viernes, 30 de julio de 2010

JERUSALÉN, ATENAS, ROMA.

Si yo supiera las “razones” por las que la naturaleza actúa de esa manera y no de otra…..
Si yo supiera las “razones” por las que la radio o el coche así funcionan y así no puede funcionar…..
Si yo supiera las “razones” por las que las personas me entienden lo que quiero decir o no me entienden….
Si yo supiera las “razones” por las que todas las personas no pueden disfrutar de los logros de la Razón…

Yo sería un científico natural, un experto tecnólogo, un consumado comunicador y un filósofo social.
Sería un dominador de la Razón Natural o Científica, que se practica desde los laboratorios, de la Razón Técnica o, mejor, Tecnológica que se practica en Departamentos Universitarios e Institutos tecnológicos, de la Razón Lingüística, desde la Pragmática y las Estadísticas, y un Filósofo Social, desde la Razón filosófica.

El hombre, un ser natural, vivía en y con la naturaleza. Hombre-naturaleza es un tándem necesario (no así naturaleza- hombre, a la naturaleza le importa un pimiento que haya o no haya hombre. De hecho durante casi toda su existencia el hombre no existía y eso, a ella, no le importaba, no lo necesitaba). No así al hombre, a éste sí que le importa la naturaleza, la necesita.
En sus comienzos la relación del hombre con la naturaleza era sólo y exclusivamente instintiva para la supervivencia, tanto individual como específica.
También en sus comienzos, ante la suma debilidad y exposición a la agresividad de la naturaleza (riadas y sequías, enfermedades y muertes, buena y mala caza, calor y frío excesivos,….) el hombre se imaginaba unos seres superhumanos capaces de hacer lo que él no podía hacer y dominar lo que él no podía dominar, de explicar lo inexplicable. Aparece el mito. Creencias en fuerzas extrahumanas y sobrehumanas, en forma de dioses, de astros, de animales,….
Llega un momento en que el mito falla o no explica suficientemente lo que al hombre le preocupa. Y en vez de invocar a esos dioses comienza a confiar en sí mismo.
Entre él, débil, y la naturaleza, inmensa y poderosa, que lo acogota en cada instante, va introduciendo mediaciones, son las técnicas. Se la domina más y mejor, se la exprime más, en beneficio del clan o de la tribu.
De la simple y mera caza y pesca, paleolítica, elemental, de supervivencia, va creando la agricultura y ganadería, la domesticación y la cerámica, la rueda y el dominio del fuego, la vivienda más segura,…

¿No fue el primer mandato divino, tras el cabreo por la desobediencia de nuestros primeros padres, “creced y multiplicaos (a los dos) y tú, mujer, parirás con dolor tus hijos, mientras tú, varón, trabajarás la tierra”?.
Lo que no les dijo Dios es cómo tenían que hacerlo. Lo de “creced y multiplicaos” era sencillo, el uso del instintos sexual. Lo de “parir con dolor”, no podía ser nada nuevo, ¿a ver cómo esa cabezota y ese cuerpo podían salir por ese conducto de salida tan estrecho, si no es a base de dilatación dolorosa?.
Todas las técnicas que el hombre ha ido interponiendo entre él (sujeto) y la naturaleza (objeto) es el “cómo” (el medio) el hombre ha ido haciéndolo.

Seamos creyentes o agnósticos, ateos o antiteos, lo que el hombre ha ido haciendo, desde el comienzo de su existencia en la tierra, es poner en práctica el mandato divino.
No que sea así, de cierto y de verdad. Lo que quiero decir es que, con el esquema mental del Génesis, se explica bien el desarrollo de la técnica que el hombre ha ido desarrollando.
La sociedad va aumentando. De sociedad bipersonal se pasa a sociedad familiar, de ésta a la tribal, de ésta a la étnica,….
La productividad de la naturaleza va creciendo, en toda ella, sea pesca, agricultura, vivienda, vestido, hogar,…
Y el hombre, con su ingenio, se siente actor principal de ese crecimiento.

Demos un salto histórico.

Jerusalén (Dios, la religión) no anatematizará a la Razón (Atenas, la filosofía), sino que intentará asimilarla en su seno, pretenderá usarla para así poder hacer más racional y más universal (a toda la humanidad) el mensaje divino, la revelación.

Ya no se trata de “mi Dios”, “mi Razón” y “yo”. Se trata de “Dios”, de “La Razón” y de “La Sociedad entera o humanidad”.
“El mandato divino” como punto de partida, la “Razón” como medio y la “humanidad” como fin.
Ese es el esquema interpretativo.

Después ¿“se ha desviado la Razón de su cometido, la utilidad?, ¿ha sido la Teología la que se ha distanciado del mensaje divino?.
Si ha habido desajuste ¿se ha distanciado más de lo divino la razón productivista globalizada, multinacional, expansiva y expandida? ¿o ha sido la teología judeo-cristiana, aislada en su actual burbuja vaticana (sustituta de la Jerusalén judía), gritando palabras bien sonantes en el vacío de las ondas y haciendo gestos momentáneos espectaculares (de espectáculo)?.
La erradicación del hambre, del sufrimiento y de la miseria sería factible desde la “Razón Científica, la Razón Tecnológica y la Razón Social”, pero, de hecho no lo es.
Peor todavía, la distancia entre las sociedades ricas y cada vez más ricas y las sociedades pobres, cada vez más pobres va agrandándose cada vez más, la grieta va creciendo, la injusticia está asentada, institucionalizada.

