martes, 1 de octubre de 2013

LOS MUSULMANES, (2) LOS ULEMAS.


 
Decía Lord Acton, historiador y autor de La Historia del Papado, conocedor, pues, de la vida y andanzas de muchos de ellos, en carta a un obispo, condescendiente con las conductas de los papas: “el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Que otros traducen como: “el poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente”

Imagínense, pues, en las Religiones, en que el “poder viene de Dios” (y no del pueblo) y es el portavoz único autorizado de la voluntad divina. Que si la máxima autoridad dice: “Dios quiere esto es que Dios quiere esto”

Donde domina y reina, en exclusividad, una mentalidad mítica/divina, y, sobre todo, si es monoteísta y va bastante frenada en la marcha de la historia, TODO, absolutamente TODO pertenece a Dios, único Señor y Propietario. Los hombres somos simples administradores y los sacerdotes, desde el primero hasta el último, los vicarios, los embajadores, los encargados de los asuntos divinos.

A fin de cuentas, los “embajadores plenipotenciarios” pueden quitarte “la administración” de eso que tu considerabas tu propiedad.

Ni siquiera la vida de cada uno es de cada uno, pertenece a Dios, de ahí considerar como “pecado” el suicidio, por haber hecho desaparecer/robarle a Dios algo que no es de uno, la vida. De ahí que no pudieran ser enterrados, los suicidas, en cementerio cristiano, en el “camposanto”, sino en el “cementerio civil” (y eso por causas higiénicas o de salubridad).

“Enterrados como un perro” –decía mi abuela.

En el Génesis, cuando José le roba las copas de oro del Faraón y lo detienen, su respuesta es: Dios es su propietario y yo cumplo sus órdenes (aunque lo diga con otras palabras)

Esto, hoy, aunque les parezca mal a Rouco Varela & Co, ni en el Cristianismo ni en el Judaísmo está vigente.

Ambas religiones dimos un salto desde la Edad Media, pusimos un pie en el Renacimiento, dimos un salto a la Ilustración, y la “palabra de Dios” fue sustituida por “la palabra del pueblo”

Sabemos de las tres Inquisiciones: a.- La Inquisición Episcopal (de cada obispo en sus diócesis), b.- Inquisición Papal o Pontificia (ante el fracaso de la Inquisición Episcopal) y que estuvo vigente, sobre todo en el Sur de Francia y en el Norte de Italia, así como en Aragón y c.- Inquisición Española bajo el control directo de la monarquía española.

Aunque el objetivo principal era extirpar las herejías, llevaba aparejada la confiscación de sus bienes.

Las Inquisiciones Eclesiásticas incrementaban, enormemente, el patrimonio de la Iglesia.

Esto mismo es lo que hicieron nuestros Reyes (no tan) Católicos en España, con la expulsión de los judíos y de los moriscos.

Lo de “la conversión a la única religión verdadera” era el pretexto ideal para apropiarse de sus bienes, sobre todo de los bienes inmuebles, ante la penuria de las arcas estatales.

Y si no se podía eximir como causa la herejía se recurría a la “supresión” de la Orden, como la de los jesuitas o

Sé que a mi amigo Jesús le suena todo esto:

En 1307, después de lograrse un consenso entre facciones de obispos leales o no al rey francés Felipe el Hermoso, subió al papado Bertrand de Got, quien adoptó el nombre de Clemente V, trasladándose a residir a Aviñón, Francia. Si bien este Papa garantizó al rey francés su no intromisión en los asuntos terrenales, aquel le exigió la supresión de la Orden de los Templarios dado que, según el rey, la Orden practicaba la idolatría y se les atribuían otros crímenes. No obstante el verdadero afán del rey era el de apropiarse de los muchos bienes templarios y de no tener que regresarles fuertes sumas de dinero que Felipe el Hermoso adeudaba al Temple en concepto de préstamos, para lo cual precisaba que el papa disolviera la Orden.

Finalmente esto ocurrió en el Concilio de Vienne en 1311 y el Gran Maestre templario, Jacobo de Molay, fue condenado a morir en la hoguera. Este ha sido desde entonces uno de los mayores escándalos de toda la historia eclesiástica y un gran error en la memoria de Clemente V, quien posteriormente se arrepintió de haber accedido a las pretensiones del rey francés, aunque ello no se supo hasta hace pocos años.

Tanto Jacques de Molay como la organización templaria fueron posteriormente absueltos por el propio Clemente V, aunque Jacques de Molay ya había fallecido en la hoguera. La doctora italiana Bárbara Frale encontró a mediados del siglo XX lo que se le ha denominado el pergamino de Chinon en un monasterio francés del mismo nombre. Dicho documento contiene la absolución impartida por el Papa Clemente V al último Gran Maestre de la Orden del Temple, el fraile Jacques de Molay, y a los demás jefes de la Orden, reconociendo el propio Papa que las confesiones de los templarios eran falsas, ya que habían sido obtenidas por la Inquisición bajo tortura.

El Vaticano posee una copia autenticada del pergamino de Chinon, con la referencia Archivum Arcis Armarium D218, y también posee el pergamino original con la referencia D21.

