miércoles, 27 de agosto de 2014

EL INDIVIDUALISMO MORAL.



¿Que el individualismo moral, no sólo está presente sino que es el dominante en el mundo actual?, es algo incuestionable e indiscutible.

Uno se acerca a la Universidad y lo que contempla es estudiantes (todos) con el único objetivo de conseguir un título que (creen) va a posibilitarles y facilitarles el acceso a un puesto socialmente mejor considerado y, por lo general, mejor retribuido (aunque, luego, no sea así).
Ese título (cree) le reportará condiciones ventajosas (y por lo general exclusivas. Nadie que no tenga el título de Licenciado en Medicina podrá optar al MIR y, posteriormente, a la especialización).

Desde tener un mejor expediente para conseguir ventajas, desde obtener el título en una Universidad de renombre, hasta colmar el currículum con Masters, dominio de idiomas, manejo de la Informática,… y, todo y sólo, para competir mejor y acceder a una de esas pocas plazas ofertadas.

Cuando un candidato se acerca a una entrevista para acceder a un puesto de trabajo intenta aparentar su mejor cara y hacerse creíble.
No prima la sinceridad, sino el ventajismo.

Cuando uno se presenta a oposiciones (y el que esto escribe se presentó, como opositor, a varias y como miembro de tribunales también varias veces) lo que se respira en el ambiente de los opositores es, en primer lugar, que haya pocos aspirantes, para tocar a una mayor proporción y/o que les salga a los contrincantes alguno de esos temas endiablados que nadie querría que le tocaran a él, que le haga, pues, mal y, así, un competidor menos.

No reina/no puede reinar la solidaridad, y menos la caridad.

Felicitar al otro porque “le ha hecho muy bien”, aunque sea un amigo, no deja de ser un competidor y suele haber bastante hipocresía, generalmente latente.

En caso de alternativa uno querría haber sido el otro.

Se habla de “individualismo responsable”, de “individualismo exigente”, de “individualismo posesivo”, de “individualismo ético”,…
Pero los adjetivos son adjetivos y el substantivo es “yo, mi, me, conmigo, para mí y, si sobra algo, para mí también”

Y cuando digo “yo”, digo “los míos” (mis hijos, mi mujer, mis nietos, mis familiares, mis amigos,…)

Incluso en nuestra democracia, en que el poder reside en el pueblo y los políticos son los representantes legítimos de los ciudadanos, son individuos y practican más el individualismo propio o del partido que el de la comunidad, el universalismo de todos, aunque no los hayan votado.

Y bajo una pátina de búsqueda y sacrificio por el Bien Común, buscan que algo/bastante caiga y se quede en sus manos.

Pero individualismo no sólo personal o familiar, también el individualismo autonómico, nacional, de clase, europeo, racial, incluso individualismo específico (los lobos y las ovejas, los leones y los ciervos, las ranas y los mosquitos, las arañas y las moscas,…)
¿Qué puede importarle a las arañas las moscas sino como comida?

Los modelos colectivos o colectivistas, los modelos estatales, nacionalistas,…el todo frente a los individuos, han sido fracasos  a lo largo de la Historia (con las mínimas excepciones de colectivos muy restringidos).

El individuo narcisista, que nos cerca por todas partes, es el que pretende satisfacer los deseos psicológicos (que son, casi, infinitos) y no sólo sus necesidades biológicas (que son limitadas).

Y como los recursos son siempre escasos, los fastos para unos son recortes para los demás.

Mientras las Instituciones no se nutran de Ética, no sean Éticas (y no sólo legales) el individualismo rampante habitará entre nosotros.

Me gusta que la gente reclame sus derechos, pero me gustaría, también, que considerara y tuviera en cuenta los derechos de los demás.

Cuando no hay suficiente, acaparar es un pecado, pero debería, además ser considerado delito.

¡Ojalá fuéramos capaces de practicar la sentencia agustiniana, de hace más de 1.500 años, de “ama y, luego, haz lo que quieras” porque quien ha optado por la actitud amorosa no necesita obligaciones impuestas, ni actúa por temor a sanciones, porque al amar no sólo da, se da.


Por desgracia, este “Humanismo Ético” es un canto de sirenas, que suena muy bien, pero que…

lunes, 25 de agosto de 2014

EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA



                 
         Uno podrá ser matemático o no serlo, podrá estar casado o soltero, ser laico o seglar, ser mujer o varón….pero lo que no podrá no ser es “ciudadano”, porque vive/tiene que vivir en la “ciudad”, en la “sociedad”.

         Si antes de nacer como personas necesitamos estar 9 meses en el claustro materno, a resguardo de cualquier inclemencia, sea frío o calor, hambre o sed,…porque “estamos en el paraíso”, el nacimiento es como la expulsión de nuestros primeros padres, con la diferencia de que si ellos se quedaron a la intemperie nosotros fuimos acogidos en el “claustro social”, comenzando por el “familiar”….

         Al igual que no elegimos la madre, tampoco elegimos la época, el lugar, el idioma,…. ni la sociedad en la que nacer.
         Esta sociedad es la que es. Es la que nos ha tocado. Tendremos que integrarnos en ella. Pero tendremos que cambiarla en “cielo” si es un “purgatorio”, o en “purgatorio”, al menos, si es un “infierno”. Tendremos que construirnos un nuevo “paraíso” pero, ahora, siendo sujetos activos. Esta sociedad siempre tendrá necesidad de ser perfeccionada, de ser aquilatada, porque las grietas, siempre, le son implícitas. Incluso aunque fuera un “cielo”, siempre sería un “cielo manifiestamente mejorable”.

         No podemos no ser sociales, no podemos no ser ciudadanos. Ella, la ciudadanía, es el oxígeno de nuestra persona, el carburante de nuestra vida, como el aire que respiramos lo es de nuestro cuerpo, y a nadie le interesa que esté viciado.

         Debemos educarnos y educar a nuestros hijos en y para la ciudadanía. En ello nos va la vida, y nunca mejor dicho.

         Vivimos en UNA España, somos UN estado, el Estado Español. Tenemos una Ley de Enseñanza Estatal, pero, como hemos podido comprobar, la nueva disciplina parece que ha sido de partido más que de estado, por lo que no se han identificado con ella ni la han asumido los que no votan o no son de ese partido. Y, por si ello fuera poco, la nueva materia que se ha implantado/se quiere implantar/se debe implantar es “Educación para la Ciudadanía y Derechos Humanos”. Pero como éstos son “Universales” que venga alguien a explicarme por qué los contenidos de esta materia son distintos en Andalucía que en Castilla, en Galicia que en Cataluña o el País Vasco.

         Pero, ya no sólo las Comunidades Autónomas difieren en los contenidos a impartir, es que las propias Editoriales, muchas veces, no se parecen en nada.

