viernes, 28 de junio de 2013

6.- ¿ES POSIBLE EL CONOCIMIENTO?. EL CRITICISMO.

Si, en el fondo, Subjetivismo, Relativismo y Pragmatismo son Escepticismo, y su antítesis es el Dogmatismo, la síntesis sería el Criticismo = tesis intermedia entre el Dogmatismo (SÍ) y el Escepticismo (NO), y que quiere decir: “examinemos”, “clarifiquemos”, “analicemos”.

El Criticismo comparte con el Dogmatismo la confianza en la razón humana. El Criticismo está convencido de que SÍ es posible el conocimiento, de que hay una verdad, pero, al revés que el Dogmatismo no lo acepta ingenua y despreocupadamente.

El Dogmatismo no sólo no reconoce límites a la razón humana, no sólo afirma que “puede”, afirma que “lo puede totalmente”

El Criticismo, entonces, se acerca al Escepticismo y afirma que “no lo puede todo”, desconfía de esa “capacidad total” de conocerlo todo y bien.

En cualquier momento el Criticismo se pregunta por los motivos y pide cuentas a la razón, nunca concediéndole un cheque en blanco.

El Criticismo ni es dogmático ni es escéptico sino “reflexivo” y, naturalmente, “crítico”

Es un término medio entre la temeridad dogmática y la desesperación escéptica.

En cualquier momento de la historia en que aparezcan reflexiones epistemológicas hay, al menos, brotes de Criticismo.

Platón, Aristóteles, los estoicos, los racionalista, los empiristas,…aunque el verdadero fundador fue Kant, cuya filosofía se denomina, precisamente, Criticismo o Filosofía Crítica.

Y Kant llegó al Criticismo tras haber pasado por el Dogmatismo y por el Escepticismo, posiciones –según él- exclusivistas.

El Dogmatismo “confía plenamente”, el Escepticismo “plenamente desconfía”

El Criticismo será el “método” de filosofar que consiste en investigar las fuentes de las propias afirmaciones y objeciones, así como las razones en que las mismas descansan.

Método que da “la esperanza de llegar a la certeza”

Histórica y psicológicamente el primer paso en el conocimiento, siempre, es el Dogmatismo. El segundo es el Escepticismo. El tercero es/tiene que ser el Criticismo, el del juicio reflexivo, maduro.

Aunque habría que distinguir al “Criticismo como método” del “Criticismo como sistema”

En Kant “Criticismo” significa ambas cosas pero, una objeción (la de Hegel): “si la investigación del conocimiento no puede tener lugar de otro modo que conociendo” esto quiere decir que no se investiga la posibilidad del conocimiento, sino que se da por supuesto que “es posible”, porque ya existe, al conocer.

Porque querer conocer antes de conocer parece algo absurdo.

Sería como “aprender a nadar antes de aventurarse en el agua”.

La Teoría del Conocimiento da por supuesto, pues, el conocimiento.

Partiendo, pues, de esta posición, de que “es posible” lo que hace es entrar en la investigación de por qué lo es, cómo lo es, hasta dónde lo es. Esto es, haciendo un examen crítico de las bases del conocimiento humano.

Recordemos las tres preguntas de la Crítica de la Razón Pura, una vez supuesta la existencia de las ciencias, desconocimiento científico:

1.- ¿CÓMO son posibles los juicios sintéticos a priori en la Matemática? Que tienen que ser posibles, puesto que existen. Son los juicios científicos.

2.- ¿CÓMO son posibles los juicios sintéticos a priori en la Física? Que tienen que ser posibles, puesto que existen, son los juicios científicos

3.- ¿SON posibles los  juicios sintéticos a priori en la Metafísica? Respuesta: NO.

 

 

jueves, 27 de junio de 2013

5.- ¿ES POSIBLE EL CONOCIMIENTO? EL PRAGMATISMO


Si la verdad es tomada como concordancia es posible que “sí”, que “no”, o “depende”.

Pero… ¿y si la verdad es tomada como “acción”?

Pero…. ¿y si lo verdadero “no es lo que concuerda” sino “lo útil”, “lo valioso”, “lo vital”?

El Pragmatismo modifica el concepto de verdad.

Y es que, para el Pragmatismo, el hombre no es, en primer lugar, un ser teórico o pensante, sino un ser práctico o de acción.

El entendimiento está al servicio de la voluntad, de la acción.

El intelecto le es dado al hombre no para investigar y conocer la verdad sino para poder orientarse en la realidad y, así, poder vivir.

El conocimiento humano tiene un valor práctico, pragmático.

La verdad es la congruencia de los pensamientos con los fines prácticos humanos, en que resulten útiles y provechosos para la conducta práctica de éste.

Fundador del Pragmatismo es considerado  al norteamericano W. James (+ 1.910) del que también depende la misma denominación de “pragmatismo”.

Nietzsche también es un pragmático/pragmatista.

“La verdad no es un valor teórico, sino tan sólo una expresión para designar la utilidad, para designar aquella función del juicio que conserva la vida y sirve a la voluntad de poder”

“La falsedad de un juicio no es una objeción contra ese juicio, sino que la cuestión es hasta qué punto estimula y conserva la vida, conserva la especie”

El hombre –afirma el Pragmatismo- es, en primer término, un ser activo.

El entendimiento nos es dado no para conocer la verdad, sino para obrar bien.

Y, muchas veces, son las falsas representaciones las que sirven a la acción, con ficciones que se muestran útiles y vitales.

“La verdad es, pues, el error más adecuado”

Son verdades aquellas representaciones que han resultado ser motivos de acción adecuada y vital.

¿Es lícito identificar lo “verdadero” como lo “útil”?

¿O son dos conceptos distintos, aunque no sean opuestos?

Los Reyes Magos y el Ratoncito Pérez. ¿Verdadero conocimiento? ¿Útiles?

La estrecha relación conocimiento-vida lleva a desconocer la esfera lógica del conocimiento.

¿Es el “conocer”, únicamente, una mera función de la vida?

miércoles, 26 de junio de 2013

4.- ¿ES POSIBLE EL CONOCIMIENTO?. EL SUBJETIVISMO Y EL RELATIVISMO.


¿Podemos conocer la Verdad? Sí, pero…… esta verdad tiene una validez limitada. No hay una verdad universalmente válida.

La verdad es la verdad del sujeto cognoscente, no “la verdad”. Sea este sujeto particular, singular o general: un hombre concreto, un grupo cultural o el género humano.

Subjetivismo individual (según cada cual. Cada uno tiene su verdad), subjetivismo particular (según el grupo cultural. Los atenienses o los espartanos), subjetivismo general (según la especie humana) (no según otra especie).

Es el “hombre” de Protágoras, el “homo mensura”,  que, seguramente, se refería al “hombre cultural”.

“2+2 son cuatro” es válido para mí, para los de mi cultura y para los de mi especie, pero es dudoso que valga, también, para otros seres organizados de otra manera.

Muchas veces he puesto el ejemplo del “ratón”.

¿Qué es un “ratón”? ¿Para una rata? ¿Para un gato?, ¿para un águila?, ¿para un hortelano?, ¿para un elefante?, ¿para una mujer?...

El Relativismo está emparentado con el subjetivismo.

