lunes, 9 de enero de 2012

INTRODUCCIÓN.

Imaginaos que alguien entra en una frutería y le pide al frutero 2 kilos de fruta.
-. ¿De qué los quiere Ud.? – será la pregunta del frutero.
.- De fruta. ¿No pone en el letrero, ahí arriba, “frutería”?.
.- Sí.
.-Pues déme dos kilos de fruta.
.- Verá Ud. señor, es que “la fruta” no existe, lo que existen son frutas: naranjas, melones, brevas, plátanos,….

Lo mismo ocurre con la Filosofía. No existe, Lo que existen son “filosofías”.
Cuando algún alumno, al comienzo de curso, me decía: “hábleme Ud. de “la filosofía”, siempre le preguntaba lo mismo: “de qué filosofía?, de la de Platón, de la de los estoicos, de la de Descartes, de la de Kant,…?

Esto, que para algunos es “una pena”, “una frustración”, (“el escándalo de las filosofías”), el que haya tantas, es como si a alguien “le diera pena” y “se sintiera frustrado” porque haya distintos tipos de frutas.

Las personas entre las que me muevo y me codeo, a diario, no son filósofos, ni por profesión ni por vocación. Las circunstancias de la vida los llevaron por otros derroteros, desde economistas y directores de empresa hasta maestros y empresarios, desde Jefes de Telégrafos y empleados de R.E.N.F.E. hasta administrativos o bancarios, o simplemente madres que tuvieron que sacar adelante a toda la familia.
Pero como, una vez abandonada mi incursión en la Guerra Civil en Málaga y anejos correspondientes, vuelvo a mi hábitat natural, que es la filosofía, quiero filosofar y seguir contando con su compañía, sin espantarlos, lo que me obliga a ser orteguiano que, en su “Qué es filosofía”, dice: “Siempre he creído que el filósofo, cuando investiga y persigue verdades, debe extremar el rigor metódico, pero cuando emite sus pensamientos, cuando los expone, debe huir de ostentar ante el público los bíceps de su tecnicismo. “LA CLARIDAD ES LA CORTESÍA DEL FILÓSOFO”.

Eso es lo que voy a intentar hacer durante las próximas etapas. Filosofar y exponer mis pensamientos de la manera más clara posible, siendo consciente de que van dirigidos a principiantes en filosofía o público no especializado, aunque sean mayores de 55 años (como yo).

Éste va a ser un “Curso de iniciación”, voluntaria, por supuesto, para aquellos que quieran acompañarme.

Soy consciente de que la Filosofía ha dejado de pertenecer al núcleo duro de lo que se denomina “Cultura General”. Hoy, para considerarse y ser considerado medianamente culto, basta conocer la Historia, la Geografía, la Literatura, las Artes, y algo de ciencias (Matemáticas, Biología, Astronomía, Física,…) pero no será considerado poco culto por no saber quiénes eran los estoicos, Spinoza, Kant, Nietzsche, Sartre, Ortega,….,
Si la cultura sigue considerándose, sobre todo, como información, nada de extraño es que no sea “pecado cultural” no saber filosofía, porque ésta ha sido, es será, más formativa que informativa.

Además como los filósofos estamos medio locos y vivimos en otro mundo, donde esté la Televisión y Belén Esteban que se quiten Descartes y Hume.

Mientras los científicos antiguos sólo son estudiados por Historiadores de la Ciencia y a ningún astrónomo actual se le ocurriría apelar a Ptolomeo, total y absolutamente sobrepasado, no ocurre igual con los filósofos antiguos, que siguen hablándonos de nuestros mismos problemas: cómo superar los miedos a nuestra limitación temporal (porque moriremos y desearíamos no morir y seguir vivos), el saber vivir para ser feliz (problema humano desde siempre y para siempre), qué sentido tiene vivir (si es que tiene sentido o es un sinsentido)….

Mientras las teorías científicas se baten en la arena, darwinianamente, y la vencedora arrincona a las perdedoras, que quedan como reliquias históricas y ella se impone, triunfa y reina hasta que otra entre en competencia con ella y la desbanque porque explica más cosas, mejor las cosas y de forma más sencilla, no ocurre igual con las filosofías, que siempre están ahí, invitándonos a conocerlas para disfrutarlas, para imitarlas y ponerlas en práctica, para matizarlas, para superarlas (llámese el estoicismo, el humanismo, el modernismo, el postmodernismo,…)

Por eso la Filosofía (a la que yo no la considero una Ciencia) está muy cerca del Arte, no del Arte de Hacer sino del Arte de Pensar.

Si a todos nos impacta el Arte Griego (arquitectónico, escultórico, pictórico,…) y nos gusta conocerlo, comprenderlo, disfrutarlo ¿por qué no la Filosofía a lo largo de la Historia, con sus diversas propuestas de vida, del “bien vivir”, de cómo obrar para “ser felices”?.

¿Es que hay otro objetivo más atractivo que “la felicidad”?.

(Con la entrada anterior, en el blog, (“Teoría + Práctica = Felicidad”) y con ésta, inicio mis reflexiones filosóficas, teniendo abierto un libro, “Aprender a vivir”, de un filósofo contemporáneo, francés, ministro de educación hasta hace muy poco, Luc Ferry).

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