         Si ya en mis tiempos de enseñante y educador teníamos nuestras diferencias los componentes del Seminario de Filosofía respecto al libro de texto a imponer, (yo prefiero seguir llamando Seminario a lo que hoy se denomina Departamento. Esto me suena a Corte Inglés y a la venta de zapatos o camisas, y nosotros no vendíamos nada, instruíamos y educábamos, o al menos lo intentábamos), imagínense ahora en esta nueva materia.
         Temas como la emigración, la guerra de Irak, el separatismo, el terrorismo, la sexualidad y las relaciones humanas, las listas cerradas de los partidos políticos en los procesos electorales, la familia, los nuevos tipos de familia, el matrimonio homosexual, la energía atómica, la globalización, la violencia de sexo (¡por favor, que no se la llame “de género”, éste es una categoría gramatical y lingüística¡), el maltrato a niños y ancianos, la violencia en las aulas, la agresividad acústica en la calle, la agresividad en la conducción en la carretera, la seguridad en la calle (¿seguridad versus libertad?), el botellón, la jerarquía eclesiástica….( y sigan Uds. añadiendo temas cívicos, problemas de la ciudad).

         No me cabe duda (porque lo sé) que hay algunas editoriales y algunos autores que se encuentran en los límites, pero que hay otras y otros que con honradez y equidistancia exponen estos temas con una neutralidad digna de elogio, sin intentar adoctrinar. ¡Es tan fácil moldear a personas en formación¡. ¡Es tan fácil hacer catequesis con estos temas¡.

         A mí me gustaría que mi país, España, tuviese una educación francesa, una cultura italiana, una laboriosidad alemana, una concienciación nórdica, una democracia inglesa,… Pero…..esto es lo que hay y con lo que tendremos que vérnosla.

         ¿Qué tipo de sociedad queremos?.
         ¿En qué tipo de sociedad estamos?.
         ¿Coinciden?.
         Taxativamente, NO.

         Estamos, vivimos en una sociedad competitiva. Aparece un puesto de trabajo y se lanzan a él 400. Y sólo se queda con la presa el más apto, el más listo, el mejor preparado, el que mejor pasa las pruebas. Darvinismo ya no entre las especies, sino darvinismo laboral, personal, social.

         Pero, ¿queremos que siga este tipo de sociedad  competitiva o preferimos una sociedad más humana, cooperativa y solidaria?.
         Habrá que ir del “cómo estamos” al “cómo queremos estar”. No es fácil ir compitiendo en la vida, en la sociedad (la selectividad y los “numerus clausus”, la selección de personal, las oposiciones,….) y llegar a la solidaridad en sociedad.
         Si en una competición ya el 2º es un perdedor y las medallas son sólo tres, del 4º para atrás todos perdedores.

         Si en la sociedad cooperativa importan los valores, en la sociedad competitiva lo que cuentan son los resultados.
         Si las comparaciones son odiosas, las sociedades competitivas son, esencialmente, comparativas. Cada uno se compara con los demás. Miras al de adelante con envidia y con pena al de detrás, y tú no ves la cola completa. Esto lleva, indefectiblemente a la frustración y al desánimo.
         No es igual dar todo lo que tienes, que ser el que más das.
         No es igual dar todo lo que puedes que ser el que más puede dar.
         No es igual, en la competición, correr todo lo que puedes que ser el que más corre.
         Habrá que decidir qué es lo preferible y deseable.
         Habrá que hacerle ver al educando (y todos los somos) que ni para un fin lícito y razonable pueden usarse medios ilícitos.
         Habrá que hacer ver que cuando se busca el bien del Todo no se está yendo contra el bien de un pequeño grupo.
         Habrá que hacer ver que se puede educar para la ciudad real, la que hay, pero que se debe educar para la ciudad ideal, la que debería haber.
         Habrá que hacer ver al educando (y todos lo somos) que el cumplimiento de la ley no se vota. La ley se cumple y punto. Pero que en el mismo instante deben surgir mayorías cualitativas para la abolición o el mejoramiento de la misma. Porque lo legal no siempre es justo y muchas veces es inmoral.
         Habrá que hacer ver al educando que “criticar” no es “injuriar”, sino intentos de aclarar para mejorar.
         Habrá que hacer ver al educando (que tan poco lee) que la cultura, casi siempre, suele ser el camino más corto para llegar más lejos.
         Habrá que hacer ver a los educandos de ciertas comunidades autónomas que son autonomías políticas pero no autonomías jurídicas.


         “Educación para la ciudadanía”, ¡pero qué bonito nombre tienes¡.

domingo, 24 de agosto de 2014

8.- 44 MONOTEÍSMO TRINITARIO.


Recordemos el Astete.
P.: ¿El Padre es Dios? R: Sí, Padre.
P.: ¿El Hijo es Dios? R: Sí, Padre.
P.: ¿El Espíritu Santo es Dios? R.: Sí, Padre.
P.: ¿Son tres Dioses? R: No, sino un solo Dios verdadero, como también un solo Omnipotente, un solo Eterno y un solo Señor.
P.: ¿El Padre es el Hijo? R:: No, Padre.
P.: ¿El Espíritu Santo es el Padre o el Hijo? R: No, Padre.
P.: ¿Por qué? R.: Porque las personas son distintas, aunque es un solo Dios verdadero.
P.: Según esto, ¿cuantas Naturalezas, Entendimientos y Voluntades hay en Dios? R: Una sola Naturaleza, un solo Entendimiento y una sola Voluntad.
P.: ¿Y cuantas personas? R: Tres distintas, que son: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

El Trinitarismo nada tiene que ver con el Judaísmo y mucho con Egipto.
De las tres Religiones del Libro, dos de ellas son monoteístas, la otra es trinitaria (todos sabemos a cuales estoy refiriéndome)
En otros lugares he dejado escrito que una (si no la principal) causa  de la invasión árabe en España, el 711, fue luchar contra la herejía cristiana de “los tres dioses”.
Quizá Mahoma no hubiera predicado una nueva religión si no hubiera sido porque el cristianismo no era monoteísta.
El cristianismo, por su parte, creyó que el Islam  era una herejía más del cristianismo, análoga a la de Arrio.
El Trinitarismo viene de Oriente, tanto del simbolismo ternario hindú (Shiva, Vishnu y Brahma) como de Hermes Trismegisto (“el tres veces grande”, personaje mitológico, síntesis del dios egipcio Tot y del dios griego Hermes) (Escritos herméticos, en la Literatura ocultista).
En la Biblia Cristiana la única referencia a la Trinidad aparece en la 1ª Epístola de San Juan, versículo 7: “Tres son los que dan testimonio (de Cristo) en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo.
En 1.806, Miguel Servet sería llevado a la hoguera al desmentir que ese versículo no figuraba en ninguno de los manuscritos griegos  anteriores al siglo IV.
Se trataba/se trata de interpolaciones, datadas en el siglo IV, y seguramente por el español Prisciliano.
El 13 de Enero de 1.897, el Índice, con la venia del papa León XIII (que se las daba de “intelectual”) prohibió poner en duda la autenticidad de dicho versículo.
Tenemos, pues, así el Dogma de la Santísima Trinidad, cuya creencia será obligatoria para no tener que pagar peaje de entrada y pasar la aduana que desemboca en el cielo eterno.

