viernes, 2 de marzo de 2012

MITO, FILOSOFÍA Y CIENCIA (3)


Si durante la Edad Media, durante el período Teológico y Teocéntrico, la abrumadora presencia del mito religioso no dejó crecer la hierba científica, posteriormente se dieron acontecimientos que permitieron el nacimiento y desarrollo de la ciencia:
1.- La Reforma Protestante.
2.- La Caída de Constantinopla y la emigración a Occidente de un número importante de científicos orientales.
3.- Enrique VIII, imponiendo el poder civil al poder religioso.
4.- La Imprenta.
5.- El Descubrimiento de América y el Heliocentrismo Copernicano, que hacen tambalearse las creencias y tradiciones, tanto del cielo como del “finis terrae”.
6.- La Ilustración, con la Diosa Razón enseñoreándose, sobre todo en países no católicos.
7.- El Liberalismo Político (democracia) y el Liberalismo Económico (el capitalismo).
8.- El intercambio comercial mundial, no sólo de materias primas y de productos manufacturados, sino también de ideas, de tradiciones, de culturas, de religiones, de morales, de tipos de sociedad,….que hacen que se relativicen las propias.
9.- La Revolución Industrial y Tecnológica.

Desde el siglo XIX se esquematizaron las Ciencias en dos grandes grupos: las Ciencias Formales (Matemáticas y Lógica) y las Ciencias Materiales (bien Naturales, como la Física, la Química, la Astronomía, la Geología,…. que acotan una parte o un aspecto de la Naturaleza, bien Humanas o Sociales, como la Historia, la Sociología, la Lengua, la Moral,….que investigan el amplio campo de todo lo que tenga que ver con el hombre).

Dejando a un lado las Ciencias Formales que se rigen por el Principio de no Contradicción y que son tautologías (100% verdaderas), son las Ciencias Naturales, denominadas Ciencias Fuertes, las que marcan el camino a seguir del conocimiento científico.
Si de las Ciencias Humanas y Sociales, ya en el XIX, se decía que su método era la Comprensión (son Ciencias Comprensivas), las Ciencias Naturales, en el uso del método hipotético-deductivo, son Ciencias Explicativas.

No debemos confundir Condiciones con Causas.

Cuando oía o leía sobre las “Causas de la Revolución Francesa o Industrial”, me cabreaba. Porque no son/no fueron Causas, sino Condiciones. ¿Qué condiciones se dieron para que explotara la Revolución Francesa o surgiera la Revolución Industrial?.
Con esas Condiciones se dieron, pero podrían no haberse dado, haberse dado más tarde (haberse aplazado), haberse dado de otra manera,….estamos hablando de Probabilidad. Se dieron, ocurrieron, pero no por Necesidad.

Cuando se habla, sin embargo, de las Ciencias Naturales, estamos hablando no de Condiciones, sino de Causas, no de alta o baja Probabilidad, sino de Necesidad.
No es Probable que de la unión de dos moléculas de Hidrógeno y una de Oxígeno se forme agua, es Necesario. No digamos: “a ver qué sale”, digamos: “va a salir, tiene que salir agua”.

La Ciencia Explica al relacionar fenómenos entre sí. Una vez comprobada, confirmada, dicha relación, denominará a un fenómeno lo llamará Causa y al otro Efecto.
El Efecto se Explica por la Causa. La Causa es el Porqué del efecto.

Pero la Ciencia sabe que sus verdades son siempre provisionales, aproximativas, Son tentativas, cada vez más aproximadas, a ese 100x100 de verdad, que es un ideal al que llegar, al tiempo que imposible, pero cada vez más cerca. La ciencia (los científicos) es consciente que mañana puede darse otro paso de mayor acercamiento.

Si durante la mayoría del tiempo de la existencia de la ciencia ésta se rigió por el Principio de Verificación (comprobación, constatación,….) desde K. Popper la ciencia se rige por el Principio de Falsación.
Una proposición es, provisionalmente verdadera, hasta que sea falsada. Cuando lo sea, deja de ser verdadera. Y otra verdad, (disponible o futura), ocupará su lugar, dispuesta, otra vez, a recibir los embates de la Falsación. Mientras los resista, seguirá siendo verdadera, de lo contrario,…..

