lunes, 26 de agosto de 2019

MENTALIDAD MÍTICO-RELIGIOSA Y MENTALIDAD FILOSÓFICO-CIENTÍFICA. ( 6 )



Cuando en el Renacimiento se habla de “retorno a los clásicos”, no es para traerlos y aplicarlos al presente, sino para imitar su actitud ante el mundo y ante la vida.
Los clásicos son modelos, paradigmas, del uso autónomo de la Razón, antes de que se impusiera el Cristianismo, en la Grecia y en la Roma clásicas.

Hoy, en terminología moderna, diríamos que “se puede ser marxista, pero no marxiano”.

Se los ve como modelos de pensar, no como dioses omniscientes.

La libre investigación, como hicieron ellos, sustituirá al principio de autoridad como lo practicaban los medievales y seguía haciéndolo la Iglesia oficial.

Los pensadores antiguos son vistos como unos hombres geniales, pero históricos.
Lo que dijeron valía para su tiempo, no para el nuestro, pero su actitud sí que nos vale y es digna de imitación.
Enfrentarse cara a cara con la naturaleza, con la sociedad, con la vida, sin tutores que te ordenen, que te prohíban, que te guíen.

Cada época tiene sus conocimientos. Cada conocimiento corresponde a una época. Pero la actitud sí que puede ser la misma.

“Aristotelem….summum quiden hominem, sed hominem tamen fuisse puto” – dirá  el renacentista Agrícola.

Los nuevos descubrimientos (geográficos, científicos, técnicos) son ajenos y están más allá de los limitados descubrimientos griegos.
¿Qué podrían decir los clásicos de la brújula, de la imprenta, de la pólvora,…. Si no entraban en sus categorías mentales?

La duda cartesiana es un buen ejemplo.
Hay que poner entre paréntesis todos los contenidos anteriores.
Valieron, pero ya no valen.
De ellos se puede hacer historia, no resurrección.

Dicen NO a Adán y SÍ a Prometeo. PERO, ¡cuidado¡ porque Prometeo tiene dos caras.
Hay que decir Sí a sus inventos, pero no a su rebelión contra Dios.
El hombre del Renacimiento no tiene nada contra Dios, pero Sí tiene, y mucho, contra sus representantes e intermediarios, contra los teólogos y la Iglesia que se han arrogado el derecho de propiedad privada del único camino que lleva al cielo (“extra ecclesiam nulla est Salus (no hay salvación fuera de la Iglesia, por lo que habrá que bautizar al niño, casi nada más nacer para que pertenezca a la Iglesia, porque si se muere sin el bautismo...)

El hombre es, ahora, libre y creador, ya no sólo criatura hecha a imagen y semejanza de Dios.
O mejor, si somos eso y así, por lo tanto imitemos a Dios, seamos libres, seamos creadores, inventemos, investiguemos.

Como veis estamos en otro círculo, en otro ámbito, hemos pasado del cosmocentrismo clásico al antropocentrismo renacentista habiendo hecho escala en el teocentrismo medieval.

SEIS temas debemos desarrollar, representativos del Renacimiento:

1.- El futuro del hombre y de la humanidad.

¿Está ya escrito de antemano?. Porque si Dios es Omni-todo (lo sabe todo, lo puede todo,…) Dios conoce también los futuros, luego Él ya sabe lo que va a pasarme a mí, a mi familia, a mi ciudad, a mi patria,….
S. Agustín los dice muy clarito:”todo lo que ocurre ocurre cuando Dios quiere, como Dios quiere, donde Dios quiere, porque Dios quiere…”. Entonces, recemos.
Pero rezar ¿para qué?
¿Para saber cuál es nuestro destino?, porque para cambiarlo NO. Dios no puede corregirse, porque Dios no puede equivocarse. Enmendarse Dios la plana a Sí mismo sería cambiar de parecer, pero todo cambio es siempre imperfección. Por lo tanto Dios no puede cambiar. Cuando le pedimos a Dios que aparte de nosotros este cáliz, sabiendo que Él ya sabe lo que va a pasar ¿qué sentido tiene? ¿Seríamos más felices sabiéndolo?

Nuestro destino está escrito y Dios lo sabe.

La película, esa película, por más veces que la veas y la pases por el video y la moviola, siempre tendrá el mismo final, acaba perdiendo el malo, que además es feo y acabará ganando el protagonista guapo y bueno y elegante…
Si ya está grabada.
Si no puede cambiar.
Se podría hacer otra película pero esa ya no sería yo.

Primer tema: ¿Está ya escrito el destino del hombre?

2.- La Sociedad Política.

La autoridad ¿viene de Dios? ¿Hay que obedecer siempre a la autoridad?...porque…si ésta viene de Dios, desobedecerla sería desobedecer a Dios y eso es, además de delito, pecado, y éste cuenta para la otra vida.

¿Es legítima toda autoridad? ¿Es oponerse a Dios rebelarse contra el Rey? ¿Puede haber una autoridad “por la gracia de Dios?. ¿Interviene Dios en la gobernabilidad de la sociedad? ¿Cuál es el origen del poder? ¿Reside el poder en el pueblo o en el Rey? ¿Pinta algo aquí la Iglesia?

3.- El Pensamiento.

¿Debe estar dirigido, vigilado, guiado por la Iglesia? ¿Es la Razón, debe ser la Razón, totalmente autónoma en el ejercicio de razonar? ¿Qué pasa si uno, razonando, llega a conclusiones distintas u opuestas a lo revelado en las Sagradas Escrituras, que son “palabra de Dios”?. ¿Se puede, se debe pensar secularmente? ¿Es ello posible? ¿Es necesario que la Razón  campee a sus anchas libremente por su campo o sólo debe razonar sobre los límites impuestos por la fe?

4.- ¿Es esta vida una prueba, un examen que hay que aprobar para ganar la vida eterna?

Esta vida, la única que tenemos ¿debe ser una inversión o debemos gastarla placenteramente?, ¿es un “medio para” o es un “fin en sí misma”?, ¿es posada o morada?, ¿es camino o meta?, ¿valle de lágrimas o monte de alegría? En una palabra,

¿Cuál es el valor de la vida?

 5.-. La Naturaleza, el mundo que nos rodea, los cielos y la tierra.

¿Son vestigios de Dios, admirando a los cuales deben llevarnos a admirar a su Creador? ¿Somos administradores de las cosas o dueños de ellas? ¿Es válido lo que nos dice S. Pablo “¿para qué quieres conocer todas las lenguas del mundo si lo fundamental es salvar el alma”? ¿O lo fundamental es savoir-prevoir-pouvoir?.

(Saber para prever para proveer, para aprovecharse). ¿Debemos conocer el mundo, la naturaleza, para que nos sirva de trampolín para dar el salto a Dios o debemos conocerlo para dominarlo, para aprovecharnos de él?

6.- ¿Es la historia de la humanidad un progreso, vamos a mejor, o, por el contrario, es una decadencia, un regreso, y cuanto más nos alejemos de nuestros orígenes, peor para nosotros?
¿Hubo una primera Edad de Oro y, luego, ya fue la de plata, bronce, hierro hasta que lleguemos a la de barro?
O ¿partiendo de cero cada vez vamos a más y mejor y lo mejor está por llegar y cada vez mejor…?

Éstos son los 6 temas. Tratan de la ACTITUD.

Actitud del hombre renacentista ante el destino, ante el poder, ante la verdad, ante la vida, ante la naturaleza, ante la historia y el progreso”.

¡Pues, casi NA¡ ¿Comenzamos?

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