viernes, 15 de febrero de 2019

EL IMPERIO ROMANO: CAUSAS DE SU CAÍDA (y 6)


P.D.

Juan Eslava Galán, en su “Historia de España contada para escépticos”, al final, en el Apéndice, afirma que el historiador romano Amiano Marcelino (muerto hacia 391) atribuía la decadencia de Roma, a la que asistía consciente y dolorosamente, a la “indolencia”, a la “degradación” y al “hedonismo” de los romanos que se habían apartado de las virtudes de sus antepasados, los que engrandecieron a Roma.

¿Cuáles eran esas virtudes?

Fundamentalmente SIETE:

1.- Responsabilidad ciudadana (“auctoritas”).
2.- Autoestima (“dignitas”).
3.- Tenacidad (“firmitas”).
4.- Austeridad (“frugalitas”).
5.- Laboriosidad (“industria”).
6.- Buena educación (“comitas”).
7.- Discreción (“prudentia”).

Amiano Marcelino criticaba a los jóvenes de su tiempo que, además de no dar palo al agua, pasaban las noches en las plazas molestando a los vecinos, se dejaban el cabello largo como los bárbaros (“crines maiores”) y vestían extravagantemente, con una especie de chalecos de piel “indumenta pellium”)

(¿No nos recuerda, al menos algo, a los jóvenes europeos actuales?)

Afirma Amiano Marcelino que había otra virtud fundamental (la 8), llamada “honestidad” (“pudicitia”) que estaba en entredicho en su tiempo pues cada generación se relajaba un poco más que la anterior en las cuestiones que tenían que ver con el sexo.

(¿Cómo nosotros?)

A ello se unía el drástico descenso de la natalidad, especialmente de las clases dirigentes.
Aunque ya mucho antes, en pleno auge del Imperio Romano, el primer César, Augusto, abroncaba a los patricios de Roma porque se habían entregado de tal manera a la molicie y a la comodidad, que ni siquiera querían tener hijos por no contraer las obligaciones cívicas que su educación comportaba.

Augusto afeaba a los romanos que perdieran sus valores morales y se entregaran al lujo y al sexo desenfrenado (lo que incluía la prostitución, la homosexualidad y el adulterio)

“Roma no son las columnas ni las estatuas –clamaba el emperador en vistas al descenso de natalidad- son los romanos, sus hijos”

También, en tiempos de Amiano Marcelino, el ejército romano, que una vez fue invencible y extendió el dominio de Roma por casi todo el orbe conocido, estaba, prácticamente, integrado por mercenarios, procedentes de los pueblos sometidos que llegaron para hacer el trabajo sucio y terminaron quedándose con el negocio y expulsando a sus amos (son las denominadas “invasiones bárbaras” que no invadieron, porque ya estaban dentro)

¿Y no está ocurriendo todo esto, aunque de otra manera, con las inmigraciones de otros pueblos que se asientan en territorio europeo, se nacionalizan, no se integran totalmente porque sus costumbres, sus ideas, su moral, sus creencias, sus ritos,….continúan practicándolos?

¿Llegará el día en que, con sus votos, democráticamente, copen los principales puestos de la política y arrinconen a los actuales europeos?

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