mito, como distinto a la verdad histórica, algo que no percibe el hombre religioso, que lo sigue considerando como una verdad actual.

No hay Religiones sin Mitos, pero sí hay Mitos sin Religiones.

Hay, también, Mitos Laicos.

¿Y qué decir del mito científico del asesinato del padre primitivo, supuesto y presupuesto por Freud como explicación de la universidad de la prohibición del incesto?.

Durkheim lo había expresado en una sentencia clásica: “LA RELIGIÓN FUE LA CIENCIA DE UNA SOCIEDAD SIN CIENCIA. LA CIENCIA PUEDE VENIR A SER LA RELIGIÓN DE UNA SOCIEDAD SIN RELIGIÓN”

¿Que por qué se nos ha repetido, hasta la saciedad, la versión de Eva sacada de la costilla de Adán y no la otra versión de “varón y hembra los creó?

Por intereses machistas.

El varón no sólo fue “antes” que la mujer sino que sólo él fue creado directamente por Dios, la mujer fue sólo modelada, por lo que no sólo es “posterior” sino que, también, es “inferior”, por lo tanto “sometida” al varón.

Tanto la clase sacerdotal como la clase gobernante, masculinas, impusieron la versión que más les favorecía, “su versión”.

Sólo por “interés”.

Así se escribe la Historia.

viernes, 18 de abril de 2014

8.- 11. LO SAGRADO Y LO PROFANO.


 
Las cuatro patas de la mesa religiosa (los cuatro pilares de toda religión) son:

1.- Unas VERDADES que creer (son los dogmas, inexplicables, inaccesibles a la razón y que deben ser aceptados y asumidos).

2.- Unas NORMAS a cumplir, actos/obras a ejecutar (virtudes) o a excluir (vicios) para ser merecedores de la felicidad (es la Ética y/o Moral).

3.- Una AUTORIDAD superior, jerárquica, a la que creer y, sobre todo, obedecer, intermediaria entre Dios/los dioses y los hombres, siendo la desobediencia uno de los pecados graves (si no el que más) (la parábola del Pastor y las ovejas).

4.- Unos RITOS establecidos o prácticas a realizar y que son el lenguaje corporal de los fieles para con su Dios y que facilita el acercamiento a lo sagrado.

(Pensemos en el persignarse y santiguarse, la genuflexión, ponerse de rodillas, inclinar levemente la cabeza al pasar ante el sagrario, los cánticos, las oraciones, descubrirse los hombres la cabeza mientras que las mujeres tenían que ir “veladas”…)

Aquellos viáticos y extremaunciones, con el cura untando de aceite en los sentidos del moribundo, perdonándole los pecados cometidos con ellos y que no le había dado tiempo a confesar.

El tabú de la palabra (véase en mi blog), tanto al consagrar como al perdonar en la absolución.

La obligatoriedad de estar en misa los domingos y fiestas de guardar, el hecho de tener que estar presente, aunque allí estuvieras con la mente en otra parte.

Aquellas misas de madrugada para que los cazadores pudieran ir a cazar, sin pecar por no “oír misa”,

Los ritos del bautizo, confirmación, casamiento, entierro,…

O el tabú de la sangre del período, de la mujer, o tras haber dado a luz (la cuarentena sin salir de casa y la primera salida de la mujer, a la iglesia, donde era recibida, impura por haber parido, a la entrada de la iglesia, por el cura “perdonándola y purificándola” con agua bendita y con oraciones (como yo, monaguillo, recibí a mi madre tras haber nacido mi hermano)

Obligación de “confesar y comulgar, al menos una vez al año, por Pascua Florida (Semana Santa), para diferenciarla de la Pascua de Navidad. Y cómo yo, monaguillo, en una mesa, iba extendiendo y firmando unas “células” (certificados) de haber confesado, y que podía serle exigido como un certificado de buena conducta ante las autoridades civiles.

En toda religión está presente la distinción entre lo “sagrado” y lo “profano”.

Para el hombre religioso “toda la realidad”, tanto la física como la social, está atravesada por una línea de ruptura que separa radicalmente las cosas sagradas de las cosas profanas.


El vino, que es vino, y la hostia, que es hostia (algo profano) antes de la consagración, tras las palabras del sacerdote: “hic est enim calix sanguinis mei” y “hoc est enim corpus meum” quedan convertidos en la “sangre” y en el “cuerpo” de Cristo (algo sagrado), aunque vino y hostia mantengan los mismos accidentes (sabor, olor, color,…) y su sabor, olor,… fuera el mismo “antes de” que “después de”, pero ya “eran” (substancias) distintas.

