sábado, 30 de noviembre de 2013

9.- DEFINICIONES DE “HOMBRE”.


¿Qué somos tú y yo? Hombres. Da igual que tú, que esto lees, seas mujer y yo, que esto escribo, sea varón.

Tú y yo somos iguales, no desiguales, aunque seamos distintos y no idénticos.

Tú y yo somos igual de personas, aunque tú seas mujer y yo varón.

Lo opuesto a “igual” es “desigual”, como lo opuesto a “idéntico” es “distinto”

Tú y yo, pues, somos iguales, aunque seamos distintos.

Son muchas las definiciones que se han dado (y más que se darán) de qué sea el hombre.

Se le ha definido como “animal racional” (la más clásica, aristotélica), “ritual”, “político” (también aristotélico), “utópico” (no sólo “tópico), “simbólico” (no sólo de signos y señales), “religioso”, “ético”, “faber” (laboral y técnico), “sapiens”. “libre”, “cultural”, “artístico”, “mitológico”, “nidícola”(“aunque despojado de ropaje”) en su infancia y pubertad y “nidífugo” en su madurez), “mono desnudo” (Desmond Morris), “póngido cazador”, “animal de proyectos”(más allá de simples “yectos”), “animal guardamuertos” (Unamuno), “Bípedo implume” (Platón), “pasión inútil” (Sartre), “animal futurizo” (Julián Marías), “ser expósito” (Carlos París), “el único animal ocioso”.….(y no sé cuantas (muchas) más).

No. No descendemos del mono.

Pertenecemos al Reino de los Animales (como los perros y los elefantes), al Filum de los Cordados, al Subfilum de los Vertebrados,  a la Clase de los Mamíferos (las hembras tienen mamas para alimentar a sus crías), a la Subclase de los Euterios, al Grupo de los Placentarios, al Orden de los Primates (normalmente llamados “monos”), al Suborden de los Pitecoides, al Infraorden de los Catarrinos, a la Familia de los Hominoides, a la Subfamilia de los Homínidos (el hombre y sus parientes cercanos: orangutanes, gorilas, chimpancés y bonobos), al Género Homo (entre otros, el australopitecos, neandertal, habilis, erectus, ergaster, antecessor, sapiens) y a la Especie Sapiens-Sapiens (y aquí estamos tú y yo).

Así que si te llaman “primate” u “homínido” no te enfades, como si te llaman “mamífero” o “animal” (viviente sensible) porque lo eres, lo somos. Y quien te lo llama o es un sabio, que lo sabe, o es un tonto que no lo sabe y cree estarte insultando, cuando es su incultura lo que está manifestando.

Allí estuvimos, con ellos, pero posteriormente nos alejamos de ellos, no sólo somáticamente, también psíquicamente, e intelectualmente, y culturalmente, y moralmente, y políticamente, y sentimentalmente, y….y….

Aunque nosotros nos detendremos, solamente, en la consideración del hombre como animal: “racional”, “ético”, “social y económico”, “político”, “sentimental”, “cultural” y “religioso”.

Si estamos aquí tú y yo es porque nuestros ancestros hicieron muchas cosas, pasaron por muchas situaciones:

.- Se pusieron de pie (posición erecta), lo que conllevó modificaciones anatómicas en el aparato locomotor, apoyados en las dos extremidades traseras, “bípedos”, el fémur largo, los brazos sin llegar al suelo.

.- La pelvis se le modificó, quedando corta y ancha, al revés que la de los animales, que es alargada y estrecha.

.- La columna vertebral, en su parte superior, se une con el cráneo y por su parte inferior con la pelvis.

.- Quedaron, entonces, las manos libres de apoyarse en el suelo para andar, por lo que se liberaron y comenzaron a asir objetos, a manipularlos, a elaborarlos, a utilizarlos...

.- Desapareció la función aprehensora de la boca.

.- Disminuyó el prognatismo.

.- Disminuyeron las mandíbulas y creció el mentón.

.- Se modificaron los dientes.

.- Surgió el cuerpo y el rostro humano.

.- El cerebro, por todo lo anterior, se desarrolló (“encefalización”), aumentando su tamaño (su volumen, hasta los 1.800 cms cúbicos, nada que ver con los 500 del gorila y del chimpancé)), siendo mucho más complejo tanto anatómica como funcionalmente.

.- Como nacieron  y seguimos naciendo antes de tiempo, como nacemos prematuros, esa deficiencia fisiológica es una ventaja psicológica, sentimental y cultural por el largo período infantil de socialización y aprendizaje.

Y según va terminando el Proceso de HOMINIZACIÓN va comenzando (y aquí nos encontramos) el Proceso de HUMANIZACIÓN.

viernes, 29 de noviembre de 2013

8.- CONDUCTA ANIMAL VERSUS CONDUCTA HUMANA.


Se admite que la materia va organizándose, en un proceso de millones de años y surge la vida. Una vida mínima, incipiente, que tras otros muchos millones de años llega a ser “animal” = “viviente sensible”,

¿Y cómo desde el “animal” surge la inteligencia y la libertad?

Porque la conducta del animal y la conducta humana son muy distintas en su responder al medio en el que viven para poder sobrevivir.

Y no se responde de cualquier manera, la respuesta lleva una dirección concreta, a huir de quien quiere apresarlo o a lanzarse sobre la presa.

Toda conducta consiste en el desarrollo de un plan cuyo objetivo es anterior a su ejecución (el animal esperando, camuflado, a que la presa se acerque para cazarla).

Un plan que el animal no es consciente de él, pero que lo ejecuta, y todos los de la misma especie lo ejecutarán casi siempre de la misma manera

La conducta animal siempre es la respuesta a los datos (estímulos) captados por sus sentidos, del mundo circundante.

Una conducta agresiva, sexual, alimenticia,…que se pone en marcha. Y los desencadenantes son fijos y están determinados genéticamente.

Es lo que se conoce como “especialización animal”, la adecuación estímulo-respuesta.

Esa conducta estable, innata y automática es lo que denominamos “instinto”.

Entre el nacimiento y la muerte del animal está la alimentación, para seguir viviendo (y como consecuencia, además del tiempo, es el crecimiento) y la reproducción.

Nacer-alimentarse-crecer-reproducirse y morir. Ese es el recorrido de todo animal. Recorrido que no se lo da él, sino que ya viene programado, de antemano, por el instinto.

El conocimiento y la conducta humana, sin embargo (exceptuados los primeros años de maduración de esa prematuridad con la que se nace) se autoprograman y establecen sus propias finalidades.

A pesar de poder reproducirse, pueden optar por no hacerlo, y a pesar del hambre y la sed pueden renuncias al alimento y a la bebida por otros motivos (una huelga de hambre y de sed porque….)

Nietzsche diría que por poder autoprogramarse es por lo que el hombre es el único animal capaz de hacer promesas o de ser fin para sí mismo –que diría Kant, o elegir sus propios fines –que diría Santo Tomás de Aquino.

Ante el estímulo, al animal se le dispara la respuesta. No ha lugar al no disparo. En el hombre, sin embargo, se da un hiato entre ambos.

Ante un Estímulo el hombre “puede” Responder o no Responder, o puede Responder de muchas maneras.

