martes, 6 de octubre de 2020

AGNOSTICISMO: VERDAD, COMPASIÓN, IGUALDAD, LIBERTAD, RESPONSABILIDAD son 5 valores laicos, pero no exclusivos de los laicos. ( 3 )

 Lo opuesto a IGUAL es DESIGUAL, y lo opuesto a “IDÉNTICO” es lo “distinto”, lo “diverso”.

 

IGUALES, como personas, y DISTINTOS en cuanto tales personas (no creo que sea difícil de entender)

 

No hablamos, pues, de Igualdad Económica o Política, sino de Igualdad como personas, por lo que nos oponemos a toda jerarquía “en cuanto personas”, nadie es más persona que nadie.

Ni el barrendero es menos persona que el profesor, ni el político es más persona que el panadero, ni el Director del Banco más que un agricultor.

 

El laico niega toda jerarquía a priori como “personas”.

 

El Sufrimiento es el sufrimiento, da igual quien lo padezca, y el Saber es el saber, con independencia de quien lo descubra.

 

Si “cada uno es único” nadie es “superior” a otro, como persona, todos IGUALES,

 

Y ya con los valores de VERDAD, de IGUALDAD y del SUFRIMIENTO ¿qué decir deL valor de  la LIBERTAD?

 

¿Cómo se puede buscar la Verdad, defender la Igualdad, luchar para evitar el Sufrimiento, sin la Libertad de pensar, de investigar, de experimentar?

 

Libertad de pensar y, sobre todo, libertad de dudar, de volver a comprobar, de escuchar otra opinión, de optar por otro camino distinto para reafirmarse o para cambiar.

 

Un hombre se atrevió a oponerse a todos, incluso a la autoridad eclesiástica, la considerada como verdadera la posición central de la tierra en el sistema solar, buscando la Verdad y otros, en masa, se atrevieron a asaltar la Bastilla en 1.789 contra el régimen despótico del francés Luis XVII y la negra  Rosa Park tuvo la valentía de sentarse en un asiento de autobús reservado únicamente a pasajeros blancos.

 

Galileo defendía la Verdad, las masas defendían la Libertad, Rosa Park defendía la Igualdad.

 

Y todos consiguieron su propósito, no sin reclusión obligada en su casa, no sin pagar con sus vidas el asalto a la Bastilla y no sin insultos, vejaciones, detención…

 

Se requiere mucha VALENTÍA (otro valor defendido por los laicos) para luchar contra los prejuicios o contra la opresión, política o social (la discriminación).

 

La educación laica enseña a no enquistarse en una considerada verdad y ponerla en duda, y contrastarla una y mil veces, y exponerla a los ataques de los otros para comprobar si resiste las acometidas o no, para seguir en el burro o para bajarse de él, sin considerarlo un desdoro.

 

No debemos tener miedo a lo desconocido e intentar conocerlo.

 

Se creía que si no teníamos verdades absolutas la sociedad humana se desmoronaría y hemos aprendido a que la verdad siempre está expuesta a ser superada, que es temporal, histórica,…y nuestros nietos o bisnietos comprobarán cómo las verdades de sus abuelos han dejado de ser verdades, al haber sido superadas.

 

Cada vez que leo, veo u oigo lo de “La verdad está en la Biblia” mi entendimiento se retuerce y siento retortijones intelectuales.

 

Admitir la ignorancia es el primer paso de la inteligencia para ponerse en movimiento en busca de respuestas que calmen el ansia de verdad.

 

Las personas que temen perder “su” verdad tienden a ser más violentas que las que están acostumbradas a considerar el mundo como un libro abierto y nunca totalmente leído.

 

Las cuestiones a las que todavía no podemos responder son mucho mejores para nosotros que las respuestas que no podemos ni nos atrevemos a cuestionar.

 

Y otro valor muy estimado por los laicos es la RESPONSABILIDAD, al no admitir ningún poder superior que se encargue del mundo, que castigue a los malos, que recompense a los buenos, que nos proteja del hambre, de la peste o de la guerra.

 

Con este Corona-Virus acabaremos los que visten batas blancas y trabajan en laboratorios y no con los que se visten con sotanas y rezan en las iglesias.

 

¿Por qué no dejamos tranquilo a Dios y nos responsabilizamos cada uno de nosotros en la búsqueda de soluciones a los problemas humanos que nos atenazan y nos matan?

 

Las sequías, las inundaciones, las enfermedades,… ¿por qué, de manera infantil, metemos a Dios en todos estos líos?

 

En lugar de rezar para que ocurran milagros, pongámonos manos a la obra desde el lugar en que estamos y en la parte que nos toca.

 

VERDAD, COMPASIÓN, IGUALDAD, LIBERTAD, RESPONSABILIDAD son 5 valores laicos, pero no exclusivos de los laicos.

 

Los judíos también valoran la Verdad, como los cristianos la COMPASIÓN, los musulmanes la IGUALDAD, los hindúes la Responsabilidad,…

 

Nunca un laico despreciará a un religioso, sólo le pide que si su Código religioso entra en conflicto o confrontación con el Código laico ceda el paso a éste porque antes que religiosos somos personas.

 

El laico pedirá al judío ortodoxo que trate a los no judíos como IGUALES, y al cristiano que no queme en la hoguera a los herejes, evitando el sufrimiento, y al musulmán que considere a la mujer con la misma dignidad que tiene el varón y respete la LIBERTAD de expresión  y al hindú que renuncie a la discriminación por castas.

 

Lo que nunca hará un laico es exigirle a un religioso que abandone a su dios, que renuncie a sus ritos, que se olvide sus oraciones,…

El laico juzga a la gente según su comportamiento, no juzga sus creencias, ni su forma de vestir, ni sus rituales, sino por su compromiso con los valores laicos fundamentales.

 

Sea de la religión que sea, si se es leal a la Verdad científica, a la Compasión, a la Igualdad, a la Libertad, si es Responsable, sin dejar de ser religioso es miembro de pleno derecho del mundo laico.

 

Igualmente, la educación laica no enseña a los niños a no creer en Dios ni a que no participen en ceremonias religiosas.

Lo que sí enseña a los niños la educación laica es a distinguir la verdad de las creencias, a desarrollas la Compasión con todos los seres que sufren, a apreciar la sabiduría, a pensar libremente y sin temer a lo desconocido, a ser responsable de sus actos y del mundo en general.

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