Grosso modo, e históricamente, se han asociado los conceptos “Religión” con Jerusalén- Vaticano, “Razón-Filosofía-Ciencia” con Atenas y “Sociedad-Política” con Roma.

Si Atenas (la Razón) ha dejado de ser eurocéntrica (ahí están U.S.A., Japón, China,…) y Roma (la Política y Sociedad) igualmente, existiendo hoy un policentro u omnicentro, Jerusalén (la Religión) ha sido desbancada por El Vaticano (Catolicismo), que no considera otros centros equivalentes a él.
La Teología Cristiana ¿ha dejado de ser eurocéntrica?. ¿No continúa el Vaticano considerándose el ombligo nutricio del mundo religioso?.
Con el Judaísmo, desplazado y arrinconado; con el Islamismo, considerado menor de edad, sin pasar, aún, la prueba del Renacimiento y de la Ilustración, pregoneros de la igualdad de todas las personas, independientemente de su sexo, religión, raza,… (los Derechos Humanos), con el Hinduismo y el Budismo, desconocidos, como pertenecientes, que son, a otras culturas de mentalidad no occidental… el Vaticano ha olvidado que Jesús era judío y que el Islamismo procede de la misma fuente que el cristianismo y el catolicismo.

Mientras los 4 tipos de Razones, al comienzo mencionadas, continúan por la senda de la universalidad, la Teología cristiana oficial continúa anclada en sus prístinos y abstractos cuarteles de invierno, considerando non gratos y heréticos a todos los que se salgan del sendero marcado. Como si la Teología cristiana fuera sólo una y no fuera Teología la Teología de la Liberación, por ejemplo.

Si todos nacemos instintivos y progresamos, poco a poco, en la Razón individual, debemos seguir evolucionando hacia la Razón Social Universal y practicarla.
Si es verdad que somos individuos, insustituibles, al mismo tiempo nuestra vida auténtica descansa en la convivencia solidaria.
Todos comenzamos liberándonos de nuestras condiciones humillantes individuales, para seguir haciéndolo familiarmente, siendo necesario el paso siguiente, aunque parezca lejano y utópico: la liberación de toda la humanidad de las humillaciones a las que la vida los somete.

El olvido de Israel, como fuente; la continua y progresiva presencia de Atenas; la no consideración de otros centros no occidentales y la conversión y sustitución de Roma por el Vaticano, trae sus consecuencias.

Preguntas y dudas que invaden a uno, constantemente, como:
“¿el Dios creador del Antiguo Testamento puede ser el mismo Dios que el Dios redentor del Nuevo Testamento?”.
“¿debe un Dios Omnipotente ser un Dios justo?”.
“¿cuál es la responsabilidad de la religión católica en Awschwitz?”

Tomen Uds. estos tres conceptos: “Religión”, “Razón” y “Sociedad”, aplíquenselo a Jerusalén, Atenas y Roma y comprobarán qué variopintas combinaciones les salen.
¿Se puede, desde el Vaticano, pretendido sustituto de las tres ciudades simbólicas, recomponer la situación?.

¿Puede haber/debe haber una normativa universal, más allá de tiempos y espacios concretos, siempre y para todos, más allá de criterios relativistas?.
Mientras todo esquema valorativo historicista siempre es relativo ¿no es absoluta la humanidad?.
La esclavitud existió ¿pero como buena en algún tiempo y lugar?. ¿Puede ser buena la inferioridad de la mujer, considerándola sólo como un objeto placentero y un vientre paridor?. Lo ha sido. ¿Puede seguir siéndolo, hoy, en algún lugar?
¿Deben ser los Derechos Humanos, debe ser la Ética algo condicionado?, ¿o debe ser incondicional?. No pregunto si lo ha sido, me pregunto si puede seguir siéndolo.
La Solidaridad y la Justicia ¿no deben ser, siempre, universales, siempre exigibles más allá o por encima o por debajo de todo respeto al pluralismo cultural, sosteniéndolo?.

¿Manifiesta el Vaticano, desde su prepotencia, el reconocimiento auténtico, no sólo testimonial, de las demás religiones o sólo muestra una cierta condescendencia?.
¿No debe ser la Ética Racional la que sea el ideal y el fundamento, la base, de todas las sociedades?.
¿Es capaz el Vaticano de aceptar un policentrismo religioso real o sólo considerará a las otras religiones como satélites?
¿No debería ser la Razón Ética o la Ética, simplemente, los Derechos Humanos, el único centro universal en el Tiempo y en el Espacio?.
¿Puede/debe el eurocentrismo ser/convertirse en antieurocéntrico?
¿Puede el Vaticano, jerárquico y antidemocrático defender la Razón Democrática? (una cosa es que diga que lo hace y otra, muy distinta, es que, realmente lo piense y lo haga).
¿Deben las democracias de los países católicos tener en cuenta al Vaticano?.

