lunes, 20 de febrero de 2012

DEMOCRACIA ATENIENSE.

EL CONTEXTO EN LA DEFINICIÓN.

Definir es “limitar”, “marcar los límites”, pero esto casi nunca es neutral, porque siempre debe estar, la definición, dentro de un contexto.
Si yo afirmo que: “180º es la suma de los ángulos internos de un triángulo”, es una afirmación verdadera PERO dentro del contexto de la Geometría Euclidiana, o plana, o sin curvatura, porque en las Geometrías no euclídeas esa sentencia es falsa.
En la Geometría de Riemann, o de curvatura positiva, la suma es mayor de 180º (tomen Uds. dos meridianos de la esfera, que se juntan/cortan en el polo, y que son perpendiculares al Ecuador y compruébenlo, aun visualmente).
Y en la Geometría de Lobachesvsky o de curvatura negativa, la suma es menor de 180º.

Normalmente, lo damos por supuesto (en el caso del triángulo) que nos movemos en el contexto de la Geometría euclídea o plana, que es límite al que tienden las otras dos.

EL HOMBRE = “ANIMAL POLÍTICO” y “ANIMAL RACIONAL”.

Son dos definiciones de Aristóteles que han hecho fortuna y que se extienden hasta nuestros días. Y parecen dos definiciones objetivas, neutrales, aplicables a todo ser humano. Y, sencillamente, no es verdad.

Animal político o animal social, por ser el único que posee el don del “lenguaje”, que es mucho más que la “voz” (que puede indicar pena o placer y que también la tienen los animales, que tienen sensaciones de lo que es penoso y de lo que es agradable).
El lenguaje indica lo que es provechoso o nocivo, y también lo justo y lo injusto, pues sólo él tiene la percepción del bien y del mal, de lo justo y de lo injusto, y demás cualidades morales. Y no sólo lo siente, puede, además, comunicárselo a sus iguales.

No es como los animales “gregarios” (la abeja y la hormiga), sólo él vive en una polis (ciudad) y lo que hace que exista una ciudad no son las casas y las murallas, sino el sentido de la justicia. (La distinción posterior agustiniana de “urbs-urbis (urbe), elementos materiales y “civitas-civitatis” (ciudad), elemento humano, la población).
Y para que reine la justicia los humanos deben poder comunicarse entre sí, hablar y razonar, y esto sólo pueden hacerlo los seres humanos porque sólo ellos poseen el “logos” (que es “razón” y “palabra”), el que discurre racionalmente y se comunica con sus semejantes, a través de la palabra.

El “animal político” (social o cívico) es, también, “animal racional”, “animal que habla” y “animal moral”.

Estas definiciones sólo valen en el contexto del mundo griego y en su concepción del mundo: “la especie humana (como todas las especies) es eterna y difiere de todas las demás por la posesión del “logos” (“razón” y “palabra”).
Es la diferencia específica del género “animal” (“animal racional” = especie humana) muy distinta de todas las demás especies animales que son “irracionales”, que actúan movidas por instintos o, a lo sumo, por hábitos.

Pero ahora, cuando se ha descubierto que los animales también tienen inteligencia, ¿qué pasa con esa definición?.

Y es que la definición de “animal racional” surge en un contexto social muy particular (en la Atenas del siglo IV a.C) y oculta una fuerte carga ideológica.
Presupone un modelo “verdadero de ser humano” que es: 1.- GRIEGO (no el “bárbaro” extranjero o meteco), LIBRE (no el esclavo), ADULTO, mayor de 21 años, (ni niño, ni anciano) VARÓN (no mujer), nacido de padre y madre atenienses.

¿Cuántos, pues, “animales racionales” (hombres) había en Atenas si quitamos a las mujeres, a los niños, a los ancianos, a los extranjeros y a los esclavos?
Se calcula que, de una población de 300.000, no más de 45.000

Se trata de una concepción del hombre que está llamada a fundamentar la esclavitud y otras relaciones de subordinación (varón-mujer, griego-bárbaro,…).
Es la figura del “humano verdadero”, como un animal que vive en la polis, en quien el alma prevalece sobre el cuerpo, y la razón sobre el deseo.
Es un ciudadano griego, varón, adulto, libre, urbano y ocioso (el trabajo manual es degradante, quedará para los esclavos) .

Él es el que manda. Y su mandato puede ser despótico, paternal, marital, regio, o político y bajo él se encuentra el resto de la humanidad y de lo viviente, en su conjunto.

Cuando hablamos, pues de Democracia Ateniense ¿de qué estamos hablando si ya, de entrada, eliminamos a la mitad de la población, las mujeres, y luego seguimos restando esclavos, extranjeros, niños, ancianos?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario