miércoles, 30 de septiembre de 2015

RELIGIÓN Y VIOLENCIA (4B), LA YIHAD ISLÁMICA

YIHAD

Y siempre, y todo, en nombre de Dios.

Lo mismo, y aún peor de lo que hizo la Iglesia con el mensaje de Jesús de Nazaret han hechos los musulmanes con el mensaje de su profeta, Mahoma y su Corán.
La yihad islámica va más allá de la violencia ejercida por Jesús contra los mercaderes y cambistas del Templo.
Jesús de Nazaret no ejerció la violencia contra los hombres, sino contra una de sus actividades en el lugar no adecuado.
Porque ya no es lo que el Corán, literalmente, dice sino la forma fanática de interpretar lo escrito o la forma de interpretarlo de los fanáticos.

La palabra “yihad” aparece 38 veces en el Corán y en ninguna de ellas puede interpretarse como “guerra santa”.
“Yihad” significa “esfuerzo”, tanto esfuerzo físico como esfuerzo moral.

Cuando los musulmanes vencieron a sus ofensores cruentos, los paganos cruentos de aquella región, que no le permitían practicar pacíficamente su nueva religión, Mahoma les dice: “Venimos del “yihad menor” para emprender el verdadero “yihad”, el del alma”.
El “yihad” es, pues, el esfuerzo continuo por la paz subjetiva, que es la esencia del Corán.

Es, por tanto, guerra no cruenta contra la pobreza y la explotación de los grupos humanos contra el orgullo prepotente de quien detenta la fuerza.

Esa paz subjetiva, esa serenidad de quien acumula fuerza interior procura desprendidamente y sin desmayo, el “yihad político, económico y educativo a favor de todos, sin privilegios ni discriminaciones”.

“No ataquéis los primeros, porque Dios rechaza a los agresores” y “no hagáis violencia a los hombres a causa de su fe”.
Lo más que permite Mahoma es, “combatid en el camino del Señor a quienes os hagan la guerra, pero no os excedáis”.

Incluso, sobre los derechos y deberes humanos de los cristianos en el Estado Musulmán: “en lo que se refiere a los cristianos, ningún obispo será desplazado de su sede, ni monje alguno de su ministerio. La protección de Dios y la mía la tienen asegurada para siempre. No serán oprimidos, ni tampoco opresores”.

Luego el problema no es Dios, sea de la religión que sea, el problema no son los dioses, sino de sus denominados vicarios, representantes de su Dios en la tierra, intermediarios entre ese Dios y los hombres.

Los que hemos sido educados en el Cristianismo sabemos, más o menos, de la jerarquía cristiana: Papa, Cardenal, Patriarca, Arzobispo, Obispo, Presbítero o Sacerdote, Diácono.

No hay jerarquía religiosa islámica. El musulmán reza, habla, directamente con su Dios, Alá.
Pero los que no estamos dentro de esa religión conocemos ciertos nombres pero de los cuales (al menos yo) no sé cuáles son sus definiciones.

“Ayatolas”, “Mulás”, “Ulemas”, “Imanes”,…

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