Dios y la Religión no son lo mismo antes que después de la Ilustración.

Así como la Razón es aceptada por las sociedades multiculturales, ¿puede hacerlo el Vaticano?.

Creo que tienen que cambiar mucho las cosas y que debe salir de su burbuja si quiere fermentar a las masas.

lunes, 12 de julio de 2010

“Montes” de “Piedad”.

Comencé yo a trabajar, en la enseñanza, en Córdoba.
Cuando me obligaron a domiciliar mi primera nómina de “Contratado” en un Instituto Nacional de Bachillerato acudieron a la Sala de Profesores unos señores bien trajeados con la intención de hacernos sus clientes.
Además de los Bancos tradicionales (Central, Banesto, Santander, Vizcaya, Bilbao,…) acudieron el del Monte de Piedad y el de la Caja Provincial de Córdoba.
El Monte de Piedad dependía del Obispado, y en el Instituto estaba de profesor un canónigo al que gran parte de Uds. acaban, tristemente, de conocer (“el cura Castillejo”), el que ha llevado a la insolvencia a una entidad de ahorros muy extendida por toda la provincia y, después, por Andalucía, y que destinaba una parte considerable de sus ahorros a fines culturales y benéficos.
La Caja Provincial, dependía de la Diputación. Había construido dos urbanizaciones (Santuario y Fuensanta), junto al Santuario de la Fuensanta, una de cuyas viviendas adquirí, en la Avdª de la Fuensanta.
La Caja Provincial había construido un Club, en medio de las urbanizaciones, llamado Club Santuario, que ofertaba dos tipos de actividades: las deportivas (dirigidas por mi amigo Severiano, un profesor de educación física) y las culturales (cine, biblioteca, conferencias, ciclos de música tradicional, clases de apoyo,…) que las llevaba yo.

Pero el Monte de Piedad, el pez grande, engulló a la Caja Provincial, y de esta digestión salió el Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba.
Esta nueva entidad cordobesa se reunió en los últimos años con malas compañías (llámense joyeros (dinero negro) metidos a promotores de urbanizaciones, sobre todo, en la Costa del Sol, y ha terminado, como todos sabemos.

Los Montes de Piedad, en su origen, italiano, eran entidades o establecimientos benéficos, donde los pobres podían obtener sumas en metálico, empeñando sus pertenencias, para así poder satisfacer sus necesidades primarias.
Ese crédito pignoraticio o préstamo prendario (“pignus” = prenda) era el préstamo que se concedía contra una garantía, una prenda o cosa (alhajas, joyas, libros… “y los libros? y los libros empeñados en el Monte de Piedad” (recuerdo las tunas universitarias, con sus distintivos y su competitividad, durante los fines de semana, el Plaza Mayor de mi Salamanca, y de ronda por las calles y en las fachadas de los Colegios Mayores Femeninos, con las letras picantes, con gentes asomadas a las ventanas, y con la botella de anís o de coñac, descendiendo, atadas a una cuerda). Parece que fue ayer, pero ¡anda que….¡

Ese “crédito prendario” (su nombre técnico) era el simple “empeño” castellano, que podía ser “desempeñado” cuando se devolviera el crédito y se recobraba la prenda. De lo contrario, transcurrido el tiempo estipulado, la prenda podía ser vendida o subastada, y así la entidad crediticia se satisfacía el pago del préstamo.

Ya en el siglo XII, en Europa, existían Montes, laicos, en las ciudades, sobre todo para afrontar las obras públicas.
Pero los Montes de Piedad nacieron en Italia, en el siglo XV, creados por los franciscanos, con fines caritativos y benéficos, de inspiración ético-religiosa. Concedían préstamos sin interés, para combatir la usura, ya que los intereses de las otras instituciones iban desde el 30% al 200%, lo que los convertía en inaccesibles a campesinos, artesanos, pequeños comerciantes,…
Sus fondos provenían bien de limosnas, de testamentos de gente piadosa, de donaciones, de las celebraciones religiosas, incluso de ayudas de la corona.
(Todavía existen, en mi pueblo, las “tierras del Seminario” y el “Monte los curas”)