La verdad es “relativa a” y no tiene validez universal.

El Subjetivismo hace depender el conocimiento humano de factores que residen en el sujeto cognoscente, mientras que el Relativismo subraya la dependencia de factores externos (el medio, la edad, la cultura, la época,…)

El Relativismo ya se encuentra, históricamente, en la antigüedad, en los Sofistas. Es, como hemos indicado anteriormente, el “hombre medida de todas las cosas, de las que son, en cuanto que son y de las que no son, en cuanto que no son”

Al Subjetivismo General también se le denomina Psicologismo, y es defendido hasta hoy mismo.

En La Decadencia de Occidente dice O. Spengler: “sólo hay verdades en relación a una humanidad determinada”

La validez de la verdad coincide con el círculo cultural y temporal.

Las verdades filosóficas, matemáticas, de las ciencias naturales,…son válidas dentro de un círculo cultural al que pertenecen.

No hay, pues, Filosofía, ni Física, ni Matemáticas,…. universalmente válidas.

Analizando estas dos corrientes, ¿son, ambos, contradictorios?

Una verdad que no sea universalmente válida ¿es un sinsentido o no?

Si la verdad es la concordancia de un juicio (lo que se dice) con la realidad objetiva (lo que es) y si la concordancia existe, entonces, ¿por qué limitarlo a un número de individuos?

¿La validez de la verdad se funda en la esencia de la verdad?, entonces, no puede quedar limitada a…

Si existe, existe para todos.

¿Son tanto el Subjetivismo y el Relativismo, en el fondo, escepticismo?

martes, 25 de junio de 2013

3.- ¿ES POSIBLE EL CONOCIMIENTO?. EL ESCEPTICISMO


El escepticismo niega la posibilidad del contacto entre Sujeto y Objeto, por lo que no podrá, el Sujeto, aprehenderlo ni, el Objeto, ser aprehendido.

Habrá, pues, que abstenerse de hacer juicios, en los que se manifiesta la Verdad y la Falsedad al atribuir o no un Predicado a un Sujeto (“el agua es líquida” (V), “el agua es sólida” (F), “el agua no es líquida” (F) “el agua no es sólida” (V).

Al revés que el Dogmatismo, que se fijaba, sobre todo, en el Objeto, el Escepticismo dirige su atención, íntegramente, hacia el Sujeto, a los factores subjetivos del conocimiento humano.

Las características del Sujeto cognoscente y sus órganos cognoscitivos, así como las circunstancias exteriores (cultura, ambiente,…) son los determinantes del conocimiento.

Conocemos según lo que somos y como somos, no según lo que el objeto sea.

Pero como, para que haya conocimiento, tienen que estar presente los dos, si sólo tenemos en cuenta a uno, al Sujeto, el conocimiento es imposible.

El Escepticismo puede ser Lógico/Absoluto/Radical o sólo Escepticismo Metafísico.

Igualmente, habrá, además de un Escepticismo Cognoscitivo un Escepticismo Ético y un Escepticismo Religioso.

Igualmente, habrá que distinguir entre Escepticismo Sistemático y Escepticismo Metodológico.

Recordemos a Descartes en su Discurso del Método, con la duda metódica para poner todo entre paréntesis y comprobar si hay algún juicio que resista la duda, y sea indudable, pata tomarlo como fundamento y punto de partida seguro de la filosofía.

El Escepticismo se encuentra, sobre todo, en la antigüedad.

Su fundador, Pirrón de Elis (360-270 a C).

Ante dos juicios contradictorios -dice- el uno puede ser exactamente igual de verdadero que el otro. Por lo tanto hay que negar las leyes lógicas del pensamiento, sobre todo el Principio de Contradicción.

En el esquema proposicional aristotélico todos sabemos que la A y la O, (igual que la E y la I) son contradictorias entre sí, y si una es V la otra es F y viceversa.

Si es Verdad que “todo malagueño es andaluz” (proposición universal afirmativa, A) es Falso que “algún malagueño no es andaluz” (proposición particular negativa, O).

Igualmente la E y la I.

Pero si no puede haber conocimiento no puede haber juicio, ni verdadero ni falso, por lo que hay que “Abstenerse” (“epojé”)

El Escepticismo Medio o académico, el de Arcesilao (+ 241) y Carnéades (+ 129) no es tan radical.

Es imposible un saber riguroso.

No tenemos, nunca, la certeza de que lo que digamos de la realidad, de que nuestros juicios, concuerden con ella.

Sí “parece” que es verdadero, es “probablemente” verdadero, pero no podemos afirmar que “es verdadero”.

Nunca hay ni podrá haber certeza rigurosa, sino sólo probabilidad, Es posible llegar a una opinión probable.

El Escepticismo Posterior, el de Enesidemo (+ siglo I a.C) y Sexto Empírico (+ siglo II d.C.) vuelve al escepticismo pirrónico, radical.

También lo encontramos en la Filosofía Moderna, pero es un Escepticismo especial.

Montaigne (+ 1.592) y su Escepticismo Ético.

Hume y su Escepticismo Metafísico.

Descartes y su Escepticismo Metódico.

¿No es contradictorio “in terminis” el Escepticismo Radical o Absoluto?

¿No es, ya, expresar un conocimiento el afirmar que el conocimiento es imposible? ¿No sería conocer la imposibilidad del conocimiento?

¿Y si dijera: “no hay conocimiento” y esto es dudoso”? Pues ya conocería que es dudoso, luego ya habría conocimiento.

El escéptico no puede llevar a cabo ningún acto de pensamiento.

Es más. El Escepticismo que admite la probabilidad también se encierra en la contradicción, que es “aceptar que existe la verdad” a la que, probablemente, llegue el conocimiento. Luego, la verdad existe, aunque no podamos llegar a ella íntegramente, sino sólo probablemente.

Si el escéptico renuncia al concepto de verdad también debe renunciar al concepto de probabilidad, porque, si no hay meta, no puede haber mayor o menor acercamiento a ella.

¿Y el Escepticismo Ético?

¿No podemos conocer/distinguir un valor de otro valor y afirmar que uno es superior/inferior a otro?

A este Escepticismo Ético se le denomina, también, Relativismo Ético.

El Escepticismo Metafísico, sin embargo, no es contradictorio. No niega la posibilidad del conocimiento, sino sólo de esa parte de la realidad, la metafísica, la que está más allá de a experiencia.

A este Escepticismo Metafísico también se lo denomina “Positivismo” (A. Comte).

En el conocimiento hay que atenerse a lo positivamente dado, a los hechos inmediatos de la conciencia y olvidaros de toda especulación metafísica.

Hay conocimiento positivo, o científico.  No hay conocimiento metafísico.

Al Escepticismo Religioso se le denomina Agnosticismo (“incognoscibilidad de lo absoluto)

 
La actitud escéptica te obliga a estar siempre despierto ante el conocimiento

lunes, 24 de junio de 2013

2.- ¿ES POSIBLE EL CONOCIMIENTO? EL DOGMATISMO.

SÍ, por supuesto que sí. Es el DOGMATISMO.

“Dogma” significa: “doctrina fijada”.

A todos nos suenan los “dogmas religiosos”, verdades fijas, invariables,…

En Epistemología el Dogmatismo es la posición para la que no existe el problema del conocimiento.

