viernes, 27 de enero de 2017

ACOMPAÑANDO A J.L. SAMPEDRO (29-1) EUROPA: "LOS ESTADOS DESUNIDOS"

EUROPA: LOS ESTADOS DESUNIDOS.

De todos es sabido el espíritu y vocación europeístas de Sampedro desde sus años todavía juveniles.

En 1.947 terminó la  Carrera de Económicas, con Premio Extraordinario.
En 1.995 ya era Catedrático de Estructura Económica en la Universidad Complutense de Madrid y allí ejerció la docencia  hasta el año 1.969, compaginando la docencia con el cargo de Subdirector del Banco Exterior de España desde 1.962 a 1.969.

Los primeros movimientos estudiantiles antifranquistas comenzaron en los años 50, sobre todo con pintadas, pasquines,..
Al ser nombrado Joaquín Ruiz Jiménez Ministro de Educación y Pedro Laín Entralgo Rector de la Universidad de Madrid se produjo cierta apertura
Las protestas estudiantiles iban en aumento y, en 1.965,  contaron con el apoyo, sobre todo, de Aranguren, García Calvo y Tierno Galván (y otros).
Los tres primeros fueron expulsados de la Universidad a perpetuidad, por “incitar a la subversión” y otros fueron suspendidos, temporalmente, de empleo y sueldo.
Los catedráticos José María Valverde y Antonio Tovar renunciaron a sus cátedras, voluntariamente, como protesta contra esta medida y por solidaridad con los expulsados.

Aranguren recalaría en la Universidad de Berkeley, García Calvo en Francia, en la Universidad de Lille y en el College de France y Tierno Galván en la Universidad americana de Princeton.

J. L. Sampedro, en el 65-66 estará enseñando, como profesor visitante en las Universidades de Standford y de Liverpool
En 1.968 estará, como Lector, en una Universidad Norteamericana.
En 1.969 pide la excedencia por solidaridad con los expulsados e incorporándose como Asesor en el Banco Exterior de España.

Y, ya en 1.977 hasta el 1.979 fue Senador en las Primeras Cortes Españolas, por designación real.

Recuerda, con entusiasmo, aquellos años de inquietudes de la juventud.

Y para mí fue muy importante pertenecer a esa generación de economistas que habíamos salido de la primera promoción de la facultad y que trabajamos en esa dirección intentando abrir ventanas hacia Europa. Naturalmente, dentro de los límites posibles (…) Yo, entonces, publiqué un libro muy gordo (setecientos folios) explicando las ventajas de la Unión Económica Europea y argumentando una serie de posibilidades, con estadísticas, gráficas, mapas. El tomo incluía un apéndice ingenioso titulado LOS ESTADOS DESUNIDOS, un relato de ficción en el que se imaginaba qué hubiese sido de Estados Unidos si, en 1.786, en vez de unirse, todos los estados se hubieran quedado separados”.

Pero la Europa de los años 50 era la Europa del Carbón y del Acero y habrá que esperar a 1.957, cuando se firmó el Tratado de Roma (ni que decir que España estaba anclada en su “autarquía”, en su pobreza y su estar lejos de los centros económicos y de poder se suplía con “es que nos tienen envidia de nuestra paz,…

Recapitula Sampedro:

“Hay que preguntarse: ¿“a qué Europa nos referimos”?. Porque ha habido distintas Europas.
Europa ha sido un ente que ha sufrido un proceso a lo largo del tiempo, y la Europa del sigo XVII, después de la Paz de Westfalia, no es la misma del siglo XIX después destratado de Viena y tampoco es la misma Europa del siglo XX.
Europa, en el siglo XVIII, tenía un ideal, y cuando hablo de Europa hablo de la Europa culta, de la Europa cultivada, de la élite europea que manejaba estos conceptos, impulsaba estas tendencias.
Tenía un ideal, que era la Ilustración.
La Ilustración era el perfeccionamiento humano.
En el siglo XIX ya no se hablaba de ella, se hablaba del Progreso.
La Ilustración era más amplia, más en el terreno del espíritu y de las creencias, mientras que el Progreso era mucho más materializado.
(…) Sin duda Europa ha ido evolucionando (…) Ese espíritu, hoy, ha desaparecido.
Hoy, lo que sienten, lo que buscan los europeos no es la aventura sino la seguridad.
Domina el miedo, el temor y eso se registra en muchos aspectos.
Hoy, cuando los grandes capitostes de la Tierra, esos del “Grupo de los Ocho” se reúnen, a lo mejor lo hacen en las Montañas Rocosas de Canadá, y no por razones climáticas, sino para ponerse más lejos de los que están contra ellos, los discrepantes.
Con eso ya representan a otra Europa, la que estamos viviendo”
                                                                                                                                              

(Entre paréntesis: ¿han leído, Uds. el libro de John Bury “La idea de progreso”?. Se lo recomiendo encarecidamente)

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