La Iglesia/el Vaticano era el gran Banco Central de Crédito que gestionaba no sólo el dinero (aunque también) sino, sobre todo la salvación eterna y la gracia divina.
Pero todo Banco que, además, se precie de Grande debe tener sucursales esparcidas por toda la geografía tanto para captar clientes como para canalizar préstamos.
Igual que, hoy mismo, los bancos y sus sucursales ofertan regalos, tales como vacaciones, viajes o entradas de fútbol, también las sucursales religiosas eran frecuentadas por personas que, más que buscar dinero, buscaban consuelo, curaciones, milagros,…
En este Gran Banco, Cristo y los santos (los máximos o únicos accionistas) habrían depositado un inmenso capital de salvación que los sacerdotes utilizaban para hacer inversiones y conceder créditos, sobre todo de salvación.
Confesabas tus pecados y tras cumplir la penitencia (que podía ser una donación, un servicio, una peregrinación, un donativo…) se obtenía un crédito de salvación por el que uno podía borrar las penas que iban inherentes a sus pecados.
La culpa se te perdona por confesarte, la pena se te borra si cumples la penitencia.
Había quienes, en vez de dar, se daban a sí mismos, se entregaban en cuerpo y alma a ese Gran Banco Central y suponía un capital humano disponible de considerable valor.
Estos sacerdotes o administradores y gestores divinos debían superar unas pruebas (selección de personal) y jurar los tres votos: pobreza, castidad y obediencia (que cuando uno repasa la historia de la iglesia le da auténtico bochorno, ver sus riquezas, sus queridas o esposas e hijos, y cómo hacían su santísima voluntad en su feudo).
Si alguien deseaba un crédito de salvación debía abonar una cantidad determinada. Por ejemplo, una misa de difuntos valía tanto y un entierro o un bautizo valía cuanto (todo según tarifa), o pedir que en la misa intercediera por la salud del padre o del hijo valía…
(Toda esta tarifa sigue vigente, pero camuflada bajo el ropaje de “voluntaria” y “orientativa”. ¿Cuánto vale una misa de boda o un bautizo?).

Pero había sucursales que disponían de una mayor capacidad financiera, porque contaba con más bienes de salvación, al disponer, por ejemplo, de los huesos de un santo mártir famoso.
Las reliquias actuaban como reclamo y revalorizaba el capital invertido, porque, además de perdonarte los pecados, te vendían milagros tales como la curación de enfermedades desahuciadas por los galenos.
Estas sucursales eran los famosos centros de peregrinaje de mucha gente en busca de consuelo y que aportaba grandes beneficios a la Iglesia.

Roma, con la tumba de San Pedro, el primer papa nombrado expresamente por Jesús, era el principal centro de peregrinación.
Igualmente Santiago de Compostela, con los restos de Santiago apóstol, uno de los más queridos de Jesús.
Colonia, por ejemplo, vendía y presumía de tener los restos de los Reyes Magos.
Canterbury, con los restos de Santo Tomás.
El famoso “lignus crucis” (un trozo de la cruz en que fue clavado Jesús), que se encuentra en tantos sitios que, se dice que, si se juntaran todos ellos saldrían no sé cuántas cruces.

Esta costumbre de peregrinar hacía surgir una actividad industrial variada a su alrededor.

Ahora mismo, que estamos en año jubilar jacobeo, ¿cuánto dinero se genera y se mueve a su alrededor?.
Los propios reyes buscaban y compraban reliquias, cada cual más milagrosa o milagrera, no tanto por motivos religiosos como económicos.

El rechazo protestante (por ser esa su mentalidad o por oponerse al Vaticano o por ambas cosas a la vez) a estos planteamientos piadosos de los Montes de Piedad daría lugar a que, dentro de ellos, se crearan las Cajas de Ahorros.

Todos estos circunloquios vienen a cuento porque, hace unos días, un antiguo alumno me manda un e-mail con la canción de “Triste y sola. Sola se queda “Fonseca”. Triste y llorosa, queda la “Universidad”. Y los libros? los “libros” “empeñados” en el “Monte de Piedad”.

martes, 6 de julio de 2010

DERECHO Y EXCLUSIÓN

Yo no sé vosotros pero yo creo que lo que piden los mediocres no es igualdad de oportunidades, sino igualdad de resultados, con lo que no es reconocido ni premiado el esfuerzo. Al tiempo que se desmotiva al que, con insistencia y tenacidad, ha logrado subir, pues si al final resulta que…

Igual que cuando los independentistas esgrimen el argumento de tener “derecho a la autodeterminación” (que lo tienen). La pregunta, ahora es ¿qué hacer con los que esgrimen su derecho a no querer independizarse por encontrarse muy a gusto en el conjunto de España?.

Una mayoría del 51%, sobre unos votantes del 40%, es decir, un 20,4% de los ciudadanos de una comunidad autónoma pueden imponer sus gustos, sus ideales, sus proyectos,.. al 80% de la población restante que: 1) han dicho que NO, 2.- han votado en blanco, 3.- su voto ha sido nulo por haber escrito en él que es del Madrid o 4.- porque se han abstenido porque les ha dado la real gana o para que entiendan, quienes tienen que entenderlo, que están hartos de gilipolleces, que son unos impresentables, que son unos chupones y aprovechados, que se vayan a la …., que sus problemas son otros.
¿Puede someter, acogotar, anular, ese 20,4% a casi el 80% restante?.
Que no se esgriman el argumento de que “hubieran ido a votar”. Tienen derecho a no ir a votar, a ejercer su derecho a no votar, exactamente como Ud. tiene el derecho a ejercerlo y lo ha ejercido. Pero eso no quiere decir que no sean ciudadanos de 1ª, como Ud. y que Ud. tenga derecho a pisotear y entorpecer o anular sus derechos.

Ejemplo clarísimo. Si un ciudadano, por los motivos que sean, no quiere que sus hijos sean educados en la lengua autonómica y sí en la lengua común, que hablan todos los españoles, ¿se le permite su opción en las mismas condiciones que al que opte por lo contrario?. ¿O se les manda, para poder ejercer su derecho, a la otra punta de la ciudad?.
Si alguien sólo quiere rotular su establecimiento en español, que es la lengua común que usan y entienden todos los españoles, ¿Tiene Ud. derecho a multarlo, por haber ejercido un derecho constitucional?.

