lunes, 19 de octubre de 2020

EVOLUCIÓN Y LENGUAJE: CHOMSKY ( y 2 )

  

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Frente a esta tesis conductista Noam CHOMNSKY propuso la existencia de una capacidad mental innata para el lenguaje, es decir, un mecanismo específico para la adquisición del lenguaje que explica la facilidad con la que un niño normal es capaz de aprender “cualquier lengua”.

 

Cada lenguaje natural se genera aplicando un conjunto finito de normas que constituye su “gramática generativa”.

 

Chomsky defendió la presencia de una estructura lógica profunda idéntica en los distintos lenguajes, de una gramática universal común a todas las gramáticas generativas, reflejo a su vez de esa capacidad innata que tenemos para el lenguaje, sentando las bases de un nuevo paradigma en la Lingüística que ha llegado hasta nuestros días.

 

El origen ya la presencia de la presencia de la capacidad innata universal para el lenguaje en nuestra especie no puede ser explicada, pues, por selección natural.

 

Si tomamos a unos quintillizos y, nada más nacer, los ponemos en Japón, en China, en Inglaterra, en España y en Etiopia, sociedades tan distintas y hablando lenguas tan distintas, a edades muy recientes cada uno hablará, perfectamente, el lenguaje que le ha tocado en suerte,

 

Los esquemas mentales, en la temprana edad, no son rígidos sino flexibles y capaces de adaptarse a la lengua que se hable en ese lugar.

Lo que no ocurrirá cuando la persona ya es madura y esos esquemas mentales se han hecho rígidos, capaces de avanzar en el alengua que han aprendido pero con mucha dificultad para aprender una lengua nueva como lo domina el que desde el primer momento la ha “mamado”.

 

Se puede hablar otra lengua pero el que así lo hace (y por lo general) lo hace pensando en su lengua nativa, como una traducción en el vocabulario de la lengua aprendida.

 

Tuve un compañero, norteamericano, en la Facultad, que estaba casado con una mujer japonesa, que tenía tres hijos y vivía en Salamanca.

 

Los niños (poco más o menos) se sacaban dos años de edad (vamos a suponer 11, 9 y 7 años) y hablaban perfectamente las tres lenguas: el español (en el colegio, en los juegos, con los amigos), el inglés (que era obligatorio por las mañanas, desde que se levantaban y mientras desayunaban y comían) y el japonés (obligatorio por las tardes-noches y con una joven japonesa que los cuidaba)

 

Ese dominio perfecto de las tres lenguas, no sólo hablándolas sino pensando en ellas, no habrían podido conseguirlo en edades posteriores.

 

No es igual entender y hablar una lengua que pensar en esa lengua

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