viernes, 16 de octubre de 2020

NACIONALISMOS Y PROBL.. (3 )- EL RETO TECNOLÓGICO ( y 4 )

 

 La tercera amenaza global procede de la fusión de la “infotecnología” y la “biotecnología” que abren la puerta a un sin fin de situaciones hipotéticas sobre el tema del fin del mundo y que van desde las dictaduras digitales a la creación de una clase inútil global.

 

¿Cuál puede ser la respuesta nacionalista?

Respuesta: Ninguna.

 

Si un gran país, EE.UU. por ejemplo, prohíbe manipular genéticamente embriones humanos, otros grandes países, como Rusia y China podrían hacerlo.

Y si las ventajas, económica o militar, de los países que lo han puesto en práctica, ningún país se quedará con los brazos cruzados quedándose rezagado (EE.UU. se vería obligado a hacerlo desdiciéndose de lo previamente dicho, convirtiendo lo prohibido en obligatorio).

 

Y mientras la guerra nuclear y el cambio climático amenazan sólo la supervivencia física de la humanidad este nuevo reto tecnológico podría cambiar la naturaleza misma del género humano por lo que está mezclado con las creencias éticas y religiosas más profundas de las personas.

 

La gente tiene opiniones muy diferentes respecto a la bioingeniería y a la Inteligencia Artificial (IA) para mejorar a los humanos y crear nuevas formas de vida.

 

Si no existen reglas éticas generales, que obliguen a todas las naciones, se abre la veda de los Frankenstein.

 

Los nacionalismo son cortos de vista, exclusivistas  y ombligófilos (ya sé que no existe esta palabra, pero entiendes bien lo que quiero expresar)

 

En este proceso tecnológico es probable que el propio Homo Sapiens desaparezca.

Seguimos, todavía siendo simios de la familia de los homínidos y compartimos con neandertales y chimpancés la mayoría de nuestras estructuras corporales, capacidades físicas y facultades mentales.

 

No sólo nuestras manos, nuestros ojos, nuestro cerebro son, claramente, homínidos, también nuestro deseo sexual, nuestro amor, nuestra ira y nuestros vínculos sociales.

Dentro de un siglo o dos la combinación de la biotecnología y la IA podrían cambiar nuestro molde homínido.

 

Los nacionalismos no piensan a este nivel, sus fronteras y sus años son sus límites.

 

Así que pensar en entidades superinteligentes, en conciencia separada de cualquier estructura orgánica y surfear por el ciberespacio, sin limitación biológica ni física, con cyborgs gobernando,…rompe cualquier esquema nacionalista.

 

Los tres retos anteriormente expuestos difícilmente podrán ser resueltos mientras el mundo siga dividido en naciones, unas rezagadas y otras avanzadas, mirándose mal, unas queriendo acelerar y otras queriendo frenar.

 

Si ante estas amenazas no hay unanimidad de todas las naciones y cada una decide anteponer sus lealtades nacionales particulares a lo demás, las consecuencias pueden ser mucho peores que las de las dos guerras mundiales del 14 y del 39.

 

Si las superpotencias han evitados este tipo de conflictos es debido a que sabían que tal tipo de guerra significaba una destrucción mutua asegurada.

 

Pero ¿y si alguna nación, ideologizada y fanática, religiosa o laica, cree que puede destruir impunemente a sus enemigos y se lanza a…?

 

Mientras el mundo siga dividido en naciones rivales será muy difícil superar a la vez los tres retos y el fracaso en un solo frente podría resultar catastrófico.

 

La tecnología lo ha cambiado todo al crear un conjunto de amenazas existenciales globales que ninguna nación, por sí sola, puede resolver.

 

Un camino mejor es el que se esboza en la Constitución de la UE: “los pueblos de Europa, sin dejar de sentirse orgullosos de su identidad y de su historia nacional, están decididos a superar sus antiguas divisiones y, cada vez más estrechamente unidos, a forjar un destino común”.

 

Esto no significa abolir las identidades nacionales, abandonas cada una de las tradiciones locales y transformar a la humanidad en algo gris homogéneo.

 

Al proporcionar una cubierta protectora continental, militar y económica, puede decirse que la UE ha promovido el patriotismo local en Flandes, Lombardía, Escocia y Cataluña.

 

Cualquier persona puede, y debe, ser leal, simultáneamente, a su familia, a sus vecinos, a su profesión y a su nación ¿y no a toda la humanidad, al planeta?

 

Hoy día, las instituciones nacionales son incapaces de gestionar un conjunto de dilemas globales sin precedentes, porque tenemos una ecología global, una economía global y una ciencia global y ningún nacionalismo debe enfrentarse a los problemas principales.

Debe, pues, globalizarse la política y no desglobalizar la economía, la ecología y la ciencia.

 

Los buenos nacionalistas tienen que cooperar con los extranjeros al tiempo que cuidar bien de sus compatriotas.

 

A los candidatos a ser parlamentarios habría que preguntarles, previamente, por cómo piensa trabajar para superar/resolver cada uno de estos tres retos, estos tres problemas, mirando al futuro, no al pasado.

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