Porque lo primero y principal es la libertad y la autodeterminación de la persona. La política puede y debe esperar.
¿Qué hacer con la libertad de los que no quieren estar ni participar en ese proyecto nacionalista?. ¿Los expulsamos de su propia tierra?. ¿Les hacemos la vida imposible para que, ya que no entran por el aro, que se vayan?.

Los mercados económicos son más modestos que los partidos políticos nacionalistas. Tienen que convencer para que se les compre sus productos. En política No. Los poderes políticos imponen una alternativa exclusiva: o compras mi mercancía y estás conmigo o, si no, te hago la vida imposible.

Comparando la Economía con la Política aparecen perspectivas curiosas.
Por ejemplo, el Capitalismo Salvaje tiene muy mala prensa. Suele decirse que en la selva lo que reina es el individualismo; y no es verdad. También se da, en la selva, solidaridad, consciente o inconscientemente, entre los individuos, por el bien de todos.
Se dice que el pez grande se come al chico, de ahí la necesidad del Estado para salvaguardar la vida del pez chico, pero también es verdad que el mercado propicia oportunidades para que los pequeños prosperen, haciendo uso de sus armas.
El elefante será muy fuerte, pero nada puede con la velocidad del antílope.
El gato será buen cazador pero nada puede hacer ante la ratonera.
El camaleón será muy lento, pero su larga lengua y su mimetismo harán que tenga oportunidades.

Si no hubiera mercado ¿ganarían los débiles?. NO. Seguirían ganando los fuertes y perderíamos todos.

Se dice que el Estado es un mal necesario para proteger de la muerte a las personas, pero hoy día son muchos los que han descubierto formas nuevas de matarse y de matar, con el tabaco, el alcohol, el coche, la droga, la violencia machista,…

Una sociedad libre no debería regirse por objetivos comunes sino por reglas comunes. No se le puede obligar, a nadie, a que se compre un coche, pero que sepa que, si se lo compra, tendrá que obedecer los semáforos (reglas) respetando lo que los tres colores representan.

Es verdad que hay mucho intelectual de izquierdas que quiere cambiar la sociedad porque a él no le gusta como está. Lo que me pregunto es si no será porque ellos piensan y creen que van a ser los protagonistas del cambio. ¿Obedecerían, como corderitos, a otros de izquierdas que trajesen otro proyecto distinto al suyo?.

Hay mucha arrogancia en los intelectuales.

Las radiografías son necesarias, pero, también, hay que saber leerlas y nunca, nunca, nunca el radiólogo debe meterse en el quirófano y desbancar al cirujano.
Aquí llega un intelectual de izquierdas, que ha tenido una visión nocturna o en duermevela de una sociedad utópica, y se autoproclama el duce de toda la sociedad, como si el ingeniero de caminos tuviera que ser un caminante, el de puertos un marinero, y el de canales un hortelano.

lunes, 5 de julio de 2010

O Razón O Corazón

Si quieres hacer rico a tu país, “laissez faire, laissez passer”, que el Estado no haga nada, que no intervenga en la actividad económica, que deje “hacer” (“faire”) a los particulares, que cada empresario, cada persona, se dedique a “hacer” lo que quiera, a producir lo que le dé la gana. Que deje tranquila a la actividad industrial, que mire para otro lado.
Las leyes que rigen el incremento de la “riqueza” son las leyes del libre mercado, las de la competencia y competitividad, las leyes de la oferta y de la demanda.
Competencia y competitividad entre los productores y entre sus productos.
El ganador será el que más barato venda y el que más productos venda.
Los consumidores, a igualdad de calidad, comprarán el más barato.
Esto con respecto al mercado interior.
Respecto al mercado exterior, “laissez passer”, dejad pasar, materias primas y productos manufacturados, mano de obra, capital humano y capital financiero, inventores, intelectuales,.. ¡Fuera fronteras y aduanas, que impiden el movimiento de cosas y personas¡.
¡Libertad económica total¡

(Claro que, si no permite que los productos de fuera entren para hacernos la competencia, mejor que mejor… Y si priman las exportaciones, con ayudas económicas, mejor que mejor… Y si…. Y si….)

Pero si quieres hacer feliz a tu país, las leyes que deben regir el comportamiento de los ciudadanos son las “leyes del corazón”, las de la solidaridad.
Será una nación menos rica, pero más feliz, habrá menos riqueza, pero estará más y mejor repartida, habrá menos ricos, pero también habrá menos pobres.