Se da por supuesta no sólo su posibilidad sino que es un hecho que existe, y, si existe, es porque es posible su existencia. Ya saben, del “posse” al “esse” non vales ilatio, pero del “esse” al “posse”, sí, porque, si es es porque podía ser.

El Dogmatismo no  tiene duda y tiene una confianza plena en la razón humana.

El Dogmático parece no darse cuenta de que el conocimiento es una “relación” y que si los objetos son conocidos es por la función intermediaria del sujeto.

Son dos los elementos del conocimiento, son dos sumandos distintos, aunque, para conocer, tengan que estar relacionados.

El Dogmático no es consciente de que, aunque haya objetos, éstos no serían conocidos sin una conciencia cognoscente, como no habría objetos percibidos sin conciencia percipiente, como no habría valores conocidos sin conciencia valorante o valorativa.

Podemos hablar, pues, de Dogmatismo Teórico, Dogmatismo Ético y Dogmatismo Religioso.

Conocimiento Teórico, Conocimiento Ético, Conocimiento Religioso.

NO HAY PROBLEMA.
 
El Dogmatismo es la actitud del hombre ingenuo. Es la postura/posición primera y más antigua, tanto psicológicamente (el niño supone y no problematiza el conocimiento) como históricamente (el hombre antiguo tampoco lo problematiza).

Entre los Presocráticos no existe el problema del conocimiento. Se admite, ingenuamente, el hecho del conocimiento. Porque tienen una confianza ingenua en la capacidad cognoscente de la razón humana.

Estamos refiriéndonos a los Fisiólogos. Volcados en la naturaleza (“fisis”), en el “ser”, sin cuestionar el “conocimiento” del mismo.

Hay que esperar a los SOFISTAS.

Después de ellos el dogmatismo resultará imposible para siempre.

Recordemos a Protágoras y su “homo mensura”.

O las tres tesis de Gorgias.

Después de ellos, todos los filósofos, mejor o peor, más o menos, pero, en todos, encontraremos reflexiones epistemológicas.

Aunque Kant llame “dogmáticos” a los racionalistas, lo hace desde otra perspectiva.

Dogmatismo es: “el proceder dogmático de la Razón Pura, sin la crítica de su propio poder”.

Recordemos: “puesto que la ciencia existe y tiene que estar compuesta de Juicios Sintéticos a Priori, ¿cómo son posibles los Juicios Sintéticos a Priori”?, porque tienen que serlo, puesto que la ciencia existe.

Pero: “¿Son posibles los Juicios Sintéticos a Priori en la Metafísica? NO.

El Dogmatismo, pues, es, para Kant, la posición que cultiva la metafísica sin haber examinado, previamente, la capacidad de la razón humana para tal empresa.

En este sentido, los sistemas filosóficos prekantianos, racionalistas, son dogmáticos.

Pero los racionalistas también se plantearon, y mucho, cuestiones epistemológicas.

Luego su dogmatismo es un dogmatismo especial, no un dogmatismo general.

No se trata de un Dogmatismo Lógico, sino de un Dogmatismo Metafísico.

domingo, 23 de junio de 2013

TEORÍA (CLÁSICA) DEL CONOCIMIENTO.


Es una Teoría, por lo tanto  es una explicación o interpretación filosófica del conocimiento humano.

Pero la pregunta, previa, debe ser: “¿qué es el conocimiento humano?

Digamos que el conocimiento se presenta como una relación entre el Sujeto y el Objeto, dos elementos separados. El dualismo de Sujeto y Objeto pertenece a la esencia del conocimiento.

Esta “relación” es una “correlación”. Cada uno de ellos es lo que es en cuanto son para el otro.

La función del Sujeto consiste en aprehender el Objeto y la del Objeto en ser aprehensible y aprehendido por el Sujeto. Aunque el Objeto, siempre, permanece trascendente, más allá, fuera del Sujeto. En éste, en ese contacto, sólo surge una imagen del objeto, no el objeto mismo.

En esta “correlación” el Objeto es el determinante y el Sujeto el determinado.

Conocimiento, pues, es una “determinación del Sujeto por el Objeto” a través de la imagen que se interpone entre ambos.

El Sujeto es receptivo (no pasivo, sino activo) pero contribuye a engendrar la “imagen” del Objeto.

Los Objetos del conocimiento pueden ser: a.- Reales (los que nos son  dados en la experiencia, tanto externa como interna) o b.- Ideales (que son irreales), (los meramente pensados).

Una mesa, el amor y el Teorema de Pitágoras, por ejemplo.

Entre los objetos ideales/irreales (los números o las figuras geométricas) existen relaciones que son independientes del Sujeto cognoscente.

Pero, tanto Sujeto como Objeto, además de cognoscente y conocido o cognoscible, tienen un ser en sí.

El Sujeto es cognoscente, pero no sólo cognoscente, lo es sólo en el conocimiento, pero fuera de él es otra cosa, es más que cognoscente. Igualmente el Objeto, es más que lo conocido por el Sujeto.

Uno y otro son correlativos entre sí, pero no se agotan en la correlación

No olvidemos que una cosa es conocer y otra actuar (en este caso el Sujeto es el determinante)

El “verdadero conocimiento” debe ser un “conocimiento verdadero”, donde haya concordancia entre la imagen del objeto (el contenido del pensamiento) y el Objeto mismo. De lo contrario estaremos hablando de falsedad o ilusión.

Por lo tanto, en el conocimiento: Sujeto – Imagen – Objeto que, independientemente del conocimiento, pertenecen a la Psicología, a la Lógica y a la Ontología.

La Psicología, en sí, estudia los procesos del conocimiento (no el conocimiento). Se pregunta cómo tiene lugar el conocimiento, no si es verdadero, si concuerda o no con el Objeto.

La Lógica, por su parte, estudia la concordancia del pensamiento consigo mismo, no su concordancia con el Objeto.

La Ontología, finalmente, estudia los Objetos y tampoco puede resolver el problema del conocimiento.

Por lo tanto ni Psicologismo, ni Logicismo, ni Ontologismo.

Lo que, hasta ahora, hemos expuesto es “la descripción” fenomenológica del conocimiento, ahora habrá que “explicarlo” e “interpretarlo”. Ésta es la misión de la Teoría del conocimiento.

La fenomenología es un “método descriptivo” no una Teoría Explicativa/interpretativa.

Habrá que hacerse, pues, varias preguntas:


1.- ¿Es POSIBLE el conocimiento (ese contacto entre Sujeto y Objeto)?.

2.- ¿Cuál es el ORIGEN del conocimiento, la Experiencia o la Razón?

3.- ¿Cuál es la ESENCIA del conocimiento? ¿Determina el Objeto al Sujeto (objetivismo) o es el Sujeto el que determina al Objeto? ¿Cuál de los dos prima en esa determinación?

4.- Además del Conocimiento Racional ¿hay otras FORMAS  del Conocimiento Humano?

5.- ¿Cuál es el CRITERIO para saber si un conocimiento es verdadero o no lo es?

jueves, 20 de junio de 2013

MEDIDAS DEL SUFRIMIENTO HUMANO.


 
El Comité de Crisis de Población, cada cinco años, fija el índice de sufrimiento humano (o del bienestar) según 10 variables.
 