¡Hay que ver las argucias, piruetas lingüísticas, sofismas, laberintos mentales, coartadas filosóficas, regates dialécticos,..¡, para defender el dogma. 

jueves, 21 de agosto de 2014

ARGUMENTO CIRCULAR.



La falacia del círculo vicioso. 

Esta falacia consiste en demostrar la verdad de una proposición por medio de otra, y luego demostrar la verdad de la segunda por medio de la verdad de la primera.
Consiste, pues, en dos o más proposiciones que van demostrándose recíprocamente una por la otra para terminar demostrando la primera por la última.

1.- Si P à Q àR àS àT àP àQ….

2.- ¿Recordáis el poema de Chicho Sánchez Ferlosio, luego cantado por La Mandrágora (Krahe, Sabina y Alberto Pérez)?:


(Chicho Sánchez Ferlosio)

Quisiera hacer lo que ayer, 
pero introduciendo un cambio. 
- No metas cambio Silario,
que está el jefe por ah
í. 

-¿Por qué está de jefe? 
- Porque va a caballo 
-
¿Por qué va a caballo? 
- Porque no se baja 
-
¿Por qué no se baja? 
- Porque vale mucho 
-
¿Y cómo lo sabe? 
- Porque esta muy claro 
-
¿Por qué esta tan claro? 
- Porque está de jefe 
- Eso mismo fue 
- Lo que yo le pregunté 
-
¿Por qué esta de jefe? 

-Yo quiero bailar un son 
- y no me deja Lucía. 
- Yo que tú no bailaría 
- porque esta triste Ramón. 

- ¿Por qué esta tan triste?
- Porque esta malito. 
-
¿Por qué esta malito? 
- Porque está muy flaco.
-
¿Por qué esta tan flaco? 
- Porque tiene anemia.
-
¿Por qué tiene anemia? 
- Porque come poco.
-
¿Por qué come poco? 
- Porque está muy triste. 
- Eso mismo fue 
- lo que yo le pregunté 
 
¿Por qué esta tan triste? 

- Quisiera formar sociedad 
 con el vecino de abajo. 
- Ese no tiene trabajo. 
 - no te fíes, Sebastián.
 
-
¿Por qué no trabaja? 
- Porque no lo cogen.
-
¿Por qué no lo cogen? 
- Porque está fichado.
-
¿Por qué lo ficharon? 
- Porque estuvo preso 
- ¿Por qué lo metieron, titi? 
- Porque roba mucho 
-
¿Por qué roba tanto? 
- Porque no trabaja. 
- Eso mismo fue 
- lo que yo le pregunté 
-¿Por qué no trabaja? 

- Quiero conocer aquel 
- hablarle y decirle “hola”. 
- ¿No le has visto la pistola? 
- deja esa vaina Javier. 

- ¿Por qué la pistola? 
- Porque tiene miedo.
-
¿Por qué tiene miedo? 
- Porque no se fía. 
-
¿Por qué no se fía? 
- Porque no se entera. 
-
¿Por qué no se entera? 
- Porque no le hablan. 
-
¿Por qué no le hablan? 
- Por llevar pistola.
- Eso mismo fue 
 lo que yo le pregunté 
¿Por qué la pistola? 
¿Por qué no trabaja? 
¿Por qué esta tan triste? 
¿Por qué está de jefe?


3.-

“Era otoño, y los indios de la reserva le preguntaron a su nuevo jefe si el invierno iba a ser muy duro.
Educado el nuevo jefe en los métodos del mundo moderno no le habían enseñado los viejos secretos indios y no tenía modo alguno de saber si el próximo invierno iba a ser frío o no.
Para curarse en salud, aconsejó a la tribu que hiciera un buen acopio de madera y se preparara para un invierno muy frío.
Algunos días después, el nuevo jefe tuvo la ocurrencia de pedir consejo práctico, así que llamó al Servicio Meteorológico Nacional y les preguntó si preveían un invierno duro.
El meteorólogo le respondió que, efectivamente, se preveía que el invierno iba a ser muy duro.
Entonces el jefe aconsejó a los miembros de la tribu que fueran a buscar mucha más leña.

Un par de semanas después el jefe llamó de nuevo al Servicio Meteorológico Nacional.

         .- ¿Siguen previendo que el invierno va a ser muy duro? – preguntó el jefe indio.
         .- “Naturalmente” – respondió el meteorólogo. “Va a ser un invierno francamente muy duro”.

El jefe indio volvió a insistir a los miembros de la tribu que recogieran todo trozo de madera que vieran, por pequeño que fuera.

Un par de semanas después el jefe volvió a llamar al meteorólogo y volvió a preguntarle si la previsión era la misma, de invierno muy crudo, o si había cambiado la previsión.
El meteorólogo le respondió:

         .- “La previsión sigue siendo la misma. Va a ser uno de los inviernos más fríos de todos los tiempos”
         .- “¿De verdad? – preguntó el jefe indio. “¿Y cómo lo saben?, ¿Cómo están tan seguros?”.

A lo que el meteorólogo replicó:

         .- “Los indios están recogiendo leña como locos”


(Extracto de: “Platón y un ornitorrinco entran en un bar”, La filosofía explicada con humor. Thomas Cathcart y Daniel Klein. Editorial Planeta. Colección Booket. Julio, 2.009.)

miércoles, 20 de agosto de 2014

8.- 43 UN MUNDO SECULARIZADO.



Entro, Señor, en tus iglesias / (Alberti)

Entro, Señor, en tus iglesias... Dime,
si tienes voz, ¿por qué siempre vacías?
Te lo pregunto por si no sabías
que ya a muy pocos tu pasión redime.

Respóndeme, Señor, si te deprime
decirme lo que a nadie le dirías:
si entre las sombras de esas naves frías
tu corazón anonadado gime.

Confiésalo, Señor. Sólo tus fieles
hoy son esos anónimos tropeles
que en todo ven una lección de arte.

Miran acá, miran allá, asombrados,
ángeles, puertas, cúpulas, dorados…
Y no te encuentran por ninguna parte.



¿Qué significa “Dios ha muerto”?


Así como lo profano se opone a lo sagrado, lo seglar/secular/laico se opone a lo religioso.

1.- Secularización no sólo fue la desamortización y traslado de los bienes de la Iglesia a manos civiles, bien estatales, bien particulares (Acepción jurídica de “secularización”).

2.- Secularización también fue la emancipación de los poderes estatales de la tutela (y muchas veces subordinación) y legitimación ideológica de las Iglesias (“el poder viene de Dios”).
Secularización, entonces, viene a significar la no confesionalidad del Estado (secularización política).

3.- Secularización social es cuando la sociedad se ha desvinculado y emancipado de las Instituciones Religiosas Tradicionales, obviando la moral religiosa y abogando por la Ética Racional como criterio de moralidad.

Y es que:

A.- La Institución Eclesiástica ha perdido (y cada día que pasa, un poco más, por la corrupción, la pederastia,…) prestigio y valor. Ya no es ejemplo de nadie y de nada. El declive y la decadencia van avanzando. El desprestigio es progresivo.
Lo que no supone un a merma del Cristianismo, sino de la Institución que dice representarlo y encarnarlo.

