lunes, 16 de enero de 2017

ACOMPAÑANDO A J.L. SAMPEDRO (23-4) LA LIBERTAD

LA LIBERTAD 4.                           


La “libertad” es uno de los problemas más debatidos y más controvertidos en la historia, no sólo de la filosofía, sino del pensamiento humano, en general.
No se trata de si podemos hacer libremente lo que nos venga en gana (que también), que son “las libertades”, sino si la voluntad es libre, si existe la libertad de querer, el libre albedrío.
Se trata de averiguar si lo que queremos lo queremos libremente, si cuando actuamos con un acto voluntario tal acto es libre y hubiera sido posible haber querido realizar un acto distinto.
Se trata de averiguar si, cuando optamos por X, hubiera sido, también posible optar por Y o no optar.

En caso de ser libre la voluntad humana esta libertad sería algo exclusivo del hombre dentro de todos los seres del universo.

Y es que, el problema de la libertad lleva anejo el problema de la responsabilidad, y si no fuéramos libres tampoco seríamos responsables.

Los seres inorgánicos no actúan libremente. Ni Venus ni la Luna han elegido, libre y voluntariamente, sus órbitas, que recorren pacientemente a diario y “no pueden”, por sí mismos, salirse de ellas.
Tampoco los vegetales son libres para realizar o no su función clorofílica, dar este fruto o el otro, que sus raíces y sus hojas sean sus bocas,…
Ni los animales lo son porque su actuación está encadenada a un conjunto de actos reflejos e instintos.

El ejemplo que solía poner en clase (y espero y deseo que mis antiguos alumnos lo recuerden) era el de la huelga de hambre.
Un perro o el caballo de Alejandro Casona, cuando tienen sed y ven agua, se les dispara el mecanismo reflejo e instintivo y van a beberla, no pueden no hacerlo, no pueden parar el mecanismo de actuación, no son libres ante el estímulo del agua y la necesidad de saciar la sed.
El hombre, en cambio, muerto de sed y viendo la fuente con agua “puede” beberla, no beberla o posponer beberla.
El hombre, ante el estímulo del agua y acuciado por la sed “puede ponerse en huelga de sed”. “Puede” parar el mecanismo de ir a beberla, es libre ante el estímulo, no se le dispara la acción.
Puede pensar que “el agua haya sido envenenada por el enemigo” y ese motivo, racional, esa razón, provoca el cortocircuito neuronal y opta por no beberla, a pesar de estar muerto de sed.

Vemos, pues que hablar de “libertad” es tener que referirse a la “voluntad”, al “querer”, no al “entendimiento”

FILOSOFEMOS un poco, sólo un poco.

No somos libres ante una verdad de evidencia inmediata (“el triángulo es una figura geométrica que tiene tres ángulos”) y tampoco seríamos libres si el Bien Absoluto se presentara ante nosotros, pero como sólo se nos presentan bienes limitados, ante ellos, podemos decidir elegirlos o no elegirlos, somos libres.

Suele definirse la voluntad como “el poder de determinarse por motivos o razones (no por móviles)”.

El motivo siempre es objetivo, el móvil, en cambio, es sujetivo.

La voluntad, el querer, no es un poder mecánico cuyo comportamiento viene ajustado de antemano, ni un poder caprichoso que actúe sin un “porqué”, como el indeterminismo que los físicos (léase Heisemberg y Schrodinger) atribuyen al microcosmos o mundo de las partículas.
La voluntad es una energía que decide según motivos o razones y no viene determinada por móviles.

El hombre actúa por motivos (razones) y por móviles, el animal sólo actúa por móviles.
El hombre, al determinarse por razones, pone en evidencia que es racional.

Pero la voluntad actúa después de que el entendimiento ha “visto”.
Porque el entendimiento es el que sabe acerca de las cosas y la voluntad, después, se abraza a ellas o las rehúye, tras conocerlas por el entendimiento.

De ahí que el acto voluntario se desarrolle en cuatro fases:

1.- “Concebir” el fin a conseguir y los medios para conseguirlo, y esta fase es propia del entendimiento.
2.- “Deliberar” o examinar los motivos o razones que uno tiene para actuar o no actuar. Y también es una tarea del entendimiento.
3.- “Decidir” realizar la acción o no hacerla, que es el acto esencial de la voluntad
4.- “Ejecutar” o la puesta en práctica. El organismo se pone en marcha, según la decisión tomada.

La “decisión” es el acto esencial de la voluntad.

Pero la “Decisión” no se opera absolutamente, independientemente, sino que está atada a las circunstancias ambientales y a las condiciones físicas y psíquicas del sujeto.
Pensamiento y sentimientos intervienen en la resolución adoptada.

La “decisión” o acto voluntario por excelencia está condicionada por la Biología (la herencia), por la Sociología (la cultura) y por la Psicología (la iniciativa, la subjetividad).

Los factores biológicos u orgánicos y los culturales o sociales constituyen el material de que dispone uno para autoconstruirse.
Pero cada uno de nosotros tiene su herencia y su cultura, cada uno tiene sus factores, de ahí que cada uno opte por eso o por lo otro.

Los motivos motivan, justifican la decisión, pero no la disparan

Fijaos cómo puede usarse el concepto “Libertad”, porque no es un término unívoco sino análogo, con muchas y variadas significaciones

“La nación X alcanza la libertad”, “La nación Y lucha por su libertad”, “La Iglesia pide libertad al poder político para desarrollar su función”, “La libertad de expresión”, “de residencia”, “de correspondencia”, “de asociación”, “La libertad de la clase trabajadora”, “La libertad que nos ha obtenido Jesucristo con su muerte en la cruz”, “animales en libertad”, “la caída libre de los graves”, “La libertad religiosa”, “¿Venís a casaros libremente”?...