1.- ESPERANZA DE VIDA. Número medio de años estimados que ha de vivir un recién nacido con los niveles de mortalidad actuales.

 

2.- SUMINISTRO CALÓRICO DIARIO. Una quinta parte de los habitantes del mundo en desarrollo pasa hambre. En cambio, más de la mitad de las personas de los países desarrollados tiene problemas de salud por sobrealimentación.
 

3.- DERECHOS CIVILES. Coinciden con las libertades civiles de reunión y manifestación, igualdad ante la ley, protección contra el terror político y el encarcelamiento, libertades sociales y personales e igualdad de oportunidades.

 

4.- AGUA PURA PARA BEBER. Agua potable segura, exenta de agentes patógenos. Las enfermedades propagadas por el agua contaminada o insalubre son la causa de más de un cuarto de las defunciones de los niños menores de cinco años.
 

5.- ESCUELA SECUNDARIA. En los países en vías de desarrollo hay más de 300 millones de niños en edad escolar que no van a la escuela, ya sea primaria o secundaria.


6.- TASA DE INFLACIIÓN. Aumento porcentual del precio al consumidor en el período de un año. La inflación afecta, por ello, al bienestar económico de los individuos, familias, empresas y Gobiernos.
 

7.- TECNOLOGÍA COMUNICATIVA. Especialmente referidas al número de teléfonos por 1.000 habitantes. En muchos países –especialmente del tercer mundo-  no existe más de UN teléfono por cada 100 habitantes.
 

8.- INMUNIZACIÓN INFANTIL. Niños inmunizados en el primer año de vida contra la difteria, la tos ferina, tétanos, sarampión, poliomielitis y tuberculosis.


9.- PRODUCTO VACIONAL BRUTO. Valor comercial de la producción de bienes y servicios de un país dividido por el número de habitantes. La renta más baja del PNB es de 250 dólares al año. El ingreso medio de la quinta parte más rica de la población es de 26 veces mayor que el de la quinta parte más pobre.


10.- LINERTAD POLÍTICA. En todo el mundo hay un vasto número de personas a quienes les están negadas las libertades políticas, libertad de partidos, leyes electorale

miércoles, 19 de junio de 2013

LOS DERECHOS HUMANOS.


“Conjunto de facultades e instituciones que, en cada momento histórico, concretan las exigencias de la dignidad, de la libertad y la igualdad humanas, las cuales deben ser reconocidas positivamente por los ordenamientos jurídicos a nivel nacional e internacional” (Antonio E. Pérez Luño)

Son, pues, los DDHH (Derechos Humanos) exigencias elementales que puede plantear cualquier ser humano por el hecho de serlo y que tienen que ser satisfechas porque se refieren a unas necesidades básicas cuya satisfacción es indispensable para que puedan desarrollarse como seres humanos.

Son unos derechos tan básicos que, sin ellos, resulta difícil llevar una vida digna.

Por ser tan necesarios para la persona se dice que son:

1.- UNIVERSALES. Se le deben reconocer a TODOS los seres humanos, sin excluir a nadie. Se trata de unas exigencias mínimas que se les debe garantizar en reconocimiento de su condición de “humanos”.

2.- PRIORITARIOS. En el sentido de que, al entrar en conflicto con otros derechos, tienen que ser protegidos de una manera prioritaria.

3.- INNEGOCIABLES. Ninguna sociedad debe negar la protección de estos derechos a sus miembros. Si, por ejemplo, carece de los medios necesarios para satisfacer en un momento dado lo que vamos a llamar “derechos económicos, sociales y culturales” de todos sus ciudadanos, no puede conformarse alegando que le resulta imposible: ha de esforzarse por conseguir los medios necesarios y por distribuirlos de tal modo que todos vean satisfechos sus derechos.

Además, todas las sociedades tienen que contribuir, en el contexto mundial, para lograr que se respeten los derechos de todas las personas, sea cual fuere la sociedad concreta a la que pertenezcan.

En Resumen: “Los DDHH son unos MÍNIMOS MORALES DE JUSTICIA que deben ser satisfechos. Porque sin ellos no se puede construir una sociedad justa ni un mundo en paz y en armonía.

LAS TRES GENERACIONES DE DERECHOS HUMANOS.

Un lento proceso, porque los DDHH han ido reconociéndose a lo largo de la historia a través de un proceso lento de aprendizaje moral que no ha terminado todavía.

En este proceso se pueden distinguir, hasta ahora, TRES grandes fases que pueden denominarse “LAS TRES GENERACIONES de los DDHH.

Estas TRES GENERACIONES constituyen, por el momento, los requisitos básicos para llevar una vida digna.

GENERACIONES DE DDHH                               VALOR GUÍA                                 MODELO DE ESTADO

 

DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS                    LIBERTAD                                   ESTALO LIBERAL, ESTADO DE DERECHO.

 

DD. ECONÓM-SOCIALES Y CULTURALES       IGUALDAD                                  ESTADO SOCIAL DE DERECHO.

 

Dº A LA PAZ, DD.ECOLÓGICOS,                         SOLIDARIDAD/JUSTICIA         ESTADOS SOLIDARIOS CON LOS DEMÁS.

PRIMERA GENERACIÓN: LOS DERECHOS DE LA LIBERTAD (la liberté).

La 1ª Generación es la de los DD. Civiles y Políticos.

Empezaron a ser reivindicados por la burguesía frente al Antiguo Régimen a partir del siglo XVI: el derecho a la vida y a la integridad física, a pensar y a expresarse libremente, a reunirse con quien se desee, a desplazarse libremente, a participar en el gobierno del propio país, a no ser detenido sin un motivo legal, a ser juzgado con garantías de imparcialidad, a tener propiedad, a comercial libremente,…

En líneas generales, podemos considerar estos derechos inspirados en un  valor moral básico que les sirve de guía: LA LIBERTAD.

EL ESTADO DE DERECHO DEL LIBERALISMO.

El pensamiento liberal afirma que los individuos poseen unas libertades que nadie debe violar, y el estado menos aún, puesto que la única misión de éste consiste, precisamente, en garantizar su cumplimiento.

Los teóricos liberales entienden que los derechos individuales funcionan como “cartas de triunfo” en manos de los ciudadanos, es decir, como exigencias totalmente prioritarias que deben prevalecer frente a cualquier pretensión que se intente en contra.

Por esta razón se puede considerar al Estado Liberal como ESTADO DE DERECHO, es decir, como el tipo de estado en el que todos, especialmente los poderes públicos, están obligados por las leyes a respetar los derechos básicos de las personas.

SEGUNDA GENERACIÓN: LOS DERECHOS DE LA IGUALDAD (la aequalité).

La SEGUNDA GENERACIÓN se refiere a los DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES, como el derecho al empleo y al salario justo, a la vivienda, a la salud, a la educación, a la cultura, a una pensión de jubilación,….. Estos Derechos fueron reivindicados, sobre todo, por el movimiento obrero a lo largo de los dos últimos siglos.

Con ellos se pretende dotar de un apoyo real a los derechos de la Primera Generación, porque difícilmente se pueden ejercer los Derechos Civiles y Políticos si no se tiene un mínimo de ingresos económicos, una protección contra la enfermedad o un mínimo de nivel cultural.

