miércoles, 21 de octubre de 2020

ÁGUILA (EL) Y LA GALLINA ( 2 )

 

Hay temas o autores por los que siento cierta curiosidad.

Un tema es: “El Hombre”.

Un autor es el filósofo, teólogo y ex-sacerdote brasileño Leonardo Boff, conocido, sobre todo, por ser uno de los fundadores de la Teología de la Liberación y por el enfrentamiento que ha mantenido en los últimos tiempos con la jerarquía eclesiástica, tanto la de Juan Pablo II como la de Benedicto XVI.

 

En el librito (de apenas 100 páginas) que hoy reseñamos, Boff  parte de la historia del águila y la gallina que, a modo de resumen, es la siguiente:

 

Un campesino encuentra a un polluelo de águila caído de su nido, herido y ciego, casi moribundo.

Lo recoge y, pensando que en breve morirá, lo lleva a modo de regalo a casa de un amigo taxidermista.

Éste, al ver que no muere, decide alimentar al águila que, muy poco a poco, comienza a recuperarse, aunque sin apenas moverse.

 

Tan lentamente se recupera que decide ponerla con las gallinas para ver si el águila se anima a vivir y a moverse, aun a riesgo de que se convierta en gallina.

 

Pasan dos años y el águila recupera vista y movilidad, pero se comporta como una gallina.

Hasta que ve a una pareja de águilas sobrevolar el patio donde viven y despierta su ser-águila.

 

El campesino se da cuenta de que el águila siempre será águila, por lo que trata de ayudarla a volar.

 

Finalmente, tras varios intentos, consigue que desde lo alto de una montaña, a la salida del sol, el águila levante el vuelo y se dirija a los cielos.

 

Esta historia, con pequeñas variaciones, fue contada por el líder ghanés (en tiempos de la colonización inglesa) James Agreey.

Comparaba la situación de los pueblos colonizados con la del polluelo de águila ya que los pueblos iban interiorizando en sus mentes su situación de gallina, su “inferioridad”, su opresión, hasta considerarlo algo normal.

Hasta convertirse en gallinas.

Y debían liberarse y volver a su condición natural de águilas.

 

Boff va más allá y convierte la historia del águila y la gallina en una metáfora de la condición humana.

Para ello identifica algunos elementos de la historia con momentos o situaciones de la vida, como la caída del nido con la amenaza que pesa sobre nosotros de caer del paraíso en que nos encontramos y que hace nacer en nosotros un deseo de rescate o de liberación.

 

O la equiparación del papel del campesino que cuida y alimenta al águila con la fuerza del amor incondicional.

 

O la visión de la pareja de águilas sobrevolando el patio con la importancia que tienen para las personas el papel de figuras ejemplares, ya sean en un círculo íntimo o a nivel global o la visión del Sol con la experiencia de lo sagrado.

 

Para el brasileño los seres humanos somos seres complejos, seres duales, en los que conviven las dos dimensiones, la del águila y la de la gallina, por ejemplo en las relaciones cuerpo – alma, necesidad – deseo, religión – fe o ética – moral. 

 

Pero los monopolizadores del “Tener”, del “Saber” y del “Poder”, con el fin de convertir al ser humano en gallina, no han querido ni sabido comprender esas dualidades y esa complejidad  y nos han ofrecido una visión simplista, única y monolítica.

 

 

Todo el que esté fuera de esa visión es excluido.

 

Pero el que está dentro es solo una gallina, ya que solamente hay una visión posible contra la que (en teoría) nada puedes hacer.

 

Y, por tanto, se hace indispensable recuperar nuestra dimensión de águila, por encima de los citados monopolizadores del “Tener”, del Saber” y del Poder”.

 

Una vez recuperada, deberemos sintetizar las dos dimensiones (águila y gallina) con el fin de alcanzar un equilibrio “dinámico”.

 

Solo así conseguiremos desarrollar todas nuestras potencialidades y ser, verdaderamente, libres.

 

En la etapa infantil todos somos como “gallinas” porque vivimos entre “gallinas” pero es la “buena” educación la que debe ir actualizando la potencialidad de ser “águila” para mejorar la sociedad, mientras la “mala” educación intentará que te adaptes y asumas la sociedad en que has vivido, para continuarla.

 

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