jueves, 6 de abril de 2017

PANDORA (3); Y SU "CAJA"


La Eva de la mitología griega se llama Pandora, instrumento dado por los dioses para la perdición de los hombres y que ya, para siempre, irá asociada a la degeneración del género humano.

Dicen que la hizo Hefesto-Vulcano, en su fragua, con arcilla y con lágrimas (símbolo del dolor y símbolo de la melancolía, que se los transmitirá a los hombres. Cuando algo nos duele o estamos tristes las lágrimas aparecen. La mujer tiene la culpa)
       
El texto de Hesíodo, en Los trabajos y los Días (43-58) es precioso. “Y es que oculto tienen los dioses el sustento de los hombres; pues, de otro modo, el varón trabajaría tan sólo un día y tendría para un año, sin preocuparse de nada. Al momento podrían colocar el timón del arado sobre el humo del hogar y cesarían las faenas de los bueyes y de los sufridos mulos. Pero Zeus escondió (el sustento) irritado en su corazón por las burlas de que le hizo objeto el astuto Prometeo. Por ello, entonces, Zeus urdió lamentables inquietudes para los hombres y les ocultó el fuego. Más he aquí, que el hijo de Jápeto, Prometeo, lo robó al providente Zeus, a uno de sus dioses del Olimpo, para bien de los hombres, en el hueco de una cañaleja, a escondidas de Zeus, que se goza con el rayo. Y lleno de cólera, díjole Zeus, amontonador de nubes: “! Japetónida, conocedor de los designios sobre todas las cosas ¡Te alegras de que me has robado el fuego y has conseguido engañar mi inteligencia, enorme desgracia para ti, en particular, y para los hombres futuros, en general. Yo, Zeus, a cambio del fuego, les daré un MAL con el que todos se alegren de corazón, acariciando, con cariño, su propia desgracia (eso es la mujer, una desgracia a la que se le acaricia cariñosamente)

Zeus castigará a Prometeo en su persona y a los varones que ha formado o creado en la persona de Pandora.

Pan-dora (todos los dones o cualidades o virtudes o perfecciones). Y es que una vez que el dios artesano Hefesto-Vulcano ha creado o fabricado a la mujer (¿recuerdan el cuadro de Velázquez “la fragua de Vulcano”?), los demás dioses y diosas le irán dando sus mejores cualidades. Cada divinidad le da un don. Afrodita o Venus pondrá en ella una belleza sin par; Apolo, el dios de la música y de la salud, la dotará de una voz armoniosa; Mercurio o Hermes, el dios del comercio, la dotará con la cualidad de mentir y sobre todo de convencer a la gente, de persuadir; las Gracias la adornarán con vestidos de plata, todo lleno de bordados y en su cabeza una diadema. Por eso se llama PAN-DORA (Todos los dones. Todas las perfecciones). Pero cuidado, que son externas, que son el cebo para que pique Prometeo, porque el interior de la mujer será nefasto para el varón.

La mujer es “hipó-crita”, aparenta ser así, pero eso sólo es externamente, porque, internamente, es todo lo contrario.

La mujer es “esa bella calamidad”, “esa plaga tanto más perniciosa en cuanto que los hombres, los varones, “se complacerán rodeando de amor a su propia desgracia”
       
Pero Prometeo (pro-metere), el que piensa por anticipado, el prudente, el que piensa antes de hacer algo, sospecha o se teme la venganza de Zeus, que no se va a quedar con los brazos cruzados, habiendo sido víctima de un engaño y de un robo. Y se lo advierte seriamente a su hermano Epimeteo (epi- metere), el que piensa después, el imprudente, el cabeza loca, el que hace las cosas sin pensar.

Pero Prometeo no pica. Es lo suficientemente perspicaz. Así que Zeus, que también es muy listo, para eso es el padre de los dioses, el dios principal del Olimpo, le presenta a Pandora a Epimeteo y éste, a pesar de todas las advertencias de su hermano Prometeo, se enamora locamente, perdidamente, y la acepta y se casa con ella.

Pero Pandora trae como dote, como regalo, como un don para su esposo, una caja. Una caja (La Caja de Pandora) que no debe abrir por nada del mundo, pero….la curiosidad de la mujer puede más que la orden dada y la abre. Al momento salieron de la caja todos los males, todas las enfermedades, la vejez, la fatiga, la locura, los vicios, la pasión, las plagas, la tristeza, la pobreza, el crimen, la envidia, la venganza, el trabajo, la muerte…….. Intentó cerrarla y vio que en la caja sólo quedaba la esperanza. Por lo tanto no todo estaba perdido. Aún quedaba la esperanza de poder vencerlos a todos, de buscar solución a todos los males.

