lunes, 30 de noviembre de 2015

SALAMANCA


                                       

 Acabo de regresar de mi Salamanca.

He recorrido y revivido mis muchos paseos por la Plaza Mayor, en el doble sentido, sabiendo que ya no iba a encontrar a mi amigo Jerónimo.
He salido por el arco del Corrillo y, tras visitar la Iglesia de San Martín, donde mi antiguo profesor de Literatura Comparada, D. Andrés Fuentes, cura, nos decía que, si alguna vez nos echábamos novia, no fuera de una chica que acudiera mucho a la iglesia, porque carecían de la alegría de vivir.

He enfilado la Calle de La Rúa y, tras sentarme, contemplando la fachada de Anaya, he visto al "astronauta". Que no es un buzo, sino un astronauta.
Escuchar a algún improvisado cicerone y oír de seres extraterrestres, ya en el siglo XVI…
El "astronauta" está en la Puerta de Ramos de la Catedral Nueva, desde el XVI al XVIII, pero que estaba (la puerta) muy deteriorada.

Yo estuve, en 1993, viendo "las Edades del Hombre: el contrapunto y su mirada", cuando Salamanca fue elegida sede de dicha fundación.
Un cantero, llamado Miguel Romero, fue el autor del "astronauta", un añadido en la estructuración de la Catedral.
Es el símbolo de la modernidad. El "contrapunto" al resto.
Es como un guiño secreto, una firma.

Todos van buscando al astronauta de la Catedral y nadie se fija que hay otros adornos.
Debajo del astronauta hay un lince, a su derecha un toro y, debajo del toro hay un dragón con un helado de tres bolas, que está sonriendo.

Junto a la puerta, a la derecha, podemos ver tres figuras que representan el agua, el cielo y la tierra, son un cangrejo de río, una cigüeña y una liebre.
La liebre, como es la que está más a mano, está muy "manoseada" porque, si le pides un deseo y le pasas la mano te lo concede.
No dice nada la tradición de que el deseo tenga que ser secreto así que yo pedí un gran deseo (no el principal, como todos comprenderéis) "que nunca merme la amistad de todos nosotros, amigos que esto leáis".

Estas cosas, no deben extrañarnos.

En la Catedral de Palencia (siglo XIV) hay un Fotógrafo; en la de Calahorra (siglo XVII), un teléfono móvil. Y, lo más de lo más, en Trujillo (siglo XIII) un escudo del Atletic de Bilbao.

Pero tenía que continuar y,  como cada año,  me encontré sentado en el primer banco, extasiándome ante el Retablo Mayor de la Catedral Vieja.
        
Siglo XV. 53 tablas ordenadas de abajo a arriba y de izquierda a derecha. Una historia, la Historia de la Salvación, en imágenes, con escenas de la vida de María y de Jesús. Pero sobre todo, el remate final, en lo alto del ábside, con el imponente Juicio Final.

A la derecha de Cristo, los salvados, vestidos de blanco. A su izquierda, los condenados, desnudos y que parecen caminar hacia "la boca de un monstruo gigante".

Entre los condenados, los rostros de algún Obispo y algún Papa (alusión a que nadie está libre del Juicio Final).

He rodeado la antigua Facultad de Derecho y me he dado de bruces con la Clerecía y la Casa de las Conchas. Cinco años pasando, casi a diario, para ir a mi Universidad Pontificia.

Me he parado, sin prisa, en la esquina de la Casa de las Conchas. La "Esquina de los tres coños" (¡perdón!). Aunque dicen que el nombre era porque, al dar la vuelta, uno cualquiera exclamaba: "Coño, ¡qué bonito!", "Coño, ¡qué frío!". "Coño, ¡qué calle tan larga!". La verdad era que para nosotros, sólo se mantenía uno de ellos.

Contemplar la salida de los alumnos de la Universidad Pontificia, los días lectivos, hacía exclamar, a cualquiera: "Coño ¡cuánto cura!", "Coño ¡cuánta monja!" y "Coño, ¡cuánto frío!".

Enfilando la calle Libreros, como siempre.
Cantidad de turistas alucinando ante la fachada plateresca (como si la hubiera hecho un platero labrando filigranas sobre una joya) de la Universidad, siglo XVI, y, como siempre, ¡a la búsqueda de la rana perdida!". Y, como casi siempre, los improvisados y espabilados cicerones, cambiando la historia según sean estudiantes o jubilados, queriéndoles sacar algún que otro euro y ofreciéndose a hacerles ver la rana sobre la calavera para que no le ocurran no sé cuantas desgracias si se fueran sin verla.

La dichosa rana que, según la tradición, traía la buena suerte a los universitarios y el estudiante que no la viera no aprobaba.
Aunque, para otros, la rana es el símbolo de la lujuria, sobre una calavera, y el que la viera tendría una vida sexual exagerada.

¡Hay que ver el desborde de imaginación ante una "boutade" de un cantero cachondo!

 Y…. ¡el no va más!

He franqueado la puerta y me he dado, de narices, con el patio ajardinado y su ciprés.

Todos sabíamos que Gerardo Diego, en el verano de 1924, visitando el Monasterio de Silos, quedó deslumbrado por el ciprés del claustro del monasterio benedictino de Santo Domingo de Silos y, esa misma noche, creó el inmortal soneto, desde entonces prendido a su nombre. "El ciprés de Silos":
        
                   "Enhiesto surtidor de sombra y sueño
                  Que acongojas al cielo con tu lanza.
                  Chorro que a las estrellas casi alcanza
                  ………
                  Flecha de fe. Saeta de esperanza
                  ………
                  Mudo ciprés en el fervor de Silos".

Paco, Antonio, Jerónimo y yo, sentados en el banco del claustro ajardinado, mirando el ciprés, veíamos a Gerardo Diego, y lo recitábamos, convencidos de que ese soneto podía haber salido de su imaginación si hubiera descubierto nuestro ciprés antes que el de Silos.