Y es una “disyuntiva exclusiva”. “O una O la otra”, no pueden ser las dos.
Tendremos que elegir entre “mercado-inteligencia” o “corazón-bondad”
Tenemos que elegir entre “riqueza” y “justicia”, entre “libertad” y “felicidad”.

domingo, 4 de julio de 2010

FELICIDAD

Cuando se habla de felicidad habría, siempre, que distinguir entre:
A.- Felicidad subjetiva o íntima o individual, que consiste en un sentimiento pleno de bienestar personal, que es algo muy íntimo que sólo le afecta a uno y a los más cercanos.
B.- Felicidad objetiva o pública o social o política, que es una situación, ya no un sentimiento. Es el marco deseable para vivir. Es el escenario en el que es más fácil ser feliz. Es como el teleférico, que te deja en lo alto de la pista de esquí. A partir de aquí, puedes disfrutar en y de la bajada o puedes romperte la crisma.
La felicidad objetiva te posibilita la felicidad, no te la garantiza.
La felicidad objetiva coincide con la Justicia.
Una sociedad justa es una sociedad felicitante. Pero, una vez dicho esto, eres libre para tirarte desde la torre, ayudar a cruzar la calle a una viejecita, pasear por la playa, leer un libro, sentarte en una terraza, con cerveza y tapita incluidas, y charlar de lo divino y de lo humano con tus amigos, considerándoos salvadores del mundo mundial o siendo socio del Atlético de Madrid.
Allá tú dónde pones el objeto de tu felicidad.
No es igual “estar feliz” (situación siempre pasajera) que “ser feliz” (estado de más largo recorrido).
Como no es igual “estar limpio” (tras una ducha, por ejemplo), que “ser limpio” (se le supone, habitualmente, la limpieza).

Generalmente han sido 4 los objetos felicitantes: Dios, las cosas, un mismo, los otros.
-Para el cristiano-creyente “esta vida es el camino que…”, la vida como hipoteca, porque te lleva a Dios, el objeto felicitante por excelencia. “Amarás a Dios sobre todas las cosas”
- Para el ateo militante y practicante, para el ciudadano agnóstico, las cosas, que sí son reales y son más felicitantes que Dios, que sólo es una idea creada por la mente humana desgraciada.
- Te amarás a ti mismo.
- Amarás al prójimo como a ti mismo.

Pero para amar al prójimo tienes que amarte mucho a ti mismo, para poder amar al prójimo en la misma medida. Para amar y amarse hay que conocer y conocerse.
Luego no se es egoísta por amarse uno a sí mismo, siempre que, también, se ame a los demás. Tener una alta autoestima es el paso previo para poder estimar adecuadamente, a los otros.
La situación de riqueza está en relación con las cosas. Los ricos son ricos porque tienen muchas cosas. Se les supone la felicidad. Pero no es cierto. No hay persona más pobre que la que sólo tiene cosas, aunque sean muchas.
Es mayor capital los sentimientos, la amistad, las personas, la alta consideración,….

Normalmente, a lo largo de la historia, se han dado Decálogos, sobre todos, y el más conocido por nosotros, los 10 mandamientos del cristianismo..
¿Por qué Decálogos?. ¿Por qué el número 10?. Porque el número 10 es uno, si no el más, sagrado de los números. ¿Por qué?. No por motivos cristianos sino matemáticos.
-El punto (que no tiene dimensión). Es el UNO.
-La línea (segmento)( que es la longitud entre DOS puntos).
-La superficie (que es el espacio que existe entre TRES puntos en distinta dirección o no en línea recta).
-El volumen (que es el cuerpo correspondiente a CUATRO puntos en dirección no lineal).

Punto, Línea, Superficie y Volumen (1+2+3+4 = 10) que era la tetractis pitagórica, que solían llevar colgada del cuello, como si fuera una medalla o un crucifijo que sirviesen de escudos y alejasen a los enemigos del alma, era un amuleto; en este caso era llevar colgado el secreto de toda la realidad, concretada en esos cuatro conceptos geométricos.

Para que la sociedad esté en estado de salud, para que la justicia se instale en la sociedad, habría que erradicar a los chupones, que sólo toman y nada aportan, habría que “desparasitar de parásitos sociales a la sociedad” (valga la doble redundancia), sólo así las personas serían consideradas dignas, no listas (porque ¡hay que ver lo listos que son los parásitos-chupones¡).

Es otro error histórico, hacer recaer la naturaleza, la esencia, de la persona en la inteligencia. Se puede ser analfabeto y digno. Como se puede ser muy inteligente y una mala persona. Lo importante es la dignidad, la bondad. Más importante que la inteligencia.
Ser bueno y ser digno es una valor superior (nunca los dudéis) a ser inteligente.
Hay mucho hijoputa muy inteligente.
La bondad y la dignidad entraña el cumplimiento de deberes: deberes para consigo mismo, deberes para con los demás y, para el creyente, deberes, también, para con Dios.

Ser merecedor de felicidad ya es felicidad.

¡Que seáis buenos, que os empeñéis, amigos lectores, en haceros dignos de la felicidad, es ya el comienzo de ella.

jueves, 1 de julio de 2010

SER AMERICANO,¿FILIA O FOBIA? (2)

Pero sigamos.