Zeus castigará a Prometeo, lo mantendrá encadenado, en el monte Cáucaso. Cada noche llegará un águila y le comerá el hígado, pero como es un dios, cada día volvía a crecerle.

El castigo debería durar 30.000 años. Menos mal que cuando sólo habían pasado 30 años pasó por allí Heracles-Hércules, camino del Jardín de las Hespérides y con una flecha mató al águila, con el consentimiento de Zeus, que era su padre.

Prometeo, el titán amigo de los mortales, el más astuto de todos los titanes, como es un dios, por lo tanto inmortal, será llevado al Olimpo pero va a tener que llevar siempre consigo la roca, a la que había estado encadenado.
¿Recuerdan, les suena, aquella  obra de Esquilo, titulada “Prometeo encadenado”?, pues en 1820 Shelley escribirá su “Prometeo liberado” y Marx glorificará en Prometeo al “primer mártir del calendario filosófico”.

Y es que el personaje de Prometeo se remonta hasta la cultura India y será tema de estudio y de devoción a lo largo de toda la historia. Él es el benefactor y liberador de los hombres, es el rebelde ante los dioses, él solo contra todos, lúcido y clarividente “lo sabía, sí –dice- he querido esta culpa” y sacrificará todos sus privilegios por mera compasión de nuestra miserable humanidad.
       
Por eso los muchos filósofos del Renacimiento abandonarán el símbolo medieval de Adán, por el de Prometeo, inventor de todas las artes y los instrumentos de la vida civil.
Prometeo es el símbolo del mundo renovado, del nuevo mundo que se abre. Es el que abre las puertas del mundo moderno.

Por favor, lean a Pico de la Mirandola y su “oración de la dignidad del hombre”

Prometeo. El gran Prometeo. San Prometeo. Mucho más interesante y atractivo que el soso y débil Adán.

Pero el tema era Pandora. La mujer-trampa. Y su dichosa Caja.

¡La Caja de Pandora¡
       
Otros dicen que la caja la abrió Epimeteo.

Otros dicen que la caja estaba llena de bienes y que salieron todos, excepto la esperanza, (de ahí el dicho: lo último que se pierde es la esperanza).
       
También en este mito aparece el Diluvio.

La humanidad había pasado por la

EDAD DE ORO: la edad de la inocencia, la edad de la felicidad, donde no hacían falta ni leyes ni gobernantes, donde no había guerras ni hacía falta trabajar.
Era una eterna primavera.
La vida era al aire libre. Los ríos iban llenos de leche y miel. De los árboles colgaba una miel riquísima, de color amarillo.
Pero luego se pasó a la

EDAD DE PLATA. Ahora ya aparecen las estaciones del año, hace acto de presencia el frío y el calor, ya hace falta construir casas. Hacen falta leyes, gobernantes y funcionarios.
Se acabó la libertad y aparece el control social.
Pero todo sigue a peor y llegará la

EDAD DE BRONCE. Cada vez hacen falta más leyes. El hombre es un lobo para el hombre. El peligro está a la vuelta de cualquier esquina. Uno está expuesto a ser atacado en cualquier momento. Se vive en la inseguridad. Y todo se vuelve peor porque llegará la

EDAD DE HIERRO. Se convive con la violencia, con el crimen, con el fraude, con la codicia, con las ansias de las ganancias, con la división de la tierra, con la propiedad privada, con el horadar la tierra (las minas), con las guerras. Todo un desastre.

Así que Zeus decide acabar con esta raza de hombres.
Por eso mandará el diluvio.
Toda la tierra inundada. Sólo sobresalía el monte Parnaso y allí sólo habitan dos personas, un hombre y una mujer, las únicas personas que se han salvado.
Él se llama Decaulión, y es hijo de Prometeo. Ella se llama Pyrra y es hija de Epimeteo y Pandora.

Sobre ellos va a caer la responsabilidad de rehacer la raza humana, como Prometeo la había hecho por primera vez.
La orden de Zeus es que tienen que repoblar, de nuevo, la tierra, y para ello: “con la cabeza velada y las vestiduras sueltas debéis ir arrojando hacia atrás los huesos de vuestra madre”.

Pero…. ¿qué huesos?, ¿de qué madre?

La interpretación se ilumina en sus mentes. Los huesos son las piedras y la madre es la tierra.
Así que Decaulión y Pyrra van cogiendo piedras y tirándolas hacia atrás, por encima de sus cabezas.
Las piedras lanzadas por Decaulión se convertirán en varones.
Las piedras lanzadas por Pyrra se convertirán en mujeres.
Así será repoblada de nuevo la tierra, con una raza humana laboriosa, trabajadora,……
       
(¿Recuerdan lo de Noé, borracho, y el arca, y sus hijas haciendo el amor con su padre….?). 

Aquí tienen otra versión. Y quizá más atractiva.


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