¿Qué es la libertad?

La noción de “libertad” tiene un origen social: los hombres “libres” –“liberi” (en latín)- se oponían a los “esclavos” –“servi” (en latín).
En su origen, pues “libertad” designaba la “libertad civil y política” y, sólo después, indicó la “libertad psicológica”.

Podemos hacer dos grandes grupos de las libertades humanas:

1.- Libertades de actuación o libertad de hacer o libertad de coacción, que suele definirse como “ausencia de cualquier coacción exterior”, que no haya una fuerza exterior/externa a él que le impida actuar, que le impida realizar lo que querría realizar.
La libertad de hacer consiste, pues, en poder hacer aquello que queremos (y en este sentido decimos que el presidiario no es libre porque no puede hacer lo que querría hacer, salir de la cárcel, porque se lo impiden fuerzas externas a él, bien las rejas, bien la cadena, bien los guardianes).

     1.1.- “Libertad física”, que consiste en “poder moverse”, lo que no puede hacer el que está atado, encadenado, o el presidiario del caso anterior.
     1.2.- “Libertad civil”, que consiste en poder ejercer los derechos civiles reconocidos a los ciudadanos de un Estado por las leyes civiles (por ejemplo, poder hacer testamento, capacidad para tener propiedad privada de bienes muebles o inmuebles. Los esclavos carecían de este tipo de libertad y, actualmente, algunas penas llevan consigo la privación de parte de los derechos civiles (no poder presentarse como candidato a… quedar inhabilitado temporalmente para…
     1.3.-“Libertad política”, que consiste en la capacidad de tomar parte en el gobierno (europeo, nacional, autonómico, municipal). En la antigüedad, ni los esclavos ni los metecos tenían libertad política y hoy algunas penas llevan aneja la no libertad política.
     1.5.- “Libertad de pensamiento” que no es que no puedas pensar lo que te dé la gana. Todo hombre, en este sentido, tiene libertad de pensamiento, puede pensar lo que quiera. Esta libertad se refiere a la “libertad de expresar lo que piensas, los pensamientos”. Es la “libertad de expresión” sin que conlleve castigo alguno (libertad ausente a lo largo de casi toda la historia de la humanidad).
Dos modalidades de esta libertad son “la libertad de cátedra” (que el profesor pueda explicar a sus alumnos los contenidos que crea convenientes para ellos) y la “Libertad de prensa” (la del periodista para informar lo que crea conveniente y crea que es verdad).
     1.5.- “La Libertad religiosa” o poder elegir la religión que cada uno considere que es la mejor para él, la no obligatoriedad de una sola, la posibilidad de que todas las religiones puedan exponer sus creencias y que todos los ciudadanos puedan optar por la que consideren conveniente u optar por ninguna, poder ser ateo, agnóstico, irreligioso,…
     1.6.- “Libertad de culto” o poder realizar sin trabas ni restricciones los actos de culto establecidos por la religión ofrecida, desde las procesiones de Semana Santa, bodas, primeras comuniones, bautizos,… de las religiones cristianas a la forma de rezar y al sacrificio de corderos en el ritual musulmán.


2.- Libertad de decidir o de querer o de la voluntad o libre albedrío.
Se define como la “ausencia de determinación interna”, poder decidir por una, por otra o por ninguna de las opciones posibles.
Cuando uno decide ir al teatro en vez de ir al cine ¿lo ha decidido libremente? ¿Su opción no estaba determinada por causas internas e íntimas, incluso desconocidas para él, de manera que aunque parezca que sí no podría haber elegido ir al cine?
Naturalmente, nosotros creemos que sí, que se ha elegido libremente, pero pudiera ser que nuestra creencia fuera errónea.
Podría ocurrir que nuestras decisiones fueran sólo aparentemente libres y que hubiera una pluralidad de causas que obligaran, que coaccionaran a la voluntad a elegir, a decidir en un sentido determinado.

Y hay que distinguir entre:
     1.- “Libertad de ejercicio” (o de contradicción) consistente en la capacidad para hacer o no hacer un acto determinado, poder ir o no ir al cine.
     2.- “Libertad de especificación”, consistente en la capacidad para hacer este acto o este otro, poder ir al cine, al teatro, a pasear, a la playa,…
     3.- “Libertad de contrariedad” consistente en la libertad para hacer el bien o hacer el mal.

¿Es libre la voluntad, al elegir y decidirse?.

Dos respuestas: SÍ, sí es libre (el indeterminismo) y NO, no es libre (el determinismo/los determinismos)

Y ahora correspondería escribir sobre:
1.- El Determinismo Físico de un Kant o, sobre todo, de Laplace.
2.- El Determinismo Biológico de Lombroso, Huxley, Pavlov.
3.- El Determinismo Social de Durkheim, Lévi-Bruhl, Mauss.
4.- El Determinismo Educacional de Skinner.
5.- El Determinismo Teológico, tanto el basado en el destino, en el “fatum” griego y/o romano, como el basado en la existencia de Dios, sobre todo de musulmanes y calvinistas.
6.- El Determinismo Psicológico de Schopenhauer y de Leibniz.


Pero esto ya se sale de lo previsto

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