Este tipo de exigencias fue abriendo el camino a una nueva mentalidad, según la cual es necesario que el estado no se limite a mantener el orden público y el cumplimiento de los contratos, sino que actúe positivamente para que los Derechos de la Primera Generación no sean el privilegio de unos cuantos, sino una realidad para todos.

Por esta razón se dice que la Segunda Generación constituye un conjunto de exigencias de LA IGUALDAD.

EL ESTADO SOCIAL DE DERECHO.

El progresivo reconocimiento de este tipo de derechos ha dado lugar al ESTADO SOCIAL DE DERECHO  que garantiza las mismas libertades que el Modelo Liberal pero intenta redistribuir la riqueza para asegurar que se protejan los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

 

TERCERA GENERACIÓN (a partir de 1.968): LOS DERECHOS DE LA SOLIDARIDAD (la Fraternité)

Por últimos, los llamados DERECHOS DE LA TERCERA GENERACIÓN incluyen el que toda persona debe de nacer y vivir en un medio ambiente sano, no contaminado de polución y de ruido, y también el Derecho a nacer y vivir en una sociedad en paz.

Estos Derechos no han sido recogidos, todavía, en una Declaración Internacional, pero son tan básicos como los anteriores, porque si se vive en una ambiente contaminado o en un ambiente de guerra, difícilmente se pueden cumplir los Derechos de la Primera y de la Segunda Generación.

EL ESTADO SOLIDARIO.

Es necesaria la Solidaridad Internacional para que se puedan cumplir los de la Tercera Generación.

¿Cómo se podrá acabar con la contaminación del medio ambiente si unos países se comprometen a no contaminar y otros no se comprometen a ello?

¿Cómo se podrá acabar con las guerras mientras no haya un firme compromiso, de todos, para controlar el tráfico de armas?

martes, 18 de junio de 2013

LA MATANZA DEL CERDO.


En casa de mis padres, cada año, se mataban cuatro cerdos y media vaca (vieja).
Una vaca para dos o tres vecinos (media o cuartos).
Se echaban a suertes los cuartos (todos preferían los cuartos traseros).
Se metían en la boina cuatro papelitos (si era por cuartos) o dos si uno se quedaba con media vaca.

Me explico.

Era la costumbre. Dos casetas o cochineras: una para los pequeñajos, a los que todos los días los llevábamos al marranero que, por la mañana, una vez reunidos los de todo el pueblo, se los llevaba al campo, a pastar.

Mucha gente pobre, que no podía matar, iba, muchas veces, tras la piara de cerdos, con una herrada (cubo de metal) y un pequeño recogedor recogiendo las cagadas de los cerdos, que estaban llenas de cebada, para echárselas a las gallinas.

Al caer la tarde salíamos al camino, con una vara larga, para recogerlos y meterlos en su caseta.

Cada vecino los tenía señalados.

Mi padre, cuando eran poco más que recién nacidos, con una tijera, les doblaba la oreja izquierda y les daba un corte, haciéndoles un agujero (como se hace con un papel) y en la derecha les hacía un corte, pero al biés (igual que a las ovejas)

Le echábamos, para cenar, panija (cebada molida) o salvado (la cáscara del trigo), revuelto con agua caliente.

Y es que, en mi casa, todos los años íbamos al molino, del “tío Pepe, el molinero”, en el pueblo cercano de La Orbada, con costales de trigo para molerlo y tener harina para todo el año.

La harina era blanquísima. Y la cáscara la traíamos, en sacos, para los cerdos y para las gallinas.

(Eso que hoy se tiene en tanta estima, lo “integral”, era, entonces, el “pan negro”, señal de pobreza y alimento para los animales)

La otra caseta (cochinera) era para los cuatro cerdos del año anterior, ya más gordos, a los que cebábamos, para la matanza.

Al más pequeño de los cuatro (siempre había uno más pequeño) lo matábamos como “porrero”, a finales del mes de Octubre, al que comíamos, a diario, y acabábamos con  él antes de las Navidades.

Los otros tres, que al final eran blancos y más grandes (pero que, al principio eran rojos o medio negros), eran sacrificados en Navidades.

Nos poníamos de acuerdo los familiares, para no matar el mismo día, ya que nos reuníamos todos los parientes para ayudarse, mutuamente, a matar.

El día anterior a la matanza no se le echaba de comer a los cerdos, para que las tripas no estuviesen llenas de comida, ya que las tripas, como el estómago, una vez lavados, se usaban para los chorizos y el morcón, (al revés que cuando, alguna vez se vendía alguno, que lo atiborrábamos de comida, para que pesaran más, aunque el comprador, sabedor del truco, también usaba su truco, ir a pesarlos varias horas después, para darles tiempo a mear y a cagar, y así pesar menos).

En mi Salamanca, en Diciembre, hace frío, mucho frío, y sobre todo en la madrugada.

Así que antes de la faena comíamos unos higos secos y unos tragos de aguardiente, que, según pasaba por la garganta, parecía quemarla.

Separábamos a uno de los otros dos y el hombre más fuerte, aunque, por lo general, solía ser el dueño, lo agarraba por las orejas e intentaba tirarlo al suelo para, a continuación, todos los demás lo sujetábamos por donde podíamos (el rabo, una pata, una mano,…).

No era fácil. Un cerdo cebado tiene mucha fuerza y no se deja, fácilmente, coger.

En los últimos años se inventó (¿?) un gancho de hierro con el que, clavándoselo por debajo de la mandíbula, facilitaba la operación.

Tirábamos de él hacia el tajo de matar, fabricado con una gruesa tabla de encina y tres o cuatro patas.

Una vez bien sujeto encima del tajo comenzaba el ritual.

Una mujer, con mandil, arrimaba la artesa vidriada bajo donde iba a clavársele el cuchillo.

Clavar el cuchillo, para que sangrara bien, era toda una técnica, y había que saber.

Lo que sí se hacía era que, cuando era una moza, joven, la encargada de recoger la sangre, el matarife de turno, acuchillaba hacia abajo, por lo que el primer chorro de sangre, ponía ensangrentada a la joven, lo que era motivo de risa.

Los gritos (¿?) del animal eran horrendos y los esfuerzos por soltarse, increíbles, hasta que iban apagándose.

La que recogía la sangre no podía dejar que se solidificara, por lo que tenía que estar, continuamente, removiéndola, porque iba a ir, inmediatamente, a la artesa llena de miga de pan y mucha cebolla picada.

Serían las morcillas.

Mi abuela, que estaba tuerta del ojo derecho, a consecuencia de un espigazo, durante la siega, desde hacia muchos años, era la encargada de ir migando, durante más de un mes, todo el pan duro que iba, a diario, quedando.

Se dejaba reposar, en la artesa, la mezcla, hasta que llegaba la hora de hacer las morcillas.

Con la máquina de picar carne, pero sin cuchillas, uno iba llenando la tolva de la máquina que terminaba en una corneta a la que se le ponía (como si fuera un condón) una tripa que iba llenándose, al tiempo que con unas “picas” (un tapón de corcho atravesado por varias alfileres) iba picándola, para que no quedara aire alguno dentro.