En Europa el estado ha sido siempre anterior a la sociedad. Ésta siempre ha estado ya estatalizada (habría, quizá, que remontarse a la prehistoria para encontrarse sociedades sin estado).
Por ejemplo la burguesía no se dio un estado. Hizo una revolución para apoderarse de él y, una vez en posesión, cambiarlo. Abandonar el modelo monárquico absolutista y proclamar la “Liberté, Aequalité y Fraternité” y crear un estado burgués moderno en el que el poder reside en el pueblo (no quiero entrar en el análisis del mismo).
Pero en Estados Unidos no fue así, sino al revés. La nación americana es una comunidad política, fundada en un acto de voluntad, antes de organizarse como estado.
Desde el mismo comienzo era sólo una sociedad de emigrantes que, luego, se dieron un estado, e impusieron una ley a los que estaban fuera de ella. Es el sheriff el que impone la ley y la comunidad, que es la que le paga, puede prescindir de él y sustituirlo, porque todo se hace por elección popular.
De ahí que el americano no espera mucho del estado. Confía en sí mismo. Lo que le ocurre depende de él, no del estado.
Recordar el discurso inaugural de J.F.Kennedy, en 1.961: “No preguntes lo que tu país puede hacer por ti, sino lo que tú puedes hacer por tu país”.
¡Qué bien conocía a sus compatriotas¡.
De ahí que a los europeos nos extrañe tanto el derecho que tiene el ciudadano a llevar un arma.

Mientras el europeo aspira, casi todos, a ser funcionarios del estado (yo mismo), para asegurar la estabilidad en su puesto de trabajo, y la gran mayoría de los europeos que no aspiran al funcionariado es porque no pueden, sin embargo el americano no le hace ascos a la movilidad, tanto exterior como interior, no le importa cambiar de estado, de trabajo, de vivienda, de religión, de marca de coche, de psiquiatra, de compañero/a (volverá, rápidamente, a unirse otra vez, si no te casas o te unes eres visto como un homosexual)
Para nosotros, el trabajo, el piso, la mujer, la religión,….suelen ser inamovibles, casi nadie cambia voluntariamente.

Mientras el estadounidense mira al futuro, está asentado en la inseguridad, es amigo de la aventura, de que el porvenir será mejor que el presente, es un “adanista”, siempre partiendo de 0, siempre volviendo a empezar, es un emprendedor nato, al europeo le asusta lo desconocido por venir, busca el pasado en que asentarse, prefiere no aventurarse, el “pájaro en mano”.

Mientras el norteamericano es una persona muy religiosa, pero con una religiosidad especial, no sometido a sacerdotes ni obispos, la que es religiosa es la comunidad en que está inserto. Acude al mercado religioso y allí hay religiones de todo tipo, no es de extrañar, pues, la presencia de telepredicadores. Pero, en general, todas las religiones son de origen calvinista, por lo que, para ellos, el triunfar es un signo de que Dios está con ellos, de que están en el buen camino.
Pero no le importa cambiar de religión, a veces por motivos baladíes.

Igualmente en las relaciones humanas las diferencias son manifiestas. No es extraño que un estadounidense, al irse de vacaciones, te deje las llaves de su casa. Confía en sus vecinos. Al vivir en una sociedad caracterizada por la movilidad, practica la solidaridad.
Si se le presentan problemas no acude al estado, sino a las asociaciones de su barrio, si las hay, y si no, las crea. No confía ni se fía del estado, pero sí de sí mismo y de los demás.
Cuando alguien triunfa el americano ve su triunfo como una meta a conseguir por él, al revés que el europeo, que siente envidia y que lo primero que se pregunta es qué habrá hecho, ilegal o inmoral, para conseguirlo, porque el otro no puede ser más que él.

Quizá una de las principales causas de las diferencias es que mientras a Europa le costó “Dios y ayuda” para llegar al liberalismo, como punto de llegada, para el estadounidense el liberalismo está en su punto de partida. Y la mezcolanza de emigrantes, de naciones distintas, creará una unión simbólica, con un respeto a la bandera y la mano en el corazón mientras, concentradas, cantan el himno nacional.

Solemos burlarnos de los estadounidenses, llamándolos analfabetos, porque no saben localizar, en un mapa, dónde está España o porque muchos de ellos creen que el Mar Negro se encuentra en África.
Alguien, burlona pero brutalmente, afirmó: “La guerra es la manera que tiene Dios de enseñarles Geografía a los norteamericanos”.
Pero es que a ellos, al no tener historia, no les interesa la historia, y menos la que no sea de su país. Y de esa poca historia que tienen ¿qué sabemos nosotros más allá de las películas de indios y la conquista del Oeste?.

Nosotros, por ejemplo, alucinamos por la N.B.A. Somos capaces de levantarnos a altas horas de la madrugada para ver a los Celtics. Pero para ellos, los dos grandes deportes de masas son el Fútbol Americano y el Béisbol, mucho más que el baloncesto, pero como para nosotros sus deportes preferidos nada nos dicen pero sí el baloncesto…
¿Cuántos españoles saben quién fue Joe DiMaggio?. Para ellos, mucho más importante que Magic Jonhson, por supuesto.
Para un estadounidense decir de carretilla las alineaciones de sus dos deportes preferidos, en años anteriores, es una manifestación de cultura, para nosotros no.

¿Qué hubiera sido de la Vieja Europa sin la intervención de la nueva nación estadounidense?.