Por lo que, cuando yo, en la sacristía, siendo monaguillo, bebía vino de consagrar y comía hostias a consagrar, sería un pecado (robar) pero no una profanación, porque, aún, no eran cosas sagradas.

O cuando, en Salamanca, a través del torno del convento, le pedía a la monja los recortes de las hostias.

Aún recuerdo situaciones embarazosas a la hora de dar la comunión y caérsele, al  cura, la hostia consagrada en el canalillo del escote de la joven.

Mientras lo profano es manejado por la gente común, lo sagrado le está vedado y sólo es accesible a las personas consagradas, quedando al margen de la feligresía.

Hacerse cargo, “manipular” lo sagrado por parte de un gentil, era profanarlo (tratar indebidamente las cosas sagradas para uso indebido).

Recuerdo, aún, la leyenda urbana de que los masones, cuando iban a comulgar, al darse la vuelta, muy discretamente, se sacaban la hostia de la boca para, posteriormente, en sus “reuniones masónicas”, una vez clavada en la pared, se dedicaban a “profanarla”, con escupitajos y haciendo de diana a los dardos a lanzar.

Si la magia trata de apropiarse de la potencialidad de las cosas mediante prácticas, también la religión considera lo sagrado dotado de una gran potencialidad, la gracia, que es una dádiva.

La esencia de lo sagrado es el misterio, incomprensible por y para la razón, de ahí que la actitud religiosa se mueva en la esfera del sentimiento y no en el de la ciencia ni en el de la filosofía.

Ese “misterio” (sólo creído) fascina a la vez que aterroriza, atrae al tiempo que estremece, seduce y espanta.

Cercano a lo “sagrado puro” está lo “tabú” o “sagrado impuro” (acto u objeto capaz de desencadenar los más terribles males y, por eso, “prohibido”, “intocable”).


Lo tabú posee un poder contaminante y peligroso que se vuelve contra quien lo ataca, y al margen de su intención y de la culpabilidad subjetiva del transgresor.

Por el mero hecho de hacer o tocar lo prohibido se desencadena la acción.

Para el “panteísmo” es toda la realidad la que es sagrada o divina (pan = todo, theos = dios)

Un fondo de panteísmo hay en algunas versiones místicas del cristianismo  y es el centro de la religión védica (recogida en los cuatro textos más antiguos de la literatura india y base de la desaparecida religión védica (que fue previa a la religión hinduista).

En el extremo opuesto al panteísmo está el “monoteísmo” extremo (monos = uno, theos = dios), como el Islamismo (“no hay más dios que Alá”).

De éste único Dios, que concentra toda la realidad imaginable no es lícito formar imágines, ni siquiera pronunciar su nombre (“Moisés y los profetas de Israel”)

“¿Y si me preguntan que les diga quién ….?”

“Diles que Yo soy el que soy”.


¿Cómo representar, materialmente, lo inmaterial, en pinturas y esculturas?.

En este sentido la ornamentación vegetal y filigranas de las mezquitas, con tan sólo el mihrab, indicador de la dirección en que deben mirar, al orar, es más consecuente con el Antiguo Testamento que nuestra religión cristiana, y más ahora, en la Semana Santa.

Toda la realidad queda confinada y ubicada de manera exclusiva en la divinidad trascendente, retirada, por completo, del mundo físico y sensible, entregado al uso profano de los hombres.

Monoteísmo, Politeísmo, Panteísmo.

¿Y el Cristianismo y la Trinidad (tres dioses: Padre, Hijo y Espíritu Santo?.

Últimamente se extiende la teoría de que la invasión musulmana, en 711, en España fue para luchar contra el politeísmo de la Trinidad, con la guerra santa y en nombre del único Dios verdadero, Alá.

martes, 15 de abril de 2014

8.- 10. B. RUSSELL Y J.A .MARINA


BERTRAND RUSSELL, librepensador.: obras estricta/ filosóficas, sobre Lógica, Teoría del conocimiento, Neopositivismo, solo o en colaboración con A.N.Whitehead, y obras más populares, cuestiones políticas, sociales, pedagógicas, bélicas, sexuales (educación, homosexualidad, relaciones pre/extramatrimoniales, parejas, éticas, preservativos…), antieclesiásticas, análisis religiosos,….
    