Las tripas, varios días antes, habían estado en remojo y con trozos de hilo de algodón se las habían cogido por una punta.

Cuando la tripa estaba llena, pasaba a otra mujer, sentada o de pie, de la mesa, que se encargaba de atarla por la otra punta.

Luego entrábamos los chiquillos a la faena y las íbamos colgando en unos varales, sostenidos entre dos taburetes.

Al día siguiente esos varales, llenos de morcillas, eran colgados en la campana de la chimenea, para que fuera dándole el humo de los rachizos de la lumbre.

Hasta que se curaban y ya, cada día, para almorzar (desayunar, en mi pueblo), era casi obligatorio comer un trozo de morcilla frita.

Luego, también estaban los farinatos que poca gente que no sea salmantina sabe de qué va la cosa.

Los de Fuentesaúco, un pueblo cercano pero ya de Zamora, los llamaban “pan preso”.

El farinato, de color medio rojo, color butano, estaba compuesto sólo de pan migado, las mantecas del animal y bastante pimentón, que solíamos comprar a los pimenteros de la Vega de Cáceres que, todos los años, con su bata negra, y su mulo cargado de sacos de pimentón, recorrían los pueblos los días previos a la matanza.

Se preparaban, los farinatos igual que las morcillas, aunque alguna vez, no sé por qué se los planchaba, para dejarlos no redondos, sino aplastados.

Y solíamos, también, colgarlos en la chimenea, para que se ahumaran.

Los cerdos, una vez muertos, se les colocaba en el suelo y se les tapaba con pajas o gamarza y se les prendía fuego (últimamente con un soplete), para quemarles todos los pelos.

Quedaban chamuscados, negros, por lo que había que rozarlos con piedras o rasparlos con un cuchillo, al tiempo que se le echaba agua hirviendo.

Quedaba totalmente blanco el cuero.

Se le abría a la mitad y se le iba sacando todo su interior: tripas, pulmones, hígado, estómago,….

Lo primero era limpiar las tripas y el estómago, para los posteriores chorizos, farinatos, morcillas y morcón.

Una vez abiertos en canal se los colgaba de unas escaleras, abiertos lo más posible, para que se orearan.

Se les cortaba la jeta, se la asaba, rociada con pimentón picante.

Era el comienzo del disfrute de la matanza.

Por la noche comenzaba el despiece.

Las mantecas, las hojas de tocino, el espinazo, la cabeza, los lomos, los jamones y las paletillas, la carne,…

Rabos, orejas, patas/manos,… al caldero de agua hirviendo, colgado de la chimenea, para limpiarlos e irlos comiendo los días posteriores.

No recuerdo que se desperdiciara nada del cerdo (bueno, sí, las pezuñas, que se las desprendían con un cuchillo).

Cada artesa llena. La de las morcillas y la de los farinatos.

Ahora era la hora de picar la carne, paletillas incluidas, con la máquina de picar, a mano, a base de manivela, y con varios juegos de cuchillas preparados, para cuando al de uso se le iba el filo.

Solíamos empezar los chiquillos, pero al final, cansados, eran los mayores.

Se metía un trozo de carne en la tolva y se la apretaba, con la mano izquierda, al tiempo que con la derecha se le daba a la manivela de la máquina.

A veces se apretaba tanto que (a mi hermana Mari, por ejemplo) te arrancaba la última falange del dedo.

Aún recuerdo a todos nosotros buscando el trozo de dedo entre la carne picada. Y lo encontramos.

Para los chorizos se usaban tres artesas distintas: la de las longanizas (los chorizos de primera), la de los chorizos caseros, y los de tercera calidad, los del cocido (con los callos, corazón, pulmones, carne de inferior calidad,….).

Los aliños y la sal, en la proporción correcta, era fundamental.

Mi abuela y mi madre eran unas expertas.

Hecha, ya la masa, llamada las “chichas”, la probábamos, fritas, para saborear los futuros chorizos (por si había que rectificar en sal y especias).

Curar los chorizos, muchos años, era cuestión de suerte, según el tiempo seco o húmedo que hiciera.

Las hojas de tocino se las salaban y se las colgaban.

A los jamones se los enterraba en sal, durante varios días, pero era necesario sacarles la sangre que quedase dentro, apretando, tipo masaje.

¿Los desayunos de mi casa?, hoy serían pecado.

Un plato de patatas cocidas, rojas por el pimentón, hechas a la lumbre de leña y en puchero de barro (mi abuela se levantaba muy pronto, en cualquier época del año, ponía lumbre, trayendo, del pajar, un saco de paja y unos rachizos, bien de cepas de la viña o de encina) un trozo de tocino frito, un huevo frito, y los trozos de morcilla y farinato correspondientes.

Para comer, lo normal era el cocido de garbanzos, a fuego lento, con su rabo, oreja, carne, chorizo del cocido, tocino,…y el relleno (que no sé que se haga en otro sitio. Miga de pan revuelta en huevo batido y bastante perejil. Se freían en la sartén, y se los añadía al cocido. Siempre tantos rellenos como comensales).

Pero, primero había que comer la sopa, con fideos, luego los garbanzos (que en temporada iba con cardillos que, el día anterior, habíamos ido a coger al campo) y en tercer lugar, las tajadas, montadas sobre el pan.

Igualmente para merendar. No había que preguntar. Un trozo de pan y un trozo de chorizo, que comíamos a mordiscos.

Y es que, en mi casa, todos los viernes se amasaba. Hacíamos (mi abuela y mi madre hacían) 7 panes grandes (uno para cada día de la semana), dos tortas, alguna, delgadita, para desayunar, y los hornazos de los viernes, cuando llegábamos de la escuela.

Todo ello en el horno, calentado con ramas de pino.

Había que dejar hechos los panes la noche anterior y taparlos con una sayaguesa, para que se pusieran yeldos.

La levadura iba (generalmente yo o alguna de mis hermanas), a recogerla a casa de la Srª. Magdalena.

Quien amasaba tenía la obligación de dejar una porción de masa, como levadura, que serviría para la siguiente en amasar.

El hornazo estaba preñado con tocino, jamón y chorizo, por lo que se le veía roja la parte de abajo.

¿Para cenar? Plato de alubias, lentejas o fréjoles, con el tocino, el huevo frito y, muchas veces, chorizo, también frito.

Y es que en el campo, haciendo las labores a mano, se quemaba todo lo que comieras.

Ya como profesor, una noche, en casa de mis padres, quise cenar “a la antigua”, el plato de alubias, tocino frito,….

Casi me muero.

Paseando por la habitación durante tres horas hasta que la digestión llegó a su fin.

¡Qué recuerdos¡

domingo, 16 de junio de 2013

¡TAN COMUNICADOS Y TAN SOLOS¡


Hemos desatado la voluntad, el querer. Lo queremos todo, y ya, ahora; pero, al mismo tiempo hemos puesto en cuarentena al pensamiento.

Y así nos va.

Como niños que quieren todos los juguetes que ven, sin darse cuenta que “lo que no puede ser, no puede ser y, además, es imposible”.

Lo “queremos” todo y ya, sin pararnos a “pensar” si podemos o si debemos apropiárnoslo.

Porque… ¿y si mañana se cae el cielo (llega el fin del mundo)?, que al menos nos pille satisfechos, ahítos.