B.- Son ciertos grupos religiosos los que están tomando en sus manos y preocupándose por los problemas y la búsqueda de soluciones, aunque sólo sean paliativas, de este mundo, no tanto desentendiéndose de lo sobrenatural, como interpretándolo de manera distinta (aquello de: “si no lo hacéis por los hombres, a quienes veis…. “ y “lo que a ellos hiciereis….”
La pobreza, la enfermedad, la ayuda humanitaria, la cultura,…lo humano por humano y en cuanto humano, no por divino; por los hombres mismos, no por Dios.

C.- Olvido y arrinconamiento de la visión religiosa del mundo y del hombre, de la política y de la sociedad, de la cultura,…
“Todo es humano, sólo humano”

D.- El hombre y la Antropología han desplazado a Dios y a la Teología como objetos preferentes de estudio y de preocupación.
Las antiguas creencias religiosas ceden el paso a las verdades científicas y a las utilidades tecnológicas.
“Lo sagrado son los hombres”

E.- Desacralización y reducción a lo profano de la naturaleza física, en general, y de la naturaleza humana, en particular, convertidas en objetos de ciencia y de dominio tecnológico, ya no como criaturas y vestigios o imágenes de Dios.

F.- Abandono de la sociedad e instituciones sociales clásicas, permanentes y, en su lugar, vigencia de una sociedad civil móvil, elástica, cambiante.
La tradición, si algo vale, es porque vale, no por ser tradición.
Del “porque siempre ha sido así” no puede concluirse que “tenga que seguir siendo así”.
Lo tradicional, en sí, es sólo eso, tradicional, luego será valioso (y habrá que recogerlo) o no valioso (y habrá que abandonarlo).
El tiempo no es criterio de valor.

G.- Reclusión de lo religioso al ámbito de lo privado e íntimo (y espero que, a estas alturas de los tiempos nadie identifique Semana Santa con “religiosidad”, siendo, entre otras cosas, y cada vez más, actos sociales).

H.- Fragmentación de las iglesias. Si la unión hacía la fuerza, la desunión garantiza la debilidad.
Hoy da la impresión de que se ha abierto el mercado y se da un pluralismo de creencias religiosas, coexistiendo en una misma sociedad, sin que ninguna realice funciones de integración general ni de legitimación social y/o política.

En Occidente, y en general en las sociedades industrializadas, lo religioso ha cedido ante el empuje de secular o laico.
Se trabaja por un salario, no por el mandato divino.

Los antiguos grandes relatos han sido desmitificados y lo post-religioso se ha instalado entre nosotros.

La secularización es el aire que respiramos desde que nos levantamos hasta que nos acostamos.


Los matrimonios civiles, los no bautizos o, al menos, su postergación, la huida de los confesionarios, la asistencia/visita a las iglesias a contemplar el arte (como afirma el soneto de Alberti), el desprestigio del clero, la muerte dulce, sin considerar el dolor un mérito sino una desgracia a evitar, la desaparición de la extremaunción, la consideración de  “legítimos” de todos los hijos, sean de personas no casadas, sean fuera del matrimonio, sin el san-benito de “naturales” como no legítimos, las uniones en parejas, de hecho y de derecho, homosexuales o heterosexuales, las separaciones, divorcios y nuevas uniones, el matrimonio de muchos curas, la corrupción no sólo política, también eclesiástica,…son signos de la secularización de nuestras sociedades.

lunes, 18 de agosto de 2014

8.- 42 DOS GRANDES UTOPÍAS FRACASADAS.



Hablamos de Jesucristo y de Marx. Uno creyó que el amor podía cambiar el mundo y el otro que era viable una sociedad perfecta, sin clases.

Woody Allen afirma: “Dios ha muerto, Marx ha muerto y yo no gozo de buena salud”.
Me gusta más la sentencia-graffiti de aquel estudiante del Mayo del 68 francés, que aparecía en una de las fachadas parisinas: “Dios ha muerto, Marx ha muerto y yo no me encuentro muy bien”.
También yo podría decir lo mismo al afirmar: “Nietzsche vive, Marx ha muerto y aquí estoy yo, intentando vivir”.

Todos sabemos que la sentencia “Dios ha muerto” es de Nietzsche (y esa proposición significa muchas cosas (ver en www.tomasmorales.es, “Dios ha muerto”).

Nietzsche echa mano de Zaratustra -un profeta del año 1.000 (a.C.)- que fue uno de los principales responsables del engaño de los filósofos idealistas y de las religiones dogmáticas, que envenenaron los espíritus con la promesa de otros mundos imaginarios o paraísos, terrenales o celestiales.
Ese mismo Zaratustra, reconvertido, es el que va a deshacer la farsa, predicando la buena nueva de la Muerte de Dios.

También Feuerbach había sentenciado que los hombres “crean” a los dioses según sus necesidades (el hombre pobre “crea” un Dios rico, el enfermo un Dios sano, el temporal un Dios eterno, el ignorante un Dios sabio,….) y, luego, posteriormente, “creen” en ellos, como si existiesen realmente, cuando sólo han sido y son “ideas”.
Para Feuerbach no es que “Dios haya muerto”, es que nunca ha existido, a no ser en la mente de los hombres.

Para Nietzsche, “Dios ha muerto” porque era hostil a la vida, porque los valores que predica y propone son antivitales y, además, la fe en Él es un signo de debilidad, de cobardía, de decadencia.
El Cristianismo, predicando la resignación (metáfora del “camello”) como una virtud, incapacita al hombre para el desarrollo del espíritu libre. “Bienaventurados los pobres, los enfermos, los hambrientos….”. Si, ya, son unos afortunados ¿cómo van a querer salir de su situación?.
Una vez, pues, fenecidos los falsos valores celestiales, el hombre debe crear los nuevos valores terrenales, placenteros, dionisíacos, vitales, ascendentes,…

“Dios ha muerto”, ¡Viva el hombre”.

Marx, como analista social y económico, nadie lo pone en duda. La mejor radiografía del capitalismo salvaje fue “El Capital”, pero como adivino y profeta fue un desastre (quizá no tanto él como los que intentaron llevar a la práctica sus ideas).
Por si fuera poco, su teoría social (que estaba ideada para una sociedad capitalista imparable, en expansión) va a ser ensayada en una Rusia medieval, agrícola (no industria), de zares (no de burguesía), de Patriarcas (no laica)….
Tras muchos años de esconder el régimen y sus pretendidos logros, la caída del muro de Berlín, en 1.989, tras 28 años (desde 1.961) dejó ver las vergüenzas y desnudeces, las miserias del pueblo que había seguido a los líderes marxistas.

Las dos mayores utopías del mundo Occidental, el cristianismo y el comunismo, se han desmoronado, se han diluido.
La utopía en el “más allá” del tiempo, en la eternidad, y la utopía del “más acá”, en el tiempo futuro.
La utopía celestial y la utopía terrenal.

