martes, 10 de enero de 2012

FILOSOFÍA (3)


“Una filosofía que no cure las heridas del alma no tiene ningún valor”.
Estamos tan acostumbrados a que, cuando hablamos de Filosofía Griega, tratemos a Sócrates, a Platón y a Aristóteles, que nos olvidamos que hubo, entre otras, dos escuelas postaristotélicas, el Epicureísmo y el Estoicismo, que defienden otro tipo de filosofía.

Para ambas Escuelas la filosofía ya no es tanto “saber”, como tener un papel soteriológico, de salvación. La filosofía debe salvar al hombre. ¿De qué?, del dolor, de la desgracia, de la miseria en que vive.
El fin último de la actividad filosófica debe ser la felicidad, dentro de lo posible, del ser humano.
Y todo saber que no conduzca a esta felicidad debe ser desterrado. “No hay que reprochar a nadie que no sepa si Héctor era griego o era troyano” –dice Epicuro. ¿Qué importancia puede ello tener para ser o no ser feliz?.

Las cuatro causas de la Infelicidad del hombre son:
.- El TEMOR al Destino.
.- El TEMOR a los Dioses.
.- El TEMOR a la Muerte.
.- El TEMOR al DOLOR.

Si superamos, si vencemos, esos temores, si removemos esos obstáculos, estaremos en condiciones de ser felices.
.- ¿El destino? – No existe (Temor superado).
-. ¿Los dioses?. Aunque existen, viven muy lejos de nosotros, y no se preocupan por lo que les pase o les deje de pasar a los hombres (Temor superado).
.- ¿La muerte?. La muerte es como un sueño continuado, del que ya no despiertas, pero detrás de ella no hay nada, sanseacabó, nada de premios ni castigos en otra vida posterior a ésta.
.- ¿El dolor?. Éste sí que existe. “Debemos, pues, rehuir el dolor y buscar el placer”, pero “prudentemente, racionalmente”. Además, más allá y por encima del placer de los sentidos, está el “placer espiritual” o “gozo” (jará), como escuchar música, charlar con los amigos, contemplar las estrellas,….

También para los estoicos la salvación (soteriología) es el fin de la filosofía.
Las causas de la infelicidad de los hombres es el influjo de las pasiones. Por lo tanto, no hay que dejar influenciarse por ellas, hay que “arrancarlas de sí”, “hay que vivir conforma a la naturaleza, y como nuestra naturaleza es racional, debemos vivir conforme a la razón”.

Es, un poco, mi propósito, hacer ver que la filosofía debe ayudarnos a vivir mejor.

Cuando le preguntaban a Aristóteles “para qué” servía la filosofía, solía responder que “para nada”. Que la filosofía no tiene “utilidad”, porque la “utilidad es un valor relativo e inferior a aquello para lo que sirve.
El bolígrafo tiene un “valor de utilidad”, no es valioso en sí mismo, sino en cuanto “me sirve para” escribir. La filosofía no es como el bolígrafo, ella “es valiosa en sí misma” y no está subordinada a nada.

Yo, como los epicúreos y los estoicos, creo lo contrario. Que la filosofía es como una llave inglesa o un martillo, que tiene un valor instrumental, es una herramienta, Y si una sirve para enroscar o desenroscar tuercas y el otro para clavar puntas, la filosofía “sirve para buscar y encontrar la felicidad”.

J.A. Marina lo repite muchas veces en sus libros: “el fin de la inteligencia no es “saber” sino “ser feliz”.

Decir que la filosofía es “reflexión” y “argumentación” es afirmar que los periodistas, los políticos (éstos, así así), los economistas, los comerciantes, los novelistas, los escritores, los artistas, las madres de familia,… “no reflexionan” y “no argumentan”.
Todo el mundo lo hace y no se consideran filósofos.
No puede definirse, pues, la filosofía, como “reflexión y argumentación”.

La filo-sofía es la “búsqueda de la sabiduría”, la “capacidad de vencer los miedos, todo tipo de miedos, que nos impiden vivir, que nos restringen la vida.
El sabio es el que triunfa en la tarea de no sentir miedo, el que ha logrado remontarlo.
Cuando uno ha vencido el miedo, se ha salvado y es, entonces, cuando puede acceder a la “vida buena”.

Y es que el miedo quita LIBERTAD, porque, al estar preocupado por él, te encierra en ti mismo y te hace egocéntrico, lo que te impide la GENEROSIDAD.
El miedo es perjudicial para uno y para los demás.
El sabio es LIBRE porque ha perdido el miedo y puede ser GENEROSO, amar a los otros.

Pero para salvarse del miedo, para vencerlo, hay dos vías: 1.- Por nosotros mismos, por la Razón, con nuestras propias fuerzas, por la Filosofía y 2.- Por Otro, por Dios, por la Fe.

El creyente no tiene necesidad de filosofía para salvarse, para vencer los miedos, ya tiene a su Dios, que lo salva. Pero los no creyentes sí que necesitan de la filosofía para superar esos temores.

A lo lago de la historia se han sucedido varias doctrinas soteriológicas, salvadoras: el estoicismo, el cristianismo, el humanismo, el vitalismo, el postmodernismo,… que iremos viéndolas, sin prisa.

Para ayudarnos a remontar nuestros miedos hay, al menos: tres materias:
1.- La Religión (el Cristianismo, entre otras).
2.- La Filosofía (por la Razón. ¿Cómo vivir, sabiendo que vamos a morir?
3.- La Psicología (el Psicoanálisis como método terapéutico para remontar la angustia).

Cuando nos referimos a “la muerte”, no sólo nos referimos a la muerte biológica (aunque también y que, sin duda, es la más importante) sino a otras muertes:
.- La ruptura traumática de una separación o divorcio de los padres y el temor al futuro (muerte de la seguridad).
.- La pérdida de un amigo y el temor de que no pueda ser ocupado ese sitio, vacío; temor a la soledad (muerte de la amistad).
.- El cambio de colegio y el temor a cómo van a ser las nuevas amistades, (muerte de la situación, hasta ahora, controlada).
.- Una ruptura sentimental con la novia y el temor consecuente de que el mundo se viene abajo (muerte del amor).
.- El final de unas vacaciones fantásticas y el temor de que no se repitan (muerte de un sueño vivido).
.- La muerte de un familiar y el temor consecuente.
.- La propia enfermedad (muerte de la perspectiva).

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