Mientras haya Ciencia habrá
filosofía y nadie piensa que la ciencia muera.
Habrá, pues, o una Filosofía
que defienda a la Ciencia ,
o que se defienda de los ataques de la Ciencia queriendo ocupar, ella sola, todo el
campo de la verdad, o que intente comprender la Ciencia o que defienda un
control humano de la Ciencia.
Así
que es inimaginable la muerte de la Filosofía.
La filosofía dialogó con la
religión-teología, también la defendió, poniéndose a su servicio, también la
atacó, luego se separó distinguiéndose de ella hasta independizarse de ella.
Pues lo mismo ocurre u
ocurrirá respecto a la
Ciencia.
Aunque el Círculo de Viena,
con su giro lingüístico, negó la filosofía como un sistema de conocimientos
reconociéndole sólo como un sistema de actos.
Pero el Círculo de Viena
nació, se desarrolló y pasó a la historia, mientras la Filosofía sigue porque
ha sido y es una creación cultural, como otra de tantas, que remite al hombre,
así que mientras el hombre no desaparezca…
¿Qué ha pasado por
situaciones de crisis?. Por supuesto, pero renace de sus cenizas y vuelve a
estar vigente, aunque sea con otra temática como núcleo fundamental.
Porque hablar de “filosofía”
es hablar de la “razón” y ¿cuántos tipos de razón hay?: Razón Teórica, Razón Práctica,
Razón Dialógica, Razón Filosófica, Razón Instrumental, Razón Comunicativa,
Razón Vital, Razón Histórica, Razón Estética, Razón Mítica, Razón Religiosa,
Razón Teológica, Razón Profética, Razón Dialéctica, Razón Combativa, hasta
Razón Poética de nuestra malagueña María Zambrano o Razón Arrodillada de Carlos
Díaz
Así que, si la Filosofía se mueve en el
ámbito de la Razón ….habrá
muchos y variados filósofos y filosofías.
Aunque, propiamente hablando,
más que muchas Razones son muchos los usos que los hombres hacen/pueden hacer
de una sola y misma Razón Subjetiva (la de cada uno)
Una razón, distintos objetos
sobre los que razonar, distintos métodos a emplear,…
Aunque, como los 10
mandamientos se resumen en uno, las dos concepciones fundamentales de la razón
son: la Kantiana
(pesimista) y la Hegeliana
(optimista).
Para Kant la Razón puede mucho, pero no
lo puede todo, es limitada, tiene unos límites, tanto por abajo como por
arriba. Ni por debajo de ellos ni por encima de ellas la Razón nada puede hacer.
De ahí la definición de Razón
Crítica (antes de lanzarse a razonar veamos qué es lo razonable).
Para Hegel, sin embargo, la Razón
lo puede todo, es una Razón Absoluta.
Entre esas dos grandes
concepciones de la Razón
pueden ubicarse todas las demás.
Son muchos los usos de la Razón y no todos valen para
todo pero aferrarse a sólo uno de ellos y desde él querer razonarlo todo
llevará, inevitablemente, a la confusión, al caos.
El problema de la
transformación de la sociedad, o el problema de la orientación de la política,
o de la crítica negativa o de defensa de la religión, o la jerarquía de los
valores, o del sentido o sinsentido de la vida humana,…son problemas tan
distintos que son imposibles de ser tratados por todos los usos de la Razón.
Hay dos temas (o continentes)
de la cultura actual, como son la
Ciencia y la
Religión , que parecen ser antitéticos e incomunicables y es la Razón Filosófica la que puede
hacer de puente, tender un puente entre ambas orillas o, por el contrario,
destruir los posibles puentes.
Igualmente, desde Aristóteles
y su definición, el hombre es “un animal (viviente sensible) racional (la
diferencia específica)”
Pero que el hombre es
racional no quiere decir ni puede concluirse que “sólo sea racional”, también
es “pasional”, “afectivo”.
Razón y pasión (sobre lo que
tengo por ahí escrito un artículo en mi blog)
Además no podemos identificar
ni confundir la “Razón”, tanto la
Deductiva como la Inductiva , que son recorridos para llegar a una
meta desde un punto de partida, con la “Inteligencia”, que, intuitivamente, de
golpe, sin tener que razonar, capta la verdad porque se le presenta como
“evidente”. Es evidente que el triángulo tiene/tiene que tener tres lados, ni
más ni menos, lo que no es evidente es que la suma de sus tres ángulos internos
tengan que ser equivalentes a dos ángulos rectos o 180 grados.
Es lo que tantas veces he
afirmado: que si existe Dios, no puede ser Racional, buscador de la verdad, (y
no es que sea irracional) sino que tiene que ser Inteligente.
¿Puede haber una “doble
verdad”, religiosa y filosófica, como ocurrió en la disputa medieval averroísta
o habrá que jerarquizar los distintos usos de la razón?
¿Puede identificarse la
religión como el ámbito de la oscuridad, de la opresión humana (aunque muchas veces
así haya sido considerada, sobre todo por la tradición ilustrada?
¿Todo el campo es cubierto
por la ciencia o quedan ámbitos en que no puede meterse, que les están vedados?
¿No puede haber un “proyecto”
integrador en que se recojan todas las aportaciones positivas de los varios y
variados filósofos y sus filosofías?
Si el lema de la Ilustración kantiana
fue: “Atrévete a “pensar” por ti mismo, sin necesidad de tutores varios…” ¿No
podría ser, en el siglo XXI, el lema: “Atrévete a “proyectar” aprovechando el
esfuerzo creativo y la experiencia intelectual de muchos otros filósofos”?
¿Qué hombres deseamos ser en
el siglo XXI? Y para este proyecto de futuro la Filosofía puede ayudar a
reflexionar sobre el mismo.
Aprendamos de la historia y
de sus proyectos fallidos, para no intentar, tan siquiera, actualizarlos otra
vez.
(Igualmente sobre el
Cristianismo y el Marxismo, como proyectos fracasados aparece en algún lugar de
mi blog)
En un siglo en el que están surgiendo
emprendedores, con proyectos concretos y entusiastas, ¿por qué no emprender el
proyecto: “¿Qué clase de hombre queremos ser en el siglo XXI?
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