“El Derecho a cambiar de opinión” es un nuevo derecho sugerido por Humberto Maturana, que debería añadirse a los de 1.948. Así como el “Derecho a irse” y el “Derecho a equivocarse” (al que, más bien yo llamaría, “Derecho a rectificar” al ser conscientes de la equivocación)
Cuando era estudiante universitario un profesor me aseguraba que Unamuno había afirmado: “Tengo derecho a decir hoy lo contrario de lo que dije ayer”.
Yo no he encontrado esa sentencia en el vasco-salmantino.
Pero asumo esa afirmación.
No hace mucho era de la opinión de que si en Europa había sido posible una “democracia cristiana” por qué no iba a ser posible una “democracia islámica” (no “islamista”, sería un oxímoron).
Hoy opino lo contrario, “no es posible una democracia islámica” porque la democracia nace, se alimenta, crece y vive con/de valores laicos.
La democracia, como forma de gobernarse un pueblo, es ajena e independiente de la religión.
Pero es que la religión musulmana es muy distinta a la religión cristiana. Mientras ésta admite la separación de poderes (religioso y político) la religión musulmana los considera inseparables.
Reproduzco las palabras de un clérigo de Arabia Saudí, respecto a los Derechos Humanos, en Febrero de 2.010:
“Estamos comprometidos con los Tratados Internacionales, siempre que no violen la Ley Islámica. Si violan la Ley Islámica los desecharemos, porque no valen lo que la tinta con la que fueron escritos.
Con todo respeto, los Tratados Internacionales carecen de valor.
¿Quiénes son los responsables de los Derechos Humanos y de los Tratados Internacionales?. Los ateos, los cristianos y los fornicadores.
Con todo respeto….”
O sea, Uds, los occidentales, con sus religiones, tienen un cacao mental, una confusión y un caos tal, que nosotros no podemos consentir que nos trasladen a nuestros países su caos y su confusión.
O, como decía un imán: “nosotros tenemos derecho a abrir mezquitas en sus países, porque nuestra religión es la única verdadera, ¿cómo van Uds. a abrir iglesias entre nosotros, siendo falsa su religión?”.
¿Cómo puede haber diálogo con tales esquemas mentales?.
¿Pueden aceptar en una “democracia islámica” a los no islámicos, sean cristianos, judíos, ateos, agnósticos,…?.
¿Puede haber, en una “democracia islámica”, la libertad de religiones, la libertad de cambiarse de religión, la libertad de no militar en ninguna,…?
Nada laico hay en los países islámicos. La religión lo invade todo.
Incluso en el Egipto del derrocado Hosni Mubarak, con la prohibición de los partidos religiosos en la vida política, los Hermanos Musulmanes, bajo la denominación de “Independientes” estaban presentes en el Parlamento, con 88 escaños. Es una organización religiosa, con un ideario basado en el Islam, con una amplia base en las clases medias y con dedicación a ayudar a los necesitados, pero que no tienen inconveniente en atentar, durante las Navidades, contra las iglesias coptas.
Si en esa “supuesta democracia” a la que aspiran, este partido religioso llegase al poder, ¿no desaparecería el estado de Israel ante la avalancha de armas camino de la organización terrorista Hamás, organización yihadista, nacionalista e islámica, cuyo objetivo es el establecimiento del Estado islámico de Palestina, que comprendería Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza, con capital en Jerusalén?.
La República Islámica Iraní, se considera democrática porque hay elecciones, y el actual Presidente, Mahmud Admadineyad, fue elegido con el 63 % de los votos (¿pucherazo?).
Pero desde Jomeini, todo depende y está subordinado a la Lay Islámica. Es decir, haya elecciones o no, siempre será una Teocracia, “basada en unos principios eternos revelados”.
En los países norteafricanos el 90 % de su población es musulmana.
Están rebelándose contra los dictadores (incluso con hijos herederos), consentidos y apoyados por Occidente, “la tradicional amistad con los países árabes” (hipocresía y/o cinismo, por aquello del petroleo). ¿No estaba el Presidente de Túnez en la Internacional Socialista por esa hipocresía y paternalismo de Occidente?
Muchos de ellos conocen la forma de vivir y de gobernarse de los países occidentales democráticos.
Estaban hartos de dictadores, quieren la democracia, pero ¿democracia islámica?
¿Por qué, tanto en Inglaterra como en Francia, la 3ª generación de musulmanes (la juventud) no sólo no se ha integrado, siendo ya ciudadanos ingleses/franceses, sino que se consideran marginados y son los más fanáticos, integristas, islámicos?
¿Estará Irán detrás de, impulsando todos estos movimientos?
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