martes, 20 de octubre de 2020

ÁGUILA (EL) Y LA GALLINA ( 1 )

 La metáfora del águila y la gallina de Leonardo Boff está escrito en 1.997 pero ya había aparecido en una obra de Anthony de Mello: “El canto del pájaro”.

Este libro de Mello fue publicado unos años antes, en 1.982 y Leonardo Boff, baluarte de la teología de la liberación, utilizaría esta metáfora para exponer sus puntos de vista sobre la realidad latinoamericana.

 

¿Por qué la utilizó?

 

Pues porque la historia del águila y la gallina en Anthony de Mello terminaba muy mal.

"Un hombre se encontró un huevo de águila. Se lo llevó y lo colocó en el nido de una gallina de corral. El aguilucho fue incubado y creció con la nidada de pollos.
Durante toda su vida, el águila hizo lo mismo que hacían los pollos, pensando que era un pollo. Escarbaba la tierra en busca de gusanos e insectos, piando y cacareando. Incluso sacudía las alas y volaba unos metros por el aire, al igual que los pollos. Después de todo, ¿no es así como vuelan los pollos?

Pasaron los años y el águila se hizo vieja. Un día divisó muy por encima de ella, en el límpido cielo, una magnífica ave que flotaba elegante y majestuosamente por entre las corrientes de aire, moviendo apenas sus poderosas alas doradas.

La vieja águila miraba asombrada hacia arriba. 

-¿Qué es eso?, preguntó a una gallina que estaba junto a ella.
-Es el águila, el rey de las aves, respondió la gallina. Pero no pienses en ello. Tú y yo somos diferentes a ella.

De manera que el águila no volvió a pensar en ello. Y murió creyendo que era una gallina de corral". (El canto del pájaro, págs. 129-130.)

Como veis, la historia tiene un final terrible.

Te da mucho que pensar.

 

La misma metáfora es la que usa Leonardo Boff pero la conclusión a la que llega es evidente: somos águilas pero vivimos como gallinas.

 

Supongo que cada uno tendrá que analizar en qué se puede identificar con la vida de las gallinas (animales prosaicos, que llevan una vida exclusivamente materialista, sin planteamientos de calado espiritual y de sentido profundo; entienden que cada uno es lo que tiene y sólo valgo por el acopio de cosas que tiene y hace; acepta cualquier circunstancia por miedo a perder un puesto de trabajo, llevan una vida superficial alienada y alienante vacía de contenido en la que se llenan las horas con entretenimiento absurdo y ridículo: telebasura, etc.,

 

Leonardo Boff, que no necesita presentación es aclamado por muchos y despreciado por otros y toda su vida y su pensamiento han tenido como eje el acercamiento del evangelio a la realidad histórica de los pueblos de Latinoamérica.

 

Él, junto con otros autores como Gustavo Gutiérrez, Jon Sobrino o Ignacio Ellacuría, ha tratado de dar forma a la llamada “Teología de la liberación”.

Para ellos, no tiene sentido el mensaje de Jesús si no es una buena nueva especialmente para los más pobres y oprimidos de nuestra sociedad (la tan conocida "opción preferencial por los pobres").

Desde ahí su mensaje de denuncia social y de creación de una conciencia colectiva que, de alguna manera, haga que las estructuras generadoras de pobreza y marginación puedan cambiar en favor de un mundo más justo y humano. 

El águila y la gallina  no tiene sentido si no se tiene en cuenta lo dicho más arriba.

A lo largo de sus capítulos de este pequeño librito, Boff, consciente de que la liberación comienza en la conciencia y se hace efectiva en la práctica histórica, va analizando cada uno de los conceptos que aparecen en la historia del águila y la gallina: cómo viven las águilas, cómo un águila puede convertirse en gallina, cómo despertó el águila-gallina...

 

Así, el autor nos muestra que las dos realidades conviven en nosotros y nos hace un llamamiento a que liberemos nuestras águilas interiores, que seamos héroes de nuestras propias vidas a través del amor incondicional, que es la única fuerza regeneradora que existe.

 

En el fondo, a juicio de Leonardo Boff, y siguiendo un cierto esquema de corte hegeliano-marxista, se trata de vivir una síntesis entre los dos elementos contrapuestos (águila-gallina) de la siguiente forma:

- No solo el águila, sino también la gallina.

- No solo la gallina, sino también el águila.

- No solo el águila en la gallina, sino también la gallina en el águila.

- No solo asumir la gallina-águila, sino también saber cuándo dar énfasis al águila en la gallina y cuándo la gallina en el águila.

- No solo materia y espíritu, sino también su interacción: la vida.

- No solo trascendencia e inmanencia, sino también su interpenetración: la transparencia.

- No solo el hambre de pan, sino también el hambre de espiritualidad.

- No solo el yo y los arquetipos, sino también el Centro y el Sol interior.

- No solo los seres humanos, sino también la Tierra y el universo.

- No solo la vida y la muerte, sino también la resurrección y la vida eterna.

Son los retos planteados para la construcción de lo humano.

Tenemos que estar a la altura si queremos darles una respuesta que nos dignifique.

Una respuesta que fundamente un equilibrio dinámico entre el águila y la gallina.

Como podéis observar, el planteamiento de Boff (a diferencia del de Anthony de Mello) es esperanzador.

1 comentario:

  1. Hola, Tomás.
    Descubrí la fábula de De Mello en un blog y tiré del hilo. Al final me decidí a escribir una larga entrada con mis reflexiones y poniendo varias versiones del relato. También llegué a tu blog, que menciono y enlazo en mi entrada. Muy interesantes tus tres partes (llegué buscando si De Mello era el autor de la historia).
    Increíble lo versionada que está la fábula en internet, incluso con vídeos.
    Mi visión de la fábula es que es una metáfora perfecta del despertar espiritual del ser humano, de cómo se da cuenta de su verdadera naturaleza no condicionada ni relativa.
    (Es que mi blog se llama "El camino del despertar").
    Te invito a leerlo, si quieres. Un abrazo...
    https://despertardelbuda.wordpress.com/2022/12/18/la-fabula-del-aguila-y-la-gallina/

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