viernes, 30 de enero de 2015

EL MITO DEL “DIÁLOGO”.



En bálsamo de Fierabrás, curalotodo, multifunción, se ha convertido el “diálogo”.

“Estamos dialogando” – dicen. Y todos lo consideran como solución a los problemas.

Pero aquí hay un malentendido, porque una cosa es el “diálogo” y otra muy distinta es la “negociación”,

Pero, además, ocurre que, en general, se “dialoga” con los amigos, pero con lo enemigos o con los adversarios se “negocia”.

Peor aún, se puede dialogar con los adversarios y negociar con ellos cuando todos salen beneficiados por la negociación.

Por ejemplo, nuestros parlamentarios, que han dialogado (había poco que dialogar) y han negociado y aprobado, al momento, no sólo sus sueldos y dietas, sino también sus altas pensiones de jubilación en tan bajos años de cotización.

Como es bueno para “todos” ellos, rápidamente han firmado el acuerdo, y a los demás, a los no parlamentarios, que coticen 35 años para cobrar el 100% de su pensión, (porque si sólo llevan 15 años cotizados cobrarán la pensión más baja, 587 euros (o 725 si tiene cónyuge sin renta)) y cuya pensión de jubilación será acorde a su cotización.  No como ellos que con sólo 11 años de estar, muchos de ellos, calentando un cómodo sillón cobrarán el 100 %.

Nuestros parlamentarios, en un diálogo cordial y una negociación amistosa (como debe ser) han blindado sus pensiones.

¿Que sólo llevan 7 años de parlamentarios?, pues el 80%.
¿Que sólo llevan 9?, pues el 90%.
Y si llegan a 11, el 100 %.

El sueldo mínimo de cualquier congresista “raso” español  es de 2.918, 64 Euros/mes.
A lo que hay que añadir un “extra mensual neto” por gastos de mantenimiento y manutención, que oscila entre 1.702,59 euros para los que viven fuera de Madrid y los 812,68 euros para los elegidos por Madrid.

No quiero añadir lo que cobran secretarios, portavoces, adjuntos, presidentes de comisiones, comisionados…

Hay un clamor popular contra esta desfachatez, contra la inútil cámara del Senado, contra los parlamentos autonómicos, contra los sueldos de cualquier alcalde de pueblo…. Y todo eso “con la que está cayendo”.

Me llegan, a diario, e-mails de indignación.

Dialogar por dialogar es un ejercicio grato para los dialogantes, como hago yo todos los días con mis amigos.
Pero ¿Negociar?

Se sobreentiende que “negociar” es un pulso entre partes enfrentadas, donde cada parte quiere sacar tajada. No es un intercambio de argumentos, es querer llevarse el trozo mayor de la tarta.

No se negocia para determinar quién pone más bombillas para que se beneficie más gente, sino quien elimina menos bombillas para que ilumine a los suyos más que a los otros.

El caso de nuestros parlamentarios es original, se dialoga como “amigos” y se negocia a la alta porque “todos ellos” van a salir beneficiados de la negociación.

¿Puede dialogarse con los terroristas, con los corruptos, con los defraudadores, con los criminales, con los violadores, con los maltratadores, con los “chorizos”…?
         -NO.
         -¿Por qué No?
         - Porque dialogar supone aceptar una base común de valores, algo que no ocurre con todo este tipo de gente.

Si yo parto de que el valor de una mujer es igual al valor de un varón, que son iguales como personas, y no desiguales, aunque sean distintos y no idénticos y tú partes de que la mujer es inferior al varón, o una propiedad del varón y por tanto “la maté porque era mía”. ¿Qué “diálogo” puede haber entre nosotros? Cuanto menos “negociación”.

Cuando leía en la prensa las declaraciones de “un tal Blázquez”, sobre la “generosidad” que tendrá la democracia para los terroristas si prometen ser buenos…
¿También para los maltratadores, los violadores,… si prometen que….?
¿Pero qué estaba diciendo este señor, aunque sea obispo?

Que le perdone él sus pecados, si se arrepienten, pero ¿los delitos? Los delitos son una deuda que, siempre, todo delincuente debe saldar con la sociedad.

Kant decía que si un condenado cumplía su condena, impuesta por un juez, podía salir con la cabeza muy alta y presentarse en sociedad y poder decirles a todos: “soy igual que vosotros. Yo fui condenado a pagar y he pagado. Vosotros no teníais que pagar nada porque nada ilegal habíais hecho. Estamos iguales. Estamos a 0.

Pero ¿y los casi 1.000 asesinados, y los desfalcos, y los robos, y las comisiones ilegales, y…. sea Marbella, Valencia, Sevilla, Castellón,…?.


Sólo, después de saldar sus deudas, pueden presentarse en sociedad y decir, con la cabeza muy alta, lo que decía Kant, pero no antes.

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