Marx, como Jesús de Nazaret, estaban condenados, de antemano, al fracaso más absoluto, porque ambos predicaban dos grandes ingenuidades: uno creía que el amor podía cambiar el mundo, el otro creía en la sociedad perfecta sin clases.

Uno murió en la cruz, al otro lo ha matado la historia.

El altruismo, como cualidad humana general, sólo sería posible si todos, genéticamente, viniésemos programados o fuéramos ángeles. De ahí que sólo anida en el corazón de algunos.
Al ser, todos, individuos necesitados tenemos que pelearnos por conseguir los recursos, siempre precarios, que nos mantengan con vida y en la vida. En nuestra naturaleza anida el egoísmo o, al menos, el egocentrismo.

¿Cómo van a encontrarse bien, el estudiante parisino o el humorista judío-americano?



martes, 12 de agosto de 2014

8.- 41 TRADICIÓN Y REFORMA.



Tan importante como el fundador es el que aparece tras él, encargado de difundir, como buen discípulo, las enseñanzas del maestro pero que, en realidad, no es un mero transmisor sino un intérprete (como lo es todo lector de un texto) de tales enseñanzas obligando (¿) a decir al maestro, a veces, lo que nunca dijo, al menos expresamente y a lo que ha llegado el intérprete.

Jesús, por ejemplo, como ya lo había hecho Sócrates, hablaron/predicaron mucho, muchísimo (fueron unos grandes habladores) pero ni una línea dejaron escrita.

Detrás de Jesús llegaron los 12 apóstoles (en realidad debieron ser 11, ya que Judas –dicen- se suicidó), pero sobre todo un advenedizo, Saulo de Tarso, luego San Pablo, que no conoció a Jesús y sólo había oído hablar de Él, pero que su influencia en el posterior Cristianismo es mayor que la de los apóstoles/discípulos directos juntos en la difusión del mensaje en el mundo greco-romano.

El Cristianismo es una creación más de Pablo que de Jesús, que nunca quiso fundar una nueva religión, sino sólo reformar la suya, el judaísmo.

El cristianismo, como una nueva religión, fue creándose durante los siglos posteriores, con la aportación de Pablo, de los apóstoles, de los Padres de la Iglesia, de los diversos concilios, que fueron aquilatando la doctrina y proclamando dogmas.

En la Reforma Protestante, tras varios siglos de cristianismo, sobre todo la versión luterana y calvinista, es más Paulina que Cristiana.

Igualmente, tras Confucio vendría Mencio, su intérprete y autor, además del último de los “4 libros clásicos”.

A veces, en vez de un seguidor o discípulo, es toda una comunidad la que echa los cimientos de la correspondiente religión.

En realidad, si bien lo pensamos, todo fundador es un reformador, como todo reformador es un fundador.
Lutero y Calvino, reformadores, fundan el Protestantismo, que es más de ellos y de Pablo que de Jesús y del Cristianismo.

Los Vedas indios tienen 3.000 años de antigüedad, sobre todo el Rigveda, colección de himnos recitados en los sacrificios y que está fechado entre el 1.000 y el 1.500 a de C.
Pero el hinduismo actual no se reduce a los Vedas.

La religión india se desarrolla en tres períodos o etapas: 1.- el Vedismo, 2.- El Brahmanismo, y 3.- El Hinduismo.
¿Es el posterior una continuación del anterior o es una nueva religión?











sábado, 9 de agosto de 2014

8.- 40 TEORÍAS SOBRE LA RELIGIÓN.



Si Hobbes había afirmado que “el hombre es un lobo para el hombre”, el ateo materialista Feuerbach afirma que “el hombre es un  dios para el hombre”

Los fenomenólogos del hecho religioso suponían, en su teoría, que las distintas tradiciones religiosas sólo eran fenómenos exponentes de una misma y sola esencia de la religiosidad, connatural al hombre, por lo que escarbando y buscando bajo ellos darían con el núcleo único y común a todas.

Igualmente los ilustrados al abogar por una religión natural dentro de los límites de la razón y al ser, naturaleza y razón, las mismas para todos los hombres, podían desembocar en el mismo cuerpo religioso tras o bajo todos los distintos ropajes que lo envuelven.

Si las religiones, hasta ahora, se basaban en la autoridad de los distintos dioses, al ser, ahora, la razón (la Diosa Razón) la única autoridad, caerían por su base todas las religiones actuales positivas e institucionales.

No es igual abordar la religión desde dentro, desde la fe y la creencia, que hasta se ve evidente, que desde fuera, desde la razón.

Para FEUERBACH la teología no es más que una antropología idealizada y Dios un reflejo idealizado de los hombres.

Y no es que Dios haya creado al hombre a su imagen y semejanza, es el hombre el que ha creado a los dioses a imagen y semejanza suya pero, luego, idealizados.
Los dioses no son sino creaciones humanas.
Han sido “creados” por los hombres y, luego “creídos” por ellos como existentes, con su fe, su creencia o, más bien, su credulidad.
Los hombres han creado a sus dioses poniendo en ellos lo mejor de sí mismos y elevarlos al infinito.
Que el hombre es temporal, pues Dios es eterno.
Que el hombre sabe algo, pues Dios es omnisciente.
Que el hombre puede algo, pues Dios es omnipotente.
Y así con todas las cualidades humanas (naturalmente, defectos ninguno).

El hombre religioso afirma, en figuras sobrenaturales, valores ideales que no se atreve a afirmar de sí mismo.
Al humillarse él, creador, ensalza a Dios, lo por él creado. Es un desdoble de personalidad.
El creador se considera criatura y la criatura es considerada la creadora.
El hombre ha relegado sus funciones creativas y las ha puesto en su criatura, Dios, el creador.
El hombre proyecta en las divinidades sus cualidades más excelentes.
La religión, pues, es enajenación, “alienación”.
Finge dioses excelsos a costa de empobrecerse y empobrecer a todos los hombres, arrebatándoles lo suyo y trasfiriéndoselo a los dioses, además elevándolo al infinito.

La religión es una creación fantástica del ser humano.


MARX retomará esta interpretación de la religión de Feuerbach de que “los dioses son sublimaciones de la esencia de los hombres”
“La religión es el opio del pueblo”, adormidera que le impide ser consciente de su situación.
La religión es, pues, una ideología que, una vez creada, condiciona el conocimiento de todo lo demás.
Como quien se pone unas gafas de un color determinado.
Las ideologías, como conjunto de representaciones y actitudes mentales que, en una sociedad, se ordenan a legitimar las relaciones de producción en ella vigentes.

En el sistema de producción, en este caso el capitalista, es el que determina todas las ideologías (Derecho, Filosofía, Religión, Sociedad, Familia,..)
El modo de producción material determina el modo de producción mental.
La base o estructura o infraestructura condiciona y determina todas las superestructuras.
No intentemos, pues, cambiar las superestructuras para que cambie la infraestructura económica sino al revés, cambiemos ésta y caerán por su propio peso todas las superestructuras sobre ella levantadas.
Y como este cambio no se consigue con reformas o evoluciones progresivas es necesaria la revolución.
¿Revolución por parte de quiénes?
Por los trabajadores, la clase proletaria, que es la que sufre todas las consecuencias.