Pero ¿y si no se cae el cielo (que seguro que no se cae)?. Entonces ¿qué?

Vivimos en un mundo en el que estamos suprimiendo tanto el tiempo como el espacio.

El presente continuo, el ahora, y el aquí, en una realidad “real” o “virtual”.

Hablando “ahora” con mi hijo que está “allí”, estudiando, en Estados Unidos. El “ahora” y el “aquí” a mano, a disposición de cualquiera. Las barreras, en otro tiempo infranqueables, ahora rotas.

Interconectados al instante salvando las distancias.

Intercomunicados con los lejanos y ausentes, al tiempo que no nos comunicamos con los presentes.

Parece una incongruencia, pero es verdad. Nunca ha habido tanta posibilidad de comunicarse y tanta incomunicación personal.

Hemos renunciado a la palabra con quien está al lado, al tiempo que no dejamos de hablar o de escribirnos con quien está lejos.

Voy en el autobús, en el mío, en el 3, el que va a Puerta Blanca. 5 jóvenes que suben y encienden sus whatsapp (o como se escriba), y no paran de hablar, de leer mensajes, de escribir mensajes, hasta que todos se bajan, en Puerta Blanca.

Juntos, cada uno al lado de los otros y no se han comunicado, no se han hablado.

¿No parece un tanto absurdo?

¿Es un éxito o un fracaso de la comunicación?

¿Dónde ha quedado la palabra, mirándose a la cara?

Acostumbrados a no hablarse, cuando se habla pueden/suelen surgir los problemas.

El que grita, generalmente, es porque tiene tan poco que decir que quiere suplirlo con la intensidad del tono de su voz.

Está desterrándose la conversación.

Muchas veces, cuando se habla, son dos monólogos consecutivos, sin interrelación entre los hablantes. Cuando conversar es relacionarse. Manifestar ideas no es comunicarse.

¡Tanta comunicación posible y tanta solitariedad real¡ aunque caminemos juntos, porque lo hacemos en paralelo

SIEMPRE, TODOS.


SIEMPRE y TODOS (es decir, La Sociedad Civil) debe/deben/debemos “criticar” al poder del Estado (a los tres poderes: a Rajoy (gubernativo), al Parlamento (legislativo) y a los jueces (judicial).

¿POR QUÉ?.

1.- Porque si lo hacen “mal”, para que lo hagan “bien”.

2.- Porque si sólo lo hacen “bien”, para que lo hagan “muy bien”.

3.- Porque si lo hacen “muy bien”, para que lo hagan, todavía, un poco mejor. Porque siempre es posible mejorar y acercarse a la “utopía”.

Pero no sólo al Poder del Estado, también “criticar” al mismo Estado, por si es necesario “cambiar sus fundamentos” (que si la Monarquía, que si las Autonomías, que si ….. que si…… que si ……).

Nunca los Poderes podrán hacer esto último, porque no les interesa. Los partidos políticos tienen un objetivo: llegar a ocupar el Poder.

A partir de aquí: quien está en él, hará todo lo posible, por no abandonarlo, mientras que los partidos con probabilidad de ocuparlo harán todo lo posible por moverle el sillón al que gobierna. Sólo las minorías, condenadas a serlo, serán las más cercanas a atacar los cimientos del Estado.

viernes, 14 de junio de 2013

EUROPA Y LA EMIGRACIÓN.


La Unión Europea (incluidos EEUU, Canadá y Australia) está siendo lugar de invasión por el Sur africano, por el Este europeo y por el Oeste iberoamericano (en el Norte no hay gente).

El fenómeno emigratorio afecta a múltiples áreas (pero sobre todo al trabajo).

Tanto personas que vienen “huyendo de” como las que “vienen a”.

La hasta hace no tanto división Este-Oeste (Comunismo-Capitalismo) ha sido sustituida por la división Norte-Sur (Riqueza-Pobreza, Consumismo-Hambre, Estado de Bienestar-Estado de Supervivencia).

Las tensiones entre ambos núcleos están a flor de piel.

¿Cuál ha sido el origen de esta difícil posición actual?

Durante la Edad Moderna y la Contemporánea la Europa Occidental ha sido la metrópolis de las tierras descubiertas, conquistadas y colonizadas.

La creciente necesidad de materias primas y de fuentes de energía de la industrialización en auge lanzó a los países occidentales a una frenética carrera, imponiendo el colonialismo (sin olvidar a Japón y a la URSS).

Ya en el siglo XIX y durante el siglo XX, sobre todo tras la 2ª Guerra Mundial, el sistema colonial hizo aguas, a lo que tenían que hacer frente las metrópolis respectivas.

El proceso descolonizador fue apoyado por los países no o menos colonizadores (USA y URSS).

Europa tuvo que replegarse sobre sí misma y las antiguas relaciones metrópolis-colonias se debilitaron.

Es, entonces, cuando Europa comienza a construirse como Unión (BENELUX, O.E.C.E., C.E.C.A, culminando con la firma del Tratado de Roma (1.957), base del Mercado Común y de la actual C.E.E.

Europa seguiría comerciando con las antiguas colonias (África, Asia e Iberoamérica) en la extracción de materias primas, pero ya no colonialmente sino organizando ayudas para el desarrollo y cooperación con las nuevas naciones independientes.

Si a la explotación económica neocolonialista le añadimos el crecimiento demográfico y la inestabilidad política interna, de las nuevas naciones, con golpes de estado constantes, dirigidos por militares, con mano de hierro y poca o nula formación política, la población es presa tanto del hambre como de la violencia institucional.

Es verdad que las mejoras sanitarias en las antiguas colonias redujo enormemente la mortalidad, lo que suponía un beneficio como mano de obra futura, pero esa explosión demográfica, internamente, en países con poco movimiento económico, los fue pauperizando constantemente.

Europa se ha visto convulsionada cuando el fenómeno de la inmigración ha no sólo salpicado, sino mojado su ámbito geográfico.

Las clásicas virtudes de Tolerancia, Solidaridad, Igualdad, Derechos,…de las que Europa había hecho gala, se han resentido.

Sobre todo porque la emigración no sólo llega con sus manos para trabajar, ganarse un salario y vivir, sino que, como personas que son, llegan con el alma/la cabeza llena de ideas, cultura, moral, modelo de familia, de inferioridad de la mujer respecto al varón, uniones matrimoniales, educación de los hijos,….que chocan, frontalmente, con los modelos vigentes europeos.

La Integración es y va muy lenta, el Multiculturalismo no es una buena solución, el Interculturalismo es, en realidad, dos monólogos culturales paralelos y el Supraculturalismo (los Derechos Humanos como normas éticas y sociales incontestables) encuentra mucha resistencia, sobre todo por la barrera religiosa que quiere superponerse.

Las ciudades, a veces, están divididas en distritos/barrios culturales muy distintos, lo que conlleva frecuentes enfrentamientos (raciales, religiosos, culturales….) haciendo imposible la convivencia.

La xenofobia está servida.

La inmigración legal (con papeles) está siendo superada por la ilegal. Y la solución más viable, para evitar todo esto, sería que pudieran quedarse en sus lugares de origen, creando allí las condiciones para ganarse la vida.

