martes, 14 de enero de 2020

FLORILEGIO FILOSÓFICO: DE ESTO Y DE LO OTRO ( 7 - 2 )



“EL PASMO DE SER HOMBRE”.

Es el título del libro cuyo autor, Octavi Fullat, era aire fresco en los años 60 y 70 frente a la seca y fría escolástica que se nos obligaba a enseñar en el Bachillerato español.

Salta a la vista la crisis axiológica galopante a la que estamos asistiendo.
No hay más que ver a nuestros adolescentes y jóvenes si los comparamos con nuestros valores cuando éramos adolescentes y jóvenes.

¿Qué hacer ante este cambio galopante?

El autor nos habla de la “érótica educativa”.
Porque la educación, en último término, no es objeto ni de ciencia ni de técnica, sino, únicamente, de metafísica.

No deben interesar ni los objetivos, próximos o finales, a conseguir, ni la metodología para conseguirlos, ni los proyectos.
Únicamente deben preocupar las finalidades educativas.

Siempre pensé, y dije, que la labor del enseñante era “sembrar buena simiente” sin pensar en recoger los frutos.
Como quien planta árboles para que los frutos les sirvan a los que vengan detrás, sean quienes sean.

El placer de enseñar, de sembrar, de educar…

FE Y CIENCIA.

Muchos científicos han creído que ciencia y fe son incompatibles.
Es lo que afirma el autor de la obra: “Fe y Ciencia. Antropología”,

Pretender mantenerse en los dos campos suponía una esquizofrenia aunque se haya afirmado que una persona puede ser científico y ser creyente, aunque yo, personalmente, no sé cómo puede conjugarse ambos campos: ¿Creación o evolución? – por ejemplo. ¿Alma o mente? ¿Resurrección de los cuerpos? ¿Premio y castigo eterno?

Trevijano Etcheverría, el autor, desde el primer momento se manifiesta como “profundamente creyente” y “amante de la ciencia” (véase su libro “En torno a la ciencia”)

Intenta dar la clave de los conflictos entre “ciencia” y “fe” respecto a la Iglesia Católica.

Todo habría sido debido a que la fe y la teología habrían invadido el terreno de la ciencia y la ciencia habría querido socavar las bases reales de la fe y de la teología.

Mantener un equilibrio supone aceptar que el mundo es objeto de estudio de sólo la ciencia pero sin olvidar que el mundo ha sido obra de Dios.

Pero son muchos los problemas que suscita esta (al menos paradójica) oposición: cosmológicos, biológicos, evolutivos, genéticos, antropológicos, paleoantropológicos, religiosos,…

En fin.

LOS TRES OJOS.

Todos los hombres tenemos tres esferas o “tres ojos” del conocimiento:
1.- El empírico de los sentidos.
2.- El racional de la mente
3.- El contemplativo del espíritu.

Disfrutar de una comida.
Resolver un problema.
Hacer un soneto a la amante.

¿Cómo integrarlos adecuadamente, sin renunciar a ninguno de ellos, subrayando la confusión que puede engendrar una indiscriminada mezcla de las tres esferas?

He ahí el problema.

LÓGICA BORROSA.

Cuando uno no es especialista en Lógica Matemática, aunque tenga conocimientos elementales de ella (como el que esto escribe) sólo ha trabajado, con los alumnos, con la Lógica de dos valores: V y F., con las Tautologías (siempre V) y con las Contradicciones (siempre F).
La Lógica de Enunciados o Lógica Proposicional (y poco más) y su representación, en la teoría de conjuntos, en los círculos-diagramas de Euler y de Venn.

Pero, en la actualidad, se ha superado esa Lógica Elemental, de predicados precisos, esa dualidad clásica del V y F.

Los actuales ordenadores han sido posibles, tanto en su “hardware” como en su “software” gracias al “mathware” de la Lógica Booleana.

Pero, actualmente, es necesario incorporarle a los ordenadores la capacidad de efectuar razonamientos de sentido común, que no llevan a conclusiones permanentes y que responden aun conocimiento ordinario, esencialmente flexible y para ello es necesario un nuevo “mathware”.

Ese es el contenido del libro “Introducción a la Lógica Borrosa” de Trillas, Alsina y Tricabras (de Ariel Matemática)

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