        1930, “Religión y Ciencia”, por 12 charlas de radio sobre ese tema, por figuras de prestigio en Inglaterra, a las que el no fue invitado (Malinowski, Haldane, Huxley,…) réplica. Pues una cosa es la posición estatal-oficial sobre las relaciones Religión-Ciencia, y otra es la postura de un crítico, independiente, ajeno a la corrección, sincero, sin compromisos.. Él es un destacado representante de los que se oponen a la religión. Desagravio, incluir su obra en la colección de la Universidad de Oxford, no en  Symposium (sólo las doce charlas).
   

        Aparece en 1930. Los temas:1.- Bases del conflicto Ciencia-Religión o Religión-Ciencia. 2.-La revolución copernicana. 3.- Evolución. 4.- Demonología y Medicina. 5.-Alma y cuerpo. 6.- Determinismo. 7.-Misticismo. 8.-Propósito cósmico. 9.- Ciencia y Ética. 10.- Conclusión (horror de la tecnología y su capacidad de destrucción, defensor de la libertad de opinión y expresión, crítica a los gobiernos (sustitutos modernos de la Autoridad Eclesiástica)  y sus inversiones bélicas….

        Desafío y reto a su lectura y posterior crítica, actualidad de ese pensamiento crítico, su validez en los tiempos modernos (y eso que fue escrito antes de la 2ª guerra mundial). Hoy Tribunal Russell (tras la 2ª Guerra mundial).

        En el primer capítulo: “Bases del conflicto” así comienza:”La religión y la ciencia son dos aspectos de la vida social, de los cuales, la primera ha sido importante hasta donde remonta nuestro conocimiento de la historia espiritual del hombre, mientras que la última, después de las vicisitudes de su existencia entre los griegos y los árabes, repentinamente cobró importancia en el siglo XVI, y desde entonces ha modelado progresivamente las ideas y las instituciones en que vivimos. Entre la religión y la ciencia hubo un prolongado conflicto, del que, hasta los últimos años, la ciencia ha salido siempre victoriosa.

        Continúa analizando qué es La Ciencia, qué es la Técnica y la Tecnología y qué es la Religión, Y afirma: “La religión, considerada socialmente, es un fenómeno más complejo que la ciencia. Cada una de las grandes Religiones Históricas tiene TRES aspectos: 1.-UNA IGLESIA. 2.- UN CREDO. Y 3.- UN CÓDIGO DE MORAL PERSONAL. La importancia relativa de estos Tres elementos ha variado mucho en diferentes tiempos y lugares.

        Una religión puramente personal, en la medida en que está dispuesta a evitar afirmaciones/negaciones que desaprobaría la ciencia, puede sobrevivir en la más científica de las edades.

        (Marina: Verdades privadas).

        Los credos son la fuente intelectual del conflicto entre la Religión y la ciencia y el conflicto se incrementa cuando las iglesias son más fuertes, que se fortalecen más (infalibilidad, santificaciones, milagros….), que dogmatizan más, que amenazan más, que prometen más (cruzadas, guerras santas).

        Cuando se debilitan los credos ( al relativizarlos, al compararlos) eso repercute negativamente en la jerarquía eclesiástica (pierden peso), y por supuesto repercute en la moral, que se relaja, se hace más laxa..

        (“Yo creo en Dios, pero no en los curas” – oímos muy a menudo, “yo creo a mi manera”, “yo soy católico, pero uso y aconsejo el preservativo”, “la práctica sexual también es/es sobre todo, placer y no sólo ni sobre todo, procreación”, “Yo eso de que los hijos que Dios nos dé….”, “ claro que soy católico, pero admito el divorcio, incluso el aborto en algunos de los supuestos”….

        Los clérigos siempre han creído ser los únicos mediadores, los encargados divinos, de deducir la moral y qué tipo de moral, de los credos (revelados por Dios directamente o en los concilios con la ayuda del Espíritu Santo o por la tradición).

        “Esa conducta es buena y debe hacerse y esa es mala y debe evitarse porque así lo manda Dios, que lo ha revelado”, ahí está la Biblia (Palabra de Dios) y quizás tú no veas, pero nosotros sí, y nosotros somos los habilitados e intérpretes oficiales, cualificados, de saberlo, para saberlo. Dios nos ha elegido. (¿Recuerdan aquello de “eso no me lo preguntéis a mí, que soy un ignorante, doctores tiene la santa Madre Iglesia, que le sabrán responder”?).