La religión es ideología, determinada por el modo de producción y además es conciencia ilusoria, engañada y engañosa.
La religión proclamará al sufrido trabajador que cuanto más sufra aquí abajo, en esta vida, más méritos acumula para, allí arriba, gozar de la vida eterna, tras la muerte.

“La religión es la realización fantástica de la esencia humana, y la lucha contra la religión es, por tanto, indirectamente, la lucha contra el mundo del que la religión es el aroma espiritual”.
La miseria religiosa expresa tanto la miseria real como la protesta contra esta miseria real.
La religión es el gemido del oprimido, el sentimiento de un mundo sin corazón y, al mismo tiempo, el espíritu de una condición privada de espiritualidad.
La religión, como antes hemos afirmado, es el opio del pueblo.
La supresión de la religión, en cuanto felicidad ilusoria del pueblo, es el presupuesto de su verdadera felicidad.
La necesidad de renunciar a las ilusiones sobre la propia condición es la necesidad de renunciar a una condición que necesita de ilusiones.
La crítica de la religión es, por consiguiente, el germen de la crítica del valle de lágrimas del que la religión es la aureola”
                   (Marx. Introducción a la Crítica de la Filosofía del Derecho, de Hegel).


FREUD.

Para él, también, la religión es una ilusión en el sentido psicosomático de este término, como concepto o juicio en cuya formación el deseo es el cómplice.
El deseo más o menos consciente de omnipotencia, vinculado a la fase mágica del pensamiento infantil, interviene en la formación de las ideas religiosas que, además, producen un sentimiento de culpabilidad por el supuesto asesinato de un padre primitivo (lo que genera la etapa del Complejo de Edipo que resulta de la conjunción del deseo libidinoso respecto a la madre y de la agresividad a muerte hacia el padre)

El padre, ladrón de la madre que deja de ser posesión única del niño y cuyo ladrón, intencionalmente, merece la muerte e, intencionalmente, se comete el parricidio.

El hombre religioso es un neurótico que no ha resuelto, adecuadamente, el Complejo de Edipo.

La neurosis es una forma individual de religión y que, para liberarse de la angustia que la neurosis ocasiona, como todo neurótico cumplirá puntillosamente unos rituales.

La religión es, pues, “una neurosis colectiva”.

DURKHEIM

Durkheim y la escuela sociológica afirman que lo sagrado constituye la representación simbólica de lo colectivo, por eso se halla institucionalizado como “intocable” y sustraído a la libre disposición de los individuos.

La religión es la materialización simbólica de la conciencia que la sociedad tiene de sí misma como entidad irreductible.

Lo sagrado y lo religioso se definen por sus funciones sociales y no por su substancia.


No es que no haya, es que no puede haber, no es concebible una sociedad sin religión.

martes, 5 de agosto de 2014

8.- 39 RELIGACIÓN.


El término/concepto de “religación” supone:
a.- Haber estado “ligados” (ligación, vinculación).
b.- Habernos “desligados” (desligación, desvinculación)
c.- Estar/deber estar “religados” (religación, re-ligión).

a.- ¿Haber estado “ligados” a qué?
A muchas cosas.

1.- LA RELIGACIÓN NATURAL.

Hemos estado, ab inicio, ligados a la “Naturaleza”, de la que formamos parte (la naturaleza humana), al medio ambiente en que estamos, aún, instalados, el que nos facilitó la aparición de nuestra especie y el que nos facilita la vida sana.
Incluso cuando la naturaleza le era adversa el hombre mostraba adoración a la misma, con oraciones, con sacrificios, para que “la madre naturaleza dejara de ser “madrastra”) y, de nuevo, le fuera favorable en la caza, en la pesca, en la agricultura,…
El convencimiento de que si la “madre” lo castigaba no era por capricho sino por haber obrado mal con ella, por haber pecado contra ella. Había que solicitarle el perdón, arrepentirse del pecado, y cumplir la penitencia con la satisfacción de obras, con lo que quedaba saldada la deuda contraída.
Los primeros hombres estaban vinculados a la naturaleza, la temían porque no la conocían, quizá por eso la respetaban, la amaban, incluso.

Cuando emergió la razón y, sobre todo, cuando se desarrolló. Cuando a la razón natural, al sentido común, la sustituyó la “razón científica y sus vástagos, la ciencia y la tecnología) se le perdió el respeto a la naturaleza.
Aprendimos, supimos cómo se comportaba, descubrimos las “leyes de la naturaleza” y el temor desapareció, ya no nos pillaría de sorpresa un comportamiento sobre-natural de la naturaleza.
Ella estaba regida, no por la libertad (la naturaleza no era libre) sino por la necesidad, así que descubrimos que “siempre que se den las mismas causas, necesariamente se darán los mismos efectos” y viceversa “si nos encontramos con ciertos efectos, desde ellos podemos ascender a sus causas”.

Con la Razón Científica conocíamos las leyes y con la tecnología comenzamos a ponerla a nuestro servicio, a aprovecharnos de ella, a explotarla.
Eso nos investía de poder sobre ella, podíamos manejarla.

“Savoir” – “prevoir” – “pouvoir” sería el lema a partir de la edad moderna.

Pero, del uso razonable de los “recursos naturales”, por un afán desproporcionado de riqueza, entramos a saco en ella, hemos ido esquilmándola, hemos abusado de ella y se nos está volviendo en contra.

Hemos contaminado/estamos contaminando “la tierra” que pisamos, “el agua”, tan necesaria para la vida, “el aire” sin cuyo oxígeno moriríamos y hemos abierto un agujero, denominado “negro” por el que se nos cuela el cuarto elemento natural “el fuego” pero sin la sombrilla mitigadora, la atmósfera.

Los cuatro elementos de los presocráticos, pilares y cimientos de la naturaleza, en general, y de la naturaleza humana, en particular, y en cuya armonía de ambas viviríamos felices están volviéndose contra nosotros por no haber sabido cuidarlos, usarlos y haber apretado el acelerador del “abuso”.
Y es el que abusa quien contrae la deuda y debe pagarla.

Para acabar de estropearlo, una mínima parte de los hombres acapara todos los beneficios naturales y la gran mayoría de la humanidad está pagando una deuda que otros han generado.
Y lo están pagando con la moneda de la muerte por inanición, por pobreza, por sequías, por riadas, por catástrofes naturales, efectos de un calentamiento global, de una lluvia ácida, de una atmósfera contaminada, en lo que ellos apenas participan pero que están pagando las consecuencias.

Estuvimos “ligados” a ella, nos hemos “desligado” por abusar de ella y debemos “religarnos” de nuevo, hacer las paces, “llevarnos bien”, respetarnos.
Sabemos que si la cuidamos ella nos lo devolverá con creces.
La receta es la “ecología”, tener limpia, y no sucia, la casa, hermanarnos o filiarnos de nuevo con ella.

