lunes, 6 de enero de 2020

FLORILEGIO FILOSÓFICO: DE ESTO Y DE LO OTRO: ( 5 y 4 )



UNA BUENA PERSONA.

Es la pretensión de toda Educación Moral que se precie.

Una buena persona es “aquella que ha logrado un equilibrio creativo en tres dimensiones:

1.- Las cognitivas, que le permiten razonar bien en los problemas morales.

2.- Los que se mueven en el ámbito de la actividad moral; y

3.- La dimensión afectiva que la dota de sensibilidad moral.

“No investigamos para saber qué es la virtud, sino para ser buenos ya que, en otro caso, sería totalmente inútil” –afirma Aristóteles en su Ética a Nicómaco.

No para conocerla, sino para practicarla, para ser buenos.

Educar moralmente no es equivalente a enseñar contenidos morales, aunque esto sea necesario, pero nunca será suficiente.

Pero nunca podremos alcanzar a esa “buena persona” si prescindimos del contexto familiar (hijo-hermano-…), escolar (compañeros-amigos) y social (ciudadanos) en que vive el educando.

Pueden proponerse modelos universales, pero sabiendo que nadie, nunca, llegará al ideal.

Nunca los modelos teóricos van a resolver los problemas de la maldad existente en el mundo y en nosotros mismos.

Mejoraremos, pero sólo obrando, no diciendo o hablando de ello y sabiendo que, ni entonces, tenemos garantizado el éxito,

Una buena persona es la que alcanza un equilibrio creativo y activo en sus relaciones consigo mismo, con las personas que le rodean y con el mundo en el que habita.

Razonar adecuadamente, conocerse a sí mismo y al mundo que le rodea  y desarrollar la dimensión afectiva.

No venimos programados, por lo que nos vemos obligados a decidir cómo debemos actuar en cada momento para alcanzar los fines que nos son propios.

Afirman los expertos que alrededor de un 50% nos viene marcado por la herencia genética, por lo que nos queda el otro 50% para actuar libremente tanto individual como colectivamente sobre los medios para alcanzar los fines, que tampoco nos vienen claramente definidos.

El fin principal y universal es la “felicidad” (“todo lo que hacemos, lo hacemos para ser felices” –afirma Aristóteles).

Dotados genéticamente pero en un ambiente en el que desarrollarse y, aquí, es donde podemos afirmar el adagio de “algunos nacen con buena estrella mientras que otros nacen estrellados” (la buena y la mala suerte).

Pero nunca sabemos claramente cuál es el límite.

Yo – nosotros – todos: los tres ámbitos en el que se desarrolla la educación moral para conseguir ser una “buena persona”.

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