        Los gobernantes seculares, el Poder Civil, cayó en la cuenta de que le interesaba llevarse bien con la jerarquía eclesiástica. Si los Mandamientos de Dios se convertían en leyes, o viceversa, quien no los cumpla, comete, no sólo delito (pena, multa, cárcel, ahorcamiento, decapitación,….) sino también pecado (Infierno, sufrimiento ETERNO, crujir y rechinar de dientes, fuego, dolor,…Padecer en esta vida y, lo más duro, eternamente en la otra……Controlar tu conducta externa (policía) pero también y sobre todo la Conciencia (interna). Y se puede pecar de intención, de pensamiento, palabra, obra y omisión. No sólo no tomar la mujer del  quinto, sino “no desearás a la mujer de tu prójimo (próximo)(ahora con la Tele, con lo que ves….¿Y al marido de tu prójima?. ¿Por qué la connotación negativa de “prójima” (¡vaya prójima que está hecha” (connotación moral), pero no “prójimo” (Connotación local, de proximidad)?. ¡El machismo del lenguaje¡

        Por ejemplo NO ROBARÁS. El robar es un delito, por lo tanto…..Además Pecado. Y no basta con arrepentirse, hay que restituir, devolver. Además propósito de la enmienda (enmendarse es corregirse, no volver a hacerlo,….. Pero ¿ A quién le interesa el NO ROBAR?. Al que tiene, que es al que se lo pueden quitar. Al que no tiene, el  Derecho de Propiedad ni le va ni le viene. Si encima el Derecho de propiedad es Sagrado…

        Las TRES grandes religiones del libro, reveladas por Jehová, Dios o Alá. Pero ¿Y si “las liebres rumian”? (Hoy sabemos que son roedores). “Josué mandó parar el sol”, “Dios creó al hombre a su imagen y semejanza” (¿y a la mujer?. ¿de la costilla?, ¿Dos EVAS?..

        Verdades: Reveladas (creídas) – Sabidas – Preámbulo fidei (Santo Tomás de Aquino ). Por qué: Todos: obligación de salvarse, pero sólo Algunos, tras mucho tiempo, muchos errores….

        Teología y Ciencia son distintas en: Sus puntos de partida: La REVELACIÓN Y LA EXPERIENCIA ( Desde ARRIBA – desde ABAJO)
                                                                     : Sus métodos : DEDUCTIVO E INDUCTIVO-DEDUCTIVO.

                                                                     : Sus puntos de llegada: Verdades Eternas, Absolutas, Permanentes (Dios es omnitodo y no se va a desdecir-corregir, cambiar de opinión – frente a verdades temporales, históricas, provisionales, pasajeras. Mañana un científico se desdice de lo dicho si otro colega descubre una verdad más fuerte que la suya, que explique más y mejor los problemas. Los científicos no tienen problema en cambiar de opinión. Ellos exponen, no imponen. Cuando un científico dice que el agua está compuesta de H2O en el fondo te está diciendo que él ha hecho esta prueba, que ha recorrido este camino, y ha llegado aquí, y te está invitando a que tú hagas lo mismo a ver si a ti también te da igual, por si él se ha equivocado, para corregirse. Si tú descubres que yendo por el camino de al lado, o dando este pequeño rodeo, descubres más y mejores horizontes, él te dará las gracias e irá por tu camino, que es más recto, más fácil, más útil, más productivo, con más o mejores consecuencias. Él siempre mantendrá el orgullo de haber sido el primero en descubrir un camino, y tú el honor de haber descubierto, de haber dado con un camino mejor.

        La Teología mantiene los moldes de la ciencia antigua, cuyo principal argumento es el de AUTORIDAD, ya sea divina, ya sea humana, ya sea “Aristóteles dixit” ya sea “La Biblia, la Tradición, los concilios, el Papa). Los “cajones” ya venían dados de antemano, y todo lo nuevo que se fuera descubriendo tenía que “encajar”, que adecuarse a esos cajones. Lo que no se podía era cambiar de cajonera.

        Precisamente, las Revoluciones Científicas han consistido/consisten en cambiar de cajones, son un cambio de Paradigma (la Revolución astronómica).

        Cuando algunos contenidos de la Biblia no encajan/chocan con los descubrimientos de la ciencia moderna, hay un problema para los creyentes natos  y duros (léase la evolución, la edad de la tierra, el origen del hombre, el universo, el origen de la vida,…) ¿Habrá que reinterpretar la Biblia y hablar de sentido metafórico, de sentido figurado, no de sentido real?.

        ¿Qué es la Religión?.

        Dice B.Russell: “en la medida en que la religión consiste en “una manera de sentir” más bien que en “un conjunto de creencias”, la ciencia no le puede tocar. Si alguien dice que para él la religión es hacer el bien, ayudar a los necesitados, denunciar la injusticia, trabajar por los demás,….¿Qué va a decir un científico?. NADA. No puede decir nada. Pero entonces.. “las maneras de sentir” ¿guardan relación con algún credo en concreto?. ¿Se puede ser religioso sin ningún credo?. Un denodado  trabajador de una O.N.G., no adscrito a ningún credo, ¿ hace el bien, ayuda, trabaja, denuncia injusticias….?. ¿Es religioso?. ¿Hay una superioridad humana, real, que vaya ligada a un credo?. ¿Se porta/se comporta mejor un cristiano que un budista, que un judío, que un ateo, que un agnóstico?. Si ponemos la calidad humana en el comportamiento práctico, en la conducta ética, ¿Serían imprescindibles los credos?.
 
 
 MARINA,sin embargo, entiende la religión como una fuerza interior que te empuja, que te incita a no conformarte, a no aceptar la realidad, tal como se nos da, sino a crear nuevas y mejores posibilidades. ¿No hay más cera que la que arde o hay mucha más cera que puede arder?,¿conformarse con el “esto es lo que hay”, “el mundo es así” o luchar para que haya otro mundo en el que haya más y sea mejor?.
        El comienzo de toda cultura fue religioso. No se sabía, había que creer. ¿Debería seguir siendo hoy religiosa la sociedad  en el sentido de no conformarse con saber de la realidad que hay sino actualizar las posibilidades positivas que en ella se encuentran?. Religión sería no sólo no conformarse, sino comprometerse con un futuro mejor, un futuro más humano.
        Es un cambio en el concepto de religión; pero también ha cambiado, y mucho, el concepto de Dios a lo largo de la historia. Del Dios todopoderoso, del Dios de los ejércitos, del Dios justiciero, del Dios vengativo, del Dios celoso de Moisés, del Dios militar libertador del Antiguo Testamento se ha pasado al Dios Padre, al Dios Bueno, al Dios Amor.
        Ser religioso, para Marina, no es conformarse con tener la naturaleza que tenemos, una naturaleza humana, sino esa fuerza que te empuja a conseguir una supernaturaleza, a ser un superhombre, a ser no un hombre ordinario sino extra-ordinario, ser más y mejor, tener lleno el recipiente para que sobre y se vierta y sirva a los demás.
        Dios no es un ser trascendente, que está allí arriba, que mira para premiarnos o castigarnos. Dios somos tú y yo y todos los hombres. La humanidad es la divinidad. Sé divino, no te conformes con la pobreza humana, con la injusticia humana… “en verdad, en verdad os digo que todo lo que hiciéreis por cada uno de ellos, por Mí lo hacéis”. Reza, si quieres, pero planta lechugas. Reza, si te tranquiliza, pero pon vacunas. Reza, si te gusta, pero enseña a pescar.
        La imaginería nos despista. Dios aparece como un varón (¿tendrá atributos masculinos?. ¿No sería más coherente no representar a Dios?. Dice la Biblia que “Dios tiene entrañas de misericordia”, pero el vocablo “entrañas” significaba, para los hebreos “los órganos de reproducción femenina”. En la Edad Media se rezaba a “Cristo nuestra madre” y Pepe Rodríguez titula un libro “Y Dios era mujer”. (¿recuerdan/tienen que recordar aquella oración del Catecismo: En las entrañas de la Virgen María…..?).
        Termino. De la Religión a la Ética pasando por la Moral. Igual que de la Filosofía a la Ciencia pasando por la Cosmología. Los hijos, díscolos, han superado a los progenitores. Ya no se puede escribir con tinta.
        La búsqueda de Dios (precepto religioso) se transforma en búsqueda de la justicia (precepto ético).
        Dice Pedro:” la tarea de los cristianos es acelerar la venida del Reino de Dios, que es el reino de la justicia.
        Si entendemos por Dios esa energía creadora, participable, y que el proyecto divino es el reino de Dios y su justicia, creo que todos somos religiosos.
        Para Marina el Cristianismo es un modo de comportarse, es intentar poner en práctica/hacer que llegue el mundo Ético.
        Para Russell esto también lo haría un buen judío, un buen musulmán, un buen agnóstico, un buen ateo… es decir una buena persona, no haría falta ser cristiano.
        Pero Marina dice con-fiar, se fía de Jesús y de su promesa.
        Sinceramente creo que si se juntaran, ahora mismo, Russell y Marina, Marina y Russell, cada uno con su libro “¿Por qué no soy cristiano?” y “¿Por qué soy cristiano?” se felicitarían y se congratularían mutuamente. No voy a decir que se darían un beso, pero sí un abrazo.