Soneto espiritual, que invita a mirar a las estrellas y a elevar el alma.

Y, a veces, en oposición, alguno de nosotros, seguía con:
        
                   "A un olmo seco"

         (Un canto y añoranza a una vida que se va. Un triste lamento)  
        
                   "Al olmo viejo, hendido por el rayo
                   Y en su mitad podrido"

                   (La enfermedad de Leonor, la joven esposa de D. Antonio Machado)

                   "Con las lluvias de Abril y el sol de Mayo
                   Algunas hojas verdes le han salido"

                   (La pequeña, pero pasajera, mejoría primaveral experimentada por Leonor).

Nuestra mente, funciona así, por oposición.
En pleno Agosto nuestra memoria nos trae recuerdos del frío que pasamos aquella tarde en… Y viceversa.

Y he subido por la majestuosa escalera que lleva a la Biblioteca, donde tantas tardes pasé, estudiando e intentando ligar a aquella muchacha de Derecho, que nunca me hacía caso.
Y me he sentado en los sillones, apoyando mis codos en esas mesas gordas y alargadas.

Luego, sentado en el primer banco, del aula de Fray Luis, he cerrado los ojos y me he imaginado al fraile, preso por la Santa Inquisición y recién liberado de la cárcel, reiniciando la clase interrumpida años atrás: "Como decíamos ayer…".

Pero cuando empecé a llorar, de emoción, fue cuando entré en el Aula Magna, donde tantas conferencias escuché, y me imaginaba la escena.
Don Miguel de Unamuno, que ejercía de anfitrión, como Rector de la Universidad, Dñª Carmen Polo de Franco, el Obispo de Salamanca, Pla y Daniel y el mutilado, tuerto y manco, general Millán Astray, fundador de la Legión, a imitación de la francesa y que, al momento, apostó por la rebelión de Franco, contra el gobierno legal republicano.

¿Lo recuerdan?

 Era el 12 de Octubre de 1936, era el día de la Raza (ahora llamado día de la Hispanidad). En el paraninfo de la Universidad.
 Las dos Españas, claramente definidas en dos personajes públicos.
La fuerza de la Razón y la razón de la Fuerza. Uno defensor de la libertad, de la cultura, del pensamiento,… en una palabra, de la vida; el otro, desde su puesto de Jefe de Radio y Propaganda, había lanzado el "heroico" grito de "Viva la muerte", secundado y popularizado por miles de fanáticos.

Unamuno, personaje siempre contradictorio, desilusionado por la República, con la que había colaborado para su implantación, defendía, en esos momentos, la causa de Franco, más que como "apoyo a" Franco como "desafecto con" la desilusionante república, guiada por el sentimiento más que por la razón, por la revancha más que por la sensatez, pero "legal".

Abre el acto Millán Astray con un discurso lacerante para la razón.

Hablaba de "cortar en carne viva el cáncer de los vascos y de los catalanes y que, de esa forma, se sanaría a España".
Y, ebrio ya en sus discursos, comenzó a dar gritos y vivas, entre los que no faltó su acostumbrado "Viva la muerte"
Se sentó, vibrante aún el general, tras su fogoso envite.

Unamuno, al que le tocaba hablar, con la mano en la frente, parecía meditar.
Se levantó pausadamente.
Todos los ojos de los asistentes, que lo conocían, estaban fijos en él.
Se hizo un silencio absoluto, y Don Miguel de Unamuno comenzó a hablar:

"Estáis esperando mis palabras; me conocéis bien y sabéis que soy incapaz de permanecer en silencio. A veces, quedarse callado equivale a mentir. Porque el silencio puede ser interpretado como aquiescencia.
Quiero hacer algunos comentarios al discurso, por llamarle de algún modo, del general Millán Astray.
Dejaré a un lado la ofensa personal que supone su repentina explosión contra vascos y catalanes. Yo mismo, como sabéis, nací en Bilbao. Y el obispo –y Unamuno señaló, con su dedo acusador, al asustado prelado- lo quiera o no lo quiera, es catalán, nacido en Barcelona".

Se detuvo Unamuno.
La sala, repleta, estaba enmudecida. Algo grave iba a pasar. Lo que iba a decir el Rector nadie lo imaginaba.

"Acabo de oír el necrófilo e insensato grito de "Viva la muerte" y yo, que he pasado mi vida componiendo paradojas que excitaban la ira de algunos que no las comprendían, he de deciros, como experto en la materia, que esta ridícula paradoja me parece repelente.
El general Millán Astray es un inválido.
No es preciso que digamos esto en un tono más bajo. Es un inválido de guerra; también lo fue Cervantes.
Pero, desgraciadamente, en España hay, actualmente, demasiados mutilados y, si Dios no nos ayuda, pronto habrá muchísimos más.
Me atormenta pensar que el general Millán Astray pudiera dictar la norma de la psicología de la masa.
Un mutilado que carezca de la grandeza moral de Cervantes, es de esperar que encuentre un terrible alivio, viendo cómo se multiplican los mutilados a su alrededor".

En este punto del discurso, Millán Astray no pudo contenerse por más tiempo y, poniéndose de pie, gritó: !Abajo la inteligencia¡ ¡Viva la muerte!". Y fue coreado por la totalidad de los asistentes al acto que se celebraba en el paraninfo.

Colérico ya y, visiblemente nervioso, Unamuno finalizó su discurso de esta forma:

"Éste es el Templo de la Inteligencia y yo su sumo sacerdote. Estáis profanando su sagrado recinto; venceréis, porque tenéis fuerza bruta, pero no convenceréis. Para convencer hay que persuadir y, para persuadir, necesitaríais algo que os falta: Razón y Derecho en la lucha.
Me parece inútil el pediros que penséis en España. He dicho".

Hubo un conato de intento de agresión en ese momento por parte de los acompañantes de Millán Astray a Unamuno.
Lo impidió la esposa del general Franco, que salió con Unamuno del recinto.