En líneas generales, el método Científico tiene los siguientes procedimientos:
1.- El Punto de Partida es la Experiencia. Bien con la Observación (fenómeno natural presente) bien con la Experimentación (fenómeno natural provocado).
2.- La Razón Inductiva. Desde las múltiples Observaciones y Experimentos se eleva en busca de una Explicación de los mismos.
3.- La Hipótesis, como la Causa y Explicación provisional de los fenómenos observados y experimentados.
4.- La Razón Deductiva, sacando las consecuencias que deben ocurrir de esa hipótesis.
5.- Punto de Llegada: que puede ser que SÍ se confirmen los fenómenos previstos o que puede ser que NO se confirmen.
.- Si se confirman, se Verifican, se dan, entonces la Hipótesis vale como Explicación.
.- Si no se confirman, si no se dan los fenómenos previstos, la Hipótesis queda Falsada, no vale como Explicación, y habrá que recorrer, otra vez, desde el paso 2º en adelante.

Naturalmente la Ciencia se basa, supone, Tres Principios o Postulados (que hay que admitir, como verdaderos, para poder hacer ciencia);
1.- La Naturaleza se rige por LEYES (porque como no se admita este postulado, la ciencia, cuyo objetivo es la formulación de leyes, si la naturaleza no se rige por ellas...
2.- Estas Leyes no cambian de un lugar a otro ni de un momento al siguiente (porque si ayer sí, pero hoy no, y si aquí sí, pero allí no,… entonces no es posible la Ciencia). Hay que admitir que las Leyes son siempre las mismas en Todo Tiempo y Lugar.
3.- Sólo existe UNA verdad sobre un hecho (porque si hay varias verdades y causas sobre el mismo hecho, éste es inexplicable).

Analizando este tercer postulado: ¿Puede haber una Verdad Revelada y una Verdad Científica, contrapuestas, y que sean válidas al mismo tiempo, como durante muchos siglos ha sido mantenido?.
Si dos proposiciones se oponen, siendo contrarias, una de las dos es falsa o las dos son falsas. Lo que nunca podrá ocurrir es que las dos sean verdaderas.
Si dos proposiciones se oponen, siendo contradictorias, una será necesariamente verdadera y la otra necesariamente falsa.
Sean, la Verdad Revelada y la Verdad Científica, contrarias o contradictorias, nunca podrán ser ambas verdaderas. No puede haber dos verdades sobre un mismo hecho.

Además, la Verdad Revelada se admite al reconocer y dar por bueno el Principio de Autoridad, como Criterio de Verdad, algo que nunca admitirá la Ciencia.
Una Verdad Científica es verdadera lo haya dicho una autoridad o no, pero “no porque lo haya dicho una autoridad” (sea Aristóteles, sea Galileo o Newton, sea Einstein….).

Si una proposición es verdadera uno cualquiera (yo mismo), con la metodología y el instrumental necesario adecuado, podrá (podré) comprobarlo.
Porque la Verdad, si lo es, es independiente de quien la promulgue.

El Dogma (la Verdad Revelada) no es científico, y no se acepta como verdad.
Nadie puede obligar a nadie a creer (aceptar como verdadera) una teoría, de la que la observación y la experimentación nos dice que es falsa.

Alguien (no sé quién) ha dicho que los griegos fueron los primeros que comprendieron que, además de elevar plegarias a Zeus para que lloviera era aconsejable construir presas y aljibes, por si acaso no escuchaba, ocupado como estaba, en otras cosas.

Los dos aliados de la Ciencia han sido (y son):

1.- La Historia, para comprobar la cantidad de errores que el hombre ha cometido, para no volver a cometerlos. Experimentar en cabeza ajena. La Historia como la gran maestra. Porque, además, la Historia del Conocimiento es la Historia de los errores y falsedades en que el hombre ha caído y cómo, en el último momento, ha salido de ellas, con la nueva teoría.

2.- La Escritura (los manuscritos, la imprenta, hoy Internet), almacenes de conocimientos a nuestra disposición, tanto para información como para la transmisión rápida y efectiva de tantas y tantas voces humanas.

“La palabra escrita nos permite escuchar a los muertos y hablar a quienes, todavía, no han nacido.

Sin embargo, no debemos olvidar que nunca, como hoy, ha habido tántas religiones, tántas sectas, tántos videntes, tántos adivinos, tánto horóscopo,….como si los hombres prefiriesen rezar, cómodamente, para torcer la voluntad divina a su favor que estudiar y trabajar, esforzadamente, para conseguirlo por sí mismo.

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