jueves, 12 de enero de 2012

FILOSOFÍA (5)


FILOSOFÍA EPICÚREA.

Orden – Armonía – Justicia - Felicidad

En el cosmos, como “orden”, todo está bien hecho. Esto es lo que “descubrimos”. El “orden” no lo inventamos nosotros, ya está ahí, es lo divino, lo “no humano”.
El universo es “divino” porque, tras el aparente caos, él está el orden y se nos muestra ordenado.

Este universo posee una especie de “alma” (“anima”, “animado”, “vivo”), de aquí el “animismo” (todo está vivo, aunque, en la materia inerte, la vida esté dormida), y también el “hilo-zoísmo” (materia-animal), la materia es como un animal, incluso “pan-teísmo” (“todo es dios”, “todo es divino”).

Excepto las “catástrofes” todo es “armonioso”, “justo”, “bueno”, y no sólo en el cosmos, también en la Política, en la Moral, en lo jurídico, en la conducta, en el arte.

La vida, nuestra vida, supone la existencia de “cuerpo”, de “alma” y de “recursos naturales” (el “oikos”).
La vida “justa” es “darle lo “suyo” a cada una de esas partes”. De lo contrario se hará presente la enfermedad (en el cuerpo), la animalidad (en el alma) o el desastre (en la naturaleza).
Para evitar la “enfermedad” y volver a la “salud” (orden, armonía) disponemos de la Biología, de la Medicina, de la Cirugía, de la Dietética…. Para evitar la “animalidad” y volver a la “cultura” disponemos de la Educación, de la Enseñanza; y para evitar los “desastres naturales” tenemos la Eco-logía.

Estética, armonía, orden del cosmos – Estética, armonía, orden del hombre.

Cuando Ortega afirma “yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”, está hablando de “cuerpo”, “alma” y “oikos” (nicho ecológico, en el que se encuentran tanto la naturaleza como la cultura, tanto las cosas como las personas, tanto el aire como el amor,….)
¿Qué es la contaminación sino instaurar la injusticia, la desproporción, entre los elementos (sea el aire, el agua, la tierra o el calor)?

La inundación y la sequía, la riada y la desertización, la morbidez y la delgadez extrema, la bulimia y la anorexia, la locura, la “burricie”,….es el triunfo de la desproporción, de los excesos, en más de la cuenta o en menos de la cuenta, (“vicio” lo llama Aristóteles, lo opuesto a “virtud” = el término medio, ni más ni menos).

Nosotros, los hombres, podemos cometer “in-justicia”, introducir “des-armonía”, en Nosotros (“nos-otros”), en “Los-otros” y en “Lo-otro”.

La In-justicia, en política, son los “privi-legios”, positivos y negativos, las leyes privadas que benefician a unos y que perjudican a otros, porque la “ley justa” va encaminada al “bien común”.
Pero, así como todos somos hombres y todo hombre tiene derecho a tener cubiertas sus necesidades básicas, y sería in-justo que alguien privara de lo necesario a otro para acapararlo como in-necesario, también se comete in-justicia cuando no se tienen en cuenta los merecimientos.
Lo justo es que quien merezca 8 reciba 8, quien merezca 25 debe recibir 25 y a quien merezca 0 nada debe dársele. Lo in-justo sería darles a todos lo mismo. (Como cuando mis alumnos me pedían que fuera “in-justo” y diera “aprobado general”).

La normalidad, la “norma”, la “ley justa” pone a cada uno en su sitio, beneficiando, así, al todo.
Dar a cada cual lo suyo es “colocar a cada uno en su lugar”, es la “felicidad del todo”.

Con la TEORÍA el hombre descubre lo “teórico”, lo divino, lo bello, lo armónico, que hay en el Cosmos, en Uno mismo, en Los Otros y en Lo Otro.
La TEO-LOGÍA, en cambio, es el uso de la Razón en el estudio del Dios personal.
“Logos” es, tanto “razón” como “palabra”.
Lo teórico (visión intelectual, inteligencia) no es lo teológico (razón).
Nuestro conocimiento teórico es lo más divino que los hombres podemos tener.
Los más teóricos son los sabios, los que más saben, los más felices, “Sólo el sabio es feliz”.
El auténtico “sabio” no puede “no saber” (ser ignorante), ni puede no obrar correctamente (ser una mala persona, injusto).

Tanto las “catástrofes” como los “monstruos”, que son “malos”, “feos”, “desproporcionados”,… son, sólo, accidentes transitorios. Por lo que no es coherente descalificar el todo, el conjunto, por lo malo y lo feo de un trozo, de una parte de ese todo.
Como no podemos descalificar el mundo celeste por algo inarmónico en el mundo sensible, sería como descalificar una novela por una errata.
¿Qué es la fiebre sino una desproporción en la temperatura de un cuerpo, el signo de una enfermedad, que desaparecerá cuando la temperatura baje a su “justa proporción, de nuevo?

Mientras el Dios cristiano es Trascendente, está más allá de… fuera de…, lo divino de los estoicos es inmanente, está aquí… dentro del cosmos.

La Teoría se convierte en Ontología.
De ahí que la Teoría no sea una ciencia concreta, como no lo es la Onto-logía (“tratado del ser”, no de seres concretos, “parcelas de la realidad”, sean vegetales, animales,, hombres, astros…)
La Teoría es una Teoría del conocimiento que tiene como objetivo desentrañar la estructura cósmica del mundo mismo.

La Filosofía, pues, que debe tener en cuenta a las ciencias, sus descubrimientos, sus avances, sus resultados,…. no es Una Ciencia. No obtiene datos, porque no busca datos, tiende a dar cuenta del mundo que nos rodea.

Mientras las ciencias, teóricamente, al menos, son neutrales, sólo describen lo que “hay”, son ciencias “descriptivas”, la filosofía, en cambio, dice lo que “debe haber”, es “normativa”.
“Normativa en las varias dimensiones: moral, jurídica, política,…”
No trata de “cómo vivimos” sino de “cómo deberíamos vivir” para ser armónicos con Nosotros, con Los Otros y con Lo Otro.
Sólo así se puede ser feliz.

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