miércoles, 23 de octubre de 2013

EL MITO DE JESÚS (4).


 
LA IGLESIA Y LA LIBERTAD RELIGIOSA.

Lo que menos quería Jesús de Nazaret, el Mesías, el Cristo (el Ungido), ni se le pasaba por su mente era crear una nueva religión.

Él era un reformador. Lo que intentaba era reformar la Religión Judía aplicándole más el “espíritu de la ley” que la letra de la misma.

Era un Lutero, varios siglos antes, queriendo reformar la Religión Católica Apostólica y, sobre todo, Romana.

Que, años después, otros fundaran una religión y la llamaran “Cristianismo”  al decir que estaba basada en la doctrina de Cristo, es lógico.

Ello no debe ponerse ni en el “Debe” ni en el “Haber” de Jesús de Nazaret.

“El Cristo” es el Jesús de la fe, que poco o nada tiene que ver con el “Jesús de Nazaret”, el de la historia.

Pero lo que le parecería absurdo es que esa nueva religión, que llevaba su nombre, montase una estructura de poder como la que montó.

Y lo que ya sería inconcebible para Jesús de Nazaret es que se montase ese tipo de Iglesia, jerárquica, medieval, feudal.

Y ya, lo más de lo más, es que ese tipo de Iglesia llegase hasta hoy, siglo XXI.

Si Jesús levantara la cabeza quizá cogiera otra vez el látigo y, en vez de entrar en el templo como un elefante por cacharrería, entrase en El Vaticano y desalojase a toda la curia vaticana, con su jefe incluido.

Toda religión establecida sueña con que no haya libertad de religión y sea ella la única.

Además, si hablamos mal, empleando inadecuadamente el lenguaje, y llamamos “Cristianismo” cuando queremos decir “Iglesia”, o hablamos de “Cristo” cuando queríamos referirnos a “Jesús”, peor que peor, es enmarañar, aún más, el ovillo.

Si toda creencia se funda en los mismos principios básicos y son, políticamente, de un valor inestimable, sobre todo las religiones monoteístas (Un sólo Dios, una sola y la misma fe, una sola y la misma moral,…..) no es de extrañar el interés de dichas religiones monoteístas de luchar contra la libertad religiosa (de las demás religiones).

Si, además, el Estado se entromete y, beneficiándose ambos, la declara “religión oficial”, con privilegios varios, todo ya viene rodado.

De ayer mismo fue que todos los curas de España, en misa, pedían por “ducem nostrum Franciscum” y el “generalísimo” entraba bajo palio en las Catedrales, pagándoles sueldos, concediéndole prebendas varias, eximiéndoles de la mili,….

“Do ut des”. Hoy por ti, mañana por mí.

Lo cual tiene una lógica aplastante.

Si mi religión es “la única religión verdadera” entonces todas las demás serán falsas y como la falsedad no puede tener derecho alguno a ser publicadas, extendidas, propaladas,… por lo que deben ser prohibidas.

De esta manera el poder político y el poder religioso, apoyándose mutuamente como mecanismo de lucha y de defensa, han cometido atrocidades históricas a más no poder.

Y si los mismos dioses de las distintas religiones son celosos de los demás dioses (la intolerancia inter-divina), eso mismo es lo que practican sus iglesias respectivas (la intolerancia inter-religiosa)

Los dioses acostumbran a amenazar a sus pueblos con castigos horribles si abandonan su redil y, sobre todo, si es por ingresar en otro redil rival.

La parábola del Buen Pastor y de las ovejas, en todas las religiones, reflejan bien la realidad.

Prometer a un pueblo nómada y hambriento una tierra firme donde asentarse, y que esa tierra prometida se encuentra surcada por arroyos de leche y miel,…. es querer mantenerlos atados a Él.

Y si el poder político controla la conducta externa de los ciudadanos y el poder religioso controla y dirige la conciencia de los feligreses… Si uno considera “delito” (criticar a la autoridad, por ejemplo) lo que el otro considera pecado (porque es oponerse a la voluntad de Dios, del que procede toda autoridad)…..Si uno te quita la hacienda, la libertad o la vida y el otro te amenaza con la condena eterna del “llanto y crujir de dientes” en la otra vida,… pues, ¡apaga y vámonos!

