jueves, 8 de agosto de 2019

ESTOICISMO: SÉNECA ( y 2 )


Teología.

Para él, la parte de la filosofía que se refiere a los dioses es la más alta de todas.
La virtud es una preparación para llegar al conocimiento de las cosas celestes.
El sabio que solamente ha llegado a dominar sus pasiones tiene que proseguir adelante, venciéndose a sí mismo y disponiéndose para la comunicación con Dios.

Mantiene el concepto estoico de Dios como “Mente del universo” que lo penetra todo y está presente en todas partes.
Todo es pequeño comparado con Dios porque Éste abarca y comprende la universalidad de las cosas.

La existencia de Dios es indudable.
Todas las realidades con que se quiera sustituirlo no son más que distintos nombres de Dios, lo que muestra un fondo panteísta pero manifiesta una tendencia hacia el teísmo, haciendo resaltar la Providencia divina como una realidad personal, que gobierna paternalmente al mundo y cuya prueba es el orden admirable que reina en todas las cosas (la quinta vía tomista, la del “orden”, la cosmológica).

Esa Providencia divina se ejerce de una manera especial sobre los hombres virtuosos, a quienes ayuda a soportar las penalidades que les envía para fortalecer su espíritu.

Pero al Hado nada puede sustraerse, ni los dioses ni los hombres, lo que se compagina no muy bien con el concepto de Providencia divina.

El varón sabio debe someterse de grado a la corriente universal que arrastra todas las cosas.

El varón magnánimo sabe entregarse a la voluntad de Dios, mientras que el pusilánime quiere más que se corrija el oden del mundo antes que enmendarse él.

En último término, cuando el sabio ya no sea capaz de resistir más SIEMPRE LE QUEDA LA FÁCIL SALIDA DEL SUICIDIO.

MORAL.

El sumo bien y la felicidad del hombre consisten en la virtud.

No son despreciables los bienes exteriores, ni los placeres, pero por sí solos no bastan para hacer feliz al hombre y todos ellos, hasta la misma vida, son indiferentes ante la virtud.
El único verdadero mal es el vicio y el pecado.

La norma suprema de la virtud consiste en VIVIR Y OBRAR EN CONFORMIDAD CON LA NATURALEZA, LO CUAL EQUIVALE A OBRAR EN CONFORMIDAD CON LA RAZÓN, QUE ES LO MÁS PERFECTO DEL HOMBRE Y LO QUE LO DISTINGUE DE LOS ANIMALES..

Y es que la razón es la parte mejor del hombre y estar en conformidad con la razón humana es estarlo con la razón universal, que es Dios o el Logos inmanente al Fuego.

EL SABIO.

La verdadera virtud sólo se da en el sabio, que se sobrepone a las apariencias y penetra en el fondo de la naturaleza.
El sabio no es insensible, experimenta las pasiones y el dolor, pero sabe sobreponerse a ellas sometiéndolas a la razón.
Nunca se deja dominar por la ira, el odio ni la envidia.
No puede VIVIR SIN el cuerpo pero procura no vivir PARA el cuerpo”.
No apega su razón a las riquezas, ni se altera cunado las pierde. Afronta los peligros y lucha. Su vida es un esfuerzo heroico para no dejarse doblegar por las adversidades, ni dejarse vencer por la fortuna.

Los males, o son pequeños, y entonces podemos nosotros con ellos, o son grandes, y entonces acaban ellos con nosotros.

El sabio debe mantener, por encima de todo, una serenidad imperturbable.

No obstante, Séneca humaniza la imperturbabilidad estoica, reconociendo lo difícil que resulta sobreponerse a la naturaleza.

Hay movimientos pasionales que la voluntad del hombre no es capaz de contener. Pero si es vencido en la lucha, el sabio se somete serenamente al Destino, pero sin implorar clemencia, como el gladiador que cae ante la espada de su vencedor.
Así llega, no sólo a parecerse a los dioses, sino hasta a hacerse el mismo dios.

La plena confianza que tiene el sabio en la bondad de la providencia le da una serenidad absoluta ante la muerte.
Su vida debe ser una “meditatio mortis”

“Es necio temer a la muerte. Porque las cosas ciertas se esperan, las que se temen son las inciertas.
La muerte viene con una necesidad constante e invicta.
¿”Quién osará quejarse de estar en trance del que nadie se libra?”
En último término, en la muerte cesan todos los sufrimientos, y el sabio alcanza su plena libertad.
Por esto el sabio debe salir tranquilamente de la vida, “sine odio vitae”.

Incluso, si le resulta duro el combate por la vida, le está permitido escapar.

El camino hacia la libertad es fácil y breve. “Patet exitus. Si pugnare nos vultis, licet fugere…”

SOLIDARIDAD HUMANA.

Como los estoicos, en general, Séneca no se considera ligado a ninguna patria.
La patria del sabio es el mundo.
Todos los hombres son iguales por su origen, por esto defiende la sociedad común de todos los miembros del género humano.

La única nobleza y distinción entre los hombres es la que proviene de su ingenio y de su trabajo.

Ni siquiera el estado de esclavitud llega a someter a todo el hombre, pues siempre queda libre su parte mejor.
No llega a condenar la esclavitud, pero tiene para los siervos frases de consideración reconociendo la dignidad humana.

No obstante, aunque el sabio deba compadecerse de los males y sufrimientos de sus semejantes, esto no debe llegar hasta el punto de hacerle perder su tranquilidad.

EL HOMBRE ES SAGRADO PARA EL HOMBRE  (“Homo res sacra homini”)

“Pero si el sabio no se distingue en su exterior del común de los hombres, procura no parecerse a ellos en su interior”.



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