Ésta fue, quizá, la última clase del Profesor, porque el 31 de Diciembre de ese mismo año moría, de pena, confinado en su propia casa, ¿la recuerdan? "La casa de las muertes", casi frente al Palacio de Monterrey.

La disputa con el general Millán Astray le había costado el cese fulminante de todos sus cargos.

De nuevo las Letras y las Armas.

El poeta, el intelectual y el soldado.
La fuerza de la Imaginación, la fuerza de la Razón y la razón de la fuerza.
El convencer y el vencer. El alma y el cuerpo.

El poder, ejercido por el Capital, ejercido por el Ejército, ejercido por la Iglesia,…

¿Cuándo por la Inteligencia, por la Palabra, por la Razón?

Es lo que llevo preguntándome toda la vida.


domingo, 29 de noviembre de 2015

CULTURA DE SEGURIDAD.


¿QUÉ HACER ANTE LO DESCONOCIDO E IMPREVISIBLE? 

Me cuentan que hay mpresarios que aseguran el precio del carburante durante los próximos años y que, suba lo que suba, ellos no van a pagarlo más caro.

Voy por la carretera y se me anuncia: “Bandas sonoras. Es por su seguridad”.
A diario vemos por televisión, actuando, a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, contra “los malos”, para “nuestra seguridad”.
Alrededor de Comisarías, Cuarteles,… nos avisan. “Zona de seguridad” (prohibido aparcar).
La puerta de mi casa es de “seguridad”, además, por detrás, tengo colocada una “cadena de seguridad”, sin contar la cerradura y la llave de seguridad.
Muchas personas, ricas, tienen camuflada, en algún lugar de la casa, una “caja fuerte, de seguridad” en la que guardan documentos, dinero, joyas,…
Muchos de nuestros artefactos disponen de “válvulas de seguridad”
Hay hasta “reaseguros”, que aseguran los seguros (por si éstos fallan).

CULTURA DE LA SEGURIDAD, porque no nos encontramos seguros.
Aseguramos todo lo asegurable, para poder vivir seguros, pero sabemos que siempre está presente un margen de inseguridad, que proviene de lo imprevisible que, si pudiera ser previsto, también lo tendríamos asegurado.

Lo curioso, por contradictorio, es lo del “Seguro de vida” que, en realidad es el seguro de vida de los familiares del asegurado, no del asegurado mismo.
¿O es que le aseguran que no va a morirse?

Lo que no podemos prever, para asegurarla, es una muerte repentina, porque si fuera previsible dejaría de ser repentina. 

No todo es previsible, por nuestra limitación en el conocimiento de la naturaleza, (por ejemplo, los terremotos), o por la irracionalidad de ciertos fanáticos iluminados hijos de puta (léase “Torres Gemela” o “Trenes de cercanías madrileños” y, últimamente, “París”).

¿Qué hacer ante lo desconocido e imprevisible?. 

Seguir tomando más medidas de seguridad. Pero ¿se imaginan Uds. que una persona, cuya nómina es de 1.000 euros, contrate seguros por 1.200 euros? ¿Sabiendo, además, que no puede descartarse la inseguridad, tanto por parte de personas como por las fuerzas de la naturaleza?

La Razón puede prever muchas cosas, lo que no puede es prever la irracionalidad de ciertos sujetos o los fenómenos naturales a los que aún no hemos llegado.

Recuerdo lo de Japón.

Ya sabemos que fue: 1º.- Un maremoto de proporciones gigantescas. 2º.- Que  provocó un tsunami (el causante de todas o casi todas las muertes) y 3º.- Que sobrepasó el límite “de seguridad”, de 7,5 grados (que fue lo máximo que estaba previsto/asegurado), llegando a 8,8 ó 8,9 y afectó a 2 ó 3 reactores.
Casi toda la industria japonesa está montada sobre este tipo de energía. 

Lo imprevisible no puede estar asegurado.


Y la vida es imprevisible. Pero debemos vivir y vivirla.

sábado, 28 de noviembre de 2015

LA PAJA EN EL OJO AJENO. MÍTINES



Ya mismo estamos en campaña.
Ya mismo empieza el tiroteo verbal.
Ya mismo los líderes vociferando y sin ser multados por gritar tanto y no decir nada.

Si yo quiero escuchar a Lady Gaga, en un concierto, tengo que pagar mi entrada y si no… (Ya sé que todos estáis pensando que yo no iba a ir, y tenéis razón). Pues lo mismo debería ocurrir en los mítines.

Quien quiera escuchar a su líder o líderes, que pague por ellos. (Y ya sé que todos estáis pensando que, con lo raro que yo soy, no iba a ir, ni gratis, ni con bocadillo y refresco incluidos, y tenéis razón).

Los mitineros sacan a pasear un vocabulario no superior al de un alumno de primero de la E.S.O.
Es la ramplonería andante, el griterío, la frase insultante al adversario (que más bien parece enemigo), para ver si éste “salta”.

No se habla de problemas y cómo afrontarlos, sino de lo malos que son los otros. 
Como si la maldad de los otros (si lo fueran) los convirtiera a ellos en buenos.

 La paja en el ojo ajeno es una viga, la viga en el propio ojo es, apenas, una paja.

El mitinero se descalifica en el mitin, se desacredita. El decir lugares comunes, palabras y frases vulgares, pero con una Intensidad y un Tono de voz… que ponen al descubierto la teoría infantil de que la fuerza de la voz imprime fuerza a sus razonamientos.
Quien más grita -piensan- más razón tiene. Como si la razón lo necesitase para “tener razón”.

Es un pensamiento “sectario”, muy elemental y básico, pero que no para de hablar, que no te deja meter baza, como si la cantidad de tiempo que emplea estuviera en proporción directa con el convencimiento del asaltado.

Los terroristas, para poder actuar sin remordimientos de conciencia, antes tienen que “demonizar” al que van a asesinar. Porque “asesinar al demonio” es una acción heroica. 