Incluso, el hombre, “puede” Responder sin Estímulo alguno.

El hombre es “libre” ante el Estímulo. El animal no.

Si todo en la conducta animal está orientado a la supervivencia de sí y de la especie, y entre esos dos objetivos se desarrolla toda su vida, en el hombre no ocurre eso. Puede hacer incluso lo contrario. Yo, con hambre, “puedo” optar por el Zaratustra y no por el bocadillo de jamón. Yo soy libre frente a la presión de mi organismo. El animal no.

Ningún animal optará por el sufrimiento ni por lo desagradable, el hombre sí, por motivos de cualquier tipo, desde la salud a lo religioso, desde para dar ejemplo a porque le da la real gana y oponerse a lo que la gran mayoría pensaba que iba a hacer (por darles, a todos, en la cabeza).

El hombre es libre hasta para superar su nivel biológico.

Hasta aquí ha llegado el hombre, pero la primera actividad del hombre primitivo en poco se diferenciaba de la del animal: alimentación, vestido, alojamiento, sexo y defensa. Y para ello haría lo que aún hacen algunos animales, como arrojar piedras, utilizar un palo, servirse de una rama para robar miel de una colmena a la que no puede acceder con la mano,…sería un “primer nivel de actividad instrumental”.

Pero fabricar instrumentos valiéndose de otros instrumentos ya sería obra del pitecántropo.

Todos sabemos de la habilidad del chimpancé para usar el palo para llegar hasta el plátano y acciones por el estilo, ¿pero usar una piedra para romper una tabla que quepa entre dos barrotes?

El simio ve la relación palo-alimento, pero no la relación tabla-piedra-palo-alimento.

Y no “ve” esa relación porque no puede ser vista, sólo puede ser “entendida”.

Usar un palo no es afilarlo y convertirlo en lanza para que mejor penetre en el interior del animal al que se quiere cazar. O en el caso de las aves o animales pequeños, en vez de la lanza, una flecha, y en vez de la mano, siempre de corta distancia, el arco que la lance.

El hombre inventa la flecha porque su inteligencia descubre la oportunidad que le ofrece la rama.

Dice J. A. Marina, que cuando el hombre ve el palo ve, además del palo real, muchas de sus posibilidades (ve la palanca, el arma de defensa, el listón para la cabaña, el mango de una azada, el fuego,….)

El hombre, con su inteligencia, exprime la realidad mucho más que el animal más cercano a él.

¿Somos más inteligentes que nuestros ancestros? ¿Qué ocurriría, hoy mismo, si por una guerra nuclear rara (¿) muriésemos todos los adultos y sólo sobreviviesen los niños? ¿Llegarían hasta donde estamos nosotros ahora? ¿Qué supone la educación y la enseñanza de la acumulación de conocimientos? ¿Desde dónde se parte en cada momento? ¿No sería el hombre prehistórico igual de inteligente que nosotros ahora pero que a falta de tiempo para progresar y progresar, y acumular y acumular progreso, desde el que se parte en cada momento…? ¿El poco progreso del hombre prehistórico lo era por falta de inteligencia o por falta de tiempo?

jueves, 28 de noviembre de 2013

7.- ¿ES EL HOMBRE, RACIONAL?


Si miramos, bélicamente, la primera mitad del siglo XX, habría que ponerlo en duda, dadas esas dos guerras mundiales y tanta irracionalidad en el uso de la energía atómica.

Y si miramos la 2ª mitad del siglo XX y lo que llevamos ya andados del siglo XXI ya no nos queda la menor duda al contemplar la simultaneidad de la muerte por hambre y sed, de la miseria de más de la mitad de la humanidad, al tiempo que campea, por nuestro occidente, no sólo la no necesidad sino el excesivo consumismo y el lujo desmesurado de una pequeña parte de la humanidad que, además, en su seno convive con bolsas de pobreza extrema.

¿Son racionales esas desproporciones?

¿Es que el hombre no es un fin en sí mismo, independientemente de geografías, culturas, religiones, razas,…?.

Y sin embargo es la definición más extendida de hombre: “animal racional”.

Aunque se debe tener en cuenta que, en el fondo y a su manera, todo pensador es un antropólogo.

La filosofía griega así lo concibió, como un ser racional, o ser que posee “logos” (concepto polívoco y que, en griego, significa tanto “razón” como “palabra”), “Animal que razona”, que tiene la capacidad de pensar y “animal que habla”, capaz de decir qué son las cosas.

Y decimos “palabra” para diferenciarlo de “voz”.

Mientras la “voz” es un signo que manifiesta dolor y/o placer y que también se encuentra en los animales, para llamar la atención, para indicar peligro, para aparearse… el llamado “lenguaje animal”, la palabra sirve para comunicar lo conveniente y lo perjudicial, lo injusto y lo justo.

El hombre es un ser pero que destaca y se diferencia de los demás seres. El hombre está ubicado entre la razón (o, mejor, inteligencia) de los dioses  y la animalidad de las bestias.

SÓCRATES es el modelo de hombre, de pensador impenitente, que, incluso, le llevará a aceptar la muerte por su obstinada insistencia en tener “razón”.

PLATÓN concebirá al hombre como ciudadano de dos mundos, el sensible e inteligible, aunque, como ser racional que es, está llamado a serlo definitivamente del segundo.

El hombre es su alma que, por culpa de un pecado, ha tenido que encarnarse y su cuerpo (soma) es la cárcel (sema) del alma.

Su definición descriptiva de único “bípedo implume” fue lo que llevó al socarrón Diógenes a coger una gallina, desplumarla, y arrojándola a la Academia, sentenciar: “ahí tienen Uds. al hombre de Platón”. Lo que llevaría a Platón a afinar más su descripción de hombre: “y con uñas planas”.

Anécdota poco creíble ya que para Platón siempre, al referirse al hombre, tendrá relación con el alma, que ocupa un lugar privilegiado.

Aunque también algún pensador habla de una doble antropología platónica: una zoológica, que mantiene al hombre en el reino animal, según la anécdota arriba indicada y otra filosófica, en la que se destaca la racionalidad humana.

Leo, sin embargo, el perfil de un bloguero que se define así: “soy un bípedo implume, pero de uñas planas, comedor de pan, animal político, ciudadano, capaz de logos, usuario de ratio y vocatio”.

Ésta si sería una buena definición descriptiva platónica de qué es el hombre.

ARISTÓTELES muestra la doble influencia de su padre, Nicómaco, biólogo y/o médico de la corte y de Platón, su maestro.