¿Se le devolvió lo requisado?

Durante toda la Historia de la Humanidad, sobre todo en edades en que, ante la ausencia o debilidad de la razón, imperaba la fe en un Dios, en Su Dios, se han cometido tropelías en su nombre a manos de todas las castas sacerdotales.

Porque cuando había muchos dioses uno podía escudarse y criticarlos, ya que cualquiera podía ser “fan” de otro dios, y no había castas sacerdotales para todos.

¿Cómo pudo surgir la filosofía sino por la ausencia de una “casta sacerdotal” en Atenas, a pesar de tantos dioses y diosas en su amplia mitología?

Al Islamismo le faltan muchos hervores, todavía no han “madurado”, siguen “crudos”, en manos de gentes con mucha barba, pocas ideas y ninguna razón

 NOTICIA.

Damasco, Agencia FIDES, “36 ulemas de la capital siria han emitido una Fatwa (un decreto jurídico del Islam) que legitima a los musulmanes a requisar y apropiarse de los bienes, casas y propiedades pertenecientes a las minorías no islámicas”.

Los ulemas sirios pertenecen a la rama “sunita”: grupo musulmán mayoritario, por lo general, llamado ortodoxo, frente a la otra rama islámica, minoritaria, la “chiíta”, partidaria de Alí, el terno de Mahoma y como sucesor del profeta)

Esas minorías no islámicas “requisables” son los cristianos (ortodoxos, siríacos, maronitas y católicos de rito armenio) (un 5%), los drusos (que ellos se consideran islamistas, pero que no son considerados como tales por los Ulemas) y otros grupos minoritarios islámicos no sunitas, como los alauitas (chiitas, a la que pertenece Bashar al Assad, y que los sunitas la consideran una herejía), los ismailíes, y una pequeña comunidad judía.

Esos grupos minoritarios no sunitas, en Siria, deben ser perseguidos y discriminados, según los líderes musulmanes.

Según la Fatwa debe “boicotearse y romper la relación cos todos los habitantes no sunitas, habitantes de Damasco y que han traicionado a los revolucionarios o los han abandonado”.

“Las propiedades confiscadas –continúa la Fatwa- serán utilizadas, en parte para comprar armas, y en parte para ayudar a los huérfanos, a los pobres y a las familias de los “mártires”.

“Pedimos a nuestro pueblo que se agarre a nuestras tradiciones islámicas y que frecuente regularmente la casa de Dios con el fin de salvaguardar nuestra alma y la de la sociedad” –concluye la Fatwa.

Yo sé que a la mayoría, no informada, se le hace odioso (a mí también) el dictador sirio Bashar al Assad (chiita), pero lo que no puede olvidarse  es que los rebeldes están mayoritariamente influenciados y dominados por los islámicos sunitas.

Si alguien cree que, una vez derrocado el dictador, Siria emprenderá el camino de una democracia, tipo occidental, es que no se entera ni de lo que vale un peine, cuando los revolucionarios islámicos accedan al poder (si acceden).

Serán los líderes religiosos los políticos de la nueva forma de gobernarse.

¡Como si una “república islámica” pudiera ser democrática¡

Si se le pregunta a la R.A.E. por el término ULEMA dice: “la palabra “ulema” no está registrada en el Diccionario”.

Aunque en otra entrada distingue entre:

El MULÁ, que  es el experto en interpretar las leyes islámicas.

El ULEMA, que es el doctor o maestro en derecho islámico.

El IMÁN, que es el que se ocupa de dirigir la oración en la mequita y de orientar a los fieles

La Fatwa no la ha emitido un “imán” (en un símil, “un cura de un pueblo de Madrid”) ni siquiera un “ulema” (siguiendo con el símil “Rouco Varela”), sino el equivalente al “Sínodo de los Obispos”, al ser 36 Ulemas sirios los que emiten la Fatwa.

Y es que en el Islamismo no existe un papa ni, en principio, un clero organizado.

El contenido de la fatwa, lo que ha provocado alarma en el mundo no musulmán, es poder o exigir hacer lo que las Inquisiciones Cristianas han hecho durante toda la Historia en que estuvieron vigentes.

Y la lógica es aplastante:

.- Si todo lo que existe, incluso la vida misma de cada uno, pertenece a Dios, como único propietario;

.- Y como el único Dios verdadero es el nuestro.

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-->.- Entonces estamos autorizados a quitarles los bienes a sus injustos poseedores, que son los no musulmanes, para ponerlos a Su servicio.

La Única y Gran diferencia entre las Inquisiciones y la fatwa es que han pasado muchos siglos entre ambas (hoy sería incomprensible una Inquisición, al tiempo que es comprensible, en el islamismo, una fatwa por la cantidad de crédulos (no digo creyentes) y negadores y despreciadores de la razón que siguen a sus líderes que, desde el púlpito, hacen la política.

Siempre serán un peligro para los no creyentes o para los creyentes en otro Dios distinto.

Pero ¿cómo podemos…¿con razones con quienes no quieren/no pueden/son incapaces de razonar, llena su mente de credulidad fanática?

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