En lo mítines se asesina al adversario con la navaja verbal, tras identificarlo con “el malo”.

El mitinero quiere ser, intenta ser un malabarista, un mago de la palabra, intenta sacar del sombrero conejos blancos y palomas blancas de su partido, al tiempo que elefantes e hipopótamos de los adversarios.

¿Quién necesita ver a los políticos si están presentes en los medios de comunicación “on line”?.


A no ser que, como la hemorroísa del evangelio, que quería “tocar” a Jesús para curarse de las almorranas, crean los asistentes que quedarán tocados por la gracia de su líder, chocándole la mano o dándole un beso si el mitinero es mitinera, aunque ambos tengan menos gracia que Marianico el Corto en una convención de físicos nucleares

jueves, 26 de noviembre de 2015

¿CULTURAS SUPERIORES E INFERIORES? LA DEMOCRACIA.



LA HISTORIA DE LOS ERRORES HUMANOS

He dejado escrito, en varios sitios, que la historia de la humanidad, más que la historia de la verdad, es la historia de los errores humanos.
Porque lo más fácil es errar, equivocarse.
Y lo sensato es darse cuenta del error e intentar un nuevo camino. Y a base de errores y rectificaciones vamos avanzando.

“El camino hacia la sabiduría es sencillísimo de recorrer. Consiste en equivocarse, equivocarse, volver a equivocarse, pero cada vez un poquito menos” –dice no sé quién, filósofo.
Cuanto menos te equivoques, un poquito más sabio eres, sabiendo que nunca vas a ser como Dios y que tú caminar no tiene fin, porque siempre, siempre, un poquito más allá de donde has llegado hay una verdad mayor o superior.
Si la sabiduría es conocer lo que somos y tenemos, y habitar en ello, el sabio no es el que más tiene sino el que mejor se conoce y sabe qué puede hacer con ello.

¿Hay culturas superiores e inferiores? ¿Hay culturas que están más o menos equivocadas que otras? ¿Hay culturas preferibles a otras? SÍ, por supuesto, a pesar de lo que digan muchos antropólogos sobre la “inconmensurabilidad de las culturas”.

Si las culturas son las respuestas a nuestras preguntas, las soluciones que vamos dando a nuestros problemas, las culturas superiores, y preferidas, son las que mejor responden, las que mejor colman las expectativas, las que mejor satisfacen los deseos y necesidades universales que todos los hombres tienen (la supervivencia, el bienestar, las relaciones sociales, el campo más amplio de posibilidades…), las que mejor solucionan problemas como el valor de la vida, la resolución de conflictos, la participación en el poder, la producción, distribución y posesión de bienes, la sexualidad, la familia, la relación individuo-sociedad, el cuidado de los débiles (niños, ancianos, enfermos, deficientes, menesterosos…), de los parados, la relación con los extraños, la relación con el más allá en el que se cree,….

La sociedad más inteligente o menos estúpida es la que mejor respuesta da, la que mejores soluciones aporta a estos y a otros miles de problemas.

Podemos comprobar cómo han sido las sociedades y culturas antiguas recurriendo a la historia y comprobando la creatividad de las mismas y su evolución.
Toda sociedad tiende al confort y, hasta que lo consigue, se mantiene dinámica, pero cuando cree haberlo conseguido y está feliz habitando en él, se convierte en estática y castigará a cualquiera que la zamarree, aunque sea con la mejor intención de elevar el nivel de confort.

En una sociedad estática se duerme la iniciativa, abunda la pereza, se huye del esfuerzo, se fomenta la obediencia, la sumisión, aparece y se impone el dogmatismo, surge el culto al jefe,…
Pero, antes o después, esa estabilidad se desestabiliza y el no haber entrenado en la creación de nuevas propuestas, la pilla con el pie vendado, con el pie cambiado.

Toda sociedad debe evolucionar tanto para resolver los problemas que tiene, como para resolverlos mejor y en menos tiempo, como anticiparse a los futuros problemas, ensayando metas superiores.
Siempre hay que estar en el camino y caminando, no durmiendo.
El mito del buen salvaje es sólo eso, un mito.
El “dichosa edad y siglos dichosos aquellos…”, el “antes se vivía mejor”,…. Sencillamente, no es verdad. Vivimos no sólo más, sino mejor, mucho mejor.
Añorar el pasado, varado y empantanado, no es navegar.

El cambio, la evolución, es algo necesario y, o lo haces tú, desde dentro o desde arriba, o te lo hacen desde fuera o desde abajo (guerras, invasiones, colonizaciones, tiranías,…o revoluciones populares). (No hay mejor confirmación que poner la Televisión y ver lo que está ocurriendo en toda la franja norteafricana, en Siria, en Bagdad,..  de tradición islámica).

Los andamios que sujetan el edificio siempre son mejorables.
Tirar el viejo y armar uno nuevo no es tarea fácil.
Los paradigmas aguantan y tienden a ser reformados y reforzados, se resisten a morir y desaparecer.
Un cambio de paradigma no es una evolución sino una revolución, desde las clásicas (paso del geocentrismo al heliocentrismo…o como por ejemplo, en la actualidad, los descubrimientos del científico japonés Tanaka y su rebobinar de las células hasta llegar al principio, en que son multipotenciales).

En las sociedades no se pasa de una dictadura a una democracia de la noche a la mañana.
Antes de la sazón de la espiga está la preparación de la tierra, la sementera, el abono, las aricadas, la escarda,…
Lo contrario, sin embargo, es muy fácil, pasar de la democracia a la dictadura, porque es bajar escalones.
Hitler, Stalin, Mao, Pol Pot,…pero todos sabemos de los resultados finales, nada deseables.

Hemos asistido, en directo, a lo acontecido en Irán, en Irak, en Afganistán y, actualmente en Siria y el Estado Islámico, y hemos comprobado/estamos comprobando tanto la no menor dictadura islamista iraní como la difícil/imposible que resulta establecer un sistema democrático en unas sociedades que no lo pedían desde dentro, como es el caso de Irak y Afganistán.