Para Aristóteles el alma es: “principio de vida, de movimiento y de conocimiento”

Pero alejándose de su maestro que, al referirse al hombre, se olvidaba de su animalidad (el cuerpo) y sólo se fijaba en la racionalidad (el alma), Aristóteles tendrá en cuenta ambas partes, siguiendo su teoría hilemórfica (materia-forma) y su método de definición: género próximo (común a varias especies, “animal”) y diferencia específica (lo propio de la especie humana, “racional”)

“Zoon logicon”

“Animal lógico” (que incluye, por lo arriba indicado, tanto “razón” como “palabra”), pero que, si lo es, es por ser, en primer lugar, “animal político/social/de la polis”,

“Se admite que hay tres cosas por las que los hombres se hacen buenos y virtuosos, y esas tres cosas son: la naturaleza, el hábito y la razón. Los otros animales viven primordialmente por acción de la naturaleza, si bien algunos, en un grado muy pequeño, son también llevados por los hábitos. El hombre, en cambio, vive también por acción de la razón, ya que es el único entre los animales que posee razón; de manera que en él están las tres cosas y que deben guardar armonía recíproca entre sí. Los hombres, en efecto, obran con frecuencia de manera contraria a los hábitos que han adquirido y a su naturaleza, a causa de su razón, si están convencidos de que algún otro camino de acción les es preferible”

Pensamiento (razón) y lenguaje (palabra) son dos caras de la misma moneda.

Ya Platón había dicho que el pensamiento es el diálogo del alma consigo misma.

El hombre, en cuanto animal, está anclado en el presente y en su mundo circundante, con el esquema Estímulo-Respuesta.

Pero, en tanto que racional, tiene capacidad de alejarse del presente, de lo inmediato, de lo particular, con la abstracción realizada por el entendimiento agente.

Así, el hombre, viviendo en el presente, conserva su pasado y piensa en el futuro, alejándose de la presión del presente, de su entorno, y obrando de cara al futuro.

El Renacimiento fue platónico, mientras la Iglesia, siendo platónica en la realidad, seguía siendo aristotélica en la explicación...

“Que nadie entre aquí que no sepa Geometría” –rezaba en el frontispicio de la Academia.

“La naturaleza está escrita en lenguaje matemático” – decían los renacentistas. Así que, quien no sepa matemática”, al estudiar el universo, de nada va a enterarse, como yo oyendo a un coreano.

Para la Física Moderna el universo es matemático, (como para Platón), es racional, debemos descubrir las leyes de su regular comportamiento para que, conociéndolas, podamos aprovecharnos de él.

Kant rompería el hechizo. No es racional el universo, somos nosotros los racionales. Y como somos así, conocemos así, pero no que el universo sea así. El “noúmenon” se nos escapa, está fuera de nuestro alcance.

Lo de DESCARTES no tiene nombre. ¿Llamar al hombre: “res cogitans”? ¿Es el hombre una “cosa” que tiene “mente”, que “piensa”, cuando, para él, “pensar” es: dudar, afirmar, negar, conocer, ignorar, amar, odiar, no querer, imaginar, sentir,…?

Para Descartes el hombre es “cosa”, ni siquiera “animal”, porque éstos, según su mecanicismo, son “puras máquinas”, cuyas bielas son los huesos, las gomas los tendones, las ruedas las rótulas,…

Prefiero a SCHOPENHAUER, para el que la razón sólo tiene una función instrumental y servil, pues los fines del hombre ya están dados, de antemano y lo único que hace la razón es buscar y aplicar los instrumentos para llegar y realizar su fin.

Además de que, para él, la Inteligencia (“conocer”) está sometida a la Voluntad (“querer”).

Sólo intentamos conocer lo que queremos y nos interesa.

La Razón será la mejor herramienta adaptativa a un medio, siempre hostil, debido, además a la pobreza de nuestros instintos y de nuestra constitución física y que será su “mundo”.

La razón muestra una eficacia extraordinaria para la supervivencia, que es el fin y objetivo de todo ser vivo, seguir vivo, sobrevivir, no perecer, ni por el medio que te rodea ni por otro animal depredador.

Pero mientras el animal sólo relaciona las cosas con él mismo, viéndolas e interpretándolas como alimentos, como peligros, como amenazas, como refugio… ¿Qué es una oveja para un lobo, o un mosquito para un pájaro, o una liebre para un perro, o una cueva para un zorro….?

Sin embargo el hombre es capaz de relacionar las cosas con ellas mismas, con otras cosas, no con él.

Es capaz de prescindir del sujeto, de sus deseos, de sus necesidades, practicando una contemplación desinteresada.

El hombre es capaz de ponerse en huelga de hambre, teniendo comida al lado, ser un Sócrates.

Es lo que pensaba DARWIN. El hombre ya no es, ha dejado de ser, divino, espiritual, está montado en la animalidad, como todos los demás animales.

La razón es el arma mejor para adaptarse al medio e, incluso, poder adaptar el medio a él, algo ajeno a los demás animales.

El hombre ya no necesita que venga Prometeo y que, ante la ausencia de dones que darle, porque su hermano Epimeteo ya los ha repartido y puesto, todos, en los animales, tenga que robar el fuego y dárselo a los hombres para no morir de frío, para ablandar la comida, para defenderse de sus depredadores.

Para Darwin no existe la finalidad en la naturaleza, es el hombre el que tiene que proponerse y darse su fin, que es, en primer lugar, sobrevivir, yendo a…. y huyendo de,...

miércoles, 27 de noviembre de 2013

6 B. EL PERSPECTIVISMO.



(Es la mejor exposición que he encontrado sobre el PERSPECTIVISMO de Ortega y Gasset).

De TORRE DE BABEL EDICIONES

(www.e-torredebabel.com/) Historia de la Filosofía. Ortega y Gasset

 

doctrina fundamental de la filosofía de Ortega. Consiste en afirmar dos cosas: que todo conocimiento está anclado siempre en un punto de vista, en una situación, y, más básicamente, que en su propia esencia la realidad misma es perspectivística, multiforme.

Podemos entender la teoría de la perspectiva propuesta por Ortega y Gasset si la comparamos con dos teorías que él mismo considera incompatibles con la suya:

  • el objetivismo: Ortega también la llama dogmatismo: si existe la verdad tiene que ser una y la misma para todo individuo, toda cultura y toda época, por tanto sólo prescindiendo absolutamente de las peculiaridades del sujeto que busca el conocimiento podremos alcanzar la descripción verdadera del mundo. El objetivismo identifica la individualidad con el error y el subjetivismo. Para esta doctrina la idea de la perspectiva es un absurdo, pues, si existe la verdad, ésta tiene que estar más allá de cualquier perspectiva, debe ser algo universal y eterno. Ha sido el punto de vista dominante durante toda la historia de la filosofía, en particular por los distintos ra­cionalismos;
. el subjetivismo: es la doctrina totalmente opuesta al objetivismo: los rasgos del sujeto cognoscente, su idiosincrasia, determinan todo tipo de conocimiento que pueda alcanzar. El objetivismo considera al objeto como el único responsable de las apariencias de las cosas, el subjetivismo defiende todo lo contrario, afirma que dichas apariencias son subjetivas, meros productos de las peculiaridades del sujeto. Considera que no es posible la verdad universal puesto que toda verdad está influida o determinada por el modo de ser del sujeto que la alcanza. El subjetivismo es relativismo y, en último término, escepticismo.