Pero la razón, insensata, en una carrera suicida de competitividad y de propiedad intelectual de descubrimientos, generadores de riqueza, apuesta por descubrir las medicinas que curen la enfermedad, en vez de luchar por no caer enfermos.

2.- RELIGACIÓN PERSONAL

Tras los nueve meses obligatorios en el “claustro materno”, envueltos en un paraíso amniótico, la naturaleza nos empuja y, con dolor, llorando, debemos abandonarlo para ingresar en el “claustro social”.
Sustituir el líquido amniótico por el aire a respirar para poder vivir, y sustituir el cordón umbilical por la boca y la teta para seguir viviendo será el primer trauma por el que todo hombre debe pasar.

El primer círculo de desarrollo es el familiar, el que no sólo llena su pequeño estómago con alimento, sino que también su alama, inmadura, irá alimentándose y madurando con la cultura.

Ligado, en un principio, hasta fisiológicamente, al reducido círculo del vientre materno, el círculo familiar, con el afecto, irá estampando improntas sociales y culturales.

Del lloro de los primeros meses y, que tan sabiamente, lo interpreta la madre como petición de remedio a una necesidad, pasará a tener que señalarla con el primer alimento cultural, base de todo lo demás, será el aprendizaje y dominio del lenguaje.

Será la palabra la que represente la cosa, nominándola. Y la palabra se hará frase. Y la frase interrogación, o petición, o deseo, o temor, o sorpresa, o…

El primer agente cultural será la familia, las personas que, inmediatamente, lo rodean y con quienes convive el niño a diario.
Pero si la “ligación personal” es necesaria, nunca será suficiente.

La edad y los instintos gregarios y sexuales romperán, de manera natural, el círculo familiar, comenzando por el círculo escolar y vinculándose a personas ajenas a la familia, sean amigos, sean personas del mismo o del otro sexo.

Los lazos familiares se aflojan a favor de estas nuevas vinculaciones.

Pero, tanto la explotación familiar infantil como el abuso y maltrato filial a los padres supone una desvinculación, perjudicial para ambos.

Quizá no sea absolutamente necesaria, ni, quizá, suficiente, pero sí es conveniente la “religación familiar”, como clima enriquecedor para todos.

Recuperar los lazos de sangre, esa soterrada genética, despertadora de afectos y de recuerdos paterno-infantiles gratos.

Porque los hombres pasan, los genes continúan y la memoria permanece, adornando y agrandando el recuerdo que, ante la ausencia de realidad, la imagen resplandece.

No sólo de pan vive el hombre.
No sólo las realidades presentes y las expectativas futuras, también nuestros recuerdos son base y fundamento, son combustible en la formación de  nuestra personalidad

El vehículo de la vida se nos entrega, a todos y de serie, no sólo con parabrisas, también con espejo retrovisor

3.- LA RELIGACIÓN SOCIAL-CULTURAL.

Si la familia es el primer agente cultural es solamente eso, el primero, fundamental pero sólo primero.

¡Lo he repetido tantas veces¡

NOS “NACEN” HOMBRES (nuestros padres, vía genética) ///// NOS “HACEN” HUMANOS (los otros, la sociedad, vía cultural) //// NOS “HACEMOS” PERSONAS (nosotros, todos y cada uno, vía libertad, opción, apuesta, decisión,..)

No somos responsables de lo que somos, “hombres”, no hemos nacido, nos han nacido.
Ni somos responsables del tipo humano que nos han hecho los primeros agentes sociales y culturales. No éramos libres para digerir el alimento cultural que, en los primeros años de vida, iba rellenando el vacío de nuestra mente.
Pero sí somos responsables del tipo de personas que somos, por no haber optado caminar, siendo libres, por la senda enriquecedora y haber desviado la orientación. Ser buenas o malas personas es efecto de nuestras decisiones.

Los agentes culturales son el equivalente a los sacerdotes en la religión.

Sin cultura podrá haber y seguir habiendo “vida biológica” (los “niños ferinos”) pero no “vida humana”.

Ligados desde el principio a los otros, quizá no todos convenientes, sí es necesaria la religación a los otros benefactores.

Sin “los otros” no habría “nosotros”.
Sin unos, ni existiríamos, sin otros, culturizándonos, seguiríamos siendo “hombres”, pero no “humanos”, seríamos sólo animales antropomorfos.
Es la cultura social la atmósfera que mantiene viva al alma, como el cuerpo necesita la de oxígeno, nitrógeno,…
Todos somos necesarios para la sociedad, aunque nadie sea imprescindible. La inercia no para.
Sin la sociedad y la cultura seríamos seres “macados”, mermados, no sólo de riqueza, también de posibilidades.

¿Qué son el beso, el abrazo, qué es el sexo y el amor,… sino “cultura”?
¿Por qué nosotros (varones) saludamos a las mujeres con dos besos en las mejillas, pero a la esposa con un beso en la boca, a los hijos nos los comemos a besos y a los demás varones sólo con un apretón de manos?. Por la CULTURA
¿Por qué las distintas sociedades tienen distintas formas de besar y de emparejarse, de engendrar, de criar y de educar, de comer y de vivir, de relacionarse, de vestir, …? Por la CULTURA.

No es que “tengamos” cultura (una u otra), es que “somos” seres sociales y culturales.

¿Qué es el fuego sino “cultura”?.
¿No era obligación social el mantenimiento de la llama, siempre viva, con clases especiales para su conservación?.
¿No era el fuego algo sagrado?
No fue el hombre el que descubrió e inventó el fuego. Fue el fuego el que creó al hombre. Mantenerlo era un humano deber. Un agradecimiento. El pago de una deuda contraída aunque no estuviera firmada.
Antes del fuego, todos éramos homínidos.

Rousseau despotricaba contra el influjo maléfico de la sociedad y de la cultura en la mente limpia y pura, y proponía “volver a la naturaleza”.
“El hombre era bueno por naturaleza y es la sociedad la que lo ha maleado y lo malea”.
Propone, en la educación de su Emilio, prescindir de la cultura y acompañarlo, sólo, de un tutor que guíe sus pasos.
Pero ser tutor es “cultura”.

Diógenes, el cínico, prescindió de la escudilla (cultura) para beber agua, al contemplar a un niño beber agua juntando las manos (naturaleza), pero la fuente de la que bebía era “cultura”.
Vivía medio desnudo o medio vestido, y en un tonel, pero el vestido y el tonel son “cultura”.

Cuando con frecuencia se proclama, alegre y solemnemente, que “primum vivere, deinde philosophare”, se olvida, consciente o inconscientemente, que la “vida” no sería “vida humana” sin la Filosofía, sin el Pensamiento, sin la Cultura.

La “vida humana” no es una “vida a secas”, una “vida biológica”.
“El vivir humano” no es “un supervivir biológico” sino un “vivir axiológico”, superior, un “vivir de y con valores”




domingo, 3 de agosto de 2014

8.- 38 LA RELIGIÓN HOY Y MAÑANA.

8.- 38 LA RELIGIÓN HOY Y MAÑANA.