¿Podemos exportar nuestro modelo de democracia, que es lo que estamos intentando los occidentales?
¿Están esas tierras, esas poblaciones, esas culturas, preparadas para esa simiente?
Una sociedad así es como un cuerpo al que se le transplanta un órgano. Suele haber rechazo. Para evitarlo debe saberse de compatibilidad, y aún con eso…

¿Un Islam democrático es posible?
Queriéndolo imponer desde fuera, NO.
Sólo puede llegar desde dentro. Pero no es un paso más o menos largo. La maduración, el funcionamiento, requiere tiempo, mucho tiempo.
¿Recuerdan, en España, 1.808? ¿Qué fue? ¿Y los afrancesados? ¿Y el “deseado” indeseable Fernando VII?
¿Y la transición española desde el franquismo a la democracia? ¿Y el papel fundamental de las fuerzas políticas en la clandestinidad y/o en el exilio?

Para un paso tranquilo y firme de la dictadura a la democracia son necesarias figuras concretas, con autoridad moral, de fiar y capaces de ceder, que dirijan el proceso.
¿Existen en esta franja norteafricana y en las sociedades musulmanas?

Soy optimista.
Porque es una revolución del pueblo pidiendo trabajo, comida más barata, ausencia de corrupción y libertades.
Es una revolución de gente joven, cultural y tecnológicamente preparada, que se han asomado por las ventanas de las redes sociales y han contemplado que en el Occidente, democrático, se vive mejor y quieren copiar el modelo.

Sé que no tienen tradición ni cultura democrática, entre otras causas porque su religión ha identificado “poder religioso” y “poder civil”  y puesto en una misma persona. Y eso imposibilita la democracia.
Pero en Europa ha estado, durante mucho tiempo, un partido político, demócrata, denominado “Democracia Cristiana”, aunque, la verdad sea dicha, siendo “democrática” era poco “cristiana”.

¿No es posible una “democracia islámica”?. ¡Ojo¡ He dicho “democracia islámica”, no “democracia islamista”.

“Democracia islamista” es un oxímoron, una “contraditio in terminis”, como lo es “democracia franquista”, “democracia hitleriana”, “democracia stalinista”, “democracia maoísta”…
Una república poco (nada) democrática fue la “República Democrática Alemana”.

Esta juventud norteafricana conoce Occidente y su forma de gobernarse, con partidos democráticos, tolerantes y que admiten la victoria del adversario.
Lo que no me gustaría es que, como han identificado “tiranía” y “corrupción”, crean que “democracia” es “honradez y no corrupción”.

La democracia es un sistema político, ni fuente de riqueza ni inmunidad para la corrupción.
De lo que si dispone la democracia es de mecanismos para investigar, juzgar y condenar a los corruptos, pero no que no los haya.
Precisamente las libertades por las que se rige es terreno abonado para ello, pero pueden ser detectadas y condenadas las corrupciones.

Que los imanes se queden en sus mezquitas, sería lo ideal, lo que no sé es si es posible.

La ética laica garantiza la libertad de creencias, de religión, de cultos,…. mejor que ninguna otra moral religiosa, mejor que cualquier moral religiosa.

¡Démosle una oportunidad a una “democracia islámica”¡


(P.D. Como, después, he reflexionado, quizá sea imposible, porque la democracia se alimenta y vive con y de valores laicos, y si en algún lugar no ha lugar para el laicismo es en los países islámicos, en los que la religión lo invade todo, desde lo privado a lo público)

miércoles, 25 de noviembre de 2015

BLAS INFANTE Y EL MITO DE AL-ANDALUS



Acostumbrados a dividir en edades, la Historia de España y detenerse, a estudiarla, en Edad Antigua, Media, Moderna y Contemporánea… Y recorrer, en primer lugar, la Prehistoria, con sus diferentes períodos. Los fenicios. Los griegos. Los iberos, celtas y celtíberos. Los romanos,..

Pero si de una manera simplista la divido en:

1.- Desde el año 711 hasta el 1.492.

2.- Desde 1.492 hasta 1.978.

3.- Desde 1.978 hasta hoy y mañana.

La primera época es la de el Al-Andalus, la edad de oro, la edad de la libertad, el paraíso perdido y añorado. La edad de la armonía y convivencia de las tres culturas y religiones. La edad de la luz.

La segunda es la de la presencia del Cristianismo, desde los Reyes Católicos hasta la nueva Constitución Democrática. Es la edad de la opresión cristiana, de la esclavitud, de la falta de libertad. Un paréntesis a olvidar y de superar. Con la expulsión de judíos y de moriscos. Época de exclusión y de imposición religiosa y de usurpación de la tierra para dársela, en grandes latifundios, a los capitanes militares (órdenes militares) y a la nobleza.

La tercera es la de la Nueva España, la España Islámica, en la que se revela, de nuevo, Al-Andalus y la libertad. La edad de la esperanza. La edad del futuro en que Andalucía, ya islámica, extenderá la luz islámica por todo el mundo.

“LOS ANDALUCES QUEREMOS // VOLVER A SER LO QUE FUIMOS. // HOMBRES DE LUZ QUE, A LOS HOMBRES // ALMA DE HOMBRES LE DIMOS”.
“¡ANDALUCES, LEVANTAOS¡ // “PEDID TIERRA Y LIBERTAD¡”

“SEA, POR ANDALUCÍA, LIBRE, ESPAÑA (O LOS PUEBLOS) Y LA HUMANIDAD

Este esquema simplista de España es la que tiene en mente Blas Infante.

Y como esta teoría del Mito del Al-Andalus ha tenido y tiene tantos seguidores y defensores, sumamente interesados…

Y como España no fue invadida por los musulmanes, sino que fueron invitados….