Ortega considera que el perspectivismo que defiende le permite superar ambas teorías: a la base tanto de una como de otra se encuentra una tesis más primordial, la tesis según la cual la realidad no puede ser más que una, que no puede presentar más que una sola cara. El objetivismo considera que es posible alcanzar dicho aspecto de la realidad y que, por lo tanto, la verdad tiene que ser única y estar fuera del tiempo y del espacio; el subjetivismo que no es posible alcanzarla y que nunca podemos salir de nuestra subjetividad. La novedad de la propuesta de Ortega consiste en afirmar que la realidad no es una sino múltiple, que la perspectiva no la impone el sujeto sino la cosa trascendente. La perspectiva es algo de la realidad, la realidad ofrece muchas caras, de ahí que si el espectador cambia de lugar cambia la perspectiva, pero si un espectador es sustituido por otro en el mismo lugar la perspectiva permanece idéntica. La perspectiva es el resultado de la influencia de la realidad en el sujeto cognoscente. El error del objetivismo es hacer del objeto el único responsable del conocimiento, el error del subjetivismo es subrayar en exceso el papel del sujeto. La verdad está en la comprensión de que ambos, el sujeto y el objeto, son inseparables.


El objetivismo es una teoría incorrecta pues, dice Ortega, toda experiencia de conocimiento inevitablemente debe descansar en un punto de vista, y por lo tanto, debe ser múltiple. La divergencia entre los mundos que se le presentan a cada sujeto, a cada época, a cada cultura, no es algo falso, es algo real. Más aún, si distintos sujetos afirmasen experimentar el mundo del mismo modo tendríamos que decir que lo que experimentan no es real sino una ilusión, un producto de su imaginación. Lo peculiar de cada ser no le estorba para captar la verdad sino que es el órgano por el cual puede ver la porción de realidad que le corresponde. Si tuviese algún sentido la noción de verdad universal y absoluta, ésta sólo sería posible con la reunión de todas las perspectivas, no privilegiando una (la supuestamente verdadera) frente a las demás (las supuestamente falsas); naturalmente esto nos es imposible a los hombres y sólo podríamos referirlo a Dios.

Pero, dice Ortega, también es falso el subjetivismo. El que las perspectivas sean distintas no las hace falsas, no es un signo de nuestra imposibilidad de alcanzar la realidad. La realidad misma es múltiple, perspectivística. Hay muchos paisajes, y todos ellos verdaderos. La perspectiva es uno de los componentes de la realidad. Una realidad que se ofrezca de modo idéntico a distintos espectadores es un imposible, tan absurdo como un punto de vista absoluto, un punto de vista que esté más allá de las determinaciones que cada tiempo y espacio impone.

La dimensión perspectivística de la realidad no se limita a los aspectos perceptuales, como los colores, los sonidos, las figuras espaciales, alcanza también a las dimensiones más abstractas de la realidad, los valores y las propias verdades. Del mismo modo que nuestros ojos son los órganos receptores de los aspectos visuales de las cosas y sólo las pueden captar en sus dimensiones perspectivísticas, nuestra mente es como un órgano perceptor de verdades. Nuestra mente nos predispone para captar ciertas verdades y ser ciegos a otras, y lo mismo ocurre con cada pueblo y cada época, que tienen también su peculiar modo de ver la verdad, su peculiar punto de vista. Sólo si nos concebimos como seres abstractos, fuera del tiempo y del espacio, podemos creer en el privilegio de una perspectiva frente a otra. La única perspectiva falsa es la que pretende ser la única, la verdad no localizada, no dependiente de ningún punto de vista; y esto es el racionalismo y la mayor parte de la filosofía. Frente a esta razón pura del racionalismo, Ortega propone una razón que sea capaz de integrar la dimensión perspectivística de la realidad, una razón vital e histórica La razón vital nos muestra que las diferencias individuales, las peculiaridades de cada pueblo y de cada momento histórico, no son impedimentos para alcanzar la realidad, al contrario, son el órgano gracias al cual pueden captar la realidad que les corresponde. Cada individuo es un punto de vista esencial, insustituible.

 

 

martes, 26 de noviembre de 2013

6.- Pero ¿ES QUE EXISTE LA VERDAD? Y, si existe, ¿ES POSIBLE CONOCERLA?


6.- ¿EXISTE LA VERDAD?

 

 
Remito al lector a los meses de Junio y Julio de este año, 2.013 y en este mismo BLOG (blogdetomasmorales.blogspot.com/)


(Verano dedicado a estudiar EL CONOCIMIENTO y LA CIENCIA)


Mes de Junio: 6 entradas:

1.- Teoría clásica del conocimiento (¿es posible?, ¿su origen?, ¿su esencia?, ¿sus formas? ¿su criterio? (23-VI-2.013)

2.- El Dogmatismo (día 24)

3.- El Escepticismo (día 25)

4.- El Subjetivismo y el Relativismo (día 26).

5.- El Pragmatismo (día 27)

6.- El Criticismo (día 28).

 

Mes de Julio: 8 entradas.

1.- Historia de la Teoría del Conocimiento (día 3)

2.- La Intuición (día 3)

3.- El método científico de Galileo (día 4)

4.- El método científico de Newton (día 4)

5.- El problema de la contrastación (día 5)

6.- La Ciencia y la Experiencia (día 8)

7.- Tres mitos de la ciencia (¿Saber único?, ¿Progresivo?, ¿Neutral?) (día 12)

8.- La Ciencia: Explicación, Comprensión y Aplicación (día 12)

lunes, 25 de noviembre de 2013

5.- INTELIGENCIA Y VERDAD.


Desde Aristóteles “conocer” es “poseer la realidad, de manera inmaterial, en la mente”.

Y, desde Aristóteles, distinguimos dos niveles de conocimiento: el sensible (común a “todo animal”, también, por lo tanto, al hombre) y el inteligible o racional (exclusivo del hombre).

También, desde Aristóteles, se acepta que “nada hay en el entendimiento que antes no haya estado o pasado por los sentidos”.

Éstos son los que nos proporcionan la experiencia básica de las cosas y, tras ello, la inteligencia forma los conceptos (con el entendimiento agente) para entender esa realidad captada por los sentidos.

Primero es sentir (las imágenes sensitivas), después entender lo sentido (con los conceptos de la inteligencia).

También, desde Aristóteles, cinco son los sentidos externos, con los que el sujeto cognoscente entra en contacto con la realidad, ventanas abiertas por las que se nos cuelan el aspecto sensible de las cosas, sus cualidades sensibles (color, olor, sabor, forma,…): vista, oído, gusto, olfato y tacto (aunque, de éste dice que “registra distintos contrastes: caliente y frío, seco y húmedo, duro y blando y otras por el estilo, como liso y arrugado”

Hoy el tacto se diversifica en sensaciones térmicas, algésicas, cinestésicas, cenestésicas, de movimiento,…

Y cuatro sentidos internos: la memoria (en la que se guardan, se almacenan, las imágenes sensibles en el espacio y en el tiempo), la imaginación (con la que se combinan imágenes), la estimativa o instinto (por el que se actúa sobre lo beneficioso o perjudicial para la supervivencia)  y el sentido común (una especie de centralita separadora y organizadora de las imágenes, y que las unifica)

Excepto en el sentido del tacto, los demás sentidos suelen o pueden estar mucho más desarrollados en los animales (vista en el lince o en el búho, olfato en varias especies animales, oído en los ciervos, por ejemplo,…..

