Circula por la red un comentario irónico y mal intencionado sobre el que está acabando de ser Presidente del Gobierno.
Siempre dije que Zapatero no mentía, porque decía lo que pensaba (mentir es lo contrario), pero que estaba en un error, de ahí que fuera falso lo que decía.
Lo indignante es lo que hacen sus allegados, jugando con las palabras (¿Recuerdan mi reflexión “el tabú de la palabra”?).
Es el uso de los eufemismos (“eu” = bien y “phemo” = hablar, decir) “rodeo que se hace en el discurso a fin de poder expresar, de manera suave o agradable, algo que es profundamente desagradable; como cuando decimos “pasó a mejor vida” en lugar de decir, simplemente, “murió”, palabras que suenan bien pero que esconden un mal, es el camuflaje para no llamar a la triste y desagradable realidad por su nombre.
¿A que suena mejor “trabajador inactivo”, “trabajador potencial”, “trabajador desocupado”, “trabajador en expectativa de destino”…. que “parado”?.
Porque, aunque el adjetivo desmienta al substantivo, siempre nos fijamos (porque es más importante) en el substantivo “trabajador”, que en cualquiera de los adjetivos que le siguen.
Con eso se consigue camuflar el problema y taparlo, arroparlo con ropa de colores, pero el problema no sólo sigue, es que, si no se lo ve bien, puede ser que se tarde en buscar y darle solución.
Dicen las malas teclas que Zapatero había contratado a dos alumnos (un alumno y una alumna, por aquello de las cuotas y la “no discriminación de género”), repetidores de 3º de ESO pero que, como no querían estudiar y no podían, legalmente, abandonar el Instituto, los puso en prácticas en La Moncloa mientras preparaba la campaña electoral.
Zapatero sabía lo del incremento geométrico en las cifras del paro y, como a él no le gusta engañar, a la hora de confeccionar el gran cartel, que iría al frente de la manifestación, puso en activo a los dos trabajadores eventuales.
El mensaje era “Plan Laboral Español (NO EMPLEO)”, previendo que el paro seguiría creciendo, al menos durante un tiempo.
Como vieron, los estudiantes, que había demasiadas letras y que no cabían en la pancarta, decidieron recortar la P (de Plan), la L (de Laboral) y la E (de empleo).
Se pusieron manos a la obra, fueron pegando las letras y quedó así P L E N O E M P L E O y como no se acordaban ya, dónde estaban los paréntesis, pusieron uno al principio y otro al final, quedando así: (PLENO EMPLEO) y, como el eslogan fue un éxito, la mayoría de la gente lo votó, incluyendo a todos los parados.
Pero él, Zapatero, sin mentir, lo que decía era: Plan Laboral Español (NO EMPLEO) y no (P.L.E.NO EMPLEO), que es como lo entendió la mayoría.
¿Los responsables de la confusión?. Los alumnos, por la baja calidad de la enseñanza.
¿Conclusión? Pone de manifiesto la importancia de la Educación y de la Enseñanza para ganar unas elecciones.
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