Y como la guerra civil en la Hispania Visigoda era entre D. Rodrigo y seguidores (defensores de la Santísima Trinidad), los Trinitarios, contra los Witizanos y seguidores, Unitarios, defensores de un solo Dios, al no admitir la divinidad de Jesús, es decir, como lo que había era una guerra civil entre el politeísmo trinitario y el monoteísmo puro, es por ello por lo que los Unitarios invitaron a los monoteístas musulmanes para que le echasen una mano.

Este monoteísmo es la doctrina arriana (considerada por la Iglesia Oficial como una herejía y, como tal, perseguida y condenada) y aquí, en el arrianismo se encuentra el origen del Islamismo o Religión Musulmana o Mahometana (aunque no le guste esta denominación a alguna profesora universitaria malagueña).

Si, además, la Duquesa Roja afirma que América fue descubierta por los islamistas, en el siglo IX, (y no a finales del siglo XV por el cristianismo de los Reyes Católicos….) pues sigue creciendo la bola de nieve del Mito de Al-Andalus.

Basados en este Mito se erige, por doquier, el victimismo, exigente de reparación, en todo el mundo islámico.


“No permitiremos que en Palestina se repita el expolio ocurrido en Al-Andalus”.

martes, 24 de noviembre de 2015

LA BENDICIÓN. “BEN-DITOS SEÁIS”.



“Ben-dición”, “ben-decir”, “decir bien”, “ben-decido”, “ben-dito”, “bien dicho”.

Cuando, entre los antiguos, un hijo tenía que alejarse del hogar, le pedía a su padre (nunca a su madre) la bendición.
El padre le DECÍA, solemnemente, los buenos deseos, las buenas venturas, los buenos hechos que deseaba que le ocurrieran, porque se creía en “el poder de la PALABRA”, eso es los que OCURRIRÁ, lo que el padre ha DICHO BIEN.

Entre el DECIR y el HACER había una continuidad, una consecuencia natural, un fluir por sí mismo, lo uno llevaba a, producía, lo otro. OCURRIRÍA lo que se DECÍA. Se cumplía la palabra.

También lo contrario, la MAL-DICIÓN, el MAL-DECIR, lo MAL- DECIDO, lo MAL-DITO, lo MAL-DICHO.
DECIR, desear malas cosas a alguien; eso es lo que OCURRIRÍA.

Fíjense cómo comienza el Génesis: “y DIJO Dios: SEA la luz, y la luz fue HECHA. Y luego DIJO Dios: que se separen las aguas de las tierras….. y APARECIÓ la tierra firme y el océano….” Etc….etc….etc…

Y “qué decir del inicio del Evangelio de San Juan: “in principio erat VERBUM”, “en el comienzo estaba/era la PALABRA”
¡El DECIR es la causa del HACERSE, del OCURRIR.
Lo HECHO como consecuencia de lo DICHO.
Amalgama de la PALABRA y de la ACCIÓN.

Esta forma mágica de pensar continuó durante muchos siglos.
Cuando alguien decía: “PALABRA de honor” o “te doy mi PALABRA”, No es que uno sólo diera su PALABRA, mostrara su intención, es que ÉL, entero, iba en el lote, prendido en su PALABRA.
La PALABRA y la PERSONA indisolublemente unidos.

Era DECIR: “te doy mi PALABRA y a la PERSONA que la pronuncia si no cumple lo prometido”.
Me comprometo, pues, a ser tuyo, a ser tu esclavo, a dejar de ser yo, a empeñar mi persona, que va prendida/presa en mi PALABRA.

Solemos decir que “uno es esclavo de sus PALABRAS y dueño de sus silencios”

Jurar por Dios es ponerlo de testigo de que voy a HACER lo que voy a DECIR o lo que estoy DICIENDO. Si no se cumple uno es reo de Dios, que puede/debe castigarte, por haber desanudado el nudo entre el DECIR y el HACER, por haber prometido y no haberlo cumplido, por haberlo DICHO y no HABERLO HECHO.

Entre caballeros, hoy día, sigue valiendo la PALABRA y el mero hecho de “chocar las manos” es la firma del acuerdo, de lo DICHO y pactado entre ellos.

Claro que si yo voy al Banco a pedir un préstamo o una hipoteca y le DIGO, le prometo, le juro,….. al Director que lo cumpliré y que se lo devolveré, y le doy mi “PALABRA de honor”…. dejará escapar una cínica sonrisa y me dirá que no se fía de mí, que no confía en mi PALABRA, y quiere/necesita/exige que se lo firme. Sin firma “nanay de la China”.

Y la firma no es otra cosa que la PALABRA, pero escrita. Y es que los Banqueros saben latín. ¿Recuerdan aquel dicho de “verba volant, scripta manent” (“las palabras vuelan, se las lleva el viento, lo escrito permanece”)?
“Hombre, Sr, Director,,,, verá Ud…. es que yo eso se lo DIJE en unas circunstancias concretas, pero como éstas han cambiado, yo no puedo mantener mi PALABRA al haber cambiado el contexto….
Por eso el Director del Banco te exige la firma, porque ella es ajena a toda circunstancia, a cualquier circunstancia. Ella está ahí, escrita, “permanece”, siempre, para todo, para todos, ajena a los contextos en que se produjo.

Cualquier juez le hará más caso a tu firma que a tu PALABRA.

Y es que la firma surge de la desconfianza entre los hombres.

“Tú me puedes DECIR que lo sabías, pero aquí, en el examen no tienes eso escrito, y yo, profesor, sólo juzgo lo escrito”.
Así que, a partir de ahora, en vez de definir al hombre como “el animal que habla”, habrá que definirlo como “el animal que escribe” y que queda prendado/preso, comprometido con lo escrito.

Para los creyentes el momento central de la misa es la consagración, cuando el cura pronuncia las PALABRAS mágicas “hoc est, enim….”éste es mi cuerpo y ésta es mi sangre que será derramada….” es en ese momento, tras pronunciar esas PALABRAS, cuando el pan y el vino dejan de SERLO y se CONVIERTEN en el cuerpo y en la sangre de Cristo.