Mientras los sentidos externos necesitan un estímulo para ponerse en funcionamiento, no lo necesitan los internos.

Los sentidos captan la realidad según estímulos, no según es la realidad en sí. Una realidad no sensible, no es que no existiera o exista, pero no será percibida.

Para el lobo la oveja es sólo estímulo, carne sabrosa, como lo es el ratón para el águila.

En el hombre el conocimiento va más allá, porque de la sensación se pasa al concepto, de la imagen material a la idea mental, de los estímulos a la cosa misma.

El hombre no sólo siente, como cualquier animal, sino que intenta entender lo sentido.

Es un grado superior del conocimiento.

Conocer la realidad es alcanzar la verdad.

Pero ¿qué es la verdad y cómo surge?

Y nos encontramos con. al menos, CUATRO concepciones de la Verdad:

1.- VERDAD como ADECUACIÓN.

Dos definiciones de la misma:

1.- La de Aristóteles: “decir de lo que es que es, y de lo que no es que no es” (decir que “la mesa es redonda si la mesa es redonda” o…) y

2.- La de Santo Tomás y demás filósofos medievales: “adaequatio intellectus et rei” (adecuación entre el entendimiento y la cosa).

En ambas definiciones entran los dos elementos: el sujeto y el objeto. Es una relación de ajuste o correspondencia entre la realidad y lo que se dice de ella. El sujeto es el que tiene que adaptarse al objeto para poder entenderlo. Es una teoría “objetivista”.

2.- VERDAD como COHERENCIA.

Fue formulada por Hegel que pone el criterio de verdad no en la “adecuación” a la realidad sino en la “coherencia” entre las proposiciones de un sistema.

La verdad no está, pues, en las proposiciones aisladas (como en la anterior) sino en el sistema mismo y que es el criterio válido para las Ciencias Formales (Lógica y Matemática), pero que no es aplicable a las Ciencias Empíricas, donde la teoría debe acomodarse a los hechos que pretende explicar.

Un sistema puede tener coherencia lógica y ser verdadero, en cuanto coherente, pero falso en cuanto que es ajeno a la realidad.

Se le atribuye a Locke, y también a Hegel, la frase: “si la realidad no coincide con mis palabras, peor para la realidad”

3.- VERDAD como UTILIDAD.

Es la teoría pragmática desarrollada, sobre todo, por los norteamericanos J. Dewey y W. James, que equiparan “verdad” y “utilidad”.

Al constatar la función práctica del conocimiento (una de sus funciones, si no la principal) afirman que el conocimiento es verdadero si  permite actuar con éxito, y falso si  lleva al fracaso.

Un mapa de carreteras, por ejemplo, es verdadero mapa si nos orienta, y falso si nos desorienta.

En la ciencia la verdad se manifiesta en el éxito de la experimentación.

Si examinamos, detenidamente, esta teoría vemos que el éxito es un concepto especialmente relativo, que varía según las personas, los lugares, los tiempos, las culturas, las edades, las profesiones,….

Pero nosotros sabemos que hay falsedades y mentiras útiles, muy útiles, llámense “Ratoncito Pérez” o “Los Reyes Magos”.

4.- VERDAD como CONSENSO.

Que tiene su origen en el viejo Sócrates y que en el siglo XX es desarrollada por Apel y Habermas.

Hacen hincapié en la importancia del diálogo como el mejor de los procedimientos para descubrir la verdad.

En un diálogo libre y limpio cada uno aduce razones propias, escucha las ajenas, y acuerdan lo común a ambos.

Pero si el consenso fuera un criterio de verdad ¿qué decir de la unanimidad en la defensa del geocentrismo contra Galileo y su defensa del copernicanismo?

¿Y los consensos mayoritarios, incluso unánimes, de la esclavitud, de la inferioridad de la mujer, de la pena de muerte, de la exclusión de la mujer en los puestos de la jerarquía eclesiástica,…?

Para los “realistas”, en la relación sujeto-objeto es el sujeto el que se adapta al objeto, “como el guante a la mano” (Aristóteles).

Para los “idealistas”, en cambio, el sujeto no conoce a los objetos, no entra en relación con ellos sino sólo con las ideas que el sujeto tiene del objeto, no con los objetos.

Las “categorías” son los distintos “modos de ser”, según Aristóteles (“realista”). Todo ser es: o substancia o accidente (cantidad, cualidad, relación,  acción, pasión, tiempo, lugar, hábito y posición”

Pero según Kant (“idealista”) las categorías son los distintos “modos de conocer”, son moldes subjetivos de los que nos servimos para ordenar los datos de los sentidos, son conceptos puros del entendimiento, al igual que el Espacio y el Tiempo son “formas a priori de la sensibilidad”. Nosotros conocemos así, según estas categorías. Lo que caiga bajo ellos, será o podrá ser conocido. Lo que no, será incognoscible, como el “noumenon”.

Si alguien me asegura que ha visto/oído,… (sentido) algo y, preguntándole “dónde”, me responde que “en ningún lugar” y preguntándole “cuándo” me responde que “nunca”, entonces no ha visto/oído,… (sentido) nada, porque para poder sentir tiene que ser en un lugar del Espacio y en un momento del Tiempo.

Espacio y Tiempo, para Kant, no son “formas del ser” sino “formas de sentir”.

Tenía razón Kant al afirmar que su concepto de filosofía era una “revolución copernicana”, aunque ahora no sea el sol quien esté en centro del universo, sino el sujeto en el centro del conocimiento.

Contra “realismo y objetivismo”, “idealismo y subjetivismo”.

domingo, 24 de noviembre de 2013

4.- INTELIGENCIA Y RAZÓN.


 
La inteligencia es la capacidad más específica humana, no porque se encuentre sólo en los hombres, sino porque se encuentra en ellos en un grado distinto y mayor que en los animales.

Es una capacidad que permite adaptarse al ambiente de una manera mucho más rica y flexible que las adaptaciones innatas, típicas de los animales.

Ella prolonga otras capacidades que ya aparecen en los animales.

El hombre, por ella, es capaz de adaptarse y sobrevivir en las condiciones más adversas, a pesar de no estar dotado especialmente bien desde el punto de vista físico-fisiológico.

Haga demasiado frío, haga demasiado calor, el hombre, sin piel, ni se congelará ni se asfixiará ni se quemará, y es gracias a la inteligencia.

Pero no olvidemos que el hambre sólo impulsa a comer, no a inventar flechas y arcos para la caza y poder comer con ella.

No se puede explicar al hombre sólo desde sus necesidades, sí, en cambio, al animal.

El “medio” (animal) no es el “mundo” (humano).

Nunca el animal, pero sí el hombre, con comida y bebida puede ponerse en huelga de hambre por motivos que considera demasiado importantes,

El hombre “no tenía/ni tiene necesidad de la inteligencia”. Sencillamente, la tiene y se aprovecha de ella.

Y es cuando se encuentra con un aparato fonador, capaz de hablar, cuando habla, y emite sonidos (no sólo ruidos).

Y cuando con el lenguaje, con la palabra, es capaz de abarcar todo el universo, de lo que existe, de lo que no existe, de lo que puede existir, de lo que no puede existir, de lo que existirá,….todo ese universo ilimitado en el Espacio y en el Tiempo lo convierte, con la voz, con la palabra, en un universo de bolsillo, un universo a mano.

