La Declaración del Cairo, de 1.990, en la que se expresan los DD. HH. Islámicos, fue firmada por 45 países, que representaban a 1.500 millones de personas, tienen una fundamentación religiosa, de una religión concreta y que no pueden oponerse a la Sharía, por consiguiente se nutren de una moral concreta, no se fundamentan en una Ética, racional, universal. Son otra vertiente de los DD. HH., como el de las democracias populares, contra las democracias burguesas.
Los DD. HH. Islámicos proceden de la revelación de Alá a Mahoma, muy distinta, según dicen los islamistas, de la Declaración del 48, basada en la tradición judeo-cristiana, cuando, en realidad tienen una base ética y política.
Igual que los DD. HH. del hombre (base ética, una declaración metafísica), y del ciudadano (base política, leyes de las naciones), de la revolución francesa. En ellos no aparece Dios. Pero ¿eran hombres los “indígenas”?
El “humanismo cristiano” no es coincidente con el “humanismo islámico”. Más aún, los DD. HH. de unos y de otros parecen no ser los mismos, desde el momento en que unos cargan el acento sobre “el individuo” y sus derechos, mientras los otros priman a la “comunidad de los creyentes”. El suicidio siempre estará prohibido en uno, mientras será una heroicidad, querida y bendecida por Alá, en el otro, siempre que sea por el “bien de la comunidad de creyentes” y castigando al infiel, al no musulmán (neoyorkino, madrileño, londinense, judío,….).
Sin embargo, en el mundo Occidental, aunque digamos, tajantemente, que “todo hombre tiene derecho a la vida….” al mismo tiempo aprobamos leyes del aborto y sigue vigente, en muchos países, la pena de muerte.
A pesar de la declaración de no discriminación están, y mucho, en el mundo musulmán, discriminadas, las mujeres (discriminación por el sexo), y los no musulmanes (discriminación por la religión)…
La pretensión de universalidad de la Declaración del 48, al basarse en una ética racional (y la razón es universal) tienen una justificación mayor y mejor que la Declaración de los DD. HH. Islámicos, que es mucho más restringida, ya que no tiene en cuenta la igualdad de los sexos y la necesaria no discriminación por motivos religiosos, sexuales (los homosexuales, ahorcados en público), étnicos, …
Las libertades políticas y sociales están mucho mejor salvaguardadas por la Declaración de Occidente, desde la libertad para elegir pareja de cualquier religión, al derecho a ejercer la opción sexual por la que, voluntariamente, el individuo ha optado.
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