domingo, 25 de agosto de 2019

MENTALIDAD MÍTICO-RELIGIOSA Y MENTALIDAD FILOSÓFICO-CIENTÍFICA. ( 5 )



Hay un cambio evidente tanto en el modo de vivir como en el modo de pensar.

Otro gran renacentista, además de Pico de la Mirandola es Tomasso Campanella, quien afirma: “en 100 años nuestra época contiene más hechos memorables que el mundo entero en 4000” (La ciudad del sol).

Nuevos descubrimientos pero, sobre todo, nueva actitud.
Ni el mundo ni la carne son ya enemigos del alma.

Además, por doquier, se proclama la exaltación de la dignidad y de la grandeza del hombre.
El hombre es libre y no esclavo.
El hombre es/va a ser el protagonista de su propio destino.

Con su inteligencia y con sus manos, con su conocer y con su hacer, este mundo puede ser convertido en morada en la que ¡maldita sea la hora en que tenga que dejarla¡.

Y esta sociedad puede ser organizada por la mano del hombre, sin la ayuda de Dios ni “por la gracia de Dios”, sino por el esfuerzo, por la destreza, por el saber político del hombre.

“Y como segundo dios, milagro del primero, manda en lo terreno y al cielo se remonta sin alas…al viento y a la mar tiene domados….” –dirá Campanella.

Capacidad creadora del hombre.
PROMETEO, inventor de todas las artes y los instrumentos de la vida civil, sustituye a ADÁN, como paradigmas humanos.

Del universo cerrado medieval se pasa al universo abierto.

La tierra parece que crece, que se agranda porque se descubre que el “finis terrae” no es el “finisterrae”.
Que hay más tierras y más mares
¿Cuánto/cuántos más?
¡Quien sabe¡.
El mundo queda abierto.

Y al dirigir el catalejo, el telescopio, al cielo vemos que el sol tiene manchas, y que la luna no es esférica, porque en ella hay montañas, como aquí en la tierra.
Y que la Vía láctea no es un chorreón de la leche de no recuerdo qué diosa, ni es el camino de Santiago sino una enorme agrupación de estrellas muy lejanas.

El mundo se abre, se amplía y el cielo se mundaniza.

El lugar que ocupamos en el mundo no depende ya de Dios, sino de cada uno de nosotros.
Estamos descargando a Dios de funciones, dejándolo sin o con menos funciones.

No hay que aceptar las cosas malas, lo perjudicial; hay que rebelarse contra ello y cambiarlo.
Lo malo nunca podrá ser voluntad de Dios.

Ante la peste negra o cualquier calamidad, más que y en lugar de rezar, saber, saber cómo, cuándo, dónde, con qué medios puede ser combatida, vencida y anulada.

Las pestes y las sequías son vistas, cada vez más, como fenómenos naturales que pueden/que deben ser estudiados y superados, más que verlos como un castigo de Dios.

Si lo malo llega y habita entre nosotros, no es por haber sido malos, sino por haber sido estúpidos y, sobre todo, por seguir siéndolo.

“Ha dicho Aristóteles”, “Ha dicho S. Agustín”, “Ha dicho Stº Tomás”….¿y qué?
Han sido sabios, pero también han sido hombres y, como todo hombre, pueden haber dicho cantidad de tonterías y de falsedades.

Precisamente uno de los caracteres del mundo moderno es cuestionar el método de la tradición (“siempre ha sido así”, “todos lo admiten (consensos omnium)” y cuestionar, también el método de las autoridades.

Galileo es el mejor ejemplo.

Si compruebo que algo es verdadero es verdadero, lo haya dicho o no Aristóteles.

No tiene razón el gran medievalista E. Gilson cuando afirma que “el Renacimiento es la Edad Media menos Dios”.
No.
No es verdad.

Dios no está ausente en el renacimiento, sigue estando presente, pero de otra forma.

(¡Pero si muchísimos renacentistas eran clérigos¡…).

El proceso de secularización, que va imponiéndose, no implica ni irreligiosidad ni ateísmo (fenómenos raros en el Renacimiento).
Lo que ocurre es que la religión se convierte, cada vez más, en un asunto privado.

Contra lo que sí se muestra indiferencia y desprecio es contra la autoridad eclesiástica y sus representantes; pero es que no era para menos. (Hace poco hemos podido ver la película Los Borgia. Ellos no eran una excepción). (Espero que Uds. no me confundan los conceptos: Jesús histórico, Cristo o Jesús de la fe, Cristianismo, como doctrina, y jerarquía eclesiástica).

Lutero y su movimiento protestante no era antirreligioso, ¿cómo iba a serlo si él era fraile y era un creyente profundo y sincero?
Lo que sí fue, fue un antieclesiástico, se opuso ferozmente al papado y a la jerarquía eclesiástica, y no era para menos.

El Protestantismo, es hijo del Renacimiento, es un fenómeno renacentista, es una actitud que contribuiría a librar al hombre de la tutela de la Iglesia en las relaciones del hombre con Dios.

PERO, el Protestantismo, como doctrina, es lo más anti-renacentista y antimodernista que uno pueda imaginarse.
Con su determinismo pesimista humano, dejando al hombre atrapado en su culpa, con su destino ya fijado o prefijado de antemano, desde toda la eternidad, por tanto inmodificable.

Eso fue lo que hizo que Erasmo, esa gran lumbrera renacentista, aceptara la actitud protestante, pero que él no se convirtiera o diera el paso al Protestantismo.

Tanto la Reforma como la Contrarreforma ven, contemplan, al hombre desde una perspectiva de fe y no de razón, que es la característica fundamental de la Modernidad.

Creencia firme y Razón firme se llevan mal.
O la una o la otra, o cristiano o pagano, por eso lo de las biografías divididas, que decíamos antes.
A no ser que, como hacen muchos de ellos, tengan otro concepto de Dios totalmente distinto de lo que defiende la Teología oficial.

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