Y cuando la palabra queda fijada en la escritura, al ser la cultura, siempre, acumulativa, es el comienzo real del progreso, al no partir, ya nadie, de cero sino del lugar al que llegaron los antecesores.

Ella, teorizando, permite alejarse de la situación concreta presente planeando, sobre ella, para preverla o para salir de ella, visitando, imaginativamente, el futuro e interpretando el pasado.

Ella es la que libera al hombre de estar sujeto a la naturaleza, puede, incluso, destruirla siendo consciente o inconsciente del propio perjuicio.

¡Cuántas veces hemos confundido la inteligencia con la memoria y hemos calificado al niño como “inteligente” al repetir, mecánicamente, textos, siendo así que la inteligencia, si algo tiene, es ser creativa, lo contrario a la repetición ciega¡.

Sin memoria no hay inteligencia, pero la inteligencia no es memoria, sino creatividad.

El aprendizaje memorístico no es inteligencia. Con una buena metodología mnemónica (con mnemotécnica) puede potenciarse aquel, no necesariamente ésta. Y problemas hay en todos los órdenes de la vida: en política, en religión, en moral,…para resolverlos inteligentemente.

No se trata tanto de aprender soluciones a problemas anteriores como dar respuestas nuevas a problemas rutinarios o resolver problemas nuevos.

¿Que hay en ella factores hereditarios? Sin duda que sí, pero será el ambiente el que ejerza la influencia decisiva.

Ambos aspectos son indisociables, y cuanto mayores sean ambos, más inteligente será el sujeto.

La ausencia o disminución de uno de ellos, herencia-medio, repercute en el resultado final.

Se ha querido medir el cociente intelectual con tests de inteligencia que, al ser tests occidentales, confeccionados por occidentales, sólo pueden servir para medir en una cultura occidental.

¿Qué puede ocurrir si intentamos aplicarlos en sujetos no occidentales? Que el resultado queda desvirtuado.

Una cultura de papel y lápiz, como ha sido la nuestra, nada tiene que ver con una cultura de pastoreo nómada, por ejemplo.

¿Qué puede ocurrir cuando la cultura que se investiga no es la misma cultura que la del investigador?

¿Es posible, o fácil, evitar este condicionamiento?

En plena montaña, sin comida y con tormenta, el pastor saldrá mejor parado, encontrará respuestas más adecuadas de supervivencia, que un científico especializado en economía financiera o en astronomía teórica...

El mismo defecto que ocurre al tratar la Inteligencia ocurre al hacerlo con la Razón.

Tendríamos que volver a leer a Kant para concienciarnos que la Razón no es sólo ni principalmente “la razón instrumental, científico-tecnológica, subordinada a intereses y utilidades varias”.

Es la Razón Pura o Teórica, que sobrevuela la realidad para conocerla y, así, poder dominarla.

Pero la Razón Práctica reina en el campo del obrar (no del conocer), en el campo de la moral, y su finalidad es la Felicidad.

También la Razón Estética, la que se manifiesta en el campo de la creación.

Verdad – Bondad – Belleza. Tres transcendentales del ser.

sábado, 23 de noviembre de 2013

3.- ¿QUIÉNES SOMOS?.

                                                                                                                                                                                                                                                                       
NOS NACEN HOMBRES.

D. Pedro Calderón de la Barca se quejaba: “¿qué delito cometí contra vosotros, naciendo?. ¿No nacieron los demás?. Pues si los demás nacieron…..”.

         ¿Qué quiere que le diga, D. Pedro?. Yo no estoy de acuerdo con Ud.

         Las causas eficientes de mi nacimiento (y quiero pensar, también, que la causa final) son un hombre y una mujer.

         Yo “no nací”, a mí “me nacieron”. Mis padres me engendraron. Mis padres me nacieron (sobre todo mi madre). Nuestros padres biológicos “nos nacen”. Es la forma más fácil de ser padres. Biológicamente. Basta con instinto y genitales. Con eso sería suficiente. Pero yo siempre he querido pensar que he venido a este mundo porque mis padres (los biológicos, psicológicos, sociales, sentimentales,…) fueron a buscarme. Yo siempre he querido pensar que no fui un “intruso”, que no me presenté “de improviso”, que nunca fui un “forastero”, fruto de un despiste, de un mal cálculo, de un fallo, ni tengo nada que ver con ese japonés llamado “Ogino”.

         Yo siempre he querido pensar que soy el resultado inevitable, la causa final, de un intenso momento de amor, que soy el fruto de ese grito incontrolable, al que respondí con mi llegada retardada.

         Yo siempre he querido pensar que he sido un “bien venido” porque fui “bien llamado” y he sido “bien querido”, “bien amado”, “bien besado”, “bien ……”….

         Ellos, los padres, “nos han nacido” HOMBRES, macho o hembra, mujer o varón. ¿Qué más da?. Ellos nos han nacido. Y nos han nacido desnudos. Pero, nada más nacer, comienzan a vestirnos.

NOS HACEN HUMANOS


         Si la primera fase era “NACERNOS HOMBRES”, la segunda es “HACERNOS HUMANOS”.

         Hay un adagio de un pueblo centroafricano, de esos injustamente llamados

“semisalvajes” que dice: “hace falta todo un pueblo para educar a un niño”.

         La familia, los amigos, la “seño”, el maestro, el lenguaje, la televisión, el Instituto, los libros, los amores y desamores, los triunfos y los fracasos, los tropiezos, las miradas, los besos dados y recibidos, los besos robados, los besos perdidos y los besos frustrados, el tiempo y el espacio, los ideales, las risas y los llantos, las lágrimas de alegría y las de dolor y las de rabia……eso, todo eso y mucho más han ido haciendo de ti lo que eres, han ido haciéndome “HUMANO”  

         “Yo soy yo y mi circunstancia; y si no la salvo a ella no me salvo yo” – dice nuestro Ortega y Gasset (“esos dos pensadores  españoles” – como decía aquel alumno).

         Yo soy eso, un “ser circunstanciado”. Me han hecho así porque esas han sido mis circunstancias. Con otros padres, otros amigos, otros maestros, otros tiempos, otra ciudad, otros amores…yo, y tú, seríamos de otra manera. Seguiríamos siendo “hombres”, pero seríamos “otro tipo de hombres; seríamos “hombres”, pero “tipos humanos distintos”.

         Cuando despertamos a la adolescencia nos damos cuenta de que llevamos a la espalda una mochila cargada con cosas que todos han ido metiendo, y nosotros sin enterarnos, sin ser conscientes.

       En otro tiempo, en otra cultura, con otros ideales, en otra lengua, en otro tipo de sociedad y de economía,… seguiríamos siendo “hombres” pero “distintos”.

         Nos han ido modelando, nos han ido haciendo “humanos”, a imagen y semejanza, no de Dios, sino de la cultura que nos envuelve, esa que hemos respirado. Somos animales culturales.


NOS HACEMOS PERSONAS


        Ahora, aquí, ya no podemos echar balones fuera.