Es verdad, ¡¡¡¡¡Cuánta geografía europea y mundial ha tenido que aprender esa nueva nación!!!!!!

SER AMERICANO ¿FILIA O FOBIA?. (1)

Sé que a mucha gente nombrar a los americanos (entendiendo, con ello, a los estadounidenses) ya le sale sarpullidos,
A mí, el pueblo americano, por una parte me da pena, por otra parte me da envidia.
Me da pena porque no tiene una historia detrás, ni larga ni casi corta.
Me da envidia porque, aún sin eso, en tan poco tiempo han llegado donde han llegado y están donde están.

Quiero hacer una Introducción.
Llevo en Alcázar de San Juan un mes, con mi hija, recién parida.
Lo primero que me extrañó de este pueblo manchego es la palabra “Alces”.
Jardín botánico Alces, Calle Alces, Colegio público, Club, Polígono industrial, Asociación, Agencia de viajes, Academia, Ambulancias,..todos con el “apellido Alces”.
¿Será un personaje ilustre de este pueblo?. Porque yo siempre había asociado “alces” a una especie de la familia de los cérvidos. Pero, ¿en la llanura manchega alces?.
Pero es que hay otros pueblos limítrofes que también dicen ser la antigua Alces (o Alcés), como el pueblo Miguel Esteban.

Así que entro en la socorrida Wikipedia y leo:
“El origen de Alcázar de San Juan se pierde en la edad de piedra….”
“Algunos historiadores creen en la conjetura que fuimos la antigua Alces, ciudad pre-romana, de origen celtíbero, que estaba situada en la vía que unía Lusitania con Caesaraugusta, y que fue sometida a Roma por el pretor Sempronio Graco….”.

Se recurre siempre a la antigüedad como carta de presentación de la excelencia, como garantía de calidad, de señorío.
Tener una historia detrás es un orgullo para todos.
(Incluso Alcázar de San Juan quiere apropiarse del lugar de nacimiento de Cervantes, según consta en una partida de bautismo en una parroquia de la localidad).

Nosotros, los malagueños, por ejemplo, hablamos de íberos, celtas y celtíberos, de fenicios, griegos, romanos, vándalos, visigodos y musulmanes.
Tenemos una larga historia detrás.
No hablo de prehistoria sino de Historia, de documentos escritos. Una historia antigua, una historia media, antes de nuestra pobre edad moderna y la no tan boyante historia contemporánea. Pero aquí estamos, sin embargo, viniendo de tan lejos e instalados en el estado de bienestar, aunque, ahora estemos griposos por esto de la crisis.

¿Cuál es la historia antigua y media de E.E.U.U.?. Ninguna.

Para ellos todo comenzó anteayer, en 1.620, con el Mayflower (Flor de mayo), transportando a 102 personas, los primeros colonos, desde Plymouth, Inglaterra, y que se instalan en la costa este, en Massachussetts, formando la colonia de Plymouth.
El estadounidense es un pueblo nacido de un transplante de emigrantes, puritanos religiosos, más fervorosos que los calvinistas, y que no aguantan a la nueva iglesia anglicana, recién fundada por Enrique VIII.
Su primera intención es crear una nueva Jerusalén y purificar, así, la religión anglicana.
Luego llegarían otros colectivos, de aventureros, maleantes, constructores, soñadores, no creyentes, creyentes fervorosos,…
Algo después llegarían suecos, alemanes, holandeses (la isla de Manhatan se la compraron los holandeses a los indios y a la capital la bautizaron como Nueva Amsterdan, después, ya inglesa se rebautizaría como Nueva York).

Un pueblo, pues, que nace de un transplante de emigrantes religiosos, que “huyendo de” se “dirigen a”, para vivir, en paz y tranquilidad su religión.
Un pueblo muy joven, que apenas tiene historia, pero que la poca que tienen es una historia triunfal.

En general, detrás de un desplazamiento, hay toda una historia de angustia. Porque los motivos o las causas de esos desplazamientos suelen ser conflictos, persecuciones, desastres naturales, supervivencia,…
Pero, en el caso que nos ocupa, era simplemente la discrepancia religiosa.

Apenas 100 años después, en 1.733 ya están formadas las 13 colonias en la costa este.
Y apenas 30 años después, en 1766 se declara la independencia de Estados Unidos, con una contumaz desobediencia económica contra Londres y sus impuestos.
Apenas 20 años después, en 1.783, el Tratado de Versalles, reconoce la independencia de las 13 colonias estadounidenses.
4 años después, en el Congreso de Filadelfia, se dan una Constitución y forman un único gobierno federal.
George Washington es nombrado primer presidente.

De 1.620 a 1.783, en 163 años ha pasado de no existir a existir todo un pueblo, que se da una constitución, que se convierte en federal, y tiene un presidente único.

¡¡¡Chapeau¡¡¡¡.

Porque si uno analiza nuestra historia, española y europea, y contempla los abortos de estados y los dolores de parto de la Revolución francesa, que nos puso en el buen camino…

Si los primeros emigrantes se consideraban ingleses emigrados, sus hijos ya no se consideraban ingleses, sino “nuevos ingleses” o (vamos a llamarlos) estadounidenses.