viernes, 27 de septiembre de 2013

4.- RENACIMIENTO Y CONTEXTO.


 
El salto de la concepción medieval del mundo y del hombre a la concepción renacentista supuso un enorme salto, pero no fue un salto brusco.

Para levantar un imponente edificio nuevo es necesario, pero no es suficiente, que el edificio antiguo que ocupa el local esté declarado en ruinas y vaya, poco a poco, cayéndose a trozos.

No sólo hay que dejar libre el solar, también hay que cavar muy hondo para disponer de unos cimientos firmes, acordes con el edificio nuevo a levantar.

En entradas posteriores me extenderé más ampliamente sobre todo ello. Pero es que, además, concurren otras circunstancias que posibilitan la nueva construcción.

Ya la Europa cristiana, en la Edad Media, intentó con las Cruzadas, y con la excusa de recuperar los Santos Lugares, ocupados por los ardientes musulmanes, intentó imponerse a este nuevo rival, pero no sólo por motivos religiosos, también por motivos expansionistas, por lo que las armas primaban sobre la fe, en esta aventura.

Pero también aparecieron otros candidatos con el mismo objetivo de expansión, procedentes de Asia, como los mongoles y los turcos otomanos.

Pero mientras éstos sólo disponían de la gran cantidad de soldados y de fuerza física bruta (una máquina militar), Occidente también contaba con otro tipo de armas, más sofisticadas, la ciencia y la técnica.

Caerá el emporio de Alejandría como centro distribuidor de mercancías procedentes del lejano oriente, pero los portugueses, bordeando la costa africana atlántica, abrirán una nueva ruta marítima a las Indias.

Al mismo tiempo las luchas internas entre dos grupos enfrentados, tanto en Irán como en India, tanto en China como en Japón, dificultarán las rutas terrestres, pero facilitarán que Occidente descubra y domine las rutas marítimas, para su actividad comercial.

Ya desde finales de la Edad Media Europa soñaba con conquistar el mundo: tanto las almas de los infieles, para convertirlos, como sus riquezas.

Ayudó a la aventura los mitos (el del Dorado, el de la Fuente de la eterna juventud, el reino de las Amazonas,…).

Co los mitos, siempre presentes, en la cabeza, con las armas, más técnicas, el mano, con los libros de la ciencia geográfica a mano, así como las tablas astronómicas, que no podían ser falsas, porque eran de los antiguos, se lanzan a descubrir nuevas tierras, a conquistarlas, a colonizarlas, a cristianizarlas.

Es curioso que un error, el del Almagesto de Ptolomeo, con la inexistencia del continente americano y el mayor de los océanos, el Pacífico, facilitaran que algunos navegantes se aventuraran hacia el Oeste, hacia el Atlántico, para llegar a las Indias.

Y es verdad que hay un menor kilometrada o millas marinas desde Portugal-España hasta las costas de las Indias Orientales (¿?), si borramos, imaginativamente, el continente americano y el Pacífico.

Los progresos náuticos coadyuvaron en la misión.

En primer lugar “la carabela”, que combinaba las velas cuadradas atlánticas con las velas triangulares mediterráneas, y que era superior a la “coca” y a la “galera”.

Y en segundo lugar, que iban dotadas de brújula, astrolabio y tablas astronómicas.

El piadoso Enrique el navegante, portugués, y su escuela de Sagres, bajan rodeando, descubriendo y conquistando la costa Este de África, también por motivos religiosos, pero sobre todo por motivos económicos, ya que la venta de esclavos le deparaba pingües ganancia.

Y, sobre todo, cuando el Papa Calixto III (1.452) autoriza/aprueba que los negros puedan ser reducidos a esclavitud, siendo el mercado de esclavos una buena fuente riqueza.

En 1.488, Bartolomé Díaz, doblará el Cabo de las Tormentas, pasando del Atlántico al Índico y abriendo una nueva ruta, marítima hacia las Indias.

España, por su parte, cruzando el Atlántico, llega, dándose de bruces con las Indias (¿?)

El oro, las misiones, las conquistas, la colonización, los esclavos, las minas,….son, para los renacentistas, nuevas fuentes de riqueza.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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