domingo, 29 de noviembre de 2015

CULTURA DE SEGURIDAD.


¿QUÉ HACER ANTE LO DESCONOCIDO E IMPREVISIBLE? 

Me cuentan que hay mpresarios que aseguran el precio del carburante durante los próximos años y que, suba lo que suba, ellos no van a pagarlo más caro.

Voy por la carretera y se me anuncia: “Bandas sonoras. Es por su seguridad”.
A diario vemos por televisión, actuando, a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, contra “los malos”, para “nuestra seguridad”.
Alrededor de Comisarías, Cuarteles,… nos avisan. “Zona de seguridad” (prohibido aparcar).
La puerta de mi casa es de “seguridad”, además, por detrás, tengo colocada una “cadena de seguridad”, sin contar la cerradura y la llave de seguridad.
Muchas personas, ricas, tienen camuflada, en algún lugar de la casa, una “caja fuerte, de seguridad” en la que guardan documentos, dinero, joyas,…
Muchos de nuestros artefactos disponen de “válvulas de seguridad”
Hay hasta “reaseguros”, que aseguran los seguros (por si éstos fallan).

CULTURA DE LA SEGURIDAD, porque no nos encontramos seguros.
Aseguramos todo lo asegurable, para poder vivir seguros, pero sabemos que siempre está presente un margen de inseguridad, que proviene de lo imprevisible que, si pudiera ser previsto, también lo tendríamos asegurado.

Lo curioso, por contradictorio, es lo del “Seguro de vida” que, en realidad es el seguro de vida de los familiares del asegurado, no del asegurado mismo.
¿O es que le aseguran que no va a morirse?

Lo que no podemos prever, para asegurarla, es una muerte repentina, porque si fuera previsible dejaría de ser repentina. 

No todo es previsible, por nuestra limitación en el conocimiento de la naturaleza, (por ejemplo, los terremotos), o por la irracionalidad de ciertos fanáticos iluminados hijos de puta (léase “Torres Gemela” o “Trenes de cercanías madrileños” y, últimamente, “París”).

¿Qué hacer ante lo desconocido e imprevisible?. 

Seguir tomando más medidas de seguridad. Pero ¿se imaginan Uds. que una persona, cuya nómina es de 1.000 euros, contrate seguros por 1.200 euros? ¿Sabiendo, además, que no puede descartarse la inseguridad, tanto por parte de personas como por las fuerzas de la naturaleza?

La Razón puede prever muchas cosas, lo que no puede es prever la irracionalidad de ciertos sujetos o los fenómenos naturales a los que aún no hemos llegado.

Recuerdo lo de Japón.

Ya sabemos que fue: 1º.- Un maremoto de proporciones gigantescas. 2º.- Que  provocó un tsunami (el causante de todas o casi todas las muertes) y 3º.- Que sobrepasó el límite “de seguridad”, de 7,5 grados (que fue lo máximo que estaba previsto/asegurado), llegando a 8,8 ó 8,9 y afectó a 2 ó 3 reactores.
Casi toda la industria japonesa está montada sobre este tipo de energía. 

Lo imprevisible no puede estar asegurado.


Y la vida es imprevisible. Pero debemos vivir y vivirla.

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