         Ni padres, ni profesores, ni ambiente,….aquí, ahora, ya no hay excusa.

         El adolescente es responsable de “su persona”

         “Es que la tele…..” –pues, apágala. (Yo, personalmente, le estoy sumamente agradecido a la Tele, porque, gracias a ella, me culturizo a marchas forzadas. Apenas la enciendo hago un zapping (o como se diga), la apago y me refugio en mis libros).

         “Es que los amigos….” Pues déjalos. Precisamente “esos” no son obligatorios.

         “Es que estudiar….” Pues esfuérzate un poco más.

         “Es que mi novia (novio)…. Dile “adiós”. Precisamente “ésa”(“ese”) son lastre, freno, obstáculo….

         “Es que…..” NO HAY “ESQUES”. Tú eres el efecto, tú eres el resultado actual y final de tus opciones y de tus renuncias. Tú, aquí y ahora, eres lo que eres y como eres por ti.

Responde de otra manera. Tú y sólo tú eres responsable de tus respuestas.

         Tu “saldo de persona”, lo que eres, es el resultado de lo que has ido sumando y restando.


Nos NACEN hombres, todos iguales, todos los mismos derechos, los derechos humanos, iguales para todos, sin discriminación de sexo, raza, religión, estado civil, lugar de nacimiento, nivel cultural o económico.


         Pero luego los suecos tienen unos derechos que no tienen los alemanes, y los que tienen los italianos no los tienen los ingleses. Son los derechos sociales, los derechos políticos, culturales,….

         Y, finalmente, tú (y yo) tenemos derechos a matricularnos en el Aula para Mayores, a sacarte el permiso de conducir o invertir en bonos del estado…..No por ser hombre, no por ser español, es por ser tú.

Nos NACEN HOMBRES pero inmediatamente NOS HACEN HUMANOS para, finalmente HACERNOS PERSONAS.

viernes, 22 de noviembre de 2013

2.- ¿QUIÉN SOY YO?, ¿QUÉ SOY YO?


¿Quién soy yo? Yo soy Tomás Morales Cañedo.

¿Qué soy yo? Yo soy un ser humano.

La respuesta a la primera pregunta me Identifica, me Singulariza. Sólo yo, en este mundo, soy Tomás Morales Cañedo, “salmantino de nacimiento, andaluz de adopción y malagueño de corazón y de vocación” (como me defino en mi blog). Socialmente, mi D.N.I. me Identifica. Familiarmente mi mujer, mis hijas, mis nietos, mi familia,…. lo confirman. Científicamente mi A.D.N. lo prueba. Podía poner mi biografía completa para fotografiar e identificar, aún más, a esta persona tan elegante, tan bella, tan extraordinaria, tan…. tan…. que soy yo (y ¡Viva la humildad¡).

La respuesta a la segunda pregunta me “generaliza”. Somos muchos millones los seres humanos.

En el Prólogo de “La naturaleza humana”, de Jesús Mosterín, (otro filósofo al que tengo en “favoritos”), dice:

         “¿Qué soy yo?. Yo soy un ser humano. Pero ¿qué es un ser humano?. Un miembro de la especie Homo Sapiens. ¿Qué tienen en común los miembros de la especie Homo Sapiens?. La naturaleza humana. ¿Y qué es la naturaleza humana?. Para responder a esta pregunta he escrito este libro”.

El libro “La naturaleza humana” está editado en la Colección Austral, serie Verde (Ciencias/humanidades).

Y la verdad es que, a lo largo de 14 capítulos, va describiendo qué es la naturaleza humana, teniendo en cuenta y apoyándose en los últimos descubrimientos de la genética, pero sin obviar los demás aspectos de la naturaleza humana (evolución, mente-cerebro, naturaleza-cultura, varón-mujer, muerte y eutanasia, conciencia moral, la chispa divina….)

Reto, a cualquiera que lo lea, a que no quedará defraudado sino, por el contrario, satisfecho de haber dado con un libro que merece la pena leerlo detenidamente para quedar bien informado.

Yo, Tomás Morales Cañedo, como “individuo” que soy, tengo unos “derechos individuales”, propios y exclusivos míos, unos derechos adquiridos, y que ningún otro que no sea yo puede tener (ser esposo de…. padre de…. abuelo de….. propietario de….jubilado…..

Pero yo, Tomás Morales Cañedo, como “un ser humano más, de la especie homo sapiens” comparto con todos los demás seres humanos unos Derechos Naturales que se basan en la Naturaleza Humana, la que todos compartimos.

Uno de esos Derechos Naturales es la Dignidad Humana. Toda persona, por el hecho de ser persona, es digna, y merece ser respetada.

Aunque luego, por ser fulano de tal, “individuo”, pueda actuar indignamente (el maltratador, el pederasta, el asesino,….).

Es punible su acción y deberá ser juzgado y castigado, pero no hasta el límite de acabar con su persona (la pena de muerte).

No confundamos “lo que una persona es” con “lo que una persona hace” (aunque, muchas veces, ante ciertos excesos en la conducta, a uno se le revuelva el estómago y le entren ganas de estrangularlo allí mismo).

En otros lugares me he explayado en los conceptos de “respeto” y “tolerancia” (preguntar a Google por “respeto y tolerancia tomas morales”).

El respeto es “a la persona”. Toda persona es respetable y debe ser respetada.

Su conducta será loable o punible, merecedora de reconocimiento (las cooperantes españolas, hoy mismo secuestradas) o de castigo (los pederastas que, por desgracia, a diario leemos en la prensa informativa).

La tolerancia tiene que ver con las ideas. Hay ideas que deben ser toleradas (difundir la necesidad de ayudar a personas o pueblos que están hambrientos y sufriendo) y hay ideas intolerables, y que no deben ser toleradas, vengan de una religión, de una tradición, de una cultura,.. (como la idea de que los padres son dueños de sus hijos y esposa(s), la poligamia (pero sólo del varón), que la mujer tiene un valor inferior al del varón, que en un juicio hacen falta dos declaraciones de mujer para ser equivalente a la de un varón, que cuando a la adolescente le llega la regla debe ser retirada de la escuela, que la mujer, para ser mujer-mujer debe extirpar de su cuerpo lo que de pene (aunque atrofiado) tiene (estoy refiriéndome a la ablación del clítoris, ya que la mujer tiene que ser sólo esposa y madre y no tiene derecho a disfrutar placenteramente de su cuerpo)…..

Estoy, ahora mismo, asistiendo al asesinato del dictador Gadafi (cuya vida debería haberse respetado y su conducta juzgada) y la primera declaración de los rebeldes libios vencedores es anunciar que el nuevo gobierno (el Consejo Nacional de Transición) establecerá la Sharia como norma fundamental del nuevo estado.

Y, sencillamente, esto es “intolerable”, se opone a los Derechos Humanos más fundamentales.

Los homosexuales, ahorcados; la mujer adultera, lapidada; el ladrón, la mano amputada; beber alcohol, la desobediencia de la mujer a su padre y, sobre todo a su esposo (al que ella no ha elegido), las relaciones con infieles (no musulmanes), la vestimenta (que, incluso, ellas serían las culpables de su violación, por su inmoralidad), etc.….etc.…..etc.…..