Sacando conclusiones tanto de la teoría freudiana como de la marxista el futuro de la religión es poco halagüeño.

En “El porvenir de una ilusión” Freud manifiesta la esperanza de que el hombre, frente al ilusorio consuelo que le deparan las creencias religiosas, termine por aceptar, realista y racionalmente, la dura necesidad de su condición limitada y mortal.
De ahí esa ilusión.

Del marxismo se concluye que, en una sociedad sin clases, al hacerse diáfanas las relaciones sociales, desaparecerá/se diluirá, espontáneamente, el espejismo religioso, históricamente resultante de la personificación en imaginarios seres superiores de unos poderes nada sobrenaturales, sino bien naturales y sociales que oprimen a los hombres.

De Marx y de Freud se concluye, pues, el diagnóstico de que la sociedad occidental tiende a estar, y a ser, secularizada.
El destino de la religión es desaparecer, primero en el Occidente racional y, después, en toda la humanidad.

Nietzsche, como el tercero en cuestión y formando el trío de “los filósofos de la sospecha”, también proclamó que “Dios ha muerto” o, mejor, “lo hemos matado nosotros, los hombres, entre todos”.
Somos/seremos deicidas.
Pero más de 100 años después Dios sigue igual de vivo o igual de muerto que cuando Nietzsche lo proclamó.

En la antigua URSS, la dictadura estalinista, por medios policiales, consiguió reducir la práctica religiosa, pero no porque la sociedad se concienciase.
Y hoy sabemos que la Iglesia Ortodoxa Rusa ha resucitado, sin haber, nunca, estado muerta.

En la Polonia comunista el movimiento obrero y sindical más fuerte, con Lech Walesa a la cabeza y con un papa polaco la  nación (hasta en las fábricas) se llenó de iglesias, de imágenes de vírgenes (sobre todo la polaca) y del papa Juan Pablo II (ayer mismo canonizado) y uno de los que más empujaron para que se derribase el muro de Berlín o coto privado del comunismo satélite ruso.

Polonia fue la imagen de cómo, a pesar de los regímenes políticos y económicos, la religión y sus prácticas no se diluían.

Y en los países industrializados reaparece una religiosidad extrainstitucional y extraeclesiástica.

Dios se resiste a desaparecer a las invectivas y al descrédito del clero.

Suele llamársele “lo sagrado salvaje”, no domesticado ni administrado por instituciones religiosas reguladoras del mismo, como una revancha de lo sagrado en el seno mismo de la cultura profana” – en palabras del filósofo marxista Kolakowski.
Lo sagrado se define, entonces, no por sus contenidos sino por sus funciones sociales, sean los movimientos pacifistas y de la no violencia, sean los ecologistas y su respeto y retorno a la naturaleza, sean las nuevas experiencias en jóvenes agrupados mediante drogas alucinógenas.

Los procesos de urbanización e industrialización y tecnología no han eliminado (ni parece que vayan a hacerlo) automáticamente la religión, aunque tiendan a confinarla al ámbito privado o de pequeño grupo, defendiéndose del anonimato y la soledad de la gran urbe.

Así se explica que, en países altamente industrializados como EEUU y Japón, aparezcan, hoy, una eclosión de sectas religiosas, sobre todo de orientación carismática, encaminadas a procurar una liberación por el espíritu.

Igualmente, la ciencia está empujando y queriendo derribar de su pedestal a la religión.
Si, en sus comienzos, la ciencia se consideró incompatible con la religión, después pareció firmarse entre ellas un pacto de no agresión al considerarse Ciencia y Religión, científicos y creyentes, como dos niveles diferentes de acercarse a y de tratar la realidad.

La ciencia, avanzando a su aire, no polemiza con la religión, sencillamente la obvia. Lo que no quiere decir que la apoye sino que, sin querer ni proponérselo, está como mimando a la religión.
El modo de proceder de una y otra, de unos y otros, son totalmente distintos.

Los nuevos movimientos religiosos tienen tintes laicos aunque busquen, como la religión tradicional, un sentido a su vida.

Hoy surgen, por doquier, los nuevos “gnósticos”, que por la senda del conocimiento (y no de la práctica religiosa ni de los cambios sociales) buscan la realización del hombre.
Sus monasterios no están aislados en el campo, lejos de la ciudad, sino que son las universidades y los laboratorios, incluso de investigación avanzada.
(Se denomina a este fenómeno como “la gnosis de Princeton”)

Sus creencias religiosas se integran en una cosmogonía, en una teoría de la realidad y del funcionamiento del cosmos, inclinándose hacia un deísmo, o panteísmo, o politeísmo cosmogónico y nada mitológico, y creyendo en alguna realidad reguladora.

Sería un principio regulador universal, divino, pero nada que ver con los dioses personales de las religiones.
Sería una relación del hombre adulto con una divinidad adulta que no requiere ni intimidad mística ni culto halagador, ni se interesa por las virtudes morales de los hombres.
Es el reconocimiento implícito, en su tarea científica e investigadora, de la ciencia en un principio regulador de todo y que encaja y armoniza su creencia con su ciencia.

Einstein ya lo había proclamado mucho antes ante la pregunta directa si era creyente o ateo: “creo en el Dios de Spinoza”.

Pero también hay creyentes fundamentalistas que, bajo capa de cientifismo, están intentando colar (y lo grave y triste es que lo están consiguiendo) el “creacionismo” como teoría alternativa al “evolucionismo” por lo que, abogando por ello, está cayendo en el olvido la existencia real de un Dios “arregla-lo-todo”, incluso desdiciéndose de lo que Él dijo (las leyes naturales) y que imprimió en la naturaleza, con la capacidad de hacer milagros.

No es igual creer en un “principio regulador de todo” (puesto que todo funciona regularmente) que creer en un Dios personal, allá arriba, premiador de los que han sido buenos en este mundo y castigador de los malos, con un premio o un castigo eterno.

El “evolucionismo” es una teoría científica, por lo tanto falsable, el “creacionismo” es una creencia religiosa, por lo tanto, ni verificable ni falsable.

“Creer” es desear y/o temer.
Desear que el cielo eterno exista y que el creyente vaya a él y creer que el infierno existe y temer ir a él.

El científico, en cuanto científico, ni desea ni teme, comprueba, constata, verifica, falsa la pretendida verdad de un conocimiento, pero ni desea ni teme que el agua se componga de dos moléculas de Hidrógeno y una de Oxígeno.

Y, respecto a lo no científico, a lo meta-físico, a lo ni verificable ni falsable, abstenerse de juicio alguno.
Puede dar el salto a la creencia o no pero siempre es/debe ser agnóstico, que no es negar el objeto sino sólo la posibilidad de su conocimiento.
Pero esta nueva ola estadounidense, sobre todo, fundamentalista, quiere considerar verdadero lo incognoscible y, por lo tanto, presentarlo y explicarlo en las escuelas como una teoría a la par que el evolucionismo.

Aunque lo verificable posible y que, con el aparataje actual no pueda ser verificado, permanece en el terreno científico, algo que no puede ser con aparataje alguno lo meta-físico.