martes, 13 de marzo de 2012

NIETZSCHE (D5)


Las “fuerzas activas” son las que animan, anidan, viven, en el Arte y son las de los “aristócratas” (en el sentido etimológico, la de “los mejores”, como Picasso), que producen “creando”.
Las “fuerzas reactivas”, en cambio, sólo reproducen “reprimiendo”, “mutilando”, “aniquilando”, otras fuerzas. Reposan en la “oposición”, en el “No”, en el “Contra”. Buscan la verdad no directamente, sino de manera negativa, refutando errores, ilusiones, opiniones falsas.
Como si demostrar que el otro está equivocado equivaliese a asegurar que yo tengo razón. Como si no fuera posible o probable que los dos estuviésemos equivocados.
Como si dos proposiciones “contrarias”, que no pueden ser Verdaderas al mismo tiempo y bajo el mismo concepto, no pudieran ser Falsas al mismo tiempo.
Si una es V, la otra tiene que ser, lógicamente, F, pero si una es F, de ello no podemos concluir que la otra sea V, porque ambas pueden ser Falsas.

Yo, Tomás, dejé de ser un admirador empedernido de Sócrates cuando leí y entendí a Nietzsche.

Porque eso es lo que hace Sócrates, en los Diálogos platónicos, sobre todo contra los Sofistas, a los que, a base de preguntas los lleva a la contradicción consigo mismos, al afirmar A y –A. Pero ¿de ahí puede concluirse que B, él, Sócrates, está en la Verdad?. Los dos pueden estar en la Falsedad.
De la falsedad de uno no puede concluirse la verdad del otro.

(Véanse en otros escritos míos sobre “el método socrático: la Ironía y la Mayéutica).

Sócrates actúa, en los Diálogos como un “eiron” (ingenuo), que no hace otra cosa que preguntar y preguntar (algo así como aquel Policía-Inspector Colombo).
Se le llamaba, en Atenas, “el tábano”, que picaba y molestaba a todo aquel que conseguía entrevistar (a la gente bien).
Yo, en clase, lo denominaba “la mosca cojonera” (¡cuántas veces me tiró al suelo la burra negra, cuando le “picaba la mosca” en las ingles).
Pero, quizá, deberíamos llamarlo, “pez torpedo” o “pez eléctrico” que con sus descargas de hasta 20 voltios (el doble que una batería de coche), se defiende de sus enemigos, alejándolos, y ataca a sus presas, atontándolas, paralizándolas, “anestesiándolas” (Plutarco, romano, cuenta cómo los romanos, que padecían dolores, acudían a las playas o albercas en las que se criaban “peces torpedos” para una “electroterapia” (estoy viendo un video sobre el “pez torpedo”, en youtube y “alucino”).
En uno de los Diálogos platónicos Menón, molesto con Sócrates, lo acusa y lo compara con el “pez torpedo” que paraliza y entorpece a quien lo toca.
Así actúa Sócrates con los sofistas, paralizándolos al conducirlos, con su método, a la afirmación de A y de su contrario –A, por lo que no puede ser Verdad lo que los sofistas defienden y enseñan.
El diálogo sólo progresa refutando a los demás. “Lo tuyo o lo mío, y como lo tuyo NO, por lo tanto lo mío SÍ”. Esto es una falacia, porque no es disyunción exclusiva, sino inclusiva.

La Verdad a la que llega Sócrates, con la segunda parte de su método, la Mayéutica (la parte constructiva), es una verdad que surge del NO, del “contra”, del rechazo a la ilusión sofista.
Sócrates filosofa reactivamente, (es un “reaccionario”), “a la contra”. No hay Mayéutica sin Ironía, y ésta es empleada, destructivamente, contra los sofistas. Y sólo desde ese NO a los sofistas, sale un SÍ socrático.

“La voluntad de verdad socrática –dice Nietzsche- tiene que ver con las fuerzas reactivas”.

Pero eso mismo es lo que hace la Ciencia. Sólo oponiéndose al “mundo sensible”, a sus ilusiones, progresa y avanza la Razón Científica.
Tanto la Filosofía como la Ciencia han funcionado, sólo, oponiendo, “reactivamente” el “mundo intelectual” al “mundo sensible”, desvalorizado.
Sólo se puede llegar a la Verdad oponiéndose a la Opinión de los sentidos.
Sólo se puede llegar al Cielo oponiéndose y desvalorizando a la Tierra.
Sólo se llega a proponer el Ideal de Vida Eterna, negando, oponiéndose, desvalorizando la Realidad de la Vida Terrena.
Sólo se magnifica el Alma, despreciando, reactivamente, al Cuerpo

No al Cuerpo y a lo Sensible, en beneficio del Alma, de la Razón Científica y de la Fe Cristiana.

La Metafísica, la Religión y la Ciencia tienen en común la pretensión de acceder a Verdades Ideales, a Entidades Inteligibles, que no pueden verse ni tocarse, que no pertenecen al mundo corpóreo.
O sea: lo Corpóreo y Material (lo real), se explica y se comprende por lo Ideal y Espiritual (imaginado).
Esto es pensar de manera “reactiva”, decir No, ir en Contra de lo material y corpóreo para concluir en el mundo ideal.

El AGUA, por ejemplo. Podemos verla y tocarla, es sensible, en sus variadas formas (sólida, líquida o gaseosa), en sus variados estados (caliente, templado, frío), como nieve, como rocío, como…..pero llega la Razón Científica y dice: “el agua es H2O” (una entidad ideal), invisible, intocable, no sensible.
O sea: yendo CONTRA el agua real, concreta, oponiéndose al agua real, pensando Contra ella, de manera reactiva, negándola, llegamos a la Idea de Agua, a la abstracción científica.
H2O= (una fórmula, “forma”, una idea), no es sensible, ni táctil, ni olorosa, ni moja, ni refresca, ni quema, ni…. ni…...
H2O no es el agua real. La Química, negando el agua real, por reacción, se eleva por encima de lo sensible (lo único real) para terminas con la “idea” H2O.
Al agua, real, hay que conocerla bebiéndola, bañándose en ella, experimentándola, no intelectualizándola en una idea.

Pero ¿qué es la Religión, proponiéndonos un “más allá” sino una reacción al “más acá”, como las “ideas” son una reacción a las “sensaciones”?. Aquí la Razón, allí la Fe. Reacción,

Además, ¿qué son las Verdades Científicas, Universales, sino Verdades Democráticas, Válidas para todos, y para Todo Tiempo y Lugar, independientemente de raza, cultura,….?.

CIENCIA y DEMOCRACIA: Valores ideales burgueses, interesados y falsos.

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