martes, 6 de julio de 2010

DERECHO Y EXCLUSIÓN

Yo no sé vosotros pero yo creo que lo que piden los mediocres no es igualdad de oportunidades, sino igualdad de resultados, con lo que no es reconocido ni premiado el esfuerzo. Al tiempo que se desmotiva al que, con insistencia y tenacidad, ha logrado subir, pues si al final resulta que…

Igual que cuando los independentistas esgrimen el argumento de tener “derecho a la autodeterminación” (que lo tienen). La pregunta, ahora es ¿qué hacer con los que esgrimen su derecho a no querer independizarse por encontrarse muy a gusto en el conjunto de España?.

Una mayoría del 51%, sobre unos votantes del 40%, es decir, un 20,4% de los ciudadanos de una comunidad autónoma pueden imponer sus gustos, sus ideales, sus proyectos,.. al 80% de la población restante que: 1) han dicho que NO, 2.- han votado en blanco, 3.- su voto ha sido nulo por haber escrito en él que es del Madrid o 4.- porque se han abstenido porque les ha dado la real gana o para que entiendan, quienes tienen que entenderlo, que están hartos de gilipolleces, que son unos impresentables, que son unos chupones y aprovechados, que se vayan a la …., que sus problemas son otros.
¿Puede someter, acogotar, anular, ese 20,4% a casi el 80% restante?.
Que no se esgriman el argumento de que “hubieran ido a votar”. Tienen derecho a no ir a votar, a ejercer su derecho a no votar, exactamente como Ud. tiene el derecho a ejercerlo y lo ha ejercido. Pero eso no quiere decir que no sean ciudadanos de 1ª, como Ud. y que Ud. tenga derecho a pisotear y entorpecer o anular sus derechos.

Ejemplo clarísimo. Si un ciudadano, por los motivos que sean, no quiere que sus hijos sean educados en la lengua autonómica y sí en la lengua común, que hablan todos los españoles, ¿se le permite su opción en las mismas condiciones que al que opte por lo contrario?. ¿O se les manda, para poder ejercer su derecho, a la otra punta de la ciudad?.
Si alguien sólo quiere rotular su establecimiento en español, que es la lengua común que usan y entienden todos los españoles, ¿Tiene Ud. derecho a multarlo, por haber ejercido un derecho constitucional?.

Porque lo primero y principal es la libertad y la autodeterminación de la persona. La política puede y debe esperar.
¿Qué hacer con la libertad de los que no quieren estar ni participar en ese proyecto nacionalista?. ¿Los expulsamos de su propia tierra?. ¿Les hacemos la vida imposible para que, ya que no entran por el aro, que se vayan?.

Los mercados económicos son más modestos que los partidos políticos nacionalistas. Tienen que convencer para que se les compre sus productos. En política No. Los poderes políticos imponen una alternativa exclusiva: o compras mi mercancía y estás conmigo o, si no, te hago la vida imposible.

Comparando la Economía con la Política aparecen perspectivas curiosas.
Por ejemplo, el Capitalismo Salvaje tiene muy mala prensa. Suele decirse que en la selva lo que reina es el individualismo; y no es verdad. También se da, en la selva, solidaridad, consciente o inconscientemente, entre los individuos, por el bien de todos.
Se dice que el pez grande se come al chico, de ahí la necesidad del Estado para salvaguardar la vida del pez chico, pero también es verdad que el mercado propicia oportunidades para que los pequeños prosperen, haciendo uso de sus armas.
El elefante será muy fuerte, pero nada puede con la velocidad del antílope.
El gato será buen cazador pero nada puede hacer ante la ratonera.
El camaleón será muy lento, pero su larga lengua y su mimetismo harán que tenga oportunidades.

Si no hubiera mercado ¿ganarían los débiles?. NO. Seguirían ganando los fuertes y perderíamos todos.

Se dice que el Estado es un mal necesario para proteger de la muerte a las personas, pero hoy día son muchos los que han descubierto formas nuevas de matarse y de matar, con el tabaco, el alcohol, el coche, la droga, la violencia machista,…

Una sociedad libre no debería regirse por objetivos comunes sino por reglas comunes. No se le puede obligar, a nadie, a que se compre un coche, pero que sepa que, si se lo compra, tendrá que obedecer los semáforos (reglas) respetando lo que los tres colores representan.

Es verdad que hay mucho intelectual de izquierdas que quiere cambiar la sociedad porque a él no le gusta como está. Lo que me pregunto es si no será porque ellos piensan y creen que van a ser los protagonistas del cambio. ¿Obedecerían, como corderitos, a otros de izquierdas que trajesen otro proyecto distinto al suyo?.

Hay mucha arrogancia en los intelectuales.

Las radiografías son necesarias, pero, también, hay que saber leerlas y nunca, nunca, nunca el radiólogo debe meterse en el quirófano y desbancar al cirujano.
Aquí llega un intelectual de izquierdas, que ha tenido una visión nocturna o en duermevela de una sociedad utópica, y se autoproclama el duce de toda la sociedad, como si el ingeniero de caminos tuviera que ser un caminante, el de puertos un marinero, y el de canales un hortelano.

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