El DECIRLO ha provocado el efecto de HACERLO.

Incluso cuando el cura, tras confesar tus pecados, te da la absolución y te DICE: “te perdono tus pecados…..”, tras cumplir la penitencia, esos pecados te SON perdonados, se borran, dejan de EXISTIR.

Es más, cuando tú, lector/lectora, DIJISTE: “Sí, quiero a éste/ésta por ….” ante un cura o ante un juez, lo que DIJISTE tuvo su efecto inmediato, OCURRIÓ que contrajiste matrimonio.
DECIRLO y SER HECHO, OCURRIR. Ya nada es/será igual que antes de DECIRLO.
Y es que la PALABRA, aunque la expresemos valiéndonos de órganos corporales, es hija del alma.
Yo creo que ni los curas son conscientes de lo que dicen: “Esto es PALABRA de Dios”.

Nuestros políticos, todos, sean del sigNo que sean, tienen querencia al concepto mítico-mágico de la PALABRA.
Todo
s ellos tienen en su mente las PALABRAS MAL-DITAS que, nunca, deben ser DICHAS, pronunciadas, no siendo que al DECRILAS, OCURRAN o los votantes vean que están ocurriendo.
Igual que hay gente que dice que lo que no se ve es como si no existiera, hay personas (los políticos, entre ellos) que creen que lo que no se DICE
NO EXISTE.
Por lo tanto no pueden/no deben pronunciar/DECIR las PALABRAS MAL-DITAS, (MAL-DICHAS), “trasvase”, “crisis”, “paro”…. porque nos traerán desdichas. Habrá que recurrir a eu-femismos (bien-sonantes) que mitiguen la cruda realidad, como si la realidad pudiera, realmente, ser mitigada por el hecho de no ser mentada.

Habrá que DECIR, pues, “captación y conducción provisional de agua”, “desaceleración!, “desempleo”, que suenan menos mal, suenan mejor “eu-femismos”).
¿Qué decir de la “amnistía fiscal” del P.P.?

Lo que demuestra, una vez más, que el lenguaje sirve también para lo contrario, para ocultar la realidad, para tapar lo existente, para negar lo innegable.

También el lenguaje te proporciona otro truco, como es el hablar y no parar de hablar, sin decir nada, es lo que, en filosofía, se denomina “parloteo”.
Que ante una huelga del transporte en toda regla y con las múltiples repercusiones en los múltiples desabastecimientos, nuestra Vicepresidenta nos diga: “el gobierno está trabajando”, ¿eso va a tranquilizarme?. Porque decir eso y no decir nada es lo mismo. Se supone que el paseante pasea, que el corredor corre y que el estudiante estudia…. Eso se da por supuesto. Claro que el gobierno gobierna. Lo que me tranquilizaría es saber si el gobierno está trabajando/gobernando en la dirección adecuada o no, si van a solucionarse los problemas o no.

Si se me incrusta un coche en mi casa y un agente de la autoridad se limita a empujar para desencrustarlo y me dice que “está trabajando”, no sólo no me tranquiliza, es que me preocupa más aún.

Si la “crisis” no existe, porque no ha sido DICHA, reconocida por el gobierno, ¿cómo se va a trabajar sobre algo que no existe?.

Miedo a llamar a las cosas, no gratas, por su nombre. ¿Causa principal? El temor a que una vez DICHAS, LLAMADAS, NOMBRADAS, se manifiesten aún más.

Concepto SAGRADO, MÍTICO, de la PALABRA.

(Y ya, de camino, distraemos, despistamos, entretenemos en disputas, engañamos, al personal)


Claro que la realidad es muy tozuda y, como nadie la pare, ella seguirá “jodiéndonos la marrana”

lunes, 23 de noviembre de 2015

¿"DEMOCRACIA" "ISLÁMICA"?


DEMOCRACIA Y RELIGIÓN. 

Seguí, a diario, la ola revolucionaria norteafricana y en Oriente Medio.
Islámicos, destronando a líderes sempiternos, auténticos sátrapas, y proclamando que querían vivir en democracia, como Occidente. Y me preguntaba qué concepto tendrían de “democracia” estando, como estaban, y están, empapados de religión islámica. Porque la democracia, como buen fruto que es, necesita un suelo y un abono adecuados. Y no creo que ese sea el caso.

Como los científicos que, aunque sean creyentes, no deben meter a Dios en sus investigaciones y deben buscar, sólo, las causas naturales. No pueden prescindir de la razón, como no pueden prescindir de su sombra, porque llevan en su mente el pegamento de la causalidad.

Solo la laicidad puede permitir nacer y dejar crecer la democracia, porque sólo ella permite y garantiza la diversidad de creencias. Pero es que estas naciones revolucionarias vivían, y viven, con el pegamento de su religión en su cabeza y en su corazón, coloreándolo todo, tintando toda la vida, (personal, familiar, social,…).
Para la religión islámica un homosexual y una mujer casada que tenga relaciones con alguien que no sea su marido, no merecen vivir. Su religión los condena a la horca o a la lapidación. Y esto es, sencillamente, monstruoso.

La democracia no puede llevar adjetivos, y menos, religiosos. Las fenecidas “democracias populares” no eran democracias, como no lo era nuestra “democracia orgánica” franquista. Ni la “democracia cristiana” occidental era “cristiana” y sí democracia. Una “democracia islámica” no puede ser “democracia” porque sería, “per se” discriminatoria. Una “democracia islámica radical” sería una “teocracia”, por lo tanto “odio” a las costumbres ajenas, ateas, laicas o de otros dioses distintos al suyo, y por lo tanto, falsos, ídolos contaminantes de sus vidas, y su jefe es más un predicador de la pureza de la fe que un administrador de unos recursos nacionales.

