Se dice que a los romanos les
daba igual cuatro dioses que cuatrocientos y además de acoger a los de la
mitología griega, le añadieron los suyos propios y de cada país que conquistaban
(y como buenos políticos) también acogían a los dioses de los vencidos por lo
que en un momento concreto, con tantos dioses y tantos posibles altares
decidieron hacer Uno para todos, para los que ya había y para los que pudieran
venir, el Pan-teón (“todos los dioses”), a lo que no estaban dispuestos los
cristianos.
Para los cristianos su Dios
era “el único Camino, la única Verdad y la única Vida”
Los cristianos introdujeron
en Europa la pasión terrible y excluyente de la Verdad y si son ellos los
que la tienen, los demás quedan excluidos.
Y como su Dios es invisible y
es la Verdad ,
ésta tendrá que ser creída por la fe, algo magnífico, para ellos, pero feroz
para los no acordes.
¿Creían los romanos en sus
dioses? Evidentemente que no como los cristianos en el suyo que, además, no
sólo es uno (mono-teísmo) sino el Único digno de tal nombre.
El cristianismo resistió la
oleada de persecuciones por negarse a aceptar a otros dioses que no fuera el
suyo, y menos aún a un hombre, aunque fuera el Emperador, reconocerlo como divino,
por lo que serían condenados, por desobediencia, a la múltiple, variada y
variopinta forma de morir (desde en el circo por las fieras hasta
crucificados).
¿Cómo iban los cristianos a aceptar
ser soldados, empuñar las armas y asesinar a los otros si su Dios habla de amar
a los otros como cada uno se ama a sí mismo?.
Y cuando Constantino la eleva
a Religión oficial del Imperio (por aquella victoria en Puente Milvio contra su
rival, Magencio, por poner en la bandera o estandarte el signo de la cruz con la
leyenda de “In hoc signo Vinces” y venció, desde ese momento, de ser una
religión perseguida se convirtió en una religión perseguidora de otras
religiones y de los desvíos (herejías), dentro de la misma religión, de los
desviados con interpretaciones divergentes.
Pero ese Dios, que era la Verdad y que acabaría con
el resto de los dioses, se volvió letalmente contra el cristianismo.
La pasión desmitificadora de
la verdad siguió abriéndose camino y paso de las Catedrales y sus púlpitos,
ante fieles creyentes que sólo eran oyentes, audiencia) a las Universidades y
sus palestras, donde todo lo que el profesor expresaba era discutible y podía
ponerse en tela de juicio.
Fe vs Razón, Razón vs Fe, dos
campos definitivamente separados y, muchas veces enfrentados.
Se afirma que el secularismo
es como la castidad, una condición que se define por lo que se niega.
Solo la civilización
cristiana, ya previamente purgada de divinidades y cultos locales, puede
secularizarse.
Si vivimos en un mundo sin
dioses es a la cristiandad a quien debemos agradecérselo, por lo que surgiría la Nueva Diosa , la Razón , buscadora de la
verdad,
Las raíces cristianan de
Europa tienen hoy su más clara expresión en la ciencia que aniquila las
leyendas piadosas, en la separación de poder civil, de ingerencias clericales,
en la proclamación de los Derechos Humanos, que no necesitan ser sancionados
por la autoridad divina (y que, (debería saberse) fueron condenados en sus
orígenes por el papado), en la educación general y obligatoria en la que sólo
se impartan materias científicas y no creencias religiosas.
Puesto que todo esto expuesto
anteriormente, en la Constitución Europea
no aparecen esas raíces cristianas, imponiéndose la autoridad francesa (como no
podía ser de otro modo) en la persona de su Presidente, Giscard d´Estaing.
Los problemas humanos,
creados por los hombres o por la naturaleza, deben ser resueltos por los
hombres y no hace falta sacar en procesiones a Vírgenes y Cristos varios y
variados, locales, tanto para que llueva como para que deje de llover, porque
si en algo se ponen de acuerdo los dioses es en no intervenir en lo que ellos
crearon, la naturaleza y sus leyes.
Si PUDO y NO QUISO…
Si QUISO y NO PUDO…
Si NO QUISO Y NO PUDO
Luego…conclusión…
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