En Europa “caben muchos emigrantes, quizá quepan más, pero lo que no caben son todos los que vengan”.

Por si esto no fuera bastante, las mafias están siendo las principales beneficiarias, con el tráfico ilegal de personas, que llegan ilusionadas de promesas, pero engañadas, y que luego se enfrentan a la cruda realidad, obligándolas a prostituirse como la única salida para saldar las deudas contraídas con las mafias.

En España, ahora mismo estamos asistiendo a este fenómeno de la prostitución de la emigración africana, de Europa del Este y asiática al mismo tiempo que al retorno, a sus lugares de origen, de muchas personas de Iberoamérica.

Es necesario un nuevo reequilibrio mundial.

El problema es cómo llevarlo a cabo.

jueves, 13 de junio de 2013

LA SOLEDAD.


¡Qué mala es la soledad¡ ¿Sí?, ¿De verdad?

Hasta la misma Biblia (“palabra de Dios”) lo afirma: “¡ay del solo cuando cayere, pues no habrá segundo que lo levante”! (Eclesiastés. 4.10).

Pues, no es por llevarle a Dios la contraria, pero “depende”, porque hay varios tipos de soledad y alguno de ellos son excelentes.

Además, nuestro refranero también afirma que “mejor solo que mal acompañado”, de donde se infiere que el ideal es “vivir en buena compañía”.

Sin embargo, a lo largo de la historia han sido muchos los que han optado, voluntariamente, por la soledad del desierto para que nada de este mundo (ni personas ni cosas) lo distrajeren de la comunicación con Dios. Eran los eremitas, los anacoretas, los ascetas.

Suele definirse la soledad como el “estado en que una persona se encuentra cuando no tiene compañía alguna, bien por propia decisión, bien por necesidad”.

Querer vivir acompañado y no poder estarlo, estar condenado a la soledad, es/tiene que ser doloroso, pero quien, por propia decisión, opta por ella….

Atendiendo a su ORIGEN, la soledad puede ser:

         .- IMPUESTA: aquella a la que una persona se ve sometida por diversas circunstancias, siempre en contra de su volunta.

         .- BUSCADA: aquella que una persona la procura, bien para reflexionar y autorrealizarse o bien, por el contrario, para angustiarse y deprimirse,

Atendiendo a su CARÁCTER, la soledad puede ser: 

          .-FÍSICA O REAL: que consiste en la simple ausencia física de otras personas.

         .-MORAL: que es un sentimiento interior de no poseer afectivamente a nadie con quien compartir la riqueza interior personal.

Atendiendo a su RESULTADO, la soledad puede ser

         .- ESTÉRIL: es aquella que resulta improductiva, por ser fruto del aislamiento de los demás y de refugiarse en un mundo irreal de asimismo.

         .- FECUNDA: aquella que resulta productiva por ser fruto de una seria profundización en el yo íntimo, en un afán de autoconocimiento y autorrealización.

Atendiendo al TIEMPO, la soledad puede ser:

         .- TEMPORAL: es la pasajera, provisional, durante un corto espacio de tiempo.

         .- PERPETUA: es la definitiva, ya para siempre.

También la soledad puede ser:

         .- NEURÓTICA, cuando una persona se siente sola e incomprendida como resultado de un desamor o por traumas infantiles, aunque haya personas a su alrededor que lo quieran y estimen.

         .- CULTURAL: cuando los valores y expectativas sociales, de una sociedad, hacen a una persona desdichada. Como cuando en una sociedad o familia están mal vistos la soltería o el divorcio, el soltero o divorciado se sentirá excluido , fuera de lugar, solo y/o solitario.

         .- EXISTENCIAL. Por el hecho de ser uno mismo, de ser un yo. Nadie puede sentir “tu” dolor de muelas o “tu tristeza” al romperse una relación amorosa. Nadie puede ponerse en tu lugar. Eres otro con respecto a los demás “yoes”. Al sentirse, cada uno, único e irremplazable.

La necesidad de olvidarse del mundo, refugiarse en el interior de uno mismo para, después, dar el salto a Dios.

 Como San Agustín lo expresaba:

         “Noli FORAS ire (Homo exterior), REDDE TE IPSUM, in INTERIORI HOMINE (homo interior) habitat veritas et, post, TRASCENDE TE IPSUM (homo divinum)”

¿Qué decir de esa soledad buscada por el  investigador, por el novelista, por el eremita,….?

miércoles, 12 de junio de 2013

NACIONALISMOS (Y FIN)


Fragmentar la “nación española” en trozos/fragmentos independientes es una idea de la Derecha de toda la vida, y yo no sé qué pinta, ahí, la izquierda, destrozando el todo, cuando la izquierda siempre ha sido Internacional, holística (“proletarios de TODOS lo países, uníos”).

Ni Cataluña es de los catalanes, sino de todos los españoles, al ser una parte de la “nación española”, ni el País Vasco…. Ni Galicia…. Como no lo es Andalucía, ni Murcia.

Todos somos propietarios de este todo llamado España.

Los nacionalismos quieren apropiarse de algo que nunca ha sido suyo y que no lo es, hoy en día.

Cuando gritan “soberanía” ellos bien saben que no es una soberanía real, sino imaginaria.

¿Desde cuándo las diferencias (culturales, lingüísticas, étnicas,…) engendran derechos positivos?

En otro lugar de este Blog he escrito sobre Derechos Negativos.

Un calvo o un cojo no tienen Derechos Positivos por ser calvo y/o cojo, sino el Derecho Negativo a no ser excluido por ser calvo y/o cojo.

Un vasco, un catalán, un gallego,… no tienen derechos positivos por hablar sus lenguas respectivas, sino derechos negativos a no ser excluidos por hablarlas.

Si la lengua común de España es el español, ¿por qué voy a tener yo que estar discriminado por no hablar el catalán o el vasco?

Fue, sobre todo, tras el desastre del 98 cuando comienza a desarrollarse con fuerza esta idea de “fragmentación” e “independentismo”, precisamente en las regiones más prósperas desde el punto de vista industrial, inventándose, entonces, el mito de “nación vasca”, “nación catalana”,….como “soberanas”.

¿Reclamar la “restauración de su soberanía”?, Pero ¿cuándo, antes, habían sido soberanas, si fue, precisamente, la nación española quien las liberó de su servidumbre señorial, defendida por las poderosas oligarquías locales?

Y se montan “Historias Nacionales (regionales), “Museos nacionales” (regionales)….

¿Uds., se imaginan a Burgos, escribiendo Su Historia y remontándose al “homo anteccesor” (el hombre de Atapuerca). ¿Dónde estaba Burgos, entonces?. Más aún, ¿dónde estaba, entonces, España?

¿Cómo puede la nación española “devolver la soberanía al País Vasco, a Cataluña,….si nunca la tuvieron?.

¿Cómo pueden ellos “recuperar” lo que nunca han tenido, por lo tanto ni ellos lo perdieron ni nadie puedo arrebatárselo?

Lo que, en el fondo, intentan los nacionalismos es “restaurar ciertos privilegios de sus regiones, que remiten al Antiguo Régimen.

“Nación” “oprimida” es una “contraditio in terminis.

Si es “nación” tiene que ser “soberana”.

Si está “oprimida”, no es “nación”.