Si la Verdad Absoluta viene de arriba, y es la suya, debe ser impuesta. Contraria a la verdad relativa, la que viene de abajo, que siempre será provisional y debe llevar al consenso.

¿Democracia desde la Fe?

Yo sólo considero “democracia” a la “democracia de las razones” en la que, dialogando, puede llegarse a consensos, al no detentar ni persona ni institución alguna el monopolio de la verdad. La verdad siempre está muy repartida entre los hombres, como las razones.

Estar “libres de” el dictador político, es la condición necesaria, pero no suficiente para ejercer la “libertad para”, sobre todo si ésta viene secuestrada por la creencia religiosa. En la mentalidad religiosa antigua, entre los hombres y los dioses corrían unas autopistas en sentidos ascendente y descendente.

Entre los hombres y los dioses estaban los intercesores, empezando por los vivos, los sacerdotes, luego seguían los santos, vírgenes, ángeles, arcángeles, querubines, serafines... Entre los dioses y los hombres siempre estaban los profetas, que aconsejaban, ordenaban, condenaban, amenazaban.

En la mentalidad moderna democrática, tales autovías, entre poder gobernante y los ciudadanos gobernados, son un espejismo. Durante cuatro años los políticos se someten al partido en vez de dar cuenta de su labor a los ciudadanos.

Pero ¿y cuando los únicos gobernantes posibles son todos ellos religiosos y son los sacerdotes/imanes, desde los púlpitos de las mezquitas, los únicos interlocutores entre el poder y los ciudadanos?

Los 10 mandamientos son religiosos, no civiles, y no pueden estar en una Constitución, como no lo puede estar el Corán, ni la Biblia.

Aunque yo robe y desee a la vecina del 5º, no por eso merezco morir. El primero sólo sería un “delito”, que conlleva una pena a cumplir, pero no la muerte. El segundo un “pecado de pensamiento”, no sancionable por vía civil.

Equiparar “delito” (incumplimiento de una ley) y “pecado” (incumplimiento de un precepto religioso) es adulterar la democracia.

Discriminar a la mujer, como un ser inferior, o no permitir que cada uno viva su sexualidad libremente, o prohibir otras creencias, o concertar los matrimonios sin dar libertad de elección a los contrayentes, o…. no merece la pena ni tan siquiera detenerse a discutirlo y dar explicaciones.

¡Pobre Israel, el único país democrático en el Oriente Medio¡

Se las van a dar por el Norte, por el Sur, por el Este y hasta por el Oeste, por el mar, con las “flotillas de la libertad”, ocupadas por antisemitas.

¡Qué curioso! ¿No? ¿Por qué no piden “libertad” en los países islámicos, no democráticos?

La única nación democrática en el Oriente, como una isla rodeada, no de agua, sino de dictaduras islámicas destronadas y que, ahora, quieren ser “democracias islámicas”.

¡Como si éstas fueran posibles¡ ¡Como si esa expresión no fuera un oxímoron¡

P.D. Estoy de acuerdo con el que sentenció que “la democracia es el peor de los regímenes políticos posibles, exceptuados todos los demás”, pero de manera relativa, no siempre tiene que ser así.


En otras, opuestas, determinadas circunstancias (económicas, sociales, históricas,….) puede ser el peor régimen político posible, por aquello de la “demagogia” y la ausencia, en los políticos, de una auténtica visión de estado, cuando están más atentos a las próximas elecciones que a las postelecciones y a las futuras generaciones.

domingo, 22 de noviembre de 2015

ESTADO DE “MEDIOESTAR”.



EL MILAGRO DEL PHOTOSHOP

Fue hace casi cuatro años cuando nos vendieron la vaca, de ubérrima ubre, promesa de mucha e hipercálcica leche y la gallina de los huevos de oro.
Incluso abrí un pequeño despacho: “Lechería y Huevería. Tomás”.
Más que el cuento de la lechera, también el cuento de los huevos.
Tras dar mi voto a cambio, resultó que la vaca era vieja y agotada, y la gallina sólo ponía huevos de los que, si te los tiran a la cabeza, no te descalabran, sólo te manchan de yema y de clara.
Pero el photpshop había hecho el milagro, y todos corrimos, en tropel, a las urnas

Todo había sido un timo. Apenas daba para el autoconsumo. ¡Adiós a la vaca promesa y a la gallinácea áurea!
Pero llega el político de turno, cada cuatro años, y quiere, otra vez, “vendernos la burra”.
Su falsa palabra contra mi mala experiencia vivida. No hay acuerdo posible.
Acostumbrados algunos millones de personas, del mundo occidental, entre ellos nosotros, los españoles, a VIVIR en un “ESTADO DE BIENESTAR”, y acostumbrados a VER a muchísimos más millones de personas viviendo en un “ESTADO DE NALESTAR” permanente, ha sonado la campana de bajarse del escalón y tener que acostumbrarnos, los occidentales, a vivir en el “ESTADO DE MEDIO-ESTAR”, al que nunca llegarán los no occidentales, pero que los occidentales no queríamos.

Y no es que tengamos que hacerlo por convencimiento y humanitarismo, sino por necesidad.
La gallina nunca puso “huevos de oro” (aunque nos lo creímos) y la vaca lechera ha perdido sus ubérrimas ubres, que nunca tuvo (y nos lo creímos).
El baño de realidad hace que tenemos que conformarnos con menos huevos (además de clara y yema, no de oro) y menor y peor ración de leche.

¡Y eso es lo que hay¡

En el nombre del padre, del hijo y del partido gobernante de turno que, como diría aquel líder africano: “Estábamos al borde del precipicio y hemos dado un salto hacia adelante”.

Y eso que no empujamos el carro, como se nos solicitaba.


Y mi todavía presidente que, como buen gallego, nunca dirá ni sí ni no, sino todo lo contrario, que recoge aplausos de los suyos, y no por lo que ha hecho sino por lo que dice que ha hecho y nadie lo ve y que anda más despistado que Adán “el día de la madre”.