domingo, 26 de febrero de 2012

LA POSTMODERNIDAD (D2)


MORIR DE ÉXITO.

La Razón Ilustrada se emborrachó de éxito y comenzó a delirar, paranoica, y a sobrevolar sobre la realidad, independizándose de ella y creando sistemas idealistas.
El Idealismo va más allá, culmina el Racionalismo.

Para el racionalismo la Razón era el instrumento idóneo para conocer y, así, poder dominar la realidad.
Para el Idealismo NO. La Razón es autónoma, construye esquemas racionales y ya no es que, como Kant, conozcamos la realidad según los esquemas que tenemos, sino que es la realidad la que “tiene que ser” como la Razón dice que “tiene que ser”.
No es que para ser conocida tenga que ser así, es que “tiene que ser así” independiente de su conocimiento.

La Diosa Razón Ilustrada ya no es que haya que adorarla (“logolatría”) por habernos facilitado el conocimiento y dominio de la realidad, es que se ha convertida en una Diosa “dictadora” de la realidad y, aunque parezca que ésta no encaja, “tendrá que encajar”, aunque haya que forzarla, para que encaje.

Así se nos mostrará cuadrada o redonda, porque mis esquemas mentales son así, pero ella, en sí, ni era ni tendría que ser así.
Como ocurre con el agua.
La única manera de poder cogerla con una cesta es solidificándola.
La solidificamos para luego afirmar que el agua es sólida.
Y, aunque es verdad que el agua puede presentarse en estado sólido, no es éste su estado natural, que es el estado líquido.

El idealismo es como esos juguetes infantiles, productores de pompas, “de burbujas metafísicas” que, antes o después, explotarán, pero que el loco de Nietzsche, con su “filosofía a martillazos” comenzó a pincharlas y a explotarlas.

¿Qué quedó, después?.

El NIHILISMO Y EL VITALISMO.

Nietzsche es el “deconstructor” (palabra moderna, muy significativa) de las utopías morales, científicas y políticas modernas.
Está convencido de que todos los “ideales”, sean religiosos o no, sean de izquierdas o de derechas, sean conservadores o progresistas, sean espiritualistas o materialistas, sean sociales o económicos, sean….sean los que sean, TODOS, no son más que sucedáneos del ideal religioso, que había inventado un “más arriba” mejor que el de “aquí abajo”, como los nuevos ideales son inventos de un “más allá” mejor y superior al “de ahora y aquí”.

Lo siguiente era “sacrificar la vida”, real, por el “ideal”, sea éste “el cielo religioso” o “el comunismo marxista”.

Todo ideal lleva en sus entrañas la exigencia de entrega, de hipoteca, de la vida presente.

¡El “ideal”, irreal, sacrificando la “vida”, real¡
¡En la esencia del ideal, al considerarse “trascendente”, está la propuesta de valores antivitales, como si la vida no fuera el máximo valor¡
En el fondo, todo ideal encierra “intenciones malvadas”, la negación de la realidad en aras de falsos ideales, de auténticas utopías, “allá arriba” o “allí adelante”.

Esto es el NIHILISMO = “NADA de esos pretendidos ideales existe”, porque nada trascendente a la vida existe. Todo es inmanente a la vida o la vida misma. Los auténticos y únicos valores son los “valores vitales”. Más allá de ella, todo es humo, ficción que te invita o te exige sacrificar la vida, en vez de asirse a ella y disfrutarla.

La Postmodernidad no es sino una crítica a la Modernidad, que ha inventado sus propios ideales, sus ídolos, sucedáneos de los religiosos, ocupando su lugar, una vez apeados aquellos de las peanas.
Yo no sé qué tienen las peanas que nadie quiere derribarlas, sino ocuparlas.

La Modernidad es como “el cazador cazado”, porque al proponer y practicar el “espíritu crítico”, éste, llegando hasta el final, se ha revuelto y vuelto contra ella.

Hablamos de Nietzsche, pero también están, en el mismo kit postmoderno, Marx y Freud, los “tres filósofos de la sospecha”. Sospecha de que todos los ideales de la modernidad, como todos los premodernos, no son sino “cuentos chinos”, “puras ficciones”, que habrá que echar abajo (“deconstruir”) para poder vivir plenamente.

Siempre bajo o tras los ideales hay intereses ocultos, que hay que sacar a la luz, inspeccionando sus cimientos y poniendo cargas explosivas para echarlos abajo.

Hay que despejar el solar, hay que “liquidar el pasado” (sea la verdad científica, la razón, la moral kantiana, la democracia, el socialismo, la república,….) para hacer sitio al presente.

Así como el Humanismo, la Modernidad, supuso la “deconstrucción” de los ideales, tanto de la “cosmología griega” como de la “religión cristiana”, pero que, posteriormente, se aburguesó, inventando sus propios ideales, sus ídolos, la Postmodernidad tendrá que hacerse cargo de la “deconstrucción” de los ideales-ídolos de la Modernidad.

“Deconstrucción”. No es posible la “rehabilitación” en un edificio antivital. La Vida va a ser la ocupante de la peana, una vez despejada de ídolos.

Tras Nietzsche, estando de acuerdo o no con su pensamiento, no puede seguirse pensando como antes.

Libres de “ideales metafísicos”, que son NADA (“NIHILISMO”) se impone, ahora, la “realidad vital”, el VITALISMO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario