domingo, 27 de octubre de 2013

EL MITO DE JESÚS (7).


 
LAS NUEVAS-VIEJAS VESTIDURAS.

 El Nuevo Testamento corresponde a las vestiduras, extraídas del Antiguo Testamento, que evangelistas (sobre todo), autores de Epístolas, de Hechos de los Apóstoles y Apocalipsis, van cubriendo a la figura histórica, poco conocida, de Jesús de Nazaret y van convirtiéndolo en Cristo, desfigurando la figura original.

Una imagen procesional, una virgen, por ejemplo tiene 4 partes diferenciadas: 1.- una cabeza, tallada por el imaginero y que intenta plasmar la alegría o la pena, el dolor,…. 2.- Un tronco, no tallado, que podría servir para cualquier imagen. 3.- Dos brazos articulados, pero no tallados, que terminan en dos manos, talladas, y 4.- Un bastidor-esqueleto troncocónico o candelero, generalmente formado por listones de madera y sin valor escultórico alguno.

El vestidor, ayudado por el/la mayordomo/a y por la camarista o camarera, es el encargado de vestir a la virgen, siendo el tocado, sobre la cabeza, la última  y principal vestidura.

Las vestiduras, en general, valen para cualquier virgen. Ver una imagen desnuda es decepcionante.

Lo que, históricamente, sabemos de Jesús de Nazaret es muy poco, casi nada y, además, con  interpolaciones.

Sin embargo, sobre todo los cuatro evangelios, se muestran como si fueran biografías de Jesús de Nazaret y son los “vestidores” de ese Jesús de Nazaret.

Algo similar a lo que tuve que hacer cuando entré, de cabeza, en “Por qué no soy musulmán”, la obra de Warraq, que fue comprar El Corán para cotejar que El Corán decía lo que Warraq decía que decía el Corán, he tenido que hacer con “El mito de Jesús”, la obra de Georg Brandes, pero en este caso desempolvar la Biblia, de Nácar y Colunga, en la editorial la BAC, que tenía arrinconada, para cotejar, igualmente, que la Biblia dice lo que G. Brandes dice que la Biblia dice.

Y, una vez más, tendré que recordar al posible lector la no confusión de Jesús de Nazaret (el de la Historia) con Jesús-el Cristo-el Mesías-el Ungido-el Hijo de Dios (el de la fe), como tampoco confundir el Cristianismo, como religión, con la Iglesia como Jerarquía e instrumento de poder.

Lo de “Jesucristo” opino que es llevar al creyente desde Jesús hasta Cristo.

Recordar, también, las dos Biblias oficiales: 1.- La Judía o Tanaj, compuesta, sólo, por los libros que forman el Antiguo Testamento (pero que los judíos se niegan a llamarlo así) y 2.- La cristiana: formada por el Antiguo testamento y por el Nuevo testamento (no reconocida, en su totalidad, por los protestantes).

Será en los siglos II y III, y basándose en los libros sagrados judíos (porque la Biblia Cristiana, como tal, no verá la luz hasta el Sínodo de Roma año 382, finales del siglo IV), cuando irán entresacándose las doctrinas que se pondrán en boca de Jesús, como si fueran originales suyas y se presentan, luego, como reveladas en sus predicaciones.

Aunque son muchos los que niegan la existencia histórica, debido a las pocas y manipuladas (por interpolaciones) informaciones que de Él tenemos.

Cualquier estudioso, hoy, es consciente de que poner en boca de Jesús todo lo que se dice que dijo es una exageración, una hipertrofia.

Debieron ser muy pocas las palabras/frases originales de Jesús.

Lo que hace en esta obra, “El mito de Jesús” su autor, Georg Brandes, es ir detectando las fuentes, en el Antiguo Testamento (Tanaj) judío, de lo atribuido a Jesús en el Nuevo Testamento.

Hay un hecho universal, y que se repite en todas las culturas: que cualquiera que se oponga a una verdad mayoritariamente aceptada por el pueblo y por los órganos de poder, civiles o religiosos, se verá vilipendiado, perseguido, excluido, incluso matado (llámese Galileo por su heliocentrismo o G. Bruno por otros posibles mundos).

¿Por qué no están el orden cronológico los cuatro Evangelios cuando se sabe, a ciencia cierta, que el más antiguo es el de Marcos?

Es más. El último libro del Nuevo Testamento, el Apocalipsis o la Revelación de San Juan, fue el primer escrito, antes que el de los Evangelios.

Iremos comparando/contrastando cómo los vestidos nuevos, del Nuevo Testamento Cristiano, son los vestidos viejos, del Antiguo Testamento Judío, con los que irán vistiendo a Jesús de Nazaret.

Un ejemplo:

Apocalipsis (1,14): “su cabeza y sus cabellos eran blancos, como la lana blanca, como la nieve; sus ojos como llamas de fuego…”

Daniel (7,9): “cuyas vestiduras eran blancas como la nieve, y los cabellos de su cabeza como lana blanca; su trono llameaba como llamas de fuego…

¿Acaso son los Evangelios anteriores a las Cartas de Pablo?. ¿Y dice Pablo, cuenta Pablo, algo de Jesús?. ¿O solamente habla de Cristo?.

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