¿Por qué no entran en Internet y le preguntan a Google por “lo prohibido en la Sharia”?. Verán lo que le contestan páginas Web musulmanas.

Y allí estaremos los occidentales, cooperando con todo esto. Incluso, quizá, llamemos “democracia libia” al nuevo régimen islamista.

¡Triste, pero real¡

jueves, 21 de noviembre de 2013

¿GAUDEAMUS, IGITUR?


¡¡¡Y UN JAMÓN!!!!

“Indignado” estoy (ahora que está de moda “indignarse”).

¿Por qué no se lee el 2º Verso: “Juvenes dum sumus”?

Puesto que el Aula de Mayores la formamos personas mayores de 55 años, deberíamos estar, todos, “indignados” de que el “Gaudeamus, igitur” se cante el día de la inauguración de curso.

Porque, cuando en el canto/himno (véase más abajo), se “habla” de “jóvenes”, se refiere a “jóvenes de edad”, no de “jóvenes de espíritu” (lo que nosotros, los mayores, somos).

Nuestro “gaudeamus” no es de acelerar las vivencias, como los jóvenes, sino de mantener la velocidad vital, saboreando los pequeños placeres. Nosotros no nos entrenamos ni corremos tras los grandes proyectos, nosotros andamos, con gimnasia de mantenimiento, ocupados en nuestras pequeñas cosas.

Los “jóvenes” proclaman/gritan: GAUDEAMUS. Los demás (los profesores, el Estado, la Universidad, la sociedad, los mecenas,…) que sólo VIVANT, les interesan que VIVANT (que no mueran, que no desaparezcan, que estén ahí)

Porque sólo si estas fuerzas vivas están vivas, ellos, los jóvenes, pueden “GAUDERE”.

¿Y dónde estamos, en esta fiesta, los mayores de 55 años?. ¿GAUDERE?, ¿VIVERE?.

Yo nunca canto, ni siquiera tarareo el himno (cosa que sí hice en mis tiempos mozos), pero ahora, cantarlo, lo considero un despropósito, una impostura.

Nada que ver nuestra inauguración de curso con el botellón juvenil, donde, realmente, en ellos se manifiesta el “Gaudeamus”.

El himno, que han hecho suyo todas las Universidades,  no es una creación de la Iglesia Oficial sino de los goliardos y pícaros estudiantes.

El tema principal del Gaudeamus, no es porque va a empezar el curso y van a comenzar a estudiar y a formarse, a llenarse de sabiduría….

El tema principal es darle la vuelta a la “meditatio mortis” (meditación sobre la muerte), tan típicamente medieval, pensando más en la vida futura eterna que en la presente “vita brevis” (de hecho, en un principio se llamaba “de brevitate vitae”)

Lo que hizo decir a algún santo español “muero porque no muero” (o sea, estoy deseando que llegue la muerte para quedar libre del cuerpo y disfrutar eternamente en el cielo).

Puesto que esta vida es breve, hay que aprovecharla y apurar el placer, sacarle todo el jugo, “juvenes dum sumus”, porque cuando pase la juventud….

“El pasado ya no es”, fue, “ubi sunt qui ante nos in mundo fuere?”. Lo mismo diría nuestro Jorge Manrique: “qué se hicieron de….?”

“El futuro todavía no es” (y cuando sea, ahí está la ancianidad (“molestam senectutem”) y la muerte, (“nos habebit humus” = nos tragará la tierra). La muerte es “segura (nos llegará) y universal (“nemine parcetur” = de ella no se libra nadie), aunque sea de hora incierta, puede presentarse en cualquier momento (“venit mors velociter”), sin haber sido invitada. ¿A qué estamos, pues, esperando?. ¡CARPE DIEM¡, ¡GAUDEAMUS, IGITUR¡

¿Por qué preocuparse de lo que “no es” (de lo que “ya no es”, y de lo que “todavía no es”?

Preocupémonos y ocupémonos de la vida presente, de lo que “ahora es”, que, además es “breve, transitoria”, tanto que “daremos lo no venido, por pasado”

Si el pasado ha muerto y el futuro nos lleva a la muerte, ¿a qué estamos esperando, para vivir, a tope, el presente?

Gocemos de la existencia “iuvenes dum sumus”, alegrémonos.


Letra

Latin
Castellano
Gaudeamus igitur,
iuvenes dum sumus. (bis)
Post iucundam iuventutem,
post molestam senectutem,
nos habebit humus.
Alegrémonos pues,
mientras seamos jóvenes.
Tras la divertida juventud,
tras la incómoda vejez,
nos recibirá la tierra.
Ubi sunt qui ante nos
in mundo fuere?
Vadite ad superos,
transite ad inferos,
ubi iam fuere.
¿Dónde están los que antes que nosotros
pasaron por el mundo?
Subid al mundo de los cielos,
descended a los infiernos,
donde ellos ya estuvieron.
Vivat Academia,
vivant professores.
Vivat membrum quodlibet,
vivant membra quaelibet,
semper sint in flore.
Viva la Universidad,
vivan los profesores.
Vivan todos y cada uno
de sus miembros,
resplandezcan siempre.
Vita nostra brevis est, breve finietur.
Venit mors velociter,
rapit nos atrociter,
nemini parcetur.
Nuestra vida es corta,
en breve se acaba.
Viene la muerte velozmente,
nos arrastra cruelmente,
no respeta a nadie.
Vivat nostra societas!
Vivant studiosi!
Crescat una veritas,
floreat fraternitas,
patriae prosperitas.
¡Viva nuestra sociedad!
¡Vivan los que estudian!
Que crezca la única verdad,
que florezca la fraternidad
y la prosperidad de la patria.
Vivat et Republica,
et qui illam regit.
Vivat nostra civitas,
Maecenatum charitas,
quae nos hic protegit.
Viva también el Estado,
y quien lo dirige.
Viva nuestra ciudad,
y la generosidad de los mecenas
que aquí nos acoge.
Pereat tristitia,
pereant osores.
Pereat diabolus,
quivis antiburschius,
atque irrisores.
Muera la tristeza,
mueran los que odian.
Muera el diablo,
cualquier otro monstruo,
y quienes se burlan.
Alma Mater floreat
quae nos educavit,
caros et conmilitones
dissitas in regiones
sparsos congregavit.
Florezca la Alma Mater
que nos ha educado,
y ha reunido a los queridos compañeros
que por regiones alejadas
estaban dispersos

       Cuando dice “vivant studiosi” ¿se refiere a ellos?

         Pero del antiguo himno se han suprimido estrofas moralmente no correctas, como:

                   Vivant omnes vírgenes

                   Faciles, formosae.

                   Vivant et mulieres

             Tenerae, amabiles,

                   Bonae, laboriosae.

 

       ¡Ea¡. ¿En qué estarían pensando estos estudiantes universitarios?. ¿En el estudio?

       (Esta estrofa no precisa traducción) o ¡a abrir el diccionario latín-español, Spes, del bachillerato, que habrá que desempolvarlo¡.

P.D. “Ego, tamen, VIVUS, GAUDEO hoc scribendus” 

(Ahí queda eso).