domingo, 1 de enero de 2017

UN POCO DE HISTORIA (PARA EMPEZAR BIEN EL AÑO).

 

Moros y cristianos, Isabel la Católica y Colón, las expulsiones.

¿Nunca se han preguntado Uds. por qué Colón salió, con sus Pinta, Niña y Santa María del pequeño e insignificante puerto de Palos de Moguer y no desde el gran e histórico puerto de Cádiz?

(Entre paréntesis. Hay un lío entre que Palos y Moguer eran dos poblaciones distintas, a 9 kilómetros de distancia una de otra, cada una con su puerto, y que llamarlo Palos de Moguer es un error histórico que se ha asentado entre nosotros, y que por eso, ahora, se llama Palos de la Frontera....).

¿Por qué desde Palos y no desde Cádiz?. Es como comparar Valdemoro con Madrid o Ardales con Málaga.

¿Nunca se han preguntado por qué?. ¿Por qué Colón nunca aparece sonriendo sino con un ceño....?. Hay quien afirma que la causa es que como en un principio estaba previsto que saliera de Cádiz, pero como no pudo ser...
¿Por qué no pudo ser?, porque en Cádiz no cabía un alfiler, estaba "atarracao" de gente, de judíos, que estaban siendo arrojados fuera de la tierra de sus antepasados, y de los antepasados de sus antepasados, por una orden de expulsión de nuestra Reina Isabel, a la que ahora quieren canonizar, la Reina Católica, que obligó a expatriarse a miles y miles de españoles, a la vez que patrocinaba (hoy se diría "sponsorizaba") las aventuras de otro del que no sabemos, a ciencia cierta, si era italiano, portugués, español (gallego, catalán, mallorquín..), incluso francés.

Expulsando a los judíos las arcas del estado dejaban de estar vacías, al tiempo que invertía en un posible descubrimiento, por la ruta inexplorada ("siempre hacia occidente"), "por la puerta de atrás", para pisarle la manguera al rey portugués, buscando las Indias y sus fabulosas riquezas.

Muy economicista nuestra futura santa, cobrando por aquí e invirtiendo por allá.
Con eso de "tanto monta....", en esta parte de la península la única que "montaba" era Isabel.
Fernando "montaba" en otros sitios, fueran damas, camas, tierras o mares.

Después de los judíos les llegaría el turno a los musulmanes. Tras Granada, la pretendida santa puso sobre la mesa una alternativa exclusiva: "os perdono si os convertís u os largo de la península", "queréis salvaros de las llamas eternas del infierno u os dejo con una mano "alante", otra atrás y la calle "pa" correr.
Como la primera acción de los vencidos fue lanzarles piedras a los enviados, ella, la "futura segura santa" no tuvo más remedio que quemar en la plaza pública todos los libros de su falsa religión expulsándolos, a ellos que eran españoles como los que más, aunque de cultura islámica, que habían vivido en España durante ocho siglos, 32 generaciones, pero que insistían y persistían en seguir en su falsa religión y, además, de hablar árabe, en vez de castellano.

Como no todos se convirtieron los futuros reyes, herederos, culminarían la labor de su antigua ascendente y futura santa (y, si no, al tiempo).

España quedó purificada y libre de sangre sucia de judíos y musulmanes.

Pero con ellos se fueron, también, los artesanos, los artistas, los científicos, los agricultores avanzados, así como los banqueros y mercaderes. Todos tan españoles como los castellanos, aunque con otra religión.

El vergel andaluz se trocaría en desierto, en un páramo lleno de mendigos, de soldados guerreros, de nobles parásitos dueños de territorios sin límites, de monjes fanatizados. Pero todos, eso sí, con certificado de sangre limpia cristiana.¡Como si la sangre supiera de creencias, como si tocarla causara la muerte, como si la hemoglobina o los hematíes fueran causas de bondad o maldad¡.

Isabel había nacido un Jueves Santo, era devota de la Virgen de las Angustias, había fundado la Inquisición española (algo así como el T.O.P. (Tribunal de Orden Público, pero en plan bruto) y al frente de ella puso al bestia de Torquemada, su confesor, como Inquisidor Supremo, como el analista de sangre, como el detector de impuros a los que quemar, para purificar el ambiente y descontaminar a la sociedad.

¡Me imagino los Consejos del Confesor a la Confesante¡ O no (como diría Rajoy).

Nuestra próxima santa, tan obsesionada por la pureza de la fe, como tan poco cuidadosa con la higiene personal.

Una reina que exclamó: "mi hija es anormal", "está loca", porque Juana había descubierto, gracias a una doncella árabe de su séquito, las delicias del agua y, entusiasmada, le dio por bañarse todos los días..

Entre la madre, el hermoso de su marido, la corte, los hijos (sobre todo El Emperador, el Rey de 17 coronas, (heredadas, conquistadas o compradas), la volverían loca.

Casi 50 años presa esta reina que no reinó y que murió tras mucho tiempo sin moverse, mirando a la nada.

Yo, todos los años, en verano, como está cerca de mi pueblo y en autovía, visito Tordesillas, y me acuerdo de ella.

¿Que ganamos con la expulsión?. La unidad espiritual de la fe y la unidad material del territorio.
¡Como si la diversidad no fuera riqueza, frente a la monotonía de la unidad¡

¿Qué perdimos?. Toda la cultura española, porque los moros eran españoles no cristianos, pero tan españoles como los que más. No eran intrusos, ni emigrantes, ni invasores, eran españoles.

Los expulsamos, pero con ellos también se fueron:

1.- La tolerancia religiosa (aunque no fuera tan pura y desinteresada como durante tanto tiempo se creyó, aquello de la "convivencia pacífica de las tres culturas"), Con los Reyes Católicos se impuso la intolerancia: "convertirse o expulsión o morir".

2.- Los molinos de viento, los jardines, las acequias, los regadíos,... la belleza del paisaje.

3.- El servicio público de correos.

4.- El vinagre, la mostaza, el azafrán, la canela, el comino, el azúcar de caña, los churros, las albóndigas, los frutos secos,...

5.- El ajedrez (ideología tendenciosa y peligrosa porque, además de pensar, para ganar había que matar (comerse) al Rey, la pieza de mayor valor, luego la Reina, Álfiles, ... los que menos valían y valen son los peones (los soldados de a pie, el pueblo)

6.- La cifra 0 y los números que usamos.

7.- El Álgebra y la Trigonometría.

8.- Las obras clásicas de Anaxágoras, Ptolomeo, Platón, Aristóteles, Euclides, Arquímides, Hipócrates, Galeno....y otros autores que, gracias a las versiones árabes, se difundieron por España y por Europa.

9.- Las más de 4.000 palabras que integran la lengua castellana.

10.- Y Granada. Se ganó la ciudad, pero se perdió su embrujo. La canción salía del fondo del alma; "Dale limosna, mujer // que no hay en la vida nada // como la pena de ser // ciego en Granada".

¿Qué serían, hoy, Coín, Alhaurín, Cártama,.... todo el Valle del Guadalhorce sin esa memoria histórica que, naturalmente, nadie reivindica?


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