Y si los Emperadores romanos y los Faraones egipcios son, también, dioses… Y si los Califas y los Papas son los vicarios/representantes oficiales de sus dioses respectivos en la tierra, y los únicos capacitados y autorizados para interpretar la voluntad de sus respectivos dioses….

Esto es lo que, normalmente, ocurre en las sociedades de religión monoteístas, la mutua persecución y prohibición, lo contrario es lo que acaece en las sociedades de religiones politeístas, que no tienen más remedio que respetarse, tantos en sus creencias como en sus conductas, como único mecanismo de supervivencia.

En la Europa Occidental las varias Santas Inquisiciones (papal, episcopal, real) eran las encargadas, con métodos expeditivos, de cortar las herejías (abandonos y desvíos del camino correcto), algo inaudito en sociedades politeístas, en las que cada uno puede pasear o caminar por el camino que más le plazca.

Hasta que en el 1.517, Lutero, quizá sin darse cuenta de lo que implicaba su Reforma para la sociedad, proclamó su desobediencia a Roma (¿sólo por lo de la venta de bulas?) y fue apoyado por la burguesía alemana.

Si la interpretación de las Escrituras ya no es privilegio exclusivo de Roma, sino que cada uno de los creyentes tiene derechos a hacerlo….

El “magíster dixit” deja de tener vigor, la libertad de pensamiento y de conciencia se instala en la mente de cada uno y, sólo así, la ciencia y la técnica pueden surgir y caminar libremente, sin el control del poder religioso.

El Protestantismo alemán, el Anglicanismo inglés, los hugonotes franceses,…versus el monoteísmo a ultranza de Roma y de España, con sus colonias.

Ante la persecución de Luis XIV, que revoca el Edicto de Nantes, por el que se concedían varias plazas a los protestantes, se vieron éstos obligados a huir a los Países Bajos, a Suiza, a Inglaterra, a ciudades evangélicas alemanas.

Pero si el Rey era, siempre, un tirano, no se quedaron atrás los reyezuelos (que se lo pregunten a Miguel Servet, con el intransigente Calvino).

Será Voltaire, en el XVIII, quien convertirá a Francia en la patria por excelencia del libre pensamiento, sin declararse ateo (se consideraba “deísta”, no confundirlo con “teísta”).

Afirmar que “si hay un reloj debe haber un relojero” no es identificar al relojero, si es varón o mujer, alto o bajo, soltero o casado,….

El episodio de Galileo, en 1.633, abjurando (¿abjurando?) de su doctrina heliocéntrica y heliostática, sólo era posible en la Italia de Roma o en la España de entonces que, tristemente, lo aprende y lo sigue.

A finales del siglo XV España llevaba 50 años de adelanto, en Ciencia y en Tecnología, respecto a Europa.

100 años más tarde los llevaba de retraso.

Mientras la Europa Protestante avanza y avanza por el camino científico-técnico, España, Roma, Portugal,…permanecen estancados.

España, que había sido capaz, en el siglo XV, con Cristóbal Colón, de atravesar el Atlántico con “carabelas”, naves de velas, sin remeros, en Lepanto, 1.571, siglo XVI, (La Liga Santa: España, Estados Pontificios, República de Venecia, la Orden de Malta, la República de Génova y el Ducado de Saboya), en tiempos de Felipe II, las galeras españolas, con remos-remeros, (para “no depender de la imprevisible dirección del viento”), llevaban 48.000 hombres, de los que sólo 16.000 eran “hombres de guerra”.

Y en 1.588, la Armada Invencible, con 130 buques, llevaba (entre otros anacronismos) a 2.088 remeros y se cubre de ridículo.

Y las carabelas que venían de América, en el XVI, son del mismo tipo que las que había utilizado Cristóbal Colón, 100 años antes.

Y llegarían cargadas de oro, plata,…si no se encontraban, en el Océano, con buques ingleses, más rápidos, más manejables y, también, mejor armados.

Estancamiento científico y tecnológico de España, mientras en Inglaterra, Francia,….

Pero, eso sí, ya apuntábamos a ser “la reserva espiritual de Occidente”, sólo eso.

Como si la hoz, la azada, la garrucha, el candil,….

No era Jesús, no era el Cristo, no era el Cristianismo, ERA LA IGLESIA.

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